El 30 de noviembre de 1898 se fueron las últimas tropas
españolas que estaban en Holguín y dos días después entran las norteamericanas,
que llegaron dirigidas por Mr. Duncan H. Hood.
A mediados de diciembre de ese año llega a Holguín con
retraso una noticia que llena de consternación a todo el país: la muerte en
Estados Unidos el día once de Calixto García.
Máscarilla hecha al cadáver de Calixto García (Se conserva en su casa natal en Holguín)
De inmediato las autoridades
norteamericanas y las civiles integradas por holguineros, acompañadas por el
pueblo, parten desde la Plaza
de Armas hasta la casa de doña Lucía Iñiguez, madre del héroe, a testimoniarle
las más sentidas condolencias. Y el día 17 el Ayuntamiento local declara duelo
durante los días 18 al 20 y asimismo decide rebautizar la Plaza de Armas como Plaza
Mayor General Calixto García.
Al comenzar la última etapa de
la lucha de los cubanos contra el dominio español, se inició en Holguín otro
período de parálisis económica. La administración municipal se vio obligada a
reparar las obras de defensa y construir otras, dejando a un lado la atención a
las necesidades de la plaza y de otros sectores sociales.
Entre los cientos de
holguineros que se incorporaron a la manigua, estabaninsignesguerreros, pero también sencillos hombre de pueblo que no eran diestros
en el uso de las armas,pero que también
dieron muestras de heroísmo y amor al suelo natal. Entreestos últimos estaban casi todos los músicos
de las dos orquestas locales, la de Ochoa y la de Avilés.
Esos músicos, que tantas veces
habían amenizado las retretasen la Plaza de Armas, fueron
escogidos por el holguinero José Isidoro Urbino cuando el general Antonio Maceo
le ordenó que escogiera a los mejores
para formar la Banda
de la Invasión
a Occidente, o la Banda
de Holguín como la llama José Luciano Franco en su biografía de Maceo.
La historia de Cuba jamás puede olvidar que al partir la columna
invasora desde los Mangos de Baraguá, el 22 de Octubre de 1896, iban
al frente los músicos de Holguín interpretando La Bayamesa. Y tampoco que la Banda Invasora escribió otras páginas inolvidables, por lo que José Miró
Argenter, en sus Crónicas de la guerra,
le prodiga merecidos elogios.
Por su
parte Constantino Pupoescribe en su
libro Patriotas Holguineros, que esta
Banda fue: “(…) la que anunció a los camagüeyanos que las huestes del Gran
Maceo habían salvado el linde de Oriente, y la que, en la famosa carga de Mal
Tiempo electrizó a los soldados de la libertad, dando al aire las notas
vibrantes del Himno Invasor, y la que en Mantua, término feliz de la gloriosa
jornada, conmovió la campiña pinareña (…)”[1]
Tampoco se debe olvidar que sus directores, Manuel
Dositeo Aguilera y Jesús Avilés Urbino, tuvieron un papel muy significativo en
la creación del Himno Invasor, del que Loynaz del Castillo se atribuyó luego la
total autoría.
En el siguiente material de 1943 se puede ver al General Enrique Loynaz del Castillo narrando su versión de la historia del Himno Invasor:
Al concluir la guerra varios de los músicos de Holguín
retornaron al pueblo con la satisfacción de haber cumplido con el más sagrado
deber de un patriota y una vez en la ciudad, reorganizaron las dos orquestas
que se encargaron de tocar en las populares retretas de la Plaza, hasta 1922 en que se
funda la Banda Municipal.
Lamentablemente
cuando los independentistas cubanos prácticamente habían conquistado la
victoria, el Ejército norteamericano interviene y se hace dueño de Cuba.
Durante los años de paz que mediaron entre la Guerra Grande que
concluyó en 1878 y el inicio de la de 1895, los holguineros más persistentes
enemigos del colonialismo no bajaron las defensas. En 1887 muchos de ellos se nuclearon
en el Comité Liberal Autonomista. Este dicho Comité abrió frente a la Plaza,la Sociedad “La Tertulia”, esa, junto con el Casino Español,
instalado desde 1881 en la calle del frente, y el cercanoCentro de Artesanos tuvieron un papel
fundamental en el desarrollo cultural de esos años.
