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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

15 de marzo de 2017

Calixto García. Biografía. Final



1898, Diciembre 12
La Asamblea de Representantes de Cuba decretó diez días luto en el territorio que estaba bajo el mando del ejército cubano y dirigió una alocución al pueblo y otra al ejército, donde expresó sus sentimientos a los familiares del General, especialmente a doña Lucía:
“Cuba está de luto, uno de sus hijos más ilustres ha fallecido ayer en Washington donde, como presidente de la comisión enviada por la Asamblea, gestionaba cerca del gobierno americano asuntos de de importancia extraordinaria, así para la situación presente del ejército como para los destinos futuros de Cuba…
“El valeroso soldado del Zarzal, de Chaparra y de Melones; el vencedor de Guáimaro, de Las Tunas y de Guisa, el héroe cae en instantes mismos en que su conocimiento de nuestros problemas, su prestigio y su autoridad, estaban prestando tan notorios servicios al país y al ejército… cuando luzcan tiempos más serenos, cuando ondee nuestra bandera sin trabas ni limitaciones, en el Capitolio Nacional, levantaremos un panteón que sirva de sepultura a los héroes que por Cuba han vivido y por Cuba han muerto. Y allí serán depositados los restos de Calixto García, más que por piedad, por la gratitud del pueblo que su espada vencedora ayudó a libertar”.   
Funeral del General

Contritos, acuden los cubanos a la Catedral de Saint Patrick a velar el cadáver del general. Sus funerales, severos y suntuosos, se realizaron con la asistencia de los más encumbrados dignatarios de los Estados Unidos (el único familiar de Calixto en el sepelio es su hijo el general Justo García Vélez).
Generales Norteamérica nos cargan el féretro

Cargan su féretro el jefe del Ejército americano, general Miles, el Secretario de Estado Hay, el senador Proctor y los generales de la campaña de Santiago de Cuba, Shafter y Lawton.
Pésame del presidente de los EE.UU.
Ese mismo día el presidente MacKinley envió un emocionado mensaje de pésame al hijo del prócer, Justo García Vélez.
Los restos del general fueron depositados provisionalmente en el cementerio de Arlington para ser trasladados a Cuba cuando las tropas españolas hubiesen abandonado la isla. Cubanos que llegaron desde los lugares más distantes de los Estados Unidos le acompañaron bajo fuerte nevada.
1898, Diciembre 17
Holguín de luto por la muerte de Calixto







