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24 de diciembre de 2015

Jamaica

Por Julio César Urbina

Los primeros jamaicanos o jamaiquinos (que de las dos formas se les llama en Cuba), entrados a la zona de Preston trabajaron como peones de cuadrilla en el montaje del Ferrocarril, y posteriormente en los montajes de las viviendas y del propio Ingenio, asimismo otros atendieron las labores domésticas en las casas de los estadounidenses, pues según los relatos de los propios jamaiquinos y de personas que los conocieron, aquellos son excelentes cocineros. Otros eran carpinteros-albañiles, mecánicos y varios de ellos pertenecían a la Fraternidad de Nipe (Asociación de estibadores, braceros y similares del Sub-Puerto de Preston). Los radicados en la Zona de Guaro tenían muy bajo nivel cultural y trabajaban en los campos como bolleros, sobre todo en el arrastre de las carretas cargadas de caña hasta las grúas y en la atención de los establos perteneciente a la UFSCo.

Dice la tradición popular en la zona, eran muy respetuosos y la tarea que se le asignara la realizaban con calidad.

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De ellos nos quedan algunos datos, como por ejemplo, que Arthur Augustus Brown, era Ayudante Mecánico General de Primera Clase, que trabajó en la compañía desde abril de 1921 hasta agosto del año 1960, que nació en Jamaica el día 24 de junio de 1894, que poseía pasaporte No. 18175, expedido por el Gobierno de su país de origen  el 8 de abril de 1919, que tenía certificado de nacimiento No. 15, Tomo No. 9, Folio No. 100, y que fue registrado en la Alcaldía del Barrio de Preston, para pasarlos al registro Civil de Mayarí, en 29 de marzo de 1927. Tenía un salario medio mensual de $40.00 ó $50. 00 y No. de Chapa 1133.

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En el Registro de Inscripción de Extranjeros de Mayarí consta que Humbert Melvin Andersón, de 65 años de edad, natural de Jamaica, de estado civil soltero, con una talla de 1.70 mts, cutis negro, cabellos negros y ojos pardos, ha cumplido con los requisitos exigidos por el Decreto – Ley No 788. Esta certificación, dice, será válida hasta el día 30 de enero de 1948. Firmado en la Habana el 3 de mayo de 1947.

E igual en el mismo Registro aparece: Osmeal Azel McCarthy y Williams, nacido en Jamaica el día 3 de enero de 1895, de estado civil casado con extranjera sin descendencia. Comenzó a trabajar con la UFSCo. en febrero de 1919, en el Departamento de Contaduría como Oficinista, con un salario de $ 161.84, y que, consta en sus documentos, el Certificado de Inscripción de Matrimonio en el Registro Civil de Antilla. Inscripción No. 98 - Folio 214 del Libro Primero, expedido el 16 de septiembre del año 1927.

Cwenelda Morant, nacida en Jamaica el día 22 de mayo de 1895, comienza a trabajar con la División Preston el 23 de Octubre de 1912, casada, trabajadora de ama de casa de los norteamericanos con un salario mensual de $48.00. Laboró con la UFSCo hasta el 31 de enero de 1946.

Isaac James  Johnson, nacido el 28 de agosto de 1882, trabajador del Departamento de Ingenio como Engrasador de Centrífugas y peón, donde comenzara en agosto de 1912. Trabajó hasta el 11 de febrero de 1950.

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En el siguiente cuadro, puede apreciarse la composición general del primer contingente de familias de jamaiquinos asentadas en la División de Preston – Guaro (censo de 1948).


Número de familias………………………………………………..45

Hombres………………………………………………………………..54

Mujeres………………………………………………………………….35

Niños………………………………………………………………………48

Total……………………………………………………………………..137

Alimentación.

Por lo general gustaban del picante en casi todas las comidas. Eran grandes consumidores de arroz, vegetales (habas, ñames, tomates y pimientos verdes), frutas (mangos, plátanos, mapen, papayas, piñas y naranjas), carne de vaca y diversos especies de pescado que preferían, sobre todo, salado, (bacalao en grandes cantidades).

En el desayuno, chocolate, pan tostado, huevo en varias forma de preparación y un trago de café amargo.  La mayoría de las comidas las servían acompañadas con arroz y judías pintas, y, cada vez que su economía se lo permitía, incluían plátanos verdes cocidos y albóndigas fritas.

Una ensalada típica de ellos la elaboraban con repollo (col) y zanahorias.

Los platos populares solían estar aderezados con curry (compuesto por mezcla de polvos de diversas especies), así tenemos la cabra al curry y el jerk, que es un trozo muy picante de carne de cerdo o pollo a la parrilla. El bammy (pan de mandioca) era uno de sus más comunes alimentos.

Bebían muchos refrescos confeccionados a base  de raíces cocidas, infusiones de hierbas, zumos de fruta y el café y el té. Era costumbre suya llamar "té" a todas las bebidas calientes (incluyendo al café y el chocolate).

