Conferencia pronunciada por el sabio
holguinero José Juan Arrom el día 7 de junio de 1973 en el Salón de Actos de la
Asociación de Industrias de la República Dominicana, con motivo de la
inauguración de la Sala de Arte Prehispánico de la Fundación García Arévalo,
Inc.
Es bien sabido que los idiomas
reflejan y a la vez moldean la manera depensar del pueblo que los habla. En el
caso del idioma de los taínos, dejado de hablar y olvidado desde hace cinco
siglos y apenas estudiado desde entonces, esmuy poco lo que de él se conserva.
Pero aun así, haciendo un esfuerzo por reunir y analizar sus dispersas huellas,
acaso todavía podamos vislumbrar algunos de los procesos mentales de los
aborígenes antillanos através de las palabras que nos han dejado.
Lo anterior es lo mismo que decir que nos valdremos de las pocas palabras tainas que hoy conocemos, para entenderla el modo en que sus hablantes captaban la realidad, y de ese proceso intentaremos inferir cómo se veían ellos a sí mismos y a sus semejantes, cómo identificaban las islas a donde llegaban y cómo nombrabanlos accidentes geográficos que en ellas descubrían, cómo se situabanante su organización social y cómo percibían y caracterizaban la flora y lafauna que les rodeaban.
A ese efecto escogeremos algunos términos relativos a distintas actividades y procuraremos analizar su estructura paradar con los significados implícitos que habrán de auxiliarnos en la tarea.
Lo anterior es lo mismo que decir que nos valdremos de las pocas palabras tainas que hoy conocemos, para entenderla el modo en que sus hablantes captaban la realidad, y de ese proceso intentaremos inferir cómo se veían ellos a sí mismos y a sus semejantes, cómo identificaban las islas a donde llegaban y cómo nombrabanlos accidentes geográficos que en ellas descubrían, cómo se situabanante su organización social y cómo percibían y caracterizaban la flora y lafauna que les rodeaban.
A ese efecto escogeremos algunos términos relativos a distintas actividades y procuraremos analizar su estructura paradar con los significados implícitos que habrán de auxiliarnos en la tarea.
La manera en que se veían a sí
mismos y a sus semejantes los aborígenes taínos.
Varios cronistas atestiguan que era
con no disimulado orgullo que sereferían a sí mismos como taínos. Pedro Mártir
de Anglería relata: “Les salió al encuentro un hombre de arrugada frente y
altiva mirada, acompañado de otros ciento, los cuales [...] gritaban que eran
taínos, osea nobles, no caníbales”[1].
Y así es, en efecto. C. H. de Goeje ha registrado en idioma lokono o arauaco
legitimo la raíz “tai” con el sentido de “noble, prudente” y el sufijo “no”
como signo del plural masculino[2].
De ahí que “Taí-no” equivale,a “nobles,
prudentes”.
Asimismo los tainos designaban de modo igualmente encomiástico a los de su misma lengua y estirpe, y a los que habitaban en las Bahamas eran nombrados “lucayos”, de “lukku” que significa “persona, ser humano” y “cay, caíri”, que significa “isla”, o sea “gente de las islas o más propiamente, de los cayos”. Y sus hermanos que quedaron viviendo en el continente cuando los “tainos” vinieron a poblar las islas caribeñas, aún hoy se llaman a sí mismos “lokono”, término este formado por la misma base “lukku” y el sufijo pluralizador masculino “no”, es decir, “seres humanos”.
Contrariamente a los que hablaban otras lenguas y pertenecían a otras culturas no los consideraban “seres humanos nobles y prudentes”. Por ejemplo, a los que vivían en estado semi nómada en las cavernas y refugios rocosos de Guacayarima y otras apartadas regiones de las Antillas les llamaban “ciboney”, de “ciba”, que significa “piedra” e “igneri, igney”, “hombre”, o como si dijésemos “hombre-de-piedra” o “cavernícola”.
Y a otros dos grupos que convivieron con los aborígenes Taínos en el Caribe los llamaron “Macorix” y “Ciguayo”, que son palabras de significados despectivos. Según Las Casas “macorix quiere decir lenguaje extraño, casi bárbaro”[3]. Y “Ciguayo” o “Cyguayo” significa que traían los cabellos muy luengos, “como en nuestra Castilla lo llevan las mujeres”[4].
