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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

6 de julio de 2013

Los Ochoa de Holguín (La segunda generación)



Juan Antonio Ochoa Ávila (1757-1829, San Isidoro de Holguín).

Juan Antonio Ochoa Ávila fue el segundo hijo nacido en el matrimonio de Jo Antonio Ochoa y Rosalía de Ávila. Fue él quien heredó de su padre el oficio de Ministro Factor del Tabaco en la ciudad de Holguín ello a partir de 1801 (un año después de la muerte del padre).
El primer matrimonio de Juan Antonio duró, nada más, siete años. Se llamó ella María Teresa Calderón, era hija de Miguel Calderón y se casó con el Ochoa en 1780. a la muerte de María Teresa, al matrimonio le quedó una hija, María Micaela Ochoa Calderón.
En 1788, después de ocho años de viudez, Juan Antonio contrajo segundas nupcias con su prima Juana Antonia de la Torre. (Para que se produjera, el matrimonio  debió ser  dispensado por la consanguinidad de los contrayentes en tercer grado). Se realizó el casorio en la iglesia parroquial de San Isidoro y de él nacieron once hijos, de ellos tres varones.
1.  Tomás José Ramón Ochoa de la Torres (1789-1855, San Isidoro de Holguín).

2.  Luis Agustín Ochoa de la Torres (1792-1855, San Isidoro de Holguín).

3.  Maa Josefa Apolonia Ochoa de la Torres (1794-, San Isidoro de Holguín).

4.  Juan Antonio Anacleto Ochoa de la Torres (1798-, San Isidoro de Holguín).

  5.  Maa de la Concepción Martina Ochoa de la Torres (1798-, San Isidoro  de Holguín).

6.  Maa Gertrudis Ochoa de la Torres (1799-, San Isidoro de Holguín).

7.  Maa del Carmen Ochoa de la Torres (1801-, San Isidoro de Holguín).

8.  Maa Patrocinio Ochoa de la Torres.

9.  Maa Rosalía Ochoa de la Torres.

10. Ana Josefa Ochoa de la Torres.

Además, Juan Antonio tuvo un hijo natural (fuera del matrimonio), con Margarita Álvarez, que se llamó Diego Antonio Ochoa Álvarez (el niño fue criado por su tío paterno Manuel Trinidad).
Tal como antes se dijo, cuando falleció su padre Juan  Antonio asumió el cargo de Ministro Factor del Tabaco en Holguín y en 1804 ocupó el oficio de Alcalde Ordinario (de este modo se inició en el campo de la política  holguinera). En 1806 compró a Rodrigo González de Rivera el

oficio  de  Regidor  Alguacil  Mayor.  Según  refiere  Rodrigo  González  de  Rivera  en  su testamento: “(…) tengo vendido al Sor. Alcalde Ordinario Juan Antonio Ochoa el oficio de Regidor Alguacil Mayor que ejerzo en cantidad de mil pesos (…); Juan Antonio ocupó este oficio por espacio de casi 15 años, y al cabo de ellos, según su testamento, deja el cargo a su hijo, el Licenciado en Derecho Tomás Ramón, que en esa época era uno de los Veedores del Ilustrísimo Ayuntamiento y abogado de la Real Hacienda.  Cuando hizo testamento dice Juan Antonio que entonces el oficio debía valer dos mil pesos…)
Además en su testamento Juan Antonio refiere como propiedades que posee las siguientes:


“(…) las casas de corredor en la Plaza de la parroquia, en que habito con mi familia (…) un trapiche situado en el ejido de esta ciudad y paraje de Yareyal compuesto de los utensilios necesarios, con  dos casas, cañaverales, labranza necesarias para la asistencia de la familia y once esclavos (…) la Hacienda de Chaparra en que tengo cuatro sitios, llamados Santa Gertrudis, San Juan, San Antonio y las Llamaycas (…) en el mismo terreno de Chaparra, Las Casas Quemadas, con puercos y vacas y un negro (…) la Hacienda San Diego que compré vestida de ganado y bestias (…) dos solares uno en Cuba apreciado en 600 pesos y el otro en esta ciudad de San Isidoro, situado en la calle de Santiago (…) y nueve esclavos más ()


