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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

27 de abril de 2011

La Casona del Santa María



La casa señorial de Ingenio Azucarero del siglo XIX, conocida como Casona de Santa María, posee valores históricos y arquitectónicos indiscutibles, que deben conservarse.


Esta joya de la arquitectura gibareña presenta una tipología representativa de una
antigua Casa Señorial criolla, está edificada de un nivel, en forma de U, con 
un cuerpo principal de cubierta a cuatro aguas y dos martillos con colgadizos, 
en los que se utilizaron como materiales constructivos madera preciosa 
de caoba y cedro, y tejas criollas.

Posee un patio interior rodeado por galerías en tres de sus lados, el cuarto lado,
o sea el del fondo, lo cerraba una pared de mampuesto que se encuentra destruida.

La cocina estaba ubicada al final de uno  de los martillos, con su fogón 
hecho de ladrillos y una gran campana con chimenea para exhalar el humo

La Casona del Santa María posee dos puertas exteriores en la parte frontal, 
dispuestas no de forma simétrica; la puerta principal está  cargada a la parte 
derecha de la edificación, la segunda está en el extremo izquierdo de 
la fachada y daba acceso  al local  donde se ubicaba la oficina 
del antiguo ingenio, (espacio hoy ocupado por una familia 
descendiente de los últimos compradores de la casa).
Estas grandes puertas de dos hojas y rematadas en los bordes con fines 
decorativos, son clavadizas a la española. 


Amplios son los corredores extensos, uno ubicados al frente y dos en los laterales. 
Todos los corredores descansan en pies derechos de madera con base de 
mampuesto, (se utilizaban así para aislar la madera de la humedad).


 Las ventanas son también de dos hojas, de cuarterones y están protegidas por 
rejas de hierro con travesaños de madera. En toda su carpintería se empleó  
caoba y cedro.

La amplia puerta principal invita a conocer el interior del inmueble, que nos 
presenta una gran sala de recibo; contigua a ésta, una saleta a la que se tiene acceso 
a través de un arco de medio punto. Ocho habitaciones espaciosas forman la casa.


La Casona posee un patio interior rodeado por galerías en tres de sus lados, el cuarto 
lado, o sea el del fondo, lo cerraba una pared de mampuesto que se 
encuentra destruida

 Todavía se puede ver la pared aspillerada con la que los dueños intentaron 
defender la Casona durante las guerras de independencia cubanas en el siglo XIX

Tanto la cimentación como sus muros exteriores son de mampuesto, estos últimos 
tienen un espesor de 49 cm.,  En algunos muros interiores  se utilizó   
el ladrillo con un grueso de 15 cm.

En los pisos se empleó el ladrillo y la losa isleña, traída ésta desde Islas Canarias
como lastre en los barcos, ya que el viaje a través del Atlántico 
requería de cierto peso en la embarcación, que era alcanzado en ocasiones 
cargando en  las bodegas este elemento constructivo
de la época


 Estas lozas son un añadido de épocas posteriores (Siglo XX)


 Esta edificación ha sido estudiada en detalles por especialistas del 
Equipo Técnico de Monumentos de Gibara y de la Oficina de Monumentos y Sitios 
Históricos de Holguín. Se ha propuesto establecer en ella el Museo del Azúcar 
y la Esclavitud, centrado en los ingenios de Gibara y Holguín del siglo XIX, 
pero  lamentablemente hasta el momento las inclemencias del tiempo y la falta 
de las acciones requeridas para la restauración  continúan dañando a este valioso 
exponente de la arquitectura cubana del siglo XIX.



Para lo que será el Museo de la Industria Azucarera, que estará ubicado en la casona del antiguo Santa María, la Oficina de Sitios Históricos y Monumentos de Gibara ha localizado un viejo trapiche de la época. Para ver fotografías, hacer clic aquí.



25 de abril de 2011

Lo que queda de los muertos (El viejo cementerio de Holguín)


Nueve dias despues de bendecido el Cementerio de Holguín por el Obispo de Cuba, Monseñor Mariano Rodriguez Olmedo y Valle, éste recibió su primer cadáver, que lo fue, Miguel Serrano y González de Rivera. Para entonces acababa de clausurarse para siempre el Antiguo Camposanto que se ubicaba donde se encuentra el Asilo de Ancianos, de la calle Libertad entre Coliseo y Desamparados.


