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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

30 de agosto de 2021

Herrería "Vulcano" en Holguin.

Por Juan Albanés


El edificio de la calle Libertad, esquina a Habana, que en la actualidad se usa como La Bolera, tiene en su frontón el nombre de Amaury Castañeda (que tenía como segundo apellido Fernández) y tiene el año de inauguración, (1919). 

Es ese edificio, hoy, muy popular y antes igual, solo que por causas diferentes. Hoy, porque es el espacio de Holguín donde se pasan las noches “más entretenidas”, antes, porque allí Amaury Castañeda Fernández tenía instalada su célebre herrería “Vulcano”. 

Castañeda ya tenía su herrería en aquel lugar desde antes de la construcción del edificio que ha llegado hasta nosotros. Dice la prensa de la época que la herrería es de 1906 y que en esa fecha ya contaba con soldaduras autógenas para trabajar el hierro, bronce, aluminio y que en la “Vulcano” se fabricaban o reparaban piezas para ingenios azucareros y molinos de viento.

La gran herrería, dicen los periódicos, tiene aparatos para taladro y seguetas, piedras de esmeril, amolador, recortador y torno mecánico. 

Esa fue la mejor instalación de su ramo en el Holguín de su época y una de las mejores de la provincia de Oriente, en Cuba.

Fotos publicadas por El Fígaro, 1918 (Lo que quiere decir que Amaury Castañeda tuvo primero la herrería y después construyó el edificio)







Comité de lucha estudiantil (Holguin 1935)

Por Juan Albanés

Se creó en Holguín el 21 de febrero de 1935 el Comité de Lucha Estudiantil para abogar por la creación de un Instituto Secundario, transporte y matrícula gratis para estudiantes. 

Lo integraban: 

Lalito Rodeiro,

Antonio Rojas,

Manuel Artigas,

Renato González,

José Bonilla,

Jaime Rabassa,

Ernesto Ochoa,

Enrique Sera,

Ramiro Pérez Aguirre,

Etc.

Velada artística (Holguin 1909)

Por Juan Albanés

Dice el “Eco de Holguín” de 1 de mayo de 1909 que se produjo en el Liceo de Holguín una interesante velada artística en la que actuó el tenor operático Signore Romeo Monetti acompañado al piano por la señorita Caridad Ochoa

¿Guarda la vaca o Guarda la barca?

Por Juan Albanés

La duda por el verdadero nombre de la hermosa playa holguinera ha subsistido a través de décadas. Pero en esta época quedó dilucidada la cuestión: por razones históricas y por conseso del pueblo, el nombre es GUARDA LA VACA.

La que sigue es la explicación: en aquella región había numerosas fincas, que se llamaban “Estero de la piedra”, “Hicacal”, “Tío Nino”, “Pesquero”, “Guarda la vaca”. Y las inmediatas playas tomaron el nombre de sus respectivas fincas.

Pero, ¿por qué había una finca con un nombre tan singular como es Guarda la Vaca? La playa de hermosa arena está cercada por una barrera de coral infranqueable a cualquier embarcación, incluyendo las de los piratas que eran tan frecuentes en la zona. Para evitar que los ladrones del mar les robaran sus vacas, los campesinos de la zona las llevaban a la playa y allí las guardaban…



Seguidamente reproducimos la RESOLUCION del gobierno de Banes, que oficializó el nombre.

Resolución Número 268

Por cuanto: A la playa de Guarda la Vaca, que embellece la costa noreste de nuestro término municipal de Banes se le ha venido llamando indebidamente con los nombres de Guarda la vaca, Guarda la barca y playa Baní, extremo este que ha sido debidamente aclarado por los historiadores Jacobo de la Pezuela y Herminio C. Leyva, y por los periodistas Ricardo varona Pupo, Luis A. Méndez, Rolando Gómez de Cárdenas y el Dr. José Duarte, llegando a la conclusión de que es GUARDA LA VACA su verdadero nombre.    

Por cuanto: Es evidente que este confusionismo no puede seguir subsistiendo, y menos en estos momentos en que a mencionada playa está adquiriendo categoría de primera en la ISLA y quizás en América.

Por tanto: En uso de las facultades de la Ley Orgánica de los Municipios y la Ley número 106 de 27 de febrero de 1959, publicada en la Gaceta Oficial el 3 de marzo del propio año.

RESUELVO

Primero: Declarar, como en efecto declaro, que el nombre oficial de la playa es Guarda la vaca, tal como aparecen en los documentos oficiales y antecedentes históricos aceptados por los ciudadanos que así lo han demostrado en polémica públcia de la prensa local.

Segundo: Revocar o dejar sin efecto cualquier acuerdo o decreto que contravenga lo aclarado y dispuesto en la presente resolución.

Dado en el despacho del Gobierno Municipal de Banes, a los cinco días del mes de mayo de 1960.

Reginaldo Rojas Tamayo

Comisionado Municipal de Banes.

(Tomado del libro: Guarda la vaca, playa incomparable, de Luis Augusto Hernández, Banes. Imprenta hermanos Camilo, 1960. Pág. 80-81)


Lea: Los diez mejores hoteles de Guardalavaca


29 de agosto de 2021

Mr. Thomas R. Towns "el americano" de Mayabe

Por Juan Albanes


Mr. Towns y su esposa en Mayabe
Mr. Towns y su esposa en Mayabe

El primer extranjero que evaluó la importancia de las tierras de Mayabe, en el rincón sur de Holguín, lo fue el norteamericano James H. W, Cooper, quien en fecha 4 de noviembre de 1901 adquirió a precio de bagatela, 27 caballerías de tierra, (algo más de 362 hectáreas), de la finca “Santa Rosalía” que había sido de la propiedad de Agustín Ochoa Aguilera. 

Después llegó un segundo “americano” que había comprado a una compañía causahabiente de Waterman varias parcelas de la misma vieja hacienda de los Ochoa. Ese fue Thomas Randolph Towns Barnes, natural de un condado de Georgia, EE.UU. donde nació en 1867, e hijo de Janoll y Sara. Le acompañaba su esposa, Mrs. Anne Sherlock, según su nombre de soltera, de casada Mrs. Towns. (Y aquí encaja decir que fue ella, probablemente, la primera persona que en Holguín practicó en grande el hobby de la filatelia.

El matrimonio tuvo un hijo llamado George Thomas Towns.



El primer administrador de las tierras de Mr. Towns lo fue Diego Aguilera Reyes y el hijo de este, Héctor Aguilera Rodríguez, tuvo la bondad de aportarnos la mayor parte de estos datos que hoy compartimos con los lectores, sobre todo porque nuestro testimoniante pasó toda su adolescencia en Mayabe, al lado de los “americanos”. 

Mr. Towns fue floricultor y fruticultor, o hablando más claramente, se dedicó por más de medio siglo a hacer experimentos de injertos, practicando la joven ciencia que es la genética aplicada.  Asimismo trabajó en el mejoramiento de los terrenos y se especializó en modificar un vegetal en su madera, orígenes foliáceos, frutos, etc., en la restauración de plantas y floración, en reunir en un mismo árbol flores masculinas y femeninas cuando la especie era dioica, o sea, esas especies en las que hay individuos hembras e individuos machos, y se especializó, además, en propagar variedades y modificarlas mediante injertos, en perpetuar anomalías curiosas de las plantas, en adaptar variedades a terrenos determinados.

El periódico “El Eco Holguinero” del miércoles 17 de junio de 1922 habla de la variedad de mangos Towns, que tenían la característica de no tener hilachas. 

En este mismo tiempo el “americano” introduce en nuestra zona el mango “Hayden” con un peso de 500 gramos, una fragancia de embeleso y sabor a pera, (pero asimismo Mr. Towns introdujo otra gran variedad de especies de mangos: Toledo, San Felipe, Señora y otros). Y mientras conseguía estos éxitos genéticos, el gran productor de mangos investigaba sin descanso cómo combatir la antracnosis, que es una enfermedad de las plantas de zonas calurosas y húmedas, causada generalmente por un hongo y que es mortal para el mango. E igual, Mr. Towns estudió como eliminar las bibijaguas.  

Introdujo, también, el aguacate “Polo” y trabajó todas las variedades cítricas, en especial la naranja “Cotidiana”, consiguiendo producirla todos el año y en grandes cantidades.

El resultado de sus descubrimientos genéticos los publicó en un libro titulado “Cítricos”, que estamos tratando de conseguir (1), mereciendo en 1938 que el Presidente de la República, Federico Laredo Brú y el Secretario o Ministro de la Agricultura, (que lo era entonces Amadeo López Castro), le condecoraran con la Cruz Mayor de Carlos Manuel de Céspedes. 