Juan  Antonio  Ochoa,  como  parte  de  la aristocracia  de la  época,  mantuvo  el  mismo comportamiento generalizado en la sociedad con respecto a las estrategias matrimoniales que concertó para sus hijos. Ocho de las hembras cuando arribaron a la edad de casaderas se convirtieron en candidatas perfectas para que cualquier hijo de potentado en el pueblo invirtiera su fortuna casándose con ella. En algunos casos Juan Antonio llega a concertar  matrimonios entre primos hermanos con el fin de mantener y aumentar los patrimonios de la familia.  

En  el año 1824 Juan Antonio fue nominado como Regidor Honorario, título que mantuvo hasta su muerte en 1829 cuando había llegado a la edad de 72 años.

Los Ochoa de Holguín. (La segunda generación)




Diego Antonio Ochoa Ávila (1753-1777, San Isidoro de Holguín).

El mayor de los hijos del matrimonio entre Diego Ochoa y Rosalía de Avila nació en Holguín en 1753 y murió en esta misma ciudad con solo 24 años. Dice en el testamento del padre, que de “muerte repentina y violenta y no testó por ser pobre”. Cuatro años antes de su muerte, esto es, en 1773, (2 de abril), Diego Antonio contrajo matrimonio con María Nicolasa de Lozada Reyna. Nació ella en Santiago de Cuba y era hija de Felipe de Lozada y Antonia Reyna.

Descendencia de Diego Antonio Ochoa Ávila y María Nicolasa de Lozada Reyna:


1.   Maa Rosalía Ochoa Lozada (1771-1840, San Isidoro de Holguín).

2.   José Isidoro Ochoa Lozada (1777-1850, San Isidoro de Holguín).

3.     Josefa Ochoa Lozada (1774-1776, San Isidoro de Holguín).

A la muerte del hijo los abuelos paternos se hicieron cargo de dos de sus hijos, María Rosalía y José Isidoro. (Josefa murió dos años después de haber nacido).

9 de junio de 2013

La familia Ochoa en Holguín Cuba. (La primera generación)





Firma de José Antonio de Ochoa, el primero con ese apellido que vivió en Holguín, Cuba
            Tomado de Tesis de Grado, Carrera de Historia, Universidad Oscar Lucero Moya, Holguín, Cuba
Autora: Yulemis Sánchez Machado.



La familia Ochoa de Holguín, Cuba, surgió de la unión entre un peninsular y una criolla. El matrimonio se celebró el 4 de febrero de 1751 en la parroquia de San Isidoro de Holguín. Él se llamó José Antonio Ochoa Aizpurúa y Segura y era hijo legítimo de Juan Bautista Ochoa y Aizpurúa  y  Catarina Segura Arregui, ambos padres naturales del señorío de Oñate, reino de Vizcaya. José Antonio residía en Santiago de Cuba sin que sepamos la causa de su mudanza a Holguín, presumiblemente en 1750, (seguramente fue el haberse comprometido con una rica heredera de Holguín.  Ella se llamó Rosalía de Ávila y  González y era hija legítima de Diego de Ávila de la Torre y Juana  de  la  Cruz González  Norate.   

    El padre de Rosalía, que ocupó al surgimiento de la ciudad el oficio de Regidor Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad, era descendiente de una de las nietas de García Holguín –éste último fue el propietario del hato en el que se fundó la ciudad de Holguín, en Cuba. El Ávila suegro del primer Ochoa que vino a Holguín estaba emparentado con otras de las familias  fundadoras del pueblo. Su familia se dedicaba a las actividades agropecuarias, fundamentalmente en el cultivo del Tabaco y la sitiería desarrollada para estancias. (Diego de Ávila al igual que casi todos los fundadores de la ciudad, construyeron una red de relaciones que le permitió  a él y a  su familia mantenerse en la burocracia holguinera ocupando cargos de importancia en el cabildo, lo que, obviamente, les ayudaba en la solidificación de sus fortunas privadas. Una forma común para el fin anteriormente dicho fue concertar estrategias matrimoniales ventajosas).

