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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

22 de junio de 2017

Faustino Orama, El Guayabero, 14. (Encuentro con Pacho Alonso. Faustino salta a la historia de la música cubana. Deja la guitarra y definitivamente se acompaña con el tres)



Pacho Alonso

Feliz y decisivo para la proyección nacional de la obra de Faustino fue su encuentro durante el carnaval de 1964 en San Germán, Holguín con el notable cantante Pacho Alonso, quien incorporó varios de sus sones a su repertorio, sobre todo “En Guayabero”, en ritmo de pilón, con el que logró un significativo éxito en Cuba y el exterior.
Al año siguiente la pieza apareció en un disco de larga duración que Pacho grabó en los estudios de la EGREM y que fue comercializado en los países socialistas de Europa.

Pacho Alonso interpretando: En Guayabero, de Faustino Orama:

Por cierto en esas mismas fiestas populares también tuvo su bautizo de fuego el pa’cá, ritmo en el que su creador, Juanito Márquez, uno de los más notables arreglistas y orquestadores de las obras de Pacho y El Guayabero, fusionó el joropo venezolano con la música cubana e hizo de Holguín en esa etapa una de las capitales de la música bailable en la Isla.


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Inmediatamente, ya con su definitivo nombre artístico y el estatus de trovador profesional, El Guayabero actúa por primera vez en emisoras y canales de televisión de la capital cubana, en el Hotel Nacional y en otros muchos centros nocturnos habaneros y de otras provincias y municipios. Con ímpetu juvenil el juglar reinicia sus periplos por todo el país, pero ahora con el aval de una obra consolidada que se multiplicaba, a través del disco y los medios de difusión, en múltiples versiones y arreglos.
Otras figuras y agrupaciones que se nutrieron de su pequeño pero contagioso y simpático catálogo fueron Ramón Avilés, Edda Quian, Niño Rivera, Conjunto Club de Salinas, Ibrahím Ferrer con Los Bocucos, las orquestas Sensación, Neno González, Original de Manzanillo, Maravillas de Florida, la Hermanos Avilés y la de la Imprenta Nacional. Estos interpretes en el lustro 1965-1970 popularizaron en todo el país sones como “Oye el consejo”, “Ay candela”“Me voy pa Sibanicú, “Como vengo este año” y “Como baila Marieta”.
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Versión de "Candela", de Faustino Orama, interpretado por Ibrahim Ferrer en el CD Buena Vista Social Club (ganador del premio Grammy):

!AY CANDELA!
Autor: Faustino Oramas Osorio
Interprete: Buena Vista Social Club.
Ay candela, candela, candela, me quemo, aé
Puso un baile una jutía,
para una gran diversión
de timbalero un ratón
que alegraba el campo un día
Un gato también venía
elegante y placentero
buenas noches compañero
siempre dijo hacia el timbal
para ahi el dijo de tocar
para descansar un poco
salió el ratón medio loco,
también voy a descansar
y el gato en su buen bailar,
bailaba un danzón liviano
el ratón se sube al guano
y dice bien placentero
Y ahora si quieren bailar
busquen otro timbalero.
Ay Candela, Candela, Candela me quemo aé
Oye Faustino Oramas y su compañero
necesito que me apaguen el fuego.
Margarita llama pronto a los bomberos 
para que vengan a apagar el fuego.
Oye si estás perdido marca los siete cueros
y asi vendrán mas pronto los bomberos
Margarita que me quemo
Yo quiero seguir gozando
La candela me está llamando
Me gusta seguir guarachando
Esta tarde venimos acabando )
Como quiera seguimos tocando)
La mujer cuando de agacha )
Se le abre el entendimiento, )
La mujer cuando de agacha é)
Se le abre el entendimiento é)
Y el hombre cuando lo mira )
Se le para el pensamiento.)
De ti me gusta una cosa )
Sin que me cueste trabajo,)
De ti me gusta una cosa é)
Sin que me cueste trabajo é)
De la barriga pa' arriba )
De la cintura pa' abajo )
Mira se quema, se quema mamá)
Mira se quema, se quema oye)
Mira mamá que me quemo)
Mira llama pronto a los bomberos)
Para que vengan apagar el fuego)
Mira que el fuego me está quemando)
Y yo quiero seguir guaracheando)
Mira que fuimos pa Bayamo)
Mira que somos cantantes)
Mira se quema la Maya)
Mira ese pito que suena
Buena tarde  toca mamá)
Santiago de Cuba está que se prende en llama )
Se quema, se quema oye)
Mira me quemo, me quemo)
Mira mi mami me quemo)
Oye yo quiero seguir guarachando)
Mira mamá que yo me estoy quemando)
Faustino Oramas tú estas acabando)
Mira se quema, se quema)
Mira mi mami se quema)
Oye se quema se quema.

