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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

10 de julio de 2009

Vivir en la literatura/Bio-bibliografía del poeta y escritor holguinero Ronel González Sánchez

Este segmento de la Aldea está tomado de la bio-bibliografía de Ronel González confeccionada por Ana Li Pérez. El texto completo se encuentra en la sala de fondos raros y valiosos de la Biblioteca Provincial Alex Urquiola de Holguín y en la Biblioteca Nacional José Martí de Ciudad de la Habana.
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Hablar de poesía en Holguín significa aludir a uno de los más sólidos movimientos expresivos de la Isla. Por el interés que despierta, selecciono la figura joven más importante: Ronel González Sánchez, quien dentro de ese fenómeno posee ya una obra que lo sitúa, al decir del crítico Virgilio López Lemus, entre las nuevas voces cubanas más representativas de finales del siglo XX en Cuba.
La bibliografía personal es un valioso instrumento de consulta para recuperar la información originada por un autor o sobre él. Particularmente, por ser Ronel una personalidad literaria, este repertorio se confecciona con el objetivo de brindar referencias bibliográficas sobre su obra, actualizarla documentación relacionada con la literatura cubana, específicamente holguinera y demostrar cómo un joven talento puede evidenciarse aún con las limitaciones editoriales vividas en Cuba en los años 90 de la centuria XX.
Para la recolección de los documentos se comienza con una investigación exhaustiva, compilando libros y artículos incluidos en publicaciones seria-das, existentes en el fondo de la Biblioteca "Alex Urquiola" y en el archivo del autor.
Preceden a esta colección unos apuntes biográficos del poeta, hechos que confirman su labor artística.
Nació en Holguín el 4 de abril de 1971 y fue a residir a Caguairanal, zona rural distante a 8 kilómetros del municipio de Cacocum. Aunque su nombre es el mismo de un destacado maestro de su pueblo natal, proviene de la región francesa de Tarn, situada en los Pirineos Centrales.
Cursó sus primeros estudios en las escuelas Argelio Vega Castellanos (Caguairanal), Expedicionarios del Corinthia, 28 de septiembre y la ESBU Gilberto González Rojas, estas últimas de Cacocum.
A los ocho años, viviendo ya en el poblado de Cacocum y cursando el tercer grado, escribe sus primeras poesías a raíz de los sucesos del puerto habanero del Mariel, y a los doce crea por vez primera una décima, tomado como modelo del libro Décima y folclor del Indio Naborí, iniciando un proceso de aprendizaje, que incluiría cientos de espinelas, poemas y sonetos, antes de publicar su cuaderno inicial.
Junto a su madre Reina Sánchez, fue fundador del Taller Literario Miguel González Miranda, de Cacocum, en 1984, y participó en esporádicas tertulias; hasta que, en 1985 obtuvo Primera Mención en décima, en el XII Encuentro- debate Provincial de Talleres Literarios, hecho que iluminó el camino literario escogido por él definitivamente.
Al año siguiente, participó en la Asamblea Nacional Pioneril 25 Aniversario, antecedente de los congresos pioneriles cubanos e inició los estudios preuniversitarios en el IPVCE José Martí de Holguín. Obtuvo Mención en poesía y Primera Mención en literatura para niños, en el Premio de la Provincia; Primera Mención en poesía para niños en el XIII Encuentro- debate Nacional de Talleres Literarios; y Mención en este mismo género en el concurso "Ismaelillo", de la UNEAC. En 1987 recibió Primera Mención en poesía, en el Premio de la Provincia, Primera Mención en el Concurso Provincial de la Asociación Hermanos Saiz Nueva Primavera, Mención en décima en el Encuentro- debate Nacional de Talleres Literarios, Mención en poesía para niños en el concurso Ismaelillo de la UNEAC y fue seleccionado por la AHS entre los diez artistas jóvenes más laureados del país en ese año.
Obtiene en 1988, el Premio de poesía del Concurso Provincial Nueva Primavera; Primera Mención en el premio Adelaida del Mármol de las provincias orientales; Mención en poesía en el concurso David de la UNEAC y Mención en décima en el XIV Encuentro- debate Nacional de Talleres Literarios.
