Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
Roberto Valcárcel Rojas
Miguel Angel Urbina Herrán
Eran propicias para la crianza
del ganado que trajo Diego Velázquez a Cuba las tierras que ocupaban la
vieja provincia india de Barajagua, con sus sabanas extensas, las muchas
aguadas y los bosques. Por tal, mucho ganado en estado cimarrón se reprodujo de
manera considerable favoreciendo las monterías, que era la labor de pastar, cazar y tasajear el gano mayor. Mediante tal labor los vecinos
conseguían alimentos y cueros.
Para tener cifras basta
conocer el siguiente informe rendido en 1617 por el Gobernador del Departamento
Oriental Navia Castrillón:
(…) en los lugares y términos del dicho Gobierno hay muchas personas que tienen hato de ganado vacuno con cabezas que van desde dos mil hasta seis mil y muy cerca hay ganado orejano o cimarrón que vive en sabanas de dos y hasta seis leguas con muy buenos ríos y lagunas en las que se cría y se sustenta.
La caza del ganado
cimarrón o monterías estaba normado por las Leyes de Indias como un derecho
común, pero dichas practicas se prohibía hasta dos leguas cercanas a las villas
y también en los hatos y corrales y en los sitios y sabanas que pertenecían a
dueños particulares.
Sin embargo las leyes, a
medida que el comercio de carne y cueros creció se cometieron robos de ganado.
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