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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

14 de febrero de 2022

LA MUNICIPALIDAD HOLGUINERA 1800-1850 (4)

 4.- Siendo inmenso el territorio holguinero fue de las primerísimas medidas tomadas por su Cabildo en este periodo histórico que hoy comentamos, al objeto de controlarlo y evitar los contrabandos, el dividirlo en Capitanías, y más cuando sus costas abarcaban 152 kilómetros, con puertos como los de Manatíes, Puerto del Padre, Gibara, Vita, Naranjo, Bariay, Samá y Nipe, y solo contaba con dos Alcaldes de la Santa Hermandad para recorrerlo dos veces al año. Por ello las primeras Capitanías en crearse lo fueron las de Auras, San Cristóbal, Bariay, y Majibacoa, que cubrían las costas y que fueron creadas en el año de 1804, año este en que desempeñaba el cargo de Teniente a Gobernador de Holguín el Capitán del Regimiento de Nápoles, don Félix del Corral.

En el año de 1823, en que era teniente a Gobernador don Francisco de Zayas, fue dividido el territorio holguinero en 14 Capitanías, que lo fueron: las de San Cristóbal, Bariay, Majibacoa, Tacajó, Sao Arriba, Tacámara, Fray Benito, San Andrés. Güirabo, Cacocum, Yareyal, Pedernales y Guairajal, notándose en la relación la falta de la de Auras, cuyo territorio había perdido Holguín al crearse el Ayuntamiento Constitucional de Gibara al amparo de la Constitución del año 1812, de corta duración. 

En el año de 1833 aparece dividido el territorio holguinero en 18 Capitanías, añadiéndose a la anterior relación las de Gibara, Auras, Banes y dehesa, a las que luego se añade la de Cauto Santo Cristo, recibiendo el nombre de Maniabón la de San Andrés, para quedar reducidas en el año de 1852, fuera del periodo histórico que hoy comentamos, y por resolución esta vez del Capitán General de la Isla, en solo nueve Capitanías, que lo fueron las de Maniabón, Guabasiabo, Cacocum, Yareyal, Gibara, Fray Benito, Tacajó y Tacámara, siendo la de Maniabón la antigua de su nombre, como también lo eran las de Guabasiabo, Majibacoa, Tacajó y Tacámara; a la de Cacocum se le habían refundido las de cauto Santo Cristo y Guairajal; a la de Yareyal las de Pedernales, Yayal y Dehesa; a la de Gibara la de Auras y a la de Fray Benito las de Sao Arriba, Bariay y Banes. 

Dividir el territorio en esta forma servía para vigilarlo más fácil, conocerlo y administrarlo. 

Al frente de cada una de ellas se colocó un Capitán de Partido, cuyo nombramiento dependía del Capitán General de la Isla a propuesta del Gobernador de la Provincia. (El Capitán de Partido) vestía uniforme compuesto de casaca azul con vueltas, collarín y chupa encarnada, botones dorados y bastón con puño de plata, como signo de su autoridad. Su cargo era considerado como noble y honrado, dependiendo de su persona la seguridad personal de los vecinos del Partido y sus pertenencias, además del orden público. Su persona tenía que ser respetada por todos los vecinos del Partido y sus órdenes cumplidas, al ser subalterno en Justicia y en los Militar del teniente a Gobernador de Holguín, del Gobernador de (Santiago) de Cuba y del Capitán General de la Isla, cuyas resoluciones tenía que hacer cumplir, y procurar que los vecinos del Partido viviesen en paz y subordinados, se protegiesen y ayudasen mutuamente, trabajasen en los campos los campos no permitiendo en el territorio de s mando la presencia de vagos, picapleitos ni de personas escandalosas, y sobre todo, cobras las rentas, con preferencia las correspondientes al Tesoro Real. Cada Capitán tenía como auxiliar a uno o más Tenientes, uno de los cuales era su sustituto en caso de ausencias temporales, y cuyo nombramiento también dependía del Capitán General de la Isla a propuesta, esta vez, del capitán de Partido. Y como el territorio de su mando estaba dividido en Cuartones, al frente de cada uno de ellos había un Cabo de Ronda, cuyo nombramiento lo hacía el Gobernador de la Provincia y el dicho nombramiento duraba un año, al ser tenido como una carga a la que estaban obligados todos los vecinos en beneficio de la comunidad. Su persona tenía que ser respetada por todos los vecinos del Cuartón, haciendo llegar a ellos en reuniones colectivas a las que todo vecino estaba obligado a concurrir al escuchar sus toques de guamo, bajo pena de ser multados, todas las resoluciones superiores recibidas por el Capitán del Partido. Tanto a los Capitanes del Partido, a sus tenientes como a los Cabos de Ronda, durante el desempeño de sus respectivos cargos, les quedaba prohibido el familiarizarse con los vecinos “porque de otro modo necesariamente habrían de relajarse los vínculos que debían de existir entre la Autoridad y el subalterno”, estimándose que esos vínculos familiares limitarían su libertad de acción; como tampoco, durante el desempeño de su cargo, podían comerciar ni negociar, solamente permitiéndosele hacerlo con los frutos de sus propias tierras. Y si pensamos que el extenso territorio holguinero se encontraba dividido en Capitanías y estás en Cuartones, los que a su vez estaban divididos en Sitios, Estancias, Vegas y Haciendas de Crianza, (ejemplo de ello es la Maniabón, antes de San Cristóbal, a la que correspondían los Cuartones de Velasco, Las Bocas, Maniabón, Uñas, Vega de Manos, Chaparra, La Mula y Calderón); y que los Capitanes de Partido tenían obligatoriamente que dar parte periódicamente, amparados en los conocimientos que tenían los Cabos de Ronda sobre los ocupantes de sus Cuartones, sobre el nombre, edad, sexo, estado, lugar de residencia, color de su piel, esclavos y negros pardos o libres, su ocupación, nombre del dueño en caso de ser esclavo, nombre de las esposas, relación de los hijos, el número de casas, las siembras y su estado, clase y número de animales, las entradas y salidas del Cuartón, los pases de tránsito expedidos, los nacimientos, matrimonios, enfermedades y defunciones, de las fugas de los esclavos, de los delitos y faltas cometidos, cantidades recaudadas, de las lluvias caídas… que cada vecino libre o esclavo tenía que estar provisto de una Célula de Vecindad y e que no se podía salir del Cuartón sin el correspondiente Pase de Tránsito, así como debía mostrar el Pase al Cabo de Ronda los que llegasen, nos daremos perfecta cuenta del conocimiento y control que en todo momento tenían que informar al Gobernador de Holguín, al de la Provincia y al Capitán General, por apartado que se encontrara el Cuartón.

En el Archivo Municipal de Holguín se pueden leer cientos de estos informes, así como los referentes al Historial de cada Partido o de cada Cuartón. Tomemos como ejemplo de ello el del Partido del Yayal, año de 1850. Dice el informe que el Partido del Yayal se encontraba en la Jurisdicción de Holguín y que había sido creada su Capitanía en el año de 1815, siendo su primer Capitán de Partido don Jesús González; que lindaba por el Sur con las Capitanías de Guaijaral, por el Norte con la Dehesa, por el Oeste con la de Pedernales y por el Este con de Tacámara. Se calculaba su superficie en cuatro leguas cuadradas y unas 133 caballerías de tierra, de las cuales 33 lo eran de terreno árido. Por lo general su territorio era llano y sin montes, siendo su parte Norte pedregoso y de tierra colorada, mientras las restantes tenían color negro barroso. Sus Caminos bastantes transitables, debiéndose ello no al arte sino a la naturaleza, careciendo de puentes en los pasos de los ríos. No tenía verdaderos ríos ni arroyos caudalosos, entre ellos el arroyo “Miradero”, que nacía en las sabanas del Ingenio “Piedra Blanca”, en la Capitanía de Sao Arriba y hacía su desagüe en el arroyo “Holguín”; el arroyo “Mayabe”, que nacía en las sabanas de San Rafael, Capitanía de Sao Arriba, y que hacía su desagüe en el arroyo “Holguín”; y el arroyo “Marañón”, que nacía en las faldas del Cerro de Holguín, lugar conocido por La Chomba; y también el arroyo “Palai”, que se llamaba así por nacer en las estancias de Miguel Palai. Su Capitán Pedáneo en ese año de 1860 se nombraba don Gerónimo González y tenía un Teniente y cuatro Cabos de Ronda, al estar dividido el Partido en cuatro cuartones, que lo eran el de “San Miguel”, el de “San Francisco”, el de “Santa María” y el de “Santa Rosalía”. Sus primeras estancias habían sido en el año de 1870. Y existían el partido el Trapiche de don Francisco González Vallejo, que se fundó en 6 de mayo de 1801 y el de don Gabriel González, el día 7 de septiembre de 1808. Valorados los dos en $ 7 944.00, contando en el informe el valor de sus siete esclavos de dotación, de los campos de caña, de los potreros, las fábricas, instrumentos, útiles y aperos y de sus 17 yuntas de bueyes.

