Las obras defensivas construidas en el territorio de Holguín y Gibara durante las guerras de independencia, más allá de que fueron edificadas no solo por interés del estado español, sino también por el de los propietarios de haciendas e ingenios azucareros con la finalidad de proteger sus propiedades, en su conjunto conforman un complejo sistema militar con una destacada organización que permitió establecer una red de comunicaciones entre si y con el mando central, lo que facilitaba que cualquier aviso o pedido de auxilio circulara con asombrosa rapidez en toda la región por medio del telégrafo y el heliógrafo y a partir del 1995 el teléfono, y otras señales visuales y acústicas. Esto daba al mando español una eficiente capacidad de maniobra y de coordinación de acciones en el área.
Este conjunto de obras defensivas no fue una línea militar, ni una trocha, ya que independientemente de proteger al camino y al ferrocarril no se construyeron las obras por tramos regulares, sino donde se estimó necesario estratégicamente, y tampoco respondió al criterio de las trochas construidas de Júcaro a Morón y de Mariel a Majana, sino todo un sistema defensivo que establecía nexos equivalentes a los de la malla de una red. Esto permitió no solo mantener las comunicaciones, sino también la producción agrícola.
A pesar de que resultaba difícil para el Ejército Libertador penetrar en esta densa red de fortificaciones, en distintas oportunidades grandes jefes militares cubanos como Calixto García y Antonio Maceo se internaron en el territorio para atacar y tomar poblados, obteniendo así numerosas provisiones. La Villa de Gibara, rodeada por una muralla permaneció inexpugnable hasta su evacuación en julio de 1898, aunque sus comunicaciones se vieron afectadas al menos durante poco más de tres meses en 1898 por la voladura del Puente de Hierro sobre el río Cacoyugüín.
En el territorio rural, sólo el poblado de La Jandinga, fuertemente protegido, no fue tomado durante las guerras de independencia.
Restos del fuerte de Loma de Hierro donde el Mayor General holguinero Calixto García usó por primera vez en las guerras independentistas cubanas, la artillería |
Debe destacarse que si se exceptúa la acción de Loma de Hierro el tipo de lucha guerrillera del Ejército Libertador no tuvo por objetivo la destrucción de fortines, sino el aniquilamiento de la riqueza de la zona de cultivos, la búsqueda de provisiones en la misma y la destrucción de poblados. Es significativo que los poblados y cultivos iniciaban un rápido proceso de recuperación tan pronto finalizaban las incursiones de los insurrectos.
En cuanto a la conservación de estos bienes patrimoniales no es posible dejar de llamar la atención sobre el pésimo estado en que se encuentran y la destrucción paulatina que va haciendo desaparecer sus imágenes identificativas tan intrínsecamente ligadas al paisaje de la región holguinero-gibareña. De más de 100 localizados en el estudio, solo se conservaban unos 35 a mediados de la década de 1990. En la actualidad se conservan menos de treinta, varios de estos dañados por los embates del ciclón Ike. De no tomarse medidas a tiempo estos preciados bienes patrimoniales podrían llegar a desaparecer totalmente.
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