Anuncio en un periódico local, año 1923

Trató el “americano” de propagar en Holguín a los burros o asnos “Poiteu”, y de ahí surgió la temática folclórica y genuinamente holguinera del “burro de Mayabe”. 

Igual quiso popularizar el “Don Horse” o caballo de Kentucky y una especie de cactus sin espina (Burbank cactus),  para usarlo como forraje para las bestias y las especies vacunas, pero su campaña se estrelló contra la coraza de indiferencia de nuestros agricultores. 

Mr. Towns llego a tener crédito nacional y junto a elementos cubanos fundó The Holguín Fruit Company Mayabe Forms. Hizo prodigios en flores: sus orquídeas imitaban mariposas y sus dalias de México eran inimitables e igual lo fueron sus rosas de damasco, las borbónicas, las de té. 

Publicó en revistas y boletines de diferentes partes del mundo. Igual se carteaba con Luther Burbank, quien fuera el pionero estadounidense en las ciencias agrícolas y regularmente con la Universidad de Stanford.

Mr. Towns murió en Mayabe, Holguín y allí está enterrado, junto a su esposa, su suegra y un ayudante alemán. Seguidamente y a través de fotografías, hacemos una visita a su tumba, que está deteriorándose cada día más, temiéndose que un día ya no esté más.

Una visita a las tumbas de los americanos de Mayabe (Fotografías)

Fotos: Edgar Verdecia.










Para ver vídeo sobre el americano y como lo recuerdan los actuales habitantes de Mayabe, haga clic aqui


(1)En verdad el libro contiene los trabajos de tres flori y fruticultores que se destacaron ese año, incluyendo entre los tres a Mr. Towns. 

 

Herrerías holguineras de 1856 en adelante

Por Juan Albanés

En Holguín a partir de la segunda mitad del siglo XIX, hubo tres herrerías de importancia; esas de la propiedad de Lorenzo Mulet, Rafael Vidal y Antonio Terán.

En estas herrerías se forjaban herraduras para caballos, clavos, rejas para ventanas, cruces para los panteones, etc. en las tres trabajaban el hierro colado, que es el tratamiento de ese mineral a altas temperaturas. Para alcanzar las dichas altas temperaturas, las herrerías de Holguín, como en otras tantas partes del mundo, tenían fuelles. Y asimismo trabajaban el hierro colado y el hierro dulce que venía en bruto de Bilbao.


De estos artistas de la forja de metales, descuella Lorenzo Mulet, quien fue el que hizo las rejas de la Plaza de Armas Isabel II, espacio que conocemos hoy como parque General Calixto García.

Bancos del parque San José

 Por Juan Albanés 


En 6 de septiembre de 1910, siendo alcalde de Holguín, don José Agustín García Leyva, se celebra subasta para la construcción de treinta bancos con destino al parque San José, cumpliendo asi un acuerdo del Ayuntamientotomado en 8 de agosto de ese mismo año, y ello por la petición hecha por el concejal Juan Albanés Peña (1).

El costo de los dichos bancos fue de 380.00 pesos y los hizo la ferretería La Sucursal, de la propiedad de Sarabia y Diego.

Los bancos se terminaron de colocar el 28 de noviembre del ya mencionado año de 1910; tenían tres metros y veinticinco centímetros de largo. El asiento estaba conformado por cinco listones de madera de dos pulgadas de ancho y el respaldo de dos listones del mismo material, pintadis de verde al óleo, con dos manos de pintura. Todo ello ensamblado en cuatro pies en forma de asiento hechos de hierro fundido.  

(1)Nació en Holguín el 17 de diciembre de 1866 y murió en esta misma ciudad en 18 de octubre de 1942. Se le recuerda por ser uno de los concejales más activos en pro del bien del término. 

Veterinario

Por Juan Albanés

El periódico El Eco de Holguín de miércoles 21 de noviembre de 1906, año XII, Segunda Época, da cuenta del fallecimiento en Córdova, Andalucía, España de:

Calixto Rodríguez, profesor veterinario del Regimiento de Lanceros de Sagunto. Este personaje introdujo y aplicó en Holguín nuevos sistemas veterinarios y en esta misma ciudad casó en Holguín en tiempos de la colonia con Doña Florinda Betancourt y Santa María. 

Se restaura la "Bandera de Holguin" pero...¿cuál de ellas?

Por Juan Albanés

En la revista “Revolución y Cultura” de abril de 1977 (número 56, página 38), dice: “La especialista checoslovaca Magda Varlová, quien restauró la bandera de Holguín”

Y no dice más.

Y queda uno en duda. Cuál bandera fue la que restauraron:

Acaso:

La bandera del Partido Autonomista, creada por el holguinero Alfredo Betancourt Manduley, o

La bandera del Cantón Independiente de Holguín de 1877.

Primera línea de ómnibus urbanos en Holguin

Por Juan Albanés

Año 1916. Eugenio Sarrallonga, utilizando una guagüita, establece la primera línea de ómnibus urbanos que tuvo Holguín. Esa recorría desde el paradero Sur al paradero Norte y viceversa.

Las paradas se hacían donde el usuario lo solicitara y el chofer lo era Guillermo Martínez.

Lastima que el negocio no cubría los gastos, y fracasó.

28 de agosto de 2021

Pepe Torres, biografía

 Por Juan Albanés

José Ramón Torres. Nació en la ciudad de Holguín, en la calle Arias, que hoy lleva el nombre de “Pepe Torres”, el 25 de febrero de 1872 y murió en la misma Ciudad a la edad de 36 años.

Hijo de familia humilde, hizo sus primeros estudios en el colegio Municipal que dirigió en esta ciudad don Tomás Jardines. Muy joven se colocó en las Escribanías de los señores José María Cardona y José A. Rodríguez, y con el corto salario que ganaba contribuyó al sostenimiento de su familia, al tiempo que se abría paso entre sus paisanos, por su talento y bondadoso carácter. 

En 1894 se hizo Procurador Público, después del brillante examen que rindió en Santiago de Cuba. Ejerció en Holguín hasta 1895.

Amigo de Miró, de Luis de Feria, Rafael Manduley, Panchito Frexes y de todos aquellos holguineros que prepararon el movimiento revolucionario, en la tribuna, en la prensa y en todas las formas necesarias para esos fines, no podía Pepe Torres negar su concurso a la obra de libertar a su Patria. El 28 de septiembre de 1895, en unión de su inseparable amigo y compañero de todas las luchas, Miguel Ignacio Aguilera Feria, a quien el pueblo de Holguín ha llevado dos veces, con abrumadora mayoría de votos a la Alcaldía Municipal, salió de Puerto Padre, incorporándose a las fuerzas del General Miró y más tarde a las del General Luis de Feria, para seguir con Maceo en su marcha gloriosa a Occidente, en aquella asombrosa invasión, modelo de valor y de pericia y la empresa más notable de la guerra de Independencia.

En Las Villas formó parte del Estado mayor del General Feria, asistió con él a los combates de Potrero Lavao, Iguará, Maltiempo, Calimete, Coliseo, La Campana, Boca de Toro, La Colmena, Lajas y otros, permaneciendo en ese Estado mayor como Jefe de Despacho hasta la terminación de la Guerra, donde alcanzó el grado de Teniente Coronel.

En la paz fue nombrado Secretario del primer Ayuntamiento cubano en esta ciudad, con el alcalde General Rodríguez Fuentes. Cargo al que renunció para dedicarse a su profesión de Procurador Público, siendo nombrado representante de las principales empresas de esta comarca, como son las de “Tacajó Cacao Sugar Co.”, United Fruit Sugar Co.”, “Sánchez y Hermano, Beola y Co.”, “cuba Co.” Y otras.

Nombrado Concejal, desempeñó el cargo de Teniente Alcalde primero y Alcalde Municipal más tarde, cuyo cargo desempeñaba cuando en 1902 terminó la Intervención y todos los holguineros recuerdan aquel memorable discurso de despedida a las fuerzas interventoras, cuyas nobles palabras arrancaron lágrimas a muchos espectadores de la escena de arriar la bandera americana para dejar el puesto a la enseña nacional.

Siempre perteneció al Partido Liberal, y por ese partido ocupó nuevamente la Alcaldía en 1906, y el Presidente Estrada Palma, que sabía que Holguín era eminentemente liberal temía que los holguineros secundaran el movimiento de Agosto, pero la ascendencia de Pepe Torres sobre sus paisanos evitó esos días de dolor para su pueblo.

Fue una vez candidato a Representante, en esa fecha, pero acordado por el partido Liberal ir al retraimiento cumplió ese acuerdo y no permitió que se luchara por su triunfo que era seguro, porque llegó a ser el ídolo de s pueblo.

En su vida privada fue ejemplo de honradez, modelo de hijo, esposo, padre y de amigo consecuente.

