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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

22 de diciembre de 2010

Antonio Maceo en Holguín durante la guerra independentista cubana de 1895

Por: Hernel Pérez Concepción 
El levantamiento independentista del 24 de febrero de 1895, en la actual provincia de Holguín, se  produjo en Mala Noche. Al atardecer de ese día llegó al lugar, procedente de Manzanillo, José Miró Argenter, enlace de los conspiradores holguineros con Bartolomé Masó uno de los jefes de la conspiración en Oriente. El  pronunciamiento fue secundado por acciones similares dirigidos por miembros de la Junta Revolucionaria holguinera, constituida en 1892, en Santa Lucia, Fray Benito, Aguada de la Piedra, Yagüajay, Banes, Tacajó y Báguano, entre otras.

   Los "alzados" holguineros formaron grupos que estaban diseminados de norte a sur  y de este a oeste en todo el territorio, pero sin una estructura de mando real, aún cuando  Miró Argenter había sido nombrado jefe de Holguín. Así igual en esos tempreanos días  todavía no se contaba con fuerza suficiente para emprender acciones de envergadura sobre lugares bien fortificados. La movilidad fue lo que caracterizó a los grupos de revolucionarios en esos momentos. En Holguín la guerra evoluciono al igual que en el resto de la provincia desde pequeñas partidas hasta la formación de una verdadera estructura militar. 

   Primero fue el bravísimo Antonio Maceo y después llegan a Cuba Máximo Gómez y José Martí a Cuba; con ellos , lo que antes era una masa deforme de rebeldía se convierte en un organismo regular.  Desde  entonces las fuerzas cubanas fueron evolucionando hasta el punto de preparar y ejecutar una hazaña de organización y valentía sin preceentes: la invasión a Occidente. 

   Después de su desembarco Maceo llevó a cabo acciones en diferentes zonas de Oriente con el objetivo de activar la guerra. Entre el 23 y 25 de abril opero sobre la línea férrea de Sabanilla a Morote, donde se le incorporo el coronel Luis de Feria con 200 hombres de caballería procedente de Holguín.

   La primera incursión de Maceo en Holguín se produce en la región de Sagua de Tánamo,  fue el 18 de mayo, el Titán de Bronce venía de Guantánamo. En Sagua, Maceo rato de “sacar la columna de 700 hombres” que se encontraba en esta población; por lo que ordena tirotearlos. Tirotea además otras fuerzas enemigas ubicadas en el Esterón. A estos últimos  les hace 11 bajas y les ocupa siete almacenes llenos de provisiones. El enemigo solo se atrevió a salir a la orilla del pueblo, siendo derrotado por las fuerzas del general José Maceo y del teniente coronel Benigno Ferié. Las tropas cubanas continuaron su marcha hacia Barredera, coupando ese poblado de inmediato y obteniendo allí un rico botín consistente en víveres, medicinas y ropas(1). También Antonio Maceo y los suyos recorrieron los territorios de Cabonico y Arroyo Blanco. En Cabonico fueron visitados por las personas más influyentes de la localidad.


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   La situación del municipio luego del paso de Maceo lo caracteriza el alcalde de Sagua al decir que había “asolados los campos y zonas de cultivos” de la localidad(3). Por otro lado  quedó evidenciado que las fuerzas españolas no contaron con los efectivos suficientes para derrotar a Maceo.

Firma de Antonio Maceo
   
día 22 de mayo el Titán de Bronce hace su entrada a Mayarí Abajo haciendo campamento muy cercano al pueblo, “nuestra bandera, que lucia sus espléndidos colores era vista por los habitantes del lugar”. No molestándose el fuerte español que domina todo el valle, “hacernos fuego, no obstante contar con regular guarnición”(4). Maceo reconoció que la Revolución ha llegado a “todas partes, que ha conquistado todas las conciencias y ha simpatizado con todo el pueblo cubano y parte del español: pues no son pocos de estos últimos los que nos están sirviendo y muchos con las armas en las manos”(5).

   Apenas Maceo llega a la jurisdicción se pone inmediatamente en contacto con los revolucionarios más allegado a él residentes en Holguín o lugares cercanos. Y a estos les ordena que se incorporen de inmediato a la nueva guerra. Es por ello que los patriotas que  no se habían alzado hasta esa fecha, en esa fecha lo hacen: Cornelio Rojas por ejemplo, quien al llegar fue recibido por el General Maceo con “vivas demostraciones de afecto”(6).   También se producen levantamientos de grupos de ciudadanos que al saber que Maceo esta en la manigua corren a unírsele porque, dicen, ahora la nueva guerra es una guerra verdadera(7).



   Para el 25 de mayo Maceo se encontraba en Tacajó donde recibe la visita de los brigadieres Luís de Feria y Ángel Guerra y los coroneles José Miró Argenter y Remigio Marrero con las fuerzas de Holguín. Feria se presentó con las fuerzas mejor disciplinadas de toda esta región. Con estas tropas el General Antonio se encaminó en dirección a las zonas comprendidas entre Holguín y Gibara, región rica por sus cultivos y donde se concentraban una población formada principalmente por españoles:  Se le conocía a este territorio y a la población de Gibara como La Pequeña España. Actuar sobre la comarca era destruir la economía abastecedora de las dos ciudades principales del norte de Oriente: Holguín y Gibara y obtener recursos de boca.

   Tres días después la tropa acampana en Bijarú, a pocos kilómetros de Tacajó(8). Es en esa zona adonde alcanza a Maceo la desgraciada noticia de la muerte de José Martí. Maceo reune a sus acompañantes y con ellos deciden la forma de Gobierno que estimaban más conveniente para el país en guerra. Es a ese acto a lo que se le conoce como Parlamento de Bijarú(9). Salvo algunas diferencias secundarias, fue unánime la opinión de que el “poder ejecutivo debía residir en un directorio compuesto por pocos miembros y con atribuciones legislativas”. También opinaban que debía otorgársele a la dirección del ejército la mayor suma de facultades compatibles con las instituciones de la República. El objetivo era evitar el “rozamiento” entre los distintos poderes de República en armas, siendo inexcusable la responsabilidad del poder militar(10). 

   El General Antonio Maceo, en correspondencia a Salvador Cisneros Betancourt, descarta que él haya influido sobre los representantes de Oriente en Jimaguayú “...a quienes dejó en completa libertad de acción respecto de lo que ahí debía tratarse para la formación del gobierno, indicándoles únicamente al general Masó para Presidente de la República”(11).
 
   Al conocer por confidencias de los campesinos que el general español Suárez Valdés “estaba distribuyendo armas y municiones a los voluntarios españoles, también a cubanos que integraban las guerrillas auxiliares del ejercito español”(12), Maceo determino poner en práctica una acción que le permitiera obtener parte de aquellas armas. El 3 de junio  atacó al pueblo de Santa Lucía.(13) A las 4 de la tarde de ese mismo día la acción era una victoria de las fuerzas cubanas, por lo que el coronel Luis Feria, frente a mil hombres de caballería, entro en el poblado, siguiendo poco después Maceo con su Estado Mayor y su escolta en número de quinientos, todos dando vivas a Cuba Independiente. Tomado el pueblo se dirigieron al establecimiento de José Cerneda, militar retirado del Ejército español y radicado en este lugar desde hacia años y que entonces era el jefe de voluntarios, pero al llegar a la bodega supieron que el dueño se había dado a la fuga sin poder poner a salvo su dinero. Entonces el general Maceo colocó en la puerta una guardia para que nadie llevara a cabo desmanes. Pero eso sí, Maceo exigió al dependiente de la bodega de Cerneda, que se nombraba Rafael Proenza la entrega de las armas traídas por el dueño desde Gibara. El dependiente le aseguró que las armas no habían llegado porque nadie se incorporo al cuerpo de voluntario. Esto último era falso, el cuerpo de voluntario se  había constituido unos pocos días atrás. Maceo ante la respuesta del dependiente de la bodega mandó a realizar un registro a la casa. La búsqueda fue infructuosa.


Gral Luis de Feria Garayalde
   Según el periodista español Emilio Reverter, cuando Maceo se hubo retirado del lugar  hizo acto de presencia en la tienda José Miró Argenter, quien mando al dependiente a abrir la caja de caudales: las fuerzas cubanas tomaron todo el dinero que se encontraba allí y rasgaron todos los documentos que se guardaban en aquel lugar. Asimismo dijo el periodista que Miró había mandado a saquear la tienda para que se enterara El Porvenir de Gibara y con ello no siguieran atacándolo(14). Dicen que una vez que Miró ordenó el saqueo  la tropa perdió todo el orden hasta que Luis de Feria, a petición de Proenza, echó fuera del establecimiento a los soldados insurrectos que estaban apropiándose de todo lo que  les fuera útil para vestir(15). Pero aunque la orden de Luis de Feria era determinante, algunos insurrectos trataron de continuar el saqueo de la bodega. Entonces de Feria dio la orden de disparar sobre los que llevaran acabo la depredación. Todo volvió a la calma. Pero, dicen las crónicas, cuando los altos jefes se retiraron los soldados independentistas se dieron a la tarea de llevarse todo lo que le fuera necesario, y todo lo que no les era útil fue destruido. Esta acción fue censurada por un jefe mambí que “emprendióla con ellos a planazos y bofetadas arrojándolos fuera de la tienda y llamándolos bandidos”(16). Además de las tienda y la casa de Cernada sufrieron daños cuatro más. Y en el cercano poblado de Fray Benito los mambises requisaron dos tiendas(17). Sin embargo lo anteriormente narrado  Maspons y Franco planteó que de Maceo no puede ningún español, rico o pobre, quejarse del “trato” que él le dispenso, “esa es la mejor y más elocuente de las razones que aducimos y que hablan muy alto del gran sentido político” del Titán de Bronce(18). 

