Desmesura gigantesca, (y sin anestesia para que el
dolor fuera insoportable), debió ser para los aruacos residentes en la costa de
Cuba la llegada del Gran Almirante, con sus vestimentas de metal y las naos tan
soberbias por su tamaño delante de las veloces piraguas. En mi siempre
frustrado ímpetu de poner música a cada momento, creo que en el justo instante
del encuentro debió escucharse música de trompetas, pero los “indios”, (se
sabe!) nada más hubieran podido sonar los caracoles de voz tan bronca, si no es
que se quedaron sin palabras.
“Gibara
tiene algo de místico: en el ambiente de su vida moderna, en la tristeza de su
descenso comercial[2],
en el silencio de sus calles, flota un espíritu de dolor cristiano, dolor de
ruinas jerosolimitanas; dolor que cantan con sordina, al morir en los peñascos
de la costa y en las arenas de la playa, unas olas muy tímidas que llegan
perezosamente, a deponer la fuerza de su origen ignoto ante las incontrastables
barreras de la tierra”[3].
Llegado a Gibara ordenó el Almirante a dos de sus
hombres, que sabían varias lenguas, Rodrigo de Jerez y Luis de Torres, que se
adentraran en tierra firme con un mensaje para el Gran Khan, creyendo u
obligándose a creer que había llegado a las Indias.
Después de cinco siglos, nadie sabe a ciencias ciertas
dónde fue que llegaron los embajadores y si entregaron o no el mensaje.
Pero tan urgidos estaban (y estamos) los holguineros de
figurar en el mapamundi que doscientos años después dijeron los historiadores
que los enviados por Colón vinieron a El Yayal, origen remoto de la ciudad de
Holguín. Solo que no pudo ser que los dos hombres llegaran a un lugar que
entonces no existía. Adonde sí pudieron llegar fue a Ochile, pueblo aborigen ubicado
en la cúspide de la loma que, según la
arqueología, fue el asentamiento originario del que tomó García Holguín o quien
fuere, (si es que no fue el capitán extremeño, como aseguran algunos
historiadores actuales que nos desacomodaron la historia por tantos años
creída)… en fin y al fin: fue en Ochile de donde ese alguien que posiblemente
debemos llamar Conquistador X tomó a los aborígenes que luego trasladaron a la
base de la misma elevación, originándose con la mudanza, el sitio de
transculturación o encomienda que se llama El Yayal.
(Se le avisa a los lectores que el autor de este post
es holguinero y por tanto, deseoso también de que su tierra figure en los mapas,
por lo que no deben creer absolutamente que fue a Ochile adonde llegaron los
embajadores de Colón; no por las distancias).
Dejó escrito el Almirante que sus enviados caminaron
doce leguas al sur del Puerto de Mares; veinticuatro de ida y vuelta por en
medio de una selva tupidísima, dice.
Y porque estaba esperando a sus embajadores, dice el
Almirante, fue por lo que demoró tanto en Gibara, (una semana), aunque el historiador Francisco Pérez Guzmán cree que
fue porque se solazaba el genovés (que tampoco se sabe si era de Génova), con
una india de carnes turgentes y del color de la hoja seca del tabaco, aunque no
podía saber Colón cómo era el color del tabaco hasta que no regresaran los
enviados sin noticias del Emperador de la China pero, alborozados porque acaban de ver a
los aborígenes fumando.
¿Demoró el Almirante una semana con la indita? Bien
pudo hacerlo, que para eso era Almirante, pero claro que no le iba a decir a la
católica reina Isabel. Lo que dijo fue que una semana demoraron sus carpinteros
en carenar las naves usando para ello las tan buenas maderas que encontró en
Gibara. Y tampoco es como para dudar de esa afirmación. Pero si en verdad sus
embajadores caminaron veinticuatro leguas por entre la más pura selva virgen
para ir y volver del lugar que sea que fueron, debieron demorar el tiempo de
aquella bendita semana.
Miguel Ángel Esquivel Pérez y Cosme Casals en el libro
que escribieron[4]
dicen que dijo a ellos en comunicación personal el arqueólogo Dr. José Manuel
Guarch, que el lugar visitado por los embajadores colombinos debió ser el cerro
de Yaguajay, donde existió una gran concentración de asentamientos aborígenes.
Si eso es cierto quedan muchas interrogantes por responder, ¿Yaguajay está al
sur de Gibara?: No. Y si fueron a Yaguajay ¿por qué los embajadores no
emplearon para ir y volver las embarcaciones aborígenes como lo hicieron con
posterioridad Pánfilo Nárvaez y sus subordinados para trasladarse desde el
norte de Las Villas hasta Puerto Carenas?.
Jérez y Torres se intrincaron “tierra adentro”, dijeron,
y, no dijeron nunca que hayan visto el mar desde el lugar que visitaron, y se
sabe que desde cualquier punto del cerro de Yaguajay se ve o se percibe el mar.
Pero los muy “descubridores” no hablaron con claridad
del lugar al que fueron y sí, siempre alborozados, hablaron de que “iban
siempre los hombres con un tizón en las manos (cuaba) y ciertas hierbas para
tomar sus sahumerios, que son unas hierbas secas (cojiba) metidas en una cierta
hoja seca también a manera de mosquete, y encendido por una parte del por la
otra chupan o sorben, y reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el
cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, y así diz que no sienten el
cansancio. Estos mosquetes llaman ellos tabacos”[5].
[1]
Pichardo, Hortensia. Capitulaciones de Santa Fe. Relación
del primer viaje de Colón.
Compilación. p. 28
[2]
Para comprender la ruina de Gibara se puede consultar: Vega Suñol, José.
Norteamericanos en Cuba. Estudio Etnohistórico. Fundación Fernando Ortiz. La Habana 2004
[3]
Eva Canel. Lo que vi en Cuba (A través de la isla). Habana Imprenta y papelería
La Universal
1916 pp.
279-280
[4]
Esquivel Pérez, Miguel Ángel y Cosme Casal Corella. Derrotero de Cristóbal
Colón por la costa de Holguín, 1492, Ediciones Holguín, 2005.
[5]
Anotación hecha por Colón en su Diario, el día 6 de noviembre de 1492.
HOLA POR FAVOR NECESITO SABER INFORMACION DE MIS BISABUELOS ZOILA VELAZQUEZ PEREZ Y RAFAEL VELAZQUEZ RODRIGUEZ SALUDOS
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