Por Arquímedes de Paz y José Novoa
Lea además: Las Memorias de Pepito García Castañeda
Dr. Pepito García Castañeda |
García
Castañeda[1]
no se limitó a repetir la información dada por don Diego de Ávila y Delmonte,
como habían hecho los historiadores que le antecedieron, sino que la sometió a
un análisis critico y realizó una cuidadosa (y casi heroica) búsqueda de
fuentes documentales que sustentaran los hechos que describió.
En
relación con el individuo que fundó el hato que estuvo donde hoy crece la
ciudad de Holguín, lo primero fue localizar documentación que acreditara las
versiones que sobre él se contaban, y para ello escribe al Archivo de Indias en
Sevilla. El 9 de julio de 1947 llega la respuesta firmada por Cristóbal
Bermúdez Plata, director del dicho archivo en la que dice categóricamente que
“no encontramos ningún Francisco García Holguín pasando a América, como tampoco
a un García Holguín en el periodo de 1509 a 1543, pero sí documentos
relacionados con García Holguín pasando a América antes de 1509”[2].
Es
entonces cuando se desecha al tal Francisco García Holguín como propietario de
tierras en la comarca; Pepito García Castañeda es quien primero asegura que se
llamaba García, que era nombre común en su tiempo, y de apellido Holguín.
Posteriormente
el historiador aporta un elemento clave para a ubicación de García Holguín en
la isla de Cuba: el testamento de Diego Velázquez. Dice Velázquez en su
testamento que García Holguín, quien estaba en México, le debía novecientos
pesos oro usados por el García Holguín para completar una parte del dinero con
que compró “la facienda de manzanylla (sic)” que le vendió un tal Bartolomé de
Bastidas a García Holguín y Diego de Lorenzana.
De
Bastidas y Diego Lorenzana no aparece otras referencias en la documentación
revisada, salvo una nota en el Archivo de Indias, Sevilla, relativa a una Real
Provisión de julio de 1526, donde dice que a Diego Lorenzana se le concedía el
regimiento de la villa de San Salvador, pero no aclara si se trata de San
Salvador de Bayamo o alguno otro de los tantos lugares del Nuevo Mundo que los
españoles nombraron San Salvador.
Sin
nada que conduzca al vendedor y al otro comprador con García Holguín, García
Castañeda se dedica a intuir dónde quedaba la “facienda de Manzanylla”.
Dos
Manzanillo había en Cuba en el momento en que García Holguín se convierte en
propietario. Uno en el golfo de Guacanayabo y el otro era un pueblo de indios
cercano a las antiguas villas de Trinidad y Sancti Spiritus, pero hasta hoy no
se ha localizado documento ninguno que relacione a García Holguín con esos
lugares. Y como el historiador quiere conciliar sus hallazgos documentales con
el relato de don Diego de Ávila y Delmonte, dice sin sonrojarse que Manzanylla
es El Yayal, pueblo indio de las inmediaciones del posterior pueblo de Holguín.
Otros
historiadores han exonerado de culpa a Pepito García Castañeda por la anterior
deducción sin prueba alguna diciendo que al escribir Manzanylla el escribano
equivocó lo que dijo Diego Velázquez, o quizás fue Diego Velázquez, entonces
viejo y enfermo, quien equivocó el nombre de la hacienda de García Holguín. Sin
embargo es discutible que en un acto de declaración testamentaria se dejara
pasar el error en el nombre de una hacienda sobre la que pesaba una deuda tan
importante; ¿cómo procederían los albaceas al cobro de ella si la hacienda
mencionada no existía?
Hasta
hoy no se ha conseguido aclarar absolutamente nada del asunto anteriormente
tratado.
[1] José Agustín García
Castañeda, Pepito. (Holguín 22 de septiembre de 1902-Holguín 3 de noviembre de
1982). Abogado de profesión y profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de
Holguín. Se le considera el más importante científico holguinero de los
primeros cincuenta años del siglo XX. Historiador, museólogo, arqueólogo,
naturalista y escritor. Perteneció a la Academia de Historia y a las Sociedades
Científicas de Arqueología, Botánica y Malacología.
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