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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

8 de febrero de 2017

Calixto García. Biografía. 51




Ramón Leocadio Bonachea
En Cuba la paz a la que ha llevado el Pacto del Zanjón es un hecho, pero en algunos lugares quedan unos pocos hombres sobre las armas, entre esos está la partida del General Ramón Leocadio Bonachea.
Calixto, entusiasmado ante la viril actitud de este jefe de Las Villas, le escribe: “Cuando la Patria, impulsada por los traidores, se precipita en un abismo de miseria y degradación, un jefe de dignidad la ha sujetado. Ese jefe, General, es usted a quien la Patria hoy dirige una mirada de profunda gratitud… Yo lo congratulo por su heroica y noble actitud… Hay quien pretende desviar a usted de la gloriosa senda, pero debe usted morir antes que rendirse al enemigo. Dentro de poco la guerra general en Cuba será un hecho. Manténgase firme, sobre las armas, no comprometa acciones a no ser que se vea obligado. A fin de que los patriotas que le acompañan no sufran retardo en recibir su premio queda usted facultado para conceder grados hasta la categoría de Teniente Coronel[1]
1878, Septiembre
El General prepara el reinicio de la guerra
En la isla y en los países donde radicaban grupos importantes de cubanos revolucionarios se crearon clubes; mientras Calixto trabajaba incansablemente uniendo voluntades, buscando recursos, organizando.
Dice Carlos en su libro de apuntes que el padre “bajaba de mañana a la tienda de Leandro Rodríguez, tesorero de la Junta Revolucionaria y allí en un rincón estrecho recibía sus visitas con benevolencia hidalga, castigaba con arranques elocuentes la desidia o abyeción (Sic) de sus paisanos, recordaba con chispas en los ojos la bravura de la guerra, comentaba, con lucidez singular, la historia de los pueblos y la literatura militar”.
Se organizan delegaciones de la Junta Revolucionaria en Jacksonville, en La Habana y en numerosas poblaciones del interior de Cuba, en México, Santo Domingo, Paraguay, Panamá, Argentina, Puerto Rico, Haití, Costa Rica, Jamaica, (solo en Jamaica hay tres delegaciones de la Junta de Nueva York, que presiden Diaz de Villegas, Bavastro y A. Duany).
Dijo Eusebio Hernández: “que era el que organizó la guerra chiquita, un movimiento formidable, en sus inicios, el más grande de cuantos habían tenido lugar entre cubanos”. En todas las provincias debían alzarse los patriotas a modo de protesta contra el Zanjón.
Calixto distribuye nombramientos de jefes y oficiales, sin olvidar ni el más recóndito lugar de Cuba: en cada lugar habrá un capitán.
Calixto engendra un nuevo hijo en el vientre de la esposa
Y mientras el general conspiraba, su humilde hogar se llenaba con la alegría de los niños y la esperanza de la nueva vida que se formaba en el vientre de Isabel.
En su diario dice Carlos García Vélez: “En nuestra casa mi padre alojó a Don Tomás [Estrada Palma] cuando el presidente salió de la prisión española”
Y asimismo escribió: “Vivíamos pobremente aunque no faltó comida mientras mi padre estuvo con nosotros. En los días de apuro monetario vendía él a Néstor Ponce de León las obras de historia y las colecciones de obras literarias españolas y francesas que había traído de la prisión, pues era apasionado lector”
1879
Comienza el año. La conspiración de los cubanos avanza: Calixto no da reposo a su mente ni a su mano. Se constituyen nuevos clubes: en Jaruco, en Regla, en La Habana, en Guanabacoa, en Yucatán, en Cayo Hueso, este último presidido por José Dolores Poyo.
1879, Marzo 18

Surge en La Habana un Club que aspira a ser centro de la conspiración.
En el acta de constitución aparece la firma de José Martí
Nace en La Habana un Club o Delegación que servirá de centro para la isla. Los fundadores declaran que “el de los Estados Unidos, presidido por Calixto García y a cuya iniciativa debían su existencia la mayor parte de los otros clubes de los que hay hoy en Cuba, por la distancia a que se hallaba, era impotente para el acertado desempeño de su elevada misión, por todo lo cual debía constituirse un centro provisional en Cuba al que estuviesen subordinados los constituidos y los que se constituyesen, con facultades propias para la adopción de cuantas medidas estimase convenientes, a fin de que se levante el espíritu público, se aporten armas y recursos, con el objeto de dar al próximo movimiento el carácter sólido, unánime y grandioso que la Patria requiere”[2].
En el Acta de Constitución del Club aparece la firma de quien era su Vicepresidente, Anáhuac (José Martí).