Como cubano, un verdadero patriota, probado en días de luchas y en los de paz.

Como político fue un ferviente liberal de todas las épocas, ídolo de su pueblo, a quien tenía el poder de llevar donde quiera que él fuese.

Su fallecimiento fue la nota de dolor que más se ha patentizado en pueblo alguno y sus funerales los más suntuosos, como demostración popular, sin distingos de ninguna clase, pues Holguín y sus pueblos comarcanos le rindieron ese último tributo como demostración de cuanto él valía y de lo mucho que se perdió con su desaparición.

El primer holguinero en llegar a Obispo

Por Juan Albanés

El periódico El Periquero, del jueves 9 de abril de 1885, insertó una citación expedida por el Juez de Primera Instancia de Holguín por el juicio de TESTAMENTARIA del difunto Don José María de la Peña y Pérez. Por la dicha citación se dispuso llamar por el término de treinta días al heredero ausente, Presbítero José Ramón de la Peña y Parra. 

Se trataba del único holguinero de nacimiento que hasta entonces había llegado a ser Obispo en Tierra Firme.

Ópera en Holguin (1923)

Por Juan Albanes

Oice el periódico “La Justicia”, del sábado 10 de marzo de 1923, año III, número 180:

El 23 de febrero de 1923, debut en el teatro “Narbona” de la ciudad de Holguín de la compañía de ópera de Enrico Odierne con  “Tosca” de G. Puccini. Le siguieron “La Traviata” y “Rigoletto” de Verdi y la zarzuela española “Marina”.

No se presentó “Aida” de Verdi por incacapidadd del local.

Gran labor la desarrollada por Emilia Vergori, soprano del Teatro Real de Madrid y del Liceo de Barcelona.

Y entonces el director del periódico, que lo era Don José María Heredia, que fue uno de los más grandes periodistas de toda la historia holguinera, introduce el siguiente comentario: “Lástima que nuestro pueblo no haya correspondido a los esfuerzos de los empresarios. Pero así están las cosas… y basta por hoy”.

Muerte de Juana de la Cruz, dueña de La Periquera

Por Juan Albanés


Según el periódico El Periquero, jueves 9 de abril de 1885 (Tercera Época. No. 29):

Fallecimiento de Juan de la Cruz, viuda de Francisco Rondán y Rodríguez, dueños de la Casa Periquera.

Falleció en Sao Arriba, el lunes 6 de abril de 1885. Sus restos fueron trasladados al cementerio de Holguín.

Al paso del cortejo frente a La Periquera, se le presentó armas por un piquete del Regimiento Habana. 

Fue enterrada el martes 8 de abril de 1885

La escalinata de la Loma de la Cruz se construyó muy diferente a como se supone

 Por Juan Albanés


Como curiosidad: la escalinata con más de 400 peldaños con sus descansos, se comenzaron desde la cima hacia la base, es decir, de arriba hacia abajo.

En 1928 estaban ya trabajando bajo la supervisión del maestro Sargento Carlos Suarez Marens, del Escuadrón 14 y por orden del Coronel José González Valdés.

Allí trabajaron de primeros: Alfredo García Rojas, Antonio Vives Ricardo, Antonio Cruz, Inocencio Hernández, Manolo Oberto, Florencio Peña… y los techos del piso (el pulido), los hizo el soldado Eduardo Escalante Fernández. 

Leer más.

27 de agosto de 2021

Picaresca teatral en Holguin

Por Juan Albanés

El cuplé picaresco y el vodevil atrevido lo trajo a Holguín, al despuntar el actual siglo, la artista Consuelo Portela, , mejor conocida como la bella Chelito.

La Chelito nació en Placetas, Las Villas, en 1880. 

Su doblemente intencionada tonadilla “me picó la pulga” produjo la intervención de la policía en el entonces teatro Colón, que se ubicaba en la esquina de Maceo y Martí.


Otro teatro situado en la cuadra de la calle Martí, entre Libertad y Maceo fue el Holguín. En 1916 presentó a la compañía de operetas y zarzuelas de José Palacios y Prudencia Griffel. También la integraban Celia Adams y Manuel Martínez Casado, entre otros. De esa época fue la presentación del drama “lacrimógeno” “La Mujer Equis”, de Alejandro Brisson y arreglos de Ricardo Collantes.


Justo Mila, dentista y comerciante

 Por Juan Albanés


Barbero y dentista sin título. Según el libro octavo de matrimonios, Folio 79 vuelto, inscripción 261 de la iglesia San Isidoro de Holguín, se casó en julio de 1902 con María de la Caridad González.  Milá, dice ese documento, era natural de Gibara, hijo de Doña Amalia y había cumplido 37 años, (por tanto, había nacido en 1865)

El dentista tenía un contrato para extraerle piezas dentales a los del Regimiento de Infantería “La Habana”, asentado en el cuartel de Holguín.

Fue Concejal del Ayuntamiento republicano.

Lo conocimos con consulta de dentista en la calle Miró, esquina a la de Martí, en esta ciudad de Holguín.

Jesús Teodoro Carballo, holguinero en la guerra independentista de 1868

Por Juan Albanes

Nació en la ciudad de Holguín el martes 26 de octubre de 1819. Era hijo de Ignacio Carballo y María del Rosario Pupo, tal como está registrado en los Archivos Parroquiales de San Isidoro, libro 8 de bautismos, folio 82, inscripción 688.

Se dedicó a tareas del campo, y en 17 de mayo de 1850 contrae matrimonio con Ana Josefa de la Cruz Díaz, (y esos datos están en los mismos Archivos, libro II, folio 58, inscripción 342). De esta unión nacieron siete hembras y un varón. Este último fue asesinado a edad temprana por la Guardia Civil, por órdenes del teniente Raimundo Álvarez Rosal, (dato que nos aporta el historiador José M. Heredia Almaguer en su Historia de Holguín, editada en 1926, pág. 204)

Jesús Toedoro participa en los movimientos conspirativos del 68 a través de las logias masónicas “Hijos de la Viuda” y “Sol de Oriente”, y asimismo fue de los primeros en unirse a la tropa del general libertador Julio Grave de Peralta, en el levantamiento de Guayacán del Naranjo, el 14 de octubre de 1868.

Cuando el sitio de Holguín, fue designado por el General Maceo Osorio, jefe de policía de la ciudad. El nombramiento apareció en el periódico-hoja La Estrella de Cuba, edición del sábado 28 de noviembre de 1868.

Carballo Pupo puso su casa, (sito en Calle Real Cárcel, entre las de Nuestra Señora del Rosario y Calvario, hoy Mártires, entre Frexes y Aguilera, hoy marcada con el número 59), con todo su contenido a disposición del mando insurgente. Precisamente desde esa casa se tiroteó y lanzaron piedras contra las colindancias de la Casa Periquera y sobre el reducto (le llamaban Tambor), de la VICTORIA, que servía de contra fuerte al flanco occidental de dicha fortaleza.

Levantado el sitio, Carballo y su familia se retiraron a La Cuaba, a las órdenes del comandante Belisario Grave de Peralta, que cubría la retirada por el cuadrante meridional, (según quedó explicado en el Diario de Campaña del General Julio Grave de Peralta, anotación del día 10 de diciembre de 1868).

Meses después fue Carballo Pupo uno de los que ayudó al alijo del vapor expedicionario “Perrit”, que entró en el estero de Canalito, península de Ramón, el 11 de mayo de 1869. Casi después del desembarco fueron atacados por una tropa española, a la vez que los cubanos comenzaron a padecer los primeros síntomas de una epidemia de cólera, o colerum, como la llamaban. Muchas de las armas alijadas fueron enterradas para que no cayeran en manos enemigas.

Encontrándose en Tacajó, exactamente en un rancho de guano, junto a su familia, fue sorprendido por un piquete de tropas integradas por voluntarios al servicio de España, de las organizadas por los coroneles españoles Méndez Benegasi y Marcelino García Obregón. Sin mediar palabra, los voluntarios le acometieron a turbamulta y le destrozaron a filo de arma blanco en la tarde crepuscular del 12 de octubre de 1869. (Un suceso similar sucedió en el mismo lugar, un año más tarde, 3 de julio de 1870, contra la persona del coronel libertador Eduardo Cordón Arellana, en presencia de su esposa Leonela de Feria Garayalde). 

Tronco de la familia Menchero de Holguin, Cuba

Por Juan Albanés

26 de agosto de 2021

Rita Montaner en Holguin

Por Juan Albanés

El miércoles 21 de mayo de 1928 en el desaparecido teatro Oriente de Holguín, se presentó la opereta en dos actos y nueve cuadros “Como las golondrinas” con libreto de Aurelio G. de Riancho y música de Eliseo Grenet. Actuación especial de la primera tiple Rita Montaner y la orquesta completa del teatro Regina, de La Habana.