    No se tiene información sobre los medios de subsistencia del Ochoa recién llegado a Holguín, pero la celebración de su boda con una miembro de la aristocracia hacendataria–ganadera  que  dominaba  como  grupo de  poder  en la  recién  constituida ciudad de Holguín, permite inferir que tenía una situación económica desahogada y un notable prestigio que le precedía, al que pudo haber contribuido su calidad de médico.

    La información de que se dispone en el Archivo Provincial de Historia de Holguín relativa a los primeros cuatro años después de constituido el matrimonio de José Antonio Ochoa y Rosalía de Ávila es muy escasa. Solo a partir de 1755 en lo adelante es posible saber del hombre por la información que de él dan las Actas de Cabildo disponibles en el Archivo Provincial de Historia de Holguín. Información esta que permite develar una red de interacciones que contribuyó para que la familia asegurara su predominio en la sociedad holguinera de 1751 a 1850.

    El testamento de José Antonio Ochoa de 1797 contribuye a esclarecer el modo a través del cual logró insertarse en la aristocracia de la ciudad:

    “(…) cuando contrajimos nuestro matrimonio aportamos a el por capital yo el testador como  trescientos  pesos en  dinero, medicina  y otros muebles que  me debían  y que después de casado me pagaron (…)”

    A partir de lo anterior podemos inferir que al momento de la celebración de su enlace con Rosalía, José Antonio tenía una situación económica desahogada y que era médico de profesión. Esto último se confirma en el acta del Cabildo de agosto de 1755, en el que se discute la solicitud hecha por José  Antonio Ochoa para que se le permitiera ejercer la plaza de médico de la ciudad. Allí se explica el fundamento de la solicitud y el modo en que se proponía el pago por los servicios médicos que prestaría:

    “(…) que en esta ciudad no hay médico alguno y a ser practico en la facultad y maestro de Cirugía convenido este vecindario en darle en cada familia un peso anual que  les  obligaría  a  asistirles  con  su  persona  y las medicinas necesarias a  sus curaciones (…)”

    Por  cierto, y porque la solicitud hecha al Cabildo no iba acompañada de las recomendaciones del Señor Gobernador Militar y Político de la villa de Santiago de Cuba, no fue sino a partir de 1757, esto es, después de dos años de larga espera desde su solicitud, que José Antonio Ochoa comienza su labor como médico en la ciudad de Holguín.

    Contrario a lo que inicialmente podría pensarse, el desempeño del oficio de médico no le fue económicamente rentable, seguramente debido a que por entonces los holguineros estaban acostumbrados a ponerse en manos de curanderos y a la auto-medicación. Esa situación unida a sus responsabilidades como padre de familia provocó que hacia finales de 1760 abandonara la práctica de la medicina.

    El  4  de  junio  de  1761,  José  Antonio  Ochoa  le  pide  a  Miguel  Calderón,  (Mayordomo Sargento Mayor del Cabildo de la ciudad), compadre espiritual y futuro suegro de uno de su hijos, que sea “(...) su fiador en la cantidad de 500 pesos para poder obtener el cargo y empleo de Ministro de la compra de Tabaco de cuenta de S.M en dicha ciudad (…)”

    El comercio en el ramo del Tabaco en Holguín se mantuvo por espacio de 32 años en manos  de  José  Antonio,  “(…)  en  cuyo  tiempo  no  hayo  en  mi conciencia  que  haya defraudado ni los intereses de S.M, ni los del público (…), según dice en su testamento. Precisamente la importancia de dicho negocio fue lo que le posibilitó organizar una nutrida red de relaciones que le fueron de gran provecho a él y a sus hijos.  Juana de Ávila González se casó con su primo Rodrigo  González  de  Rivera  quien fue nombrado  Regidor  Alguacil  Mayor  en  el  primer  cabildo holguinero; Agustina de Ávila González con Salvador de Jesús Barzaga y Perdomo, Primer Síndico Procurador General de la ciudad y que posteriormente llegó a ser Regidor Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad; Diego Ramón de Ávila González se casó con su prima Catalina Josefa González de Rivera y de la Cruz, hija de Juan González de Rivera y Ávila, Regidor en el primer cabildo y primo de Diego de Ávila y de la Torre…