Llega a Holguín la infausta noticia de la muerte del hijo ilustre. Inmediatamente el alcalde de la ciudad, general Manuel Rodríguez Fuentes, dictó una proclama al pueblo para que se fijaran crespones negros en el frente de las casas por tres días, del 18 al 20; dispuso que el Comercio, durante ese periodo, solamente tuviera abierta una sola puerta de cada establecimiento, que las banderas se colocaran a media hasta y que sus compañeros de la guerra llevaran un crespón negro en el brazo por siete días.
En la iglesia San José se celebraron honras fúnebres. En la nave central de ella se levantó un monumento al que hicieron guardia de honor cuatro oficiales del Ejército. El día 20 se  celebraron los funerales, ese día las matronas holguineras enviaron un sentido mensaje de condolencia, uniéndose cordialmente en su profundo dolor, a la madre del caudillo, a la venerable patricia Lucía Iñiguez Landín.
Cámara de Diputados del Brasil redacta un texto en honra del General y también los Veteranos de la Independencia en los Estados Unidos.
Por su parte la Cámara de Diputados del Brasil acordó redactar un texto en honra de la memoria del gran ciudadano. Y la legión de veteranos de la independencia de los Estados Unidos redactó otro “lamentando la desaparición de uno de los más grandes héroes de la libertad que, como Washington y Lincoln, ha sido arrebatado del cariño de su pueblo en cenit de la gloria”.
Editorial de “Tammany Times”
El periódico “Tammany Times” publicó un editorial en el que dijo: “En la lista ilustre de los más elevados espíritus de la tierra figurará en lugar prominente el nombre de Calixto García”.
Carlos García Vélez viaja a los EE.UU.
Inmediatamente que sabe de la muerte de su padre, Carlos García Vélez embarca hacia los Estados Unidos. Cuando llega a Nueva York tiene tiempo de ver con vida a Merceditas.
En sus Memorias dice Carlos: “agonizante estaba cuando llegué al pie de su lecho pero tuvo aliento para sonreírse y besarme preguntándome como era que papá no había venido también. La conforté asegurándole que pronto estaría con él. Pocos minutos después murió la pobre niña.
1899, Febrero 9
Los restos de Calixto son trasladados a La Habana
Cuarenta días después de la evacuación del Ejército español de Cuba, el crucero de la armada americana “Nashville” trajo el cadáver de Calixto a La Habana. Velaron el cadáver del general durante la travesía, Eusebio Hernández, Carlos García Vélez, Carlos Betancourt y la guardia de infantería.
La capital de Cuba organizó imponente ceremonia como póstumo tributo a la memoria del general amado. El pueblo entero estaba en el muelle recibiendo los restos. A la cabeza del Ayuntamiento estaba el inolvidable holguinero, alcalde de La Habana, Perfecto Lacoste.
Los restos de Calixto se tendieron en el Ayuntamiento. Allí le hicieron guardia de honor los libertadores y los americanos.
1899, Febrero 11
El cortejo fúnebre del general García se pone en marcha[1], pero el general Brooke rompió el orden del programa, colocando los carruajes de los generales americanos antes que la Asamblea cubana. Los cubanos toleraron el hecho por deferencia. Pero luego las tropas de la caballería americana echaron sus caballos sobre la Asamblea, obligándola a refugiarse en la acera de la calle Obispo; entonces el general Freyre de Andrade protestó y envió un recado a Brooke para que castigara a los de la caballería, pero Brooke respondió que esa había sido una orden suya.
Ante esa contestación la Asamblea se retiró en masa del entierro, dando orden de que lo hicieran también las tropas cubanas.
Carta de Carlos García Vélez, ofendido
Ante el abandono de los cubanos de los restos del General, su hijo Carlos García Vélez redactó la siguiente carta, que publicó un diario: “El cadáver del Mayor General Calixto García ha sido abandonado en la vía pública por la Asamblea cubana y los jefes, oficiales y soldados del Ejército Libertador. Como General de Brigada que soy, protesto ante el pueblo de Cuba y ante el Ejército cubano contra el acto cobarde realizado por la Asamblea, considerándolo punible y calificándolo, por lo menos, de vejaminoso, insultante e incompatible con el honor de las armas cubanas; como hombre, considérolo incalificable y lo condeno con todas las energías de mi alma y como hijo sólo me cabe lamentar que tanta gloria y prestigio de mi padre hicieran que hasta después de muerto le persiguiera la perfidia de los hombres”.
Doña Lucía pide un entierro cubano para su hijo.
