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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

2 de abril de 2019

Los nombres propios que a sus niños daban los aborigenes taínos de las Antillas



Por: José Juan Arrom
Sobre el nombre con que llamaban a sus niños los taínos es bueno citar a Mártir de Anglería. Explica éste:

“Cuando le nace prole a algún reyezuelo, concurren los comarcanos y entran en la habitación de la reina. Éste saluda a la criatura con un nombre, aquél con otro. “Salve, Lámpara Brillante”, dice uno,“Reluciente” aquél; “Domador de los Enemigos”, otro; y otro le dice “Nieto de un Héroe Esforzado”; otro “Más Brillante que el Oro”[...] Bebequio Anacaucoa, señor de la región de Jaragua, del cual y de su discreta hermana Anacaona se habló extensamente en la Década primera, estos nombres tenía:Tureygua Hobin, que significa “Rey Resplandeciente como el Latón”, mientras que otros de la misma tribu solamente se llama “Starey” o sea “Reluciente”; otro “Huiho”, que es “Altura”; otro “Duiheyniquén”,que significa “Rico Río”[1].

Hágase una precisión al cronista: “Huiho” no significa “Altura” sino “Estrella”.
Ahora obsérvese, en primer lugar, la reiteración de imágenes visuales y luminosas en los nombres propios: “Lámpara brillante [...] reluciente [...] más brillante que el oro [...] resplandeciente como el latón”. Conociendo esas imágenes que usaban como nombres sirve para ingresar al mundo interior taíno, el morador de islas bañadas de sol, donde la intensa luz de los trópicos nítidamente recorta el contorno de los objetos y dora con brillantes reverberaciones sus bruñidas superficies, por tanto era natural que esa luminosidad los iluminara interiormente e influyera en sus costumbres onomásticas, esto es, de poner nombres a los recién nacidos.

Procediendo ahora al análisis de los términos indígenas del párrafo de Mártir de Anglería, es patente que quien informó al cronista era persona bien enterada con respecto a la lengua y las costumbres onomásticas de los taínos. Pero, como Mártir de Anglería escribió de oídas, hay en sus traducciones algunos términos que acaso se puedan matizar o rectificar. Así, por ejemplo, al traducir “Tureygua Hobin” por “Rey Resplandeciente como el Latón”, la palabra “rey” está de más: es obvio que corresponde al término cacique, que aunque se sobreentiende, en realidad no aparece en la frase indígena. Y “Hobin”, de acuerdo con Brinton, equivale a “metal rojizo”, pero “Turey” no puede traducirse simplemente por “latón”. Quienes hayan leído la estratagema de que se valió Ojeda para apresar a Caonabo recordará que ésta tuvo éxito porque, según cuenta Las Casas,

“como los indios llamasen al latón nuestro turey y a los otros metales que habíamos traído de Castilla, por la grande estima que de ello tenían como cosa venida del cielo, porque llamaban turey al cielo, y así hacían joyas de ellos, en especial del latón, llevó el dicho Alonso de Ojeda unos grillos y unas esposas muy bien hechas, sutiles y delgadas y muy bruñidas y acicaladas, en lugar de presente que le enviaba el Almirante, diciéndole que era Turey de Vizcaya, como si dijera cosa muy preciosa venida del cielo”[2].

El sentido trascendental que los taínos daban al latón se debe a que entre ellos, igual que en otras culturas amerindias, los metales y las piedras preciosas eran tenidos por emanaciones divinas, las cuales poseían influjos mágico-religiosos que daban y alargaban la vida.De modo que teniendo en cuenta las virtudes y el origen atribuidos al turey, pudiera libremente traducirse “Tureygua Hobin” por “Celestial Resplandor del Metal Rojizo”.

Otro nombre, “Starey” que Anglería dice que significa “Reluciente”, lo tradujo el misionero y lingüista francés Etienne de Bourbourg por “Estrella”[3], pero a decir verdad el término que se ha registrado en arauaco por estrella es “wiwa”, y esa palabra a la que parece corresponder es al tercer nombre mencionado, “Huibo”, que Mártir de Anglería da por “Altura”. Y en cuanto al último, cabe señalar que en arauaco “oni, wini” es “agua” y “onikain” (pronunciado onikén) significa “aguas muchísimas” o sea, “río”, y esa es, desde luego, la voz que entra en la formación de “Duibeyniquén”.