En el siguiente enlace puede oír la Radio de la Aldea conversando con un sepulturero del Cementerio Municipal de Holguín



El Cementerio municipal de Holguin, fue costeado por el licenciado en medicina Juan Bosh y José María Cubero....




 Lo que queda de los muertos, con información tomada de la Tesis de Maestría de Susel Salazar

Albumes de Fotografias hechas, especialmente para la ALDEA por Maikel García Calzado


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17 de abril de 2011

La Casona Señorial del ingenio Santa María, fantasma del siglo XIX que toma el sol a la entrada de Gibara

Por: Enrique Doimeadios 
Historiador de Gibara

La Casona de Santa María, ubicada en el barrio del mismo nombre, a unos 5 Km de la ciudad de Gibara por la carretera que une a la Villa Blanca con la ciudad de Holguín, es la única Casa Señorial de Ingenio Azucarero que se encuentra en pie en toda la provincia.

 
 
Esta hermosa y añeja casona fue construida en una fecha aún sin precisar de la década de 1830, por el norteamericano Samuel Clark, quien, además, fundó dos ingenios en la comarca gibareña: el Santa María (de la que esta era la casona familiar), y el Santa Lucía.

Clark arribó a Gibara, Cuba, en 1818, luego de que el Gobierno de la metrópoli emitiera la Real Orden que autorizaba a los extranjeros blancos a establecerse en las colonias españolas de América, sobre todo si demostraban poseer capital suficiente para dedicarlo al desarrollo de la agricultura o la industria.

Fue por el anterior motivo y porque estos cumplian con los requisitos imprescindibles, que en la primera mitad del siglo XIX, un grupo de británicos y norteamericanos adquirieron tierras y fundaron plantaciones e ingenios azucareros en los alrededores del Puerto de Gibara, empleando fuerza de trabajo esclava.

Aunque no todos, sí la mayoría de aquellos anglosajones tenían desde tiempo atrás, propiedades rústicas y esclavos en Bahamas. Y ese fue otro de los motivos poderosos que los obligó a venir a Gibara. Aunque ellos hablaron de la fertilidad de las tierras gibareñas, era el interés de conservar la propiedad sobre sus esclavos la razón verdadera. (Entonces era más seguro tener un esclavo en territorio español porque para esa fecha se hacía cada vez más fuerte en el Parlamento y prensa británicos, las voces que pedían la abolición de la esclavitud).       

En 1854 la familia Clark vendió el ingenio Santa María, conjuntamente con la Casa Señorial, las fincas y una numerosa dotación de esclavos, al inglés Samuel Chapman Payl. 

Fortín que protegía otra Casona Señorial cercana, la del ingenio Columbia
Durante las guerras de independencia se construyeron varios fortines alrededor de la casona para protegerla. 

En 1887 el ingenio paró definitivamente sus máquinas y la finca fue convertida en potrero de crianza de ganado.

En el resto del siglo XIX el Santa María fue una de las muchas propiedades de la familia Chapman en la comarca gibareña. 

Debido a que los Chapman no redimieron una hipoteca que habían contraído sobre  la Casona ésta pasó a manos del capitalista José  Homobono Beola y Valenzuela.
En el tercer lustro del siglo XX Beola vendió la Casona de Santa María y la finca del mismo nombre, a la familia Hernández, de origen canario.

En agosto de 1931, durante la expedición de Emilio Laurent contra el dictador Gerardo Machado que entonces gobernaba a Cuba con mano de hierro, la Casona del Santa María funcionó como Puesto de Mando del Ejército Nacional. Desde allí  se comunicaban  vía teléfono con el Puesto de Mando Nacional en el Palacio Presidencial en La Habana y desde allá recibían las ordenes de las siguientes operaciones militares sobre Gibara.

En los alrededores de la Casona aún se puede observar la cimentación del antiguo barracón de esclavos y también pedazos de los muros de la antigua casa de máquinas del ingenio.  No muy lejos se encuentra el antiguo cementerio de esclavos, aún sin estudiar.

