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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

16 de junio de 2017

Faustino Orama, El Guayabero, 08 (El Benny Moré en Holguín)


El Guayabero en fechas.
1952
Durante quince días del mes de mayo su Conjunto “Trovadores Holguineros” y la Orquesta Hermanos Avilés acompañando a Benny Moré, son las principales atracciones de la programación nocturna de la emisora Radio Holguín.

Las emisoras de radio, en su deseo de conquistar la preferencia de los oyentes y con ello el respaldo económico de los patrocinadores, rivalizaban por ganar los survey o encuestas de audiencia. Y para conseguirlo en los años de 1950  no faltaron iniciativas como la de dejar a un lado la programación musical con discos y contratar artistas locales o nacionales[1].
El más encarnizado survey que recuerda en Holguín fue el de 1952; año en que se enfrentaron Radio Holguín, auto proclamada La Emisora Musical de Oriente, y la CMKF.
La CMKF exhibió un cartel con excelentes músicos de la ciudad, entre ellos el crooner Ricardo Guillén, la jazz band “Mundo y sus Príncipes”, y los cantantes líricos Raúl Camayd y Gloria Herce, luego fundadores del Teatro Lírico Rodrigo Prats. Para entonces todos habían calado muy hondo en el gusto de los holguineros.
Radio Holguín invirtió un inmenso caudal en contratar notables artistas, incluyendo extranjeros, entre ellos Los Chavales de España y Ernesto Bonino. Y a los nacionales María Luisa Chorens, el Benny Moré, que entonces se presentaba como “El príncipe del Mambo” y que para la ocasión fue respaldado por la orquesta Hermanos Avilés, la orquesta Hermanos Castro con Olga Guillot y su esposo, el muy popular locutor holguinero Ibrahim Urbino, que entonces era una de las grandes voces de Cuba a través de las emisoras nacionales, y Faustino Orama con su conjunto “Trovadores Holguineros”.
Desde antes El Benny ya había visitado la ciudad en varias ocasiones. La primera vez por 1940 como parte de un trío camagüeyano; y luego, en más de una oportunidad con la orquesta de Mariano Mercerón o por invitación del  notable trompetista y compositor de esa orquesta, el holguinero natural del reparto Pueblo Nuevo, Kico Cruz Guisado. De Kiko fueron dos composiciones que estuvieron entre los primeros éxitos del Benny, el bolero “Demasiado santa” y el son montuno “Candelina Alé”, pero entonces Faustino no tuvo relaciones con él.

Título: Demasiado santa
Autor: Kiko Cruz
Intérprete: Benny Moré
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Título: Candelina Alé
Autor: Kiko Cruz
Intérprete: Benny Moré con la Orquesta de Mariano Mercerón
 

Las relaciones entre El Benny y Faustino, es de 1952, cuando ambos actuaron en Radio Holguín. Dicen los testimoniantes que por esos días del mes de mayo se les veía a los dos, acompañados por Kiko Cruz, cantando en las esquinas, bebiendo ron y enamorando a las mujeres.
Por el día, dicen, realizaban animadas tertulias y descargas en la barbería de Joaquín Orama, hermano de Faustino, y por las noches, después de cumplir el contrato en la emisora, se iban para la Plaza del Mercado o participaban en serenatas y fiestas que se prolongaban hasta al amanecer.
Mucha gente quería conocer al famoso Benny Moré, en primer lugar los músicos y artistas de Holguín. Ese fue el caso de María Calderón, poeta y compositora que puso en manos del bárbaro sonero la guaracha “Salomón”. El Benny prometió grabarla y lo hizo; antes de concluir el año la pieza ya sonaba en todas las victrolas y emisoras del país. 
Título: Salomón
Autor: María Calderón
Intérprete: Benny Moré con la Orquesta de Mariano Mercerón


[1] En las emisoras del interior del país los programas musicales con discos ocupaban el mayor horario de trasmisiones. Los músicos que hacían presentaciones en vivo generalmente actuaban gratis a cambio de la promoción.