Las piezas anteriormente mencionadas soportaron la avalancha de música beat, pop y rock y las dulces baladas y canciones italianas, francesas, españolas y norteamericanas, con figuras como Julio Iglesias, Charles Aznavour, The Beatles, Rolling Stones o Rita Pavone, que invadieron a Cuba.
Memorables fueron las actuaciones de Faustino en “El Comedor de Guachinango”, una instalación gastronómico-musical que tomó como nombre uno de los sones más emblemáticos de Miguelito Cuní, y que reunió un magnífico elenco artístico que giró por toda: Gilberto Noroña (Carioca) con sus aplaudidas parodias y excentricidades, El Guayabero con sus sones picantes y José Antonio Pinares con su Quinteto Camagüey. De carnaval en carnaval se les oía y con ellos y otros músicos se bailaba de pilón, dengue, mozambique y el siempre vigente son.
Otras figuras holguineras de la misma época que alcanzan notoriedad.
En las vertientes cosmopolitas en boga sobresalían la baladista Pilar Moráguez, los grupos Los Cankas y Los Century. La naciente nueva trova contaba con Ramiro Gutiérrez y Freddy Laborí (Chispa). El barítono Raúl Camayd y su compañía lírica ganaron aplausos en los más exigentes escenarios con sus zarzuelas, operetas y revistas de variedades. Y no menos trascendentes fueron los aportes de los maestros Juanito Márquez, Germán Piferrer, Manuel de Jesús Leyva (Koko) y de agrupaciones de música bailable como las jazz band Hermanos Avilés y Los Chicos de Cuba y los conjuntos Los Diablos y Ases del Ritmo.
Ases del Ritmo logró contar, entre 1967-1969, con el piano, los arreglos y composiciones de una personalidad legendaria del son: Lilí Martínez. Por su parte Los Diablos, entre 1968-1969, contaron con la voz y el carisma de Faustino que, jocosamente, gustaba de presentar la agrupación como Los enemigos de Dios.
Ese conjunto entonces era considerado uno de los mejores de Oriente por lo que actuó en los más importantes centros nocturnos de Cuba junto a Roberto Faz, y las orquestas Sensación y la Aragón.
Fundado por el guitarrista Jorge Rodríguez, entrañable amigo y compañero de varias etapas en el quehacer del famoso trovador sonero, Los Diablos había logrado una formidable sonoridad, empaste y repertorio. A ello contribuyeron músicos, compositores y arreglistas de la valía como Jorge Rivero (luego pianista de Rumbavana y creador de boleros como “Descarga corazón” y “Si en silencio me amas”, el trompetista Conrado Quevedo que, entre otros aportes, le puso al instrumento sordinas como en la época de oro del jazz.
Otros lazos de Faustino con Los Diablos eran que allí tocaba el contrabajo su hermano pepín Orama y los bongoes su sobrino Carmito Orama y la voz hermosa y potente al estilo de Miguelito Cuní era la de Ramón Arrieta, otrora integrante de “Trovadores Holguineros”.

El Guayabero en fechas
Inicio de la década de 1970
Deja la guitarra y se acompaña definitivamente con el tres

Faustino Orama, El Guayabero 13 (Triunfa la revolución cubana)



 
Todo comenzó a cambiar para Faustino después del triunfo de Revolución cubana. Poco a poco se fueron desvaneciendo prejuicios, barreras y fatalismos geográficos. Cualquier aporte, por pequeño o distante de la capital que estuviera, se empezó a reconocer y a legitimar.


El Guayabero en fechas
1959-1962
Trabaja con el conjunto "Estrellas de Oriente" y otras agrupaciones holguineras con las que canta en emisoras de radio, cabaret y fiestas populares.

Pero, obviamente que después del 1ro de enero de 1959 en Cuba no faltaron batallas que dar, esfuerzos que emprender, obstáculos que vencer, sueños que aspirar y frustraciones que sufrir, pero ahora todo ocurría en un contexto social de franqueza y unión por el bien colectivo que reverdecía las esperanzas. En el caso de los músicos, uno de los primeros retos fue desterrar el uso de los aparatos mecánicos en los bailes y lograr la contratación de las agrupaciones. En ese empeño colaboró Faustino desde el sindicato y otras organizaciones que iban surgiendo.

El Guayabero en fechas
1962
Reorganiza su conjunto con el que se presenta en centros nocturnos, y junto a Benny Moré y otras figuras y agrupaciones ameniza carnavales y otras celebraciones, entre ellas las del año siguiente dedicadas a recaudar fondos para socorrer a los damnificados por el ciclón Flora.

