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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

27 de abril de 2012

El protestantismo en el Holguín republicano (llegada y asentamiento de las iglesias evangélicas a la zona)


El deformado proceso de desarrollo económico del área provocó que fuera  complejo el asentamiento evangélico en la zona. De ahí que el proceso de asentamiento de las diferentes denominaciones evangélicas en la región no responde a la lógica seguida comúnmente a nivel nacional. (En el caso de la región holguinera este asentamiento estuvo mediado por circunstancias económicas y sociales muy particulares).

Aún cuando las denominaciones tradicionales fueron las primeras en establecerse en la región, la posterior configuración del protestantismo en la zona respondió a elementos no de índole cronológico, sino a una peculiaridad básica: la relación denominación-tipo con su respectiva base social, entendida esta última como producto de la movilidad social y espacial.

Anterior al siglo XX no existió ningún elemento que permita conjeturar la presencia de misioneros en el área que hoy conforma la provincia de Holguín. Desde la conquista de Cuba y hasta el fin de la dominación colonial en el área predominó la Iglesia Católica, con su fuerte alianza con la administración española en Cuba y sostenida en Holguín en la burguesía comercial de origen hispano que fue su base social.

Pero cuando España se marcha de Cuba (1898) y entran a la zona los primeros norteamericanos, con ellos vienen los primeros misioneros. Acto seguido y durante la primera década del siglo se asientan en el territorio las denominaciones evangélicas tradicionales que son las que primero debieron enfrentar un panorama muy complejo y limitante para su ministerio: en primer lugar, que era esta una región poco poblada y de escasa urbanización; en segundo lugar, que los pocos núcleos citadinos de la zona poseían tradición católica y herencia hispánica; y en tercer lugar, (que es consecuencia de las dos limitantes anteriores), en la zona no existía una base social afín al protestantismo.

Pero muy a pesar de lo anterior, muy pronto la situación cambió favorablemente a las Iglesias misioneras cuando se produjeron cambios significativos en la región provocados, sobre todo por:

1.   La presencia y propagación del capital norteamericano, que convirtió a la región en una de las plazas más importantes para los Estados Unidos.
2.   El consiguiente proceso de urbanización (crecimiento y surgimiento de nuevos núcleos), sobre todo en zonas de escasa presencia católica.
3.   La ola de inmigrantes norteamericanos, antillanos y jamaicanos de orientación evangélica.
4.   La situación crítica de la Iglesia Católica en Cuba durante las primeras décadas republicanas.
5.   La poca presencia de denominaciones evangélicas que provocaran rivalidades interdenominaciones.


Como se ha señalado anteriormente, una de las limitaciones del evangelismo tradicional al llegar a la zona holguinera era haber trasplantado estructuras simbólicas y funcionales a una cultura que estaba lejos de poseer los actores sociales que le correspondían en los Estados Unidos. Por ejemplo, en la región no existían las clases que son la base social que requerían denominaciones como la Iglesia Episcopal o el prebisterianismo. De ahí que la emergente burguesía local, urbana y rural, se afilió en iglesias que se orientaron hacia las clases más bajas de la burguesía de Norteamérica.

Por otra parte, estas iglesias de marcado status funcional urbano, tuvieron que enfrentarse a una Iglesia Católica predominante, pero sumida en una profunda crisis institucional.

La Iglesia Católica cubana de principios del siglo XX, en franco proceso de reorientación, sufría del recelo y la indiferencia de los sectores nacionales. (No hay que olvidar que esa misma Iglesia había sido parte del Gobierno español en la Isla acabado de vencer). Por lo que a ella no le bastó el favorecimiento del Gobierno interventor norteamericano para desestancar su estrategia social. Tampoco favorecía al catolicismo la de fuerte presencia hispana y de acendrada cultura católica, y tampoco le sirvió de mucho la fuerte inmigración llegada de la península Ibérica: la zona donde los emigrados españoles era fuerte estaba en gradual decadencia económica y por ende político y social. (Y nos referimos al eje Holguín-Auras-Gibara).

Una muestra para probar la decadencia católica en Holguín en los primeros años del siglo pasado fueron sucesos ocurridos en Mayarí en 1901. Con una Iglesia Católica centenaria y un núcleo poblacional de más de 17 mil habitantes, este pueblo tenía su templo parroquial destruido y sin utilizar. De dicho estado da fe una carta del señor O. Mastrapa. Alcalde de Mayarí, al gobernante eclesiástico:

“(…)la iglesia está hace dos años abandonada, en estado ruinoso y poco ha vino al suelo una parte del techado. Sus paredes están abiertas, amenazando caerse, con peligro de las vidas de los que por su lado pasan, siendo imprescindible su demolición o reedificación”
Archivo Provincial de Santiago de Cuba. Iglesias. Legajo 77 No. 7

A la situación del catolicismo en el territorio hasta aquí descrito se le suma los conflictos clásicos entre las nuevas Iglesias Evangélicas y el clero Católico, que tuvo repercusión en el área. Uno de los casos que mejor muestra lo anterior es el litigio que en 1910 conmocionó la gobernatura provincial de Santiago de Cuba, acaecido entre la Iglesia Católica de Sagua de Tánamo y un pastor metodista.

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