Contaba con 69 casas, una sola de ella era de mampostería, 10 lo eran de tablas y tejas, 6 de embarrado y 52 de guano y yaguas, sin formar caserío. Aparecían inscriptos en la Capitanía 448 vecinos, de los cuales 370 eran blancos, 39 eran pardos libres, 7 pardos esclavos, 3 morenos libres y 29 morenos esclavos; 247 vecinos eran del sexo masculino y 201 del femenino; solo 47 eran casados y 322 personas eran solteras, mientras que 14 eran de estado de viudez; solamente una de esas personas era ciega y ninguna pasaba de los 90 años de edad. De los blancos 347 eran nativos de Holguín, once eran del Bayamo, cinco del Jiguaní, dos de Santiago de Cuba, cuatro del Caney y uno de las Islas Canarias. Dice el informe, también, que el cuartón de “San Miguel” era de terreno quebrado, pero productivo y tenía 17 estancias, mencionando el nombre de sus dueños. El cuartón de “San Francisco” de terreno llano, pero solamente tenía cinco estancias, cinco potreros y un trapiche que era de la propiedad de don Francisco González. El cuartón de “Santa María”, también de terreno llano, tenía nueve estancias, cuatro potreros y un trapiche de la propiedad de don Gabriel González. Y el cuartón de “Santa Rosalía”, de terreno quebrado, tenía 27 estancias. 

Informa el documento que en la Capitanía del Yayal no se fabricaba carbón al carecer de montes, tampoco explotaban metales, no tenía escuelas, ni iglesias, cementerio u hospitales. Se usaba por los vecinos como medida, la vara cubana, también “la tarea”, que consistía en cuatro varas cubanas; tenían como instrumento de trabajo las hachas, machetes, las azadas y los arados. Y que las relaciones entre propietarios y trabajadores eran cordiales. Los jornales eran escasos, y cuando los había se abonaban al día, por meses o al año, a razón de tres reales por día, o siete pesos al mes. Las cargas de ocho arrobas y su conducción a lomo de caballo se pagaban a razón de un real por legua caminada. Contaba con siete pozos artificiales y sus pastos lo eran de yerba de guinea, de Juan de Castilla, de tendedera y de malva común, como también tenían la pata de gallina, todas de uso en el ganado, ya que los cerdos comían el palmiche. Su producción anual se estimaba en 2 700 arrobas de azúcar de cucurucho y de raspadura, una arroba de almidón, cuarenta arrobas de sagú, 160 arrobas de frijoles, 1 959 arrobas de patatas, 80 de millo, ocho de añil, 140 de cera, 40 de queso, 4 876 de maíz, 160 barriles de miel de abeja que se obtenían de 161 colmenares, 9 cargas de tabaco, 1 950 de plátanos, 1 306 de viandas, 2 612 de hortalizas, 4 050 de maloja, 3 091 de cogollos y yerba de guinea. La arroba de azúcar de cucurucho y raspaduras se vendía a siete reales, los plátanos en general a tres reales el ciento, el sagú a dos reales la libra, el almidón a doce reales la arroba, el añil criollo a cuatro reales la libra, la cera a cinco pesos la arroba, la carga de tabaco de doscientas libras, a dieciséis pesos. También contaban con 105 bueyes, 242 caballos y yeguas, 61 mulos, 249 toros y vacas, 86 añojos, 184 cerdos, 198 pavos comunes, 2 pavos reales, 764 gallinas, 62 gallinas de guinea, 132 patos, 348 palomas, y 991 pollos. Vendían los cerdos “corraleros” antes de ser cebados, a 6 pesos y los cebados a 8 y hasta 10 pesos, las vacas y toros a 12 pesos, los pollos bien plumados a un real sevillano, los huevos a 3 por un medio, las viandas a un peso el cerón. Y la maloja, el cogollo y las restantes yerbas, de acuerdo con la estación, a 4 reales la carga en la época de abundancia y a 8 reales en época de seca.  

De acuerdo con el informe el ganado gozaba de buen tamaño y calidad, no necesitando de mejoras. 

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LA MUNICIPALIDAD HOLGUINERA 1800-1850 (3)

 3.- Veremos cómo en este periodo histórico que hoy comentamos, que abarcará de 1800 a 1860, como el Cabildo holguinero trata de salir de su estancamiento económico y de hacer progresar su Municipalidad, lo que en parte logra gracias a la actividad y celo de alguno que otro de sus Tenientes Gobernadores, ayudados por algunos de sus vecinos, como es el caso de don Francisco de Zayas en su época de Teniente a Gobernador de la Ciudad, del Licenciado don Juan Buch y de la Benefactora doña Victoriana de Ávila.

Vino a la Ciudad de Holguín el Teniente don Francisco de Zayas, procedente de la Ciudad de (Santiago) de Cuba, al objeto de hacerse cargo del celo, cuidado y disciplina de las Milicias Blancas, avecindándose en la Ciudad, en la que ocupa los cargos de Alcalde Ordinario, primer Alcalde Constitucional, Comandante de Milicias y de Teniente Gobernador de Holguín en lo político y en lo militar, destino este que ocupa desde el año de 1816 al de 1833, como también los cargos de Sub delegado de la Real hacienda, de Miembro de la Diputación provincial, el de Ingeniero Voluntario en la construcción de la Batería de Fernando VII en Punta de Yarey, Bahía de Gibara, etc., todo lo cual le hizo vivir en la Ciudad de Holguín por muchos años, logrando en parte por su actividad, el progreso de la Ciudad de Holguín, enumerándose entre sus obras el edificio de la Real Cárcel y en sus altos la Casa Cabildo; la construcción de la Batería de Fernando VII en la Bahía de Gibara; la formación de una Compañía urbana de Infantería destinada a la custodia y defensa de esa Batería; la habilitación del Puerto de Gibara y el fomento de un pueblo en la Punta del Yarey, que más tarde llevó el nombre de Gibara; el camino de Holguín a la Bahía de Gibara; el estudio, construcción y apertura de caminos que (ilegible) comunicaciones dentro del término de Holguín, (ilegible)  Concejo “cuya falta era demasiado notable para (ilegible) el aseo de las carnes y el destierro de la pestilencia que exhalaban las matanzas dentro de la Ciudad; la eliminación de vagos, a muchos de los cuales envió a presidio; se ocupó del desarrollo de la agricultura y del comercio, promoviendo la siembra del café y de la caña de azúcar, dando salida a los productos de la región de Holguín por el Puerto de Gibara; se ocupó de la construcción de un nuevo edificio para la Iglesia de San Isidoro y de la construcción de la de San José; limpió de piratas la costa Norte de la municipalidad, facilitando las comunicaciones marítimas; mandó a hacer un plano detallado de la Jurisdicción de Holguín; hizo publicar en las Memorias de la Sociedad Económica de La Habana los documentos sobre la fundación de Holguín; mejoró su Hospital de Caridad y su Campo Santo; consiguió el Escudo de Armas para la Ciudad y el tratamiento de Ilustre a su Cabildo; dio a la Ciudad un Reglamento de propios y Arbitrios; consiguió para Holguín una Delegación de la Sociedad Económica de La Habana y de la Junta de Sanidad; se ocupó de la limpieza y del aseo de las calles de la Ciudad, la eliminación en el centro de la Ciudad de los bohíos de guano; mandó rotular sus calles, etc., todo lo cual aparece enumerado en las Actas de su Cabildo, ocurriendo su fallecimiento en la Ciudad de Holguín, el día once de mayo de 1837, dejando en la Ciudad una numerosa prole, encontrándose entre sus descendientes los Mayores Generales Julio y Belisario Grave de Peralta y Zayas.

