Por: José Juan Arrom
Si
notable ha sido la vitalidad de la voz indígena ante los intentos
por eliminarla, no lo ha sido menos la resistencia que ha presentado ante
los numerosos esfuerzos por despejar su primitivo significado.
De
esos esfuerzos, el primero que he podido encontrar lo realizó, en1681, un oidor
de la audiencia de Lima, el Dr. Diego Andrés Rocha, en su “Tratado único y singular del origen de los indios”. Y no cabe duda
de que fue única y singular la tesis que allí propuso. Según el Dr. Rocha, los
indígenas americanos descienden de Túbal, hijo de Jafet. Y uno de los argumentos
que aduce en defensa de su tesis es que La Habana “parece tomó el nombre de Javán, hermano de Túbal”, y Cuba se deriva
de cuba, voz castellana, o de Acuba, uno de los descendientes de Annón,hijo de
Esdras[1].
De este género de derivaciones, basado en la simple homofonía, ya se burlaba Las
Casas, más de un siglo antes, en la “Apologética
historia de las Indias”. Comentaba Las Casas:
“En esta isla Española hubo una reina
gran señora que se llamóAnacaona, de que se hizo mención hablando de los reyes
della, y porque Ana en lengua hebrea quiere decir 'graciosa o misericordiosa o
que canta o que responde', y otras significaciones que pone San Hierónimo,
pareció al dicho doctor que de judíos venían estas naciones. Otro vocablo
tenían en su lengua, y es ita por 'no sé', luego pues ita es vocablo latino,
digamos que descendieron de latinoso italianos o de gente que hablaba latín
[...] Item en la lengua general de la Española decían batea por 'dornajo', y en
Cataluña hay una villa que se llama Batea; luego de catalanes podemos decir
que vinieron [...]”[2].
Pues
bien, no obstante lo insatisfactorio —e irrisorio— de tal método, en 1885
vuelve a emplearlo José Miguel Macías en su Diccionario cubano, etimológico,
crítico, razonado y comprensivo. Aunque la erudición lingüística es ahora más
espesa, los resultados vuelven a bordear en lo humorístico. Dice Macías:
“Pudiera creerse que Cuba era una
adulteración de Cora, voz derivada del perdido vocablo 'cova' (cuya existencia
hemos justificado con su derivación 'covacha'); pero bien estudiada la dicción,
nos hemos decidido por afirmar que Cuba se derivó de 'cuba' (en el sentido de 'barrigón'),
procedente del ablat. sing. de cupa, oe, 'cubao tonel', vocablo origin. del gr.
kúpê, ês, 'cavidad'. Nuestra creencia la viene a confirmar el nombre burlesco
probablemente de cibuneyes o 'cebados'”[3].
Lo que Macías no nos dice, desde luego, es
cómo se las arreglaría el indígena que primero nombró a Cuba para aprender de
antemano idiomas europeos, o en qué se funda Macías para creer que a los
frugales ciboneyes se les hubiese llamado alguna vez “cebados”. Ahora bien,
no todo es divertido desatino en ese párrafo. Es patente que ni Cuba, voz taína,
tiene que ver etimológicamente con las españolas “cueva” y “cuba”,ni cibuney
con “barrigón” o “cebado”. Pero Macías apunta aquí una relación entre Cuba y
ciboney que ha de reaparecer más tarde.
En
1920 Leo Wiener, profesor de lenguas y literaturas eslavas de la Universidad de
Harvard, propuso otra etimología en su obra “África and theDiscovery of América”. El profesor Wiener comienza por
asumir que el Diario de viaje y la carta en que Colón da cuenta del
descubrimiento son falsificaciones parciales o totales, y después de una
laboriosa comprobación de las distintas formas registradas de la palabra
Cipango, concluye lo que fielmente traducido, se lee de este modo:
“Vimos que Cipango dio origen a una
forma algo así como Cupago, que llevó a Cubanacán. Alguien enseguida sugirió que
ésta habíade ser Cublaycán, 'el Gran Khan', pero pronto hallaron que
la etimología realmente significaba 'dentro de Cuba', sugiriendo Herrera la
división Cuba-nacán. En realidad la división es Cubana+can, en donde can está
en lugar del mandinga Cono, 'dentro'.
“Aquí obviamente el embajador de
Guinea [el marinero Rodrigo deJerez] sugirió la etimología. Colón al principio
aceptó el primer veredicto, y así escribió Colba, por Cobla, como el nombre de
la isla, el cual inmediatamente cambió a Cuba”[4].
La
tesis de Wiener no parece más acertada que las anteriores. En ella trastrueca la
cronología, asume hechos sin base histórica, confunde los idiomas y divide
arbitrariamente las palabras. Con el agravante, además,de que para darle cierto
aire de validez a sus conjeturas, se ve obligadoa convertir al Almirante y su
tripulación en un atajo de impostores. Y la verdad es que no valía la pena
incurrir en tan serias acusaciones para llegar a resultados tan
contraproducentes. Cuba, palabra taína, tampoco tiene relación etimológica ni con
la asiática Cipango, ni con la africana konno.
Otro
grupo de investigadores, éstos mejor orientados, han enfilado sus indagaciones
hacia las lenguas indígenas. Así, en 1891, el lingüista Leon Douay, en sus
Études étymologiques sur l’antiquitéaméricaine, se enfrenta con nuestro topónimo
y consigna: “Cuba. Nou signoronssa signification
dans la langue indigène”. Y por no quedarse sin
sugerir algo, a continuación agrega: “En
Maya: cuba, ‘coude’?”[5].