    Por otra el ser un exitoso hombre de negocio y a la vez una persona confiable y de respeto, le permitió a José Antonio Ochoa ocupar el cargo  de  Alcalde  Ordinario  en  1778,  manteniendo  así  un  estrecho vínculo  con  la burocracia holguinera y por lo mismo, estructurar una amplia red de poder que fortalecía el negocio del tabaco en la ciudad y su interés propio. Como ejemplo de lo anterior en documentos de la época José Antonio aparece “(…) sirviendo como fiador de Dn. Miguel de  Aguilera  en  la cantidad  de  1000  pesos para obtener  interinamente el empleo de Administrador Particular de la Real Hacienda (…)”; también da “(…) de fianza una casa de madera y tejas de su propiedad que se usa en Factoría de Tabaco y que su valor es muy cuantioso (…)”. Con posterioridad, Don Miguel de Aguilera estrecha sus vínculos con la familia Ochoa sirviéndoles como fiador, testigo de bodas, padrino y dando su apoyo y consentimiento  para  el  desarrollo  del  negocio  comercial  del  tabaco  de  dicha  familia; incluso su hija María del Carmen  Aguilera contrajo matrimonio con uno de los hijos de José Antonio Ochoa.

    Entre las propiedades dejadas por José Antonio Ochoa en su testamento se encuentran siete sitios con un total de 1.521 pesos de posesión, un ingenio nombrado Santa Rosa de Mayabe, dos casas y catorce  esclavos que incluían a cinco mujeres. También llegó a poseer una goleta nombrada Santa Bárbara, “(…) anclada en el puerto real de Gibara de esta jurisdicción en estado navegable (…), dice en el testamento. Esta goleta era utilizada mayoritariamente para el transporte del tabaco que se acopiaba en la factoría de Holguín y en los almacenes de Mayarí y Jiguaní, para su posterior comercialización en la Real Hacienda  de  La Habana. No podemos dejar de mencionar que de vez en cuando el dueño de la embarcación concertaba con otros comerciantes algunos viajes a las islas del Caribe donde tenían una selecta clientela.

    Relacionado en el testamento de Ochoa se encuentra un listado de personas que le debían dinero, incluso, algunas eran figuras representativas de la sociedad holguinera de la época como Juan González de Rivera (Regidor Alguacil), Juan Antonio Bidopia, Silvestre de la Peña y hasta el cura de la iglesia de San Isidoro que le debía 300 pesos, entre otros.

    El floreciente negocio del tabaco le dio la posibilidad a José Antonio Ochoa, de en corto periodo de tiempo ser propietario de un fortuna, y también le aseguró un lugar en la aristocracia holguinera de la época y un espacio en ella para sus descendientes.

    José Antonio Ochoa Aizpurua y Segura falleció en San Isidoro de Holguín el miércoles 22 de enero de 1800; su esposa Rosalía de Ávila había fallecido diez años antes (en 1790) cuando había cumplido 65 años de su edad.

    Descendencia de José Antonio Ochoa Segura y María Rosalía de Ávila:

1.      Diego Antonio Ochoa Ávila (1753-1777, San Isidoro de Holguín).

2.      Juan Antonio Ochoa Ávila (1757-1829, San Isidoro de Holguín).

3.      Manuela de Jesús OchoaÁvila (1760-1819, San Isidoro de Holguín).

4.      Francisco Javier OchoaÁvila (1762-, San Isidoro de Holguín).

5.      Miguel Ignacio Ochoa Ávila(1771-1795, San Isidoro de Holguín).

6.      Manuel José de la Trinidad OchoaÁvila (1772-1845, San Isidoro de Holguín).

7.      José Antonio Ochoa Ávila(1777-1816, San Isidoro de Holguín).

   
  