   Luego de pernotar en Almirante, en la mañana del día 5,  la columna  de Antonio Maceo se dirigió a sabotear la línea férrea que unía a Holguín con Gibara. Por el kilómetro 27, cerca de Guajabales, exactamente en un sitio denominado Piedra Picada,  una fuerza de cien hombres, comenzó a destruir dicha línea férrea y también a las líneas telegráfica y telefónica de aquellos alrededores. En dirección al paradero de Aguas Clara los mambises destruyeron la alcantarilla y en el lugar conocido como Puente Grande, chocaron con un destacamento español que cubría la línea férrea. Se generalizó un combate. Por cierto, esa fuerza española  casi inmediatamente recibió el apoyo de otro destacamento pero ante el temor de ser rodeado por los rebeldes cubanos los españoles decidieron retirarse. Los revolucionarios cubanos siguieron tras ellos acosandolos. Por tal motivo lalgunos españoles corrieron a refugiarse en un fuerte cercano y otros huyeron hacia la ciudad de Holguín.

   Hasta ese momento la incursión de Maceo por la "España Chiquita" había sido un rotundo éxito, pero la orden dada por el General fue retirarse antes que llegaran a la zona los refuerzos españoles(19).

   Las operaciones del General Maceo tan cerca de las dos principales poblaciones del norte del Departamento Oriental tenían, además de los propósitos antes señalados,  que el General español Suárez Valdés, con sus fuerzas, viniera sobre el Titán  para que el Generalísimo Máximo Gómez pudiera cruzar hacia Camaguey. Por tal motivo Maceo trató de obligar a las tropas enemigas acantonadas en Holguín salieran de la ciudad y fueran a enfrentarlo; por eso Maceo estuvo a estar a escasos dos kilómetros de esta ciudad holguinera, “habiéndole pasado a tiro de fusil del mismo y a vista del Cerro (Loma de la Cruz o Bayado) para acampar en la Gloria”(20), sin que el general español decidiera salir de la población para atacar la columna cubana. Estando en la Gloria, Maceo manda a tirotear a “San Andrés” donde se encontraba Suárez Valdés, que había salido desde Holguín hacia aquel poblado ubicado a unos 20 kilómetros.


   Después de las anteriormente narradas operaciones, el bravo Antonio Maceo  marcha hacia Las Tunas, donde operará, para continuar después hacia Bayamo y de allí pasará a su campamento de Baraguá(21). Refiriendose a esa campaña, en carta al editor del Herald de Nueva York, Maceo le dijo: “En mi campaña por la costa Norte no ha tenido acción ninguna de gran importancia. Las columnas enemigas no se atreven a atacarnos después de la batalla de El Jobito”(22). La operación de Maceo en la zona de Holguín fue “provechosa pues solamente se proveyeron los cubanos de muchas vituallas, sino que determinó el levantamiento de algunos barrios de dicha comarca y también el cantón de Gibara, pueblo muy realista”(23). Por su parte Juan Maspons Franco a Enrique Trujillo, le dice que la región de Holguín: “...está en armas... El entusiasmo raya en delirio...La juventud de Holguín viene diariamente a engrosar nuestras filas...Los veteranos de esta jurisdicción están con nosotros, y puedo asegurarte que los pueblos tenemos otro ejército que nos ayuda con las noticias todas y con recursos de guerra”(24).

   El primero de septiembre de l895 Maceo estará de nuevo en la región de Holguín(25). La nueva visita tiene como objetivo activar las operaciones militares contra el General José Echagüe, para ello ordena a las tropas concentrarse en la zona en Baguano y organizar la columna que lo acompañará a occidente. Con esta nueva operación qel Titán de Bronce quería cerrar la campaña de Oriente. Enfrascado  en dichas tareas estabas cuando  enferma de gravedad debido a una intoxicación por comer carne de cerdo no fresca.  Por término de dos semanas, el General se mantiene alejado de las operaciones militares. La primera disposición adoptada por Maceo, desde su estado de enfermedad, fue la de ordenar a las brigadas de Holguín se le reunieran en Minas de Camazán donde el General Maceo se les uniría, pero, enterados los españoles de su estado de salud, decidieron capturarlo. Para ese fin un fuerte contingente español de las tres armas, al mando del joven brigadier Echagüe salió el 24 de Holguín. Al día siguiente, al avanzar en dirección a San Fernando, en un lugar conocido por La Plataforma, finca de Manuel Trinidad Hijuelo, una avanzada cubana comandada por el teniente Antonio M. Ocho, sostuvo los primeros disparos con las fuerzas españolas de Exhagüe. Fue aquel, dicen los españoles, un encarnizado combate  al que se sumaron refuerzos a ambos bandos. Comandaron las fuerzas holguineras, los Coroneles Luis de Feria y Remigio Marrero, bajo la dirección superior de Maceo. Feria demostró su valor y condiciones de mando en el combate. Cuando algunos soldados de la infantería de Marrero ceden ante el empuje de un flanco enemigo, “este valiente jefe (Luis de Feria) le quita un fusil a uno de sus soldados y se bate con el coraje de siempre”(26). La columna española que había llegado hasta Arroyo Hondo, en su afán de capturar a Maceo, tiene que  detenerse ante la defensa cubana. Y cuando comienzan a recibir por sus francos cargas de caballería, se retiran para Holguín.(27). 

   Sobre la actuación de Antonio Maceo en el combate antes descrito, el cronista y general Miró Argenter dice: "con fiebre muy alta montó a caballo, rehuyendo la litera que se tenía preparada, para dirigir la acción... no retirándose del campo mientras la infantería holguinera no afirmó las posiciones disputadas por el enemigo”(28). Para Luis de Feria era una cuestión de honor defender la vida del general Maceo y así lo dejo bien claro a sus bisoñas tropas. Por su postura en el combate fue felicitado por Maceo(29). Las bajas españolas fueron de consideración: “Por nuestra  parte (y se refiere a la parte Cubana) dos muertos y seis heridos”(30).

   Después de aquel combate, Maceo permaneció algunos días por Alcalá y Bijarú, en espera de nuevos ataques de las fuerzas enemigas, eso, aunque los médicos y su oficialidad, sabiendo que el General aún no se había recuperado, consideraban que debía retirarse a un lugar seguro.  Convalesciente y esperando el ataque enemigo el General Maceo cursa órdenes a las fuerzas de Holguín y Santiago que participarían en la Invasión a Occidente para que se acuartelase en las Sabanas de Baraguá. Y cuando le llegan noticias de que una columna española se encontraba en el camino hacia Baraguá con la intención de apoderarse del periódico “El Cubano Libre” se dirige allí pero cuando llega ya la columna enemiga había abandonado su objetivo(31). 

   La permanencia de Maceo en territorio holguinero sirvió no sólo para activar las acciones militares, sino también para llevar a cabo una organización militar  en la región teniendo como base su criterio. Tan contundente fue dicha organización que muchos historiadores no ven que antes las fuerzas holguineras ya estaban organizadas (aunque no con el criterio del Lugarteniente General). La primera organización de la que habla Aldea Cotidiana es la que a las tropas holguineras habían dado, primero, el General Bartolomé Masó y después Máximo Gómez y José Martí.(32).



   A pesar de que Máximo Gómez era el Generalísimo en Jefe del Ejército independentista cubano, Maceo se consideraba con facultades para ldeterminar una nueva organización, no solo en Holguín sino en la provincia de Oriente, porque desde su llegada a Cuba era el Jefe del Ejército en esta parte de Cuba, por tanto con las facultades que le daba su alta investidura el Titán llevó a cabo la reorganización provisional del I Cuerpo de Ejército hasta que Gómez, por acuerdo con él, dispusiera la estructura definitiva. Para junio  ya Maceo había organizado unos 16 regimientos que formarían el embrión del I y II Cuerpos, pero este último cuerpo entraba dentro de la hegemonía histórica de l General Bartolomé Masó.

General Anguel Guerra Porro
   Las brigadas que operaban en las cercanías de Holguín eran dos, la Occidental, que estaba mandada por José Miró Argenter, y la Oriental, de la que Ángel Guerra era el jefe. Maceo sustituye a Angel Guerra por Luis de Feria y destina a Guerra a la brigada de las Tunas(33). Esta medida fue criticada por Máximo Gómez, en carta le dice el Generalísimo a Angel Guerra: “lamento las variaciones que ha hecho el Gral. Maceo. Creo que hará V  más en la comarca de Holguín…”(34). Además Gómez dejaba esta reflexión en dicha carta: “el Gral. Maceo se ha sobrepuesto a muchas de mis disposiciones…”(35). En otra comunicación a su amigo Angel Guerra dice Gómez "… habiendo dispuesto esto el Gral. Maceo que Ud fuese Jefe de las Tunas y no Capote, que fue a quien Yo nombre, pues lo necesitaba a Ud para otra empresa; nada puedo hacer pues en esas dificultades que naturalmente presentan dos órdenes en contrario, siempre se entiende a la superior y como en el caso de Ud y Capote se ha hecho lo contrario, queda sin efecto desde luego mi mandato”(36).

