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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

13 de julio de 2018

Los polémicos hermanos Sartorio después de cien años



Por María Julia Guerra y Edith Santos
Manuel y Ricardo eran hijos del capitán Manuel Sartorio, natural de Florencia, en Vizcaya, España, y de Aurelia Leal Barreda, holguinera, descendiente del portugués José Leal. El matrimonio gozaba de una holgada posición económica; era el padre capitán retirado de Infantería y ayudante mayor del Regimiento Barcelona, que estaba acantonado en la ciudad de Holguín.
En Holguín nacieron sus cuatro hijos: Manuel Desiderio (1849), María Magdalena Margarita de la Caridad (1853), Manuel Federico de Jesús (1854) y Ricardo Cecilio (1855).
Posteriormente el matrimonio se trasladó a la villa de Gibara, donde Manuel Federico y Ricardo Cecilio cursaron los estudios primarios. Posteriormente los enviaron a Puerto Príncipe, (Camagüey), para que continuaran la enseñanza superior.
Por su parte, Manuel y Ricardo fueron embarcados para España para que, como el abuelo y el padre, siguieran la carrera de las armas en el Instituto Militar de Barcelona.
El capitán Manuel Sartorio (padre de la familia), fallec súbitamente el 31 de agosto de 1874 cuando tenía 63 años de su edad, por lo que Manuel y Ricardo tienen que regresar a Cuba a hacerse cargo de la familia; en 1877 se incorporaron a las fuerzas mambisas mandadas por el coronel Belisario Grave de Peralta, que operaba en la línea occidental de Holguín, y bajo sus órdenes combatieron en Buenaventura  y Los Jaiques. 
En los primeros días de marzo de 1878 se  acogieron al Pacto del Zanjón que había tenido lugar el 10 de febrero.
Terminada la Guerra de los Diez Años los hermanos Sartorio (Manuel y Ricardo), se incorporaron a las labores normales para sostener a la familia, pero sin desligarse de los luchadores por la libertad de Cuba, sumándose a todos los movimientos conspirativos revolucionarios: cuando estalla la Guerra Chiquita fueron a la contienda con el coronel Luiss de Feria; asimismo en 1890 participaron en los preparativos hechos por el general Antonio Maceo para reiniciar de una nueva guerra en Cuba (hecho que no se consumó); en 1893, al mando de un pequeño grupo de mambises los Sartorio se declararon en armas contra España en Purnio, Holguín y el 24 de febrero de 1895 se alzaron en armas en la guerra preparada por José Martí; Manuel en Melones y Ricardo en Cacocum, lugares estos donde cada uno de ellos eran delegados de la Junta  Revolucionaria de Holguín.
…………..
Una notificación de la alcaldía de Tacajó al gobernador de Holguín dice que el día 27 de febrero de 1895 se presentaron allí Miró Argenter y los dos Sartorios, don Teófilo Martínez y varios individuos, hasta el número de trece o quince, de ellos cinco o seis iban armados de tercerolas[1].
Luego José Miró Argenter regresó a la zona de Holguín como árbitro, para aunar las fuerzas en el territorio. Manuel se separó de las fuerzas y partió para el exilio con el propósito de ayudar a la guerra desde afuera. 

