Por Arquímedes de Paz y José Novoa
Después
de la segunda edición del texto de don Diego de Ávila transcurrieron treinta y
cinco años de silencio, entonces en 1923 y en el periódico “La Lucha”
fragmentos de una “Historia de Holguín”, firmados por Rafael Borroto[1].
Dice allí que el abuelo de Francisco García Holguín era extremeño (natural de
Extremadura, Cáceres, España) y que se llamaba Francisco Holguín y Picardía; y
asimismo ratifica el año 1545 como la fecha en que Holguín “llegó a tomar
posesión de su hacienda”.
Y
el silencio se enseñorea nuevamente por veintitrés años. Llega 1946, que es
cuando aparece el texto “Un día como hoy. 366 fechas en la historia de Cuba”[2]
del historiador, periodista y político cubano Emeterio Santovenia. Precisamente
una de las efemérides que el autor considera significativa en la historia de
Cuba es la concesión del título de ciudad a San Isidoro de Holguín, sin embargo
se limita a reproducir muy sucintamente la versión de don Diego de Ávila y
Delmonte sobre los orígenes de la localidad.
Al
siguiente año se publica una guía de la localidad holguinera en la que, entre
otros asuntos, se dice que Francisco García Holguín había escrito un memorial a
Felipe II en el que solicitaba la adjudicación de la propiedad de su posesión y
que la fecha del fallecimiento del siempre escurridizo capitán conquistador fue
en el año 1560. El tal memorial jamás ha aparecido y para colmo los autores de
la guía no dan información ninguna que permitan creer que alguna vez existió;
tampoco dicen de dónde tomaron la supuesta fecha de la muerte de Francisco
García Holguín.
Así
iban los estudios cuando aparece la colosal obra de José Agustín García
Castañeda, mejor conocido por todos los vecinos de la ciudad como Pepito.
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