El Licenciado don Juan Buch también vino a la Ciudad de Holguín procedente de la Ciudad de (Santiago) de Cuba, destacándose en la Ciudad de Holguín como médico humanitario, más con los pobres que con los ricos, interviniendo como el que más en muchas de sus obras públicas, entre ellas el Campo Santo.

Y doña Victoriana de Ávila y González de Rivera, nativa de Holguín (ilegible) casó con el canario José Romero, no dejando sucesión (ilegible) fortuna en obras benéficas en Holguín y Gibara, y (ilegible) el Cabildo holguinero la declaró “Benefactora” e impuso su nombre a uno de los Parques de la Ciudad.

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LA MUNICIPALIDAD HOLGUINERA 1800-1850 (2)

 2.- La Municipalidad holguinera nació pobre y sus pobladores fueron agricultores; las tierras comprendidas en su Jurisdicción las encontraron mercedadas a particulares por el Cabildo de Bayamo, al ser estas sus tierras de la Costa Norte, o por el Cabildo de la Ciudad de (Santiago) Cuba o por el propio Rey de España, negándose estos o dificultando el cobro de las rentas que la nueva ciudad necesitaba para poder edificar su Casa Cabildo, la Real Cárcel, el Mercado de Abasto, el Corral del Concejo, el Campo Santo y el Matadero y adecentar su Templo Católico, edificaciones esas que de acuerdo con la Ley de Indias debía de tener toda Ciudad del Reyno de Castilla para el pago de sus empleados y para sus más perentorias necesidades, por lo cual hemos consignado ya en mi anterior comentario sobre la Municipalidad Holguinera, solicitaron de Su Majestad el Rey de España la concesión de las Tierras Realengas de la Jurisdicción, al objeto de darlas a Censo y con tales rentas poder comenzar las edificaciones y cuidar de sus más perentorias necesidades, y que el Rey de España, por su Real Cédula de 21 de mayo de 1757 las concedió, otorgando a la Ciudad de Holguín la propiedad de las tierras del Socarreño, La Ciguapa, Santo Domingo, Saybado, Las Jamaicas, del Vedado, Los Alfonsos, Las Salinas, Las Nuevas, de Chaparra y las de Punta del Yarey, que en nada le favoreció al encontrarse que tales tierras estaban también ocupadas por particulares, negándose estos al pago de rentas, cosa corriente en toda la Historia de Holguín, viendo perdida a través de su Historia los terrenos Egidos y hasta los de su dehesa, todo lo cual hizo que el desarrollo y prosperidad de la Municipalidad Holguinera fuese solo en el periódo de 1752 a 1799.

LA MUNICIPALIDAD HOLGUINERA 1800-1850 (I)


1.- En el anterior comentario sobre la Municipalidad Holguinera (La Municipalidad Holguinera. 1752-1799), decíamos que ésta había sido reconocida oficialmente el día 18 de enero de 1752, día éste en que el Gobernador de la Ciudad de Cuba, a cuya Jurisdicción pertenecíamos, don Alonso de Arcos y Moreno, cumplimentando la Real Cédula de Creación de Fernando VII, Rey de España, de 1ro de febrero de 1751, dio al pueblo de Holguín la categoría de Ciudad, con todos los honores. privilegios y franquicias a que tenían derecho todas las demás Ciudades del Reino de Castilla; y que éste Gobernador había concedido a Holguín, por terreno jurisdiccional, una enorme cantidad de terreno a costa del territorio del Bayamo, y que se extendía del paraje de Majibacoa, camino de Puerto Príncipe a Sabanilla del Cauto, camino de Holguín al Bayamo; de allí a Aguas Verdes, camino de Holguín a la Ciudad de Cuba, de allí a la Bahía de Nipe, y siguiéndose por toda la costa del mar a la Bahía de Manatíes, y de allí al punto de partida en Majibacoa, la que abarcaba 237 leguas cuadradas, que más tarde vio aumentada al cedérsele a Holguín las Capitanías de Yariguá y de Mayarí, que lo aumentaron a 255 leguas cuadradas; le fijó un Ejido o sementera de terreno útil para la agricultura, de disfrute común a los habitantes de la Ciudad de Holguín, de 375 caballerías de tierra y se le fijó una Dehesa, de media legua de extensión por todos los vientos, al tener forma circular, destinada a la extensión futura de la Ciudad de Holguín; seleccionó y designó a sus Gobernantes entre sus principales vecinos y pobladores, seleccionando las personas que debían de ocupar los cargos de Alcaldes Ordinario, Alcalde de la Santa Hermandad, Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad, Alférez Mayor, Fiel Ejecutor, Alguacil Mayor, Depositario General, Síndico Procurador General, sus Regidores y un Escribano Público y de Cabildo, y a un Teniente a Gobernador que ante ella (el cabildo) representase al Capitán General de la Isla a la Corona de España, unos en propiedad y otros debían de ser escogidos anualmente por el Cabildo en elecciones.

Que a la Ciudad Capital se le dio el nombre de Holguín en recordación del Capitán García Holguín, dueño y fundador del Hato, y que sus vecinos habían colocado bajo la protección de la Santísima Virgen del Rosario y de San Isidoro, por lo cual sus primeras Actas de Cabildo siempre comenzaban: “En la Ciudad de la Santísima Virgen del Rosario y de San Isidoro de Holguín”, y que a ello se debe que su escudo de armas ostente la Real Corona de España sostenida en alto por la Santísima Virgen del Rosario y por San Isidoro

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Choferes, automóviles, storages, venta de gasolina y accesorios, talleres de reparaciones y representantes en Holguín de las diversas marcas de automóviles en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Durante siglos el servicio de transporte urbano en la ciudad de Holguín se hizo por medio de coches tirados por caballos. 

Luego llegaron los automóviles, que fueron desplazando a los coches. Desde entonces en la ciudad se vieron “las máquinas” y camiones de todas las marcas. Representaba en Holguín los Chevrolet y Oldmovile la firma de Autos Camayd S. A. Mientras que los Ford y el Mercury los representaba la firma Díaz y Pérez Beola. Antes representaba a la Ford José Crespi Sirer, y todavía antes lo hacía Antonio Diego.

……

“La Casa Diego”, de Antonio Diego Gómez

Restaurante – Barra – Garaje y Venta de Accesorios.

Se encontraba situado en el lugar donde se interceptan la calle Martí y la Carretera Central. Su propietario, el Sr. Diego, era natural de Santander, España, aunque residió en Cuba por más de 40 años.

En su moderno edificio, Antonio Diego Gómez, tenía instalados una amplia nave para storage, una barra para el expendio de bebidas de toda clase, un restaurante y un espléndido salón de baile donde cabían más de cien parejas. 

….

Los Dodge los representaba en la comarca la forma de Sintes y hermano. 

La Plymouth la representaba Norberto Rodríguez.

Los carros Willy los representaba José Crespi Sirer.

Y los camiones de la marca International los representaba Ernesto Luaces.

Y tuvimos a los Autos Nery, que se dedicaba a la venta de carros de uso. 

Por su parte, estas que pasamos a relacionar fueron las compañías de transporte que tuvieron sede en Holguín o que tenían filiales:

La Compañía de Transporte Moreno S.A.

También la Compañía Cooperativa de cargas S.A.

La Compañía Express de Oriente.

La Compañía Nacional de Transporte.

La Compañía Expresos Unidos.

La Compañía Expresos Villar.

La Compañía de Transporte República.

En lo relacionado con los depósitos de gasolina, en Holguín tuvimos de la:

Esso

Texaco

Shell mex

Sinclair, y

Estándar Oill

Los más famosos storages de la ciudad fueron:

El Moderno, de Ramón Camayd,

Dalama, de José Dalama,

Crespi, de José Crespi Sirer,

Cano, de Monoli Cano,

Aguilera, de Guarino Aguilera,

La Perla, de Dorindo Vázquez,

Holguín, de Albin S. Jewett

Estévez, de Jorge Estévez, 

Sintes, de Sintes y hermano,

Palomo, de Manuel Palomo.


De los antes mencionados, fueron pioneros en ese servicio:

El Central de José Crespi Sirer,

La Perla, de Dorindo Vázquez,

Holguín, de Albin S. Jewett.


