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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

10 de julio de 2010

Así es Gibara (Tercera parte)


¿Ha estado usted en la Villa de Gibara?



Si ya la conoce me dará la razón; es la más encantadora y original de la Villas. Si no la conoce, visítela y quedará encantado; es única. Esta situada en la Costa Norte de la Provincia de Oriente, al occidente de la bahía de su nombre, y es la Capital del Municipio de Gibara.

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Irás con tu visita conociendo al gibareño, y te darás cuenta de que no hay quien quiera más a su pueblo que el gibareño; que no hay quien sea más regionalista que él; a su Villa y a sus cosas, van sus cantos.

Raimundo Sosa le canta:

Cuando la luna declina
su faz por “La Pelegrina”
en el tramo que ilumina
una palma se divisa;
bate del Este la brisa
y hace la palma temblar,
mientras la luna sin par
del horizonte se aleja,
y con la luz que refleja
besa las aguas del mar.
Luis G. Cabrera:

A LA SILLA DE GIBARA

Como un castillo amorfo se levanta
al franco sur del mar en un desierto,
su altivo continente está cubierto
por una vegetación, como un amanta.

Indica al marinero la garganta
cual promoción feliz de nuestro puerto;
es una evocación, testigo cierto,
que habla de Colón y de su planta.

Pues ella vio la flota al acercarse
a nuestras bellas playas balanceándose
sobre el manto tranquilo de sus aguas.

Y vio al mismo italiano bendiciendo
nuestra tierra feliz, mientras que huyendo
iban los indios sobre sus piraguas.

Juan A. Estrada:

A LAS GIBAREÑAS

¿Surgistes del mar? ¿Del cielo has descendido?
¿Qué ricos vergeles te han llamado dueña?
¿En la gloria nacen mujeres trigueñas
o en cuna solar tus glorias han nacido?

No sé si un arcángel me dijo al oído
que tú eras un lirio, una flor ribereña
que se convirtió en mujer gibareña
para dar más vida a su pensil garrido.

¡Espléndida mujer! Vive como las flores
y podrás pedir a Dios por tu ternura,
que azules tus días con sueños de amores.

Para ti que ostentas hermosa bondades
pido un despertar de infinitas venturas
o un florecimiento de felicidades.
Luisito Sánchez:

A GIBARA

Mirífica región, de entre las brumas
que ensombrecen el piélago profundo,
surgiste en el Edén del Nuevo Mundo,
coronada de algas y de espumas.

Hoy que a ese encanto otros encantos sumas,
al pié semejas de tu mar jocundo,
blanca gaviota ufana del rotundo
y nevado prestigio de sus plumas.

Magnificente y colosal proscenio
a un tiempo pasmo y júbilo del Genio,
visión arrobadora tras la cruda
gesta en que culminó el Descubrimiento,

Colón, desde los siglos, te saluda
en la luz, en las olas y en el viento.
Baldomero González Reyes:

AL PUEBLO DE GIBARA

Me gusta contemplar del pueblo mío
su inmenso litoral, su bella cueva,
el murmullante y caudaloso río,
el puente majestuoso que se eleva
del túnel a su entrada oscura y fría,
su artística Parroquia, la Estación,
gallarda por su aspecto y posición.

Me gusta contemplar del mar las olas
su loma gigantesca, “La Vigía”,
al encresparse, azuladas, avanzar,
y ver como se estrellan en las solas
y abandonadas orillas al llegar;
sentir la entonación de algo que encanta,
un póstumo chasquido, que al chocar
la ola que besa y en su beso canta
un Himno a la natura y al lugar.

Ver como en humo el agua convertida
en menudísimas gotas descender,
y verla entristecer en su partida
sin sus penas llegar a comprender;
me gusta contemplar como se extiende
su muelle kilométrico hacia el mar,
pareciéndome a veces que pretende
sus aguas en un paso conquistar.

De Gibara me gustan sus mujeres,
por virtuosas, por bellas y por puras,
tal parece que Dios, en estos seres,
ha puesto su bondad y su ternura;
hay en sus ojos rasgados, soñadores,
de pestañas negrísimas y arqueadas,
un mundo de atractivos seductores
y un haz de luz divina en sus miradas.

Cuántas bellezas naturales tiene
este pueblo tan digno de admirar!
todo el que, acaso, a conocerte viene
en un gesto sincero ha de exclamar:
“Gibara es la más bella de las Villas”.
“Gibara es un sueño, es un primor”.
“En Gibara se encuentran maravillas
capaces de incitarnos al amor”.

Todo el que como yo sepa sentirse
grandemente inspirado en lo que ella es
y note el corazón de dicha henchido
por inmensa emoción de placidez,
uniendo su recuerdo y su cariño,
agitando las palmas en loor,
el pueblo abandonado desde niño
saluda con afecto y con amor.

Cien años ha que despertó a la vida
y en medio de esa vida en el bregar,
se supo mantener tan distinguida
como gustamos de verla y conservar.
J. Zaldívar Ramírez:

¡ASI ES GIBARA...!

Prende el sol su esplendente luz de oro
sobre la Silla majestuosa y bella;
es su brisa salubre, un gran tesoro;
no hay mejor clima que el que tiene ella.

Siempre azul es su cielo inigualable;
hay blancura en sus calles bien trazadas;
para todos se hace inolvidable
y han sido sus bellezas muy cantadas.

Con milagros de cáusticas proezas,
una vez y otra vez fue señalada;
su historia está sujeta de grandezas,
y es por ello vilmente calumniada.

De ese mar que vinieron de otros mares
le trajera la gloria en el pasado,
hoy le llega el alivio a sus pesares
por ser su más leal enamorado.

Sus hijos que la quieren y veneran
y nostalgiosos moran muy lejanos,
los quisieran acunar y que volvieran
a vivir junto a ella y sus hermanos.

Con sus cuevas, su túnel, su blancura,
su añejo Cuartelón y su Portada,
su oculto colgadizo y su hermosura,
aquí está mi Gibara, tan amada.
Ángel Pérez. (Pombo)

LAS VISTAS DE GIBARA

Amigo, esta es Gibara,
la preciosa “Villa Blanca”,
donde el viajero se encanta
viendo sus playas tan claras,
el primer puerto que entrara
el Almirante Colón,
donde las mujeres son
Reinas de la Simpatía,
donde existe la Vigía
y el antiguo Cuartelón.

Tenemos el Parque García
frente al Ayuntamiento,
donde pasar un momento
de placer y de alegría,
contemplando esa bahía,
la brisa que corre aquí.
tenemos el parque Martí,
sus balnearios pintorescos
y conocerás con esto
la Avenida De Rabí.

Siguiendo ese litoral
llegarás al Boquerón,
verás que esos baños son
del público en general.
De allí se va al Hospital
y los Baños de Bolito,
y si caminas un poquito
has de llegar desde luego,
al barrio de Pueblo Nuevo,
que corre un aire exquisito.

Y así, mi amigo, yo quiero
que sin tener compromiso
conozcas Los Colgadizos
y También el Matadero;
un rato alegre, yo espero,
que usted ha de pasar aquí
y diga, yo conocí
todo el pueblo gibareño,
y también con gran empeño
el barrio de Mayarí.

Aunque solo sea un instante
y si el amigo desea,
quiero que también vea
a la Iglesia Protestante,
y como buen caminante
que en nada te va el reflejo,
allá en la playa a lo lejos
o en la Playa del Vallado,
te comas un enchilado
de las masas de cangrejo.

Y en fin, mi amigo, si quieres
pasar un rato sabroso
escucha un son melodioso
cantado por Ángel Pérez;
y si una rumba prefieres
o una canción cualquiera,
todo lo que usted prefieras
siendo al compás de un soncito
aquí tienes al Pombito
que te canta lo que quieras.
Juan Caballero se inspira y brotan los recuerdos de la Villa:

En mi Gibara muy bella
y linda como ninguna,
es para mí cual la luna,
no puedo vivir sin ella;
hermoso como una estrella
es mi pueblo idolatrado,
aquí he vivido, gozado,
he pasado mi niñez,
mi juventud, mi vejez,
mi presente y mi pasado.

Me siento muy orgulloso
si me dicen “gibareño”,
es para mí como un sueño
vivir en mi pueblo hermoso,
por eso lleno de gozo,
le dedico esta poesía,
con gozo y con alegría;
aquí nací y moriré,
y siempre recordaré
la linda Gibara mía.

Empiezo por Mayarí
y llego hasta Pueblo Nuevo,
a los Colgadizos llego,
cerca de donde nací;
me estoy un momento aquí
y sigo hasta la Vigía,
aquí con gran alegría
se me alegra el corazón,
he llegado al Cuartelón
donde conocí a Lucía.

Después de andar otro rato
me acuerdo de don Ramón,
que siempre vendía lechón
cerca del Número Cuatro;
también al viejo Don Castro,
amigo del corazón,
me acuerdo de su cañón
en tiempo de Menocal,
donde solía disparar
de bombazos un millón.

Cuando llego a Jijón,
Joaquín ya sé dónde estoy,
porque aquí vivió Potoy
con su viejo carretón;
también recuerdo a Turrón
que trabajaba de herrero,
y también al viejo Mero,
amigo de Bacallao,
carretero muy honrao,
que vivia cerca de Tero.

Cuando al Cementerio llego
me acuerdo del chino Nano,
y de mi amigo Graciano
y de Nemesio, “El Gallego”;
siguiendo mis pasos luego,
ya estoy en la Tenería,
pongo la memoria mía
en don Virgilio y Terán
y en don Matías Alemán
y de su buena herrería.

Cuando al muelle viejo llego
veo la estatua de Laurent,
me santiguo y digo amén,
pues me acuerdo de Vallejo,
aquí mis recuerdos dejo
gravados en “La Ferrolana”,
y así quizás, si mañana
llego hasta “El Cosmopolita”,
y si Bolito me invita,
yo le aceptaré con gana.

Llegué a “Puerto Escondido”
cerca de la Plaza Fuerte,
y aquí bendigo mi suerte,
porque ya estoy en lo mío;
llego al kiosko, está muy frío,
y tomar algo propongo;
Antonio Ramos y don Mongo
me vienen a la memoria
y gano por esta historia
la estrella de mondongo.