Hasta al mito etiológico, esto es, el que explica la causa de las cosas, los taínos le inventaron un origen separado a los demás habitantes de las Islas que tenían costumbres y lenguas distintas a las suyas. Así, ellos, “los nobles, los sensatos”, vinieron a la tierra por una gruta llamada “Cacibajagua” o “Cacimba de Jagua” y los otros salieron de otra cueva más pequeña, llamada “Amayaúna”, que es voz formada por el prefijo privativo “ma” que significa “sin, carente de”, y la base “iaúna,ioúna”, que significa “precio, valor, mérito”, o sea los otros, los “sin importancia o sin mérito”[5].
Entonces ya queda en evidencia el alto concepto en que los taínos se tenían a ellos mismos en relacióncon los demás pueblos antillanos. La excepción serían los caribes, pero en verdad no es excepción, sino confirmación de la regla: No fueron los taínos quienes dieron tal nombre a los caribes, sino que los caribes se dieron a sí mismos su nombre propio y luego lo impusieron por la fuerza de su inigualada valentía.
Asimismo los tainos designaban de modo igualmente encomiástico a los de su misma lengua y estirpe, y a los que habitaban en las Bahamas eran nombrados “lucayos”, de “lukku” que significa “persona, ser humano” y “cay, caíri”, que significa “isla”, o sea “gente de las islas o más propiamente, de los cayos”. Y sus hermanos que quedaron viviendo en el continente cuando los “tainos” vinieron a poblar las islas caribeñas, aún hoy se llaman a sí mismos “lokono”, término este formado por la misma base “lukku” y el sufijo pluralizador masculino “no”, es decir, “seres humanos”.
Contrariamente a los que hablaban otras lenguas y pertenecían a otras culturas no los consideraban “seres humanos nobles y prudentes”. Por ejemplo, a los que vivían en estado semi nómada en las cavernas y refugios rocosos de Guacayarima y otras apartadas regiones de las Antillas les llamaban “ciboney”, de “ciba”, que significa “piedra” e “igneri, igney”, “hombre”, o como si dijésemos “hombre-de-piedra” o “cavernícola”.
Y a otros dos grupos que convivieron con los aborígenes Taínos en el Caribe los llamaron “Macorix” y “Ciguayo”, que son palabras de significados despectivos. Según Las Casas “macorix quiere decir lenguaje extraño, casi bárbaro”[3]. Y “Ciguayo” o “Cyguayo” significa que traían los cabellos muy luengos, “como en nuestra Castilla lo llevan las mujeres”[4].
Hasta al mito etiológico, esto es, el que explica la causa de las cosas, los taínos le inventaron un origen separado a los demás habitantes de las Islas que tenían costumbres y lenguas distintas a las suyas. Así, ellos, “los nobles, los sensatos”, vinieron a la tierra por una gruta llamada “Cacibajagua” o “Cacimba de Jagua” y los otros salieron de otra cueva más pequeña, llamada “Amayaúna”, que es voz formada por el prefijo privativo “ma” que significa “sin, carente de”, y la base “iaúna,ioúna”, que significa “precio, valor, mérito”, o sea los otros, los “sin importancia o sin mérito”[5].
Entonces ya queda en evidencia el alto concepto en que los taínos se tenían a ellos mismos en relacióncon los demás pueblos antillanos. La excepción serían los caribes, pero en verdad no es excepción, sino confirmación de la regla: No fueron los taínos quienes dieron tal nombre a los caribes, sino que los caribes se dieron a sí mismos su nombre propio y luego lo impusieron por la fuerza de su inigualada valentía.
[1]Pedro
Mártir de Anglería: Décadas del Nuevo Mundo, déc. 1ra., lib. II, cap. 5. En la
edición de Buenos Aires, 1944, p. 23.
[2]C. H. de
Goeje: TheArawakLanguage o f Guiana, Amsterdam, 1928. A no ser que se indique otra fuente, el lector hallará las voces arauacas
mencionadas en el presente trabajo en dichaobra.
Tenga asimismo en cuenta que como el idioma que Goeje analiza es en realidad el
llamado arauaco legítimo o lokono, con frecuencia emplearé este último término para
diferenciarlo del guajiro, otra lengua arauaca, “Vocavolario para la lengua aruaca. Anyo de
1765”. El único ejemplar se
conservaen la Biblioteca del Palacio de Oriente,Madrid, signatura 2913,
folio 7.
[3]Bartolomé
de Las Casas: Apologética historia de las Indias, cap. 3.
[4]Bartolomé
de Las Casas: Historia de las Indias, lib. I., cap. 67. En la edición de
México, 1965, vol. I, p. 304
[5]Véase mi
artículo “De cómo se poblaron las Antillas: glosas etnolingüisticas a un ciclo
mítico
taíno”, próximo a aparecer en Revista del Instituto de
Cultura Puertorriqueña.
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