Por Arquímedes de Paz y José Novoa
Se sabe que García Holguín fue esencial en una
conjura secreta contra Hernán Cortés e igual se sabe que Cortés tuvo noticias de lo que se tramaba.
En
acto de estrategia política, Cortés se hizo el que no sabía nada y perdonó a sus
enemigos, tratando de pasarlos a su bando. ¿Con García Holguín lo consiguió o
la verdad es que entre ambos hombres había vínculos confidenciales?
Hernán Cortés |
Cortés y
Holguín se conocían y seguro que coincidieron en más de una ocasión y lugar
durante la etapa de conquista y toma de posesión de la isla de Cuba. Incluso,
el propio García Holguín, en el juicio de residencia a Cortés en 1529, declara
que conoce al conquistador de México de poco más o menos que unos doce años.
Pero debieron conocerse desde mucho antes. Holguín llegó a Cuba con Narváez y
para entonces Cortés ya acompañaba a Diego Velázquez. Fue Cortés el primer
alcalde de Santiago de Cuba cuando García Holguín lo era de Bayamo, por lo que
es casi imposible que no se hubieran encontrado antes de la partida de Cortés hacia
México. Sin embargo en su declaración en el juicio, Holguín no dice nada de la
vieja relación. ¿Fue por olvido o para ocultar una vieja relación?
En la
mencionada declaración de García Holguín hay otro elemento que lleva a
conjeturar sobre una posible complicidad entre él y Cortés.
Respondiendo[1]
a quien lo interroga, Holguín atestigua que estando en Coyoacán, supo de la
llegada de Francisco Garay a la provincia de Pánuco con documentos reales que
le otorgaba la gobernatura de aquel lugar, pero, aunque sabía eso, Cortés mandó
a Pedro de Alvarado a que suspendiese la marcha a Guatemala y que fuese con
toda su gente a donde estaba Garay. Cuando le preguntan si sabía para qué
Cortés mandó a Alvarado a Pánuco, responde que no sabe. ¿No lo sabe o no quiso
decirlo? Un movimiento de tropas tan significativo y repentino hacia una zona
en la que Cortés tiene puesta su mira de expansión y ¿García Holguín no tiene
idea de su propósito?
Pero lo
narrado hasta aquí no es todo. En su declaración dice Holguín que un día después
de la partida de Alvarado a encontrarse con Garay, Cortés lo envía a él a que
lo alcance y se le una (pero no dice para qué lo han enviado allá). Por el
camino, dice el declarante Holguín, se encontró con Alvarado y el capitán Diego
de Ocampo que traían varios españoles presos y traían también a Francisco
Garay, pero que no supo si en categoría de preso o no. (Es difícil de creer que
en una situación tal no fuera evidente si Garay venía preso o por su voluntad;
por tanto es de suponer que García Holguín estaba tratando de ocultar las
verdaderas intenciones de Cortés al mandar a que se realizaran las acciones
narradas).
Se sabe que
estas acciones encubiertas son muy difíciles, cuando no imposibles, de
dilucidar. De todas formas acotamos otros hechos para entender qué estaba
sucediendo y que sucedió después.
Francisco
Garay fue gobernador de Jamaica. En 1520 obtuvo permiso de la Corona para colonizar los
alrededores del río Pánuco, al norte del golfo de México. A su llegada llevaba
documentos firmados por el rey en los que lo nombraba Adelantado o Gobernador
de aquel lugar. (Una segunda intención, o quizás la primera y más importante de
las que perseguía la Corona
con la presencia de Garay, era contrarrestar la creciente influencia de Hernán
Cortés en México)
Sin embargo
antes de la llegada de Garay, Cortés se había adelantado y ocupó la zona,
fundando en ella la villa de Santiesteban del Puerto.
Igual es
conocido que desde su llegada, Garay tuvo que sufrir muchos infortunios,
preferentemente por la tenaz resistencia de los aborígenes. Al final se dio por
vencido y pidió que intercedieran por él ante Cortés. Este le concedió todas
las garantías y atenciones al llegar a Texcoco, donde lo esperaba con un
banquete de bienvenida e incluso, con la propuesta de casamiento de una hija
suya con el hijo mayor de Garay, pero Garay no pudo disfrutarlo, murió, dicen
unos que de frío y otros, que Cortés lo asesinó.
[1] López Rayón, Ignacio. Editor de; “Sumario
de la residencia tomada a don Hernán Cortés, gobernador y capitán general de la Nueva España, y a
otros gobernadores y oficiales de la misma. 2 vols. Archivo mexicano.
Documentos para la historia de México, 1852
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