1899, Febrero 14
Respuesta de Domingo Méndez Capote a la carta de Carlos
El Presidente de la Asamblea de Representantes, Domingo Méndez Capote, que además era Secretario de Estado en el gabinete del general Brooke, gobernador militar de Cuba, respondió lo que sigue:
“He hablado de nuevo con el general Booke del desagradable incidente ocurrido con motivo del entierro del general García, y hoy, aún más que ayer, tengo la convicción de que al general Brooke no se le puede hacer cargo alguno por el referido lamentable incidente. El ocupó el puesto que se le indicara, como hubiera ocupado cualquier otro. Sus solos deseos fueron que le acompañara todo su séquito, del cual era parte su Estado Mayor, formado por varios jefes y oficiales montados, a quienes acompañaban un sargento y tres soldados destinados a cuidar los caballos cuando la comitiva llegase al cementerio. Tan ajeno estaba el general que vino a enterarse de lo ocurrido después de haber llegado al cementerio. De seguro que si se le hubiera hecho ver, oportuna y claramente, la existencia de un conflicto de importancia, hubiera puesto de su parte todo lo necesario para evitarlo… porque tengo la convicción, formada después de examinar un conjunto de antecedentes, entre los que ocupan preferente lugar las sinceras manifestaciones oídas espontáneamente del general Brooke, creo que una parte de la prensa ha estado verdadera y cruelmente injusta con dicha superior autoridad”.
1899, Febrero 21
Por unanimidad la Asamblea acordó “manifestar su gratitud al general americano, por las generosas iniciativas que tomaron los elementos oficiales de la Gran República con motivo del fallecimiento del general García y, muy especialmente, por la traslación del cadáver y por las muestras de respeto que le han ofrecido las autoridades del gobierno interventor en esta Isla, tributándole los honores de su alta jerarquía y acompañando hasta su ultima morada los restos de tan ilustre cubano”.
Tributo del Generalísimo Gómez a Calixto
Por su parte, desde su Cuartel de Narcisa, el Generalísimo Gómez tributó homenaje a García en breves párrafos, como siempre fue su costumbre: “Fue mi compañero y amigo: he perdido con él a mi primer ayudante del 68; al compañero de 20 años en los campos de batalla… coloquemos la siempreviva del recuerdo sobre la tumba del General que ha muerto al servicio de la Patria”.
1908, Diciembre 11
Este día el General Enrique Collazo pronunció un panegírico de Calixto García en la Cámara de Representantes: Exponer al pueblo, como ejemplo, la vida de un cubano honrado y bueno, de un patriota como pocos.
1916, Abril 10
Se inaugura en Holguín una estatua de Calixto
Se inaugura en Holguín la estatua de Calixto García en la plaza del pueblo. Habló Sanguily: “No hay rincón de esta provincia en que su nombre no esté enlazado al recuerdo de algún hecho glorioso: no ha habido suceso trascendental en la historia revolucionaria en el que no haya influido o participado. Mandó una legión de capitanes, orgullo de Cuba, que, contemplados juntos, semejan una selva de leones imponentes… Maceo en Occidente, Gómez en el Centro y Calixto en Oriente, las tres columnas salvadas entre las ruinas del antiguo templo, rivalizaron como titanes de tal manera que una misma gloria soberana ha hermanado, en el orgullo y la veneración de los cubanos sus nombres inmortales”.
1958
Se inaugura en La Habana una pobre estatua ecuestre del General, que desentona, lamentablemente, de los bellos monumentos artísticos erigidos a Gómez y Maceo.
1980
Los restos de Calixto son trasladados a Holguín
Del discurso de Raúl Castro cuando en esta fecha son trasladados los restos de Calixto García al Mausoleo que se le levantó en Holguín: “Fue un hombre que vivió con intensidad las demandas de su tiempo, que siempre dijo sí al reclamo de la patria, que jamás se cansó, nunca se desalentó y siempre puso por delante los intereses sagrados de la lucha cuando su vocación revolucionaria y sus condiciones de jefe y dirigente lo colocaron en encrucijadas difíciles.
Su vida y su obra han soportado la prueba del tiempo y la acuciosa investigación a que su ejecutoria ha sido sometida por historiadores y biógrafos (...) Calixto fue un jefe mambí criollo como pocos por la jovialidad de su carácter. Jamás los convencionalismos lograron amoldarlo. Su vida fue ruda, adversa y difícil, poro la vivió con alegría y en todas las adversidades hizo prevalecer el optimismo de nuestro carácter nacional”.



