Por María Julia Guerra y Edith Santos
El práctico de Mayarí que menciona José Martí en su Diario de Campaña el 9 de mayo de 1895 era Santos Torres, quien
había desempeñado tales funciones en el Cuartel General durante la Guerra de
1868, y que, además, fue el que condujo al general español Arsenio Martínez
Campo hasta Baraguá, donde se produjo la entrevista con el general cubano
insurrecto Antonio Maceo que ha pasado a la historia como la “Protesta de
Baraguá”.
El historiador José Luciano
Franco, en el tomo Uno de su obra “Antonio Maceo, apuntes para una historia de
su vida”, nos narra que el 14 de marzo de 1878, por la mañana, partió Martínez
Campo por ferrocarril desde Santiago de Cuba y llegó hasta San Luis, donde
concluía la vía férrea. Estableció su campamento en Miranda. Al otro día, muy
temprano en la mañana, guiado por Santos Torres, salió Martínez Campos rumbo a
Baraguá, donde le esperaba el general Antonio Maceo.
Acompañaban a Martínez Campo
los brigadieres Camilo Polavieja y Narciso Fuentes, coroneles Alejandro
Moraleda, Emilio Mach y José Anderíus, comandante Ponfiel, teniente Fuentes y
doctor Ledesma, este último médico del estado mayor. Y asimismo un pelotón de
caballería como escolta.
En la fecha y hora señalada
se encuentran en los Mangos de Baraguá el capitán general Arsenio Martínez
Campo y el general Antonio Maceo
Grajales. (José Luciano Franco Antonio Maceo, apuntes para una historia de su
vida. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1973, tomo I p. 139)
José Martí, el 15 de mayo,
anota en su Diario que de sobremesa hablan de Limbano [Sánchez] y recuerda “como lo contó el práctico de Mayarí, que
había acudido a salvarlo, y llegó tarde. Limbano iba con Mongo [Ramón González],
ya deshecho, y llegó a la casa de Gabriel Reyes, de mala mujer, a quien le
había hecho mucho favor: le dio las monedas que llevaba; la mitad para un hijo
de Limbano [ahijado] y para Gabriel la otra mitad, para que fuera a Cuba [Santiago
de] a las diligencias de su salida, y el hombre volvió, con la promesa de 2,000
pesos, que ganó envenenando a Limbano. Gabriel fue al puesto de la guardia
civil, que vino, y disparó sobre el cadáver para pareciera muerto por ellos.
Gabriel vive en Cuba [Santiago de], acusado de todos los suyos:…” (José
Martí, Obras Completas. T.19. p. 242)
Es muy posible que Santos
Torres, el práctico de Mayarí, conociera a Limbano durante la entrevista del
mayor general Antonio Maceo con el general Arsenio Martínez Campo, en Mangos de
Baraguá, ya que Limbano, al igual que Mongo, fueron de los que estuvieron junto
al Titán de Bronce el 15 de marzo de 1878, en el histórico momento.
El general de brigada
Limbano Sánchez Rodríguez, combatiente de la Guerra de los Diez Años y la
Guerra Chiquita había desembarcado el 18 de mayo de 1885, por Playa Caleta,
Baracoa, con once personas, entre ellas el también general de brigada Ramón
González [Mongo], al ser descubiertos fueron dispersados por las tropas
españolas. Limbano, tenazmente perseguido, se dirigió a la zona de Mayarí en
compañía de Mongo y se refugió en una finca ubicada en Cayo Rey propiedad de su
compadre Gabriel Reyes, pero este lo traicionó. El 28 de septiembre,
brindándoles café envenenado, Gabriel Rey asesinó a Limbano y a Mongo. Luego el
traidor buscó las tropas españolas, que llevaron los cadáveres hacía un camino
próximo, donde simularon un combate, para aparentar que habían muerto en acción
de guerra.
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