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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

28 de septiembre de 2016

Francisco de Zayas: El camino inconcluso entre Cuba y España



 Por; José Abreu Cardet
 
La Real Sociedad de los Amigos del País no fue una mera  institución burocrática para que individuos en la élite del poder del imperio español acumularan aplausos, halagos y condecoraciones. En torno a esta sociedad se agruparon  personas de indiscutible valor intelectual que pretendieron introducir  importantes cambios en Iberoamérica, tal como lo prueban las numerosas investigaciones históricas que se han hecho sobre los Amigos del País y sus miembros más relevantes.

Don Francisco (Paco) de Zayas del Reyes y Armijo fue uno de esos relevantes asociados que para mayor mérito no vivió en una de las grandes arterias de la cultura, el comercio y  la  industria de España y sus colonias, sino en un rincón de la Isla de Cuba durante las primeras  décadas del siglo XIX. Entremos, pues, en su apasionante vida y obra.

Zayas y Armijo nació en Santiago  de  Cuba en 1770, que fue la fecha del preámbulo de una época de revoluciones y guerras en el mundo occidental. Y cuando tuvo edad suficiente para escoger, do Paco escogió una carrera muy a propósito en tiempos de violencia: la militar. Pero lamentablemente sus sueños  y  ambiciones de joven tuvieron a adormecerse en la monotonía de la  Isla de Cuba, donde nada pasaba, (por lo menos en apariencia).

Cuando ya había cumplido cuarenta años de su edad solamente había llegado a Teniente Agregado al Estado  Mayor de la plaza de su natal Santiago de Cuba. Los presagios hacían creer que Zayas moriría de inactividad y pereza en la sociedad tremendamente provinciana donde vivía, pero un día de 1812, un muy buen día tanto para Zayas como para Holguín, el ya maduro militar fue designado  Comandante  de las Milicias de Holguín, que es una población situada en el norte de la parte oriental de Cuba.

En aquel tiempo de la llegada de Zayas a Holguín, la Isla de Cuba estaba dividida en dos zonas de desarrollo muy  diferente. Una era el occidente integrado por Matanzas, La  Habana y Pinar  del Río, o lo que es igual, el gran emporio del azúcar y el tabaco donde la mano de obra esclava era abundante y la clase terratenientes residía la mayor parte del año en las capitales europeas, absolutamente desarraigada. La otra estaba conformada por el centro y el oriente, verdaderamente un mundo aparte.

En esta segunda zona de Cuba la producción azucarera no había alcanzado auge y por tanto la esclavitud tenía una importancia secundaria. Aunque en verdad en el centro y oriente había algunas zonas en las que la producción azucarera se abría paso empujando por delante a esclavos y capataces. Pero no era Holguín una de esas avanzadillas de la gran producción azucarera, sino todo lo contrario: este territorio vivía sumido en una agricultura con predominio importante en los cultivos de subsistencia. Y para colmo de males ni siquiera había un puerto habilitado para el comercio a pesar de que la jurisdicción ocupaba un amplio segmento de las costas del norte de Oriente.

Exactamente ahora, cuando don Paco entró en la polvorienta y lejana Holguín, mucho más lejana porque no la cruzaba ninguno de los principales caminos de la Isla, el único comercio posible con el extranjero lo proporcionaba algún barco contrabandista que de vez en cuando llegaba a sus costas. El recién llegado se estableció y puso una  fábrica de carruajes.

Como militar que era participó en la liquidación de un movimiento conspirativo de esclavos que pretendían sublevarse contra la tenebrosa institución que los había convertido en mercancía. Y después, ya estrechamente vinculado a los grupos de terratenientes criollos de la zona y a la población en general, desempeña diversos cargos públicos de cierta importancia: Alcalde Ordinario, Subdelegado de la Real Hacienda, Sentenciador de bienes de Difuntos.