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[1] Lamentablemente al General Bonachea le retuvieron la correspondencia de la Junta Revolucionaria y solo se la vinieron a entregar el día en que puso sus pies en la embarcación en que se marchaba de Cuba, el 14 de noviembre de 1878. Asimismo en la cubierta del barco en que se marchaba de Cuba fue donde Bonachea recibió el diploma de General de Brigada.

[2] El 13 de abril de 1879 el Comité Revolucionario de Nueva York negó su aprobación al centro provisional en Cuba “porque en el caso de ser denunciados sus componentes, quedarían desorganizados los trabajos, y porque la petición la hace una pequeña minoría de ocho clubes, cuando son más de treinta los que operan en la Isla” El Comité acuerda, además, “separar de sus trabajos a los ocho clubes consabidos, no sin expresar su profundo sentimiento por la determinación tomada por los mismos”

Calixto García. Biografía. 52



Francisco Sellén, Leocadio Bonachea, Natalio Argenta
Numerosos emigrados visitaban la casa de Calixto casi diariamente. Francisco Sellen llegaba todos los domingos y a Leocadio Bonachea se le podía ver a menudo. Este último impresionó a los niños por su legendaria figura, “limpio, elegante, cortes". Juan Arnao y Alfonso también “visitaba nuestra pobre vivienda, permaneciendo largas horas escuchando los desvaríos de cubanos exaltados sin interrumpirlos”, dice Carlos García Vélez.
En una ocasión, en gesto de congratulación con la sufrida prole del general, Arnau escribió una poesía en la libreta de Leonor.
Otro que fue visita continua era el italiano Natalio Argenta, quien había combatido bajo las órdenes de Garibaldi por la unidad italiana. Posteriormente Argenta se unió al movimiento revolucionario cubano y se convirtió voluntariamente en ayudante y guarda espaldas de Calixto. Sus visitas a la casa del General fueron tan frecuentes que se convirtió en un miembro más de la familia.
1879, Agosto 24
Comienza la nueva guerra
Se inicia la nueva guerra en Cuba. (Ese es un levantamiento apresurado al que se ven obligados los complotados para evitar la prisión de jefes principales que estaban en Cuba)
1879, Septiembre 19
Calixto está en Jamaica donde se entrevista con Antonio Maceo y luego dirige un manifiesto a sus compatriotas: “en los campos de Cuba ondea nuevamente el glorioso pabellón de Yara. La libertad es el bien supremo de los pueblos y solo la obtienen los que la merecen haciendo sacrificios por ella”
     1879/1879
Septiembre 25
Goyo Benítez
Diferencias entre el Comité Revolucionario y Antonio Maceo hacen que el jefe de la vanguardia de Calixto durante la guerra chiquita sea Gregorio [Goyo] Benítez, quien sale para Cuba en esa fecha, a las dos de la madrugada. Desembarca y muy pronto sus hombres comienzan a subir las lomas de la Sierra Maestra. En la expedición venían el brigadier Miguel Ramos, los coroneles Salvador Rosado, Marcelino Quesada y José Medina, los comandantes Ramón Gutiérrez, M. López y Plutarco Estrada, capitán M. Cruz, los tenientes Juan Rodríguez y Nicolás Ramírez, los alfereces Leonardo Rodríguez y Justo Prendes, los cabos Antonio y Julio Pavón y José Ramírez y el soldado D. Castillo[1].
1879, Septiembre  29
El general García todavía está en Kingston, Jamaica, pidiéndole dinero a Bavastro, pero no encuentra los recursos que necesita en Jamaica y por ello parte, vía marítima, a Nueva York.
1879, Noviembre 7
Ese día se fecha una carta desde Samaná dirigida a Calixto respondiendo una del General de 20 de octubre, en la que le dicen: “En su citada nos indica que para transportarnos a Cuba debemos ponernos a las órdenes del General Maceo”. (Lo que demuestra que Calixto pensaba enviar a Maceo a Cuba como parte de la vanguardia, solo que el general García cambió de criterio y envió Goyo Benítez).
1879, Noviembre 13
Calixto viaja a Cayo Hueso buscando recursos. Cuando llega a las seis de la mañana, lo esperaban en el muelle numeroso grupo de cubanos. Por la noche le ofrecen un banquete y un baile.
Dice Lamadriz: “El hombre ha hecho una impresión favorable, pero aún así hemos tenido que discursear hasta por los codos”.
Calixto estuvo en el Cayo hasta el 12 de diciembre. Desde allí le escribe a Bavastro: “Yo marcho a Cuba de todos modos; es preciso que no descanse Vd. un momento a ver si puede remitirme recursos”.
1879, Diciembre 15
El general va a Jacksonville y desde allá escribe a José Dolores Poyo, que está en Cayo Hueso: “Yo marcho a Cuba de todos modos, es preciso que no descanse usted un momento, a ver si pueden remitirme recursos para abreviar mi salida hacia Cuba”
1879, Diciembre 21