De igual forma en Holguín tuvimos célebres talleres de reparaciones de automóviles, entre ellos:

Vulcano, de Amauri Castañeda. (Actual La Bolera),

Grey, de Eduardo Grey,

El Águila, de Ángel Ayón,

Y asimismo los muy populares de la propiedad de Camayd, Crespi, Dalama, Quesada y Sintes.


Por su parte tuvimos Servicentros de muchos clientes, que a más de gasolina, vendían accesorios. Entre esos los de:

José Dalama,

José Crespi,

Manuel Cintes,

Chapman y Hermanos,

Norman Valcarcel,

Domingo Salermo,

Armando Abraham,

Ramón Camayd,

González Tijera,

Cuenca,

Estévez,

Jorge Campos. 


Tuvo Holguín Colegio Municipal de Choferes profesionales y Gremio que agrupaba a estos obreros. 

El sábado 24 de febrero de 1923 el periódico local “Eco de Holguín” dio a conocer el listado de los integrantes de la directiva del primer Gremio de Choferes (Chauffeurs) de Holguín, formado el 5 de enero de ese año. 

Presidente: Normando Vélez.

Vicepresidentes: Juan Laplace y José Aruso

Secretarios: Pedro Rueda y Ramón Fernández.

Tesoreros: Ildefonso Hidalgo y Antonio Fernández.

Vocales: 

Longino Moreno, Gabriel Manfugás, Fidel Silvariño, Hilario Jiménez, José Leaso, José Chapman, Cesar Serrano, Eduardo Laurence y Manuel Leyva.


Carreteras, caminos y otras vías.

Nuestras carreteras, que al comenzar la República eran pésimos caminos vecinales desprovistos de puentes y alcantarillas, comienzan a transformarse para bien.

La Carretera Central nos une con La Habana y Santiago de Cuba, sirviendo en ella varios servicios de Ómnibus de pasajeros y Expresos de carga, siendo los pioneros de hacer el recorrido desde Santiago hasta La Habana, y viceversa:

Ómnibus Santiago-Habana

La Cubana

Ómnibus Aliados

Ruta 80

Hood

Camagüey 

La Oriental,

Isla de Cuba

A la Carretera Central le siguen las carreteras:

Holguín-Gibara,

Holguín-Mayarí,

Holguín-Banes,

Holguín-Antilla,

A estas, que son vías principales, se unen:

Holguín-San Germán,

Holguín-Mir,

Holguín-San Agustín,

Holguín-San Andrés,

Holguín-Velasco,

Holguín-Corralito,

Holguín-Sao Arriba,

Holguín-Melones,

Holguín-La Macagua,

Holguín-Central Cacocúm (actualmente Cristino Naranjo),

Holguín-Santa Lucía,

Holguín-Báguanos,

Holguín-Las Parras.

Por todas estas carreteras se mueven varias rutas de Ómnibus de pasajeros:

La línea Holguín-San Germán es servida por los Ómnibus Vázquez y más tarde por Ómnibus Crespi.

Por su parte, Holguín-Mir por los Ómnibus Rodríguez.

Holguín-San Agustín por los Ómnibus Toranzo.

Holguín-Banes y Holguín-Antilla por los Ómnibus González primero, y hoy por los de José Crespi Sirer.

Holguín-San Andrés por los Ómnibus Núñez.

Y las rutas: Holguín-Velasco (luego extendida hasta el central Chaparra), Holguín-Corralito, Holguín-Sao Arriba y Holguín-Melones por los Ómnibus Especiales de Holguín, propiedad de Jesús González  ¿Cartañaga?.

La ruta Holguín-Macagua por los Ómnibus Mayabe.

La ruta Holguín-Central Cacocúm por los Ómnibus propiedad de Manolo García Peralta.

La ruta Holguín-Guaramanao por los Ómnibus Guaramanao.

Y, finalmente, las rutas: Holguín-Gibara; Holguín-Báguanos; Holguín-Las Parras (entendida hasta Omaja); Holguín-Mayarí; Holguín-Banes y Holguín-Antilla son servidas por la línea Ómnibus bar Crespi, de José Crespi Sirer.

En el sector Inter-Urbano tenemos los Ómnibus La Holguinera S.A., que nos lleva a Pueblo Nuevo, a la Chomba, a la Salida hacia San Andrés, al Frigorífico,  a Vista Alegre y a Ciudad Jardín, que antes lo hacían los Óminus Moreno, los de Francisco Campos y los de los Hermanos Rodríguez. Y todavía mucho antes de estas rutas mencionadas, había una de Holguín hasta Cacocúm, que era servida por un Ómnibus tirado por un caballo, de la propiedad de Andrés Roselló.

Y todavía mucho antes, la misma ruta la servía la línea de Volantas de la propiedad de Emilio Argudín y Manuel Antonio de Feria.

Igual contamos con el Ferrocarril central que llega a la ciudad a través del ramal Holguín-Cacocúm, y al puerto de Antilla a través del ramal Alto Cedro-Antilla.

Por su parte sigue en funcionamiento el ferrocarril colonial de Gibara y Holguín, extendido durante la República a Chaparra y Puerto Padre. 

Tenemos, asimismo, el ramal de Chaparra a Sabanaso, donde entronca con el Ferrocarril Central.

Sastrería en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda


El Juicio Oral, de Manuel Avilés Lozano

El Taller, de Francisco Cruz Magaña

La Nueva Era, de Puig García y Compañía, abierta en 1874

La Nueva Montañesa, de ¿Septien? Y Rodríguez, abierta en abril de 1877

Panaderías en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda


La Americana, de José Castañeda Serrano

La Complaciente, de Ramón Carril

El Gallito, de Luis Benítez

La Estrella Solitaria, de Turiano Guerra

La Barcelona, de Miguel Rimblas

El Iris, de José García Leyva

Talabarterías en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda


La Moda, de Manuel B. Torres

La Perla, de Leoncio de Mesa Torres

El Estribo de Oro, de González Toro

Santos Hechavarría, de Pablo Hechavarría

La Estrella Cubana, de Juan González de la Rosa

La Oriental, de Manuel Gutiérrez

El Cielo Cubano, de Juan González, venta de talabarterías y ropa.

Confiterías en la historia de Holguin

Por Pepito García Castañeda

La Amistad Campechana, de Brunett y Compañía.
La Esmeralda, de Carbonell Castro.
La Industria Cubana, de José Castañeda Serrano.
La Americana, de Eduardo Quesada Null

Los bares en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Los bares se hicieron para la venta de licores y cervezas.

En la ciudad de Holguín había cientos de ellos, servidos por agradecidas jovencitas.

Nuestro Bar,

Acapulco,

Copa Club,

Alemán,

Copacabana,

Morales,

Castillito,

Solito,

Las Muchachas,

Martha,

Santa Bárbara,

Tony Bar,

Etc.

Con sus variantes, el Bar Leyva vendía croquetas calenticas.

Los Lunch en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Para mí los únicos de Holguín lo fueron la Casa Maine, por la variedad de meriendas que ofrecía, y la Casa Viú, con sus acreditadas “alpargatas” (Viú tuvo tanto éxito en su negocio que era el único de Holguín que se podía dar el lujo de traer los pavos desde el Canadá y los quesos desde Holanda. En ambas no faltaba el Jamón Planchado.


Fuera de ellas, existían en la ciudad gran cantidad de lugares en que se podía desayunar y merendar, ofreciendo cada una de ellas su especialidad.

En unas conseguías Café con leche con empanadillas de harina de Castilla (ofrecido por Luis Felipe Ham), en otras empanadillas de maíz, y en otras bacalao frito; pero lo más corriente y consumido era el café con leche y un bollo de pan con mucha mantequilla. En otros se ofrecía un pescado frito con pan, o tamal con la macha roja de puré de tomate, y en otras un bistec grasiento con cebollas; en otras, croqueta con pan o un plato de ajiaco (Casa del Ajiaco). Igual estaba la Casa de la Tortilla donde obviamente se vendía tortilla con pan. Igual podías ir a otras y pedir una pizza (Pizzería) o en otras pedir tasajito enrollado en un casabe mojado. En aquella otra había sardinas fritas traídas directamente desde Gibara y en la otra las sardinas españolas, o pastel de guayaba con un vaso de jugo de caña (guarapo), col rellena o coctel de ostiones o de camarones, o un enchilado de jaibas en su carapacho con gotas de limón, o un enchilado de sierra, etc… 

Y si nada de las delicias anteriores le apetecía al hambriento, entonces podía llegarse a los carros de fritas, con sus bocaditos de lechón, con croquetas, con albóndigas, papas rellenas, picadillo, masa de cangrejos de pescado, morcillas, longanizas,  etc., y todo dentro de un pan al que se le ponía una hoja de lechuga  y una rueda de pepino o de tomate y unas gotas de picante.