El decano de los cines de Holguin, Cuba

Por Juan Albanes



El decano de los cines de Holguín es el Martí, inaugurado el miércoles 10 de febrero de 1926. Su propietario y empresario lo era don Manuel Avilés Lozano.


El Casino o Centro de Artesanos de Holguín, (agrupación de pardos o mulatos de Holguín a finales del siglo XIX).

Por Juan Albanes


Datos tomados del periódico “El Eco de Holguín”, sábado 27 de abril de 1901

El casino o Centro de Artesanos de Holguín lo formaban elementos pardos o mulatos de la ciudad de Holguín y comenzó a funcionar el 15 de marzo de 1887,(para entonces ya tenía vida reconocida y oficial). 

Para la fecha señalada en el párrafo anterior, los pardos o mulatos de Holguín formaban una clase de cierta ascendencia, sobre todo, porque eran emancipados o libres y muy diestros en sus oficios. Estos, principalmente, se ocupaban en las sastrerías, eran maestros de obras (o sea, que dirigían obreros de la construcción), y muchísimos de ellos eran muy buenos músicos, llegando alguno a componer música culta o gregoriana; pero asimismo los había latinistas y pintores como José Gregorio Hechavarría.

El primer presidente del Casino o Centro de Artesanos lo fue Leonardo D. Betancourt.

Durante la Primera Intervención Norteamericana (1898-1902), el Centro o Casino se reorganiza en 1901. En ese año presentaba la siguiente directiva:

Presidente……………………. Marino Angulo

Vicepresidente…………….. Félix Coello

Tesoreros……………………. Manuel Avilés y Antonio Terán.

Secretario……………………. Félix Hernánddez

Vocales:

Felipe Hernández,

José Thompson,

Tristán Caisés,

Luis Milord,

Genaro Parra, y

Simón Vidal.

La Parda libre más conocida en Holguín:

Esa lo fue Antonia Avilés Milord, que en 1880 y en los años próximo siguientes era la recogedora (partera) más célebre de la ciudad.

Inauguración del Colegio Los Amigos, de Holguin, Cuba

Por Juan Albanés


El nuevo edificio del colegio “Los Amigos” de esta ciudad de Holguín fue inaugurado el sábado 10 de septiembre de 1927. El acto lo amenizó la Banda de Música Municipal de Holguín.

Leer además: Los colegios de Holguin, Cuba

Sobre la creación de la Diócesis de Holguin-Las Tunas

Por Juan Albanés




El jueves 11 de enero de 1979 a las siete de la mañana, hora poco usual, en la iglesia San Isidoro de Holguín, se celebró una misa especial. Nos dijeron que su motivo era la despedida del Obispo Auxiliar Monseñor Peña, que preparaba su viaje para la Conferencia Episcopal de Puebla de los Ángeles, México.

Asistieron dos obispos: Monseñor Pedro Meurice Estiú, titular y Arzobispo, y el Obispo Auxiliar, Monseñor Héctor Luis Peña Gómez.

Ambos obispos oficiaron y también los sacerdotes Padres o Pesbíteros: Matheu, Comas, Céspedes, Magibs Sung, José Álvarez, J. Quijano, Armando Marrero, Domínguez, J. Necuze y Rafael Causo; once en total.

Como acólitos los seminaristas holguineros: Francisco Expósito y Jorge Graña (no pudo asistir un tercero, Andrés Rodríguez).

Terminada la ceremonia, habló Monseñor Padre Meurice para comunicar que ya se habían redactado las letras apostólicas para la CREACION DE LA DIOCESIS DE HOLGUIN, reuniendo a las actuales provincias de Las Tunas y Holguín, y siendo la sede o cátedra del Obispo la hasta ese momento iglesia San Isidoro, que pasaba a ser catedral.

La noticia, dijo, se publicaba a esa hora, una de la tarde en Italia, en el “Observatorio Romano”.

Así de sorpresiva fue la noticia. 

Los detalles formales fueron: Lectura de la BULA e instalación del nuevo OBISPO, ahora titular, Monseñor Héctor Luis Peña Gómez.  

Colegio "San Juan Nepomuceno"

Por Juan Albanés

Sobre el Colegio “San Juan Nepomuceno” nos dice Don Diego de Ávila y Delmonte en su “Memoria sobre el origen del Hato de Holguín” (Holguín, imprenta del periodico El Oriental, 1865. Pág. 169), que era un “colegio municipal de instrucción primaria superior-elemental de varones”, que había adoptado la advocación de San Juan Nepomuceno para “demostrar la gratitud y eterno recuerdo a la posteridad del Sr. Don Juan Nepomuceno Huerta, declarado constante protector del Instituto. 

“Fue aprobado por el Excelentísimo Gobernador Superior Civil de la Isla en 29 de abril de 1862. (Según el periódico “El Oriental”, Año II, número 168 del viernes 5 de febrero de 1864, el colegio fue inaugurado el miércoles 3 de febrero de ese año de 1864)

“Está instalado en la calle recta de San Diego número 59, (exactamente donde luego estuvo el colegio Montesino), y con fondo a la calle de Santiago, (hoy Morales Lemus).

Sacerdote holguinero ausente

Por Juan Albanés

Citación en la prensa local de un sacerdote holguinero ausente.

Dice “El Periquero” de 9 de abril de 1885 (año III, No. 29):

“TRIBUNALES. En auto de este día expedido por el señor Juez de Primera Instancia de Holguín, en el juicio voluntario de TESTAMENTARIA de Don José María de la Peña y Pérez, se ha dispuesto llamar por término de treinta días al heredero ausente Padre Presbítero José Ramón de la Peña y Parra, por edictos en el periódico local y en el Boletín Oficial de la provincia de Oriente. (Y etc.)

¿Será acaso el sacerdote que llegó a ser Obispo en Tierra Firme? Hasta ahora es el único de su apellido que fue sacerdote.

Holguin fue el primer pueblo de Cuba donde se bailo charlaron después de la Habana

Por Juan Albanés

El primer pueblo cubano después de La Habana, donde se bailó el charleston fue Holguín y el hecho ocurrió en 1925. Juan José Martínez Casado, galán joven de la compañía de teatro de su hermana Luisa, se familiarizó con la juventud holguinera y ensayó un equipo de charlestonistas integrado por: Pepito Chelala, Raúl Leal, Aníbal Ariza, Federico González de Riancho, Juan Luis Farrán, Andrés Torres, Golo Lavernia y Efraím Mayo.

La música la tocaba la orquesta que se organizó al efecto y que se conocía como “los treinta miserables”, dirigida por Arturo Coayo.

Casiano Labusta, comerciante y tenor holguinero del siglo XIX

Por Juan Albanés

Según Don José María Heredia en su “Historia de Holguín” (1926), Labusta era comerciante domiciliado en Holguín, propietario del establecimiento mixto “El Volcán”, en los bajos de la Casa Periquera, en sociedad con Francisco Rondán y Rodríguez.

Labusta tenía una hermosa voz, y por ello podía darse el lujo de hacer dúos con José María Ochoa en el teatro sito en la intercepción de las calles que ahora se nombran Miró y Arias.

El comerciante y cantante era hijo de Vicente Labusta y de Antonia Rosa, y era natural de Asturias. En Holguín se casó en 29 de abril de 1864 con Doña María Jomarrón de los Reyes, hija de Onofre y Bárbara; los padrinos del casamiento lo fueron Don Belisario Álvarez y Ludovina de los Reyes, tal como consta en el Libro de Matrimonios de San Isidoro, número 6, folio 49 vuelto, que tiene la firma del sacerdote Juan Cancio Peypoch y Codina.

Ofició el Padre Juan Cancio Peypoch y Codina.

Libro de matrimonios, San Isidoro. Número 6. Folio 48 vuelto.  


La casa de los Grave de Peralta se convirtió en Teatro Infante

 Por Juan Albanés

José Grave de Peralta y Rafaela de Zayas Cardet (padres de los generales Julio y Belisario), tenían su casa en la calle de San Pedro, luego Julio Grave de Peralta y hoy Martí, frente a la Plaza de Armas, (hoy parque Calixto García). Esa información aparece en el Tomo 3, Folio 87, Finca 238 del Registro de la Propiedad.

Era una casa de ladrillos, tejas y madera, y estaba marcada por el número 33, luego 35. Al fondo de esta había un colgadizo de tierra con tres metros de frente y tres de fondo.

La casa lindaba, al Norte con la calle de San Pedro, al Sur con la casa de Vicente Moyúa y Lengarán, al Este la de José de las Mercedes de peña.

En 7 de agosto de 1857 la venden por escritura a Pedro Pascual Lacoste (yerno de los anteriores dueños), y a la muerte del comprador la hereda Pedro Pascual Perfecto Lacoste y Grave de Peralta. Este último la vende a su tío Manuel Grave de Peralta y Zayas.