En esta fecha el General escribe desde Nueva York a Bavastro: “Yo debo salir para Cuba en el mes de enero y debo llevar algo con que dar fuerza a la Revolución.  Yo marcho de todos modos, pero desearía llevar los mayores recursos posibles ”
Dos espías al servicio de España
Hasta Nueva York habían seguido al general y a su comitiva dos espías al servicio de España. Cuéntale Calixto a Bavastro que su amigo (guardaespaldas), Natalio Argenta quería matar a uno, pero que él se lo prohibió, autorizándolo a que si el espía seguía molestando, le diera unos golpes.
En esa misma fecha escribe el general a Manuel Arango: “Durante mi estancia en Cayo Hueso no tuve tiempo ni para rascarme la cabeza. Me prometo estar muy pronto en los campos de Cuba. Sobre mí pesa una inmensa responsabilidad, pues los que están en el campo salieron obedeciendo órdenes mías y yo no puedo ir porque los recursos exiguos que se recogen son para armar fracciones de expediciones”. Luego lo felicita por el éxito del Club que dirige y le dice: “no sé por qué, pero nunca me han gustado los viejos. Aunque yo ya lo soy, mi corazón es muy joven”[2]
1880, Enero 7
Carta del general a Bavastro: “Mi marcha será pronto, pues lo que me falta para salir espero tenerlo antes de 15 días. Con esta fecha paso comunicaciones a los clubes de Kingston para que pongan a disposición del general Bonachea los elementos de guerra que puedan disponer”
1880, Enero 19
En repuesta a una comunicación de Bavastro que lo pone en aviso de los trabajos de la inteligencia española, le dice el general: “Le agradezco el aviso que me da, pero yo tengo tanta fe en mi buena estrella que creo no me he de morir hasta que no me de la gana”.
1880, Enero 20
Carta del general a José Dolores Poyo, que se encontraba en Cayo Hueso: “marcharé por reducidos que sean los recursos que allegue… iré solo por cumplir con mi deber”[3].
Durante este periodo, el gobierno español, tratando de comprar al general, envía a Federico Incháustegui, quien está veinte días al lado de Calixto, pero nunca le hace la proposición “porque el agente estaba convencido de que no era digno ni conveniente hacérsela[4]



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[1] Calixto sancionó a Maceo, que había dado las armas que tenía bajo su protección a los patriotas del Perú y por eso no fue el General Antonio el jefe de la avanzada. (Por lo menos esa es la causa visible, aunque había miembros del Comité que no querían a Maceo e influyeron en la decisión de Calixto), esa decisión determinó el fin abrupto y prematuro de la Guerra que empezó por el Oriente de Cuba donde era Maceo el jefe natural. Goyo Benítez era un total desconocido en Oriente. Recién llegado él trató de regar el fuego de la guerra por el territorio oriental, pero como no encontró apoyo, decepcionado, fue a su provincia camagueyana. Pero allá no encontró soldados y cayó prisionero.

[2] El General acababa de cumplir 40 años.

[3] Dicen los detractores del General que aquel llegó tarde a la guerra que él mismo preparó, como si hubiera podido llegar antes.

[4] Los agentes secretos de España informaron a su gobierno que el general, con la vestidura del mendigo, fue de puerta en puerta pidiendo para la revolución y que solo pudo recaudar $ 2,031.

4 de febrero de 2017

Calixto García. Biografía. 50


1878, Enero
Otra vez está doña Lucía en Madrid, gestionando, sin conseguirlo, el traslado del hijo de la horrible Pamplona.
1878, Febrero
Pacto del Zanjón