Se podía conseguir un bistec de Tiburón rebosado con mucho limón, o masa frita de puerco, carne de tortuga o de carey; bocaditos de jamón o de jamonada, o pollo frito, pan con queso amarillo. 

Igual había carros de fritas más modestos a los que se les decía “policlínico de los pobres”, con sus productos que no sobrepasaban los diez o veinte centavos.

Las Pulquerías, las Tabernas y las Cantinas en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Nombres que se le daban de acuerdo con la época. En ellas se podía tomar algo y merendar.

Las Pulquerías eran propias de América, y en Holguín no abundaban.

Las Tabernas eran los oasis de los viajeros; estas abundaban en los campos.

Las Cantinas sustituyeron a las Tabernas. En las Cantinas se podía tomar y comer algo, pero su salón carecía de mesas. (Estas originaron a las fondas y estas a los restaurantes y Hoteles).

PULQUERIAS

La Esperanza, de Manuel Trinidad de la Peña y Juan Bautista González, fundado en 1862.

Otra era la de Avelino Betancourt, frente al Mercado.

El de Roque Jacinto Guerra, también frente al Mercado.

TABERNAS

Velasco:

La Caridad, de Don Nicolás Mariño, que estaba construido de tablas y tejas.

El Recreo, de Don Juan Camps, que era una casa construida con la técnica del embarrado.

La Esperanza, de Don Miguel Ramírez, que también era una casa de embarrado

Cafeterías (para venta de café colado y las otras) en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Dedicadas en exclusiva a la venta de café colado y a veces de Tabaco, Cigarros y Fósforos.

(Todas las marcas de café tenían su cafetería en la ciudad de Holguín, y todas a cargo de mujeres)

Oquendo,

Pilón,

El Cafetal,

Existían en la ciudad de Holguín otras cafeterías sin serlo, o sea, que no vendían café colado solamente, pero también café colado y por tanto eran cafeterías.

El Nickel.

El Rombo

Casana

Bretones.

Estas carecían de mesas en el salón, y los clientes se sentaban en banquetas ubicadas a lo largo del mostrador. Los clientes las visitaban para beber café, merendar y comer: 

Espaguetis,

Revoltillo de huevos,

Tortillas,

Arroz con jamón,

Arroz con carne de cerdo (o puerco, como se dice en Holguín),

Croquetas,

Dulces,

Helados,

Refrescos.

Cafés en la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Para el diccionario un Café se dedica a la venta exclusiva de café colado. Pero en el Holguín (y en otras muchas partes, también) durante la República (neocolonial, 1902-1958), no era así. En un Café con mesas y sillas, se vendía además de café colado, licores y fiambres, especialmente para el desayuno. 

Entonces una cosa era un café y otra una cafetería. La cafetería exclusivamente para la venta de café colado y a veces, casi siempre, también vendía tabacos, cigarros y fósforos. Los Café también vendían los productos antes mencionados y también desayunos, o meriendas.

En el Holguín de la Colonia existieron Cafés en el campo y en la ciudad existían las Pulquerías, las Tabernas y las Cantinas.

El Fénix, de Madam e Hijos.

Ambos Mundos, de Arturo Nates Perodín.

El Manzanillero, de Tomás Rojas Díaz.

El Chémbalo, de Alberto Rodríguez.

Los Americanos, (que también era Restaurante y cremería o lugar para la venta de helados),  de José Castañeda Serrano.

El Demócrata, (que se anunciaba como Café Cantante), de Paz Rodríguez.

Las Delicias, de Gustavo Albuerne.

El Néctar, de los Messeguer.

Europa, de Luciano Alonso.

Colón, de Pedro Pujols.

El Edén, de Oscar Díaz.

Martí, de Isidoro Benítez.

Holguín, de Pepe Urbino.

El Colón, de Francisco Monné.

La Aurora, de Baldomero Vigo.

El 20 de Mayo, de José Gallegos.

El gallo, de Mariano Fong.

La Joven Cuba, de Teresa Campos de la Peña.

La Campana, de Enrique Arias.

La Cubanita, de Marcelino Chelala.

La Unidad, de Vicente Delgado.

La Cubanita, de José Pallás Miret.

El Maine, de José  Fernández Escobar.

La Castellana, de Vicente González Paniagua.

La Flor de Hong Kong, de King Woo.

El Pavo Real, de Mariano Luis y Compañía.

El Baturro, de Francisco Maderas.

Victoria, de Sánchez y Compañía.

El Parque, de Antonio Luis Caifú

Martí, de Rodrigo Angulo,

Victoria, de la Viuda de Aja y luego de Manuel y Antonio Amed.

Venus, de Portilla y Cueto.

El Cauto, de Juan González Matos, que luego transformó en cremería y dulcería. 

La Cubanita, de Antonio Viamonte, y al final fue de Sebastián Cortina.

Restaurantes de la historia de Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Restaurantes es lo mismo que una fonda o comedor, pero estos de lujo por su lugar, variada comida y tamaño.

La Gran Vía, de Úrsula Ferrero, en calle Libertad entre Martí y Luz y Caballero.

Las Criollas,  de Augusto Baldoquín, en la calle de Luz y Caballero, entre Mártires y Máximo Gómez.

La Cubana, de Manuel Queipó, ubicado al fondo del café La Cubana, en calle Libertad.

Comercio, de Elias Pérez en la calle de Martí, frente al Parque Calixto García.

El Potro, de Pepe Trasobares Mayasén, en calle Arias esquina Máximo Gómez.

La Granjita, en la calle de Máximo Gómez, entre Aguilera y Frexes.

Los Americanos, de José Castañeda Serrano, café y nevería.

Los Consolidados, de Arturo Dorta Guardiola, en calle Frexes No. 96.

Florida, de Manuel Lagraña, en calle Maceo esquina Martí.

Así hasta llegar a los Sírvase Ud.

Hoteles de Holguin a lo largo de su historia

 Por: Pepito García Castañeda

De acuerdo con el “diccionario”, eran Fondas de lujo, y así lo eran por su restaurante bien dotado y adornado y por su comida variada. Unos Hoteles de la ciudad daban cuarto y comida, otros carecían de restaurante.

Hotel Camagüey, de José Castañeda Serrano y luego de José Fernández Díaz, de Ricardo Varela y en su época final de Enrique Vivar Loreto. Ofrecía comida y cuartos.

Hotel Holguín, de José Expósito, en calle Libertad, entre Arias y Aguilera. Fue un magnifico Hotel hasta caer en manos de asiáticos, que suprimieron el restaurante y lo dedicaron a la prostitución, aprovechando sus cuartos con salida a la calle Miró.  

Hotel Isla de Cuba, casa colonial ubicada en la calle Libertad, entre Frexes y Aguilera, propiedad de Miguel Trasorras, Mariano Falcón, José Trueba Diego, y al final de Antonio Huerta. Tenía el mejor restaurante de Holguín.

Hotel Sevilla, de Armando de Feria Guerrero, en calle Maceo No. 186. Fue un magnifico Hotel con restaurante. Al caer en otras manos le suprimieron la comida para dedicarlo al alquiler de los cuartos.

Hotel Telégrafo, de Manuel González Vicente, en calle Maceo, esquina Luz y Caballero. Al caer en manos del asiático Antonio Luna, le suprimieron la comida y solamente se dedicaron al alquiler de los cuartos.

Hotel Magestic, construido por Trasobares y administrado por Pepe Trasobares, fue un gran Hotel con restaurante. Lo vendieron a Palomo Beceña, Martín y su yerno Francisco Roca Augier, lo achicaron con el nombre de Hotel El Rojo, sin restaurante.  

Hotel Patallo, de José Patallo, hoy le nombran Hotel Praga. Siempre se caracterizó por la buena comida y las excelentes habitaciones.