   El generalísimo temía que este actuar de Maceo provocara problemas para la Revolución: “Cuanto siento su remoción de Holguín. Dios quiera que eso no nos traiga perdidas, pues puede suceder que deje de hacer mucho en Holguín y no pueda hacer nada en las Tunas. Lo de Feria no luche, déjalo que haga lo que quiera”(37). No obstante, al dejar Gómez las cosas como lo había establecido Maceo estaba reconociendo su jefatura sobre esta región: “todas estas disposiciones pueden ser modificadas más o menos por el Jefe del  1er Cuerpo de Ejército General Antonio Maceo….”(38). Luis de Feria como Miró eran hombres de Maceo en la región. 

   Durante la guerra del 95 se manifestaron dos tendencias, muy bien definidas, en el campo insurrecto: permitir o no la producción en Cuba. La primera planteaba que se hiciera siempre que los dueños pagasen un impuesto a la Revolución. Desde los primeros momentos Gómez y Martí fueron de la opinión de llevar a cabo una guerra sin cuartel contra el enemigo en la que incluyera la destrucción de las producciones de cualquier tipo. En el campo contrario estaba Maceo. En el tiempo que opero en Oriente Maceo firmó acuerdos con diferentes propietarios, comprometiéndose a no afectar sus propiedades con lo que logró obtener recursos económicos apreciables. 

   Dichos recursos monetarios el General los mandó al extranjero para que usaran en la compra de armas, municiones y otros avituallamientos. Según consta  fue Maceo quien primero mandó dinero, 88 600 pesos que recibió  la Junta de New York.Con estos fondos se organizaron las expediciones de Serafín Sánchez y Carlos Roloff y la de Carlos Manuel de Céspedes (hijo). De este dinero y los posteriores envíos a la Delegación del PRC, la región de Holguín estuvo insertada con una cuantía significativa. Él efectuó convenio con los Dumois, Rafael Sánchez, Vicente Cárdenas, Dreys Fons, entre otros, quienes eran importantes comerciantes, hacendados azucareros, productores de plátano fruta o exportadores de madera de la región holguinera. En el libro Copiador del General Maceo se destaca en el intervalo de agosto al 4 de noviembre de 1895, una recaudación de unos $ 120.40 en plata, en moneda española $189 314. 16 y americana $12 278. 02. De esta recaudación, Holguín representaba 17% en moneda española del total, mientras en americana representaba el 24%(39). Este vínculo con los hacendados de la región permitió, con el consentimiento de los Dumois, que entraran por el puerto de Banes algunas remesas de armas, traídas en los barcos fruteros desde New York. Maceo considero esta una vía importante, tomando en cuenta que se enlazaba directamente con los EE.UU.

   La Revolución del 95 llevó a cabo la invasión a occidente meta que no pudo cumplir la guerra del 68. En el fracaso de la contienda anterior tuvo mucho que ver la limitación de esta a las provincias centro- oriental. A ello se suma  las indisciplinas, el regionalismo y el caudillismo entre otras. En los líderes de esta nueva contienda estuvo siempre la idea de extender la guerra a la zona occidental, sobre todo porque no fue posible el plan martiano de un levantamiento al unísono de todos los complotados de la Isla. Solamente una   invasión era el único plan para llevar la guerra al occidente de la Isla.

   Invasión que le fue encomendada al general Maceo. Inmediatamente que el Generalísimo Gómez le da la orden, el General Maceo se enfrasco en la preparación de las fuerzas que lo acompañarían.

   La organización de la Columna Invasora tuvo que salvar dos grandes inconvenientes: uno fue la obstinación de Bartolomé Masó de no poner en manos del Titán de Bronce los efectivos solicitados por Maceo al II Cuerpo de Ejército mandado por Masó y en segundo lugar, la escasez de armamentos. La primera dificulta quedo solucionada cuando el Generalísimo sustituye a Masó por el general Jesús (Rabí) Sablón Moreno en el mando del II Cuerpo. Y la falta de armas Maceo la trató de salvar pidiéndolas al extranjero(40).
A las dificultades antes señaladas se les unieron otras, entre ellas la enfermedad de Maceo, las copiosas y extensas aguas caídas que inmovilizaron a las fuerzas invasoras, en particular a las que procedían del II Cuerpo (situada en el margen izquierdo del río Cauto)... Todo lo anterior hizo retrazar su salida para occidente(41).

   Trabaja el General Antonio Maceo de solucionar los escollos mientras el Generlísimo, urgido, insistía para que la Columna saliera hacia occidente lo antes posible para con el brazo de Maceo y los valientes le acompañarían, “contrarrestar de una manera victoriosa el resultado de la campaña que el General (Arsenio Martínez) Campos se proponía emprender a la llegada de los refuerzos que había pedido a su gobierno”(42). 

   En la organización del contingente invasor oriental Maceo tuvo en cuenta la movilidad que debía tener las fuerzas invasora y quienes la formarían. La columna se constituiría fundamentalmente por soldados de caballería, buscando con ello la movilidad imprescindible. Y asimismo, siempre estuvo vigilante para que las fuerzas invasoras estuvieran pertrechadas del mejor armamento posible, fundamentalmente con fusiles Remington, Mauser, Winchester y Relámpago.

   Por otro lado, la columna no estuvo solo formada por oficiales y soldados disciplinados y veteranos, sino también por todos aquellos que su disciplina dejara mucho que desear. En carta al brigadier Remigio Marrero le decía Maceo: “debiendo Ud además darme cuenta de todo individuo, cualquiera que sea su categoría, que oponga resistencia, o haga propaganda en contrario a la invasión, sin prejuicio de que lo haga Ud incorporar inmediatamente a la fuerza que se va a organizar”(43). La campaña invasora serviría para disciplinar a los soldados con conductas impropias, además de que para los máximos dirigentes militares de la guerra era importante dejar depuradas las tropas que quedaban en 0riente. En la región los comisionados por Maceo para crear el contingente de Holguín fueron Miró Argenter y Luís de Feria(44).

   Las futuras fuerzas invasoras se reunieron en las sabanas de Baraguá, donde Maceo en un día del año 1878, manifestó su inconformidad con el Pacto del Zanjón que puso fin sin la independencia a la Guerra anterior.

   Luego de estructurar las fuerzas que lo acompañarían, compuestas de 1 200 hombres (500 infantes y 700 jinetes), Maceo tomó el camino por la margen derecha del Cauto, vía aquella que no recorrían los españoles y que era la más rápida para llegar a Camagüey. 41 leguas después la columna llegó  a la  prefectura Mala Noche el primero de noviembre y allí quedaron  hasta el día 3. En este lugar se les incorporaron los regimientos de Caballería, “Martí” y “García” en número de 500 plazas(45), el primero al mando del Brigadier José Miró Argenter y del segundo era su jefe el Coronel Julián Santana. Ahora  la cantidad de invasores se elevaba 1 403 hombres. Es necesario decir que en la anterior cifra no se contaban los asistentes, ordenanzas, acemileros, etc, que sumaban unos 300 hombres, algunos de ellos armados.

   Como hemos señalados, anteriormente, en la columna invasora predominó las fuerzas de caballería con aproximadamente el 60% de todas los efectivos que componían el contingente invasor. Al mando de la caballería estuvo el General Luis de Feria. 

   En el campamento de Mala Noche, el general Antonio designó, ante la “sorpresa de todos”, al catalán José Miró Argenter como su jefe de Estado Mayor. El día 30 de septiembre lo había ascendido al grado de Brigadier. Miró se había convertido en una figura muy cercana a Maceo desde su estancia en Cuba en 1890 y por la labor constante de Miró en el cumplimiento de la orden a él dada de organizar a los holguineros que irían en la invasión.

   Maceo tenia el propósito de aguardar en Mala Noche el contingente de la II División, aunque tuviera que estar en aquel lugar cinco o seis días, pero la publicación en “El Cubano Libre” de una noticia donde se señalaba la salida de la columna hacia Las Villas, determino el reinicio de la marcha y el secuestro de todos los ejemplares del periódicos.


   
En Mala Noche a la columna invasora se le hizo una fiesta organizada por algunas familias holguineras que habían acudido para despedirse de sus familiares y amigos. Se señala que en la fiesta la señorita Consuelo Álvarez Valdés sobrina del capitán Prefecto de Mala Noche hizo gala de sus dotes como poetiza. Su madre Juana Valdés “mujer de cultura y mérito había logrado darle una esmerada educación, aunque influenciado por las creencias teosóficas” (46). En la despedida se dejaron escuchar las notas de la “Bayamesa”, canción del poeta José Fornaris, con música de Carlos Manuel de Céspedes y Francisco Castillo Moreno.

