Anuncia LA LUZ un REFUERZO a su empresa, la primera en el campo periodístico, que tuvo Holguín.
Dice en la edición del domingo 20 de julio de 1862, Año I. No. 16, que:
“En este número aparece una composición del Sr. D. Manuel Nápoles Fajardo, cuyo primer eco poético resonó en su infantil edad en los salones de nuestra Filarmónica. El joven escritor, actual Director del Hórmigo, ha sido llamado por nosotros y tal vez fije residencia en Holguín, porque intentamos una innovación en nuestro periódico, cuyo secreto nos reservamos, pero para efectuarlo necesitamos constituir una Redacción en forma. Veremos”.
Primero vamos a copiar la “composición” de Manuel publicada por La Luz:
SALUDO A HOLGUIN
¡Once años! Tiempo tan largo
Hace que por vez primera
Llegué Holguín a tu ribera
Sumido en triste letargo.
Y recuerdo, era yo un niño,
Que de él logré despertar
Al sonoro vibrar
De las voces el cariño.
Por una pena horrorosa
Llegué con el alma herida,
Considerando la vida
Como una carga enojosa.
Y recuerdo que en tu seno
Hermosísima ciudad,
Encontré felicidad
Y vi el porvenir sereno.
¡Cuántos recuerdos! Aún viven
En mi corazón escritos,
Pues recuerdos tan benditos
Del alma no se proscriben.
¡Ay! –¿Por qué no me detuve
Y allí dilaté mis días
Colmándose de alegrías
De la esperanza el querube?
¿Por qué? Porque el hombre nunca
Con su suerte se contenta
Y la ambición que alimenta
Su brillante historia trunca.
Porque huye de donde brilla
Para él la luz venturosa,
Quizá tiniebla luctuosa
Hallando en la opuesta orilla.
Porque de dichas ansioso
Una ilusión lo entusiasma
Y corre tras un fantasma
Tan mentido como hermoso.
Por eso aunque allí encontré
Bálsamo para mi herida,
Por eso, ciudad querida,
Por eso te abandoné.
Y corrí y corrí sediento
En pos de dicha y de gloria
Y desgarré de mi historia
La hoja de más valimiento.
De tus favores en pago
Ingratitud te otorgué,
Y desde entonces, sin fe
Y sin esperanza vago.
Desde entonces la aflicción
Siempre en mis versos resalta
Pues si grande fue la falta
Inmensa fue la expiación…!
Volver a tu seno pienso
Y si este sueño realizo,
Creeré probar el hechizo
Del deleite más inmenso.
Volveré a ti como vuelven
Los náufragos desgraciados
(faltan dos versos de esta cuarteta)
Quizás vibraré el laúd
Al cielo alzando la frente
Con el entusiasmo ardiente
De mi extinta juventud.
Y quien sabe, Holguín, si alcanzas
A consolarme en mis cuitas,
Y eres tú quien resucitas
Mis ya muertas esperanzas.
Y aunque en mi dolor profundo
Lance un clamor triste y vago
Como el que a orillas de un lago
Lanza un cisne moribundo.
Viviendo allí entre tus flores,
Bajo tu cielo precioso,
Quizás me parezca hermoso
El más cruel de los dolores.
Con viva fe te saludo
Y aunque mi emoción es tal
Que es de esas en que el mortal
Dice más estando mudo.
Mi primer canto te envío;
Acógelo si te place,
Como el vínculo que enlace
Tu destino con el mío.
Manuel Nápoles Fajardo.
Tunas, 18 de Julio de 1862
…
Don Manuel Agustín Nápoles Fajardo era el hermano mayor de los Nápoles Fajardo, entre los que se incluyen Antonio José (dueño de La Luz) y el célebre Juan Cristóbal, (El Cucalambé).
Era un joven maestro de primeras letras con veintidós años cuando se hace cargo del primer periódico que hubo en Las Tunas, “El Hórmigo”. Es muy difícil asegurar la fecha de la circulación del primer número del periódico, porque la colección del mismo desapareció durante los incendios de la ciudad durante las guerras por la independencia. No obstante se sabe que en el periódico de Santiago de Cuba “El Redactor”, de noviembre de 1859, se publicó un artículo titulado: “Periódico en Las Tunas”, en que se refiere la aparición de “El Hómigo”, a la vez que hace una reseña del contenido de ese primer ejemplar.
Según fuentes oficiales ese primer número circuló el domingo 6 de noviembre de 1859.
En diciembre de 1860 y a causa de un litigio vinculado a su familia, Don Manuel hizo traspaso de la Imprenta y el Periódico a su hermano Antonio José, quien continuó como editor responsable y redactor hasta el 24 de mayo de 1862, cuando Don Manuel volvió a encargarse de la dirección.
Fue el autor del primer libro tunero, “Flores del Alma”, publicado en agosto de 1860, y tuvo el mérito histórico de ser el primer editor de José Martí, tal como lo sostiene el investigador tunero Carlos Tamayo Rodríguez. “Es cuando Martí era un niño. Entonces Manuel Agustín se fue a vivir a Guanabacoa y allá funda un periódico nombrado El Álbum. El él se publicaban versos. Y como resultado de la casualidad, la esposa de Rafael María de Mendive, que era el maestro del niño José Martí, era de Guanabacoa. Cuando fallece la esposa de Mendive, (Micaela Ning), Martí se conmociona y escribe los versos que titula Micaela.
“El poema apareció en el periódico de Manuel, por lo que a este ha de considerársele el primer editor de José Martí”.
Usaba el seudónimo de Sanlope. (En el presente la editorial de Las Tunas lleva ese nombre).
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