Ricardo Sartorio Leal
Ricardo después de conversar con Gómez y Martí, volv a Holguín y  se incorporó a las tropas de Luis de Feria. En el mes de octubre de 1895,  con el grado de comandante, pasó a formar parte de las tropas de Bayamo y Manzanillo bajo las órdenes del entonces coronel Esteban Tamayo. Con esa fuerza se unió a la columna invasora mandada por Antonio Maceo en Antón, Camagüey, el 21 de noviembre de 1895. En la columna invasora desempeñó diversas jefaturas.
Por su destacada participación en el combate de Mal Tiempo (15 de diciembre de 1895), Ricardo Sartorio fue ascendido a teniente coronel y se le puso al frente del Regimiento de Infantería Céspedes; unos pocos días después, el 29, fue herido en el combate de Calimete. En Pinar del Río, Antonio Maceo lo ascend a coronel el 13 de junio de 1896 y le encomendó nuevas misiones.
El 6 de diciembre de ese año Ricardo estaba con Maceo en La Habana. Al día siguiente, en San Pedro, participa en el combate en que cae el valiente Antonio. Ricardo Sartorio es de los patriotas que acompañaron al coronel Juan Delgado en el rescate del cadáver del caudillo.
En enero de 1897, Riacdro pasó a las órdenes directas del General en Jefe Máximo Gómez. En mayo se incorpora al Estado Mayor del General de División Mario García Menocal, quien con una columna se dirigía a La Habana para hacerse cargo del Quinto Cuerpo. En esa zona termina la guerra con el grado de General de Brigada.
……………………
Concluida la guerra, Ricardo Sartorio Leal regresó a Gibara y fundó y dirig el periódico El Defensor del Pueblo, que vio la luz el primero de enero de 1899. En 1901 tomó posesión como alcalde de esa Villa, cargo que desempeñó hasta 1908, durante ese tiempo se dedicó a la restauración y modernización del pueblo, la sanidad y la educación de los moradores.
En 1910, por voto popular fue electo Representante a la Cámara.
En 1916 se negó a que lo postularan para Senador, manifestando que estaba “asqueado de la política”.
El 17 de septiembre de 1918 a causa de trastornos pulmonares y cardíacos mur en La Habana, donde residía.

Leer además:
Martí y los hermanos Sartorio
Los hermanos Sartorio y Martí, muchas preguntas y ninguna respuesta





[1] Archivo de Historia de Holguín. Tenencia de Gobierno. Exp. 888ª. No. 32

Los hermanos Sartorio y José Martí, muchas preguntas y ninguna respuesta



Por: María Julia Guerra y Edith Santos
Ricardo Sartorio Leal
Los hermanos Manuel y Ricardo Sartorio Leal han pasado a la historia de Cuba, sobre todo, por su alzamiento en la noche del 24 al 25 de abril de 1893 contra el coloniaje español en Cuba en Purnio, lugar cercano a la ciudad de Holguín.
Aunque conocía por referencias a ambos hermanos, José Martí solamente tuvo contacto personal con Ricardo, quien se les unió en los campos de Cuba en armas después de la llegada del organizador de la guerra de 1895.
El encuentro posiblemente se produjo después de la reunión de Gómez y Martí con Antonio Maceo en La Mejorana, y así lo cree La Aldea porque el 7 de mayo, estando en el campamento de Quintín Banderas en Hato en Medio, Martí escribe en su Diario: “Ricardo Sartorius, desde su hamaca me habla de Purnio, cuando les llegó el telegrama falso de Cienfuegos para alzarse: me habla de la alevosía con su hermano Manuel, a quien Miró hurtó sus fuerzas y lo forzó a presentarse; le iba en esto la garganta”.[1]
¿Qué tiempo estuvo Ricardo Sartorio con Martí? ¿Regresó con Ángel Guerra el día 8? ¿Cuál fue la razón para que Teodosio Rodríguez y sus tres hijos, que lo acompañaban, se quedaran en el campamento con Martí y Gómez? Para ninguna de estas preguntas hay respuestas hasta este momento.
¿Qué le quiso decir Ricardo Sartorio a Martí sobre José Miró Argenter, que era uno de los líderes que prepararon la guerra de 1895 en Holguín?
……………..
Panchito Frexes
Cuando se produjo el alzamiento en Purnio, Uñas y Velasco (25 de abril de 1893), José Miró Argenter, Francisco Frexes Mercadé y José A. García Leyva, todos miembros del Comité del Partido Liberal Autonomista del territorio de Holguín, condenaron la acción de los Sartorio y se ofrecieron a las autoridades españolas para intermediar  y conseguir que los alzados depusieran las armas, pero con la condición de que las autoridades españolas les perdonaran la vida. La proposición fue aceptada y los antes nombrados se dieron a la tarea de buscar a los Sartorio y presentarlos, pacificados.
Sin embargo, tal como puede inferirse de las palabras de Ricardo Sartorio a Martí, su hermano Manuel nunca le perdonó a Miró que fuera el intermediario de la presentación de él y sus hombres.


[1] Obras Completas. T.19, p. 232.