En Mala Noche el General Enrique Loynaz, padre de la poetisa Dulce María loynaz, conoció a Consuelo Alvarez Valdés, entre ellos nació una larga, accidentada y sufrida historia de amor. Escuche la historia narrada por descendientes de Consuelo, a la que todavía la memoria sigue llamando: "La Novia de Mala Noche"


  
 Miró recoge lo acontecido: “Aquí se ve a una mujer que perdió a su esposo en la guerra de los Diez Años, y ahora se desprende de sus hijos; se queda sola en el hogar. Más allá, una joven vestida de luto, se afana en bordar las insignias que ha de ostentar su hermano; su padre cayó en las primeras acciones de la contienda actual. 0tra joven, en amoroso transporte, coloca sobre el pecho de un oficial bisoño al relicario de la Virgen de la Caridad, para que lo libre de las balas enemigas; es prenda de enamorada. Una niña de pocos años canta en décimas cubanas las glorias de Maceo en presencia del caudillo, mientras dentro de la mansión donde se celebra la fiesta militar, resuena el metro heroico que inspira la musa de la independencia, cuyas notas solo apaga el eco militar del clarín que llame a los soldados a levantar las tiendas”(47). Después de ver esto no se sabe a quien se debe adjudicar el galardón del patriotismo: “si el hombre que por su ideal político abandona hacienda y familia para ir a correr los riesgos de la lucha, o a la mujer que se queda resignada, presa de la fiebre de la nostalgia, en el hogar ya desierto e inseguro donde todo le habla del objeto de sus ilusiones”(48). 

   A las 6 de la mañana del 3 de noviembre salió la columna invasora desde Mala Noche por el camino de Las Tunas hacia 0ccidente. En Río Abajo, exactamente en los límites de Holguín con Las Tuna, la columna se detiene al conocer que en Vista Alegre se hallaba una considerable fuerza enemiga. Asimismo tenían la noticia de que desde Holguín había salido una fuerte columna enemiga rumbo a Mala Noche con el objeto de operar en combinación con la de Tunas y así impedir el paso de los invasores a Camagüey; y casi inmediato saben de otra columna enemiga salida desde Cauto Embarcadero con la finalidad de hacer un reconocimiento sobre Corral Nuevo y Tranquera, sitio donde había estado Maceo días antes. 
   Al saber el bravo Antonio que los españoles estaban en Vista Alegre  para cerrarle el paso le ordenó al Brigadier Capote, Jefe de la División de Tunas y Holguín, que “estuviera sobre el enemigo y vigilara sus ulteriores movimientos "(49). Capote se encaminó hacia Vista Alegre donde había estado el enemigo dos días antes.

   La presencia del general español Echagüe al mando de las fuerzas españolas hizo que aquellas se manifestaron activas, era aquel joven general  “uno de los de más mérito” entre los destacados en Cuba(50). Pero el genio y furor de Ecagüe se estralla contra el genio militar de Antonio Maceo. La columna invasora era un ejemplo a estudiar en cualquier academia militar; perfecta la catalogan los maestros de estrategia, “perfecta en todos los detalles de la marcha; la retaguardia seguido de invisibles emboscada por si el enemigo se apresuraba en nuestro rastro y las continuas exploraciones en la vanguardia y en los flancos, que esparcían una sensación de seguridad alentadora”(51). 

   El contingente de Bayamo y Manzanillo que no pudo reunirse con Maceo en Mala Noche, lo hizo el 21 de noviembre en el campamento de Antón, pero solo llegaron 230 soldados de unos 800 previstos. Miró y otros contemporáneos aclaran que si se hubieran aportado las cifras exigidas las fuerzas que quedaban en la provincia se habrían visto en una muy precaria situación.

   Desde que los invasores tocaron tierras camagüeyanas comenzaron algunas deserciones, especialmente de soldados y oficiales procedentes de las regiones de Holguín, Jiguaní y Bayamo. A los desertores se le siguió Consejo de Guerra, presidio por el Mayor General José M. Rodríguez y donde fungió como representante del Comandante en Jefe del Ejército Invasor José Miró Argenter. Se condenaron por el tribunal en ausencia 82 soldados y  15 oficiales, estos últimos a la pena de muerte y los soldados a recargo de servicio. Miró señaló sobre estas conductas que su “verdadero origen hay que buscarlo en el influjo que ejerce el medio local sobre los hombres belicosos, pero pegados al terruño, de cuyas esferas no pueden alejarse sin sentir los efectos de la melancolía; parece que les falta espacio donde respirar libremente, todo lo ven sombrío, fúnebre y el hogar los llama con sus voces tentadoras”(52).

   A diferencia de los anteriores, ninguno de los que integraron las fuerzas de Luís de Feria desertó. Y entre ellos, los más altos ejemplos los dieron tres sargentos, hombres de confianza de Feria, que enfermos de sarampión tuvieron que quedarse en la finca Antón en Camaguey. Ellos fueron Cornelio Almaguer, Pedro (Perucho) González y Porfirio Díaz. Aún no recuperados los tres se presentaron ante el General Mayia Rodríguez para incorporarse al Contingente Invasor que  les llevaba 14 jornadas de ventajas. En un primer momento el general José M. Rodríguez se opuso, al considerar que era una locura, pero ante la exigencia de los sargentos, autorizo su marcha. Cuando los tres alcanzaron la columna y se presentaron ante su jefe no se podían mantener en pie. Para premiarlos los rpesentaron ante las fuerzas reunidas como modelos de patriotismo y disciplina(53).

   Con la salida de la columna invasora se redujo la capacidad combativa de las tropas que quedaron en la provincia oriental y en especial en Holguín. El número de soldados que componían las fuerzas holguinera que actuaban en la comarca no llegaban a la cantidad requerida de hombres para formar las dos brigadas existentes. Esta situación llevo a que los soldados que dejaron la columna invasora tuvieran el respaldo de la oficialidad que quedó en la región y que muchos de los oficiales que abandonaron la invasión se convirtieron en figuras importantes en las fuerzas armadas holguineras por lo que fue bloqueada la ley que estipulaba la sanción de todos ellos. Nos puede servir de ejemplo lo expresado por Cornelio Rojas a Calixto García, el 2 de agosto de 1896, al referir que había tomado las medidas necesarias para cumplir con la medida de Máximo Gómez de coger prisioneros, su caballo, aperos y armamentos de todos aquellos que se habían separado del cuerpo invasor; pero no le ocultaba los “perjuicios que se nos arrojan con semejante disposición”. Más adelante apunta: “los individuos del Ejército invasor que se encuentran en la actualidad en esta brigada están en su inmensa mayoría, colocados en las filas y prestando sus servicios con los caballos, monturas y armas que portan”(54). 

Con posterioridad el Gobierno en Armas  indultó a los desertores, tomando en consideración la vida ejemplar que llevaron en ese período, solo dos de ellos abandonaron la lucha, los demás se mantuvieron al lado de la Revolución. Los orientales que llegaron a occidente como los que quedaron en Oriente o los que abandonaron la columna invasora, hicieron historia y patria.