Además de los valores históricos que posee la Casona de Santa María, la misma contiene elementos arquitectónicos de sustancial interés para la cultura local y nacional: Esta joya de la arquitectura gibareña presenta una tipología típica de una antigua Casa Señorial criolla,  esto es, que está edificada de un nivel en forma de U y con un cuerpo principal de cubierta a cuatro aguas y dos martillos con colgadizos. Los materiales constructivos fueron madera preciosa de caoba, cedro y tejas criollas.

Asimismo (y también es típico de las grandes casonas señoriales criollas), esta tiene amplios corredores externos al frente y dos laterales que descansan en pies derecho de madera con base de mampuesto. (Así se hacían para aislar la madera de la humedad). A estos pies derecho los corona un capitel de madera. 


 Igual, la hermosa casona del que fue Ingenio Santa María posee un patio interior rodeado por galerías en tres de sus lados, el cuarto lado, o sea el del fondo, lo cerraba una pared de mampuesto que se encuentra destruida.


La cocina estaba ubicada al final de unos de los martillos, con su fogón hecho de ladrillos y una gran campana con chimenea para exhalar el humo.


Tanto la cimentación como los muros exteriores de la Casona son de mampuesto con un espesor de 49 cm. Asimismo en estos muros exteriores se utilizó también el ladrillo que tenía un grueso de 15 cm.


En los pisos se empleó el ladrillo y la losa isleña, ésta última traída desde Islas Canarias como lastre en los barcos. (Quiere decir que estos materiales para pisos era necesario montarlo en las embarcaciones que cruzaban el Atlántico para que le dieran el cierto pesos que requería para su estabilidad sobre el Océano).

La colonial Casona del Santa María posee dos puertas exteriores dispuestas no de forma simétrica: la puerta principal está enfrentada a la calle y cargada a la parte izquierda de la edificación; la segunda puerta está en el extremo derecho donde se ubicaba la oficina del antiguo ingenio, (en la actualidad esta parte de la casa está ocupada por una familia descendientes de los últimos dueños). Estas grandes puertas de dos hojas y rematadas en los bordes con fines decorativos, son clavadizas a la española, en el caso de las interiores son de cuarterones.


Las ventanas son también de dos hojas, de cuarterones y están protegidas por rejas de hierro con travesaños de madera. Toda la carpintería es de caoba y cedro.


Después de entrar por la amplia puerta central encuentra el curioso una gran sala de recibo. Contigua a ésta una saleta a la que se tiene acceso a través de un arco de medio punto.  Y luego ocho habitaciones espaciosas.
Al raspar las viejas paredes se descubre que los colores originales, de la Casona fueron el azul y el blanco.

La Casa Señorial de Ingenio Azucarero del siglo XIX, conocida como Casona de Santa María, posee valores históricos y arquitectónicos de indiscutibles prestancia para el arte cubano que deben conservarse.

 Planos dibujados por el arquitecto Wilfre Rodríguez
 La Oficina de Monumento de la Ciudad de Holguín existe el proyecto de restauración de la misma, para establecer en ella el Museo del Azúcar y de la Esclavitud, centrado en las regiones de Gibara y Holguín en el siglo XIX.

14 de abril de 2011

Casa de la Cultura de Velasco (Centro Cultural Félix Varona)

Cuando la mano del hombre es capaz de crear una obra que impresiona a la propia naturaleza, es porque ese hombre y esa obra son imprescindibles 


Hace más de 80 años nació en Velasco, municipio Gibara, provincia Holguín, Félix Varona Sicilia. Nadie, a no ser él, soñó con que aquel pobladito de agricultores, se construyera un Centro Cultural de las dimensiones del que consiguió construir.


Después del triunfo revolucionario en Cuba (enero de 1959), Félix Varona decide ir al encuentro de cuanto arquitecto encuentra y a ellos les habla de su proyecto. Un día alguien que conocía la urgencia de Félix por los arquitectos, le presenta al cubano-americano Walter Betancourt Fernández, quien residía en Santiago de Cuba. Walter dice que él puede hacer lo que Félix Varona sueña y los dos sueñan juntos.

