«Cuba tiene todavía un tesoro abandonado por el blanco que lo ignora, por
el negro que lo esconde, por el presuntuoso ignorantón que lo desprecia».
Don Fernando Ortiz
¿No hubo
congos en Holguín?, sí, los esclavos de origen congo fueron mayoría entre los
esclavos de Holguín.
En el
museo provincial “La
Periquera” hay evidencias documentales de que en la primera mitad del
siglo XIX sesionaban dos sociedades de negros en la región, “La Cachaza” (1840)
y “La Espuma”.
A ellas pertenecían esclavos y libertos mayormente de
procedencia conga. Asimismo se tiene constancia de que en el seno de estas
sociedades se realizaban prácticas religiosas correspondientes al Palo Monte.
Dice de
ellas el historiador Juan Albanés: “Era una de las funciones de las Sociedades celebrar
las festividades de Los Reyes Magos. Durante los días 6, 7 y 8 de
Enero se organizaban parrandas,
bembés y se coronaba con una hermosa
joya de plata al Rey de los Congos. Este, a su vez designaba a sus Duques,
Condes, Reina, y a toda su corte, que mantenían esos rangos hasta transcurrido
el día 8”… (Albanés, 1947, p.49).
Por su
parte el Dr José Vega Suñol en su libro “Región e identidad”, (que ya es un
clásico de este tipo de estudios), asegura haber leído textos pertenecientes al
año 1864 en los que se autoriza por el Gobierno local a negros residentes en
Holguín para formar un cabildo de congos; para ser más específicos, se autoriza
a formar cabildo en la casa de Agustín Aguilera. Dicen los documentos que dicho
cabildo sesionó por vez primera el 6 de enero de ese año.
Narra el
Dr Vega, además, que se conserva entre los viejísimos papeles de Holguín una
carta respuesta del Comisario de Policía con fecha 3 de noviembre de 1864 y
dirigida a la Reina Conga
María de Jesús Moreno. En ese documento hay evidencias implícitas de que
entonces ya se practicaba el Palo Monte en Holguín, y que era Manuel Rodríguez
una de las figuras religiosas más destacadas de la comunidad conga de esta
comarca.
Lastima
que es lo anterior lo único que se sabe de las prácticas paleras en el Holguín
colonial. Los principales conocedores del tema coinciden en que los principales
y más conocidos paleros de esta región fueron esclavos de Rafael Lucas Sánchez,
dueño del ingenio Santa Lucía y, por lo tanto, que fue esa parte holguinera
cuna de Palo Monte holguinero.
Según los
informantes de Zunilda Cuenca y Felipe Abella, autores del texto “El pájaro
que habla (Espíritus, ochas y
brujos en
Holguín), de 1992, en el Santa Lucía “había años en que la molienda comenzaba
con un toque de tambor”, dedicado a las
deidades africanas y se sacrificaban animales, como parte de las ceremonias que
protagonizaban los esclavos para atraer la buena suerte y que la zafra fuera un
éxito.
Por la
descripción que se hace de estas dichas ceremonias que se conservan en los archivos que pertenecieron al ingenio es fácil
de comprobar que en el Santa Lucía lo que se practicaba era Palo Monte,
criterio corroborado por otros muchos conocedores o practicantes de la
actualidad que, además, afirman que la religión de los congos esclavos del
ingenio se diseminó por los poblados aledaños “y todavía por allá quedan los
cuatro brujos.”
Como resultado del crack de los años veinte, el ingenio se desintegró y la población de las inmediaciones se desplazó hacia distintas partes de la región, principalmente hacia el área comprendida por el actual municipio de Holguín, que era donde mayores posibilidades de empleo y desarrollo económico existían en aquel momento. Presumimos que este hecho propició la expansión de estas manifestaciones religiosas hacia el territorio.
Los
primeros practicantes de Regla Conga en Holguín
provenían del batey del ingenio Santa
Lucía: Taita Roque, José
Capitán, Ma Pancha
y quien no había sido mencionado hasta ahora en la papelería holguinera que se
dedica a Palo Monte, Don
Miguel Campos de la Cuadra,
más conocido como “el misionero”. Este personaje conserva una historia que ha llegado a formar parte de
las leyendas locales y que está conectada a una de las casas paleras más antiguas de
la ciudad.
En el imaginario del holguinero hay una breve
leyenda relacionada con la práctica de la Regla Conga o Palo
Monte que pudimos reconstruir a retazos. Ocurrió en el centro de la ciudad,
exactamente en la casa del Teniente Gobernador donde había una esclava domestica
que, prácticamente de Palo Monte, vivía rodeada de un numeroso séquito de
ahijados. Dice la memoria popular que el Teniente Gobernador, que tenía un
romance con esa esclava, un día la mandó a asesinar. Muerta la negra y para evitar que las ngangas
fueran destruidas, sus hijos religiosos las llevaron a distintas partes de la
ciudad y las enterraron. Hace poco tiempo se encontró “algo” que, se supone,
sea una de aquellas prendas o ngangas. (Lamentablemente la Aldea no está autorizada a
revelar más información acerca de este hecho). Lo que sí sabe todo el mundo en
Holguín es que hay muchas personas que juran ver en el traspatio de la casona
de los Tenientes Gobernadores españoles en Holguín apariciones asociadas a
dicha mujer palera.
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