Referencias:
1.- Archivo Histórico Provincial de Santiago de Cuba (AHPSC). Fondo Gobierno Provincial. Informe del Alcalde de Sagua de Tánamo al Gobernador Provincial. 25 de mayo de 1895. Legajo. 737. No. 7.
2.- Enrique Ubieta .Efemérides de la Revolución Cubana. Editora La Moderna Poesía, Habana, s/a. t. 2. p. 30.
3.- AHPSC. Fondo Gobierno Provincial. Leg. 737. No. 7.
4.- Juan Andrés Cue. Correspondencia inédita de Antonio Maceo. En revista Santiago. Santiago de Cuba. Junio de 1976. Número 22. p. 207
5.- Ibídem.
6.- La incorporación de muchos holguineros por orientaciones de Maceo nos deja claro la importancia que tenia este caudillo negro sobre una región predominantemente blanca. Constantino Pupo Aguilera. Patriotas Holguineros. Contribución a la historia. Holguín. MCMLVI. p. 179.
7.- Ricardo Varona Pupo. Banes (Crónicas). Imprenta Ros, Santiago de Cuba. 1930. Pp. 53- 54.
8.- Allí se conoció de la infausta noticia de la muerte de José Martí “patriota incansable y un hombre de inteligencia clarísima que lo llevó a conquistar el respeto y estimación de ilustres personalidades del mundo entero”.Juan Andrés Cue. Ob. Cit. p. 207.
9.- Estuvieron reunidos el Gral, de Brigada Luis de Feria, los coroneles Rafael Manduley y José Miró Argenter, “los oficiales Sánchez, Corona, Palacios y Maspons y los abogados Portuondo y Salceda; los seis últimos pertenecientes al Estado General de Maceo”. José Miró Argenter. Crónicas de la guerra. Edición Huracán, La Habana, 1970. t. 1. p. 56
10.- Fueron elegidos para representar al I Cuerpo ante la Asamblea Constituyente: Rafael Portuondo Tamayo, Joaquín Castillo Duany, Mariano Sánchez Vaillant y Rafael Manduley. Los representantes electos en esta reunión presentaron un proyecto a la Asamblea de Jimaguayú donde prevalecían las posiciones militaristas. El proyecto pudo ser redactado en el mismo Bijarú o estando ya los representantes del Primer Cuerpo en Jimaguayú, lo que si esta bien claro que lo discutido en este sitio de la geografía holguinera esta en el proyecto en cuestión. Los artículos 13 y 15 son los que establecen que las máximas autoridades en lo militar al ser el residente, el generalísimo del ejército el presidente y el vicepresidente el segundo al mando del ejército. José Miró Argenter. Ob. Cit t. 1. p. 56. Raúl D Acosta León. Glorioso pasado histórico de Camagüey. 1868-1878 y 1895-1898. s/e, s/l. p.119.
11.- José Miró Argenter. Ob. Cit. t. 2. p. 421.
12.- Ibídem. t. 1. p. 56.
13.- José Luciano Franco en su obra Antonio Maceo, Apuntes para una historia de su vida (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973. t. 2. p. 113), plantea que es el 2 de mayo en que se toma Santa Lucia, fecha que se ha repetido por muchos, incluyendo al autor de este trabajo en Holguín en la Guerra del 95. (Ediciones Holguín, 1999. p. 50). Mas recientemente los autores del Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Acciones Militares. Primera parte (1510- 1898). (Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2003. t II. p. 372), llegan a la misma conclusión. Por su parte Manuel Piedra Martel en Campañas de Maceo en la última Guerra de Independencia (Editorial Lex, La Habana, 1946) señala el día 2 de junio como fecha de la toma del poblado. Esto nos lleva a pensar en un error de edición en esta última obra.
14.- Emilio Reverter Dalmas. Cuba Española. s/e, Barcelona. 1899. t. 1. p. 717.
15.- Ibídem.
16.- Ibídem. p. 713
17.- Maceo estando en Santa Lucia mando a buscar al dueño del central Santa Lucia para que le extendiera un giro por 250 000, 00 pesos a cobrar en Nueva York. Sánchez, se había refugiado en el fuerte de la localidad para evitar a los insurrectos. En ese momento no se puso en contacto con el general cubano luego pagara impuesto a la Revolución.
18.- Juan Maspons y Franco. “Maceo en la Guerra de 1895”. ANC. Fondo Academia de la Historia. Caja 61. Asignatura 52. Pero, en la tradición oral de la región, se conserva en la memoria colectiva la acción de apropiación de todo tipo realizada por las fuerzas cubanas en Santa Lucia y Fray Benito, como una vía de obtener lo que necesitaba el soldado cubano.
19.- Ante el temor de un ataque a la población de Holguín. por la cercanía de Antonio Maceo, las autoridades pedían que se le auxiliara por parte de la población civil. Por eso disponían “(...) que los dueños, encargados o arrendatarios de las fincas colindantes con esta Ciudad, (...) procedan al chapeo y limpieza de la manigua sin dejar ningún matojo en todo el ancho o extensión desde la altura del Tejar de Curbelo a los fuertes del recinto de esta Plaza”. La extensión a chapear daba una visibilidad adecuada a los soldados de los fortines que rodeaban a la población. De este modo era posible tocar la alarma si alguna fuerza mambisa se acercaba a la ciudad. Por el accionar de las fuerzas de Maceo en este territorio llegaron a Holguín una infinidad de familias procedentes de los poblados atacados a ponerse a salvo de la guerra. Museo Provincial de Historia “La Periquera”. Fondo 1895-1899. N° 33.
20.- Juan Andrés Cue. Ob. Cit. p. 208.
21.- En el Distrito Militar de Holguín había fuerzas suficientes para batir a Maceo; pero Suárez Valdés no se arriesgo a entablar combate a pesar de las provocaciones que le hizo la columna cubana en las sabanas que rodeaban la ciudad, en los potreros de Guaramanao y en las cercanía de San Agustín de Aguaras “conducta inexplicable que comento muy desfavorablemente para el Jefe español”. Consideramos que fue esto lo que llevó a Martínez Campos a sustituirlo por el General José Echagüe. José Miró Argenter. Ob. Cit. t. 1. p. 85.
22.- Citado por José Luciano Franco. Ob. Cit. t. 2. p.126.
23.- José Miró Argenter. Ob. Cti. t.1. p. 285.
24.- Enrique Ubieta. Ob. Cit. t.4. Pp. 431-432.
25.- Con anterioridad, el l5 de junio, Maceo había estado en la jurisdicción, por las inmediaciones de Barajagua; pernocta esa noche y regresa nuevamente a la región de Bayamo, donde había combatido y derrotado al ejército español dirigido por sus principales Generales, entre ellos: Martínez Campos, en Peralejo. José Miró Argenter. Ob. Cti. t.1. Pp. 105- 106.
26.- Pero, aún así, esta actitud de Luís de Feria no le permite retirarse al banense Cirilo Araujo, teniente de la escolta, que fue tomado prisionero por los españoles. Al ser capturado por un miembro de los voluntarios, fue despojado de un cinto donde guardaba algunas monedas de oro. Al enterarse Echagüe del hecho, mando a formar la guerrilla para que el oficial cubano pudiera identificar al ladrón, quién fue castigado por el jefe español. Por otro lado el jefe militar español se comunica con Maceo: “...Pueden venir cuatro hombres sin armas para hacerles entrega de un herido de la escolta de Marrero, llamado Cirilo Araújo (que ayer en las posiciones tomadas por mis tropas), ha sido perfectamente curado y atendido. No tengo inconveniente en que se lleve a Holguín para ser allá curado y atendido en uno de mis hospitales. Loma del Chivo, 26 de septiembre de l895”. Actitudes como estas se dieron en las guerras por la independencia de parte y parte. Miró nos refiere en su crónica que después del combate de San Fernando Maceo estimó al General Rafael Echagüe por la caballerosa acción de curarle un soldado herido hecho prisionero. Ibídem.
27.- José Luciano Franco. Ob. Cit. t. 2. p. 169.
28.- José Miró Argenter. Ob. Cit. t. 1. p. 118.
29.- Constantino Pupo Aguilera. Ob. Cit. p. 129.
30.- Museo Casa Natal de Calixto García. Fondo Documentos. No. 144.
31.- Conocedor Maceo de que en Santa Isabel de Nipe existía una imprenta de un periodista españolizante, ordenó al coronel Luís de Feria su incautación; orden cumplida permitiéndose la reaparición de El Cubano Libre como “órgano de los revolucionarios de oriente”. Este periódico se edito sin interrupción hasta la culminación de la guerra contra España. Su publicación retomaba la edición del periódico que había editado en la contienda anterior Carlos Manuel de Céspedes. Para la Revolución El Cubano Libre constituyo otro frente de combate contra la dominación española.
32.- Esta primera organización militar no estuvo exenta de contradicciones entre los jefes militares que integraron sus mandos. Miró al asumir la jefatura de las fuerzas holguineras lo hizo por encargo de Bartolomé Masó. La “imposición” de Miró, provoco una fuerte reacción de los hermanos Sartorio, al verse ellos desplazados en el mando que pensaban le pertenecía históricamente desde su liderazgo en el fallido alzamiento de Purnio en 1893. Por su parte, Miró sólo podía presentar como aval, sus conocimientos militares obtenidas en España y su labor protagónica en la dirección de los periódicos autonomistas en Holguín y Manzanillo. En la decisión de Máximo Gómez del 9 de mayo, de sustituir a Miró del cargo de Jefe de Holguín, tuvo mucho que ver lo dicho por Ricardo sobre Miró a Martí y a Gómez, al señalar que Miró había hurtado las fuerzas que le pertenecían a su hermano. Al frente de la brigada de Holguín fue puesto Ángel Guerra desembarcado con ellos en Playita de Cajobabo. A Guerra se le ordeno que procediera a organizar dos brigadas como se había hecho en la Guerra Grande, poniendo en ellas a los principales jefes de esta región que se encontraran en el campo. Pero de labios de Miró conocerán que fue investido del mando de Holguín por Masó y había dividido la brigada en dos, Oriental y Occidental, para poner en el mando de una de ellas a Luís de Fería Garayalde por poseer la misma graduación militar que él y ser uno de los principales caciques de la región. Gómez lo ratifica en el mando de la Brigada Occidental de la División y “con el destino de Jefe de operaciones en la zona que le sea más adecuada”. Por su parte Ángel Guerra sería jefe de la Brigada Oriental.
33.- Archivo Museo Ignacio Agramonte. Fondo 3er. Cuerpo. Leg. 8(1). No. 180.
34.- Ibídem.
35.- Ibídem.
36.- Ibídem. No. 161.
37.- Ibídem. No. 162.
38.- Ibídem, No. 159.
39.- B. Souza. Ensayo histórico sobre la Invasión. Imprenta del Ejército, Habana, 1948. Pp. 93- 95.
40.- En carta a Estrada Palma le dice: “urge sobre manera que para el día l5 del próximo mes de Octubre me remita Ud. mil armamentos de precisión, prefiriendo el Remington Calibre 43 con sus correspondientes dotaciones. Utilizando uno de los barcos fruteros de Banes”. Junto a esta posible vía, Maceo dejaba abierta dos posibilidades más, una por Baracoa y la otra por la costa sur de Oriente para que entrara el cargamento que solicitaba. Además pedía dos piezas de artillería de montaña, sistema moderno. Estos auxilios permitirían la marcha de la columna invasora a Occidente.
41.- Citado por B. Souza. Ob. Cit. p. 56.
42.- Ibídem.
43.- Juan Andrés Cue. Ob. Cit. p. 197.
44.- En la organización de los holguineros Miró tuvo enfrentamientos con el jefe de la División José M. Capote en cuanto al cumplimiento de la orden dada por Maceo: “Si el Coronel Miró en el cumplimiento de la autorización que le conferí no ha usado las buenas formas que todo militar está obligado a observar mucho más cuando trata con sus superiores jerárquicos, comprenderá Ud, que no es culpa mía. Yo solo comisioné para organizar el contingente que le correspondía, armado con armas de precisión y bien municionado, todo con armonía (sic) con las órdenes que tenía recibidas del Gral. Máximo Gómez; y a eso solo alcanza la autorización. Espero que Ud. con su buen juicio y atinado tacto sobre desvanecer la mala impresión que el acto del desarme ha causado en las tropas, haciéndoles presente que ese es un sacrificio más que se impone en bien de la patria, persuadiéndolas además de que no es ilusoria la esperanza que se les da de ver dentro de poco tiempo remediada la falta”. Juan Andrés Cue. Ob. Cit p. 201.
45.- Aisnara Perera Díaz. Antonio Maceo. Diarios de Campaña. Compilación, introducción y notas de Aisnara Perera Díaz. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana. 2001. p.11. Miró Argenter en sus Crónicas… plantea que fueron 350 hombres. t.2 p. 124.
46.- Enrique Loynaz del Castillo. Memorias de la guerra. Ciencias Sociales, La Habana, 1989. Pp. 218- 219.
47.- José Miró Argenter. Ob. Cit. t. 1. p. 132.
48.- Ibídem.
49.- José Miró Argenter. Ob. Cit. t. 1. p.134.
50.- Enrique Loynaz del Castillo. Ob. Cit. p.219.
51.- Ibídem.
52.- José Miró Argenter. Ob. Cit. t. 1. p. 158.
53.- Constantino Pupo. Ob. Cit. Pp. 137- 138.
54.- ANC. Fondo Donativos y Remisiones. Leg. 495. No. 10