En la República, Manuel  la vende a Wenceslao Infante Bidopia en dos partes: (1ro) Le vende 13x30 metros y (2do) 17x30 metros.

Allí se construyó más tarde el teatro Infante (inaugurado el 2 de junio de 1939)

Comprende la casa del lírico (altos) y la antigua farmacia (bajos).  



Cine y boxeo en Pueblo Nuevo, Holguin

Por Juan Albanés

El primer cine de la ciudad de Holguín que estuvo fuera de los márgenes naturales de la ciudad, estuvo en Pueblo Nuevo, con frente a la calle Real (donde ahora funciona una carpintería) y se llamó República.

En 1925, siendo empresario del cine Juan Fernández Velázquez se ofrecieron allí matchs de boxeo. Hubo un start bout a diez round entre el soldado Guerra, del Escuadrón 14 y J. Guillot. Lo ganó Guerra, quien, además, era corneta de la guarnición de Holguín.

Según el recordé del periódico a la vista, al soldado le faltaba un pulmón.

A ocho round, Jesús Guillén le ganó al francesito Laffita.

A seis round, José Manuel del Valle hizo tabals con Bernardo Seutary.

A diez round, Mongo Ramos le ganó por KO a Luis Kid David. Pero a poco después Mongo ramos murió a consecuencia de los golpes.

Tiempo después el Relámpago saguero le ganó a Cheo Morejón, percibiendo la mayor bolsa profesional: 250 pesos. 

Pelea sensacional fue la celebrada en la valla Holguín entre Mario Kid Calixto y Frank Cruz. El promotor fue Toñé Aussed, como referee José Luis Pita y como anunciador, Octavio Urbino.  

Capturan a un brujo en Holguin

 Por Juan Albanés

Miércoles 9 de marzo de 1960. En calle Miró 136, debajo de un árbol de almendras, se encontraron tres calaveras humanas, guatacas de burro y objetos de brujería. El dueño (y brujo) lo era el mestizo Luis Gayoso, de 42 años. Fue detenido por el vigilante Antonio Cables Ochoa.

También le encontraron tibias, fémures y otros varios huesos. El administrador del cementerio lo era José de la Luz Urbino Arias.

Botánico

Por Juan Albanés

Maximiliano Curbelo Leyva, fue cultivador de la botánica. Hizo estudios sobre las palmas indígenas del género Copernicia. (Tomas Roig. Diccionario Botánico, La Habana, 1953. Tomo II, págs. 935 y 936)

El botánico Hermano León le dedicó la planta de Yarey de Tejer, cuyo nombre científico es: “Copernicia Curbeloi”.

Murió relativamente joven, en 24 de agosto de 1938  

Ayuda a menesterosos de Holguin al final de la guerra de independencia de 1895

Por Juan Albanés

Antonio Cabanillas Manzaneda, 38 años, de Villanueva de la Sorena, Bajadoz, Extremadura. Segundo teniente del Tercer Escuadrón “Hernán Cortés”.

Casó el 12 de julio de 1897 con Concepción Leonela Monner Granjel, natural de Holguín.

Al terminar la guerra de 1895, Don Antonio Cabanillas Manzaneda trajo vituallas y ropas para los menesterosos de Holguín que les fueron proporcionadas por Miss Clara Barton, encargada de la Cruz Roja, establecida entonces en la casa comercial de J.Bueno y Compañía, en Santiago de Cuba. Igualmente la ayuda la aportó un alemán nombrado Germán Michaelson, quien instaló una cocina económica en Santiago e hizo mucho por aliviar a los menesterosos y azotados por la guerra.

(El alemán posteriormente puso un aserrío en un lugar perteneciente a la jurisdicción de Holguín. Por la popularidad del dicho alemán ese lugar pasó a llamarse San Germán, e igual fue este individuo quien por mucho tiempo sostuvo económicamente al trovador Sindo Garay). 

Primer asesinato en Holguin después de la caída de Machado

Por Juan Albanés

En 10 de agosto de 1933, cuando solamente habían transcurrido seis días de la caída del General Machado del sillón presidencial de Cuba, ocurrió un hecho de sangre en esta ciudad de Holguín:

Evangelio Herrera y Vidaburú, natural de San Andrés y a quien le decían “El Negro”, gestionó del alcalde Rafael Masferrer Landa una carta con la finalidad de que Justo Tomás Benítez le entregara treinta reses para reparto de carne gratuita al pueblo (las conocidas “cocinas económicas”)

Herrera observó que un tal Santiesteban portaba un arma, y siendo sospechoso de “apapipio” (adicto al régimen caído), Herrera le cayó atrás y ya frente al Centro de Veteranos, donde vivía el Santiesteban, este extrajo el revólver y mató a su perseguidor. 

En el lugar se colocó una tarja recordativa, que luego fue quitada.

Alquilador de coches tirados por caballos en Holguin, 1906

 Por Juan Albanés

En el de 1906 el holguinero Ramón Carril alquilaba a la población coches de canapó, calesinas, carros de muelles, etc., y también útiles de transporte de la firma norteamericana Century Manufacturing, de St. Louis, Missouri, EE.UU.

Carril atendía a sus clientes y tenía su cochera en la calle General Miró, número 43, Barrio Norte, Ciudad de Holguín.

(La información fue tomada del periódico “El Eco de Holguín de 10 de marzo de 1906, año XII, Número 718)

Toma de posesión del alcalde de Holguin García Portelles

 Por Juan Albanés

Alcalde García Portelles

La toma de posesión del alcalde de Holguín Sr. José García Portelles fue el 24 de febrero de 1923. Ese mismo día el Arzobispo de Santiago de Cuba, Monseñor Félix Ambrosio Guerra y Fezzia bendijo la recién estrenada iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en Velasco. 

La fotografía de García Portelles fue de las primeras que publico el periódico El Eco de Holguin.

Para leer más haga clic aquí.

(Dato tomado de El Eco de Holguín, domingo 24 de febrero de 1923)

Acta de nacimiento de Belisario Álvarez Céspedes

Por: Juan Albanés



Libro 9no de Bautizos, Inscripción No. 1178. Iglesia San Isidoro de Holguín.

Nacimiento de Belisario José Álvarez Céspedes, nacido en esta ciudad de Holguín el 2 de Julio de 1832.

Escribió la obra: “Las Haciendas Comuneras en Cuba”, Gibara, Imprenta Martín Bim, 1900.

Se considera el gran traidor holguinero a la independencia de Cuba. Para leer más haga clic aquí.

La historia de Holguin escrita por un poeta en 1917

 Tomado de la revista "El Fígaro"

Antonio Aguilera Ochoa.

Del distinguido y culto escritor holguinero, Antonio Aguilera Ochoa es el presente, brillantísimo trabajo, con que blasonamos las columnas de EL FIGARO.

Es Aguilera Ochoa escritor de fácil y elegante estilo, de vastísima cultura y un patriota a la manera de aquellos excelsos varones de la década gloriosa, que ama a Cuba y a su terruño sobre todo, con noble orgullo y entusiasmo.

Figura prominente en la sociedad de Holguín, ha ocupado cargos delicadísimos, en donde ha puesto de manifiesto su amplio espíritu de justicia y su gran capacidad.

Ha sido Jefe organizador de la Subalterna de Hacienda en Holguín en 1899; Jefe de la Zona Fiscal desde 1902 hasta 1906, en que fue electo Consejero Provincial por una gran mayoría; fue además, durante tres años, Jefe del Banco Español y organiz´las Subalternas de Tunas, Banes y Mayarí; Pagador del 2do Cuerpo del Ejército Libertador, del que es Teniente Coronel, grados que ganó en acción de guerra; y Compromisario Presidencial en los dos periodos del General Mario G. Menocal.

Con méritros de sobra, el señor Aguilera Ochoa, para figurar entre nuestras figuras más prestigiosas del Congreso, no tiene otra aspiración que laborar silenciosamente en su retiro de Holguín, por todo empeño de cultura y progreso material, en bien de su patria.

Nosotros hemos tenido oportunidad de tratarlo íntimamente y hemos apreciado en él un gran corazón de cubano y una mentalidad vigorosa y fecunda.

Allí, en su Holguín bien amado, dirige “El Campesino”, publicación bisemanal en donde ha librad cívicas campañas en pro de su partido político y del engrandecimiento de su pueblo.

Nosotros en justo homenaje a sus grandes méritos, al acoger con señalado júbilo, en esta edición especial de Holguín, su hermoso y concienzudo trabajo, tenemos especial honor en trazar estas modestas líneas en noble reciprocidad a las infinitas pruebas de afecto de que fueron objeto por parte de él, nuestros Representantes en esa, nuestros queridos compañeros Rafael Argilagos y Miguel Ballester, Redactor y Agente viajero, respectivamente, de esta publicación.      