En 1989 aparece publicado, sin su consentimiento, Si los gorriones olvidaran el cielo, en la Colección Bahías de las ediciones de la Casa del Joven Creador de Ciudad de la Habana, su primer cuaderno de poesía. Alcanza Mención en el concurso Adelaida del Mármol, Premio en poesía y Primera Mención en décima en el XVI Encuentro- debate Nacional de Talleres Literarios. Participa en el XIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Pyongyang, R.P.D. de Corea. En septiembre comienza la Licenciatura en Historia del Arte, en la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se le otorga el Premio de Poesía José María Heredia, que entonces convocaba la Filial de la UNEAC de Santiago de Cuba para las provincias orientales, en 1990 y 1991; por las obras Los juicios de la sombra y Sagrados testimonios, respectivamente, publicándose sólo este último en 1995 por la Editorial Oriente. Las Ediciones Holguín publican en 1990 Reflexiones de un equilibrista, en la colección Antología Mínima.
En 1991 recibe Mención en el premio David y el Premio de la Ciudad de Holguín en décima, con su libro Algunas instrucciones para salir del sueño. Es seleccionado aficionado destacado de la FEU. En este año contrae matrimonio con su compañera de aula Lilliam Susel Zaldívar de Los Reyes y se establece en el reparto Abel Santamaría de Santiago, donde se publica, en 1992, su plaquette Días del hombre.
Nuevamente en 1992 recibe el Premio de la Ciudad de Holguín, pero esta vez en décima y en literatura para niños, publicándose sus obras Todos los signos del hombre y Un país increíble. Nuevamente es seleccionado aficionado destacado de la FEU, a nivel nacional.
Por su parte, 1993, es un año particularmente importante para su obra: obtiene el Premio de la Ciudad, por tercera vez, con Dictado del corazón (décima); el premio Regino Boti, convocado desde Guantánamo para los autores de las provincias orientales, en cuento para niños, con Doceleguas; y una Mención por su poema «El viento», en el concurso Encina de la Cañada, de la Asociación Prometeo de Poesía de Madrid. Además, en el Concurso Nacional 26 de Julio de las FAR obtiene menciones en décima y poesía; en el certamen Manuel Navarro Luna convocado por la institución homónima de Manzanillo recibe Primera Mención en poesía y en el José María Heredia recibe Mención. En marzo de este año ingresa en la UNEAC.
Nuevamente en 1992 recibe el Premio de la Ciudad de Holguín, pero esta vez en décima y en literatura para niños, publicándose sus obras Todos los signos del hombre y Un país increíble. Nuevamente es seleccionado aficionado destacado de la FEU, a nivel nacional.
En 1994 se le otorga el Premio de la Ciudad, nuevamente en décima y en poesía, con Rehén del polvo e Incendio y otras historias. Termina la enseñanza superior obteniendo Título de Oro y la condición de Vanguardia en Cultura.
Divorciado de su primera esposa, al concluir los estudios universitarios se traslada para la ciudad de Holguín y comienza a trabajar como investigador sociocultural en la Casa de Iberoamérica. Comienza 1995 con Segunda Mención en el Primer Concurso Nacional de Décimas de amor, convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima, de Las Tunas; Primera Mención en poesía para niños en el concurso nacional La Edad de Oro; el Premio Nacional 17 de Mayo, de la ANAP. Obtiene, además, el Premio Nacional Cucalambé por el libro El mundo tiene la razón, coescrito con José Luis Serrano, poeta con el que había comenzado a participar en la vida literaria de la ciudad de Holguín en 1994; recibe, además, el Premio Nacional de Décima Mural, con su poema «Mi casa se halla entre el día y el sueño» y en Octubre recibe el Segundo Premio de poesía en el concurso internacional Jaime Gil de Biedma, que convocó la Asocia­ción de Jóvenes Escritores Españoles (ASEJE), de Alcalá de Henares.
En 1996 se divorcia de su segunda esposa Ana Li Pérez Pérez, con la que había contraído matrimonio seis meses atrás. Recibe el Premio Nacional de poesía Delia Carrera, convocado por la Asociación Jovellanense de La Habana y la UNEAC; además, obtuvo el Premio Santiago de ensayo para las provincias orientales y se publicaron sus libros Sagrados Testimonios y El mundo tiene la razón. Fue condecorado en la ciudad de Las Tunas con la Medalla Cucalambeana en su edición dorada.
En 1996 obtuvo los premios de décima Raúl Gómez García que convoca el Sindicato de la Cultura y el premio Rubén Martínez Villena de la CTC Nacional, y resultó seleccionado entre los artistas holguineros más destacados del año. Comienza noviazgo con Nancy Ivette Borrego Carbonell con la que contraerá matrimonio en 1998.