Siguiendo el itinerario
llego al parque de Las Madres,
y como es Día de los Padres,
lo celebro en el Balneario,
y como soy temerario
me pongo a bailar un son,
sigo luego al Boquerón
y de aquí al baño Bolito,
aquí me quedo en un mito,
porque doy el resbalón.
Antonio Quintana, residente en Miami, siente la nostalgia de la Villa amada, y a ella va su sentimental canción:

GIBARA, Mi Villa Blanca, rincón querido donde yo nací,
Aunque ausente, yo nunca te olvido,
Todo mi anhelo es volver a ti.
Tú guardas viejos amigos, a quien muy pronto yo quiero ver,
Pasar con ellos momentos felices
Recordando el pasado ayer.

Nunca pienses que tus hijos son ingratos,
El destino nos hizo partir,
Donde quiera que se encuentre un gibareño
Sus recuerdos serán siempre para ti.

Y continúa con su:

MONTUNO

Gibara mi Villa Blanca ___ Yo nunca podré olvidar,
La belleza de tus playas ___ de tu cielo y de tu mar,
No hay duda que te obsequió ___ la Madre Naturaleza,
Tu nombre Perla del Norte ___ también la Tierra de Dios.

Cuando la luna se asoma ___ sobre Punta Pelegrina,
Con su luz roja ilumina ___ el Cuartelón de la loma,
Los millones de cangrejos ___ cuando van a desovar,
Nos dejan su rico caro ___ antes de llegar al mar.

Ya tú no tienes las Balsas ___ sobre el río Cacoyugüín,
En cambio ya hay carretera __ que nos lleva pronto a Holguín,
Te queda el Puente de Hierro ___ los Colgadizos también,
El Fuerte de San Fernando ___ más ya no existe el Taller.

Desde la Plaza del Fuerte ___ se ven los restos del Faro;
También Santa Rosalía ___ y la Silla de Gibara;
Recuerdo también el Túnel ___ la Avenida de Rabí,
Las lomas de Cupeicillo ___ y la Punta del Barril.

Las Murallas españolas ___ tan solo un recuerdo son,
Pero te quedan los Fuertes ___ del tiempo de la opresión;
Pero fuiste la primera ___ en ver la bandera ondear,
Que trajeron los Mambises ___ junto con tu libertad.

Cuando Colón descubrió ___ el Nuevo Mundo hace tiempo,
Fue en aguas de tu bahía ___ que su Carabela ancló,
Y según cuenta la Historia ___ dicen que Cristóbal dijo
Ser la tierra más hermosa ____ que ojos humanos ha visto.

Ya vienen muchos turistas ___ la temporada a pasar
Pues todo el mundo conoce ____ el ser tu clima ideal,
No te preocupes Gibara ____ nadie te podrá olvidar,
Tus hijos ausentes sueñan ___ con muy pronto regresar.
Fernando Cuesta Mora, su sentimental e inspirado:

¡ADIOS A GIBARA!

Perla de mis amores
En cuyos brazos se meció mi cuna,
Ya no podré mirar tus lindas flores
Ni mis cruentos dolores
Por la noche cantarlos a la luna.

Turquesa del Oriente,
Gibara de mi amor, prenda querida,
¡adiós! te dice el corazón doliente
y un gemido del pecho brota ardiente
que me acaba la vida.

No te olvido un momento
en mis noches de pena y de martirio
y tengo trastornado el pensamiento,
y parece que alumbra mi aposento
la palidez de un cirio.

¡Qué triste es este día
El cielo está cubierto de negruras
y siento que la mente se extravía
y miro tu “Vigía”
a través del cristal de la amargura.

¿Por qué te quiero tanto?
Explicarlo no sé, pueblo adorado,
más ya no puedo más, y rompo en llanto
entre sombras al verme ensimismado.

Llevo enlutada el alma y un gran duelo
mi pobre corazón deja sentir,
yo no necesito contemplar tu cielo
para poder vivir.

Necesito también ¡oh, Villa Hermosa!
contemplar tu mar
antes que en negra y olvidada fosa
lleven mi pobre cuerpo a descansar...
_________________

Lejos suena una campana;
yo me asomo a la ventana,
es el toque de Oración.
¡Qué triste pasan las horas!

Corazón... es que tú lloras
¿porqué lloras, Corazón?

Suena otra vez la campana
y yo vuelvo a la ventana.

Es la hora de dormir.
¡De dormir! Cuánta tristeza
yo reclino la cabeza
tan sólo para sufrir.

Para sufrir y pensar
en el cielo y el mar
de mi Gibara hechicero.

Pensamiento, vuela en pos
de mi pueblo, dile adiós
y que sin él yo me muero.
El Dr. Antonio R. Díaz Fernández los visita y se nos vuele gibareños:

A GIBARA

Dormida, solitaria y silenciosa,
oculta bajo el velo de la bruma,
paréceme una aldea misteriosa,
fabricada con seda vaporosa,
con flores, con sonrisas, con espuma.

Contemplándote en la hora matutina,
inundada en las luces de la aurora,
he creído soñar con una ondina
que, formada de espumas matutinas,
surgiera ante el mar deslumbradora.

Su cielo del color de los zafiros
con claros horizontes matinales,
se diría que seres inmortales
lo hicieron con aliento de suspiros
y con dulces miradas virginales.
Su hermano, Pompeyo Díaz Fernández, sube sobre las múcuras de la costa, lleva la mano a la cabeza, procurando no dañar su raya al medio y nos obliga a escuchar su kilométrica composición al pueblo que ama y admira:

CANTO A GIBARA

Sobre el orgullo de sus aguas plenas
De un arrullar eterno de colores,
Aflora como un coágulo de perlas
La blanca Villa con Gibara el nombre.

Portal de las Américas; toda ella
Tuvo un nacer aquí, desde aquel día
Que tres frágiles naves, su inocencia
Violaron para siempre con sus quillas.

En silencio dormía, en paz, serena,
Sin odio ni rencor, siempre callada...
Solo el indio sutil irrumpe en ella.
Flores y espumas ciñen su piragua

Y medrosa la prosa abre la estela,
Y agota en el encanto de su seno,
El perfume gentil de la floresta
Y del añoso corazón del cedro.

Dos ríos dan en su fluir de sedas
Sus argentinas ondas a sus playas;
Cual gigantescas sierpes que tiñeran
En iris infinito sus escamas.

Allí Colón, al descender contempla
Lo bello del contorno, sus montañas,
Perfumadas, ni grandes ni pequeñas;
¡Hermosas, indolentes, solitarias!

Enmudecido de estupor se queda,
Y la presencia de una cruz reclama;
Junta sus manos, ora y se encomienda.
¡No sabe qué decir...! ¡Y todo calla!

Mas al cielo mirando se serena
Y se escucha su voz ronca de sal:
“Por esta cruz que mi destino vela,
al mundo quiero y a la historia hablar”.

“Esta es, ésta, la más fermosa tierra
Que ojos humanos vieron”. Luego calla,
Y es que es él, él, sí, que prendado queda
En el mudo sopor de ti, Gibara.

Y singular el caracol resuena;
Voz que al disperso siboney reclama,
Por orden del cacique, y todos sepan
De aquella insólita irrupción extraña.

Mi estro se inquieta, con ardor regresa
Al día culminante de la raza,
En que aromados de alquitrán y brea
Llegáronse los blancos a tus playas.

No más ya de natura, el candor sea
En la isla fiera; muere con el indio
Su virginal bondad, y la inocencia
De amores que se expresan no escondidos.

Arrancar la belleza que en sí lleva
Nunca nadie después, nadie ha podido;
Ni los hechos terribles de la guerra
Ni del hombre moderno el egoísmo.

Y la belleza a su quietud se aferra,
Como la piedra en el joyel se incrusta;
Implícita en su ser, y no la amengua
La técnica, el comercio, ni la industria.

Cuando la triste enfermedad aqueja
Y el cuerpo dobla y mústianse los ojos,
Tu sol los salva, el cuerpo se endereza,
Vuélvense de carmín, pálidos rostros.

Yo deseo que nunca se perdiera
De tu hijo el natural de los afectos,
Amplio su corazón el bien lo anega;
Fecúndase de amor al descubierto.

Y estos versos que cálidos resuenan,
Mérito alguno a mi favor otorgan;
Hondo el nidal de tu beldad los crea,
Libres, atisban cumbres... y remontan.

Alados ya perpetuarán doquiera
La mística dulzura de tu fama.
¡Aunque no ha menester, su gloria sea
el romance del cielo con sus aguas!

Hasta el Humón bendigo cuando llega;
Su manto de azul todo lo circunda;
Toma el cetro la paz; ella es quien vela...
La mente calla... y el dolor se acuna.

Del Cuartelón un día, vi a su vera
Las angélicas huestes y albos dioses,
Cual si un mudo certamen compitieran
Pletóricos de luz y de colores.

A darte ese reír que te alborea
Con su magia sutil de resplandores;
A darte ese donaire de princesa,
Y ese traje de luz hecho por dioses.

Regentes de lo bello, lucen reinas
De emociones ardidas, tus mujeres;
Nada a su gracia el hado regatea;
Las colma de pasión y de esbelteces.

En las orillas de sus aguas quedas,
Dolido muchas veces me asilaba,
Para vencer al mundo, en mi conciencia,
Y encontrar del espíritu la llama.

Para robar así desde una quiebra
Profundo meditando en los misterios,
Un trozo de esa paz que mi alma hoy lleva
Y prodigo a los hombres en silencio.

Miraba al pescador en su faena
De la tarde al caer; la algarabía
Del cerco de chicuelos que lo esperan
Y en besos darle su panal de vida.

Gibareño tenaz que no lo arredra
El furor de las aguas, no lo asusta
Si el temido huracán lo balancea
Cuando el sustento de sus hijos busca.

Allí donde el Señor para él lo crea
Pingue, en la onda voraz del océano;
Así él y sus pequeños se sustentan
Y en humilde estrechez, crecen honrados!

El afanar del mundo aquí no llega;
La ambición desmedida se desdobla;
Al mirar tanta, tanta gente buena
Que conviven tranquilos en sus costas.

El hijo de esta Villa que se ausenta
Por la vida forzado y el destino,
En el dolor y en el placer la sueña:

“NUNCA, JAMAS, GIBARA, YO TE OLVIDO
SIEMPRE, GIBARA, SIEMPRE TE RECUERDO”.