15 de junio de 2017

Faustino Orama, El Guayabero 07 (El Tumbaíto)



El Guayabero en fechas
1943
 Compone “Tumbaíto”, su primer son montuno. Dada la popularidad de ese número pierde le nombre por primera vez y en todo el Holguín le llaman como el título de su popular son.
Se le ve con el conjunto o solamente acompañado de la guitarra y el tres, recorriendo la extensa geografía local.
1945
El famoso compositor de boleros Pepé Delgado, quien en varias ocasiones trabajó en Holguín con su conjunto, ahora establecido en La Habana, transforma el son montuno de Faustino en una guaracha, “El Tumbaíto”. La pieza de convierte en una de las más exitosas de esa década al extremo de que Libertad Lamarque la interpreta. Los dos amigos discuten por el derecho de autor.

En 1943 Faustino solía interpretar su pieza “Tumbaíto” lo mismo cuando hacía presentaciones con el conjunto y cuando se actuaba solo. Muy pronto el son montuno se hizo popular en toda la región.


Al año siguiente Pepé Delgado rompió su breve matrimonio con Carmen Cortina, una bella holguinera que sucumbió ante las presiones de su acaudalada familia que se negaba a tener en su seno a un músico pobre y bohemio, y se fue para La Habana. Allá, junto al santiaguero Faustino Miró transformó el son montuno de Faustino Orama en una simpática guaracha y en 1945 la convirtió en una de las composiciones cubanas de mayor éxito.
Con profundo pesar, seguro que sintiéndose traicionado por el viejo amigo, Faustino escuchaba una y mil veces como su pieza, rebautizada “El Tumbaíto”, era trasmitida por las antenas de las emisoras de radio Mil Diez, RHC Cadena Azul, CMQ y otras. En todos los casos se anunciaba como autor a Pepé Delgado (y, lógicamente, aquel era quien cobraba los derechos). Después fue la orquesta de Pilderot quien la interpretó, y a esa le siguieron Toty Lavernia, la orquesta Casino de la Playa con Cascarita como intérprete y con un excelente arreglo de Dámaso Pérez Prado que auguraba el surgimiento y fuerza de un nuevo ritmo que llegó después, el mambo.
Estimulado por los músicos de su conjunto y por amigos y familiares, Faustino hizo la reclamación correspondiente ante la Sociedad de Autores. Esa dictaminó que la obra popularizada no era de la total autoría de Faustino Oramas, por las variaciones que le había hecho Pepé, pero asimismo que la pieza no era del todo de Pepé, sino que en parte también lo era de Faustino, por lo que al hacer cualquier interpretación o registro fonográfico había que darle crédito a los dos artistas.

"El Tumbaíto" o "Se acabó el jabón", intérprete: Libertad Lamarque:
 

Cuando “El Tumbaíto” estaba en el máximo de su popularidad y después del dictamen de la Sociedad de Autores, llegó a La habana Libertad Lamarque.
Era costumbre de la popular intérprete argentina al llegar a algún lugar, buscar alguna pieza de un autor local y grabarlo. Así lo hizo aquella vez y le dijeron que ninguno más que “El Tumbaíto”. Libertad Lamarque lo grabó con la casa disquera Panart y dio el crédito a sus dos autores; el número alcanzó gran éxito internacional, llevando a otros vocalistas a interpretarlo: Miguelito Valdés, Mirta Silva, Xavier Cugat, Antonio Machín, y un largo etcétera. Sin embargo ninguno de estos otros dijeron que también Faustino era el creador. Todavía hoy casi nadie sabe que ese número de Pepé Delgado también es de Faustino.  (Algo semejante ocurrió más tarde cuando Faustino grabó y asumió como suyo el son “Cuidado con el perro”. La pieza fue reclamada y obtuvo el reconocimiento legal para su verdadero autor, Virgilio González. Sin embargo todavía hoy sigue ignorándose al verdadero autor cada vez que la pieza es presentada en emisoras de radio y televisión o cuando es grabada por cualquier sello discográfico).
El Guayabero en fechas
1948
Afirman los autores del Diccionario de la mitología cubana y otras fuentes que este año conoció a Marieta, la más popular de sus musas, mientras él tocaba en la casa de citas (burdel) de La China y ella bailaba al compás de sus pícaras improvisaciones. El estribillo (“a mí me gusta que baile Marieta”) lo coreaban los clientes del negocio.