En
1907 Cayetano Coll y Toste, aprovechando los escasos conocimientos que entonces
logró reunir de la primitiva lengua de las Antillas,da la siguiente
explicación:
“Cuba. Nombre de la mayor de las islas
del archipiélago antillano.Bachiller y Morales (Cuba primitiva, 2ª ed., La
Habana, 1883,pág. 255) manifiesta que la significación de la palabra no está
determinada.
“Opinamos que significa 'sitio grande'.
El vocablo tiene dos raíces indoantillanas: coa, 'lugar o sitio' y bana, 'grande'.
Aglutinadas estas dos raíces resulta coabana. La fermentación del vocablo
trae cuabana, como tenemos en Puerto Rico: coamo y cuamo, designando un río y un
lugar de la isla. El polisintetismo trae la contracción de la palabra y tenemos
entonces cuaba y cuba finalmente”[6].
Si
bien esta explicación va mejor encaminada que las anteriores, tampoco es del
todo satisfactoria. Por de pronto, coa no significa “sitio olugar”. Usada como
sustantivo, Las Casas registra la voz con el siguiente sentido: “Coas [...] son
unos palos tostados que usan por azadas”,sentido que ha sobrevivido en el habla
campesina de América al continuarse empleando la coa como apero de labranza[7]. Pero es más probable que cuando coa aparece
en la composición de numerosos topónimos antillanos (Baracoa, Cacibacoa, Jibacoa
y otros), tenga valor de sufijo locativo con el significado de “ahí está”[8].
En cuanto a que bana haya equivalido a “grande”, esa suposición no concuerda con
los datos que nos son conocidos: bana o banna está ampliamente registrada en
varias lenguas arahuacas con el sentido de “hoja”[9].
Y precisamente la palabra que según los cronistas significó “sitio grande” es
Quisqueya. A ese respecto Pedro Mártir de Anglería consigna:
“Los nombres que los primeros
habitantes pusieron a la Española fueron, primero, Quizquella, después, Haití
[...] Llaman quizquella a alguna cosa grande que no la haya mayor”[10].
La
hipótesis de Coll y Toste es, pues, totalmente insostenible.
[1]Diego
Andrés Rocha: Tratado único y singular
del origen de los indios [s. e.] Madrid, 1891,cap. II, especialmente p. 93
(1ra. ed. Lima, 1681).
[2]Bartolomé
de Las Casas: “Apologética historia de
las Indias”, en M. Serrano y Sanz, comp.:Historiadores de Indias, Madrid,
BaillyBailière, 1909, cap. 241, p. 633. Cito por la edición de
Madrid, 1909, p. 633. De paso, donde dice “no sé”,
acaso debió ser “yo sé”.
[3]José
Miguel Macías: Diccionario cubano,
etimológico, crítico, razonado y comprensivo, 2da.ed., Coatepec, tip. de A.
M. Rebolledo, 1888, p. 395.
[4]Leo
Wiener: Africa and theDiscovery of America, vol. I, Filadelfia, Innes&Sons,
1920,
pp. 12-13. El texto original dice así: “Wesawthat
Cipango producedsomesuchform as Cupango,
whichledtoCubanacan. Somebody at once
suggestedthatthismust be Cublaycan, ‘The Great
Khan’, buttheysoonfoundoutthattheetymologyreallymeant
‘inside of Cuba’, Herrera
suggestingthedivision Cuba + nacán. In
realitythedivisionis Cubana + can, where can stands
forMandingskonno ‘inside’. Hereobviouslythe Guinea
Ambassador [el marinero Rodrigo de
Jerez], suggestedtheetymology: Columbus at
firstacceptedthefirstverdict and so wroteColba,
for Cobla, as thename of theisland, which he at once
changedto Cuba”.
[5]LeonDouay:
Étudesétymologiques sur
l’antiquitéaméricaine, París, J. Maisonneuve, 1891,
p. 26.
[6]Cayetano
Coll y Toste: Prehistoria de Puerto Rico,
San Juan, Tip. Boletín Mercantil, 1907,
p. 235.
[7]Bartolomé
de Las Casas: Historia de las Indias,
estudio preliminar de Lewis Hanke y edición
de Agustín Millares Carlo, vol. I, lib. I, cap. CXXI,
México, D. F., Fondo de Cultura Económica, p. 464. En cuanto a su empleo
actual, véase, por ejemplo, Esteban Rodríguez Herrera:
Léxico mayor de Cuba, t. I, La Habana, Lex, 1958, p.
342.
[8]Daniel G.
Brinton, “TheArawackLanguage of Guiana in
itsLinguistic and Ethnological
Relations”,
en Transactions of the American PhilosophicalSociety, nueva serie, vol. XIV,
Filadelfia, 1871, p. 440.
[9]C. H. de
Goeje: TheArawackLanguage of Guiana,
Amsterdam, KoninklijkeAkademie van
Werenschappen, 1928, p. 16.
[10]Pedro
Mártir de Anglería: Décadas del Nuevo
Mundo, Colección de fuentes para la
historia de
América, déc.
III, lib. VII, Buenos Aires, Bajel, p. 261. Brinton anota al registrar la voz
Quisqueia:
“Theorthographyisevidentlyvery false” (op. cit., p.
439). Me imagino que queia en realidad
fuera keirankairi “isla”, o sea “la mayor de las
islas”, lo cual era muy cierto hasta que los
taínos descubrieron a Cuba.
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