En Holguín la vida cultural alcanzó una impresionante masividad bajo la dirección de Cultura Municipal y su entusiasta director, el doctor Silvio Grave de Peralta. Son esos los años fundacionales de instituciones como la biblioteca Alex Urquiola, el Orfeón Holguín, el Teatro Lírico y un movimiento coral no igualado en décadas posteriores. La música bailable también vivió momentos de singular esplendor. El Guayabero integró la nómina de “Estrellas de Oriente”, uno de los mejores conjuntos holguineros de entonces. Luego reorganizó su agrupación “Trovadores Holguineros”, al frente de la cual actuó entre 1962-1964 en incontables carnavales, fiestas esas de particular expansión, en la que los cubanos toman calles y plazas, bailan, beben cerveza y ríen. En ellas Faustino comenzó a ser una de las figuras más solicitadas.
Pero como siempre ocurre, aún en momentos de efusividad, durante su despegue como creador no faltaron momentos de tristeza, como lo fue su último encuentro con Benny Moré, entonces en franco deterioro físico por las dolencias que meses después lo llevaron a la tumba.




21 de junio de 2017

Faustino Orama, El Guayabero 12 (En Guayabero mamá, me quieren dar)



Conocedor de que timoratos, beatas y otros absurdos ponían barreras a la gracia y doble sentido de sus piezas, Faustino no las cantaba cuando se presentaba en la radio o en sitios de la burguesía para los que era contratado con su conjunto; para esos casos tenía un repertorio más convencional que no iba más allá de las guarachas de Ñico Saquito.
Pero cuando las presentaciones era en los predios de la gente humilde y por tanto libre de prejuicios, máscaras y formalidades, su ingenio y sentido del humor se desbordaba. El premio era la risa, alegría y unas pesetas que le dejaban caer en su sombrero cuando él pasaba el cepillo, aconsejando a todos que “cooperaran con el artista cubano”.
“En Guayabero mamá, me quieren dar”
Pero a veces ocurría que por sus descargas sabrosas nada más conseguía un plato de comida, unos tragos o un lugar donde pernoctar.



Por cierto, en uno de esos, sus comunes recorridos del año 1955, llegó al caserío Guayabero, cercano al central santiaguero Miranda (hoy Julio Antonio Mella) y allí vivió una peligrosa aventura que le inspiró la pieza que le dio definitiva identidad artística.
Ocurrió que en la rústica cantina el juglar, acompañado de varios músicos de su conjunto, se divertía de lo lindo cantando sus simpáticas composiciones, mientras los parroquianos se reían a carcajadas. Una trigueña hermosa le servía tragos de vez en cuando… y en eso llegó el jefe del puesto de la Guardia Rural, quien era el esposo de la muchacha y, celoso, armó la bronca. Mientras Faustino corría por entre los verdes cañaverales nació la inspiración.


En Guayabero (Son)
Letra y música: Faustino Orama Osorio
Trigueñita del alma
no me niegues tu amor
trigueñita del alma
dame tu corazón
nunca pienses amor mío
que yo pueda olvidarte,
nunca pienses amor mío
que yo puedo olvidarte
Montuno: En Guayabero, mamá, me quieren dar.
Me case con una enana
Coro: Guayabero
Para el colmo del reír
Coro: Guayabero
Le puse la cama en alto
Coro: Guayabero
Y no se pudo subir
Montuno: En Guayabero, mamá, me quieren dar.
No vayan a San Andrés
Coro: Guayabero
Allí fueron mis dos hijas
y de dos vinieron cuatro.
Montuno: En Guayabero, mamá, me quieren dar.
Un guajiro el otro día
Coro: Guayabero
Llegó a una fonda apurado
Coro: Guayabero
y pidió para almorzar
Coro: Guayabero
seis platos de bacalao
Coro: Guayabero
se comió un lechón asado
Coro: Guayabero
con treinta bolas de queso
Coro: Guayabero
Montuno: En Guayabero, mamá, me quieren dar.
Cuando estuvo satisfecho
Coro: Guayabero
En un jardín se agachó
Coro: Guayabero
y cuando se levantó
Coro: Guayabero
la tonga valía mil pesos
Guía: En Guayabero, mamá, me quieren dar.

Con “En Guayabero”, el músico trasnochador, amante del son y las mujeres comenzó perdió su nombre y ganó el sobrenombre que lo inmortalizó.
Pasado el tiempo el son se convirtió en tema obligado en cualquier sitio al que arrimó su guitarra o su tres y, más importante aún, devino especie de carta blanca que desarmó a no pocas gentes de rostro adusto que no transigían ante sus canciones «irrespetuosas», pues ante tal expresión de autochoteo o de burlador burlado, sus canciones terminaron tomando un matiz festivo e indefenso.


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