Así es Gibara (Segunda parte)


¿Ha estado usted en la Villa de Gibara?

Si ya la conoce me dará la razón; es la más encantadora y original de la Villas. Si no la conoce, visítela y quedará encantado; es única. Esta situada en la Costa Norte de la Provincia de Oriente, al occidente de la bahía de su nombre, y es la Capital del Municipio de Gibara.

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Se enterará Ud. que con fecha 16 de Enero de 1823 le fue creado su Primer Ayuntamiento, con el nombre de “Constitucional”, que lo fue con gusto y a costa del de Holguín, llegando su jurisdicción a las mismas puertas de la Ciudad de Holguín, que se le anuló al quedar anulada la Constitución de 1812, volviendo a ser territorio holguinero, con categoría de Capitanía, separada de la de Auras, por Arroyo Blanco; que tuvo su segundo ayuntamiento, también “Constitucional”, el 9 de Octubre de 1836, al jurar María Cristina de Borbón la Constitución del 12, acontecimiento que es celebrado por el pueblo gibareño “con diversiones honestas de regocijo”, alegría que sólo les duró por esta vez, dos meses y cuatro días; que el 30 de Diciembre de 1873, se le creó de nuevo con categoría a su población de “Villa” creación que esta vez le es anulada por gestiones de los holguineros, para tenerlo, ya en definitiva, a partir del 26 de Junio de 1875; que sus límites lo son en la actualidad, por el Norte, con el mar; por el Sur, con el Ayuntamiento de Holguín; por el Este, con el de Banes; y por el Oeste, con el de Puerto Padre, teniendo bajo su jurisdicción 1, 716 caballerías, repartidas para la buena marcha administrativa en Barrios, cuyos nombres lo son: Arroyo Blanco, Bariay, Blanquizal, Bocas, Candelaria, Cupeycillo, Fray Benito, Palmilla, Potrerillo, El Rabón, Yabazón y los dos de la Villa, el Norte y el Sur; y que su término, que en 1887 sólo tenía 26 343 habitantes, llegaban en 1899 a 31 594 habitantes; en 1919, 28 616 y en 1953, 39 799 habitantes; y su Villa, que en 1827 sólo tenía 337 moradores, en el 1841, ya tenía 899; en 1858, 1 252; en 1862, 1 754; en 1899, 6 841; en 1907, 6 738; en 1919, 6 868 y en 1953, 8 090 habitantes; aumento que le ha sido lento, y más en este siglo de libertad, en que el gibareño en busca de trabajo, ha tenido que emigrar, no habiendo pueblo en la Isla que no cuente con gibareños entre sus vecinos, núcleos importantes en Holguín, Tunas, Ranchuelos y en la Habana, así como en los Estados Unidos de Norte América; y que por ello su pueblo se salió de la Calle Real o de la Fortaleza, al tener 21 casas de 1820; en 1827, cuatro casas de mampostería y 60 de tabla, guano y embarrado; y en 1846, diez casas de mampostería, 94 de madera y 108 de embarrado y guano, a las que sus moradores van nombrando de “Buenavista”, del “Cementerio”, de “San Fulgencio”, de “Los Felices”, de “España”, de “La Vigía”, de “San Germán”, y con la obligatorias de “Concha”, “Valmaseda”, “Jovellar”, “Príncipe Alfonso”, que con la República se ven obligados a cambiar por los patrióticos nombres de “Martí”, “Luz Caballero”, “Máximo Gómez”, “Independencia”, “Cuba”, “J. de Aguiero”, “Donato Mármol”, “Maceo”, “Narciso López”, “Aguilera”, “Cavada”, “Calixto García”, “Sartorio”, “Peralta” y “Carlos Manuel de Céspedes”; pasando su Parque principal a ser el de “Calixto García”, y los restantes de “Colón” y de “Las Madres”; contemplándose desde el de “García” desprovisto de árboles por ser CRIADEROS DE BAGOS, la Iglesia Católica de la Villa, nombrada de San Fulgencio Patrón de la Villa, y que se escogió por ser hermano de San Isidoro, que lo era de Holguín, y de “San Florentina”, de Fray Benito, catalogada entre las mejores de la Isla por su belleza arquitectónica, la que fue consagrada el once de Junio de 1853 por el hoy Beato Antonio María Claret, y edificada como lo han sido los templos de esa religión, con las limosnas del vecindario, y ésta de Gibara en su mayor parte, por la altruista señora doña Victoriana de Ávila y González de Rivera, que a más de ello, contribuyó con los ornamentos, vasos sagrados y demás alhajas de su culto, y que su imagen y altar de San José, se debe a Juan Sampera y Sanjuán, la de “San Fulgencio” y las pilas de agua bendita, a María Gurri; el reloj y el “Jesús del Santo Entierro”, al vecindario; la de “Nuestra Señora del Rosario”, a Magdalena Leal; al Párroco holguinero, D. Antonio Santiesteban, “La Dolorosa”, La Resurrección y el San Juan Bautista, el altar de Nuestra Señora de los Dolores, a José Cubero, el de “La Benditas del Purgatorio”, a las hermanas de Ávila y González de Rivera; y la que está administrada en la actualidad por tres sacerdotes españoles de exóticos apellidos hasta para la exótica Villa, defensores de la Religión, del Hogar y de la Patria Cubana, amenazada en este año de 1956, según sus Hojitas Parroquiales, por los modernos comunistas cubanos, los Masones.

Verá que en ella existen, como en todas las poblaciones de importancia de la Isla, un Hospital Civil, que como todos los de la Isla, se encuentra en completa estado de abandono; Administración de Correos y Telégrafos, en la cual, créalo o no, está depositado el Archivo del Correo de Holguín; Matadero Municipal construido por el Cabildo con la ayuda del pueblo; Zona Fiscal; Cementerio, Aduana, Valla de Gallos; Jefatura de la Policía; Cuartel del Ejército y la Marina, Juzgado Municipal y Correccional; Juzgado de Primera Instancia y de Instrucción; Casa Cabildo alquilada; Casa de Socorros; Biblioteca Municipal; el “Unión Club”, como Sociedad de Recreo de los pudientes blancos; el Club “Maceo”, para los de color; La “Colonia Española”, para los de la Madre Patria; “Unión Fraternal”, como Logia Masónica y otra de la Orden “Caballeros de la Luz”; Cinematógrafo; Jefatura de Salubridad; Oficinas de la Cuban Telephone, de la Planta Eléctrica, de Acueducto, de la Aduana; Sucursal del Banco “Núñez”; Iglesia Protestante de “Los Amigos”, la primera establecida en Cuba, habiendo sido su fundación el once de Noviembre de 1900, con su correspondiente escuela, siendo su Pastor, Arsenio Catalá Cabrera; Peluquerías; Barberías; Zapaterías; Comercios, Farmacias; Hoteles; Bares; Periódicos Locales; Escuelas Incorporadas al Instituto de Holguín, Privadas y Públicas del Estado; de Kindergarten; Superior de Artes Manuales; Panaderías; Dulcerías, Fotografías; Talleres de radio y un Ingenio en el término, el Central “Santa Lucía”, y por estar situada la Villa a la orilla del mar, un Muelle y un Almacén y balnearios como el “Gibara Yacht Club”; el “Club Náutico”; “Casino del Mar” y “Maceo Yacht Club”; y le contarán, ya que estuvo en la “Villa de los Tubos”, (Villa de los tubos porque "tubo" aunque ya no tiene. Nota del Administrador del Blog) que llegaron a contar con cinco muelles debido a su enorme tráfico mercantil y con firmas como las de “Garrido y Compañía”; “Tamargo y Sobrino”; “Santiago Jimeno”; “Roca, Martínez y Compañía”; “Freyre e Hijos”, “Rey y Compañía”; “Manuel da Silva”; “Longoria y Compañía”; “Beola y Compañía”, de las que muchos de ellos fueron banqueros; con media docena de millonarios y con un Don Javier Longoria, de fama internacional, y con el no menos rico y famoso, don José Beola; con seis trapiches y con Ingenios como el “Santa Lucía”; “La Caridad”; “Santa María y Colombia”; “Victoria” y “Santo Tomás” y con sus ríos Cacoyugüín y Gibara, navegables hasta sus respectivos embarcaderos; y le enseñarán fortines y restos de murallas; la Fortaleza de Fernando VII; los Colgadizos; el Túnel; las Cuevas; el Cuartelón, la Silla de Gibara; la Pelegrina; el Chalet da Silva; la Casa de Ordoño; el patio de la casa de las Quintanas la casa en que Pepe Beola celebrada sus afamados bailes del Día de Reyes; y le demostrarán que no hay mejores plátanos que los de sus sierras; habas, como las de Caletones; papas, tomates y cebollas, como las de Potrerillo; pargos como los de su bahía; camarones, como los de su río; coquinas y almejas, como las de sus playas; quelonios, como los de sus costas; sardinas como las de Caletones; anguilas como las del río Gibara; nada más sabroso que sus enchilados de jaibas y de cangrejos blancos; que sus sopas de arroz con coquinas; que las frituras de caro; su arroz con ciguas; su chocolate de cañafístulas; su harina de maíz con jaibas, y si se descuida encontrará sabrosa su harina de maíz con sinsonte y su fricasé de guanabás; y al conocerlos sabrás de sus apodos, los apodos de Gibara, la esencia de Gibara, que todos los llevan y en todos resultan ser un apellido que se hereda con la muerte, bien colocados y que a nadie ofenden, y sabrá distinguir a Manuel “Chimenea”; a Jesús “Bibijagua”; a Pepe, “Maldición”; a Jesús “Puñalá”; a Emilio “El Guabino”; a Alberto “Guaraguao”; a Toñito “Guayabito”; a Alberto “Cañito”; a Roberto “Perro Muerto”; a Serafín “Bicicleta”; a Juan “Velorio” a Ramón “Garrapata”; a Ricardo “Pan con Z”; a Manuel “Siete Bocas”; a Mateo “Suavecito”; a Joseíto “La Cubera”; a Antonio “Caringa” a Paco “Chinche”; a Toño “Pellejo”; a Ramón “Pata de Vaca”; a Paco “Señita”; a Nicanor “4 kilos”; a Longino “Barba de Piojo”; a Gastón “Chimenea” y aprenderá a recitar la poesía de los apodos de Gibara, gracias a la inspiración poética de José Antonio Recio:

Allá en “La Perla del Oriente”
existe un humano todo,
en donde ha visto más gente
con singular apodo;
allí encontrará de todo
igual que en una Botica,
a Lucía “La Chancharica”,
al gran mulato “Bembeta”,
a Adolfo “La Cubereta
y otros que abajo se explica.