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[1] Durante el cortejo fúnebre del general García se hizo uno de los primeros fotorreportajes de la historia de la prensa cubana. Se conservan las fotografías.

Calixto García. Biografía. 115



1898, Noviembre 21
En Nueva York, además de su familia, espera al general García, el general Shafter. Se saludan ambos generales y después Calixto abraza a Isabel y no reconoce a su hijita enferma. Ella se queja de que el padre no la quiere saludar y él tiene que mentirle diciéndole que tenía tantos deseos de saludar a Isabel, que por eso no la abrazó a ella primero.
En una carta posterior dice Calixto: “Enferma como está, tengo que sacarla de Nueva York y mandarla a Thomasville, en Georgia, a ver si se prolonga su vida”






Dice Cosme de la Torriente que en Nueva York fueron innumerables las visitas que el general recibió, de militares, marinos y hombres de negocio, todos interesados en las cosas de Cuba.
Pero el tiempo apremia, la Asamblea espera ansiosa, noticias del Norte. Apresuran el viaje a Washington y así lo dispone el general, aunque tenga que separarse de Merceditas. Besa a su hija y toma el tren.
En Washington se pone en contacto con el gobierno americano para resolver el problema crucial del licenciamiento del Ejército Libertador.
Los comisionados que preside Calixto se entrevistan con el Presidente
Calixto: “Mil veces me ha pesado encargarme de esta comisión, que dará muy pocos resultados para la Patria”.
Los Comisionados se entrevistan con Mac Kinley. La administración estadounidense estuvo de acuerdo con la disolución del Ejército cubano. Calixto era del criterio que a los libertadores nada más había que entregarle cien pesos y que cuando se instaurara el gobierno de Cuba y aquel tuviera fondos, se le pagará una pensión, de ahí que, estimando en 30 mil los miembros del Ejército Libertador, Calixto nada más solicitó tres millones. El resto de los miembros de la Comisión se mostraron inconformes, pero el general explicó su temor a que una deuda elevada prolongara la salida definitiva de los Estados Unidos de Cuba.
Sin embargo, Mac Kinley sugirió otra fórmula financiera para el licenciamiento; un donativo. De esta forma los Estados Unidos no estaban reconociendo la existencia de un poder independiente en la Isla, pero los Comisionados rechazaron el donativo exigiendo que el dinero fuera un préstamo a cuentas de las rentas de Cuba.
Del presidente Mc Kinley, como mismo de labios del senador de Alabama, John Tyler Morgan con quien se entrevistó en el hotel Raleig, Calixto oye palabras que lo llenaron de amargura: “los revolucionarios quedan reducidos a la condición de insurrectos contra el poder de la Corona. La soberanía se otorgará a Cuba cuando tenga un gobierno civil permanente”.
A Tomás Collazo le escribe el general: “Mil veces me ha pesado encargarme de esta comisión, que dará muy pocos resultados para la Patria”.
Los médicos le aconsejan al General que se recoja, pero lo critican porque no cumple con su deber
Se hallaba el general con gripe y sus médicos le habían aconsejado, como es costumbre, recogerse. Lo hace… pero la maledicencia lo acecha, y por lo bajo musita: “Qué hace la comisión, por qué no se reúne, qué ocurre…”
Entonces, contra la terminante prescripción médica, el general abandona el lecho y se pone en movimiento. Una terrible neumonía vuelve a atacarle y trucida sus pulmones…
1898, Diciembre 11
El estado de salud del General es grave.





La comunidad cubana en Washington, sabedora de que el general está en estado grave, se concentra en el hotel Raleigh…
Los médicos lo inyectan. El general se levantó de la cama, los ojos muy abiertos, el rostro de un extraño color púrpura, los músculos en tensión… el viejo caudillo enfrenta a la muerte en el que será su último combate. Pero nada puede. Se acuesta, la respiración se dificulta… Carlos Betancourt[1], su ordenanza durante toda la campaña lo toma en brazos, lo levanta, tratando que el aire retorne a sus pulmones, pero los movimientos del general se extinguieron”.
1898, Diciembre 11
Calixto García fallece
Entre las nueve y las diez de la mañana de ese día sus ayudantes y acompañantes bajan al vestíbulo y dicen la terrible noticia: el general Calixto García Iñiguez acaba de fallecer.









[1] Carlos Betancourt se hallaba en Nueva York al servicio de Raimundo Menocal cuando Calixto llegó de Europa en 1895. de inmediato se puso a sus órdenes y con él vino a Cuba, de asistente, y como tal lo sirvió durante toda la guerra. También lo acompañó en el viaje a los Estados Unidos, sirviéndole durante toda su enfermedad. El fiel patriota no se separó de Calixto sino hasta el momento en que depositaron su cadáver en el cementerio de Arlington, según dice Cosme de la Torriente.