Tras el litigio por “Tumbaíto”, Faustino logró popularidad entre los de su gremio y también en un amplio sector del público de la región oriental. En Holguín, Bayamo y Las Tunas comenzaron le llamaban el Rey del Tumbaíto e, incluso, el holguinero llegó a presidir la Sociedad de Autores, Editores y Directores de Conjuntos de Oriente (1953) y el Sindicato de Músicos de Holguín (1958).
No obstante el reconocimiento y la salida del anonimato, los beneficios económicos que consiguió Faustino eran casi nulos. Él continuó siendo el mismo músico bohemio, pobre y marginado.

Faustino Orama, El Guayabero, 06 (Conjunto "Trovadores Holguineros")



Desde 1940 Holguín alcanzó la condición de municipio de primera clase por su alta densidad demográfica, su activa vida política, social y económica.
Las campañas políticas de la época reiteraban “el gran avance y progreso de la ciudad”, pero nadie podía ocultar el descontento de los vecinos porque el pueblo carecía de acueducto y alcantarillado, porque nada más tenía cuatro calles asfaltadas y por los otros males que los gobiernos de Fulgencio Batista, Grau San Martín y Prío Socarrás, hacían poco por resolver.
 
Los holguineros combatieron la corrupción de los gobiernos Auténticos, y una inmensa mayoría apoyó la fundación del Partido Ortodoxo y la lucha de su principal líder, Eduardo Chibás, quien, por cierto, fue proclamado candidato a las elecciones presidenciales de 1946 en la ciudad.
Con igual ímpetu los vecinos de Holguín emprendieron iniciativas para enriquecer la vida espiritual, cultural y recreativa del pueblo, al que quisieron elevar a la categoría de capital de una nueva provincia, Oriente Norte.
En esos años la música vivía que se hacía en estos lares éxitos indiscutibles. El maestro Trinidad Ochoa fundó la Coral de Holguín con la que llegó a realizar hasta montajes de óperas; la Orquesta Hermanos Avilés era considerada una de las mejores de Cuba, y en el pueblo y sus zonas cercanas vivían varios intérpretes, compositores y agrupaciones que se ubicaban entre los más prestigiosos del país: Fernando Albuerne, Tito Álvarez, Manuel Licea (Puntillita), Georgina Doubuchet, Wilfredo Fernández, Edelmira de Zayas, Trío Hermanos Rigual, Pedro Jústiz (Peruchín) y René Urbino, entre otros.
Específicamente la música bailable también era de un amplio espectro. Por un lado, los órganos de baile; por otro las jazz band con la Avilés, Hermanos Coayo y la pujante Tentación, que rivalizaban a la hora de conseguir contratos para amenizar los bailes que se daban en las Sociedades de Recreo de la ciudad y en otras poblaciones de la región. Los conjuntos igualmente estaban entre los favoritos, destacándose entre ellos Los Príncipes del Son, Los Dandys, Ases del Ritmo, Sonora Holguinera, Yumurí y Actualidades, con músicos muy talentosos y de larga experiencia como Luís Peña (El Albino), Benigno Mesa y Kico Cruz.
Contra todos ellos tenía que competir Faustino al frente de los “Los Trovadores Holguineros”, y si es verdad que era una tarea muy difícil, verdad es, también, que lleno de optimismo y sueños, buscó alternativas e inició su larga y trascendente faceta de juglar o trovador sonero. A su guitarra o tres, unió maracas o bongó y se fue a un extenso recorrido por los bateyes y colonias de caña de la región, y, poco después, extendió las giras a la grande provincia de Oriente y a otras partes del país. Al principio, emprendía los viajes los días previos a las jornadas de cobro de los cañeros y retornaba a la ciudad donde continuaba sus presentaciones por la CMKO y cumplía los contratos que le surgían para amenizar bailes. Pero cuando no había nada fijo, se iba con su tres hasta los parques, centros gastronómicos y bares donde cantaba y tocaba y después pedía la cooperación de todos con «el artista cubano».
Obviamente que la inestabilidad en las presentaciones, muchos músicos se le iban al recibir propuestas más estables o mejor remuneradas, por lo que cuando algo jugoso caía en sus manos, Faustino le decía a alguno de sus amigos que viniera con él para unas pocas actuaciones. Felizmente nunca le faltaron instrumentistas de talento, entre ellos dos guitarristas que luego hicieron historia con el grupo “Trovadores Cubanos”, los hermanos Mario y Octavio Sánchez Olaguive, este último el legendario Cotán[1].
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Pablo Milanés/Octavio Sánchez/Luís Peña (El Albino): "Con palo de yaya":