Está Panchito “El Soplao”
y Gerónimo “Aguacate”,
está Eladio “Chocolate”
y también “El Guaraguao”;
está Don Rufo “El Gambao”
y Evaristo “El Charrán”,
tienen a Pedro “Quinlián”,
a un tal Agustín “Congrí”,
al bembú de Julio “Taití”
y al viejo Manuel “Tetuán”.

Está Arsenio “Ciruelita”
y Miguel “Cara de Caballo”,
Cándido “Paraguayo”
y Toñé “Guayabita”;
está Plácido “Chispita”,
también Andrés “Pellejito”,
también Ignacio “Chivita”
y luego Juan “El Dormío”
y también Paco “Cocío”
y hasta Alejandro “Pollito”.

Está Lalo “Mantecao”,
y hasta Ramón “El Careto”,
y un tal Paco Pureto
y también Pepe “Fiao”,
Mingolo “Pudín Quemao”
y Toñé “Pisa Bonito”,
“El Bocón”, Juan Agapito
y Valentín “El Yaguaso”,
está Felipa “Bandaso”
y también está “Matojito”.

Tenemos a Ricardo “El Grillo”
y a Manolo “Traga Cabo”,
tenemos al viejo “Chabo”
y también a “Don Guevillo”
al andaluz “Manuelillo”,
también a Pipe “Palito”,
está Armando “Gallito”,
está Paco “La Perrita”,
está Diego “Cutarita”
y luego Manuel “Mosquito”.

Está Pepe “Maldición”,
está Juan “Taburetico”,
Angelito “El Chancharico”,
y también Andrés “Follón”;
está Guzmán “El Casón”,
esta Nino “Platanito”,
también Caridad “Huesito”,
Paco Pérez “Vitillero”,
también Andrés “Saguero”
“Enriqueta” y “El Manquito”.

Está Manuel “Siete Bocas”,
está José “Costillita”,
está Pepe “La Chivita”
y la Vieja “Lola Coca”,
está Cecilia “La Loca”,
“Explosión” y “Don Ayuso”,
y aunque digan que es un abuso
miento a “Nariz de Chayote”
y hasta a Víctor “Garrote”
en mi décima yo verso.

Está Cholo “Chimenea”
y también Floro “El Caín”,
tenemos al loco “Casbín”
y Marcelino “Jachea”;
y ardiendo como una tea,
voy a morir muy gozoso,
pero yo a Ramón “El Oso”
le debo de mencionar
para luego rematar
con Salvador “El Coloso”.

Está Tomás “Ginebrita”
con su buen hijo “Capricho”,
también el negrito “Chicho”
y luego Toñe Curbita
también Luis “Cabrillita”,
también el duende “Maleco”
y aunque en mi verso yo peco,
menciono a Luisa “Jijón”,
también a María “Pichón”
y hasta a Alejandro “Tareco”.

Allí está Paco “Señita”,
también Mario “Matraca”,
también “Cabeza de Vaca”
igual que Pepe “Gorrita”;
está Neno “Cabesita”
y Ciriaco “Morrocollo”
que fácil baja a un hoyo
para tomarse un baso de agua;
está Joaquín “Bibijagua”
y el Carbonero “Goyo”.

Está Emiliano “El Guabino”
y doña Luisa “La Chinche”
que como sapo se hinche
peleando con el vecino,
y tenemos a Longino
que pasa el año pescando
y a Juan “Velorio” velando
por si se muere una hormiga,
para llenarse la barriga
y siempre vivir vagando.
Y oirá su opinión sobre las frutas cubanas por boca de Robustiano Verdecia, el que considera las frutas de Cuba, las mejores y más variadas del Mercado, mandadas por Dios para la plebe y no para la aristocracia; en su mayoría propias de mono, al nacer sus plantas sobre pedregales: la PINA, exquisita, pero si no tiene un cuchillo bien afilado no podrá disfrutar del placer de comerla; el COCO, necesitado de un machete, un punzón, una mandarria y de fuerte musculatura, requisitos indispensables para poder aplacar la sed o comer su masa, quedando manchada la ropa para toda la vida; el MARAÑON; aprieta los dientes y nos produce un estreñimiento que no hay laxante que lo elimine, y nos mancha la ropa; el CAIMITO, nos ennegrece los labios y los dientes, necesitándose de una botella de aceite, cepillo, jabón y toalla para quitarnos la pegazón y el embarro que el placer de probarlo nos ocasiona; la CIRUELA, la comemos con el temor de tragarnos su cuesco, ya que si lo tragamos viramos los ojos y echamos espuma por la boca, perdemos el habla y si por casualidad lo echamos, lo será envuelto en pelos como una pelota; el MANGO, nos produce el efecto de tomar la sopa con los dedos, nos recuerda a los muchachos chiquitos, y necesitamos jabón y agua para quitarnos el embarro; el GUINEO, nos es un laxante, y si comemos varios, en vez de comer una fruta estamos tomando un purgante terrible que ablanda al más pintado. ¡Con decir que los Médicos a veces lo recetan a los enfermos! LA NARANJA, hay que quitarle la corteza verde, después la blanca, exprimirla, colarla, y piense que su cáscara verde tiene una resina explosiva, usándose para encender la candela; la GUAYABA mete miedo si pensamos nos produce la apendicitis con sus millones de semillas; la GUANABANA si la tomamos de la planta, nos pinchamos, y para saborear su pulpa, necesitamos leche, azúcar y agua, y en resumen estamos llenándonos la boca de algodones; el COROJO, necesitamos la ayuda de un yunque y un martillo y suma agilidad, siendo la causa de tantos tuertos; la PAPAYA se usaba antes para amarillar los plátanos y ablandar la carne, sus semillas parecen municiones y dicen que ablandan los huesos; el ANONCILLO tiene escasa pulpa y si se traga el cuesco, juega con el dolor; el ANON, para disfrutar de su delicada pulpa hay que volverse regadera por la cantidad de semillas que tiene; y el NISPERO, es imán de los murciélagos y Ud. no lo es. Y si no pagas te dirán ERES MAS MALO QUE CACHO; si juras, no te creerán, ya que FELIX FALLO, y si Félix falló, FALLA DIOS; y si eres poco amante del trabajo, y vives bien, le recordarán a Floro Munilla, y le harás decir, EN CADA HOGAR HAY UN FLORO MUNILLA; si protestas, te dirán ¿YA TE BESO CHEPE? Y si vas por “El 20 de Mayo”, no le digas a Vicente Salermo qué tienda más surtida tiene, si en Holguín estuviese le llamarían Grocery; y sobre todo no menciones en su presencia a “Patoto”; sería peligroso para ti.

Así es Gibara (Primera parte)


¿Ha estado usted en la Villa de Gibara?                                                                             Regresar a Índice

Si ya la conoce me dará la razón; es la más encantadora y original de la Villas. Si no la conoce, visítela y quedará encantado; es única. Esta situada en la Costa Norte de la Provincia de Oriente, al occidente de la bahía de su nombre, y es la Capital del Municipio de Gibara.

Debe su nombre, Gibara, según el máximo historiador de la Villa, Herminio Leyva Aguilera, que así lo consigna en su “GIBARA Y SU JURISDICCION”, a la indígena palabra “jiba”, nombre que se le daba a un arbusto que dicen muchos abundaba en las márgenes de los ríos Cacoyugüín y Gibara, que en la bahía desaguan, y que este toma del “Diccionario casi razonado de voces y frases cubanas”, de Esteban Pichardo; mientras que para el máximo periodista y escritor de la Villa, Armando Leyva, se debe a la también indígena palabra de “Guibara”, que a su vez toma de la “Historia General y Natural de las Indias”, de Gonzalo Fernández de Oviedo, y que correspondía a la muy cristiana de “uvero”, arbusto que tan bien y con tanta profusión crece en sus costas; apareciendo de muy antiguo los nombres de “Xivara”, “Jivara” y “Givara”, para la Bahía; y el de “Punta de Yarey”, y a veces, “Yarey de Gibara”, para el pueblo hasta el año de 1856, en que oficialmente bahía y pueblo, tomaron el mismo nombre de GIBARA. Por ello cuentan en la Villa de la existencia de un comerciante español, como españoles eran sus dependientes, uno de los cuales escribiendo a la a la Madre Patria, pregunta como se escribe Gibara, con ¿“GUI”?. No, Gibara se escribe con JUI, le contesto el otro, a lo que responde el dueño, mira que ustedes dos son brutos, se escribe con “EQUIS”.

Al visitarla estará usted contemplando las tierras que primero vio Colón al descubrir nuestra Isla, de cuyo hecho histórico están muy orgullosos los gibareños y más al serle reconocido por la Sociedad Colombista Panamericana; y por ello le mostraran la placa de mármol colocada en el lugar exacto en que este colocó sus muy ilustres pies al pisar tierra cubana; y le recordaran que este, extasiado ante el color del cielo y de la mar, de lo exuberante de la vegetación, del cantar de los pájaros y de la disposición de sus montañas, exclamo: “ESTA ES LA TIERRA MAS HERMOSA QUE OJOS HUMANOS VIERON”, en lo que también están acordes los gibareños, ya que para ellos, y con justicia se lo reconocemos, no hay en nuestra Cuba nada más pintoresco que su Villa y los contornos de su bahía; y fue allí, donde en ese 28 de Octubre de 1492, vio Colón por primera vez al nativo cubano, al que nombro ‘’indio’’ ante su creencia de haber llegado a los confines del Continente Asiático reservándose que este “indio” fue contemplado sentado a la orilla del mar, completamente desnudo y con un gran tabaco en la boca , tal como nos lo pintan los sellos cubanos, y que este es un antecesor del actual gibareño, que como el, sigue sentado a la orilla del mar, escaso de ropas, con un tabaco en la boca, pero con un cordel entre sus dedos ¿pescando?. No, extasiado. Enmagueyado, para el más gibareño de los gibareños y el más original de los gibareños, Joaquín de la Vara y Pi, al que debes conocer al visitarlos; fenómeno que explica un holguinero con alma de gibareño, el Dr. Antonio R. Díaz Fernández diciendo que en la Villa, todo gira alrededor de la melodiosa música de un vals; una diferencia más con el vecino holguinero, que se desenvuelve bajo la de un ruidoso Cha Cha Cha. Por ello, al visitar la Villa, respete su silencio y la meditación de sus habitantes y si lo hace en su máquina, no los moleste y menos los ofenda tocando el claxon si el trafico ve interrumpido; procure decirles, quitándose el sombrero y con suma cortesía, ¿me permiten pasar? Está en la Villa y ésta es de los gibareños.

