Por Julio César Urbina
Los primeros jamaicanos o
jamaiquinos (que de las dos formas se les llama en Cuba), entrados a la zona de
Preston trabajaron como peones de cuadrilla en el montaje del Ferrocarril, y
posteriormente en los montajes de las viviendas y del propio Ingenio, asimismo
otros atendieron las labores domésticas en las casas de los estadounidenses,
pues según los relatos de los propios jamaiquinos y de personas que los
conocieron, aquellos son excelentes cocineros. Otros eran
carpinteros-albañiles, mecánicos y varios de ellos pertenecían a la Fraternidad de Nipe
(Asociación de estibadores, braceros y similares del Sub-Puerto de Preston).
Los radicados en la Zona
de Guaro tenían muy bajo nivel cultural y trabajaban en los campos como
bolleros, sobre todo en el arrastre de las carretas cargadas de caña hasta las
grúas y en la atención de los establos perteneciente a la UFSCo.
Dice la tradición popular en
la zona, eran muy respetuosos y la tarea que se le asignara la realizaban con
calidad.
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De ellos nos quedan algunos
datos, como por ejemplo, que Arthur Augustus Brown, era Ayudante Mecánico
General de Primera Clase, que trabajó en la compañía desde abril de 1921 hasta
agosto del año 1960, que nació en Jamaica el día 24 de junio de 1894, que poseía
pasaporte No. 18175, expedido por el Gobierno de su país de origen el 8 de abril de 1919, que tenía certificado
de nacimiento No. 15, Tomo No. 9, Folio No. 100, y que fue registrado en la Alcaldía del Barrio de
Preston, para pasarlos al registro Civil de Mayarí, en 29 de marzo de 1927.
Tenía un salario medio mensual de $40.00 ó $50. 00 y No. de Chapa 1133.
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En el Registro de
Inscripción de Extranjeros de Mayarí consta que Humbert Melvin Andersón, de 65
años de edad, natural de Jamaica, de estado civil soltero, con una talla de
1.70 mts, cutis negro, cabellos negros y ojos pardos, ha cumplido con los
requisitos exigidos por el Decreto – Ley No 788. Esta certificación, dice, será
válida hasta el día 30 de enero de 1948. Firmado en la Habana el 3 de mayo de
1947.
E igual en el mismo Registro
aparece: Osmeal Azel McCarthy y Williams, nacido en Jamaica el día 3 de enero
de 1895, de estado civil casado con extranjera sin descendencia. Comenzó a
trabajar con la UFSCo.
en febrero de 1919, en el Departamento de Contaduría como Oficinista, con un
salario de $ 161.84, y que, consta en sus documentos, el Certificado de
Inscripción de Matrimonio en el Registro Civil de Antilla. Inscripción No. 98 -
Folio 214 del Libro Primero, expedido el 16 de septiembre del año 1927.
Cwenelda Morant, nacida en
Jamaica el día 22 de mayo de 1895, comienza a trabajar con la División Preston
el 23 de Octubre de 1912, casada, trabajadora de ama de casa de los
norteamericanos con un salario mensual de $48.00. Laboró con la UFSCo hasta el 31 de enero
de 1946.
Isaac James Johnson, nacido el 28 de agosto de 1882,
trabajador del Departamento de Ingenio como Engrasador de Centrífugas y peón,
donde comenzara en agosto de 1912. Trabajó hasta el 11 de febrero de 1950.
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En el siguiente cuadro,
puede apreciarse la composición general del primer contingente de familias de
jamaiquinos asentadas en la
División de Preston – Guaro (censo de 1948).
Número de
familias………………………………………………..45
Hombres………………………………………………………………..54
Mujeres………………………………………………………………….35
Niños………………………………………………………………………48
Total……………………………………………………………………..137
Alimentación.
Por lo general gustaban del
picante en casi todas las comidas. Eran grandes consumidores de arroz,
vegetales (habas, ñames, tomates y pimientos verdes), frutas (mangos, plátanos,
mapen, papayas, piñas y naranjas), carne de vaca y diversos especies de pescado
que preferían, sobre todo, salado, (bacalao en grandes cantidades).
En el desayuno, chocolate,
pan tostado, huevo en varias forma de preparación y un trago de café
amargo. La mayoría de las comidas las
servían acompañadas con arroz y judías pintas, y, cada vez que su economía se
lo permitía, incluían plátanos verdes cocidos y albóndigas fritas.
Una ensalada típica de ellos
la elaboraban con repollo (col) y zanahorias.
Los platos populares solían
estar aderezados con curry (compuesto por mezcla de polvos de diversas
especies), así tenemos la cabra al curry y el jerk, que es un trozo muy picante
de carne de cerdo o pollo a la parrilla. El bammy (pan de mandioca) era uno de
sus más comunes alimentos.
Bebían muchos refrescos
confeccionados a base de raíces cocidas,
infusiones de hierbas, zumos de fruta y el café y el té. Era costumbre suya
llamar "té" a todas las bebidas calientes (incluyendo al café y el
chocolate).