 


[1] Octavio Sánchez (Cotán) junto a su hermano Mayito y los cantantes Adriano Rodríguez y Dominica Verges, integró en los años sesenta el grupo “Trovadores Cubanos”, desarrollando una notable labor en el rescate de la obra de Sindo Garay y otros grandes de la trova cubana. Estudiosos de la guitarra como Radamés Giro han resaltado las virtudes de Cotán en el instrumento. De colección son los discos de Pablo Milanés, “Años” y “Proposiciones”, en los que Cotán acompañó al muy conocido trovador.

Faustino Orama, El Guayabero 05 (Las huellas del conjunto "Trovadores Holguineros")



Músico empírico como era, por vocación y capacidad de sacrificio, el maraquero y cantante de “La Tropical”, Faustino Orama siempre se acercó a los instrumentistas de experiencia, especialmente a los que dominaban los secretos de la guitarra y el tres, que son instrumentos decisivos en los formatos soneros.
Dicen los que le conocieron por esa época que Faustino observaba largo, escuchaba y preguntaba frecuentemente a los guitarristas y treseros de la agrupación en la que estaba enrolado, sobre todo a Miranda y a su primo Pepe Osorio, que a inicios de los años cuarenta era el director de “La Tropical” y lo fue hasta que el septeto desapareció arrollado por el impulso de otros formatos soneros preferidos por los bailadores, el conjunto, sobre todo.

El Guayabero en fechas
1936 o inicios de 1937
Funda su conjunto “Trovadores Holguineros”, con el que durante veinte años realizó programas en las emisoras de radio de la ciudad, amenizó bailes y fiestas en sociedades de recreo, colonias de caña y residencias particulares.