21 de diciembre de 2010

Bijarú

El nombre de esta comarca, Bijarú, proviene de la abundancia de la planta de Bija u achote. Rú proviene de la lengua aruaca (primeros pobladores de la zona) que significa "entre ríos".


En Bijarú se produjeron hechos importantes de la historia de Cuba:
Ya enterado de la capitulación mambisa que daría fin a la Guerra Grande del 1868, el bravo General Antonio Maceo llega a Bijarú e instala su campamento en la hacienda El Solís (actualmente conocida como Machito) y desde alli se esfuerza por restablecer las comunicaciones con las zonas de Bayamo y de Jiguaní, y de entrar en contacto con las fuerzas cubanas que aún no habían firmado el Pacto del Zanjón, pero ya hay poco que hacer, las tropas cubanas andaban dispersas por la región.
Fue Bijarú donde se efectuó la primera reunión preparatoria de la gloriosa protesta contra el Pacto de capitulación, que se realizará días más tarde –15 de marzo de 1878—en la cual protagonizaría el general Antonio con un numeroso grupo de cubanos y demostraría ante el mundo la dignidad y la firmeza del pueblo cubano.
14 de julio de 1877. en Vallejo, cerca de Bijarú, el General Antonio Maceo tiene un encuentro con el teniente coronel Limbáno Sánchez. Limbano es de los que ha capitulado y labora para que otros jefes militares independentistas cubanos lo hagan, Maceo se le enfrenta, Limbano revólver en mano, Antonio con el pecho descubierto...En este encuentro Antonio Maceo estuvo a punto de perder su vida.

Monumento a Antonio Maceo en Bijarú


27 de mayo de 1895: El ahora Lugarteniente General del Ejército independentistas cubano, Antonio Maceo se encuentra en Bijarú, exactamente en la finca Godales, adonde lo alcanza la noticia de la caída en combate de José Martí. Inmediatamente Maceo comprendió la gran desgracia y el significado de aquella mala nueva. Junto a la noticia Maceo recibe la orden del Generalísimo Máximo Gómez de realizar una reunión con sus jefes y oficiales. Cita para el dia 31 con carácter urgente a su Estado Mayor y a las personalidades más importantes que se encontraban a su alrededor para darle forma al movimiento, conclave este que se recoge en la historia como "El Parlamento de Bijarú".
El tema a tratar seria la situación creada por la perdida de Martí, la formación del futuro gobierno, así como, el desarrollo de las futuras acciones militares.

Se dieron cita en Bijarú, bajo la sombra de un frondoso árbol de mango las siguientes personalidades.
General Quintín Banderas
General Ángel Guerra
Coronel José Miró
Coronel Jesús Rabí
Coronel Bienvenido Aguilera
Teniente Coronel Manuel de la Trinidad Ochoa (natural de Tacajó)
Comandante Juan Vicente
Procurador Rafael Manduley
Oficial Juan Monspons
Oficial Sánchez Corona
Oficial Palacios
Además participaron en aquella reunión, el abogado Juaquin Castillo, el Licenciado Mariano Sánchez, Castro Palmiro y otros miembros del Estado Mayor.

Parque de Bijarú




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Distancias desde Bijarú a otras localidades de importancia:
a Delicias:     6 Km
a Deleite:    7,7 Km
a Antilla:   14,5 Km

13 de noviembre de 2010

Concierto de Pablo Milanés en la Plaza de la Revolución de Holguín-12 de noviembre de 2010

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Pablo canta a los holguineros en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García - Fotos: Amaurys Betancourt

En este enlace puede oír o si lo prefiere, descargar el concierto de Pablo Milanés en Holguín Ir a descargar
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Pablo querido

Por Lidia Ester Ochoa (Tomado de Radio Angulo Digital)
Pablo, querido Pablo, parecían expresar los prolongados aplausos del público de Holguín, que acudió al concierto de la plaza Mayor General Calixto García y cantó los 15 temas que interpretó el fundador de la Nueva Trova y dio al bolero cubano nuevos aires renovadores.
No eran aplausos de cortesía, sino de gran emoción y nostalgia, pues para muchos fue el reencuentro en la misma plaza donde Pablo Milanés cantó 22 años atrás, y para los más jóvenes el tener el privilegio de ser espectadores y partícipes del concierto de un gran artista, que compone con inspiración y canta desde el centro del pecho.
Cuando Pablo apareció en el escenario el público lo acogió con grandes muestras de cariño. Entonces dijo el cantor que se sentía encantado de estar en esta ciudad, después de 15 años, ya que posteriormente a la Gira Nacional Amo esta Isla, de 1988, también ofreció otro concierto en el estadio de béisbol Mayor General Calixto García.
Concierto de Pablo Milanés en la Plaza de la Revolución Calixto García, en la ciudad de Holguín, Cuba. Foto: Amauris Betancourt“Revelaciones” fue el primer tema que interpretó, y después le siguieron “Si ella me faltara alguna vez”, “De que callada manera”, poesía musicalizada de Nicolás Guillén; Candil de nueve que cantó con el trovador Raúl Torres; “Se fue”, “No ha sido fácil”, de la serie de televisión “Algo más que soñar” y “Son para despertar una negrita”, dedicada a su hija Haydee.
A medida que avanzaba el concierto Pablo Milanés se iba entregando más al público que no dejaba de cantar y aplaudirlo. Así un coro gigantesco de más de 15 mil voces lo acompañó también en “El hombre”, “Fuego en la piel”, tema de la telenovela El Naranjo del Patio”; “Ámame como soy”, “Diario de Mauricio”, (de la película “Paginas del diario de Mauricio”) y “Matinal”, estas dos ultimas pertenecientes al disco “Regalo”, grabado en 2008, con Chucho Valdés.
El público cantó a Pablo Milanés sus más conocidas y hermosas letras. El delirio del público llegó a lo máximo con “Años”, “Yolanda” y “El breve espacio en que no estás", tres de las canciones de Pablo que más versiones han tenido. Estos éxitos de siempre que enriquecen la música cubana pueden expresar de alguna manera lo que ocurrió en el concierto de Holguín.
Quizás el amor no se refleje como ayer pero la admiración es la misma hacia Pablo Milanés, el hombre que compone canciones con todo el amor del mundo para que surja la mujer que enaltece sus sentimientos, el artista que merece breves y grandes espacios y el pueblo que lo prefiere más cercano y menos compartido.
Milanés recibió el Angelote y el Aldabón de la Periquera de manos de las autoridades del municipio de Holguín. Foto: Amauris BetancourtEl concierto de este noviembre fue también, como hace más de 20 años, un encuentro inolvidable entre Pablo Milanés y el público holguinero de todas las edades, y bastaron los primeros acordes y las primeras palabras para que el cantor y el pueblo se identificaran plenamente.
En reconocimiento a su trayectoria artística, Pablo Milanés recibió durante el concierto las replicas del Aldabón de la Periquera, máximo símbolo de la ciudad de Holguín, y el Angelote, símbolo del arte y la literatura, entregadas por Vitaliano González, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular y Ricardo Ronda, director Municipal de Cultura, respectivamente.