Artículo de Antonio Aguilera Ochoa, especial para El Fígaro, 1917:

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¿Qué era la bien trazada ciudad de Holguín, (como la llamaba en su geografía, don José María de la Torre), en la época colonial? Era una población de 5 000 almas escasamente y de unos 20 000 el término, sin vías de comunicación, a nueve leguas de Gibara; era Holguín una población sin higiene, sin ornato, sin alumbrado, triste, que parecía que sus habitantes estaban condenados a morir en la miseria, en la más crasa ignorancia.

Las mercancías venían a lomo o en carretas desde la villa hermana.

Solo había una escuela para varones y otra para niñas. A los maestros no se les pagaba. El padre del autor de estas líneas fue profesor y una de las víctimas de la política oscurantista de la vieja metrópoli española.

Artes, industrias, comercio, agricultura, ganadería, todo eso, todo, valía tan poco, que no tenía valor alguno. La tierra podía adquirirse a 5 y 6 pesos la caballería, y todos la despreciaban. ¿Qué harían con ella? ¿Sembrar? ¿Y a quién venderían la cosecha? ¿Criar, cebar? Lo mismo le ocurría al productor.

Asi, Holguín semejaba una hada moribunda, hambrienta y haraposa, en el seno de un vergel paradisiaco. Y Cuba parecía un gigante tendido en el océano.

Gracias a un español de educación anglofrancesa, (¡lo que influye la educación!), el señor Javier G. Longoria, espíritu delicado, altruista, comerciante honrado, hombre de grandes arrestos, por un supremo esfuerzo suyo quedó unido Holguín a Gibara hacia 1890 por la vía férrea que aún existe. Fue un gran paso de avance hacia el progreso, pero quedó anulado por las trabas que oponía al desenvolvimiento económico la funesta política metropolitana. Y los añojos seguían a $ 5.00 y el tabaco a $ 3.00 y $ 4.00 el quintal.

Qué perspectivas más horrendas. ¡Y seguíamos, mientras, sin luz, sin escuelas…, en una palabra, la noche, la eterna noche sin aurora! Véase cuan cierto es lo que decimos, que para no recargar de colores el fatídico cuadro de miseria  que presentaba Holguín, insertamos el siguiente artículo del periódico español, órgano del Partido Unión Constitucional, integrista, que se publicaba en Holguín, y de fecha 19 de septiembre de 1889. El periódico se llamaba “Cuba Española”.

He aquí el artículo de “Cuba Española”.

Cuba española por sí y a nombre de la Directiva y demás miembros del partido se honra en saludar al celosísimo e infatigable representante del Gobierno de la Nación, Excelentísimo Sr. Gobernador General D. Manuel Salamanca y Negrete, enviándole la más ardiente expresión de entusiasmo y agradecimiento de que se sienten poseídos de todos nuestros correligionarios al tener la orgullosa satisfacción de ser visitados por el valiente campeón del prestigio nacional en esta tierra española.

En esta ciudad de Oriente, teatro un día de fratricida discordia civil de que dan fiel y tristísimo testimonio los derruidos y ennegrecidos muros de muchas casas que fueron habitaciones de pacíficos y felices ciudadanos, y en donde se levanta orgullosa la casa que va a alojar a tan ilustre huésped, satisfecha de haber mantenido largo sitio sin rendirse a los numerosos enemigos de España; en esta ciudad de Holguín donde hoy reina la paz manterial que no satisface las aspiraciones de los pueblos cuando la paz moral les falta, encontrará Vuestra Excelencia vivo y poderoso el sentimiento nacional del que nada ni nadie puede triunfar (Sic.) y con él, el altísimo respeto, la consideración y el sentido agradecimiento de cien y cien corazones que en Vuestra Excelencia, dignísimo prócer de la noble España, tienen puesta su fe y su confianza, y que laten unidos y gozosos al saludarlo.

Triste, muy triste es la situación económica de esta comarca. La depreciación del ganado que hoy forma una no pequeña parte de la riqueza publica; el escaso valor del tabaco y del maíz, únicas producciones agrícolas, la falta de fincas (FALTAN TRES RENGLONES)

, sin valor la propiedad territorial, mermado extraordinariamente el valor de la propiedad urbana; agobiado el comercio por los impuestos y languideciendo por el estado precario de todas las clases sociales, aquí se vive de milagro, Excelencia Serenísima, y sin que todos estos males sean bastantes para que determinado elemento que extrema sus afirmaciones de amor al país, cese de sembrar la desconfianza y el desaliento por todas partes en embozadas profecías, que los tímidos y los perversos aprovechan para extinguir el crédito público.

Aquí, Excelencia Serenísima, solo nos queda una esperanza, la terminación del ferrocarril de Gibara, que en momentos de penuria y contra todo imposible, proyectó y llevó a cabo el infatigable y progresista querido vecino de Gibara, hoy su Alcalde Municipal, D. Javier Longoria.

Grande sacrificios ha hecho Holguín en pro de la Empresa, sacrificios Excelencia Serenísima, que hoy deplora, viendo el descuento (ilegible) a que han llegado las acciones y sobre todo la paralización de las paralelas por falta de capital, que no pido realizarse.  Ninguna empresa de tal magnitud ha podido llevarse a cabo con la economía, la honradez y el entusiasmo de la de este ferrocarril, pues el valor que hoy representa su activo, excede en muchos miles de pesos su costo.

Pero hasta hoy han sido vanas las gestiones practicadas por la digna junta de su dirección para adquirir el pequeño capital que necesita para hacer llegar a esta la línea.

Vuestra Excelencia con su poderosa iniciativa, está llamado a resolver los obstáculos que se oponen a la esperanza salvadora de Holguín y sin duda hará uso de ella en pro de estos habitantes.

Otra salvadora medida para el porvenir de esta ciudad sería, Excelencia Serenísima, que Vuestra Excelencia, ilustrado por la Junta Superior de Sanidad, fijase su superior atención en la benignidad del clima de este departamento y sus condiciones topográficas y biológicas en favor de los reemplazos del ejército, como uno de los mejores puntos de aclimatación de la Isla. Los magníficos cuarteles y enfermería situados al Norte de esta ciudad, ofrecen ventajas incontestables de higiene, que no reúnen acaso ninguno de los del interior, teniendo en cuenta la distancia a que se encuentra esta ciudad de las costas y su vía férrea.

Solo nos resta como representantes en la prensa del partido “Unión Constitucional” encarecer de Vuestra Excelencia la salvadora iniciativa de su reconocida inteligencia en pro de este Término Municipal, digno por todos conceptos de la especial atención de tan ilustre gobernante. 

Y al desear a Vuestra Excelencia una grata permanencia en esta localidad, en unión del distinguido personal que le acompaña, nos permitimos saludar al Sr. Jefe de Estado mayor, Teniente Coronel Sr. Lafont y al distinguido Médico Militar Sr. Roure y particularmente a nuestro querido Comandante General y Excelencia Serenísima García Muñoz, así como también a nuestros distinguidos compañeros en la prensa D. Manuel González Peraza, del “Diario de la Marina”; D. Francisco Varona Macías de “Unión Constitucional”; D. Emilio C. de Villegas, de “La Prensa”; D. José L. Castellanos, de “El Español” y D. Rafael Ibarzaga, de “La Lucha”.

A todos deseamos les sea agradable su permanencia en esta ciudad.


No había un solo resquicio de esperanza en que fundarse para esperar que hubiese una transformación de aquellos misérrimos valores intelectuales y materiales, que propiciaran el resultado de poner en explotación la enorme riqueza que atesoraba y yacía estancada en su fértil campiña, ni las natrales disposiciones de sus moradores, demostradas en el transcurso del tiempo; a no ser la que bullía en la mente, la que en el corazón alentaban los patriotas que comulgaban con Céspedes y Martí; los que creían que el coloniaje era un baldón para la dignidad humana tal y como lo ejercía España, sin rectificaciones y, que, videntes, creían firmemente, que el separatismo traería no solo la redención del colono, convirtiéndolo en ciudadano, sino el verdadero progreso del país, mediante tratados comerciales, que estábamos impedidos de hacer, de una intensa acción agrícola y cultural, y de una protección sin tasa ni medida, a las industrias nacionales, que pusieran en actividad nuestras fuentes de producción, y colocasen al nativo en condiciones de luchar en un medio más ventajoso que el que nos ofrecía la metrópoli. 