Surgió el pueblo a la sombra de una batería con categoría de fortaleza, la de “FERNANDO VII”, que aun conservan y muestran al visitante, signo del poderío de España, protección de vecinos y embarcaciones, cuya primera piedra fue colocada el 16 de Enero de 1817, con bendición apostólica, discursos y música de viento, y entregada el once de Junio de 1818 a su primer Comandante, que lo fue el peninsular D. Miguel López de Corella, que al mismo tiempo desempeñaba el cargo de Capitán de la Compañía de Infantería Urbana creada para su defensa y custodia, habiendo sido escogidos sus componentes entre vecinos del Partido de Auras, y por Teniente Gobernador de Holguín, D. Francisco de Zayas, que por ello, por la construcción de la batería y por lo que hizo por el naciente pueblo, se dice que GIBARA ES OBRA SUYA; y con dinero de los holguineros, le decimos, al no existir en ese tiempo los gibareños, y en terrenos que eran del Municipio de Holguín y eran conocidos con el nombre de “Punta de Yarey”, y que éste había cedido a censo el 5 de noviembre de 1756, a D. Francisco Domínguez y Rodríguez, para el establecimiento de crianza de ganado, y que D. Juan Ramón Guzmán, que llevaba el alias de “SAN GERMAN”, primer apodo de la Villa, y último poseedor, había cedido a la Corona y hecho posible la construcción de la Batería, y por ende del pueblo, por lo que fue recompensado dándole su apodo a una de sus calles, al que nombraron sus pobladores “Punta de Yarey”, y en el que fabrican sus casas siguiendo el camino que de Holguín conducía a la Fortaleza, quedando todos asombrados de su rápido crecimiento, al contar en 1820 con veinte y una casas; y en 1827, con cuatro casas de mampostería y sesenta de tablas, embarrado y guano y con 337 vecinos, en su mayoría holguineros al ser sus fundadores holguineros, cosa que no les agrada se les recuerde, pero si el hecho de que su pueblo no tardo en superar al de Holguín en riqueza y cultura, al extremo de merecer para la posteridad los calificativos de “LA VILLA BLANCA” y “LA PERLA DEL NORTE”, mientras que para nosotros los holguineros, tan envidiosos de las glorias ajenas y tan amigos de mortificar, no era mas que “ESPAÑA CHIQUITA”, pretendiendo acaparar para nosotros las glorias patrias; “LA VILLA DE LOS CANGREJOS”, del “colorao” que por millares abundan en sus abrigos rocosos; “LA VILLA DE LOS TUBOS” por el solo hecho de haber tenido de todo y vivir de su recuerdo; y hasta con la insultante palabra de “HAMBRE”, olvidándonos que bajo la Colonia, de Holguín y no de Gibara, es que partía el lastimero grito de “HABILITENNOS EL PUERTO”, “CONSTRUYANNOS LA CARRETERA”, o nos morimos de hambre, y que de su Villa, por su superior comercio, nos venían los víveres; y todo ello al creernos superiores por el solo hecho de haber sido fundada nuestra Ciudad Capital por un glorioso Capitán de la Conquista, cuyo apellido, “HOLGUIN”, nos dio, y de tener esta más de cuatrocientos años de fundada, cuando ello se debió al bayamés D. Bartolomé Luis de Silva y Tamayo, al obligarnos a asociarnos civilmente, y su Titulo de Ciudad, del 18 de Enero de 1752, gracias a la benevolencia de un Gobernador de Cuba, D. Alonso de Arcos y Moreno, que pudo darle el Título de Ciudad y una enorme jurisdicción, ocupada por habitantes desprovistos de almas. Esa riqueza entre ambos pueblos, GIBARA y HOLGUIN, fenómeno curioso, por ser los gibareños hijos de Holguín, transformados en apasionados gibareños con el nacimiento y hasta con la residencia, está extinguida ya, y tuvo su máximo con motivo de los juegos de pelota, deporte favorito en ambos pueblos, que fue condensado en sendos himnos, el de Gibara, letra de Fernando Cuesta Mora y música de Francisco Angulo Mora:

¡VIVA GIBARA!

Seremos dueños, únicos dueños,
del Campeonato que se discute,
porque tenemos en nuestra fila
a la invencible “de la que sube”.

Todas las cañas y marañones
nuestros cangrejos van a exprimir,
y llenaremos con todo el zumo
la vieja Chomba que tiene Holguín.

No nos asustan los rompe-cercas,
ni los campeones, ni los trabucos,
porque en las filas del Club “Gibara”
decoro y honra se encuentran juntos.

(coro)

¡Viva Gibara! ¡Viva Gibara!
¡La Villa Blanca de los Cangrejos!
¡La Perla Hermosa de nuestro Oriente!
¡La Soberana, la Soberana de los Ensueños!
Y el de Holguín, cuyo autor sentimos ignorar, no menos vibrante:

Oye Gibara, Perla incolora,
orgullosa Villa llena de hedor,
si Holguín contesta vuestras blasfemias,
no te contesta para ofenderte,
es para demostrarte que tiene honor.

Dices altiva y con arrogancia
que el Campeonato tuyo será,
si lo conquistas en noble lucha,
porque Holguín si tiene decoro,
también mucha honra que te dará.

Nombras a los trabucos y rompe-cercas,
que a ninguno de ellos has de temer,
pero quiero que sepas que a todos juntos,
sin alarde, ni joconería, hemos de vencer.

Hablas de cañas y de marañones
que tus cangrejos van a exprimir,
pero tengan por seguro
que todas sus muelas hemos de partir.
Pasando a ser meros recuerdos históricos, los nombres del General Sagua, (Conrado Rodríguez), como pitcher del “Holguín” y Armelio Acosta Cabrera, que lo era del Gibara, considerado por los de la Villa como el más grande lanzador de todos los tiempos, poseedor de la invencible “de la que sube”; el de Francisco Hidalgos, tenido en su historia como el enemigo numero UNO de la Villa, por el hecho de que siendo Capitán del Partido de Auras, protesto de la creación de la Capitanía del Partido de Gibara, que de su jurisdicción salía, y que sólo le llevaba el naciente pueblo, los contornos de la bahía y las Vegas existentes entre los ríos Gibara y Cacoyugüín, aumentada por la presencia de holguineros, de carácter chocante y mortificante, llegando a ocupar el último lugar de escala “PATOTO”, con su ocurrencia de abrir una tienda de víveres en la Villa, y ante su deseo de hacer comer jamón, cuyo nombre y sabor se había olvidado, que hace levantar la bandera de protesta, con Vicente Salermo a su frente, que lo manifiesta con ruido de aviones por el aire, con sirenas por la mar, con auto-parlantes colocados en caravanas de camiones por tierra, rompiendo con ello, por suerte momentáneamente, y para bien de la Villa, su tranquilidad y su sabor.

Contemplara usted a su llegada un puerto de limpias y coloridas aguas, rodeado de costas de impresionante belleza; que le fue declarado de Tercera Clase en 1822, su Real Administración de Aduana, en 1827; la Ayudantía Militar de Marina y Matrícula y la Capitanía del Puerto, en 1828, y el cargo de Práctico del Canal, en 1830; y sabrá de la constante llegada de barcos destinados al tráfico mercantil de distintas nacionalidades, que hicieron de su puerto uno de los primeros de la Isla, y que a él llegaban en busca de pasajeros, barcos de las Empresas de Ramón Herrera, de la Transatlántica de Barcelona, del Marqués del Campo... que hacían familiares los nombres de “Mortera”, “Ebro”, “Veracruz”, “Ramón Herrera”, habiendo contado la Villa hasta con su propio barco, el “Gibara”, propiedad de su comercio y con firmas consignatarias como las de Beola y Compañía; Longoria, Munilla y Compañía; Silva, Rodríguez y Compañía; Vecino, Torres y Compañía; Martínez y Compañía, y en la actualidad con Lizardo Martínez Santo, con el modesto nombre de Agente de Aduana, tráfico que se les acentuó con la construcción del Ferrocarril de Gibara y Holguín, comenzado el 31 de Mayo de 1883, que hoy nos administra Pepín Pérez Beola; y podrá ver Ud., además, un puerto silencioso por la falta constante de barcos, un túnel, el único de la Isla, el que a su salida hace pasar el tren por el puente de hierro existente sobre el río Cacoyugüín, desde el cual se divisa el fondo de la Bahía, salpicada de pequeños botes ocupados por pescadores de camarones; el puente de madera, sustituto de la desaparecida balsa, siempre llena de gibareños portadores de rústicos “jamos” atrapando las “jaibas”; una playa de arena negra, con los agachados cogedores de “coquinas” y colectores de conchas bivalvas; ferrocarril que en todo su trayecto estaba protegido por estratégicos fortines, protección de que gozaban los de la Villa, que tenían protegida por una muralla de mampostería de dos metros de largo, con cinco fortines en su trayecto y sólo dos puertas de entrada que se cerraban a las cinco de la tarde, como no la tuvo ninguna otra población de la isla, cuyas ruinas le mostraran que hacían el no sufrir los rigores de la guerra, gozar de prosperidad económica y de sentirse como ningún otro pueblo de Cuba más español que él, rayando en fanatismo su amor a la Madre Patria, y sufriendo por ello más que nadie la intervención del poderoso vecino del Norte en nuestras luchas libertarias, amor y odio que ha quedado plasmado para la posterioridad, en sendas composiciones poéticas, que se cantaban y aplaudían; destacándose entre todas las de Faustino Ramos Magariño, conocido por “El Bolito”, por su pequeña estatura y por la redondés de su cuerpo, entre ellas su “VIVA ESPAÑA” y “A MAC-KINLEY”, cuya letra copio:

¡VIVA ESPAÑA!