Hotel Tauler, de Narciso Tauler, hoy le nombran Hotel Turquino. Es gran Hotel con comida. (Leer la historia del hotel Trailer)

Hotel  La Perla de Cuba, de Antonio Cruz Sánchez, en calle Aricochea y Libertad.

Hotel Continental, de Antonio Geada García, ubicado en la calle Libertad, entre Luz y Caballero y Martí. Tenía comida.

Hotel Coruña, de Ricardo Varela, con comida a la española y criolla.

Hotel Asturias, de José Ceñal Cueto, sin restaurante, en la calle Luz y Caballero, entre Mártires y Máximo Gómez.

Hotel Residencial, de Rufino Chiang y Compañía, en la calle Luz y Caballero, esquina a Máximo Gómez. No tenía restaurante.

Hotel Los Ángeles, de José Abraham y luego de Planas y Compañía, en los altos de la calle Frexes, entre Mártires y Maceo. No tenía comedor.

Hotel Saratoga, de Agustín Sosa, en calle Libertad esquina Martí, sobre la ferretería La Llave. No tenía restaurante.

Hotel Ritz, de Américo Aguilera Torres, en calle Maceo, frente al Parque Calixto García. Tenía restaurante, que suprimió para dedicarse a la prostitución aprovechando que tenía salida a la calle Mártires.

Hotel ¿Carelia?, de Hermenegildo Castro en calle Mártires No. 95. No tenía restaurante.

Hotel Escofet, de Silvio Escofet, al arrendarlo el asiático Luis Chiang le nombró Hotel Libertad.   

Hotel Royal, de Salustiano ¿Caupa o Campano?, hoy Hotel Santiago, en calle Maceo, entre Aguilera y Arias.

Hotel Cuba y España, de Ricardo Varela, con su comida a la española y a la criolla.

Fondas y Posadas en Holguin

 Por: Pepito García Castañeda

Según el diccionario, las Fondas y Posadas eran establecimientos públicos donde se ofrecía comida y alojamiento. Y así lo fueron durante la colonia, pero NO en la República. En la República fueron separados los conceptos y enyenton las Fondas solo dieron comida, y las Posadas fueron las que solamente alquilaban cuartos para dormir. 

Fondas y posadas de Holguín durante la Colonia:

Fonda La Montañesa, en Calle Concordia, frente a la Plaza de Armas, abierta al público el 23 de febrero de 1878 de la propiedad de D. Francisco Martínez. Ofrecía comida a la española, a la francesa y a la criolla y como plato especial “bacalao a la vizcaína”. Su primer dueño la vendió a D. José María de la Peña el día 23 de febrero de 1896.

Fonda La Flor Holguinera, del año 1866; en la calla Calvario número 22, de la propiedad de D. Francisco Macurijes.

Fonda La Deseada. Abierta al público en la calle de la Real Cárcel en 1866, de la propiedad de D. Quintín Garcell.

Fonda La Holguinera, del año 1864 y de la propiedad de D. Julián Pérez Montero.

Fonda La Flor de Holguín. Del año 1886, en la calle España número 67, exactamente en el mismo lugar donde más tarde estuvo el Hotel Isla de Cuba y de la propiedad de D. Pedro Hermosa.

Fonda La Marina Española. Abierta en el año 1896 en la calle Industria, esquina a la de Concordia. Esta ofrecía como especialidad de la casa, “Arroz con pollo” y “Bacalao a la vizcaína”.

Fonda El Louvre holguinero, abierta en el año 1896 en la calle San Diego, esquina a la de San Francisco. Esta ofrecía al público Mesa Redonda a las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde.

Fonda Pasaje, abierta por Maldonado y Molina en el año 1895 en la calle Numancia, esquina a Mercaderes. Ofrecía comida a la española, a la francesa y a la criolla.

Fonda de Puig, abierta por Pablo Puig en el año de 1847 en la calle de San Miguel, esquina a la de San Francisco, dando su frente al Parque de San José. Además de servir comida, tenía un villar y una bodega.

FONDAS EN LA REPUBLICA

En la Plaza del Mercado había una docena de pequeñas fondas en las que solo se ofrecía comida.

Fonda Palai, de José Antonio Sánchez Guzmán, en la Plaza del Mercado y que exhibía su comida a través de vidrieras.

Fonda la Casa Rebellón, de José Rebellón Fernández, con su famosa comida a la española.

Fonda la Casa Chang, de Mariano Chang, en la calle Máximo Gómez, detrás del Mercado.

Fonda El Comercio, de Eloy Pérez, en calle Maceo, frente al Parque Victoriana de Ávila (luego Parque Martí)

Fonda Los Dos Corazones, de Luis Mezerene, poseía un bar un ofrecía comida árabe.

Fonda La Bodeguita del Medio, de Rafael Guzmán, que la tenía al fondo de su comercio de víveres, en la calle Aguilera, entre Maceo y Mártires. Ofrecía platos especiales.

Fonda Victoria, de Lorenzo Mok, al fondo del café Victoria, en calle Maceo, esquina Martí. Ofrecía comida china.

Fonda Pasaje, de Pedro Luis León, en calle Libertad esquina Aricochea. Esta fonda fue suprimida por el dueño después de dedicarse a la prostitución callejera en sus cuartos.

Fonda La Casa Ana,  de Aracelis Gómez Calzadilla, ubicada en la calle Maceo No. 33. Más tarde su dueña la suprimió para dedicar sus cuartos a la prostitución callejera.

POSADAS

Solo se dedicaban a alquilar sus cuartos. En la década de 1950 abundaban en la ciudad de Holguín, administradas, en su mayoría, por asiáticos y se dedicaban, mayormente, a la prostitución callejera. Eran las preferidas del público porque en ellas nadie reparaba en las mujeres que en sus cuartos se introducían, no sucediendo igual en las administradas por cubanos, que trataban siempre de verle la cara a las mujeres para, en lo posible, chantajearlas.

Posada Vía Libre, de Vicente Chuig.

Posada La Plaza, de  Julián Chuig.

Posada Pasaje, de Pedro Luis León.

Posada El Nuevo Cantón, de Felipe Chuig.

Posada La Casa Lao, de José Lao.

Posada El Gallo, de Manuel Acheng.

Posada El Ferroviario, de Marcelino Chiong y Compañía, ubicada en la calle Maceo No. 248.

Posada El Pavo Real, de Mariano Luis.

Posada La Unión, de Venancio Chuig, ubicada en la calle Luz y Caballero No. 105.

Posada La Estrella, de Manuel Chang.

Posada La Flor de Hong Kong, de King Woo y Compañía.

Posada Aguilera, de Gloria Aguilera González.

Posada La Paloma, de Manuel Balboa.

Posada La Esmeralda, de Ana Milanés.

Posada La Verdad, de Bartolomé Tamayo.

Posada La Unión Obrera, de Ezequiel García.

Posada La Casa Janie, de Alejandro Janie.

Posada Ana, de Aracelis Gómez.

Posada La Joven China, de Julio Lao, en calle Mártires No. 95.

FONDAS Y POSADA, estas ofrecían comida y cuartos.

La Central de Lucas Viú Biendicho, en calle Libertad, esquina a Aguilera.

La Sirena, de Gelabert y Fernández, ubicada frente a Remigio Truebas.

La Familia, de Eduardo Cordero García, en calle Maceo, esquina a Cuba.

(Debiendo aclarar que muchas de las posadas asiáticas y hasta algunas de las cubanas, comenzaron como Fonda y Posada, suprimiendo más adelante la Fonda para explotar los cuartos)

9 de septiembre de 2021

Irving Rouse (segunda carta)

 Benjamin Irving Rouse (29 de agosto de 1913 - 24 de febrero de 2006) fue un arqueologo estaounidense de la Universidad de Yale. Conocido por sus trabajos en las Antillas Mayores y Menores. Hizo excavaciones en Holguin, Cuba.  (Leer más)

 (La carta está redactada en papel timbrado que dice:


YALE UNIVERSITY

PEABODY MUSEUM OF NATURAL HISTORY

NEW HAVEN, CONNECTICUT


DEPARTAMENT OF ANTHROPOLOGY

CORNELIUS OSGOOD, curator

IRVING ROUSE, Assistant Curator


November 19, 1941


Dr. José A. García Castañeda

Museo García Feria

Holguín, Ote., Cuba


Dear Dr. García Castañeda:

                                      I have just received the notice of the death of your father, wich grieved both Mary and myself very much. We enjoyed meeting Sr. García feria this summer and it saddens us that so charming a man should have passed away. May we offer you our sincere condolensces, both for your personal loss and for that to archeology. A great pioner in Cuba archeological research is gone.