Bella visión, convertida ya en realidad tangible, la de nuestros esclarecidos libertadores. ¡Innegable, palpable! Y si alguien, osado, quisiera cerrar los sentidos a la evidencia, e, ignorante lo dudase siquiera, hablarían los hechos, hablarían los números, la estadística; bastaría presentarles el volumen del movimiento comercial del pasado año que tuvo la nación, que sobrepasa de 600.000.000 al lado de los 80 o 90 millones de los años de la colonia; sería bastante enseñarles la República organizada de acurdo con una Constitución que consagra los últimos anhelos de los pueblos democráticos y libres, los de nuestros gloriosos héroes y mártires, por cuyos ideales se sacrificaron, junto a la triste condición de Cuba colonial; y por último, le mostraríamos nuestra bandera, símbolo de nuestro “status” internacional, de pueblo, de nación libre, soberana, independiente. Que cruza los mares al tope de los mástiles de los barcos de nuestra flota de guerra y mercante, que flamea en nuestras fortalezas todas, que ondea en el Palacio Presidencial, donde reside el Jefe de la Nación, el excelso patriota, el prócer ilustre, Mayor General Mario G. Menocal, cubano como nosotros, que siente nuestras tribulaciones y dolores, que participa de nuestros regocijos y alegrías, tan distinto del Capitán General español, divorciado completamente de nuestros más caros intereses; que unas veces resultaba el juguete de las camarillas de integristas y austriacantes, y por otras un déspota, según convenía al poder metropolítico.

Desde aquel momento, desde que callaron los cañones y los rifles libertadores, entró nuestra patria, y con ella todos los pueblos, entre ellos Holguín, en plena y noble justa de adelanto y progreso, que merced, únicamente, al esfuerzo colectivo de su población trabajadora, al de sus elementos progresistas, ha alcanzado puesto preeminente en lo social, intelectual, profesional, comercial, industrial, minero, agrícola, ganadero y deportivo.

Holguín intelectual y revolucionario.

Holguín ha sido pródigo en dar hijos que le prestigiasen, desde tiempo inmemorial hasta la fecha. Y fueron principales figuras de la intelectualidad, del foro, el Coronel Ldo. Justo Aguilera, fusilado al ser hecho prisionero; su hermano José Antonio, Presidente de la Junta Revolucionaria, de la cual era Secretario el ilustre doctor Eusebio Hernández; la colosal figura del foro Ldo. Belisario Alvarez y Céspedes, que llegó hasta a ser Presidente de la Audiencia de Puerto Rico; la del letrado y lingüista señor Antonio Pellón, Gran Maestro, Venerable, de Cuba; la de José Ramón Manduley y del Río, hombre de extraordinaria cultura, sagaz y consecuente político junto a la de su hermano Rafael, de los propios apellidos; que fue Secretario de la Guerra de la República en armas, que fue a la Constituyente de 1901 y que es Presidente de los Liberales de Oriente y ha sido Representante y Gobernador Provincial, hombre de gran cultura, inquieto y batallador político. La del extraordinario patriota, eximio revolucionario, héroe y mártir de la independencia, orador incisivo, lingüista, brillante letrado, doctor Francisco Frexes Mercadé, quien murió gloriosamente en Pinar del Río, en la batalla de “Soroa”, ostentando el grado de Coronel del Ejército Libertador, siendo Jefe del Despacho del Bolívar cubano, Lugarteniente General Antonio Maceo; Manuel Rodríguez Fuentes, General del Ejército Libertador, hombre de ánimo esforzado, valeroso, doctor en leyes, orador fácil y enérgico, que ha sido Representante, Gobernador Provincial de Oriente, Jefe de los conservadores orientales y Senador de la República. Alfredo Betancourt, gloria de la tribuna cubana, abogado, Capitán del Ejército Libertador que brilla en el foro, y ha sido y es Representante a las Cámaras y es líder del Partido Conservador en la misma. Francisco Fernández Rondán, hombre de gran tacto, correctísimo, de la confianza de innúmeras empresas, que representa, entre ellas, la poderosa Chaparra Sugar Company, Jefe del Partido Conservador de Holguín, letrado, de acreditado bufete, de desahogada posición económica, personalidad política de gran relieve, indicado para los más altos puestos de la República, revolucionario y libertador, pues ostenta el grado de Coronel del Cuerpo Jurídico de la República en armas. Su malogrado hermano José, que fue Coronel del Ejército Libertador, Magistrado y Senador de la República. El competente letrado Manuel de Jesús Manduley, los notables galenos fallecidos, Humberto y Bernardo Manduley; el doctor y rico propietario Alcibiades de la Peña, y el doctor R. W. Avilés; el distinguido intelectual e ingeniero civil señor Walfrido de Fuentes, Arquitecto de la capital de la República; el gran letrado y orador forense doctor Eudaldo Tamayo; y una nueva floración en el campo intelectual, los cuatro hermanos doctores Álvarez Fuentes; José, Álvaro, César y Alfonso, este último catedrático por oposición de la Escuela de artes y oficios de La Habana. Francisco Frexes Bruzón, hijo del caído gloriosamente en Soroa; el Dr. Enrique Rodríguez Fuentes, letrado, agricultor, hombre acaudalado, propulsor de las industrias holguineras, miembro de la firma P. Rodríguez y Co., y cien más que se preparan a seguir las huellas de sus predecesores gloriosos; entre todos ellos surgen con fulgores diamantinos nuestros guerreros indómitos, a quienes debemos agradecer, y nunca pagaremos los dones que con su esfuerzo heroico y patriótico, dieron a Cuba, su civilizador y próspero estado actual de bienestar y progreso, los Generales Mariano Torres, Remigio Marrero, Cornelio Rojas, Pedro Vázquez, Coronel Modesto Fornaris, émulo de Maceo en el sufrimiento, septuagenario en cuyo cuerpo lucen catorce soles en forma de cicatrices del plomo español; y Mario G. Menoca, que es nuestro, es holguinero, porque fue el Jefe del Estado Mayor de Calixto García, y tuvo el mando directo de las brigadas y divisiones holguineras, con las cuales rendimos a Guaimaro y Tunas, donde la metralla le mató el caballo y a él le partió una pierna, y con las que destrozó la columna española del Coronel Tejeda, cubriéndose de gloria en los “Aguacatones”; ¿Qué mejores títulos para considerarlo nuestro? Y así, orgullosos, lo disputamos como nuestro paisano insigne. Y, por encima de todos, como el sol en zenit, la inconmensurable figura del eximio holguinero, Mayor General, Lugarteniente General del Ejército Libertador, Calixto García Iñiguez, para quien, y en su loor, hace agotado el ditirambo y el adjetivo encomiástico. ¿Quién es Calixto García? Guerreo, intelectual, poliglota, libertador. Nos basta saber que Cuba lo sabe. Que sus hechos forman monumentos. ¡Que las trompetas de la Fama no callarán jamás para proclamar la del caudillo insigne! ¡Que la historia lo consagra! ¡Que el mármol inmortaliza su arrogante figura, como la Historia sus hechos ingentes!

Ese es el Holguín heroico, patriótico, intelectual. Hermoso e inestimable bagaje. Pudiéramos decir, y lo decimos: los holguineros nos sentimos felices.

Holguín profesional.

La densidad de su población, que ha llegado a contar en el último censo 87 918 habitantes, el desenvolvimiento de su intensa vida agrícola, industrial y comercial, ha determinado que sea la residencia de distinguidos profesionales y se establezcan los bufetes, cada vez con más negocios, del doctor Francisco Fernández Rondán, doctor Enrique Rodríguez, Pedro Talavera, Gabriel y Rafael Gastón, doctores Alejandro Vázquez, Francisco Frexes, José Biosca, José García Feria, Agustín Calderón, Emilio del Barrio (registrador de la propiedad), y Oscar Cancio (registrador mercantil).

La instalación de la Clínica del doctor Benito Batallán, en la cual actúan los doctores Sebastián Beltrán, Antonio Latour, Rodolfo Socarrás, y los acreditados gabinetes de los doctores Francisco (Pérez) Zorrilla y R.W. Avilés.

Los estudios del ingeniero Vicente Biosca y de los agrimensores, señores Alberto Álvarez Fuentes y José Querejeta.    

Las farmacias de los doctores Teodoredo Gutiérrez, Basilio Gómez Gallardo, Mercedes Sirvén. Oscar Albanés. Manuel Díaz Labrada y Delfín A. Hernández, establecimientos montados a la moderna. Clínica dental del Dr. Fermín Torralbas. Y una clínica veterinaria del Dr. Héctor Poveda.

Holguín social.

No podía sustraerse este pueblo, amante de su progreso, sociable por idiosincrasia, consiente de su destino, al deseo de organizarse socialmente, por ser ésta una de las firmes bases en que se asienta el más efectivo progreso, que estrecha y une en común esfuerzo, en suprema solidaridad, a los habitantes, para sacar nuevos ideales de mejoramiento colectivo, para obtener positivos triunfos en futuros y grandes empeños.