En 1997 recibió nuevamente el Premio Nacional de Décima 17 de Mayo, el Premio Nacional de Ensayo José Antonio Portuondo que convocó el Sectorial Provincial de Cultura de Las Tunas por un trabajo acerca del poeta holguinero Delfín Prats; el Premio Nacional de Poesía Regino Pedroso que convocó el Periódico Trabajadores y el Premio Especial de la UNEAC en el mismo concurso.
En enero de 1998 se presentó en la Feria Internacional del Libro de La Habana su poemario Desterrado de asombros. En mayo las Ediciones La Luz de la AHS publicaron su selección Zona franca y, por su labor literaria, fue distinguido con la réplica del Escudo de la Provincia de Holguín. En mayo recibió el Tercer Premio Nacional de Décima del Festival Cubano- Canario que convocó la Asociación Canaria de La Habana. En este año obtuvo además Primera Mención en Poesía en el Concurso Internacional de la revista Carta Lírica (Estados Unidos) y en octubre fue distinguido con la réplica del Aldabón de la Periquera, símbolo de la Ciudad de Holguín. En 1999 se presentó en la Feria Internacional del Libro de Miami, Estados Unidos, su libro de sonetos Consumación de la utopía, prologado por el poeta Francisco Henríquez y publicado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. Ese mismo año fue reconocido como Personalidad por el Ministerio de Cultura de Cuba.
En el 2000 las Ediciones Unión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba publicaron su selección de décimas La furiosa eternidad, libro prologado por Virgilio López Lemus y con palabras de contracubierta de Jesús Orta Ruiz el Indio Naborí. Ese año recibió el tercer Premio en el Concurso Internacional de la Revista Carta Lírica y comenzó a trabajar como metodólogo de literatura en el Centro Provincial de Cultura Comunitaria.
En el 2001 recibió el Premio del Festival Cubano-Canario de la décima de la Asociación Canaria de La Habana, el Premio del Concurso Internacional de Poesía Nosside convocado por el Instituto Bossio de Italia, el Premio Nacional de Investigaciones Memoria Nuestra durante las Romerías de Mayo de Holguín, Segundo Premio en el Festival Nacional de la Radio en el género Programa, de mejor reflejo de la cultura cubana, con una muestra de su programa fundado en el 2000 «Viajera peninsular» dedicado al Indio Naborí y, por su labor intelectual, el Ministerio de Cultura de la República de Cuba le otorgó la Distinción por la Cultura Nacional durante el Primer Congreso de la Asociación Hermanos Saiz.
En enero del 2002 fue reconocido como Hijo Destacado de la Ciudad de Holguín durante la semana de la cultura holguinera y la Editorial Oriente de Santiago de Cuba presentó en la Feria Internacional del Libro de la Habana y de varias provincias su poemario para niños El arca de no sé, impreso en Colombia. En abril del mismo año el Frente de Afirmación Hispanista de México publicó Antología de sonetos cósmicos de Raúl Hernández Novás con prólogo suyo, y regresó a trabajar nuevamente como investigador sociocultural en la Casa de Iberoamérica. En septiembre se divorcia de Nancy Ivette Borrego.
En diciembre de ese año obtuvo Gran Premio a la maestría artística, Premio al mejor programa cultural, Premio en guión de programas culturales, Premio en guión Venga la esperanza de la AHS y Premio de la Casa de Iberoamérica en el XVI Festival Provincial de la Radio. En la feria del libro de la Semana de la cultura holguinera, realizada en enero del 2003 se presentó su investigación Selva interior, estudio crítico de la poesía en Holguín (1862-1930) coescrito con Zenovio Hernández y Anicia Cruz y publicado por Ediciones Holguín; en febrero se dio a conocer su Antología de la décima cósmica de Holguín, publicada en México por el Frente de Afirmación Hispanista y en julio apareció La resaca de todo lo sufrido, decimario coescrito con José Luis Serrano y publicado en Santa Clara por la Editorial Capiro. Publicó, además, La inefable belleza por Ediciones Holguín y el folleto Holguín, ínsula embrujada por las Ediciones del Taller de papel de Holguín. Ese año obtuvo Mención en el Festival Nacional de la Radio y en el Premio de la Ciudad por un programa «Viajera peninsular» dedicado a las décimas escritas por Faustino Oramas (El Guayabero), Premio en el Segundo evento provincial de investigadores jóvenes, Segunda Mención en la única edición del Premio Especial Bi-centenario de José María Heredia, convocado por la Editorial Oriente de Santiago de Cuba y Mención en décima en el Premio Iberoamericano Cucalambé. También en el 2003, entre el 6 y el 20 de octubre participó en la gira nacional de poetas y trovadores La estrella de Cuba, dedicada al bicentenario del poeta José María Heredia.