I have been intending to write you ever since we returned, but have been delaying because. I wanted to send you some of the photographs we took this summer. There are nearly a thousand of them, all of wich had to be catalogued and then the bes tones had to be solected for enlargement. This has taken some time, and I still have not received the enlargements. As son as I do, I will send some to you.

Under separate cover, I am sending some simple specimens from our Haitian excavations, wich I hope will be of some use in the Museo García Feria.

Both Mary and I wish to thank you very much for your assiatntece this summer. It would have been imposible for me to accomplish as much as I did witout your help. 

Apreciate it very much.


                                             Sincerely yours,

                                             Irving Rouse


Traducción:

UNIVERSIDAD DE YALE

MUSEO PEABODY DE HISTORIA NATURAL

NEW HAVEN, CONNECTICUT


DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA

CORNELIUS OSGOOD, Curador

IRVING ROUSE, Curador Asistente


Noviembre 19, 1941

Dr. José A. García Castañeda

Museo García Feria

Holguín, Ote., Cuba


Querido Dr. García Castañeda:


Acabo de recibir la noticia de la muerte de su padre, lo cual lamentamos muchísimo Mary y yo. Ambos conocimos a su padre el pasado verano y nos entristece que un hombre tan encantador haya fallecido. Deseamos ofrecerle nuestras más sentidas condolencias, tanto por la pérdida personal como para la Arqueología. Uno de los pioneros de la investigación arqueológica cubana se ha marchado.

Tuve la intención de escribirle desde que regresamos, pero lo he retrasado porque quería enviarle algunas de las fotografías que tomamos durante el verano. Tengo casi 100, que deben ser catalogadas y las mejores seleccionadas para su ampliación. Esto ha demorado un poco, y todavía no he recibido  las ampliaciones. En cuanto las reciba le enviaré algunas.

En sobre separado le envio algunas muestras de nuestras excavaciones haitianas, que espero le sean de utilidad en el Museo García Feria.

Mary y yo deseamos agradecerle por su ayuda durante nuestro viaje. Habría sido imposible para mí hacer todo lo que hice sin su ayuda. Realmente se lo agradezco.


Suyo,


Irwing Rouse

 


7 de septiembre de 2021

Irving Rouse (primera carta)

Benjamin Irving Rouse (29 de agosto de 1913 - 24 de febrero de 2006) fue un arqueologo estaounidense de la Universidad de Yale. Conocido por sus trabajos en las Antillas Mayores y Menores. Hizo excavaciones en Holguin, Cuba.  (Leer más)

La carta está redactada en papel timbrado que dice:

YALE UNIVERSITY

PEABODY MUSEUM OF NATURAL HISTORY

NEW HAVEN, CONNECTICUT


DEPARTAMENT OF ANTHROPOLOGY

CORNELIUS OSGOOD, curator

IRVING ROUSE, Assistant Curator


Julio 15, 1941


Dr. José A. García Castañeda

Holguín, Ote.

Cuba.


Muy estimado amigo:

Le envío estas líneas para darle las gracias por su auxilio en indicarme los sitios indígenas en Holguín, así como darme información acerca de los otros lugares en Banes y Gibara. Su generosa cooperación ha servido para que mi trabajo en Holguín, Banes y Gibara haya sido mucho más fácil que si yo hubiera tenido que localizar esos lugares por mí mismo. Además, he tenido el gusto de conocer el espléndido trabajo que su padre y usted han hecho al formar la Colección García feria. Sin duda alguna ustedes merecen un buen crédito por haber mantenido un catálogo exacto de sus ejemplares de una manera verdaderamente científica, publicando informes de sus trabajos.

Dr. García Robiou llegó a Banes el miércoles pasado y sintió mucho no haber tenido la oportunidad de haberlo visto en Cacocúm. Al día siguiente empezamos las excavaciones en Aguas Gordas (Río Seco  14, de la Compañía), donde estaremos hasta mañana por la noche. Hubiéramos querido que usted hubiera venido a visitarnos.

Después empezaremos a trabajar en el Potrero del Mango. Nos pondríamos muy contentos si usted pudiera venir y paricipar en las excavaciones durante las tres o cuatro semanas de trabajo en este lugar.

Dándole las gracias nuevamente por el auxilio que usted me prestó en Holguín, quedo,

           Atentamente de usted,

           

          Irving Rouse


Lista de Correos

Banes, Ote.

Cuba  



José Antonio Riveron (tercera carta)

 (La carta está redactada en papel timbrado que dice:

RIVERON Y CIA

COMERCIANTES

SAMA, OTE

MATERIALES DE CONSTRUCCION


                                  16 de noviembre de 1937


Dr. José A. García Castañeda, 

Holguín.

Mi estimado amigo:

                            Oportunamente recibí tu atenta carta de fecha 2 de los corrientes junto con el “informe” que me habías anunciado, el cual he leído detenidamente, encontrándolo muy interesante y oportuno.

                           Últimamente he adquirido unos 20 idolillos colgantes que son maravillosos. Tengo gran interés por tu visita a ésta no tan solo para que veas dichos idolillos, que no me canso de admirar, sino para que hablemos de distintos asuntos.

                          Yo pienso ir a La Habana pronto, y caso de que yo efectúe mi viaje antes de que tú vengas por ésta, y como precisamente tengo que pasar por esa localidad, te lo comunicaré anticipadamente por telégrafo, pues pienso llevar, entre otras cosas, los referidos idolillos.

                         Hoy han quedado de traerme un ídolo que el Sr. que lo tiene dice fue encontrado en Mulas. Me han informado que tiene la semejanza de un sapo.

                         A fines de la semana actual tengo pensado ir a explorar unas cuevas de que me han hablado recientemente.

                         Las chiquitas Villa me dicen que recibieron las fotografías, y el hermano de ellas se encuentra actualmente en ésta.

                  Recibe el afecto de tu affmo. amigo


                                          (f) José A. Riverón



6 de septiembre de 2021

José A. Riveron (segunda carta)

 Arqueólogo, Banes, Oriente, Cuba

(La carta está redactada en papel timbrado que dice:

RIVERON Y CIA

COMERCIANTES

SAMA, OTE

MATERIALES DE CONSTRUCCION


                                               27 oct. 1937


Dr. José A. García Castañeda

Holguín.

Mi estimado amigo:

                            Tu atenta carta de fecha 18 de los corrientes, la recibí en su oportunidad, y no te había contestado antes esperando si me llegaba el folleto a que te refieres, el cual aún no he recibido, quizás por olvido tuyo de ponerlo en correos.

                           Espero tu visita por ésta para que hablemos del asunto que mencionas, y a la vez para enseñarte varios idolillos que he adquirido recientemente y a los cuales considero como verdaderas joyas.

                          Junto con tu carta recibí la fotografía que me enviaste. Muchas gracias.

                          No te olvides de mandarme el folleto, y sabes te aprecia tu affmo. amigo.


                                             (f) José A. Riverón.

                                         


                            

José Antonio Riveron (primera carta)

Arqueólogo, Banes, Oriente, Cuba

 (La carta está redactada en papel timbrado que dice:

RIVERON Y CIA

COMERCIANTES

SAMA, OTE


MATERIALES DE CONSTRUCCION


                                                                                        17 de junio 1937


Dr. José A. García Castañeda

Holguín.

Mi estimado amigo:

                                   En mi poder tu muy estimado escrito de fecha 26 del mes ppdo., así como también las fotografías que me adjuntaste. Muchas gracias.

                                  Cumplimentando tu encargo le entregué a la chiquita Villa la fotografía por la cual se interesaba.

                                  Como me prometes, espero pronto tu visita para que vayamos a Naranjo, pues tengo referencias muy buenas de este lugar. Se trata de unas cuevas que hay en la misma costa.

                                  Recientemente me ha escrito mi hermano Manolo, de Baracoa, y me dice que tiene varios objetos que me mandará en breve, y entre ellos una olla completamente entera que tiene 2 pulgadas de circunferencia.