Pero la población no consideraba que era un Centro Cultural lo que ellos necesitaban. Antes lo que querían era un edificio de ayuda social, un hospital. Y Félix necesitaba de sus vecinos porque él no tenía ni un centavo para la obra. Por eso inicia una campaña "Pro-Centro Cultural) Entre las gestiones de la campaña estaba la recaudación de fondos y materiales a través de bailes populares, veladas artísticas y cuando fue necesario y más urgente, recogida de dinero por las calles. Asimismo se llamó a todos para que TODOS aportaran los materiales: los colaboradores y el propio Félix Varona salieron a las calles con grande carteles que decían: "Done usted un ladrillo".

Y no tenían los ladrillos y los otros materiales que eran necesarios pero ya habían convencido a la gran mayoría de los velasqueños. La obra comenzó a incrementarse.

En el año 1964 el proyecto es presentado al gobierno de la entonces provincia de Oriente, en Santiago de Cuba. El gobierno asume la inversión a partir del 4 de mayo. Walter Betancourt y Félix Varona construyen uno de los más hermosos edificios de Cuba a pesar de que grupos insensibles y regionalistas no aceptaban que la construcción se hiciera en lo que consideraban un pueblo de poca o ninguna importancia.

En el año 1978 todavía la obra no estaba terminada y para colmo muere el arquitecto Walter Betancourt. Pero Félix Varona buscó al viejo amigo y también arquitecto habanero Gilberto Seguí. Seguí compartía las mismas ideas y criterios del dúo de constructores del edificio de Velasco.
Finalmente después de 27 años de labor ininterrumpida, el 2 de marzo de 1991 el entonces Ministro de Cultura de Cuba, Dr. Armando Hart inaugura la más hermosa construcción arquitectónica de todas las hechas en Cuba en el periodo revolucionario.



El Centro cultural “Félix Varona Sicilia” en el poblado de Velasco provincia Holguín, es una magnífica muestra del uso de materiales cerámicos en la obra de Walter Betancourt. En este caso estos materiales son acentuados por la presencia de grandes cubiertas inclinadas terminadas con tejas francesas. 

La planta del edificio, de gran complejidad aparente, está constituida por la combinación de rectángulos, cuadrados y trapecios, destacando en ella la presencia del teatro, del cual dijo Luis Lápidus "El climax de la obra de Betancourt es un impresionante teatro isabelino en el poblado rural de Velasco. El teatro ... es una especie de paradójico Xanadú caribeňo repleto de referencias wrightianas, que ya atrae a estudiosos e investigadores".



En el volumen general se destaca la torre de tramoya de dicho teatro toda de ladrillos expuestos y con un gran rosetón de gran colorido que constituye un sugerente canto a Cuba. Esta obra se realizó entre 1964 y 1991, inaugurándose en este último aňo, después de un largo proceso de ejecución el cual se fue dilatando por la carencia de presupuesto y materiales durante extensos períodos de tiempo.


Según Jorge Martínez Reyes, Máster en estudios culturales y licenciado en Historia, que ejerce como investigador socio-cultural en el centro: "Esta es una obra atrapadora y mágica. Betancourt tiene una gran influencia de la arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright. Respeta totalmente el ambiente natural existente en el sitio de construcción de la obra y utiliza los materiales en su estado natural: la roca, los ladrillos, el metal, la madera... Sólo utiliza pintura y repello en los lugares requeridos según el criterio del creador. La estructura arquitectónica que posee la edificación es única en el mundo. Sería muy difícil de ubicar su estilo en alguna escuela, pues este posee un conjunto de líneas intrincadas y de las más diversas expresiones".


El arquitecto dijo que el de la Casa de Cultura de Velasco es un estilo moderno y cubano, que presenta una tendencia ecléctica, donde se contextualizan y coinciden formas de las construcciones militares coloniales, aleros asiáticos, terrazas incas, detalles precolombinos mesoamericanos y vitrales góticos.


 Todas las divisiones de la edificación (salones de música y danza, aulas, oficinas, lámparas de techo) poseen  forma triangular o piramidal. ¿Razones?: La creencia de ambos creadores de que esta figura simboliza la unidad y la energía, poderosa fuerza capaz de mover al mundo.

Ernesto Infante es una de las primeras voces del Teatro Lírico Rodrigo Prats. Estas que puede oir son sus memorias velasqueñas.