En el 2004 recibió el Premio Nacional Calendario de la Asociación Hermanos Saiz en ensayo y publicó por Ediciones Holguín La noche octosilábica; historia de décima escrita en Holguín (1862-2003) y, junto al poeta Renael González, el libro de textos de amor El más perfecto modo por la Editorial Sed de Belleza de Santa Clara. Entre el 16 y el 21 de agosto de ese año participó en la Feria Internacional del Libro de La Paz en la que presentó dos libros e impartió dos conferencias acerca de José Lezama Lima y Eliseo Diego, y participó como facilitador en otra acerca de Alejo Carpentier. El 27 de diciembre, comenzó a vivir en Avenida de los Libertadores, número 210 e/ Mario Escalona y Fábrica Turquino, Reparto La Aduana, junto a la artista plástico Dayamí Pupo y su hija Camelia Ricardo.
En enero de 2005 fue reconocido como Hijo Ilustre de la Ciudad de Banes. Este año recibió el Premio Nacional Todo décima en ensayo, convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas, el Gran Premio Nacional de Investigaciones Culturales Memoria Nuestra, convocado durante las Romerías de Mayo de Holguín, y el Premio Provincial de Investigaciones Socioculturales. Publicó, además, la segunda edición de su sonetario Consumación de la utopía, por las Ediciones Unión de la UNEAC.
En el año 2006 la Editorial Abril publicó su ensayo La sucesión sumergida. Estudio de la creación en décimas de José Lezama Lima, por el que había obtenido el Premio Calendario 2004. En julio recibió el Premio Iberoamericano Cucalambé. En septiembre fue incluido en la segunda edición del disco Un lugar para la poesía.
El 26 de octubre, a las 8 y 18 PM, según el taxista, tuvo un accidente de tránsito junto al poeta José Luis Serrano. El 18 de octubre, recién operado, recibió en el Museo La Periquera el Reconocimiento XX Aniversario de la Asociación Hermanos Saiz. En marzo de 2007 integró la delegación artística que viajó a Guatemala y realizó lecturas de poemas para la misión médica cubana en Huehuetenango, Uspantan, Quiché, Petén, Xayaxché, Poptún, Cobán, Izabal, Chiquimulilla y Ciudad Guatemala. La Editorial Sanlope de Las Tunas publicó su decimario Premio Iberoamericano Cucalambé 2006: Atormentado de sentido; para una hermenéutica de la metadécima, prologado por el importante poeta cubano Roberto Manzano y el 18 de octubre recibió la medalla Abel Santamaría otorgada por el Consejo de Estado en el Mausoleo José Martí.
Ha sido incluido en numerosas antologías en nacionales, así como en México, Estados Unidos, Venezuela, Argentina, Galicia y Rumania.
Ha participado como jurado en varios concursos literarios y como ponente en algunos eventos, en los Talleres de Poesía del Festival de la Cultura de Origen Caribeño, en Santiago de Cuba y de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, de Holguín; además, en la Jornada Cucalambeana de Las Tunas, los Seminarios de Invierno del Instituto Cubano del Libro, la Fiesta de la Cubanía de Bayamo, los eventos Al Sur está la poesía de Pilón (Granma), las Romerías de mayo, entre otros.
Es miembro de la Cátedra Benito Juárez de la Universidad Oscar Lucero de Holguín, del Consejo Asesor de la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas y Miembro de Honor de la Biblioteca Nacional José Martí.
Fundó, en 1995, la peña de la décima «Con sed nueva de cantar» que funcionó durante tres años en la Casa de Iberoamérica de Holguín y el concurso nacional Vicente Espinel que contó con dos ediciones. En el 2002 fundó el grupo literario Escuela Holguinera de la Décima, también en la Casa de Iberoamérica, y en el 2003 convocó, desde esa institución, el concurso nacional Adolfo Martí Fuentes.