Y como exponente de sus esfuerzos en este sentido, la sociedad “El Liceo” posee su casa propia, en el lugar más céntrico y alijado con verdadero gusto y confort para organizar sus fiestas culturales y bailables, que nada tiene que envidiar a las de grandes capitales.

Ha organizado un Club Atlético en terreno y edificio propios, con magnifico gimnasio, gran frontón para hand ball, campo de tennis, basket ball, duchas, etc, etc., donde la juventud holguinera endurece sus músculos y se hacen hombres fuertes y las féminas organizan sus partidas de tennus y se conciertan desafíos con las novenas de Chaparra, y se hacen field day encantadores.

Los artesanos tienen una magnifica sociedad con casa propia, “El Alba”. También hay una gran glorieta donde el Club Holguín, tan fuerte como el que más en la Isla, presenta batallas a los que retan. 

Holguín pedagógico.

La enseñanza pública ha recibido un vigoroso impulso, no obstante hacer falta aulas.

Basta saber que en Distrito Escolar existen 22 aulas y hay una escuela de kindergarten.

Debido a la iniciativa de los holguineros, se organizó el Instituto Holguín, que está incorporado al Provincial, y anualmente nos prepara un buen número de bachilleres, y tiene más de cien escolares.

Es de hacer notar que el General Menocal cuando no era Presidente, contribuyó con 20 acciones y que igual hizo con “El Liceo” para reconstruirlo, y que generosamente las donó; rasgo muy apreciado por los holguineros.

Holguín agrícola.

En este pinto, aunque todavía no ha desarrollado su potencialidad productora, pues encierra en su término 62 000 caballerías cultivadas y más de 6 000 predios rústicos dedicados a pastos y frutos menores, la cosecha pasada rindió sobre medio millón de quintales de maíz, que los agricultores vendieron a un promedio de cinco pesos el quintal; más de 200 000 de frijoles blancos y colorados comercializados a quince pesos; cebollas, papas, boniatos, ñames y plátanos, que, en conjunto, ha podido estimarse para los productores holguineros en unos cinco millones. Es importante la producción de aves y huevos. Con razón, llámase a Holguín el granero, la factoría de la república. Y no fue mayor la producción por falta de caminos, que es lo que piden los holguineros, que impidieron por su mal estado, sacar todo el fruto. ¡Caminos y más caminos, el anhelo de los laboriosos ciudadanos de Holguín!

Cuenta hoy Holguín, en su término, con los magníficos centrales que han rendido enormes zafras. El  “Cupey”, “San José” y “Tacajó” entre todos han rendido unos 500 000 sacos. Están instalados y hechas sus plantaciones, “Báguano” y “Central Rey”.

La tierra vale hoy a $ 1.000 y $ 1.500 la caballería.

Holguín minero.

Siguen explotándose, en gran escala, las minas de oro de “Aguas Claras”, y se están practicando innumerables investigaciones sobre otras zonas metalíferas de gran importancia, donde abunda el cobre, hierro y manganeso excelentes.

Holguín comercial e industrial.

Con enunciar solamente que hay inscriptos 696 establecimientos en los registros del subsidio, basta para comprender la importancia comercial e industrial que ha adquirido Holguín. 

Aquí se cuenta con magnificas y acreditadas casas comerciales e importadoras, entre las que se destacan Aguirre y Sondón, Rimblas, García y Co., Fuentes e hijos, Manuel Rippe, Miranda e hijos y Rosendo Gómez.

Existen y hacen excelentes negocios las Sucursales del Banco Español y del Nacional, pudiendo asegurarse que montan a más de un millón de pesos sus depósitos.

Hay una buena planta de luz eléctrica, de Chaparra Ligt & Power Co., hay otra de hielo y aguas gaseosas, aserríos y carretería y construcciones, de P. Rodríguez y Hno., hoy Matías Alemán (Sociedad en Comandita). Hay dos fábricas de mosaicos, una de licores, talleres de herrería, carpintería, fábricas de ladrillos y tejas, de calzado y magníficos cafés. 

El tráfico en este lugar donde solamente había un coche y una carretilla, lo sirven hoy unos 80 automóviles y muchos coches, y en todo se observa una actividad febril, precursora de grandes transformaciones. 

Holguín ganadero.

La existencia de ganado a pesar del mayor consumo, por el aumento de la población, es la siguiente: vacuno, 131 489 cabezas; caballar, 31 205; mular, 529; asnal, 22.

En ganado vacuno hemos alcanzado hasta 200 000 cabezas no ha mucho tiempo. 

Holguín vende a otras provincias anualmente, y a otros términos, más de 20 000 cabezas de ganado de mejora; y más de 15 000 cebadas, a otros pueblos de la provincia: Puerto Padre, Santa Lucía, Banes, Preston, Felton, Antilla, y mantiene su población de casi 90 000 más. 

Holguín progresista.

Se han reconstruido más de 700 casas y se han fabricado otras tantas, algunas de $ 50 000 pesos. Actualmente hay más de 120 en construcción.

Sus parques se han ornamentado y alumbrado convenientemente, donde se dan retretas los jueves y domingos, por sus dos magníficas bandas de música.

La población tiene un selo de modernismo. Tiene dos plazas de mercado y matadero de reciente construcción.

Sus habitantes son de carácter dulce, comunicativo, afectuoso con los forasteros, a quienes colman de atenciones, y si se arraigan y plantan su tienda definitivamente, se les considera como de la casa y conviven armónicamente; son los holguineros muy patriotas, muy cubanos, muy apegados a los suyos, muy amantes de su terruño, al que defienden con calor en todas partes, porque lo que somos o debemos al propio y exclusivo esfuerzo nuestro, cualidades muy estimables que hemos observado en pocos pueblos, que han necesitado de la ayuda de otros para salir avante, y que, quizás, por eso, y sin razón, se nos califica de “localistas”, sentimiento innato en todos, y a nosotros de ello se nos moteja. No obstante, confiamos en que se nos hará justicia, y, más, si saben que deseamos se infiltre en todos los pueblos el amor “a la patria chica”, generador del adelanto el progreso holguinero, que no está reñido, al contrario, con el de todos.

Holguín y su administración municipal.

De las administraciones municipales holguineras, de dos décadas atrás, nada tienen que agradecer los holguineros. El fracaso ha sido tremendo. Desorganizadas, incompetentes. Formadas por elementos ineptos, sin ideales.

Holguín, que resiste un presupuesto de $ 250 000 pesos, ha aprobado ahora uno de $ 115 000; sin embargo, es el doble del de los ejercicios anteriores. Hay motivos, hoy, muy fundados, para esperar una reorganización completa, de la movilización verdadera, de las rentas municipales, para cumplir en lo posible con los contribuyentes y con nuestros anhelos de mejoramiento local. No estamos dispuestos los holguineros a consentir la anarquía inconsciente, agravada por el analfabetismo, en nuestros asuntos locales.

Holguín y sus aspiraciones.

Holguín, si nada tiene que agradecer al municipio, que lo ha desgobernado, ni a la provincia, a la cual contribuye con fuertes sumas, ni al tesoro Nacional, al que contribuye con otras mayores, porque sus Representantes casa nada piden, no por eso deja de tener aspiraciones muy fundadas.

Un pueblo de la vitalidad, de la entereza y del carácter de Holguín realiza sus empeños, lleva adelante sus propósitos. Holguín necesita terminar la carretera a Cacocum, y lo hará. ¡Cómo? Eso no se pregunta, ni se inquiere de los pueblos. Basta conocer sus designios para darlos por hechos. Le bastará la energía y la constancia de sus hijos. Ni díscolos ni soberbios, sino sabiendo elegir hombres activos, tenaces, incansables y conscientes de sus deberes. El holguinero no es vanidoso, a pesar de que puede vanagloriarse de ser dueño de la casa que habita y de la tierra que cultiva y no vende; pero tiene presente lo que dice Bayard, si mal no recordamos, en “El Pilluelo de París”: “que si cada uno recordase su pasado, lo que fue su origen, ajustaría su conducta y sus actos a una forma racional, exenta de violencia, que a veces provoca el ridículo y el menosprecio”.

Recordando nuestro pasado, de desamparo, de falta de protección oficial, desde la época colonial hasta nuestros días, nos daremos alientos para obtener lo que necesitamos. Así como nos hemos engrandecido labrando la tierra y organizando empresas que han ayudado a salir de este mal trance a la República. De igual modo, con el mismo ahínco, lucharemos por nuestros derechos para que se nos hagan las obras públicas que con razón demandamos, ya que no las dicta nuestro egoísmo, satisfecho interiormente, sino para contribuir al mayor beneficio de la nacionalidad. 


  


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