Por: Juan Albanés
El primer aparato cinematográfico (se denominaba entonces el Vitascopio de Edison), funcionó en los bajos de la actual Casa Periquera, que servía entonces de salón de actos y bailes de la Sociedad El Casino. Esto ocurrió en noviembre de 1898, a raíz de la entrada de las primeras tropas norteamericanas, (primera intervención), en Holguín, al mando del Coronel Duncan N. Hood.
La primera función, nos decía “Fello” Urbino, (que perteneció a la Orquesta “la Bulla”, hoy Hermanos Avilés, que era la que amenizaba el acto), se dio el 25 de noviembre de 1898 y más que una diversión fue una novedad.
Las vistas al proyectarse sobre el lienzo, titilaban, lucían oscuras, faltas de expresión y los intermedios eran largos en demasía.
Una Compañía norteamericana presentó en Holguín y en todas partes de Cuba, una película de fines propagandístico de la primera intervención, con los corotos “La Voladura del Maine” y “Luchando con nuestros boys (o muchachos) en Cuba”. (Esos cortos eran muy breves, no llegaban a los 30 minutos de duración).
A finales del siglo XIX ya se exhibían en Holguín, aunque sin agentes eléctricos pues en el pueblo no hubo planta hasta 1910, películas cortas tales como “Papá la purga”, “El piano maravilloso”, “La venganza del derviche (monje)” y otras.
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