Majestuoso se levanta el castillo en medio de su triángulo y con su poder infinito perdona las faltas de un pueblillo, cuyo único pecado, fue levantar un palacio en medio de su pequeñez.














Félix Varona Sicilia:

Nació: 16 de febrero de 1927
            Velasco
Murió: 23 de julio de 1997
           Velasco
                      
                      Niñez y adolescencia 

Nació en Velasco el 16 de febrero de 1927, en la calle 33, número 1201, reparto La Loma. Hijo de Antonio Varona Mariño, (chofer de alquiler) y Virginia Sicilia Balán, (ama de casa).

A los dos años queda huérfano de madre. De su crianza se encargó Luisa, una tía materna. El padre hemofílico de nacimiento, se entregó al alcohol y dejó de atenderlo, por lo que quedó completamente al cuidado de su familia materna. 

Por el delicado estado de salud (Félix heredó la enfermedad del padre),) su niñez transcurre en un ambiente hogareño de complacencia y sobreprotección, con atenciones diferenciadas del resto de los niños de la casa. Sus relaciones se limitaban a los dos primos y otros niños de la familia quienes esporádicamente lo visitaban. 

Su precaria salud también lo limita a participar en juegos y diversiones que requerían de esfuerzos físicos, por eso, prefería irse a casa de su tío abuelo, Manuel (Lico) Balán Ramírez

De mano de Lico, Félix Varona asistía a actos cívicos y homenajes con que la comunidad velasqueña honraba a su líder natural a través de instituciones como las logias fraternas, sociedades de blanco y negros y escuelas, factor que fue acrisolando su vocación de lucha e ideales de progreso social. Y asimismo los festejos por el “Grito de Baire”, organizados por su tío abuelo también dejaron una favorable impresión en Félix. 

A los diez años aprendió a leer y escribir con una maestra particular, llamada Amparo Osorio Lorenzo. Culminó la primaria en la escuela pública a los 16 años. Y no pudo continuar los estudios por no existir secundaria básica en el poblado y la familia, siempre al cuidado de su salud, no le permitió viajar a Holguín. 

En la etapa de temprana juventud se manifiestan ya sus facultades volitivas al afrontar y sobreponerse a su enfermedad. Juega pelota y se va al río a nadar con otros muchachos y amplía sus relaciones con adultos. 

                       Interés en el arte y la cultura

El interés de Félix Varona por el arte y la cultura nace de su sed insaciable de leer. Cuanto libro, material, revista o periódico se pusiera a su alcance , él lo leía vorazmente. De ahí que se mantuviera informado sobre los acontecimientos internacionales, en especial sobre la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y de la vida política nacional  de su tiempo, para ello también se valía del viejo radio de la casa. 

En el joven Félix se definían algunos rasgos personológicos en especial relacionados con la voluntad como la resolución o decisión, la aptitud para la iniciativa y la perseverancia. A pesar de mantener un físico endeble, fue un hombre enérgico y de pensamiento creativo. De aquel niño callado, solitario y taciturno solo quedaría la apariencia física al paso del tiempo. 

Y según creció en años su carácter se fue tornando vivaracho y consiguió amplias relaciones sociales. Sus amigos de entonces lo recuerdan como un  hombre divertido  que decía con gracia los chistes y que era amigo de la jarana. Y asimismo en todas partes lo acogen  por su honradez y solidaridad humana que no reparaba en posición económica ni color de la piel. 

En 1953, comenzó a trabajar como dependiente en una tienda de ropa  mientras por la noche estudiaba teneduría de libros en el colegio Regil. 

La entrada a esta escuela, marcó un importante hito en la vida de Varona.  La  matricula la consiguió debido a que el claustro de maestros era de gran experiencia y primaba un pensamiento progresista martiano y no solo en las clases sino en otras actividades como veladas artísticas, actos patrióticos y desfiles. 

En la escuela se organizó la Asociación de alumnos y Varona fue elegido presidente de forma unánime. El grupo directivo de los alumnos fue formado por jóvenes de ideas antibatistianas. En sus reuniones analizaban y discutían materiales y documentos como “La Historia me Absolverá” y la situación imperante en el país, además se concebían las estrategias para informar y orientar al resto del alumnado. 