Por 1936, cuando Arsenio Rodríguez, (“El Ciego Maravilloso”), y otros adelantados músicos cubanos comenzaron a agregar más trompetas y otros instrumentos al septeto buscando mayor fuerza rítmica y expresiva en sus interpretaciones, Faustino fundó un conjunto al que bautizó con el nombre de “Trovadores Holguineros”[1].
Casi a la misma vez en el tiempo, muy cerca del barrio donde vivía el músico, Manuel Angulo Farrán creó una radioemisora, la CMKO, que abrió sus puertas a los músicos que sin pago alguno, porque era una planta muy pobre, quisieran tocar ante sus micrófonos.
Esa era la época, también, del tango, los mariachis, la música española y la norteamericana, sobre todo el jazz, con el swing de Glen Miller. A la vez surgió el danzón de nuevo ritmo y el bolero se revitaliza con una nueva generación de creadores de la talla de René Touzet, Osvaldo Farrés, Marcelino Guerra, Orlando de la Rosa y Augusto Tariche. La conga, la canción afro y la guaracha por su parte logran notables conquistas a través de Rafael Ortiz (Uno, dos y tres), Armando Oréfiche (Rumba azul) y Guillermo Rodríguez Fiffe (La negra Tomasa), entre otros, enriquecen el repertorio de tríos como el Servando Díaz, las jazz bands Casino de la Plaza y Lecuona Cuban Boys, charangas al estilo de la de Antonio María Romeu y los numerosos conjuntos soneros que eran la novedad.
A todo ello contribuye esencialmente la radio, sobre todo después del éxito del programa “La Corte Suprema del Arte” había conseguido el primerísimo lugar en la promoción para todos los valores que se iniciaban y que buscaban darse a conocer al gran público y conseguir contratos entre los organizadores de bailes. Modestamente los “Trovadores Holguineros” acudieron a la CMKO y comenzaron su largo andar por los caminos de la música cubana.
Interpretaban una amplia gama de géneros, en primer lugar los sones de Arsenio Rodríguez y Miguel Matamoros, las guarachas de Bienvenido Julián Gutiérrez y Ñico Saquito, y los boleros de moda, incluyendo los de los exitosos mexicanos y puertorriqueños Agustín Lara, Alberto Domínguez, Rafael Hernández y Pedro Flores. De este último, “Obsesión” se convirtió en el favorito de Faustino que con frecuencia pedía a los cantantes de su agrupación que los interpretaran. (Para esos años iniciales del conjunto, Faustino solamente tocaba las maracas y cantaba en los coros; posteriormente pasó a tocar el tres y a inicios de los años cuarenta comienza a cantar como solista en algunas piezas, pero nunca en los géneros románticos).
Felizmente nunca le faltaron excelentes voces primas a “Los Trovadores…” Entre ellas la de Chicho González; la de Alberto Velázquez, que luego fue un principalísimo locutor de la CMKO, y, sobre todo, la de Francisco (Paco) González, que fue quien por más años estuvo en la agrupación aportándole su bien dotada voz, lo que le permitía transitar con facilidad por diversos géneros.
Otra relevante figura de “Los Trovadores…” fue el trompetista y compositor Francisco Drigg Oropesa (Bayayo), que antes había trabajado con el conjunto del Cojo Caissés y con Rafael Ortiz en el cabaret habanero Montmatre. Este músico hizo aportes sustanciales en el nivel profesional del conjunto de Faustino por ser el suyo un sonido limpio y poderoso, lo que le daba un toque de distinción a la sonoridad de “Los Trovadores…”. Bayayo fue el director musical y guía de los otros que en esa primera etapa dieron sus aportes. Entre ellos el guitarrista Jorge Rodríguez, los treseros Eugenio Aguilera Solares y Montalvo, y el contrabajista Pepín Oramas, hermano de Faustino.
Para las trasmisiones radiales y algunos bailes importantes agregaban al ensamble el piano, que tocaba Andrés Coayo y, en ocasiones, por Pepé Delgado.
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En el siguiente enlace los historiadores Zenovio Hernández y César Hidalgo Torres conversan sobre el bolerista Pepé Delgado y una de sus piezas que es síntesis de una agria relación amorosa entre el bolerista y una señorita de la alta sociedad holguinera Carmen Cortina. Al final podrán oír la pieza en la voz de Vicentico Valdés

 

El padre de Pepé era el notable pedagogo tunero Rafael Delgado, que impartía la asignatura de Geografía en el Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín desde su inauguración en 1937. Para que cursara el bachillerato, don Rafael trajo a su hijo a la ciudad y de inmediato el muchacho se convirtió en una de las atracciones musicales de las dos emisoras de Holguín, del Teatro Infante (hoy Comandante Eddy Suñol), y de la orquesta Tentación.
A diferencia de Faustino, Pepé había recibido una sólida formación musical, que incluía estudios en el Conservatorio Municipal de La Habana, por eso podía transitar con facilidad por diversos formatos, impartir clases de música, componer, orquestar y dar respaldo a importantes empeños culturales que se gestaban en Holguín, un territorio que desde 1940 había alcanzado la condición de municipio de primera clase por su alta densidad demográfica, su activa vida política, social y económica.
Al paso de unos pocos años Pepé Delgado y Faustino Orama serían los protagonistas de una de las más enconadas disputas por el derecho de autor de uno de los sones más populares de Cuba.


[1] Se ignora la fecha de fundación del Conjunto Trovadores Holguineros. En algunas entrevistas Faustino dijo que fue en 1936; y en otras que 1940.Testimoniantes consultados consideran que debió ser entre 1936 e inicios de 1937. Lamentablemente de esa etapa se conservan pocos periódicos en la ciudad, pero en la revista habanera Radioguía de septiembre de 1937 se incluye por primera vez la programación de la emisora CMKO, y en ella se anuncia el conjunto en un programa que salía a las diez de la mañana.

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