Pablo otra vez...
Por: Yordanis Ricardo Pupo (Tomado de Baibrama, web de la Dirección de Cultura en Holguín)
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Pablo otra vez...
Yordanis Ricardo Pupo (Tomado de Baibrama, web de la Dirección de Cultura en Holguín)



Las luces de la Plaza se van apagando poco a poco. Cientos de personas caminan en todas direcciones. Unos bromean con el amigo que hacía los coros entre la multitud, otros se quedan a beber cerveza en el parqueo del Estadio… pero todos recuerdan los momentos más importantes de esta noche “maravillosa”, en la que varias generaciones de holguineros se encontraron, o reencontraron, con Pablo Milanés, una de las voces más conocidas de la Nueva Trova cubana.
El trovador vuelve a Holguín después de quince años de ausencia, como parte de una gira que llegará a las principales ciudades de la Isla –ahora por el oriente, y a principios del 2011 por el centro y occidente-. Un día antes de su concierto recibe a la prensa en una suite del hotel Pernik, adelanta detalles de la presentación aquí, habla con pesar de los discos que ya no hará, de los que está preparando, de la política nacional y los trovadores jóvenes, a quienes considera excelentes. 
Desde allí, en un quinto piso, Pablo mira de reojo la Plaza de la Revolución, donde cantaría en pocas horas, y tal vez siente miedo. Es difícil llenar ese espacio, donde tradicionalmente ocurren los sucesos políticos y culturales más importantes de la Ciudad cubana de los Parques. ¿Llenaré la Plaza?, parece preguntarse.
La esperada noche sucede como en Guantánamo y Bayamo: su público de todas las edades acude en masa –porque todos, absolutamente todos los cubanos conocemos a Pablo Milanés; hemos crecido odiándolo o amándolo, pero ninguno lo ha ignorado.
Y quienes lo aman, que suman miles en esta tierra –y millones en todos los continentes-, están aquí, para escuchar sus temas antológicos y parte de lo que ha hecho en los últimos años, que por desgracia se conoce menos, a pesar de que el desarrollo de la tecnología debería llevarnos por el camino contrario.
En el opening, la orquesta acompañante rememoró fragmentos de su vasta obra –todos sabíamos de que canción se trataba cada fragmento-, y el trovador apareció sin mucha pompa, saludó al público que lo ovacionaba y comenzó a rasgar en su guitarra las notas de “Revelaciones”.
Entre los aplausos aparece un locutor, lee parte de su biografía  –como si hiciera falta-, y anuncia solemnemente que, “por su esfuerzo y consagración y ser un hombre que hace la historia de la cultura cubana”, el Gobierno de la ciudad y la Dirección Municipal de Cultura le entregan las réplicas de El Aldabón de La Periquera y El Angelote. 
Pablo agradece el gesto –posee el Hacha de Holguín desde hace un buen tiempo, máxima distinción que se entrega aquí-, y responde con “Si ella me faltará alguna vez”, nostálgica canción que puede hacer referencia a un amor perdido o a la propia Patria, de la que pasa tanto tiempo alejado. 
Le sigue la versión musicalizada del poema “Canción”, de nuestro Poeta Nacional Nicolás Guillen: “De qué callada manera”. Y sonríe, indudablemente disfruta este reencuentro con sus compatriotas, que no pueden asistir a los tradicionales conciertos de fin de año que ofrece en La Habana.
Ahora le acompaña Raúl Torres, su inseparable coterráneo, con ese “Candil de nieve”, que ilumina nuestras trasnochadas madrugadas, y al amanecer se convierten en un “Se fue”, que da paso a “No ha sido fácil”, de la serie televisiva Algo más que soñar, para recordarnos de aquellas cosas hermosas que hizo esa generación formada con la Revolución, que “están ahí, aunque otras se han perdido, estancado”.
Luego el “Son para despertar a una negrita”, regalo para su hija Haydée cuando era una bebita y aun no podía sospechar lo orgulloso que estaría de ella y de Lynn, su otra hija, porque ambas “se han abierto camino en la música solas, sin siquiera pedir mis consejos…”, y tienen bastante éxito en el panorama nacional.
Con “Para mover su mundo”, trae a la memoria los héroes anónimos de El comando del silencio, recreación televisiva de esos hombres inconformes con el presente, que no “se sientan a ver el fruto de su acción”, la versión moderna de los Cinco cubanos presos en cárceles estadounidenses por defender a su país del terrorismo, hombres gracias a los cuales la Revolución ha sobrevivido más de cinco décadas.
Pero Pablo, más que revolucionario –aunque hoy parezca lo contrario-, es un poeta que rinde tributo a sus raíces. Por eso no podían quedarse callados los tambores africanos, los cantos a los orishas de sus abuelos –y nuestros.
Dedica “Identidad” a la juventud cubana, exhorta otra vez a tener la “verdad como bandera, la inconformidad con lo mal hecho”, quizá porque sigue creyendo que a los años que se fueron prefiere los que vinieron...  
“Fuego en la piel” –de la telenovela El naranjo del patio-, y “Ámame como soy” –banda sonora del filme Una novia para David-, cierran la primera hora del “recuerdo” y preparan el camino a dos temas de Regalo, su más reciente producción discográfica: El diario de Mauricio –también de una película cubana-, y “Matinal”; una nueva época, nuevas nostalgias.
“Años”, porque “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos” –quizás otro de los miedos del cantautor, como de cada ser humano-, y “Yolanda”, pedida a gritos por el público hace un buen rato, la canción de amor más popular de la Nueva Trova, indican la llegada del final, acompañadas por un exquisito violinista.
Pero no, a Pablo no le basta que la gente le grite –como en su canción-, “te amo, te amo, eternamente te amo”. Antes de dejar descansar su guitarra, vuelve a la carga con “El breve espacio en que no estás”. Maravilloso final, porque ¿quién no ha tenido un amor prohibido?, ¿quién no ha conocido a esa persona, imperfecta, pero cercana a lo que simplemente soñó?
Así es Pablo Milanés, un cantor de los placeres y angustias humanas, de la Patria que construimos y merecemos. Y los holguineros, los cubanos todos, agradecemos estos regalos musicales que nos han acompañado de generación en generación por más de tres décadas.  


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Un gran reto fue lanzado al cantautor este miércoles 10 de noviembre (2010) en Bayamo: Pablo todavía le debe una canción a las mujeres bayameses...
"Lo que sucede es que tengo antecedentes tremendos, después de las bayamesas de Sindo Garay y de Fornaris, he intentado hacerla pero me da pena, me da vergüenza, pero ése es un reto formidable, muy lindo."
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10 de noviembre de 2010

Donde las arenas son más diáfanas


Por: Gabriel Pérez
 Cada siete de diciembre en la Catedral de San Isidoro, la iglesia de San José o la Parroquia Nuestra Señora de la Caridad de Vista Alegre, a las seis de la tarde, un sacerdote ruega por el alma de quien fue el enfant más terrible de la historia holguinera, un hombre que se marchó dramáticamente de este mundo, en 1990, suicidándose con una sobredosis de barbitúricos en su solitario apartamento de Manhattan.
Reinaldo Arenas