¡VIVA ESPAÑA!

¡VIVA CUBA ESPAÑOLA!

¡MUERAN LOS AMERICANOS!

¡Viva España! ¡Viva España!
que vivan los españoles
y que mueran los traidores
que comanda Mc-Kinley
el que fuera de la ley
se halle, en esta ocasión,
que se acoja al Pabellón
que nunca será vencido,
mientras se escuche el rugido
del castellano león.

Esta española bandera,
encarnada y amarilla,
la mando desde Castilla
la Reina Isabel Primera;
el que por ella no muera
jamás podrá ser cristiano,
y yo, como buen cubano
le canto a la Patria mía:

¡QUE VIVA LA MONARQUIA!
¡MUERAN LOS AMERICANOS!

Gibara, España Chiquita,
siempre fiel a la nación
en cualquiera situación
está, si se necesita.
quiera el Cielo no permita
te salga un hijo tunante,
de otro pueblo distante
podrá invadir tu suelo
y si es por falta de celo,
ojo con los tunantes.

A MAC-KINLEY

EL ASTUTO MAC KINLEY
CON SU CONDUCTA TORTUOSA
EN CUBA TIENE LA FOSA
SI NOS INVADE SU GREY.

Gibareños y asturianos,
montañeses y vascongados,
todos seremos soldados,
moriremos como hermanos.

¡MUERAN LOS AMERICANOS!
¡VIVA EL REY! ¡VIVA EL REY!

Por la razón y la Ley
la Patria nos da la gloria,
ya no cantará victoria
el astuto Mac Kinley.

En Cuba nunca pondrá
sus plantas ese extranjero
ni su pabellón grosero
en la Isla flotara.
pronto de España vendrá
una escuadra respetuosa,
pues nuestra Reina gloriosa
tendrá la satisfacción
de humillar a esa nación
por su conducta tortuosa.

Nuestra marina española
en grandes deseos arde
de combatir a ese cobarde
y su bandera enarbola
en el tope de carvicola.

El grumete no reposa
porque el marino goza
cuando diga el Comandante
“MUCHACHOS, ESE TUNANTE
EN CUBA TIENE LA FOSA”.

No se que hace el Ministerio
teniendo tanta energía,
que no castiga la orgía
del que no tiene criterio;
yo que no creo en el misterio
le diera al Norte maguey
y del gajo de un mamey
colgaba a Mr. Woodford,
maldiciendo a ese traidor
si nos invade su grey.
Y el que la presencia en la Villa del General Weyler, con loco entusiasmo le hizo exclamar:

Cuba será independiente
Cuando la rana críe pelo,
Cuando no asome en el Cielo
La estrella refulgente.
que no tarda en ser tomado como Himno de Batalla, y que hizo posible que al entrar las tropas cubanas en la Villa, ser llevado a la presencia del General Calixto García Íñiguez, quien mostrándole la composición en tono enérgico, tan característico en el, le dijo, DIGAME, ¿ES SUYA? Recibiendo el sorprendido General su rápida respuesta: NO MI GENERAL, LA MIA ES ESTA:

Cuba será independiente
quiera España o no lo quiera,
y plantara su bandera
en las regiones de Oriente.
Fernando Cuesta Mora; distinguido periodista y político de la Villa, nos cuenta que Faustino Ramos tenía en la Villa dos inseparables amigos, a los que todos conocían por LOS TRES MOSQUETEROS, que lo eran Faustino, Angelito Rojas y Joaquín Cuesta, poseyendo los tres esa fértil e inagotable imaginación poética de que tanto gozan los gibareños. Estalla la guerra del 95, Angelito se va a la manigua, uno de los pocos que en la Villa lo hicieron; Joaquín Cuesta y Faustino Ramos se quedan en la Villa, el primero por su sordera, el segundo, por su fanático españolismo, improvisando más que nunca décimas a favor de España y contra los cubanos, a pesar de ser gibareño de nacimiento, llegando a la manigua, la que en su pie forzado decía:

Cuba será independiente
cuando la rana críe pelo,
cuando no alumbre en el cielo
la luz clara y refulgente.
Que conocida por Angelito, le añade este pie forzado:

Cuba será independiente
quiera España o no lo quiera;
ya ha plantado su bandera
en las regiones de Oriente.
Transcurren los años, llega el 1898 y el 25 de Julio, día de Santiago, son esperadas en la Villa las tropas cubanas, las que no tardan en llegar y a su frente Angelito Rojas, ya Comandante del Ejército Libertador; encontrándose para su sorpresa entre los que le aclamaban a Faustino Ramos, el que adelantándose, toma las riendas del corcel de Angelito y con tronante voz le canta:

Cuba se ha hecho independiente
sin criar la rana pelo;
dame Angelito un consuelo
que al fin eres mi pariente.
Y cosas de Cuba y de los cubanos, fue todo olvidado y perdonado; contándose en la Villa como excepción, el caso de Pancho Toyo, quizás por no haber aparecido, el cual viendo al Nashville acercarse a la bahía, se introdujo lleno de cólera en el agua hasta la cintura, gritando: ¡TIRAD!, ¡TIRAD COBARDES!, QUE AQUI HAY UN PECHO ESPANOL! pero que al ver los cañones del barco de guerra, corrió hacia las cuevas; y el del Padre Darío, PADRE PELAYO DE ESPANA, que se embarcó para su Patria y el que estando oficiando en la solemne misa del 10 de Octubre de 1898, no pudiendo soportar la enorme cólera que le embargaba con el triunfo de los cubanos, la cortó para sorpresa de los concurrentes y del sacerdote cubano que lo acompañaba, mereciendo que Carlos Muecke, en su Patria y Libertad, le trate como una falta de respeto a la Iglesia, y recuerda que las tropas y armamentos que salían de España para combatir a los cubanos en arma, eran bendecidas por los Obispos, y a veces recibiendo a larga distancia la bendición papal; y que el periódico de la Villa, El Triunfo, nos consigne:

Hablemos de las notas discordantes. ¡Cómo habían de faltar El Padre Darío como si se tratara de cortar un cirio pascual, cortó porque sí la parte cantante que a él le pareció, de la misa del 10 de Octubre! ¡Y con qué cara se apareció en el coro!
Por sus sentimientos españoles en el 95 fue sorpresa para todos que en este año de 1956 había sido profanada la bandera cubana en el Centro de Veteranos de Gibara. Sorpresa al pensar que en la Villa no podía existir esa institución patriótica cubana. La hay, y está situada en la calle Carlos Manuel de Céspedes, esquina a la de Peralta, pudiendo usted visitarla, y allí se enterará que esa institución estuvo una vez presidida por un veterano, Enrique Palma, que, cosa de Gibara, se negó a percibir paga y menos pensión por sus servicios a la Patria; y hasta podrán decirle al oído, los malos intencionados, que la Bandera Cubana había sido colocada en el suelo con un crespón negro y sobre ella los fragmentos de cierto retrato. Cierto o no, alegrémonos del hecho, Gibara, mereciéndoselo, fue honrada y fue recordada. Y no sólo Centro de Veteranos, sino hasta su Estatua a la Libertad, inaugurada en 1915, antes que las de Holguín, gracias al entusiasmo de Enriqueta de la Torre, con la dedicatoria A LOS LIBERTADORES DE LA PATRIA y que en su origen decía: GIBARA TIENE ESTATUA PORQUE SE LA MERECE; y sabrá usted también que el PRIMER PUEBLO DE CUBA LIBERADO POR LAS FUERZAS CUBANAS; EL PRIMER PUEBLO LIBRE DE CUBA EN QUE ONDEO LA BANDERA CUBANA; y que por él llegó a Cuba el presidente electo don Tomás Estrada Palma, desembarcando por Gibara el 20 de Marzo de 1902, mostrándole a Ud. la piedra en que éste puso sus pies al pisar su Patria, libre ya, al desembarcar del Almirante Farragut; la copa en que tomó agua, la navaja con que fue afeitado y hasta el fígaro que lo hizo, Francisco Illobre García, por lo que es nombrado EL PRIMER BARBERO DE CUBA.

Por ese hecho de haberse mantenido alejada de las luchas libertarias del 95; del movimiento armado que derrocara a Don Tomás Estrada Palma; de las motivadas por el color de la piel; de la protesta armada de un pueblo contra el General Menocal y de cuantas más luchas fratricidas hemos sufrido los cubanos en esta era de independencia; y de ser tenido como el pueblo más pacífico de la Isla, fue sorpresa también para todos el saber que el Isla Velmor, con los Expedicionarios del 31, habían seleccionado como punto de desembarco la Bahía de Gibara, y sobre todo, el ver que el pueblo gibareño se le unía lleno de entusiasmo y de coraje, despertar al coraje, que hace gritar a una poetisa de la Villa, Isabel Alavedra: GIBARA, AUN ES TIEMPO, VUELVE A TI, DEPON LAS ARMAS QUE JAMAS DEBISTE ESGRIMIR POR TU TRADICION HISTORICA. A la Villa de Gibara la enaltece esta intervención, y con ello puede mostrar a Ud., visitante, el UNICO LUGAR DE CUBA en que se sufrió al mismo tiempo un ataque por el mar, el aire y por la tierra; un Cementerio con las tumbas de hombres asesinados por otros hombres, muchos de ellos enfermos hospitalizados, por el solo hecho de ser amantes de la libertad y contrarios a los gobernantes dictatoriales; un Monumento A los Expedicionarios del 31, homenaje de su pueblo a la sangre vertida por sus propios hijos en pos de la libertad humana; un Himno, que les dejó uno de los expedicionarios, el poeta hondureño Arguello, asesinado por chacales y cuyos restos reposan en el tranquilo cementerio de la Villa.

Camaradas valientes y leales,
la hora ansiada de prueba ya sonó,
hay que ser decididos y formales,
a la puerta la Gloria nos llamó.

Grandes hombres en Cuba nos esperan
con Mendieta, el de bravo corazón;
el gran Hevia y Peñate, que prosperan
aunque ruja violento el Aquilón.