Ha publicado en numerosas revistas y periódicos nacionales y extranjeros y está incluido en el Índice de Poetas de la Lengua Española, de la Asociación Prometeo de Poesía. Su biobibliografía presentada como resultado científico en varios eventos provinciales y su obra en décimas fue objeto de un trabajo de diploma de un colectivo de estudiantes del Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero de Holguín.
Algunas opiniones acerca de su obra
Ronel González Sánchez, figura entre los jóvenes poetas más descollantes de Cuba, no tanto por las irregularidades estróficas, modernistas ni por las pretendidas innovaciones extrínsecas de la Vanguardia, como por su entrada triunfal en ese mundo abstracto y mágico que es la poesía. Sus imágenes visionarias, que nos revelan una madurez precoz, no salen del cráneo frío sino del corazón caliente. Conmueven sus poemas, incluso sus décimas cuando el poder transformador de la emoción recordada sustituye e individualiza los significados, cumpliendo así la ley intrínseca de la expresión poética.
Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí, carta de febrero y 1998)
En oportunidad opuesta a la exteriorización, con altibajos, se encuentra Ronel González Sánchez, natural de Cacocum, provincia Holguín. Es el más joven de todos y uno de los más jóvenes de Cuba; prácticamente recién venido en 1971, es sin ambages, un poeta de acendrado dominio del verso, el idioma y las técnicas poéticas. Acercarse a los poemas de Ronel implica un cumpleaños del lenguaje, un holgorio del asombro, protagonizado por alguien que apenas rebasa las dos primeras décadas de vida.
Marino Wilson Jay, se refiere al cuaderno Días del hombre, publicado en 1992, en Peligro: aquí se habla de poesía. Santiago de Cuba, Ed. Oriente, 2000, p. 90.
Las décimas de Ronel González y José Luis Serrano [se refiere al libro El mundo tiene la razón] me parecen francamente estupendas. Rezuman inteligencia, oficio, cultura, fantasía y sentido del humor. He leído el cuadernillo un par de veces y pienso volver sobre él. Me asombran la juventud de los autores, la libertad que han sabido hallar en la estrofa y la originalidad y la actualidad de ese mundo al que, apenas cerramos el cuaderno, advertimos, algo turbados, que nos han dado acceso.
Orlando González Esteva (poeta cubano residente en los Estados Unidos, en carta al poeta Waldo González del 14-9-1996, enviada desde EUA)
En Holguín pude comprar algunos libros tuyos. El que más me agradó fue Sagrados testimonios, con sus referencias bíblicas." Vivimos tiempos de amor/ tiempos de traidores [...], es un magnífico poema. Les tengo gran cariño a los escritores valientes de Holguín, como tú.
Dr. Martin Franzbach (Investigador de la literatura cubana, en carta del 22 enero 1999 enviada desde Bremen, Alemania)
Ronel González es uno de los más valiosos poetas de la joven generación holguinera y, sin dudas, del resto de nuestro país. Es notable su dominio de todas las formas estróficas de la poesía clásica en lengua española, tanto como del versolibrismo, dentro del cual se mueve a sus anchas. Debemos felicitarnos por contar con su precioso talento y por su temprana madurez lírica.
Adolfo Martí Fuentes (Poeta e investigador cubano. En carta al poeta el 4-3-1998)
Sus más de diez libros publicados en apenas un lustro (verso libre, décima, soneto, poesía para niños) corroboran en Ronel González una y otra vez talento, cultura y oficio nada comunes. Como un Rimbaud tropical, el poeta holguinero, con honda praxis, descuella en su promoción y en las letras cubanas de los 90.
Waldo González López (Poeta e investigador cubano. En carta del 4-3-1998)
El amor por la poiesis en su sentido original (el conocimiento); la pasión por la infinita búsqueda del azoro ante la existencia; el sueño eterno del triste sabor que nos deja la sangre: tal se nos presenta en este libro el joven poeta Ronel González Sánchez, para hacernos meditar, gracias a su aliento, más que reflexivo, filosófico. Fluye en sus versos una riqueza expresiva unida a una carga metafórica que se apoya en la sugerencia y la intuición. A través del verso libre, el soneto, la décima y otras estrofas, su discurso - también lírico- se vuelca a una idea del mundo multiforme e insólito que acontece cada día.
Nota de contracubierta del libro: Desterrado de asombros (1997).