31 de marzo de 2013

Extranjeros blancos emigrados y asentados en la sociedad holguinera del siglo XVIII



Tomado de: La inmigración extranjera blanca en la sociedad holguinera del siglo XVIII

Autora: Patricia García Concepción
Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
2010



Saber de dónde vinieron los troncos de las familias de la comarca es de importancia capital, pero hasta esta investigación no se había hecho ningún estudio de esa dicha llegada de extranjeros blancos a la zona durante el siglo XVIII, esto es, de 1700 a 1801, que es cuando nace el pueblo que después fue la Ciudad de Holguín..

Aquí, como en toda Cuba, el proceso de inmigración arrancó en siglo XVI cuando un extremeño funda el hato y le nace una única hija, Juana Holguín. Posteriormente la muchacha se casa  con un asturiano y comienza el largo y viejo tiempo en que surgieron los holguineros, la holguineridad.

Para realizar el siguiente estudio fue necesario la consulta de los Protocolos Notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Holguín (AHPH) que abordan el siglo estudiado (de 1700 a 1801). De especial importancia fue la información que aparece recogida en los testamentos de los extranjeros y de los descendientes de estos. Se revisaron, también, los Archivos de la Catedral San Isidoro, preferentemente los libros de defunciones 2 y 3, que abarcan desde 1764 hasta 1775 y desde 1776 hasta principios del siglo XIX respectivamente. (Lamentablemente el libro 1 de defunciones solo se pudo consultar parcialmente por encontrarse en muy malas condiciones de conservación).

En este mismo archivo se consultaron algunas actas de matrimonio, las de 1730 a 1751, (que son las que se conservan). Ellas ofrecen información de los extranjeros que se encontraban viviendo en el pueblo y su hinterland a principios de siglo.

A partir de las fuentes señaladas se ha podido tener una visión de la inmigración asentada en la localidad. El primer asunto a tener en cuenta es que se pudo comprobar  la existencia en Holguín de inmigrantes blancos de diferentes regiones del mundo. Sin embargo, como es obvio, fue de la metrópoli (España), de donde vinieron mayor cantidad de vecinos a Holguín: De los cuarenta y cinco testamentos de inmigrantes extranjeros examinados en el Archivo Provincial de Historia, treinta y nueve son de inmigrantes españoles.





















Un buen número de estos inmigrantes extranjeros que desarrollaron parte de sus vidas en la ciudad de San Isidoro de Holguín durante el siglo XVIII tuvieron una importante descendencia, la cual si se siguen sus huellas, nos permitirá descifrar los orígenes de muchos de los holguineros que hoy caminan por sus calles.

Rita Josefa Castellanos Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Al parecer era la benjamina de la familia Castellanos Guevara (la más joven de todas), fue Rita Josefa. (Y lo creemos porque al nombrar a sus hijos en sus testamentos, ambos padres dicen su nombre de última; y por la fecha en que contrae matrimonio podemos estimar su nacimiento cercano a 1765, o posterior a esta fecha, sin poderlo afirmar por no haber encontrado el acta de bautizo en los fondos archivisticos holguineros. Sí se encontró su acta de matrimonio que dice que Rita Josefa se casó en Holguín el jueves 13 de mayo de 1784 con don Manuel Ruiz Toranzo y de la Fontanilla Pacheco. Todavía algo más sobre dicha acta, por curiosa. No dice el sacerdote en ningún momento “casé” sino:
Año del señor de mil setecientos ochenta y quatro, jueves trece de mayo, yo Don Cristóbal Rodrigues y Gonsales Presbitero Cura Rector por S. M y Vicario, jues eclesiástico de sta Ciudad de Holguin, velé infabis eclesis  a Don Manuel Toranzo y a Doña Rita Castellanos, y para que conste lo firmo
                                                      Xptovl Rodrig”

Otro elemento que hace singular esta acta de casamiento es que no menciona los nombres de los progenitores de ninguno de los dos contrayentes, tampoco de donde eran naturales y, tampoco, el nombre de los padrinos ni el de los testigos. Como fruto de la unión nacieron dos hijos: Manuel José y Julián José Toranzo Castellanos.