Entre las bebidas alcohólicas más comunes estaban la cerveza y el ron, pero las mujeres nunca bebían de estas en público, aunque sí en lugares privados.

Tanto las mujeres como los hombres eran muy buenos en la cocina Muy buenos cocineros. Sus congrís (arroz y frijoles colorados) y sus moros  y cristianos eran antológicos en el gusto de todos los vecinos de la zona, sobre todo cuando los hacían con aceite o grasa de coco. Igual eran expertos en la repostería, kake, pudines, flanes, dulces en almíbar, y eran grandes expertos haciendo tamales rellenos con carne de puerco o chicharrones. Sus croquetas de todos tipos de ingredientes eran deliciosas y además, fueron ellos quienes introdujeron en la zona la fruta llamada Guapen (Mapem).

Los aliños que preparaban los jamaiquinos era lo que los distinguía en la cocina. Usaban sobre todo mucha cebolla, comino, aceite, ajo, laurel y en algunos de los casos limón. Ello unido a la pulcritud a la hora de la presentación de los alimentos en la mesa, y que hablaban inglés, llevó a la mayoría de los estadounidenses de Preston a contratarlos como cocineros.

Receta: Croquetas de Jamón a la Jamaicana.

    2 cucharadas de jugo de cebolla.

    1½ libra de papa.

    1 taza de queso rayado.

    2 cucharadas de mantequilla.

    1½ taza de jamón molido.

    1 cucharadita de sal.

Se salcochan las papas y se reducen a puré agregándole la mantequilla y el queso rayado, el jamón y el jugo de cebolla. Con esta pasta se le da forma a las croquetas y se dejan reposar en el refrigerador. A la hora de freírlas en abundante grasa se pasan por huevo y galleta molida. Se sirven acompañadas de ensalada mixta.

La predilección de los cocineros jamaiquinos era las actividades de fin de año, donde, siempre, preparaban puercos asados a los que decoraban con cítricos, frutas, tamales, verduras, y con aliños diferentes para darles un mejor sabor a la carne. Dicen quienes los conocieron que eran unos artistas en estos menesteres y que a los estadounidenses les encantaba que les prepararan unos de estos puercos cuando recibían la visita de algún coterráneo suyo o representantes de la UFSCo. Aunque podían montar el puerco asado en una bandeja, y de hecho lo hacían, decían ellos que mejor era en una yagua porque no se perdía la grasa que luego podía ser utilizada en la cocina.

Vestimenta.

Los jamaiquinos de Preston conocían del buen vestir, sobre todo porque la mayoría de sus mujeres trabajaban en los hogares de la más alta jerarquía de la Compañía, lo mismo cubanos que norteamericanos, además, ellas tenían acceso a los catálogos de moda de la época, y en su gran mayoría eran costureras finas, por lo que se confeccionaban sus propias prendas de vestir. Asimismo tenían salarios durante todo el año.

A ellas (y a los hombres también), les gustaba mostrar sus trajes lo mismo a la hora de ir al templo protestante como en las fiestas que se hacían en el Club de los negros. Entonces se les veía usando sombreros con muchas plumas y adornos metálicos, sombrillas en combinación con la ropa que vestían, y en el caso de los hombres, los  días festivos, lucían sus trajes de colores oscuros en el invierno y de tonos más claros en el verano. Incluso, a veces, durante las fiestas de fin de año, los hombres salían a la calle con Frac y sombrero. Los zapatos de dos tonos y en sus manos, siempre, un paraguas. (Fueron ellos los que convirtieron en tradición entre los hombres de Preston el uso de paraguas).

Comercio:

A la misma entrada del batey quedaba el barrio que se llamaba Brookling. Había allí una tienda construida por la Compañía para atender las necesidades de sus empleados sin distinción de su color. Se vendía allí ropa, calzado, ferretería y comida en una fonda atendida directamente por una jamaiquina que se hizo muy conocida en todo el valle con el nombre de Miss Viddy. Cuando algunos de los empleados no tenían el dinero necesario para sus compras se lo solicitaban a la compañía (era eso lo que se le llamaba Ficha), y luego por nómina se le realizaba el descuento. Los pedidos generalmente se hacían durante el Tiempo Muerto, que era cuando no había zafra y por tanto muchos no tenían trabajo.

Viviendas.

Los primeros grupos de trabajadores jamaiquinos que se asentaran en la zona de Herrera, pernoctaban en una especie de campamentos móviles, hechos de madera, con techo de zinc y piso de cemento, todo ensamblado en módulos atornillados. Dentro las casas del campamento disponían de cocina–comedor, salón para dormitorio y letrinas. Las duchas eran portátiles y tenían un tanque de agua auxiliar.

Al pasar los años y cuando estos emigrantes pasaron a formar parte de la UFSCo., les fueron entregando viviendas de acuerdo a la necesidad que de ellos tenían los dueños del negocio y de acuerdo a las disponibilidades de cantidades de casas asignadas para cada especificidad de las producciones.