Entre las bebidas
alcohólicas más comunes estaban la cerveza y el ron, pero las mujeres nunca
bebían de estas en público, aunque sí en lugares privados.
Tanto las mujeres como los
hombres eran muy buenos en la cocina Muy buenos cocineros. Sus congrís (arroz y
frijoles colorados) y sus moros y
cristianos eran antológicos en el gusto de todos los vecinos de la zona, sobre
todo cuando los hacían con aceite o grasa de coco. Igual eran expertos en la
repostería, kake, pudines, flanes, dulces en almíbar, y eran grandes expertos
haciendo tamales rellenos con carne de puerco o chicharrones. Sus croquetas de
todos tipos de ingredientes eran deliciosas y además, fueron ellos quienes
introdujeron en la zona la fruta llamada Guapen (Mapem).
Los aliños que preparaban
los jamaiquinos era lo que los distinguía en la cocina. Usaban sobre todo mucha
cebolla, comino, aceite, ajo, laurel y en algunos de los casos limón. Ello
unido a la pulcritud a la hora de la presentación de los alimentos en la mesa,
y que hablaban inglés, llevó a la mayoría de los estadounidenses de Preston a
contratarlos como cocineros.
Receta: Croquetas de Jamón a
la Jamaicana.
2 cucharadas de jugo de cebolla.
1½ libra de papa.
1 taza de queso rayado.
2 cucharadas de mantequilla.
1½ taza de jamón molido.
1 cucharadita de sal.
Se salcochan las papas y se
reducen a puré agregándole la mantequilla y el queso rayado, el jamón y el jugo
de cebolla. Con esta pasta se le da forma a las croquetas y se dejan reposar en
el refrigerador. A la hora de freírlas en abundante grasa se pasan por huevo y
galleta molida. Se sirven acompañadas de ensalada mixta.
La predilección de los
cocineros jamaiquinos era las actividades de fin de año, donde, siempre,
preparaban puercos asados a los que decoraban con cítricos, frutas, tamales,
verduras, y con aliños diferentes para darles un mejor sabor a la carne. Dicen
quienes los conocieron que eran unos artistas en estos menesteres y que a los
estadounidenses les encantaba que les prepararan unos de estos puercos cuando
recibían la visita de algún coterráneo suyo o representantes de la UFSCo. Aunque podían
montar el puerco asado en una bandeja, y de hecho lo hacían, decían ellos que
mejor era en una yagua porque no se perdía la grasa que luego podía ser
utilizada en la cocina.
Vestimenta.
Los jamaiquinos de Preston
conocían del buen vestir, sobre todo porque la mayoría de sus mujeres
trabajaban en los hogares de la más alta jerarquía de la Compañía, lo mismo
cubanos que norteamericanos, además, ellas tenían acceso a los catálogos de
moda de la época, y en su gran mayoría eran costureras finas, por lo que se
confeccionaban sus propias prendas de vestir. Asimismo tenían salarios durante
todo el año.
A ellas (y a los hombres
también), les gustaba mostrar sus trajes lo mismo a la hora de ir al templo
protestante como en las fiestas que se hacían en el Club de los negros. Entonces
se les veía usando sombreros con muchas plumas y adornos metálicos, sombrillas
en combinación con la ropa que vestían, y en el caso de los hombres, los días festivos, lucían sus trajes de colores
oscuros en el invierno y de tonos más claros en el verano. Incluso, a veces,
durante las fiestas de fin de año, los hombres salían a la calle con Frac y
sombrero. Los zapatos de dos tonos y en sus manos, siempre, un paraguas.
(Fueron ellos los que convirtieron en tradición entre los hombres de Preston el
uso de paraguas).
Comercio:
A la misma entrada del batey
quedaba el barrio que se llamaba Brookling. Había allí una tienda construida
por la Compañía
para atender las necesidades de sus empleados sin distinción de su color. Se
vendía allí ropa, calzado, ferretería y comida en una fonda atendida
directamente por una jamaiquina que se hizo muy conocida en todo el valle con
el nombre de Miss Viddy. Cuando algunos de los empleados no tenían el dinero
necesario para sus compras se lo solicitaban a la compañía (era eso lo que se
le llamaba Ficha), y luego por nómina se le realizaba el descuento. Los pedidos
generalmente se hacían durante el Tiempo Muerto, que era cuando no había zafra
y por tanto muchos no tenían trabajo.
Viviendas.
Los primeros grupos de
trabajadores jamaiquinos que se asentaran en la zona de Herrera, pernoctaban en
una especie de campamentos móviles, hechos de madera, con techo de zinc y piso
de cemento, todo ensamblado en módulos atornillados. Dentro las casas del
campamento disponían de cocina–comedor, salón para dormitorio y letrinas. Las
duchas eran portátiles y tenían un tanque de agua auxiliar.
Al pasar los años y cuando
estos emigrantes pasaron a formar parte de la UFSCo., les fueron
entregando viviendas de acuerdo a la necesidad que de ellos tenían los dueños
del negocio y de acuerdo a las disponibilidades de cantidades de casas
asignadas para cada especificidad de las producciones.
