Con la llegada del ferrocarril al Oriente de Cuba a principios del siglo XX, aparecieron pequeños pueblos a ambos lados del camino de rieles, Mir entre ellos.
Un buen día llegaron a Mir: Vicente González, natural de León, España y su esposa Justa Doce, de Santander. Vicente comenzó a trabajar como capataz de una brigada de mantenimiento de la vía férrea recién inaugurada. Mientras su esposa cocinaba para los obreros. Pero había tal demanda de alimentos y hospedaje que el matrimonio decidió construir un hotel de dos plantas.
Entre 1921 y 1922 el hotel quedó concluido. Decidieron llamarlo El Rif, en honor a las montañas ubicadas en Marruecos, donde Vicente pasó su servicio militar.
Ubicado casi frente al apeadero del ferrocarril, El Rif estaba acompañado de otros edificios de igual tipo dedicados al comercio. Este tipo de arquitectura convirtió a Mir en un típico pueblo del Oeste norteamericano.
Hotel El Rif - Construido totalmente de maderas con tablas en la técnica del machihembrado. El edificio presenta puertas a dos hojas que imitan cuarterones.
En la planta baja, el restaurante y el bar.
En el segundo nivel, las habitaciones destinadas a los huéspedes.
A la planta superior se llega a través de una escalera interior de madera con dos descansos y pasamano con balaustres en forma de crucetas simples rematados en moños. En esta planta encontramos, en la fachada del frente y la parte trasera, un balcón corrido que culmina en un pretil plano en el frente. La techumbre es sostenida por pilares de madera y en portales por pies derechos de madera. Se destaca que la construcción no presenta en los portales ningún ventanal, sino puertas con pequeños postigos que permiten el paso de la luz y el aire.
Un letrero de metal ubicado en el segundo nivel anunciaba:
Hotel El Rif de Vicente González.
Aledaña al hotel estaba la casa de familia, en la cual vivió parte de su infancia y juventud la destacada revolucionaria Lidia Doce Sánchez, quien años más tarde se uniría a las fuerzas rebeldes en la Sierra Maestra como mensajera del Che Guevara y Fidel Castro.
Lidia Doce |
En la actualidad, la casa que fuera Hotel Rif es habitada por Migdalia González Doce, descendientes de los constructores y prima hermana de Lidia. Las puertas de la casona hermosa están perennemente abiertas a todo el que busque en los poemas que presiden la escalera, en las fotos de Lidia con los guerrilleros de la Sierra Maestra y en los muebles de época, el aire antiguo y sereno de una casa habitada por el tiempo.
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