Martí y los hermanos Sartorio

Por María Julia Guerra y Edith Santos

Ricardo Sartorio Leal
¿Desde cuándo conocía José Martí las actividades conspirativas de los hermanos Sartorio,  especialmente las de Manuel? La única información que se tiene para responder esa pregunta es una carta de Martí a José Dolores Poyo con fecha del 9 de agosto de 1892:

Lleva el comisionado a Oriente, que empezará por Holguín, instrucciones amplísimas adaptadas a la situación. Sartorio, por mis informes, pasa públicamente como conspirador. Puedo asegurarle que, contra lo afirmado, ni en Santiago ni en Baracoa existe hasta este instante, según personas recién venidas con informes y cartas, conexión alguna con lo de Holguín. El comisionado las establecerá, y los pondrá juntos. Le ruego, y a Fernando, que escriban a Holguín, a Sartorio, anunciando que va el comisionado, quien se le ha de presentar con el nombre, supuesto por de contado, de Peter McFarland”[1].
Gerardo Castellanos
Cuando Martí en la carta dice “Sartorio”, se refiere a Manuel y el comisionado McFarland era Gerardo Castellanos. Sin embargo Manuel nunca hizo contacto con Castellanos, quien llegó a Gibara el 5 de noviembre de 1892 y solamente se entrevistó con Félix Hernández, que era el escribano en esa villa.
………..
El 5 de mayo de 1893 Martí envió el siguiente telegrama: Escriba Gómez alzamiento Holguín y guarde reserva ante cualquier visitante hasta mi inmediata llegada. Envíe respuesta a Tesorero Guerra”[2]. ¿A quién iba dirigida la comunicación? No lo sabemos, pero no cabe duda que para entonces ya conocía sobre el alzamiento de Purnio, y le preocupaba la situación.
A pesar de lo poco conveniente a sus planes que fue el levantamiento en Purnio, Martí no desacredita a los hermanos Sartorio, sino que solamente cree que la acción ha sido precipitada, pero considera que se le debe prestar ayuda y eso dice al Generalísimo Máximo Gómez:
“…camino de los últimos preparativos, la noticia temida del alzamiento de Holguín, y abandonarlo todo para tomar las riendas alborotadas en el Cayo, he podido convertir la derrota que ya se anuncia, de los hermanos Sartorios, precipitados o engañados, que debían ir en Mayo a la Reforma a verse con Ud., y conmigo, en una victoria verdadera, en un esfuerzo tan vigoroso de las emigraciones, en dinero y unión, que él nos dejaría un crédito mucho mayor que el que pudiéramos perder con la presentación, aún increíble, de los holguineros”[3].
¿Cuándo Martí y Gómez habían acordado verse con los hermanos Sartorio en La Reforma, Santo Domingo, para aunar esfuerzos? Hasta tanto no aparezca un documento que lo esclarezca solamente tenemos la referencia hecha por Martí, quien poco después, el 29 de agosto, le vuelve a escribir al general Gómez:
“Cuando los sucesos de Holguín, fue mi pensamiento, a pesar de la escasez de los recursos destinados a estos gastos de preparación, cubrir por mi parte la Isla de comisiones, a decir lo que podíamos y pensábamos hacer y lo que deseaban y podían ellos, mientras que yo por la otra acordaba con Ud. la organización que le pudiéramos dar al impulso que ha de ir de afuera[4].
Y más adelante:
“…De Holguín me anuncian los Sartorios, –y yo investigo–, que su organización no está deshecha, sino aguardando” [5].
¿Quién era el enlace entre Martí y los Sartorio? ¿Dónde se encuentra la correspondencia del enlace desde Holguín, si es que existió? ¿Quién o quiénes le dieron a Martí informaciones tales que hicieron que dudara de las intenciones de, por lo menos Manuel, como inferimos?
………..
Carta de Martí a Gómez, 24 de marzo de 1894:
“(...) también he descubierto, –aunque suele uno pasarse de prudencia, y ponerse sin causa a dudar de lo que no debe, que el Sartorius es dudoso por lo menos: las garantías que goza, aún después de la tentativa de Purnio, su mala fama, la desconfianza que a todos parece inspirar en Oriente, la aspereza que muestra de cuando en cuando por no recibir noticias precisas e inmediatas, el anunciar que se desbanda si no es para tal o cual día, y luego seguirse ofreciendo aun cuando no haya recibido explicación, todo me hace temer que el oficio de Sartorius sea como el de Manuel Suárez, y tantos otros, que andan por Cuba husmeando dónde hay núcleos, y convidándolos, para que enseguida les caigan encima pacificadores, o les desordene o aterre el espionaje, o les aplique el gobierno ya, como está haciendo en Oriente, la Ley de vagos: he sido largo en este asunto porque me parece de interés” [6].
En tanto, al general Antonio Maceo, en septiembre,  Martí le confiesa su poca confianza en los hombres de Holguín: “Por allí los visibles, que andan como ordenando, y me llenan de cartas y no me inspiran fe, son los Sartorios y Miró, que son vistos por los nuestros como de reojo, y así creo que ha de ser; mientras no se vea más claro en ellos”[7].
…………….
El 13 de noviembre de 1894, Martí le escribe a Juan Gualberto Gómez explicándole como ha de actuar para aunar fuerzas y voluntades dentro de la Isla para prepararla para la contienda que presiente muy cercana. En relación con los hermanos Sartorio, aunque ha dado su conformidad para el trato, manifiesta sus dudas:
Con Sartorius no hay razón plena para no tratarlos, aunque eso nunca me ha convencido ni satisfecho; mas hágase de modo que ellos sigan, y nunca repose en ellos la primera acción. Una pregunta queda sin respuesta, a más de otras confusiones relacionadas con esto por acá: ¿cómo se hizo lo que se hizo con Antonio y Flor y no se hizo lo mismo con Sartorius? ¿Cómo salió perseguido un amigo que le envié, y él después se presentó muy de improviso y sin derecho a una persona que en Cuba suponía mi amigo especial?” [8]
…………
Cuando se encuentra en los campos de Cuba en armas con Ricardo Sartorio y después de conversar con él, ¿qué criterio tenía Martí de los dos hermanos y que juicio se hizo de lo platicado? Nada dejó anotado en su Diario.