Las viviendas que eran
utilizadas por los jamaiquinos casados, principalmente los que residían en la
zona de Preston, Guaro o Herrera, después de la década del 20, eran casas con
pisos de madera, sin cielo raso, con baño interior, aproximadamente de dos o
tres cuartos, sin doble forros, con portal libre, techo de zinc o teja francesa. Pero, y lo sabían porque
constantemente se lo recordaban y lo ponían en práctica, todo empleado que
terminara de trabajar con la
Compañía, sea por voluntad propia o porque lo decidiera el
empleador, (despidos), se les desalojaba inmediatamente de todos sus
propiedades, incluyendo de las viviendas y se les suspendían los servicios del
Hospital.
A los jamaicanos solteros se
les asignaba el cuarto en las llamadas cuarterías.
Costumbres. Nacimiento.
A todo niño que nacía lo
lloraban sus padres y sus familiares mas cercanos, principalmente, porque,
decían, no sabían cual sería el destino de la criatura, luego se realizaba un
brindis muy sencillo con el aliñado confeccionado por ellos mismo. En otras
ocasiones se realizaban brindis entre los propios familiares, consistentes de
dulces elaborados por ellos mismos. En casos muy contados el brindis se hacía
con kaki que aliñaban con bebidas fuertes. Cuando así ocurría solo participaban
en el brindis los más allegados a la familia.
Muerte.
Llamó poderosamente la
atención de todos los moradores de Preston, Guaro y herrera que al morir uno de
sus seres queridos, los jamaiquinos les cantaban cantos muy alegres, porque,
decían, el difunto descansaría para siempre. Al culminar estos cantos hacían un
rezo para el descanso eterno del difunto.
A los que morían solteros, y
que no tenían ninguna representación, los velaban en el Sindicato Azucarero de
la zona.
Matrimonios.
Sus matrimonios en los
templos religiosos eran siempre muy lucidos, porque los novios y los invitados
lucían sus mejores prendas de vestir y sus joyas. Las novias llevaban trajes
largos de color blanco, acompañado siempre de un ramillete de flores muy bien
diseñado y los caballeros siempre de traje.
Realizada la ceremonia, los
familiares y las amistades más allegadas eran invitados a ir al hogar a
realizar el brindis.
Creencias.
La mayoría de ellos
profesaban la religión Protestantes y en un número menor la religión Católica.
Era costumbre suya la participación cada domingo en los cultos religiosos que
en las noches se celebraban en ambas iglesias. Para la ocasión las damas lucían
sus trajes, sombreros, abanicos, sombrillas, e igualmente bien ataviados iban
los hombres y los niños.
Igualmente bien vestidos,
participaban los domingos en la Escuela Dominical. Y para los días de la
celebración del Nacimiento del Niño Jesús, los niños hacían la representación
llevando los trajes típicos de esa época o lo que ellos consideraban trajes
típicos de ese tiempo, que eran confeccionados por sus propias madres.
En ocasiones especiales, algunos
de los jamaiquinos de Preston eran invitados a participar en los cultos de la Iglesia Protestante
de Mayarí.
Asimismo algunos de ellos
profesaban la santería, a la que ellos llamaban hijos de San Lázaro y Santa
Bárbara. Estos, en el mes de diciembre les rendían los cultos haciendo ruidosos
y lucidos toques.
Interpretación Artística.
Entretenimiento:
La música y el baile son muy
importantes en la vida de los jamaicanos, de ahí que los que vivían en Preston
acudieran muy a menudo a los bares donde en tocadiscos oían su música mientras
bebían una copa de ron.
Otras actividades
recreativas preferidas por ellos era ir al local del Sindicato a mirar la
televisión o al cine, al que iban con mucha frecuencia.
Les gustaba a todos
participar en los bailes que se organizaban a través de las asociaciones de
negros radicados en Preston, y a la que se le llamaba “Unión Cultural
Progresista” o sencillamente Sociedad de Instrucción y Recreo. Y les gustaba
también cantar y tocar u oir cuando tocaban el piano.
Fue el caso de algunas
jamaiquinas que eran muy buenas instrumentistas, y en el caso de los hombres,
eran excelentes bailarines de cualquier ritmo tanto norteamericano como cubanos
o caribeños, específicamente el Calipso. (Ellos hicieron muy popular el calipso
en la zona).
Actividades Deportivas:
Les gustaba el béisbol y
algunos llegaron a ser muy renombrados en ese deporte, como los hermanos
Andersón. Pero su preferencia indudable era jugar al Criket, que tanto se
parece al golf pero con bastones semejantes a un martillo. Con tales bastones
se le debe dar a unas pelotas que obligatoriamente han de pasar por debajo de
unas U metálicas.
El campo de criquet se
encontraba en los terrenos del frente al Ingenio. Para jugar, fundamentalmente
los domingos por la tarde, los jamaiquinos solicitaban el permiso a la
dirección de la División.
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