En el caso de la frase nominal “Nieto de un Héroe Esforzado” cabe preguntar si se refería al cacique que Fernando Colón y otros cronistas llaman Manícaotex[4]. Manícaotex parece contener la base manícato,  que Oviedo transcribió con el sentido de “esforzado y fuerte y de grande ánimo”[5], y el sufijo ligado “ex” o “el”, que según Pané, añade lac onnotación “hijo o descendiente de”[6]. Ese sufijo tendría el mismo valor del español “ez” en la formación de apellidos tales como Alvaro: Álvarez, Gonzalo: González o Martín: Martínez.  Y de ser válidos estos datos, Maníca(o)tex quedaría bien traducido por “Descendiente de un Héroe Esforzado.






[1]Mártir de Anglería, década 3ra., libro IX, capitulo 2; en la ed. cit., p. 281.

[2]Las Casas: Historia de las Indias,  lib. I, cap. 102; en la ed. cit., I, p. 406.

[3]Charles EtienneBrasseur de Bourbourg: “Quelquesvestigesd’unvocabulaire de l’ancienne
langue de Haiti et de sesdialectes”, Relation des choses de Yucatán de Diego de Landa, París,
1864, p. 511.

[4]Fernando Colón: Historia del almirante don Cristóbal Colón… , México, 1947, p. 237; Las
Casas: Historia de las Indias, lib. I, caps. 105, 107 y 118; en la ed. cit., pp. 417, 423 y 454.

[5]Gonzalo Fernández de Oviedo: Historia general y natural de las Indias, lib. XVII, cap. 2; en la
ed. de Madrid, 1851, I, p. 499. También lib. XIII, cap. 9; I, p. 435. Acentúo de acuerdo con
Brinton, op. cit., p. 440.


[6]Ramón Pané: Relación acerca de las antigüedades de los indios, cap. IX.

El significado de los dos nombres propios de aborigenes de las Antillas más famosos



Por: José Juan Arrom


Caonabó y Anacaona. Según los estudiosos, esos son dos nombres cuyas etimologías son harto conocidas.

A Mártir de Anglería es a quien debemos la traducción de cacique Caonabó por “Señor de la Casa del Oro[1]. Y entérminos generales tiene razón: “cacique” es como “señor”, “caona” equivale a “oro” y “bo” parece un apócope de “bohío”.

Pero si penetramos hasta estratos significativos más profundos, resulta que “caona” a su vez se compone del prefijo atributivo “ka” que significa“con” o también “presente en” y de la base “iaúna, ioúna” que tiene el sentido de “valor, precio, mérito”. De modo que “Ka—(i)oúna—bo” viene a ser “Casa de lo Valioso”, o lo que todavía es mejor: “Casa de lo Sacramentalmente Valioso”.

En el caso de Anacaona, tal vez sea demasiado temerario poner en tela de juicio la consabida etimología según la cual “Anacaona” significa “Flor de Oro, propuesta hacia mediados del siglo XIX y repetida desde entonces como artículo de fe; en ella simplemente se da por sentado que “ana” es “flor”.

Más, debo declarar que en ninguno de los registros de voces arauacas que me son conocidos he hallado que “flor” se diga “ana”. Para la lengua aborigen de las Antillas “flor” es “totocolo”[2].

Por otra parte, tanto Goeje como Brinton registran la voz “annaká, annakán” con el significado de “medio centro”.Y el propio Las Casas afirma que “Cubanacán” significa “cuasi el medio de Cuba, porque nacán quiere decir en la lenguade estas islas ‘medio’ o ‘en medio’”[3]
Siguiendo lo anterior, “Annaka-ioúna” equivaldría, pues, a “Centro o Corazón de lo Celestialmente Valioso” y en verdad ello le vendría muy bien como nombre a la cacica a la quien Las Casas describió como “notable mujer,muy prudente, muy graciosa y palaciana en sus hablas y artes y meneosy amicísima de los cristianos”[4].