En Camaguey se firma el Pacto del Zanjón y concluye la guerra sin la independencia. Parecía que todos los prisioneros serían puestos en libertad, pero por la actitud de Maceo y los orientales que le seguían, quienes protestaron el pacto en Baragüá, Calixto y Tomás Estrada Palma continuaban en prisión.
1878, Mayo
Escribió Fernando Figueredo que en el momento en que Martínez Campos despedía a los representantes del gobierno revolucionario cubano, que marchaban al extranjero, concertada ya la paz, preguntó él al Capitán General por qué Calixto y Estrada Palma continuaban guardando prisión a pesar del Convenio del Zanjón, a lo que le respondió Martínez Campos: “Hoy mismo pediré por telégrafo su libertad”.
1878, Junio 8
Liberan a Calixto
Liberan a Calixto de su cárcel en Pamplona. Este de inmediato pone un telegrama a Lucía, que se encontraba en Madrid, le dice que lo espere allí, hacia donde se encamina.
Calixto avisa a sus amigos que se marchará de España
A su llegada, dice Rojas Oria, Calixto se reúne con sus amigos en la casa de un compatriota que los obsequia a todos con un ajiaco criollo, que tanto gustaba al general.
El general avisa a sus amigos que solo espera poder embarcar a Lucía para Cuba y entonces también él se marchará. Quiere reunirse con Isabel y sus hijos que lo esperan en Nueva York, aunque antes desea encontrarse con algunos amigos que están en París.
El General va a París, se entrevista con el Dr. Betances
Recién llegado a París, Calixto se hospeda en la casa de su amigo Eusebio Hernández, para entonces graduado como médico. Calixto se entrevista con el puertorriqueño, Dr. Betances, líder de la revolución cubana en Europa. La entrevista, dice Casasús, constituye una segunda protesta del Zanjón. En ella Calixto declara su inconformidad con el pacto y hace público su propósito de reanudar la guerra contra España.
En Nueva York Isabel se entera de la próxima llegada del esposo
Cuando Isabel se entera de la inminente llegada de Calixto a Nueva York, sacó a sus tres hijos de los centros internados donde estudiaban y los llevo a su casa.
A Calixto le apura dejar París y reunirse con la familia en Nueva York
Pocos son los días que Calixto está en la casa de Eusebio Hernández, apurado como estaba por llegar a Nueva York. Cuando llega la hora de la partida, ambos médicos, Betances y Eusebio Hernández lo acompañan a los muelles del Havre. En el vapor “Alicia” parte el general rumbo a Inglaterra, pero es poco lo que está allí. Continúa su camino a América.
1878, Septiembre
Dice el periódico “La Independencia” de Nueva York: “Hace pocos días llegó a ésta, procedente de Europa, el General Calixto García. Viene bastante repuesto de su quebrantada salud, que tanto sufrió en cuatro años de encierro, en prisión española de la que se vio liberado hace tres meses”.
La familia se reúne después de siete años
Al reencontrarse, el matrimonio se estableció en un humilde apartamento de un edificio en 360 Oeste calle 45 y 44 Novena Avenida. Los niños comenzaron a asistir a escuelas públicas. Leonor a la del Este calle 13 y Calixto y Carlos a la de la calle Oeste 52.

La dirección del Comité Revolucionario Cubano de Nueva York[1] le entregó a Calixto García la presidencia. De inmediato el veterano mambí se dedicó a la organización de la que luego sería conocida como Guerra Chiquita.



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[1] Aún estaba el general García preso en Pamplona, cuando un grupo de cubanos emigrados crearon el Comité Revolucionario Cubano de Nueva York, con el fin de apoyar a los insurrectos que continuaban peleando en los campos de la Isla, muy a pesar de la firma del Pacto del Zanjón. Y cuando todos los patriotas se vieron obligados a salir de Cuba, el Comité devino en un instrumento para organizar la nueva contienda.

Calixto García. Biografía. 49


1877, Noviembre 13
Es el tercer invierno que el general pasa en Pamplona. Desde allá escribe Lucía: “Calixto me encarga que te diga que cuando esté bueno te escribirá, está muy débil y desganado”.
La buena madre no pierde las esperanzas, en esa misma carta dice que “quiere aprovechar el casamiento del Rey para conseguirle algo a Calixto”, por eso está preparándose para tomar el camino a Madrid.
Calixto lee, estudia en la prisión sobre táctica y estrategia militar
Mientras el general continúa sus lecturas. En las cartas que escribe desde la cárcel pide libros o acusa la llegada de otros. Y ahora no solo es sobre historia e idiomas, sino que estudia táctica y estrategia militar, sobre fortificaciones y la historia de las guerras.
1877, Noviembre 16


Estrada Palma llega a España preso
Doña Lucía escribe a Rojas Oria: “Mi hijo me exige que te escriba a la carrera para saber si ya le compraste los libros que faltan”.
En ese mismo mes llega al castillo de San Fernando, en calidad de preso, don Tomás Estrada Palma, quien hasta su captura había sido el Presidente de la República de Cuba en Armas. Calixto le escribe mandándole un cordialísimo saludo.
Y el 7 de diciembre, no teniendo respuesta de Estrada Palma, Calixto vuelve a escribirle. Le pregunta por el Marqués de Santa Lucía, por Trujillo y por el Dr. Félix Figueredo, su mentor inseparable desde la alborada misma de Yara y hasta el trágico suceso de San Antonio de Bagá.
1877, Diciembre 21

Insubordinación de Santa Rita
Estrada Palma responde a Calixto: Por esa carta se entera el General de las cosas de Cuba.
Inmediatamente Calixto escribe a sus amigos en Nueva York pidiendo información sobre la insubordinación de Santa Rita, de la que, según Estrada Palma, fue Vicente García el principal culpable.



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