[1] Obras Completas. T. 2, p.103.
[2] Obras Completas. T. 28, p.414.
[3] Obras Completas. T.2. pp. 321 y  322.
[4] Ibídem, p 386.
[5] Ibídem.   p. 388.
[6] Obras Completas. T.3, p.87.
[7] Ibídem, p.246.
[8] Ibídem, p.369.

General Mariano Torres Mora, aspero y bueno según José Martí

Por: María Julia Guerra y Edith Santos


Corta e intensa fue la relación que unió al general holguinero Mariano Torres Mora con José Martí. Tal vez la primera referencia que sobre el holguinero tuvo Martí fue a través de una carta de Máximo Gómez del 18 de septiembre de 1893, desde Montecristi, donde le dice:

"Además de varios jefes de adentro con quienes tengo necesidad de entenderme, la hay también de hacerlo con otros que están fuera, como por ejemplo, los Maceo, Crombet, Rodríguez, Torres, Cebreco, Sánchez y otros con quienes no se ha cambiado ni una frase del Plan, seguro y bien combinado, de auxiliar e invadir..."[1]

Esta misiva fue en respuesta a la carta-informe que le envió Martí para notificarle a Gómez sobre su viaje a Costa Rica y Haití.
Luego Martí se encuentra con Mariano Torres cuando en uno de sus viajes de preparación de la Guerra Necesaria y en su peregrinar para aunar voluntades y recursos, llegó el 22 de junio de 1894 a Kingston, Jamaica, procedente de Panamá acompañado por el joven hijo de Máximo Gómez, Francisco Gómez Toro (Panchito).
Panchito dejó por escrito lo que sigue: “Sabían que íbamos y habían ido al muelle negruzco, a esperar que el vapor se arrimara de costado. El paso se tupía de cubanos cuando llegamos  a tierra, y los brazos recibían al Delegado con apretón de orgullo y entusiasmo. (…) Daba el balcón del hotel al patio que se junta al mar, los cocos en fila abanican el ancho comedor de bancos amarillos, donde habían venido los amigos llenos de ansia de estar junto al Delegado”[2].


