Prensa desde 1900

13 de marzo de 2020

La historia de García Holguín contada por Pepito García Castañeda



Por Arquímedes de Paz y José Novoa
Dr. Pepito García Castañeda
García Castañeda[1] no se limitó a repetir la información dada por don Diego de Ávila y Delmonte, como habían hecho los historiadores que le antecedieron, sino que la sometió a un análisis critico y realizó una cuidadosa (y casi heroica) búsqueda de fuentes documentales que sustentaran los hechos que describió.

En relación con el individuo que fundó el hato que estuvo donde hoy crece la ciudad de Holguín, lo primero fue localizar documentación que acreditara las versiones que sobre él se contaban, y para ello escribe al Archivo de Indias en Sevilla. El 9 de julio de 1947 llega la respuesta firmada por Cristóbal Bermúdez Plata, director del dicho archivo en la que dice categóricamente que “no encontramos ningún Francisco García Holguín pasando a América, como tampoco a un García Holguín en el periodo de 1509 a 1543, pero sí documentos relacionados con García Holguín pasando a América antes de 1509”[2].

Es entonces cuando se desecha al tal Francisco García Holguín como propietario de tierras en la comarca; Pepito García Castañeda es quien primero asegura que se llamaba García, que era nombre común en su tiempo, y de apellido Holguín.

Posteriormente el historiador aporta un elemento clave para a ubicación de García Holguín en la isla de Cuba: el testamento de Diego Velázquez. Dice Velázquez en su testamento que García Holguín, quien estaba en México, le debía novecientos pesos oro usados por el García Holguín para completar una parte del dinero con que compró “la facienda de manzanylla (sic)” que le vendió un tal Bartolomé de Bastidas a García Holguín y Diego de Lorenzana.

De Bastidas y Diego Lorenzana no aparece otras referencias en la documentación revisada, salvo una nota en el Archivo de Indias, Sevilla, relativa a una Real Provisión de julio de 1526, donde dice que a Diego Lorenzana se le concedía el regimiento de la villa de San Salvador, pero no aclara si se trata de San Salvador de Bayamo o alguno otro de los tantos lugares del Nuevo Mundo que los españoles nombraron San Salvador.

Sin nada que conduzca al vendedor y al otro comprador con García Holguín, García Castañeda se dedica a intuir dónde quedaba la “facienda de Manzanylla”.

Dos Manzanillo había en Cuba en el momento en que García Holguín se convierte en propietario. Uno en el golfo de Guacanayabo y el otro era un pueblo de indios cercano a las antiguas villas de Trinidad y Sancti Spiritus, pero hasta hoy no se ha localizado documento ninguno que relacione a García Holguín con esos lugares. Y como el historiador quiere conciliar sus hallazgos documentales con el relato de don Diego de Ávila y Delmonte, dice sin sonrojarse que Manzanylla es El Yayal, pueblo indio de las inmediaciones del posterior pueblo de Holguín.

Otros historiadores han exonerado de culpa a Pepito García Castañeda por la anterior deducción sin prueba alguna diciendo que al escribir Manzanylla el escribano equivocó lo que dijo Diego Velázquez, o quizás fue Diego Velázquez, entonces viejo y enfermo, quien equivocó el nombre de la hacienda de García Holguín. Sin embargo es discutible que en un acto de declaración testamentaria se dejara pasar el error en el nombre de una hacienda sobre la que pesaba una deuda tan importante; ¿cómo procederían los albaceas al cobro de ella si la hacienda mencionada no existía?

Hasta hoy no se ha conseguido aclarar absolutamente nada del asunto anteriormente tratado.  

 





[1] José Agustín García Castañeda, Pepito. (Holguín 22 de septiembre de 1902-Holguín 3 de noviembre de 1982). Abogado de profesión y profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín. Se le considera el más importante científico holguinero de los primeros cincuenta años del siglo XX. Historiador, museólogo, arqueólogo, naturalista y escritor. Perteneció a la Academia de Historia y a las Sociedades Científicas de Arqueología, Botánica y Malacología.


  

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