Por: José Abreu Cardet
Mayarí era un singular lazo entre Holguín y Santiago de Cuba. Esta capitanía pedánea perteneció a Santiago de Cuba hasta 1856 en que fue agregada a la jurisdicción de Holguín. Muy pronto comenzaron a formarse nuevos vínculos entre este territorio y la jurisdicción en la que había sido incluida por una decisión administrativa. Sin embargo, las relaciones con el sur de oriente no se perdieron. Arcadio es producto de esta compleja relación. Nació en Santiago de Cuba el 12 de enero de 1846. Su familia radicaba en Mayarí desde hacia muchos años. El vivió en esa localidad desde muy pequeño. Era oficial del cuerpo de voluntarios local y propietario de tierras. Miembro de una antigua familia criolla. En cierta forma era el típico líder de la futura insurrección. Al llamado de los conspiradores respondió presente y se sublevó en Mayarí. Muy pronto tomaría notoriedad sus acciones e influencia en la zona.
Mayarí quedó enmarcada en la
división insurrecta de Holguín. En marzo de 1869 formó parte de la brigada
oriental de esa división. Arcadio como miembro primero y luego como jefe de esa brigada en varias ocasiones
participó en numerosos combates. Se enfrentó a la descomunal ofensiva de Valmaseda
que desde principios de 1869 se extendió por Oriente. Su hoja de servicio es
larga, con una breve muestra podemos decir que en 1869 fue herido durante el
ataque al poblado de Sama. De nuevo es
herido en septiembre de 1872 cuando bajo las órdenes de Calixto García
participó en una operación sobre Baire. (1)
Acompañó a Calixto García en
numerosos combates como Las Calabazas, El Martillo, Santa María de Ocujal y
Cuatro Caminos de Chaparra. Según el mambí e historiador Enrique Collazo, en su
libro Desde Yara hasta el Zanjón (2), Leyte Vidal contribuyó al triunfo cubano
en el Combate de Santa María de Ocujal, al hostigar por ambos flancos a las tropas españolas, para completar la derrota. El historiador
Juan J. E. Casasús lo afirma en su estudio
Calixto García, el estratega. (3)
En septiembre de 1875 tomó parte
en una incursión por la zona de cultivo de Holguín. Entre otras acciones se le
recuerda por el asalto a un fuerte en Yabazón. Al mes siguiente se encuentra
entre la oficialidad que dirigió una incursión por el territorio de Jiguaní. En
enero de 1876 estaría en una operación por el territorio de Gibara zona con una
importante población integrista. En esta ocasión se destaca en los ataques a
Potrerillo y a Yabazón. Luego estaría en el ataque al caserío de Guayabales. En mayo de 1875 participaría en las acciones
realizadas en el camino de Ojo de Agua a Cortaderas. En los primeros días de
septiembre de ese año combatiría en los alrededores de la ciudad de Holguín.
Los combates se repiten. Militar disciplinado se opuso a los diferentes motines
regionalistas y caudillistas que se dieron en las filas del ejército
libertador. Era uno de los oficiales que gozaba de la absoluta confianza de
Antonio Maceo. Sus ascensos durante la
campaña del 68 son una prueba evidente de su capacidad y la confianza que tenía
la revolución en Arcadio. El 12 de junio de 1870 fue ascendido a comandante, el
primero de junio de 1872 a
teniente coronel y el ocho de mayo de 1873 a coronel. Algunos historiadores afirman
que antes de concluir la guerra de 1868
fue ascendido a general de brigada. Estaría en la Protesta de Baraguá. Al
terminar la guerra se radicó en la zona de Mayarí.
En septiembre de 1879 decidió
trasladarse a Panamá. La
Guerra Chiquita había estallado a finales de agosto de 1897.
El mando español comenzó a sospechar que las intenciones de Arcadio no eran
eludir la guerra sino incorporarse a una de las expediciones que se fraguaban
en el exterior. Deciden asesinarlo. Arcadio acompañado por un primo debía de
tomar un buque en la bahía de Nipe. Allí los hispanos sitúan a dos cañoneras. Al llegar Arcadio lo
detienen y trasladan a una de las
cañoneras donde lo asesinan junto con su primo el trece de septiembre de 1879.
Los cadáveres de los patriotas son arrojados a las aguas de la bahía de Nipe.
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NOTAS
1- ANC, Academia Historia, Legajo 358 núm. 50 – A
2-- Enrique Collazo. Desde Yara hasta el Zanjón. Instituto Cubano del libro. La Habana 1967, página 140.
3- Juan J. E. Casasús. Calixto García (el estratega). Colección historia cubana y americana. La Habana 1962. Segunda edición, página 82.
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