Otro documento, su acta de defunción, nos informa que don Manuel Ruiz Toranzo, esposo de Rita Josefa, falleció en Holguín el 2 de noviembre de 1790, esto es, seis años después del matrimonio. Dice el documento que el difunto nada más tenía al fallecer 40 años de su edad. En su testamento, también consultado, nombra como sus albacea a su esposa doña Rita Castellanos, a Bernardo Reinaldo y a su suegro don Lorenzo Castellanos.
                             
Cuatro años después de la muerte de su primer esposo, doña Rita Josefa vuelve a contraer nupcias, esta vez con el natural de Holguín, don Manuel Reinaldo, hijo de José Reinaldo e Inés María de Leyva; fueron padrinos del matrimonio Bernardo Reinaldo e Isabel Castellanos. De la unión nacieron Bernardo y José de Jesús de los Dolores Reinaldo Castellanos.

Isabel Antonia Castellanos Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Isabel Antonia Castellanos Guevara fue la quinta hija de don Lorenzo Castellanos y doña Cecilia que llegó a edad adulta. Nació el 25 de enero de 1758 y la bautizaron en Holguín a los 8 días de nacida, fueron sus padrinos Miguel y Teresa Calderón. Con 14 años cumplidos Isabel Antonia contrajo matrimonio con don Bernardo Reinaldo, natural de Holguín e hijo de Bartolomé Reinaldo y  Micaela Peña. La fecha de la boda fue 5 de febrero de 1772, el sacerdote que ofició se llamaba Manuel José Hechavarria. Infelizmente la pareja no tuvo descendencia, pero en su defecto tuvieron numerosos ahijados, todos sobrinos de ella: Cecilia, hija de María Mercedes Castellanos; Rosa María, hija de Juan José Castellanos; Julián José y José  de Jesús, hijos de Rita Castellanos.

A principios del siglo XIX la pareja de doña Isabel Antonia y don Lorenzo hizo dos testamentos, uno en 1804 y el otro en 1816. En ellos mencionan sus propiedades: la casa de su morada, de madera y teja, construida en el terreno cedido a ellos por Lorenzo Castellanos ubicada muy  cerca del fundador de la familia. Además en la lista de propiedades están una volanta y otros muebles, un sitio para la siembra de cien pesos de posesión en La Güira con sus casas, estancias y ganado vacuno, equino y porcino. Poseían también numerosos esclavos (numerosos para su época en Holguín), entre ellos la  negra criolla Clara y otra nombrada Catalina, la mulatita María Escolástica, el mulatito Fulgencio, (al que le dieron la libertad con la condición que los acompañe mientras el matrimonio viviera), los negros Tomás, Juan de Dios, José Antonio y Pedro, el negro bozal (o sea, traído directamente desde el África) y que era zapatero y asimismo Manuel que tenía el mismo oficio que el anterior.
 En el segundo testamento la pareja mencionan un colgadizo de madera y teja que daba a la calle de Santa María Magdalena (Actualmente Luz y Caballero), y una posesión en  Gibara, de la cual no dicen más datos.

José de la Cruz Castellanos Mojarrieta



Nombre: José de la Cruz Castellanos Mojarrieta
Grado: Bachiller
Categoría profesional: Médico