En los dos antropónimos conocidos  se traslucen imágenes relacionadas con lo bello, lo noble y lo sagrado. Esa actitud de respeto y de encomio, enaltecedora de lapersona que llevaba aquellos nombres, vendría a ser la manera taína deafirmar su concepto de la dignidad del hombre.





[1]Mártir de Anglería, década 1ra., libro II, capítulo 6; ed. cit., p. 24.

[2] “Vocavolario para la lengua aruaca”. Anyo de 1765. Ms. en la Biblioteca del Palacio de Oriente,
Madrid, signatura 2913, folio 7, sub voce “flor”.

[3]Las Casas: Historia de las Indias,  lib. I, cap. 44, ed. cit., I, p. 224.


[4]lbid.,  lib. I, cap. 114; I, 442.

Solo nosotros somos hombres. El significado de la palabra CARIBE



Por: José Juan Arrom
Anglería, apoyándose en el testimonio de unos religiosos dominicos que habían sufrido algunas bajas a manos de los caribes, escribe: “Afirman que [...] carib en todas las lenguas de aquellospaíses es lo mismo que más fuerte que los demás; caribes lo mismo”[1].

El sacerdote francés Raymond Breton, que no participó en la leyenda negra contra los caribes, sino que convivió entre ellos y en 1665 publicó un excelente diccionario de su lengua en el que transcribió el gentilicio tal como todavía se escribe en francés: caraïbe. Así escrito parece corresponder a dos términos registrados en tupí-guaraní: “caraí-be”: “hombre fuerte, guerrero valiente”. Y Jean de Léry (1578) atestigua que entre los tupinambás del Brasil se aplicaba ese mismo nombre a los hechiceros poderosos[2].

Todo lo anterior sobre los caribe nos viene a confirmar el proverbial grito de guerra caribe: “Ana carina rote”, que significa: “Sólo nosotros somos hombres”.


[1]Mártir de Anglería, década 8va., libro VI, capitulo 1; en la ed. cit., p. 597


[2]Marcos A. Morinigo: Diccionario manual de americanismos, Buenos Aires, 1966, bajo la voz caribe.

Hablando con (como) los aborigenes de las Antillas (La manera en que se veían a sí mismos y a los otros)



Conferencia pronunciada por el sabio holguinero José Juan Arrom el día 7 de junio de 1973 en el Salón de Actos de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, con motivo de la inauguración de la Sala de Arte Prehispánico de la Fundación García Arévalo, Inc.



Es bien sabido que los idiomas reflejan y a la vez moldean la manera depensar del pueblo que los habla. En el caso del idioma de los taínos, dejado de hablar y olvidado desde hace cinco siglos y apenas estudiado desde entonces, esmuy poco lo que de él se conserva. Pero aun así, haciendo un esfuerzo por reunir y analizar sus dispersas huellas, acaso todavía podamos vislumbrar algunos de los procesos mentales de los aborígenes antillanos através de las palabras que nos han dejado.

Lo anterior es lo mismo que decir que nos valdremos de las pocas palabras tainas que hoy conocemos, para entenderla el modo en que sus hablantes captaban la realidad, y de ese proceso intentaremos inferir cómo se veían ellos a sí mismos y a sus semejantes, cómo identificaban las islas a donde llegaban y cómo nombrabanlos accidentes geográficos que en ellas descubrían, cómo se situabanante su organización social y cómo percibían y caracterizaban la flora y lafauna que les rodeaban.

A ese efecto escogeremos algunos términos relativos a distintas actividades y procuraremos analizar su estructura paradar con los significados implícitos que habrán de auxiliarnos en la tarea.


La manera en que se veían a sí mismos y a sus semejantes los aborígenes taínos.