Las viviendas que eran utilizadas por los jamaiquinos casados, principalmente los que residían en la zona de Preston, Guaro o Herrera, después de la década del 20, eran casas con pisos de madera, sin cielo raso, con baño interior, aproximadamente de dos o tres cuartos, sin doble forros, con portal libre, techo de zinc o  teja francesa. Pero, y lo sabían porque constantemente se lo recordaban y lo ponían en práctica, todo empleado que terminara de trabajar con la Compañía, sea por voluntad propia o porque lo decidiera el empleador, (despidos), se les desalojaba inmediatamente de todos sus propiedades, incluyendo de las viviendas y se les suspendían los servicios del Hospital.

A los jamaicanos solteros se les asignaba el cuarto en las llamadas cuarterías.

Costumbres. Nacimiento.

A todo niño que nacía lo lloraban sus padres y sus familiares mas cercanos, principalmente, porque, decían, no sabían cual sería el destino de la criatura, luego se realizaba un brindis muy sencillo con el aliñado confeccionado por ellos mismo. En otras ocasiones se realizaban brindis entre los propios familiares, consistentes de dulces elaborados por ellos mismos. En casos muy contados el brindis se hacía con kaki que aliñaban con bebidas fuertes. Cuando así ocurría solo participaban en el brindis los más allegados a la familia.

Muerte.

Llamó poderosamente la atención de todos los moradores de Preston, Guaro y herrera que al morir uno de sus seres queridos, los jamaiquinos les cantaban cantos muy alegres, porque, decían, el difunto descansaría para siempre. Al culminar estos cantos hacían un rezo para el descanso eterno del difunto.

A los que morían solteros, y que no tenían ninguna representación, los velaban en el Sindicato Azucarero de la zona.

Matrimonios.

Sus matrimonios en los templos religiosos eran siempre muy lucidos, porque los novios y los invitados lucían sus mejores prendas de vestir y sus joyas. Las novias llevaban trajes largos de color blanco, acompañado siempre de un ramillete de flores muy bien diseñado y los caballeros siempre de traje.

Realizada la ceremonia, los familiares y las amistades más allegadas eran invitados a ir al hogar a realizar el brindis.

Creencias.

La mayoría de ellos profesaban la religión Protestantes y en un número menor la religión Católica. Era costumbre suya la participación cada domingo en los cultos religiosos que en las noches se celebraban en ambas iglesias. Para la ocasión las damas lucían sus trajes, sombreros, abanicos, sombrillas, e igualmente bien ataviados iban los hombres y los niños.

Igualmente bien vestidos, participaban los domingos en la Escuela Dominical. Y para los días de la celebración del Nacimiento del Niño Jesús, los niños hacían la representación llevando los trajes típicos de esa época o lo que ellos consideraban trajes típicos de ese tiempo, que eran confeccionados por sus propias madres.

En ocasiones especiales, algunos de los jamaiquinos de Preston eran invitados a participar en los cultos de la Iglesia Protestante de Mayarí.

Asimismo algunos de ellos profesaban la santería, a la que ellos llamaban hijos de San Lázaro y Santa Bárbara. Estos, en el mes de diciembre les rendían los cultos haciendo ruidosos y lucidos toques.

Interpretación Artística. Entretenimiento:

La música y el baile son muy importantes en la vida de los jamaicanos, de ahí que los que vivían en Preston acudieran muy a menudo a los bares donde en tocadiscos oían su música mientras bebían una copa de ron.

Otras actividades recreativas preferidas por ellos era ir al local del Sindicato a mirar la televisión o al cine, al que iban con mucha frecuencia.

Les gustaba a todos participar en los bailes que se organizaban a través de las asociaciones de negros radicados en Preston, y a la que se le llamaba “Unión Cultural Progresista” o sencillamente Sociedad de Instrucción y Recreo. Y les gustaba también cantar y tocar u oir cuando tocaban el piano.

Fue el caso de algunas jamaiquinas que eran muy buenas instrumentistas, y en el caso de los hombres, eran excelentes bailarines de cualquier ritmo tanto norteamericano como cubanos o caribeños, específicamente el Calipso. (Ellos hicieron muy popular el calipso en la zona).

Actividades Deportivas:

Les gustaba el béisbol y algunos llegaron a ser muy renombrados en ese deporte, como los hermanos Andersón. Pero su preferencia indudable era jugar al Criket, que tanto se parece al golf pero con bastones semejantes a un martillo. Con tales bastones se le debe dar a unas pelotas que obligatoriamente han de pasar por debajo de unas U metálicas.

El campo de criquet se encontraba en los terrenos del frente al Ingenio. Para jugar, fundamentalmente los domingos por la tarde, los jamaiquinos solicitaban el permiso a la dirección de la División.


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