Nació el 2 de mayo de 1807. Hijo de Lorenzo y de Josefa Catalina, comenzó a estudiar latinidad en el Convento de Nuestra Señora de las Mercedes con fray Pedro Nolasco Parrado. Continuó sus estudios en el Seminario de San Carlos, donde tuvo como profesores a José Antonio Saco y Manuel González del Valle. Se graduó de Bachiller en Artes el 1ro. de abril de 1824, en un acto solemne en el que actuaron como sinodales fray José María Espinosa, Francisco Sandoval y Manuel González del Valle. Había empezado a estudiar la medicina el 14 de marzo de 1824 y durante la carrera cursó Prima con Gaspar Z. de los Reyes, Antonio Viera y Félix Herrera; Vísperas con Agustín E. de Abreu; Anatomía con Bernardo J. Riesgo; Cirugía con Fernando González del Valle y Terapéutica con Ángel J. Cowley. Se graduó de Bachiller en Medicina el 21 de marzo de 1827 ante los doctores actuantes como jueces Lorenzo Hernández, Pedro Andreu, Antonio Viera, Agustín E. de Abreu, Gaspar Z. de los Reyes, fray Luis Castillo Odoardo y Vicente Pérez Infante. Sostuvo un acto de conclusiones públicas bajo la regencia del profesor de Prima Antonio Viera y otro de Anatomía bajo la regencia de Bernardo J. Riesgo. En mayo de 1827, cuando le faltaban todavía diez meses para completar los dos años de práctica de cirugía requeridos para tener derecho a presentarse a examen, solicitó se le permitiera examinar pues pensaba viajar a Francia para perfeccionar sus conocimientos. El Fiscal del Protomedicato accedió a la petición, aunque con la condición de que se le hiciera un examen riguroso y que no se le expidiera el título hasta que se cumpliera el tiempo de práctica exigido. Había hecho las prácticas desde el 14 de enero de 1824 hasta el 19 de febrero de 1825, junto al doctor Fernando González del Valle, y entre el 14 de marzo de 1825 y el 23 de abril de 1827 con Manuel Antonio Díaz en el Hospital de Paula. Fue aprobado como cirujano latino, cuyo título se le expidió el 10 de abril de 1828. Practicó la medicina junto al doctor Tomás Romay y se recibió como médico ante el Real Tribunal del Protomedicato el 8 de abril de 1829. El 1ro. de junio de ese año solicitó ser admitido como aspirante a los grados mayores, pero no los tomó sin que se sepa la causa de esta decisión. Durante la epidemia de cólera morbo de 1833, hizo algunos experimentos que le dieron buenos resultados en la atención de los enfermos, los cuales dio a conocer a su maestro, el doctor Tomás Romay, a quien inquirió su opinión al respecto. Luego de revalidar sus títulos el 22 de junio de 1834 ante la Junta Superior Gubernativa de Medicina y Cirugía, viajó a España para instalarse en Madrid. En esa ciudad fue miembro del Consejo Superior de Instrucción Pública y condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Allí falleció en 1875.

Fuentes:
Archivo Central de la Universidad de La Habana. Expediente 2,555 de 1824.
Archivo de la Iglesia de la Soledad (Camaguey). Libro 11 de bautismos, folio 243.
Cowley RA. Breves noticias sobre la enseñanza de la Medicina en la Real y Pontificia Universidad del Máximo Doctor S. Jerónimo. Habana: Imprenta y Librería de A. Pego; 1876. p. 199.
Torriente Brau, Z de la, López Sánchez J. Bibliografía Científica Cubana (1790-1848). La Habana: Editorial Academia, 1979. p. 99. 


Revisar documentos en Archivo Histórico Nacional, España.
Expediente promovido por D. José de la Cruz Castellanos y Mojarrieta para que se le permita colonizar con labradores europeos sus terrenos de Puerto Príncipe

Juan José Castellanos y Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
 
Juan José Castellanos y Guevara nació el 3 de julio de 1755, fueron sus padrinos el Fiel Ejecutor José de Peña y Josefa González. Casó este en La Habana con doña Rosa María Francia del Rey Bravo y con ella tuvo varios hijos. En el Archivo Parroquial de Holguín aparecen las actas del bautizo de dos de sus hijas: Inés Cecilia, que nació en 8 de mayo de 1785 y que fue bautizada a los ocho días de nacida. Fueron sus padrinos don Manuel Toranzo y su abuela paterna doña Cecilia de Guevara. La otra, Rosa María, nacida en agosto de 1786; contaba esta con ocho días de vida cuando se efectuó el bautizo, sus padrinos fueron Bernardo Reinaldo e Isabel Castellanos. Las dos con el apellido Castellanos Francia del Rey.