Varios cronistas atestiguan que era con no disimulado orgullo que sereferían a sí mismos como taínos. Pedro Mártir de Anglería relata: “Les salió al encuentro un hombre de arrugada frente y altiva mirada, acompañado de otros ciento, los cuales [...] gritaban que eran taínos, osea nobles, no caníbales”[1]. Y así es, en efecto. C. H. de Goeje ha registrado en idioma lokono o arauaco legitimo la raíz “tai” con el sentido de “noble, prudente” y el sufijo “no” como signo del plural masculino[2]. De ahí que “Taí-no” equivale,a “nobles, prudentes”.

Asimismo los tainos designaban de modo igualmente encomiástico a los de su misma lengua y estirpe, y a los que habitaban en las Bahamas eran nombrados “lucayos”, de “lukku” que significa “persona, ser humano” y “cay, caíri”, que significa “isla”, o sea “gente de las islas o más propiamente, de los cayos”. Y sus hermanos que quedaron viviendo en el continente cuando los “tainos” vinieron a poblar las islas caribeñas, aún hoy se llaman a sí mismos “lokono”, término este formado por la misma base “lukku” y el sufijo pluralizador masculino “no”, es decir, “seres humanos”.

Contrariamente a los que hablaban otras lenguas y pertenecían a otras culturas no los consideraban “seres humanos nobles y prudentes”. Por ejemplo, a los que vivían en estado semi nómada en las cavernas y refugios rocosos de Guacayarima y otras apartadas regiones de las Antillas les llamaban “ciboney”, de “ciba”, que significa “piedra” e “igneri, igney”, “hombre”, o como si dijésemos “hombre-de-piedra” o “cavernícola”.

Y a otros dos grupos que convivieron con los aborígenes Taínos en el Caribe los llamaron “Macorix” y “Ciguayo”, que son palabras de significados despectivos. Según Las Casas “macorix quiere decir lenguaje extraño, casi bárbaro”[3]. Y “Ciguayo” o “Cyguayo” significa que traían los cabellos muy luengos, “como en nuestra Castilla lo llevan las mujeres”[4].

Hasta al mito etiológico, esto es, el que explica la causa de las cosas, los taínos le inventaron un origen separado a los demás habitantes de las Islas que tenían costumbres y lenguas distintas a las suyas. Así, ellos, “los nobles, los sensatos”, vinieron a la tierra por una gruta llamada “Cacibajagua” o “Cacimba de Jagua” y los otros salieron de otra cueva más pequeña, llamada “Amayaúna”, que es voz formada por el prefijo privativo “ma” que significa “sin, carente de”, y la base “iaúna,ioúna”, que significa “precio, valor, mérito”, o sea los otros, los “sin importancia o sin mérito[5]. 

Entonces ya queda en evidencia el alto concepto en que los taínos se tenían a ellos mismos en relacióncon los demás pueblos antillanos. La excepción serían los caribes, pero en verdad no es excepción, sino confirmación de la regla: No fueron los taínos quienes dieron tal nombre a los caribes, sino que los caribes se dieron a sí mismos su nombre propio y luego lo impusieron por la fuerza de su inigualada valentía. 





[1]Pedro Mártir de Anglería: Décadas del Nuevo Mundo, déc. 1ra., lib. II, cap. 5. En la edición de Buenos Aires, 1944, p. 23.

[2]C. H. de Goeje: TheArawakLanguage o f Guiana, Amsterdam, 1928. A no ser que se indique otra fuente, el lector hallará las voces arauacas mencionadas en el presente trabajo en dichaobra. Tenga asimismo en cuenta que como el idioma que Goeje analiza es en realidad el llamado arauaco legítimo o lokono, con frecuencia emplearé este último término para diferenciarlo del guajiro, otra lengua arauaca, “Vocavolario para la lengua aruaca. Anyo de 1765”. El único ejemplar se conservaen la Biblioteca del Palacio de Oriente,Madrid, signatura 2913, folio 7.

[3]Bartolomé de Las Casas: Apologética historia de las Indias,  cap. 3.

[4]Bartolomé de Las Casas: Historia de las Indias, lib. I., cap. 67. En la edición de México, 1965, vol. I, p. 304


[5]Véase mi artículo “De cómo se poblaron las Antillas: glosas etnolingüisticas a un ciclo mítico

taíno”, próximo a aparecer en Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

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