Poco a poco
las fiestas tradicionales recobraron el esplendor de antaño y en las
mencionadas sociedades y en el teatro de verano de la propia plaza, se
incrementaron las actuaciones de compañías bufas, líricas, y dramáticas, así
como las presentaciones de músicos locales o de otraspartes que recorrían la isla, entre estos,
virtuosos de la talla del pianista Ignacio Cervantes y los violinistas Díaz
Albertini y Brindis de Salas.
Francisco Fernández Rondán
José Miró Argenter
Otro hecho acaecido en la Plaza de Armas, y que está
en la memoria histórica de la ciudad, sucedió en la madrugada del 26 de agosto
de 1889: Salió desde La
Tertulia para la
Plaza con la orquesta de Ochoa al frente, una manifestación
en la que ibanconnotados miembros del
Partido Autonomista, entre ellos Francisco Fernández Rondán y José Miró
Argenter. Luego los manifestantes recorrieron parte del pueblo dando gritos de
¡Viva la autonomía y Cuba, mueran los contrincantes! Y volvieron a la Plaza donde siguieron
gritando sus consignas y, según el posterior testimonio, ofrecido durante el
juicio que les hicieron por el Comandante Militar de Holguín, Don José
Mantilla, quien los observaba desde un balcón de La Periquera, como a las 4
de la madrugada dicha manifestación fue disuelta por la policía. A cada uno de
los promotores se le impuso multa de cinco pesos.
Después vino laPurniada,
que es como se conoce el temprano alzamiento de los Hermanos Sartorio, y otras
acciones hasta que llega al 24 de febrero de 1895 en que por orden del Partido
Revolucionario Cubano se dio el grito definitivo por la independencia.
Cuando finaliza la guerra
(1878), la otrora bella Plaza de Armas estaba completamente enyerbada y en ella
pastaban a su libre albedrío cerdos, ovejas y hasta vacas. Pero acto seguido los dueños defincas urbanas, entre ellas viviendas y
establecimientos comerciales, acometen la reparación de sus propiedades, pero
el Ayuntamiento no pudo hacer lo mismo porque estaba en la completa miseria.
En un manuscrito inédito de Oscar Albanés Carballo,
titulado “Narraciones”, que se conserva en la Sala de Fondos Raros y Valiosos de la Biblioteca Provincial
de Holguín dice que los años posteriores a la guerra, el Gobierno local de la
jurisdicción no pudo disponer “de cantidadalgunade importancia para
reparaciones de edificios o calles, vías, puentes o reparaciones de caminos”[1].
Eneste períodose hicieron muy pocas obras en Holguín, entre ellas la última plaza
colonial de lasedificadas en la ciudad,
la Plaza Mantilla,
(actual parque Infantil Rubén Bravo), iniciada el 23de enero de 1883 con el objetivo de que
sirviera al esparcimiento de las tropas acantonadas en el Cuartel de
Infantería, (actual edificio sede de la Central de Trabajadores de Cuba en Holguín),
aunque a la nueva plaza acudía parte de la población.
Ese la época lluviosa de 1884,
en la Plaza de Armas
comenzó a crecer la hierba desmesuradamente y los animales herbívoros se
mudaron a ella[2].
Entonces las publicaciones periódicas
iniciaron constantes críticas hasta que el Ayuntamiento exigió a la Comisión de Ornato que
hiciera algo. La Comisión
pidió el respaldo de los holguineros y lo encontró, sobre todo en el Círculo de
Dependientes. Se cortó (chapeó) la hierba y se regó con agua la plaza para
aplacar el polvo y la tierra que la afeaban.
En 1888el Ayuntamiento cambió los nombres a las
calles de Holguín, siendo bautizadas las que circundan la plaza de la forma
siguiente: Comercio (la actual Libertad), Mercaderes (Frexes), España (Maceo) y
Concordia (Martí). En la misma fecha se propuso la rotulación de las calles e
inmuebles de la ciudad, aunque no fue casi diez años después cuando en los
Estados Unidos se compraron las placas de esmalte azul prusia con la numeración
y también las 24 farolas modernas y circulares con depósitos para el petróleo
que se colocaron en la plaza y otros sitios de la ciudad.
[1] Oscar Albanés Carballo. Trabajo inédito con el título “Narraciones”.
Sala de Fondos Raros y Valiosos, Biblioteca Provincial de Holguín.
[2] Periódico “El Periquero”. p.2. Holguín,2 de marzo de
1884