En el libro “Familias holguineras” se menciona la existencia de otros hijos de Juan José Castellanos, ellos son: Lorenzo Castellanos Francia, quien se casó en Puerto Príncipe con doña Josefa de Mojarrieta y Sánchez, teniendo entre sus descendientes a don José de la Cruz Castellanos y Mojarrieta quien llegó a ser el Conde de Tinámo y Gentil Hombre de Cámara y Regidor del Rey Ilustre Ayuntamiento de Puerto Príncipe, y también a Luis Beltrán, Bernardo, Cecilia y Esteban. (Esta rama de la familia se estableció en Puerto Príncipe llegando a formar parte de la nobleza y de lo más ilustre de la sociedad camagüeyana).

Lorenzo José Castellanos Guevara.

Lorenzo José sigue en orden cronológico los nacimientos en la familia Castellanos Guevara. Nació el 23 de mayo de 1751 y fue bautizado en esta ciudad. Se casó el 16 de junio de 1792 con doña Paula de Peña y González de Rivera, viuda de Nicolás de Peña. De este matrimonio nacieron dos hijas: Josefa de la Concepción y María de la Concepción de Castellanos y de Peña. La primera el 1ro de mayo de 1792, (por cierto, cuarenta y seis días después del nacimiento de la niña es que se produce el casamiento de sus padres). La segunda en 1795.

Francisco Antonio Castellanos Guevara


Francisco Antonio Castellanos Guevara nació el 30 de marzo  de 1747 y fue bautizado el 6 de abril de ese mismo año. El 23 de diciembre de 1775 se casó con doña Juana de Fornaris y Monte, natural de Puerto Príncipe (Camagüey); del matrimonio nacieron numerosos hijos. De ellos el primero que aparece bautizado es un varón nombrado Carlos, (más, en los documentos se puede descubrir que Carlos era mellizo con otro niño que nació muerto), luego nacieron Miguel Antonio, Lorenzo Florencio, María del Rosario, Inés Cecilia y Salvador de Jesús José Castellanos y Fornaris.

Fue Francisco Antonio Castellanos quien heredó del padre el cargo de Escribano Público, pero lo desempeñó por poco tiempo porque murió el 28 de diciembre de 1798, solamente quince años después que su padre.

María Mercedes Josefa Castellanos y Guevara


Tomado de Tesis de Grado, Carrera Historia, Universidad de Holguín, Cuba Oscar Lucero Moya. 

Autora: Patricia García Concepción
La hija de don Lorenzo Castellanos, María Mercedes Josefa Castellanos y Guevara, nació en Holguín el 14 de abril de 1745 y fue bautizada el 22 del mismo mes. Tuvo como padrinos a don José de Peña y doña María de Prado. 

María Mercedes contrajo matrimonio en 1765 con don José Guillermo de los Reyes y Alvarado, natural de Puerto  Príncipe. Es curioso que de este casamiento aparecen en la Iglesia Parroquial dos actas, la primera del 12 de marzo de 1765 y la otra del 25 de junio de 1767. ¿Quiere decir que se casaron dos veces?, creemos que sí, y lo creemos al comprobar que cada acta está firmada por dos individuos diferentes: la primera por el presbítero suplente del cura don Antonio de Aldana y Chavarria, la segunda por el Cura Rector Iptobal Rodríguez. Pudo suceder que el presbítero suplente no tuviera autorización para hacer casamientos.


De la unión de doña María Mercedes y don José Guillermo nacieron varios hijos, el primogénito llevó el nombre de su abuelo materno, Lorenzo, y fue don Lorenzo el padrino del niño. Desgraciadamente Lorenzo nieto murió a los pocos años, lo mismo que le ocurrió a sus hermanitos Micaela Antonia, Manuel y las mellizas María Antonia y Antonia María. Del matrimonio solo dos hijas alcanzaron la mayoría de edad, Cecilia y Francisca Antonia de los Reyes y Castellanos. (Por cierto la mencionada de última heredó de su abuela Cecilia diez pesos, los diez pesos que su abuelo don Lorenzo dijo en el testamento que le debía).

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