Nuestro Álvarez marca con Torriente,
Juan Gualberto el ilustre de verdad;
y Peraza, el valiente entre valiente
el sendero a la nueva libertad.

Menocal, el caudillo invulnerable,
con Capote y Miguel Mariano va,
y el aliento titánico, indomable,
en el pueblo levanta el pecho ya.

Con Rosendo Artagnan que nos dirige,
es Lorán, mosquetero principal,
y se afirma Maderne con el rifle
¡La Legión se presenta sin igual!

Almirante es Don Carlos en el puente
y Carbó es carbón que revivió,
hoy Gaunard pone serio a Karikato
al decirle ¡Presente! a la Legión.

A Lucilo vistió de Comandante,
nuestro Jefe, Collazo, en buen humor,
y ha pelado sus papas tan campante,
y ha montado su guardia con fervor.

No olvidemos al grande Luis Hernández,
a Iturralde que todo nos lo dio,
a Llaneras, triunfal en la gran guerra,
a Robaina, y a Zaldo y a Xiró.

General de a Caballo, Catalino,
a Emiliano, ayudante lo nombró,
y al doctor eminente, Aldereguía,
el mareo en el viaje cultivó.

En los grupos está la rosa Roja,
y los bravos de la Internacional;
siboneyes con Borges y Soleres,
sin que falten de Luis y Peñalver.

En la Patria los hombres y mujeres
han cerrado el cubil al animal,
y es completa la unión de pareceres
a lo largo de la marcha triunfal.

Nos ofrece perdones de la vida
cuando al fondo del pozo se va ahogar,
y grotesco y cobarde en su guarida
¡MALA BESTIA! Te vamos a cazar!
Una sentencia, de Fermín Fernández Garrido:

Este moderno Nerón
que a su patria tiraniza,
su placer fuera en ceniza
convertir a la nación.
No tienen en su corazón
ningún sentimiento humano,
este perverso tirano
de asesinos ejemplar
que tendrá que renunciar
en bien del pueblo cubano.
Un anónimo:

Machado, cuando tú sepas
que Carbó ha venido a Gibara,
llegarás hasta Aguas Claras
con tu tropa y tú escopeta;
se te dará una retreta
en Auras, y Cacoyugüín,
vislumbrándose tu fin
en este momento está,
y tu infamia acabará
tras de lomas de Holguín.

En Tampa; Miguel Mariano
junto a Rosendo Collazo
te están midiendo los pasos
por tu proceder villano.
Ya son pocos los cubanos
que se ponen a tu lado,
solo algún degenerado
que no conoce el honor,
pero a éste como traidor
lo tenemos alistado.

Dile a Herrera, Vázquez Bello,
a Enrique y a Barceló,
que ya la hora llegó
de contar con todos ellos;
dile que tienen un sello
que asegura su mala suerte
y que volverán a verse,
según marca su destino,
en un terrible camino,
muy próximo a la muerte.

Machado, traerás a Ortiz,
el asesino oriental,
para que nos pague el mal
que en Oriente hizo por ti;
dile que si llega aquí
verá las cosas muy claras,
desde Holguín hasta Gibara,
una Legión de valientes,
vengando a los inocentes,
batiéndose cara a cara.

Sabrás que no le tememos
al Patria con sus cañones,
ni al ruido de tus aviones
aunque lanzaran veneno;
para cazarlos tenemos
máquinas perforadoras
y unas ametralladoras
que al mundo le dan terror,
para apagar tu furor
en cortas y breves horas.

Verás al cuervo europeo
y al cóndor americano,
volar desde el océano
y dar en Cuba un paseo;
veloces como el deseo
lanzando bombas y fuego
verás aparecer luego,
sin temor a tus corsarios
bravos expedicionarios
vengando a Mella y a Trejo.
Y como estamos en Gibara, una anécdota:

Estamos Carbó en la Loma de Cuartelón, en lo que el padre de los Freyres, al ver el comportamiento de sus Jefes, llamó UNA PARRANDA MAS DE LOS CUBANOS, ve entre los gibareños sumados a la causa, a Miguel Cara de Caballo, que por su estatura y disposición de ánimo, se destaca entre todos, al extremo de que Laurent dice a Carbó: con diez hombres como éste tomo a HOLGUIN. En ese instante suena el primer cañonazo del Patria, que escuchado por Cara de Caballo, le hace soltar el rifle y correr hacia su casa, no sin antes decirle a Laurent: Con un millón de hombres como yo, no llega Ud. ni al túnel!.

Y la correspondencia poesía jocosa:

Un 17 de Agosto de mil
Nueve treinta y uno,
tras un aviso oportuno
me puse al cinto el machete;
era un corre-corre, un brete,
un temblor, una emoción,
llegábase la ocasión de derrotar a Machado
y a Gibara había llegado
una fuerte expedición,
con la Legión de Guerreros,
todos con cascos de acero,
toda la plaza invadió;
un Legionario gritó:
¡Somos gente de majagua,
que traigan comida y agua
y arriba vamos ¡cubanos!, y
al ruido del aeroplano, andaba
la mierda en yagua

Cuando yo escuché el cañón
y el ruido del aeroplano
se me enfriaron las dos manos
y parte del corazón;
me dirigí al Cuartelón,
y bajo una mata de guao;
que fue todo lo que hice
me embolsé en el pantalón; y
allí estaba Dominicis, con los fondillos cagao;
Allí se embolsó Carbó,
allí se embolsó Laurent;
Lico Balán se embolsó
y yo embolsado también,
y aunque el verso no concuerda,
todo el mundo lo recuerda
y ojalá no lo olvidara
que la “Guerrita de Gibara”
fue una hemorragia de mierda.

En Holguín dibujantes e informáticos participan en el proyecto ANIMA


Una irrefrenable pasión por los dibujos animados une al colectivo de jóvenes dibujantes e informáticos holguineros enrolados en este proyecto del ICAIC

Por: Héctor Carballo Hechavarría

HOLGUÍN.— «¡Mamá, mamá, quiero ver los muñes!», le suplicó el chico a la madre en plena calle, tirándole del vestido.

—Por favooor, espera a que lleguemos a la casa —le respondió ella en su «despiste», mientras aguzaba la vista en espera de la próxima guagua.

—Después no, ahora —replicó bien plantado el muchacho y le indicó con insistencia el «origen» de tanto reclamo.

No sale de su asombro la joven madre. La imagen de la vetusta tintorería que esperaba ver, al tornar la vista, de pronto se ha esfumado. En su lugar descubre un establecimiento cuyas paredes están ataviadas por un colorido mural con escenas de dibujos animados del cine y la televisión.

Un vistoso anuncio pende sobre la puerta principal y le saca de dudas: ANIMA, Estudios de Animación del ICAIC en Holguín. Pero ya para ese instante la curiosidad de JR es también poderosa.

—¿¡Hummmh!? ¿Producción de dibujos animados fuera de la capital?

Sin embargo, tras franquear la puerta de cristales no se ve un muñequito por lugar alguno, al menos a simple vista. Por el contrario, lo que se advierte es a un grupo de jóvenes con rostros tan serios y ensimismados frente a los ordenadores que tal parecieran estar resolviendo complicados cálculos de astronomía.

Algunos de ellos garabatean trazos sin cesar sobre unas blancas cartulinas colocadas a trasluz. Son dibujantes. Se «palpan» los movimientos de sus propias manos, de los dedos, del rostro, y recomienzan el borroneo. Otros parecen hacer lo mismo, pero mediante la magia de los clicks y los teclados.

En la pantalla de uno de los monitores se ve entonces desfilar una larga fila de carritos locos. Poseen ojos chispeantes, brazos en forma de ruedas y mueven los «labios» cual si conversaran. Aún les falta el sonido.

Se trata del mundo real del cual brotan los muñes, esas figurillas que, incluso desde antes de que se inventaran el cine y la televisión no han dejado de encandilar por igual tanto a chicos como a «grandecitos».

Pasión de cuna

Adrián López Morín es uno de los responsables de que este ensueño se haya hecho realidad. «Son muchas las millas que hemos “nadado” hasta llegar hasta aquí», dice.

«Todo comenzó hace unos cuatro años con un proyecto para la promoción de dibujos animados, alrededor del cual se fue articulando un pequeño grupo de entusiastas. Su mayor capital no eran precisamente los recursos. Lo único verdaderamente en abundancia desde entonces ha sido el gran amor que sentimos por lo que hacemos», comenta el joven diseñador.

Ahora, al hacer un poco de historia, más que mencionar a quienes llegaron a tildarles de «chiflados», lo mejor es recordar a todos aquellos que compartieron la locura. Durante más de un año el castillo fue la casa de Adrián. El motor fue su vieja computadora. Luego «vivirían» una nueva temporada en una de las oficinas del cine teatro Ismaelillo, de la Ciudad de los Parques.

«En esas condiciones logramos realizar algunos spots promocionales, sobre todo de educación para la salud. Más tarde hicimos un videoclip basado en la canción El tren de la vida, de Faustino Oramas, el Guayabero. Este videoclip resultó premiado en una edición de los Lucas.

«Quienes no dejaron de confiar nunca en nosotros fueron los compañeros de la Dirección Provincial de Cultura. De hecho somos fruto de un convenio firmado entre el Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficas (ICAIC)», acota Adrián, al frente de los estudios ANIMA en Holguín.


De manera callada y sin que se les subiera la fama llegaron a producir una segunda parte dedicada a las melodías del inolvidable juglar holguinero.

Conjuntamente con los Estudios de Animación del ICAIC de la capital, el colectivo se encuentra enfrascado en estos momentos en la creación de un DVD de animados con alrededor de diez temas musicales concursantes en los festivales pioneriles Cantándole al Sol, de la región oriental.

Conocidas particularmente por los más pequeños de casa, entre sus producciones televisadas pueden citarse Mi familia percusión, Dónde está la magia, Mi amigo ki ki ri ki y Mis carritos.

Como uno de sus más ambiciosos proyectos tienen situada sobre la mesa del taller la producción de un corto basado en la emblemática obra Abdala, de nuestro Héroe Nacional José Martí, lo cual les ha obligado a emprender un acucioso estudio sobre la cultura maya.