La estancia en Kingston fue muy corta, solo unas pocas horas, pero intensa y fructífera fue la labor. “De un día no más fue la fatiga ruda; pero bien satisfecho salía de cada casa, caminando por la acera que blanqueaba el polvo, conversaba con alguno que acaba de llegar de la finca, y todo estaba dispuesto a entregar para la Patria, sin creer que era bastante”[3].
Es posible que de una de esas casas de la que salió Martí, satisfecho, fuera la de Mariano Torres, quien tenía una finca en las cercanías y se dedicaba a su explotación.
A la noche siguiente Martí escribe a Máximo Gómez:
“Después de un día de feliz trabajo, el único que podemos pasar en Jamaica, le escribo en un cuarto sin luz, ya al entrar la madrugada. El 22 salimos para Kingston, y de ayer por la tarde que arribamos a esta hora, creo, sin dificultad visible tener allegados para principios de mes unos cuatro mil pesos, lo que de aquí necesitábamos.
(…)
“Pero el mejor recuerdo que me llevo, y que a Ud. le será el más agradable, es el acuerdo de Mariano Torres, hoy acomodado y padre de larga familia, a salir de aquí en combinación con el movimiento general e inmediatamente después de él, sin más compañía que la de diez o doce hombres de total confianza, ni más intervención que la suya propia, al aviso en que fía totalmente de Ud. o de mí. Todo, en bote propio y con armas de acá, costará $500.00 que saldrán de acá mismo. ¡Qué fuerte se siente uno con la adhesión cuerda y limpia de hombres semejantes! Ud. pues, me ordenará acerca de él.
(…)
“Yo no veo qué nos impida, a su orden de Ud., despachar a la vez el buque de Ud., el de Maceo, el de las Villas, calculado de manera que su alijo siga de cerca y casi coincida, con estos dos, y la orden para Mariano de Jamaica”[4].
Meses más tarde, exactamente el 3 de noviembre de 1894, Martí le escribe de nuevo a Gómez, esta vez es una extensa carta en la que le habla de los preparativos de la guerra y en ella reitera:
“Lo de Mariano Torres es como dije a Ud., y él mismo dice: que deseaba llegar a Cuba directamente, y solo, de Jamaica. Sobre recursos bien recuerdo lo que a las dos de la mañana nos decíamos en el balcón del hotel: “¿Y qué pueden necesitar Ud. y unos pocos hombres? Alquilen una goleta como aquí la alquilan todos los días en la costa, que les costará $100 o $200. Y armas, ¿qué mucho van a necesitar? No, me dijo él; esto todo es poco, y creo que se podrá conseguir aquí. Y si no, yo se lo mandaré. Y se lo mandaré, cuando estemos al salir. Y más, para que no le detenga eso. Y él vino a mí espontáneamente, cuando me quedé solo, y se había ido la gente de entusiasmo vano. Si quiere, pues, podrá ir. El no parece desear que Ud. le pelee por la tierra por la que no pelee él. Él es áspero y bueno”[5].
……………………………
Después de la caída en combate de José Martí, Mariano Torres se puso en contacto con Estrada Palma y organizó en Jamaica al grupo de cubanos que estaban dispuestos a acompañarlo en la expedición. La vigilancia del Gobernador de Jamaica, instigado por el Cónsul de España y algunas dificultades creadas por determinados emigrados, hicieron que el primer intento fracasara. Pero el tenaz coronel Torres prosiguió los esfuerzos y logró arribar a Cuba en un pequeño bote. Desembarcó el 19 de noviembre de 1895 por Portillo, en Manzanillo, trayendo con él a los tenientes coroneles Vicente Pujals y Juan Ferrera (Baracoa) y a los ciudadanos Luis Yero Miniet, Francisco Rodríguez, Luis Felipe Torres, Félix Ferrera, Antonio Pacheco Ortiz, Luis Borde Nario, Tomás Poll, al costarricense Ramón Corrales y al práctico de mar Jacinto Cervino.

LEER ADEMÁS:

Acta de defunción del General Mariano Torres Mora.

Accidentado y largo proceso sobre el derecho del General Mariano Torres Mora para tener derecho a pensión





[1] Luis García Pascual. Destinatario José Martí, pp. 377-378.
[2] Papeles de Panchito, p.106.
[3] Ibídem, p.107.
[4] Obras Completas. T.3, pp. 317-321.
[5] Ibídem.T.3, p. 335.

 

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