En esta escuela Félix realizó sus primeras actividades culturales: organizó veladas artísticas, actos patrióticos y montó pequeñas piezas teatrales. 

En 1955 intentó el montaje de “Mariana Pineda” de Lorca, pero fue denunciado y la guardia batistiana prohibió su presentación bajo amenaza de arresto a la dirección y al mismo Varona. En lo adelante se apartó del arte para entregarse a la lucha revolucionaria.

                     Triunfo revolucionario

El momento histórico que le toca vivir a Varona requería de hombres de acción. La nación se estremecía en medios de cambios profundos y vertiginosos imponiendo urgencias al quehacer. Toda acción retardada o lenta era un acto discordante con el movimiento general que se producía en la sociedad cubana. Varona fue parte de ese ímpetu que recorría el país. 

En los cinco primeros meses del triunfo revolucionario Félix Varona se entregó a la tarea de ponerse en contacto con aquellas personas que junto a él intentaron infructuosamente hacer arte bajo el régimen pasado y a la captación de otras personas. Con estos fines recorría el poblado visitando las sociedades, escuelas, solares donde se jugaba pelota, el parque y en plena vía pública. 

En Mayo de 1959, en reunión efectuada en la casa de Esteban Pérez Palacio (fallecido), situada en la calle 41 # 1815, Félix organizó un pequeño grupo que se encargó de llevar adelante la labor cultural en Velasco. 

Este grupo aglutinó a una pequeña vanguardia cultural, donde por primera vez en la historia de la localidad se juntaban con un objetivo común personas de diferentes orígenes sociales,  pero la mayoría eran personas de la clase acomodada, de buen nivel de conocimientos superiores. La presencia de Varona en el mismo, como eje central, imprimió el sentido popular al trabajo que se desarrollaría en el nuevo contexto histórico, con un contenido alejado de los conceptos clasistas en que se había formado esa mayoría. 

Este primer acto fundacional de Varona significó además que los vecinos vieran en él una especie de vocero o defensor de los intereses populares. Sobre todo porque todos sabían que Félix Varona amaba por encima de cualquier otra cosa, el progreso social del terruño.

                     Instituciones culturales

Paralelo a las acciones movilizadoras y participativas continuó manifestándose en Félix Varona el espíritu promocional y fundacional de Varona y fue creando nuevas instituciones culturales en su pueblo (Velasco):

La biblioteca pública “Fabio Delgado”, dotada con 2000 volúmenes. (1961) 
La secundaria básica “José Avila Serrano”.(1962)
La Escuela de música, con dos profesores de solfeo, piano, y trompeta. (1962)
Librería. (1964)
Una sala de teatro en el Círculo Social con capacidad para 150 personas. (1968) 

Más tarde se integraría a este sistema un complejo cultural que constituye la cúspide de sus aportes a la cultura de la localidad: la Casa de la Cultura que hoy lleva su nombre, conocida como la Casa de la Cultura de Velasco.

                    Muerte y legado cultural

A la muerte de este extraordinario promotor de la cultura ocurrida el 23 de julio de 1997 dejaba tras de sí un universo espiritual impregnado en un pueblo empeñado en continuar la obra magna de la cultura. 

Los gigantescos desfiles inaugurales de las jornadas de la Cultura parten de la que fuera su casa y son presididos con un gran cuadro con su imagen. 

En la sala de teatro del Centro Cultural se conserva una luneta en primera fila, conocida popularmente como “el asiento de Félix”. 

Félix es recordado en su natalicio cada 16 de febrero y los 23 de julio, en su muerte, con peregrinaciones a su tumba donde se escenifican pasajes de obras teatrales montadas por él, se interpretan canciones y declaman poemas y es rememorado el rico anecdotario de su vida así como en veladas conmemorativas. 

El cambio de la realidad cultural creó una nueva imagen social de Velasco. Antes su celebridad se debía a que era el terruño natal del legendario Short Store del equipo “Almendares” de la pelota profesional cubana, y de los famosos “Yanquis de Nueva York”, Guillermo ( Willy ) Miranda Pérez o por ser el “Granero de Cuba”. Pero de Félix Varona Sicilia hasta nuestros días es identificado como “un pueblo de cultura” o “el pueblo de Félix Varona”





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