Marieta: Faustino Orama, El Guayabero:
Se
recuerdan aún los sitios y ambientes sórdidos de Holguín en los que
habitualmente actuaba: los prostíbulos o casa de citas de María Vázquez, La China y El Chémbalo, donde absolutamente
siempre era bien recibido con sus sones y guarachas picarescas, pletóricas de
alusiones sexuales y choteo criollo.
Allí,
donde actuaba, el solitario Faustino buscó y encontró compañía sentimental.
Particularmente importante fue una mulata de radiante belleza y atributos
físicos, que se convirtió en musa inspiradora de una de sus composiciones más
famosas: Marieta. En retribución, la bailadora que noche tras noche del año
1948 veía bailar en el burdel de La
China, Faustino la inmortalizó y hoy integra el “Diccionario
de la mitología cubana. Catauro de seres míticos y legendarios de Cuba”, de
Manuel Rivero y Gerardo Chávez[1].
En ese libro la Marieta,
reina del baile, la diversión y la cama, está unida a otras beldades de su raza
de la talla de Cecilia Valdés y Amalia Batista.
Marieta (Autor: Faustino Orama), Intérprete: Ibrahim Ferrer:
Como baila Marieta (Son)
Marieta (Autor: Faustino Orama), Intérprete: Ibrahim Ferrer:
Como baila Marieta (Son)
Letra y
música: Faustino Orama Osorio
A mí me gusta como baila Marieta
Todo el mundo conoce a esa prieta,
A mí me gusta que baile Marieta
Ya to´ el pilón se acabó con Marieta,
A mí me gusta que baile Marieta…
Marieta por un trabajo
¡Ay Dio!
Me cobraste cuatro reales
¡Ay Dio!
Mi vida eres muy carera
¡Ay Dio!
Yo puse los materiales.
A mí me gusta que baile Marieta
Todo el mundo conoce a esa prieta.
A mí me gusta que baile Marieta
La precisa y me enseña la letra,
A mí me gusta que baile Marieta...
Marieta a mí me pidió
¡Ay Dio!
Tres pesos con disimulo
¡Ay Dio!
Y dijo que me pagaba
¡Ay Dio!
Con el tiempo y sin apuro.
A mí me gusta que baile Marieta
Así sabroso bailando Marieta.
A mí me gusta que baile Marieta
La precisa y me enseña la letra.
A mí me gusta que baile Marieta…
Afínense bien la lengua,
¡Ay Dio!
Que no se les vuelva un nudo,
¡Ay Dio!
La hija soltera de Clara
¡Ay Dio!
A diario me mortifica
¡Ay Dio!
El día que yo me incomode
¡Ay Dio!
Le voy a partir la cara.
A mí me gusta que baile Marieta
¡Ay!, con su diente de oro me engaña.
A mí me gusta que baile Marieta...
A mí me gusta que baile Marieta...
Hay un hombre que ha sembrado
¡Ay Dio!
Una yuca y se le ha dado
¡Ay Dio!
De un tamaño regular
¡Ay Dio!
El día que fue a sacar
¡Ay Dio!
Hizo al gobierno un encargo
¡Ay Dio!
Que decretara un embargo
¡Ay Dio!
En aquella sitiería
¡Ay Dio!
Por que la yuca tenía
¡Ay Dio!
Un kilómetro de largo
A mí me gusta que baile Marieta
A mí me gusta que baile Marieta...
Allí fue una comisión
¡Ay Dio!
Y la yuca analizaron
¡Ay Dio!
Y pudieron comprobar
¡Ay Dio!
Que daba buen almidón
¡Ay Dio!
En la misma información
¡Ay Dio!
Preguntaron si en él dio
¡Ay Dio!
Del campo en aquel retiro
¡Ay Dio!
La yuca nació sola
¡Ay Dio!
Y le dijeron que no
¡Ay Dio!
Que el dueño era Casimiro
A mí me gusta que baile Marieta
Mira mima tremenda yuquita,
A mí me gusta que baile Marieta
Que sabroso bailando Marieta
Todo el mundo conoce a esa prieta
Mira mima conoce a Marieta,
A mí me gusta que baile Marieta
(Música)
Allí llegaron de Oriente
¡Ay Dio!
Veinte muchachas preciosas
¡Ay Dio!
Veinte verdaderas rosas
¡Ay Dio!
Que perfuman el ambiente
¡Ay Dio!
Hay una precisamente
¡Ay Dio!
La hija de Clodomiro
¡Ay Dio!
Que al verla mandó un suspiro
¡Ay Dio!
Y dijo de esta manera
¡Ay Dio!
Yo si que me como entera
¡Ay Dio!
La yuca de Casimiro.
A mí me gusta que baile Marieta
Aquí Peralta conoce a Marieta,
A mí me gusta que baile Marieta
Y Santana bailó con Marieta,
A mí me gusta que baile Marieta
Otra llegó de La
Maya
¡Ay Dio!
Por poco se parte un brazo
¡Ay Dio!
Por ocultar un pedazo
¡Ay Dio!
Entre el refajo y la saya
¡Ay Dio!
La otra me dijo calla
¡Ay Dio!
Que yo la miro y la miro
¡Ay Dio!
Por pena no me la tiro
¡Ay Dio!
Pero te puedo jurar
¡Ay Dio!
Que no me voy sin probar
¡Ay Dio!
La yuca de Casimiro.
A mí me gusta que baile Marieta
Todo el mundo conoce a Marieta,
A mí me gusta que baile Marieta...
Allí llegó una viejita
¡Ay Dio!
Que ya contaba setenta
¡Ay Dio!
Y según sacaba cuenta
¡Ay Dio!
Decía que era señorita
¡Ay Dio!
[1] Rivero, Manuel y Gerardo
Chávez. “Diccionario de la mitología cubana. Catauro de seres míticos y
legendarios de Cuba”, pág 89.