Sin duda Ronel González Sánchez es una de las nuevas voces poéticas latinoamericanas que nos trae auténticos valores para un resurgimiento de nuestras letras. De una relación profunda y acorde al decir con la imagen que embriaga pero deja los pies en la tierra, este poeta ha sabido transmitir una nueva percepción de un mundo gastado por el hombre de nuestra época. Desde la filosa hora llena de azares de la reflexión consecuente y la apertura dolorosa y febril de los sentidos hasta el abandono de determinados espacios y tiempos, González se ha inscrito en esa tradición más que heroica de arrancar del paladar del suceder, segundo a segundo, lo que guarda volumen y estatura dignos para el enriquecimiento del ser. Sus versos son resguardados por una voz fecunda, cercana a lo íntimo que invade y obliga al lector a detener su andar y transfigurarse en sus quimeras, que brotan directa y paulatinamente en las páginas de sus ya numerosos poemarios, los cuales precoz, pero sabiamente, ha escrito.
Moisés de Alberto Jurado (Revista Ateneo, Venezuela, No. 12, 2000 )
La virtud esencial de las décimas de Ronel consiste en mostrar que el artista de la palabra no se conforma con el sonsonete rítmico y de la rima, para buscar y hallar expresión, anchura de sentidos y diversidades temáticas. Sabe imprimirle al impersonal octosílabo el registro de su personalidad poética, lo que, en Cuba, tiene en el José Martí de los Versos sencillos al maestro más consumado.
Virgilio López Lemus (prólogo al libro La furiosa eternidad, escrito en mayo de 1996)
El nombre de Ronel González, nacido en aquel “pueblo de escurridizos trenes", y que vive y crea en la ciudad de Holguín - su ciudad, nuestra ciudad- se encuentra ya entre los consagrados, pese a su juventud. Prueba de ello es que poemas suyos han sido publicados en revistas y antologías nacionales y extranjeras, y que su nombre aparece en índices de poetas e historias de la literatura y de la décima cubanas, en Alemania, España, Argentina y Cuba. Queda demostrado, pues, que con Ronel está dejando de ser cierto aquel dicho popular de que nadie es profeta en su tierra, aunque esa tierra sea una provincia de una isla valerosa y bella, pequeña y grande a la vez dentro de la inmensidad del mundo. En sus búsquedas incesantes por los caminos de la poesía, se remonta el poeta a los mitos de la antigua Grecia; a autores de nuestra América como Borges y Darío; a su conocimiento de escritores europeos -Rilke, Thomas Mann, Wilde-, a pasajes bíblicos que lo han conmovido particularmente. Este complejo conjunto (se refiere al volumen Consumación de la utopía) me hace suponer que Ronel González trata de hallar nuevas sendas que lo conduzcan a lo que su alma de poeta pueda considerar su verdad, verdad que no encontrará en el laberinto sino dentro de sí mismo, salvado por la luz, la esperanza y la poesía misma, que lo harán “vencer el desamparo".
Dra. María Dolores Ortiz
Sutilmente signado por el paso del tiempo El arca de no sé (2001) es un comentario fabulado de la familia y de los sueños de cualquier niño, pero Ronel González lo dota de un lirismo lúcido y puntual. No escojo los adjetivos a la deriva, al menos en este caso. Me gustaría hacer notar la manera en que este libro roza el tema del dolor, sin regodeos innecesarios, pero sin risibles omisiones. El arca de no sé (...) es capaz de dejar que sus personajes hablen sin grandilocuencia y con seriedad; jocosos o esperanzados, y en este juego de circunstancias fantasiosas o palpables está siempre la imagen, lo que, tras las palabras, sigue sonando. Me gustaría que mis hijos jugaran con este tipo de libros.
Rogelio Riverón. Periódico Granma, 3 de junio del 2002.
El libro que tiene el lector en sus manos está escrito con la pasión del que se encuentra consciente de su nueva estimativa del arte y del mundo. Dialoga ferozmente con todos, pero sobre todo con los artistas, con la gestualidad del que quiere instalar una luz entre los ciegos. El dominio de la décima es absoluto: las formas están convertidas en segunda naturaleza, que es lo que se llama maestría. Y todos los planos del lenguaje, dentro de esa estructura proteica, se enderezan hacia nuevos ángulos de exploración artística.
Roberto Manzano, prólogo al libro Atormentado de sentido; para una hermenéutica de la metadécima (2007).

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