Oneida, su madre, es una gran lectora, nació en parajes bucólicos que rodean la ciudad. Entre los libros que alcanzo a ver en un stand de la casa sita en calle 10 de Octubre, en la Ciudad de los Parques, se encuentran: Balzac, Víctor Hugo, La Biblia... Ella está cumpliendo años esta tarde gris en que conversa, nostálgica pero lúcida, con la misma diafanidad del primer día. El médico diagnostica que los calambres y su desequilibrio al caminar se deben al Mal de Parkinson. La catarata se está haciendo sentir en sus ojos ávidos de lectura. Y cerca de sus manos, pero lejos de su corazón, hay maletas...
Tanto ha cambiado el panorama dejado por nuestro escritor el 4 de mayo de 1980 que en la ciudad existe, como evidente homenaje al personaje más significativo de la novelística holguinera, un certamen auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz bajo el nombre de Concurso Celestino de Cuentos.
 - Hay mareas constantes en la vida, obra y muerte de Reinaldo. Pero el mar de Gibara está de fondo en muchas de sus descripciones de otros mares. Allí tuvo su prístino baño frente al Atlántico, yendo hasta él de manos de la abuela Toña.
Oneyda, madre de Reynaldo Arenas
- Ese día había ido a Gibara con el círculo de abuelos en el que yo estaba en esos tiempos, y cuando llegué a mi casa... no ese día, porque ese día no me lo dijeron, pero al otro día me dijeron que mi hijo había muerto. Y juré que nunca más volvería a Gibara. Yo me había ido para Gibara pensando en él, porque siempre lo recordaba cuando veía los paisajes campesinos. A él le encantaba el campo. Yo venía ese día tan triste. Y era eso, mi hijo estaba muerto.
Recuerdo que estuve gritando tanto por la muerte de mi hijo como nadie es capaz de considerar, porque él luchó y pasó tanto trabajo y nunca fue feliz. Siempre se sintió triste. Solitario. Él iba mucho a Gibara. Y en La Habana, como vivía cerca del mar, siempre estaba en el mar. Se pasaba la vida allí, en el mar.
- Conozco a mucha gente con la inquietud de saber las opiniones albergadas en el alma de una madre, que puede considerarse una gran lectora, sobre un hijo escritor que ha dejado una de las literaturas más polémicas y controvertidas de los últimos tiempos...
- De las cosas que él escribía lo que más me gustaban eran sus cuentos, eran cuentos sanos, de un niño sano. Yo he perdido una revista Unión donde él publicó sus primeros cuentos: La punta del Arcoiris, Con los ojos cerrados, y otros que no recuerdo ahora.
Me gustaban más sus cuentos que las novelas. Las novelas eran más crudas. Más duras. Y los cuentos eran de un muchacho sin esa maldad que adquirió en La Habana. En La Habana había mucha maldad.
Cuando triunfó la Revolución él sintió que aquello era lo más grande que había ocurrido. Que al fin iba a ser lo que él siempre había anhelado. En Holguín todo el mundo lo quería. En La Habana tuvo amistades buenas, pero también muchas amistades malas. Hay gente que le hace sombra al otro y no cesa hasta acabar con él...
- Reinaldo, durante sus cuarenta y siete años vivió en ciudades que van desde Holguín, La Habana, Miami, hasta Nueva York... en ninguna se sintió completamente a gusto. Es archiconocida su definición de Holguín como "una inmensa tumba, con sus casas bajas simulando panteones castigados al sol..." ¿Usted se marcha de nuestra ciudad?
- Es necesario. Holguín es una ciudad muy bonita, pero con mucho abandono. Nosotros hemos sido muy holguineros, todos los hermanos. A Reinaldo le gustaba Holguín también. Lo que pasa es que en La Habana vio más oportunidades. Yo viví en los Estados Unidos pero regresé y ya siempre me quedé aquí en Holguín. Juré que ya había pasado bastante trabajo en mi vida y que mi hijo no iba a pasar lo que yo sufrí... Porque lo más triste que hay es la ignorancia. Me duele que me sacrifiqué y nunca fue feliz. Él fue pobre, pero nunca con miseria. Y no fue feliz.
Uno tiene que ser en cada momento lo que en cada momento sea necesario, como dijo Martí, y es verdad. Yo siento muchísimo irme, pero mi hermana Onelia se va y yo siempre he vivido cerca de ella. Ella se va, su hijo es periodista y vive en La Habana, y yo no sé qué sería de mí si me quedara sola sin ella.
Mi hijo nunca quiso que yo me fuera a vivir para La Habana. Él decía: "Quédate en Holguín siempre, que Holguín es muy tranquilo". Pero la vida va cambiando de acuerdo a las circunstancias, y hay que asumirla.
- Después que Reinaldo dejó la Isla, partiendo en 1980 por el puerto de El Mariel, ¿volvió a encontrarse con él fuera de Cuba?
- La primera vez que fui, lo vi de lo mejor. Estaba contento. Trabajaba bien. Me ayudó a comprar algunas cosas para la familia. Me dijo que tenían buena acogida sus libros, sus conferencias...
Después, la última vez que fui lo hallé muy mal. Yo le dije: "Tú estás enfermo, Reinaldo". Y él me dijo que no, que estaba bien, que eran ideas que yo me hacía... Hasta última hora, me lo negó.
Cuando él estaba en La Habana y lo visitaba, yo regresaba para Holguín llorando en la guagua. Veía a mi hijo tan triste, era terrible cómo yo sufría al verlo así, solitario, apartado de todo el mundo. No quería tener amistades. Estaba tan amargado, con tan mal carácter. Los últimos días de mi hijo deben haber sido de mucho sufrimiento, como casi toda su obra.
- En el libro Termina el desfile hay un cuento: La madre y el hijo, en el que un personaje dice: "Deberías leer menos. O no leer nada. Eso hace daño..." ¿Cuáles son los recuerdos que mejor conserva del niño escritor-lector?
- Lo recuerdo escribiendo en los árboles, escribiendo en papeles de regalo, en cualquier papel que caía a su alcance. No sé qué cosas escribía, pero era una obsesión que lo hacía diferente. Yo siempre supe que él iba a ser diferente de todos. A él le gustaba tanto leer. Él comía con un libro en la mano. Al lado de la comida, un libro. Su vida era leer, leer, leer.
Yo no he podido leer todas sus cosas. Hay cosas muy fuertes. Las empiezo a leer y paso unas cuantas páginas para seguir leyendo. Me gusta lo que dice de sus viajes, sus amistades. Pero después tiene cosas tan pesadas, tan terribles, habla mal de la familia, cosas que no son ciertas. Esas son cosas negativas. Sin embargo, tiene muchas cosas bonitas, de sus amistades, sus viajes por los Estados Unidos. Él dice que llegó allí huyendo del comunismo y se encontró con un pueblo sin alma.
- Refiriéndose a la primera novela de Reinaldo, el poeta Eliseo Diego dijo que se trataba de un hallazgo prodigioso… antes de convertirse en el personaje mítico de nuestra literatura, ¿quién fue Celestino?
- Reinaldo se inspiraba en los nombres de la familia. Cuando a él le publican Celestino antes del alba, yo estaba en Holguín. Celestino fue un tío. El tío más querido en la familia, el hombre más honesto del mundo. El tío que más lo quiso a él... Celestino murió en la calle Cervantes, aquí en Holguín, después de un infarto al miocardio… Un día, mi hermana pasó un telegrama desde La Habana diciéndonos que a Reinaldo le habían dado la Mención de honor por su novela.
A él lo ayudó mucho Camila Henríquez Ureña. Yo tenía en casa un libro escrito por ella donde hablaba muy bien de Reinaldo. También Lezama Lima. Pero cuando él odiaba, odiaba de una manera terrible. Eliseo habló bien de él. Pero él se amargó tanto que también habló mal de Eliseo Diego. Eliseo dijo que una vez él fue a Rusia por un amigo que lo invitó y cuando regresó, Reinaldo le reprochó su viaje a Rusia.
También Delfín Prats. Delfín es un gran poeta, lo que pasa es que es medio loco. Es una buena persona. Es noble, sencillo como no hay otro. Lo que pasa es que él ha vivido siempre muy solo, en mucho abandono. Mi hijo y él tenían muy buena amistad, con sus problemas, como es natural. Delfín es muy bueno, pero ya te digo, es algo loco.
- ¿Qué suerte ha corrido la madre de un escritor cuya vida y obra han sido llevadas, incluso, hasta Hollywood? ¿Qué significan para Oneida Fuentes Rodríguez, las palabras: derecho de autor?
- Nada he recibido ni por su película ni por los libros. Lo que más desearía es volver a ver a mi hijo, te lo he dicho varias veces que sueño con reencontrarme con él. De España, de Francia y de los Estados Unidos hay gente maravillosa que me escribe y me da aliento. Margarita y Jorge Camacho, por ejemplo. Ya murió Roberto Valero en Washington. Alberto Lauro también se comunica conmigo desde Madrid. Y Luis Marcelino, un poeta de aquí que vive en Miami. Pero los derechos de mi hijo yo no sé en qué han parado. Yo creo que todo está detenido.
-Before night falls es el título en inglés de la película basada en la autobiografía Antes que anochezca…
- La autobiografía la hizo él. La película no. Unos dicen que la hallan bonita y otros dicen que no tiene nada que ver con mi hijo... Pero eso es como todo. Cada cual sacará su propio partido. Antes de la película, cuando él estaba lejos de la muerte, ya era así. Tal vez la película hubiera tenido más suerte si la hubieran hecho aquí, quienes lo conocieron en su dolor más grande, sus días en la cárcel, y ese desasosiego por todo que lo mantenía tan ansioso, siempre luchando, buscándose problemas.
Oneida está preocupada. Si las cenizas se pierden, se perdería la última huella del cuerpo de su hijo en Manhattan... Lázaro, amigo de confianza en la "aventura" de 1980 se ha comprometido en salvarlas.
- Él fue cremado como pidió en su testamento. No he sabido nada más. Sólo que sus cenizas están guardadas en Nueva York. Yo hubiera querido traerlas para Holguín, guardarlas aquí, pero no me lo permiten... y eso me causa una gran preocupación. No sé si de verdad las tienen guardadas. Lázaro, su amigo, no me contesta. Yo le he escrito varias cartas pero nunca me ha contestado. Él debe tener las cenizas, pero quién sabe. No es cuestión de caprichos. Creo que al menos sus cenizas tengo derecho de reclamar. Yo creo que pensándolo bien ya lo he perdido casi todo.
- ¿Cómo desea despedirse de los lectores de su hijo sabiendo que, sin dudas, son muchos en esta ciudad y más allá de sus colinas?
- Deseándoles mucha felicidad. Y, que aunque sea algo tarde, les agradezco que hayan reconocido la obra de Reinaldo aquí. Y que se quede en la memoria de los holguineros, sobre todo, su obra y todo lo que se quedó inconcluso. Todo lo que él quiso hacer y que ya el tiempo no le alcanzó. Les agradezco que lo admitan y les deseo muchas felicidades.
Tomado de El Caimán Barbudo

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