                                  También tengo muy buenas noticias de un lugar cercano a Río Seco, a donde pienso ir muy en breve.

                                  Dentro de muy pocos días pasaré por esa con rumbo a Santiago. No sé si me quedará lugar de irte a saludar.

                                 En otra oportunidad procuraré ir temprano a esa para que vayamos al “Yayal”. Oportunamente te avisaré.

                                Dispón como gustes de tu affmo. amigo y compañero

                                          (F) José A. Riverón.



George Ypsilantis de Moldavia

 (Arqueólogo de la cultura maya)

Comayagua, 29 de abril de 1947

García Castañeda

Holguín, Cuba

Distinguido amigo y compañero:

                                                          A mi regreso de un viaje encontré una tarjeta suya. Agradeciendle mucho su atención. No creas que te hemos olvidado, siempre tenemos pláticas con Lunardi sobre la Delegación de Cuba*.

Te recuerdo la promesa de presentarme como miembro correspondiente de la Academia de Cuba de Geografía e Historia en Honduras.

Me saludas a los demás amigos y compañeros.

Anticipandote las gracias, te saluda tu amigo de Honduras.

George Ipsilantis de Moldavia.




*Se refiere a la delegación de cubanos al Congreso de Arqueología celebrado en Copán, Honduras.

Doris Stone

 Etnógrafa y arqueologa estadounidense



                                                  Tegucigalpa D. C., febrero 15 de 1947


Sr. J. A. García Casteñeda

Holguín, Cuba.


Estimado Señor García:


                    Quiero por la presente agradece a Ud., el envío de las bonitas fotografías, las cuales me han traído nuevamente el recuerdo de aquella interesante gira.


                    Yo también deseo para ud., mychas venturas y el mayor éxito en sus labores de 1947.


                    Aprecio mucho su fineza; y me es grato suscribirme como su Atta. y S. 

                                                                                                       (F) Doris Stone


Doris Zemurray Stone fue una arqueóloga y etnógrafa estadounidense, especializanda en Mesoamérica precolombina y la llamada Área Intermedia de América Central. Sirvió como directora del Museo Nacional de Costa Rica y trabajó en numerosas universidades de Estados Unidos.

Fernando Royo Guardia (cuarta carta)



   La Habana, marzo 6 de 194


Sr. Dr. José A. García Castañeda

Agramonte 8

Holguín. 

S e ñ o r :

                Por orden del Sr. Presidente de la Sección de Arqueología Aborigen de la Junta Nacional de Arqueología, me complace citarlo para la sesión que tendrá lugar el próximo Jueves, día 11 del corriente, a las 4 de la tarde en la Sociedad Hispano Cubana de Cultura, sita en Bernaza No. 5 en esta Ciudad, con la siguiente

                   

                                          O r d e   d e l   d í a

1 Proposición del Dr. Morales patiño y del Grupo Guamá sobre la Convocatoria a una Convención o “Mesa redonda” de arqueologos del Caribe para tratar de unificar la terminología arqueológica y encausar o coordinar en lo posible, los estudios futuros. 

2 Conmemoración del Centenario del primer descubrimiento arqueológico cubano.

3 Organización del Archivo de daros de la Sección.

4 Asuntos generales.


Esperando su asistencia puntual, queda de Ud. atentamente,



                           (F) Dr. Fernando Royo

                           Secretario de la Sección 

                         de Arqueología Aborigen  




Fernando Royo Guardia (tercera carta)

 (La carta está redactada en papel timbrado que dice:

REPUBLICA DE CUBA

MINISTERIO DE EDUCACION

JUNTA NACIONAL DE ARQUEOLOGIA Y ETNOLOGIA


             La Habana, septiembre 15 de 1949


Dr. José A. García Castañeda

Oriente.


Distinguido compañero:

                                          Por disposición del Sr. Presidente, cito a usted para la sesión ordinaria que tendrá lugar el próximo día 23 de los corrientes (viernes) a las 6 p.m. en el local de la oficina del Historiador de la Ciudad, Palacio del Conde de Lombillo, Plaza de la Catedral.

                                          Rogando su más puntual asistencia, quedo de usted atto. amigo y compañero.



                       (f) Dr. Fernando Royo Guardia

                             SECRETARIO GENERAL




Fernando Royo Guardia (segunda carta)

 (La carta está redactada en papel timbrado que dice:

REPUBLICA DE CUBA

CORPORACION NACIONAL DE ASISTENCIA PÚBLICA

CALZADA DE COLUMBIA Y 8ª.

CIUDAD MILITAR


                                    14 de noviembre de 1941

Dr. José A. García Castañeda

Holguín.

Mi querido amigo:

                             Al recibir tu atenta comunicación referente al Museo “García Feria”, me entero del sensible fallecimiento de tu padre Q. E. P. D.

                             Lamento sobremanera esa pérdida que acabas de sufrir y hago llegar a ti, por este conducto, mi condolencia más sentida.

                             Recibe un abrazo de tu compañero y amigo

                                                                    

                                 (F) Fernando Royo



Fernando Royo Guardia (primera carta)

 La Habana, agosto 14/1940

Sr. Dr.

         José A. Castañeda

         Holguín

Mi estimado compañero::

Hace varios días recibí tu muy amable carta, y buscando un rato en que pudiera “charlar” con extensión, fui demorando hasta hoy, en que aprovecho unos instantes de tranquilidad.

Agradezco tus palabras para mis pobres producciones arqueológicas, frutos aún verdes de mis cosechas librescas y de la colaboración valiosa de compañeros que, como tú, Pichardo Moya y García Valdés, arrancan del suelo el secreto de nuestros aborígenes. Sin las exploraciones de Uds., ¿qué podría hacerse sino continuar en la rutina?

No me extraña nada lo que me dices acerca del esqueleto con cráneo no deformado estudiado por ti en el Asiento “Yayal”. ¡Tantas y tantas cosas han de verse todavía para asombro de nuestras autoridades arqueológicas!

Las valiosas exploraciones del compañero García Valdés nos demuestran hasta la saciedad lo que puede la voluntad de un hombre imbuido en prejuicios anacrónicos. Sus esfuerzos por probar la existencia de la cultura taína en Pinar del Río, ponen de manifiesto la existencia de tantos útiles de carácter taíno, que es imposible negar su importancia y la necesidad de un estudio más detenido. Muchas e interesantes conclusiones podrían derivarse de sus vastos conocimientos en la región pinareña, pero, ¿qué encuentra García Valdés como recompensa espiritual al inestimable caudal arqueológico recogido? Siempre la negativa más absoluta y una sonrisa compasiva de los Ortiz y otras lumbreras que jamás han probado las molestias de una exploración hecha con pocos recursos, a pie y en medio de la sabrosa manigua cubana.

En cuanto a los esqueletos más o menos deshechos encontrados en Yayal, ¿no pueden haberse descompuesto así por la acción de la tierra o de las aguas? ¿Tienes algún otro dato que te permita asegurar la mayor antigüedad de unos huesos con relación a otros?

El montículo de Baracoa con dos capas de huesos puede ser un mound de ofrenda, semejante al encontrado por Cosculluela en la Ciénaga de Zapata, con una capa de gubias en lugar de la correspondiente a la capa dde huesos humanos.

Los he considerado como mound de ofrenda a su divinidad protectora, y tu hallazgo me confirma en esta opinión, expuesta en mi tesis de grado.

Creo, amigo Castañeda, que los verdaderamente interesados en estas cosas, los que salimos al campo a rompernos los huesos y que gastamos los pocos centavos que ahorramos, debiéramos unirnos en una especie de confraternidad y trazarnos verdaderos planes de trabajo a fin de que la arqueología cubana tuviera una base científica. De los que recuerde como de valor para este asunto, están tú, René García Robiú, Pichardo y (deteriorado).

Creo que todos nosotros debemos celebrar una reunión y establecer las bases para realizar una serie de investigaciones que luego sean el fundamento para trabajos de arqueología cubana, desprendiéndonos del personalismo, que tanto daño hace. ¿Qué piensas sobre el particular?

Aún no sé si iré a Santo Domingo, porque veo el asunto algo muerto.

Recibe un abrazo de tu amigo y compañero

                                                      Fernando Royo

Como estoy a punto de mudarme, contéstame a la Universidad.







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