Calixto García. Biografía. 114



1898, Noviembre 10
La selección de la Comisión que viajaría a Washington
Antes de las votaciones para la selección de los integrantes de la Comisión que viajaría a Washington, Salvador Cisneros Betancourt planteó que no se considerara requisito para integrar la dicha Comisión ser asambleísta[1]. Esta posición fue denegada, lo que provocó que el ex marqués de Santa Lucía exigiera que se hiciera constar en acta su voto contra Calixto García por “considerarlo inconveniente a la salud de la República”[2].
Finalmente quedó constituida la Comisión a Washington, presidida por el General Calixto García[3] (26 votos a favor). La integraban, además, José Antonio González Lanuza, Manuel Sanguily, José Ramón Villalón y José Miguel Gómez[4].
1898, Noviembre 11
Parte la Comisión que viajará a Washington
Este día parte la Comisión desde Santa Cruz del Sur en el vapor “Antinógenes Menéndez”. Antes de marchar, dice Juan Gualberto Gómez que: “el general se redirige a la morada del general Masó. Y allí, en presencia de los numerosos concurrentes a aquella casa hospitalaria, se acerca el prócer con los brazos abiertos, que es como si llevara abierta las puertas del alma grande y generosa y le grita: “Venga un abrazo, Masó, dejemos en el olvido el pasado”. Masó lo abrazó y acto seguido le sirvió una copa que ambos generales chocaron, y a la vez Masó le deseó el más completo éxito de la misión que la República le había encomendado. Fue esa la última vez que ambos generales estuvieron juntos, pues el General García no regresó con vida a Cuba”.
Y sigue Juan Gualberto Gómez: “Por la costa sur de Cuba el general hace el viaje.
“El 12 está en Cienfuegos. El pueblo lo espera en el muelle y le rinde honores. Luego el general baja a tierra y visita a dos patriotas en sus casas: primero a la casa de Ana Fernández de Velasco y luego a la de José Frías y Cintra. El pueblo, aglomerado frente a las casas, sigue dándole vivas.
“Después sigue hasta Batabanó adonde le espera una multitud de admiradores, entre ellos civiles y subalternos. Y al llegar a La Habana, sabiendo que un público inmenso lo espera en la estación de trenes, y para evitar manifestaciones, desciende en Carlos III. Se aloja en el Hotel Inglaterra, donde lo está esperando con los brazos abiertos y los ojos llenos de lágrima, su madre bienamada, pues no ha podido ella contentar su impaciencia y esperar al hijo en la casa humilde donde vive.
“En el hotel las visitas a García son muchas. El general rehuye a los inoportunos, preparándose para ir a cumplir su misión al Norte. Sin embargo no puede evitar que un corresponsal de “Le Temps” lo entreviste… “Estoy penosamente afectado por la actitud de otros órganos de la prensa francesa, le dice el general, los que no se han mostrado como el suyo, imparciales y justos, tocante a la causa cubana. Los franceses han faltado a su gloriosa tradición. Yo los amo mucho y sufrí ante la idea de tener en contra a verdaderos amigos”[5].
Y luego: “¿Por qué la nación que tanto contribuyó a la independencia americana no nos ha tendido la mano para conseguir la nuestra?”.
1898, Noviembre 18
(Siguiendo la descripción de Juan Gualberto Gómez): Se advierte inusitada animación en la bahía habanera. Cuatro remolcadores, engalanados, se dirigen al vapor “Seguranca”, que está surto en el puerto. Los remolcadores van atestados de cubanos jubilosos, que testimonian su simpatía cordial a los representantes de la Asamblea.
Al general García le acompañan varios ayudantes, entre ellos su hijo Justo García Vélez, Carlos Martín Poey, Cosme de la Torriente… rodeado de ellos se le ve a la débil luz del crepúsculo vespertino, despidiéndose.
Y cuando el barco leva sus anclas y rompe la marcha, la alegría inunda a Calixto, pensando como piensa en su esposa doña Isabel Vélez y en sus hijos a quienes no ve desde hace cerca de tres años. Ellos, lo sabe, le esperan en los muelles de nueva York.










[1] Era su objetivo que pudieran formar parte de la Comisión otros que no estaban allí presentes, entre ellos: Máximo Gómez.
[2]Temía Cisneros que una vez terminada la contienda bélica, la forma de gobernar los campamentos militares trascendiera a la sociedad civil.
[3] La designación de Calixto fue vista por el historiador Emilio Roig como una rectificación a la determinación del Consejo de Gobierno a la destitución de su cargo. La historiadora Maricelis Torres considera que la elección de Calixto se debió al reconocimiento que tenía el general dentro de la cúpula militar de los Estados Unidos, lo que podía viabilizar las gestiones de la Comisión.
[4] La propuesta para presentar al gabinete norteamericano fue suscrita por Juan Gualberto Gómez y Emilio Núñez. La misma establecía la conveniencia de licenciar al Ejército Libertador y asimismo instruía a la comisión para que solicitara la ayuda económica al gobierno estadounidense con la garantía de la renta de Cuba. Además debía manifestar el apoyo de la Asamblea al gobierno norteamericano a los efectos de garantizar el rápido ordenamiento institucional que condujera, sin más preámbulos, a la constitución de la República.

[5] ¿Leía el general la prensa francesa en la manigua?


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