Los modestos pero elocuentes resultados del equipo le ganaron además el reconocimiento de las autoridades políticas y gubernamentales del territorio. El proyecto cultural se incluyó entonces como parte del plan especial de inversiones en la conocida Plaza de la Marqueta, en pleno corazón de la ciudad de Holguín

Infantilmente serio

Marcel Carralero es graduado de la Escuela Profesional de Artes Plásticas de Holguín, El Alba. Tiene 25 años de edad, pero las historietas y los dibujos animados le siguen fascinando como el primer día.

«Llegué aquí atraído por los talleres impartidos por Adrián en las aulas. En aquellos momentos no habíamos pensado en trabajar en un estudio como este. Pero era algo que iba a buscar y hacer de todas maneras. Ahora resulta que dicen que soy un fundador», expresa con orgullo Marcel.

A su lado se encuentra Ariel Deyá, graduado de la misma institución y quien desde el segundo año de la carrera se imbricó en una historia similar.

La de Alejandro Reyes nos sorprende. Posee apenas 17 años de edad y es graduado del Instituto Politécnico de Informática Calixto García.

«Me enteré del proyecto por un amigo. Me presenté más que por mis conocimientos de Informática, porque me gusta dibujar desde pequeño. Pasé la prueba y me aceptaron. Esto puede parecer una diversión, pero realmente es una gran responsabilidad, un compromiso, porque de pronto descubres que trabajas especialmente para los niños», asevera Alejandro.

Adrián López se nos acerca nuevamente para precisarnos algunos puntos que, según él, no deberían quedar fuera.

«Somos como un rayito de esperanza para todas aquellas personas que en cualquier parte de nuestro país gustan de los animados experimentales. A todos ellos deseamos ratificarles desde Holguín que nuestras puertas se encuentran abiertas. Sabemos que en los Joven Club de Computación y Electrónica contamos con un gran potencial», reflexiona.

Finalmente solicita a nuestro diario publicar la dirección de correo por la cual los interesados pueden entablar comunicación con el colectivo: anima@animados.icaic.cu.

«Somos un estudio modesto, pero con unas alas enormes. Nos encontramos en franca maduración. Entre nuestros objetivos está todavía llegar a dominar las amplias posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, los programas de animación digital y sobre todo continuar conformando el equipo.

«¿Hasta dónde queremos llegar? Te respondo como dice un personaje de un gustado filme de animados: al infinito y más allá», afirma sonriente Adrián.



La verdadera historia que dio nacimiento a "La Copa del Amor", el monumento funerario más popular de Gibara

Por Angel Quintana. Tomado de: http://www.aldía.cu/

"¿Milagro tú no has escrito sobre la historia del joven marinero que mandó a levantar un impresionante sepulcro en Gibara para perpetuar la memoria de su novia muerta?"


Fue en el área del Carnaval Holguinero de 1983, que atendía el municipio de Gibara en la capital de la provincia, donde por primera vez escuché ese conmovedor relato de boca de un gibareño de apellido Andrés, quien disfrutaba de esos festejos junto con varios coterráneos.

En la siguiente visita que hice a la Villa Blanca me personé en el domicilio de Antonio Lemus Nicolaou, por entonces historiador de la ciudad balneario, y de inmediato comenzamos a rastrear la historia de la que ambos conocíamos bien poco.

En la otrora vivienda de la malograda muchacha quedamos gratamente sorprendidos. Allí, entre las valiosas antigüedades que esbozaban la historia, se encontraba colgado un cuadro con el proyecto original del panteón donde aparecía sembrado un Sauce Llorón, cuyo follaje fue confeccionado con los propios cabellos de la difunta.

Luego, cuando cámara en ristre cruzamos bajo el viejo pórtico del cementerio local, con rumbo al referido mausoleo, nos dijo un joven sepulturero que se encontraba en la entrada: "Ya sé a lo que vienen: A retratar la copa de Ygnacia".

Atraídos ante la extraña belleza del proyecto, el enigmático simbolismo de su copa cubierta con un manto y por la historia que encierra, no vacilamos en atrapar con el lente de nuestra cámara, la imagen del sepulcro, donde se puede leer en el mármol: ÚLTIMO RECUERDO/DE MI YGNACIA/MAYO23 DE 1872/ADOLFO

No quisimos abandonar el lugar sin antes preguntarle al enterrador lo qué sabía acerca de Ygnacia Nates Mastrapa y Adolfo Ferrín, y su relato coincidió con lo escuchado aquella noche de jolgorio carnavalesco: "Ygnacia y Adolfo eran novios. Próximo a casarse, el barco donde trabajaba el joven naufragó. Ygnacia, creyéndole muerto se vistió de luto. Un día tocaron a la puerta de su casa; ella fue a ver quién era y en el umbral apareció su amado, fue tanta la emoción que la chica cayó fulminada por un infarto".


En esta historia, que pasó de una generación a otra de gibareño, era completamente falso lo del naufragio. Descorrer el velo para mirar más de un siglo atrás parecía imposible, mas no lo fue. La tenacidad combinada con un golpe de suerte fue la llave de lo maravillosamente real.


Por sugerencia de familiares lejanos de Ygnacia que residían en la vieja casona, nos trasladamos hasta el número 36 de la calle Martí, en la misma ciudad de Gibara. Allí nos recibió Caridad Vives Pi, quien según su cuñado Ernesto, era la que más conoce del asunto porque convivió muchos años con la ancianas hermanitas de Ygnacia.

Caridad, locuaz y entusiasta llevaba entonces varios días, lupa en mano, transcribiendo del original, la carta que enviara Adolfo a Baldomera, tía de Ygnacia, y en la que pormenoriza todo lo relacionado con el sepulcro que había encargado a Italia.

"La gente ha distorsionado la historia. Casi todo lo que se ha dicho es falso, pues Adolfo era una especie de notario y también trabajaba como contador de los Longoria. El jamás fue marinero e Ygnacia murió a consecuencia de lo que antes se conocía como congestión. No fue más que un derrame cerebral", enfatizó Cachita.

(En septiembre de 1984, un mes después que publicamos esta historia, se expuso en el Primer Salón Provincial de Curiosidades, celebrado en Holguín, un protocolo notarial firmado por Adolfo Ferrín, lo cual probaba el oficio del joven).

Con lujos de detalle la interlocutora, visiblemente emocionada, nos habló de la extraordinaria belleza de Ygnacia y el gran amor que se profesaban. Y agrega Caridad más adelante:

"Esa misma mañana, cuando Ygnacia atendía a su padre, Ángel Nates Bolívar, quien padecía de asma, se sintió indispuesta. Por la noche vino Adolfo a visitarla y habló con la joven. Por la madrugada empeoró y mandó a que buscaran a su Adolfo para entregarle el anillo de compromiso y despedirse para siempre, pues falleció horas más tarde. Era el jueves 23 de mayo de 1872...

"La vistieron con un traje de encaje blanco y botas de igual color. Su entierro fue una sentida manifestación de duelo popular en la que, junto a sus adoloridos deudos, resaltaba el atormentado joven".

Nuestra anfitriona hace una pausa para buscar sus espejuelos, luego comienza a leer algunos párrafos extraídos de la susodicha carta:

"...Como aquí no hubieran hecho a mi gusto el mausoleo o monumento que he mandado a levantar en su sepulcro, lo he pedido ya a Italia. Es precioso como ahí y en muchas partes de la Isla no hay ninguno. Es de cerca de cuatro metros de altura, todo de mármol blanco y macizo... La figura o plano de este mismo sepulcro es la que ya he mandado a hacer con sus cabellos; quedara un cuadro hermosísimo, que siento no estará concluido para el 24 que voy para esa, por ser mucho el trabajo que tiene..."

Un gran vacío nos dejó Ygnacia en su casona de Ronda de la Marina. Ya jamás se escucharía allí el piano ejecutado por ella con singular maestría, ni sus padres, Ángel y doña Cristina, invitarían a los marinos amigos de la casa, a las tertulias nocturnas que amenizaba Ygnacia; tampoco su novio Adolfo, celoso al ver que los marineros se extasiaban con la belleza de la muchacha, le sugeriría que se atara un pañuelo en la mano para que fingiera estar herida y no tocara el teclado en muchos días. Todo había terminado dolorosa y repentinamente.

Llegar a la verdad no llevó mucho tiempo, lo que hizo factible que, el domingo 25 de septiembre de 1983, viera la luz, en el periódico provincial AHORA, el resultado de nuestras indagaciones, de las cuales se hicieron eco otros medios impresos y radioeléctricos de la provincia y el país.

Así muchos turistas nacionales y extranjeros no han querido abandonar a Gibara sin antes visitar la tumba de Ygnacia, símbolo de la historia que devino en una gustada golosina par algunos redactores de guías turísticas y folletines radiales y de televisión.

8 de julio de 2010

Gibara: significación y pontencialidades de su patrimonio

Autor: Alberto Mora Reynaldo

1. Síntesis de la evolución del Centro Histórico urbano
        Gibara, caracterización geográfica
        Gibara, potencial arqueológico
        Gibara, presencia del Almirante Cristóbal Colón durante la primera quincena de noviembre de 1492 
2. Evolución del Centro Histórico urbano
        Gibara, génesis del pueblo
        Gibara, el primer Ayuntamiento
3. Desarrollo posterior de la población

        Gibara, desarrollo de la población posterior a la creación del primer Ayuntamiento y hasta la...          
4. La tregua fecunda, la Guerra del 95 y el fin del siglo.
5. Siglo XX
6. Caracterización actual del Centro Histórico urbano
       Gibara, Correos y telégrafos       
       Gibara, Música
       Gibara, Artesanía
       Gibara, Pintura
       Gibara, Imprentas y periódicos
       Gibara, Literatura
       Gibara, Teatro
      Gibara, Escultura
       Gibara, Cultura alimenticia
       Gibara, Muebles
       Gibara, Fiestas tradicionales
       Gibara, de los símbolos locales
       Gibara, Centro Urbano, naturaleza 
7. Centro Histórico actual
      Gibara, Construcciones domésticas (algunos ejemplo...)

      Gibara, Sistema de plazas
      Gibara, Sistema morfológico actual.
      Gibara, Caracterización morfológica actual

LO MAS POPULAR DE LA ALDEA