Y en 1816 lo designan Teniente Gobernador de la Jurisdicción de Holguín. A diferencia de los que le habían antecedido en el puesto, Zayas ya llevaba varios años de residencia en la comarca cuando lo invisten en el más alto puesto político y militar de la zona, eso le habían permitido ver con claridad las flaquezas de la vida económica y social de la región que estaría bajo su mando. Por lo tanto ahora podía influir decididamente y cambiar la tan compleja y contradictoria sociedad sin tener que salir de los marcos del Estado español.

Hombre de iniciativa e inteligencia, don Paco no se deja ganar por la  fácil modorra que dominaba a muchos funcionarios coloniales. Y para mejor, lo extraordinariamente prolongado de su gobierno, que concluyó 17 años después, en  1833, le permitió poner en práctica muchas ideas y todavía estar presente cuando aquellas fructificaron.  Por su iniciativa se construye el primer edificio de dos plantas que hubo en Holguín: en la primera radica la cárcel pública y en la segunda la sede del gobierno.


Al fondo de esta fotografía hecha en algún momento posterior a 1916, se ve la casona de dos plantas construida por don Paco de Zayas.


Así mismo don Paco hizo construir el corral y sitio dedicado a la matanza de animales de consumo que desde la fundación de la población era tema de discusiones y acuerdos del Cabildo que jamás se cumplían porque nadie se atrevía a enfrentar el problema, y mientras tanto los desperdicios de las reses  se  pudrían en los alrededores de la población e incluso en medio de las calles.

Don Paco reconstruyó la iglesia mayor y aceleró los trabajos para edificar el segundo templo católico que hubo en el poblado. Reparó el Hospital y el camposanto. Levantó un plano de la jurisdicción. Rotuló las calles holguineras y obligó a cada vecino a situar en la puerta de su casa un farol, iniciando así  el  alumbrado público. Procuró eliminar los bohíos (casas de pajas) del centro de  la ciudad y organizó la limpieza de las calles. Gracias a sus gestiones logró la aprobación de un escudo de armas para la ciudad. Facilitó un acuerdo entre el Cabildo holguinero y los poseedores de tierra en el Ejido para, de esa forma incrementar los fondos del Cabildo con los pagos que hacían aquellos individuos. Promovió la siembra  de caña de azúcar y café. Gestionó la introducción de esclavos en Holguín en mayor número del que había hasta entonces, para tratar de dar soluciones a la escasez de mano de obra. Reparó  caminos y abrió otros al tráfico.

Un hecho que demuestra el alto nivel intelectual alcanzado por este hombre fueron sus vínculos con la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana. Perdido en aquel remoto confín del Oriente cubano, don Paco pulsó el siglo en que vivía y valoró la importancia de esa institución en el fomento de la riqueza material  y espiritual. Finalmente integró la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana, convirtiéndose en miembro numerario, exactamente el 63 y en 23 de enero de 1830 creó una Delegación de la Sociedad en Holguín de la que era su Presidente.

Pero los vínculos de don Paco de Zayas iban mucho más allá de los aspectos formales de los Amigos del País: en la revista de la Sociedad editó una compilación de documentos sobre  la fundación de Cabildo holguinero y otros aspectos de la historia de la localidad que hoy se considera el primer esfuerzo historiográfico realizado por un vecino de esta región.

Sin embargo más allá del dato para satisfacer al curioso que quería saber quién fue el primero en publicar datos históricos de Holguín, ese hecho dice que la relación entre este hombre de provincia y aquella institución radicada en La Habana eran muy estrechos. Y este segundo dato tiene otra lectura significativa: don Paco era singularmente estimulado por los altos intelectuales de su época que, de seguro, lo mantenían al tanto de los progresos de la técnica y de las últimas ideas que recorrían las fronteras del Imperio. No titubean los historiadores contemporáneos al afirmar que La Sociedad de Amigos del País hizo de don Paco un hombre de avanzada y que actuaba como tal en cada momento.

Y sin menosprecio por su otra obra, ya referida en este escrito, pero que sinceramente eran cuestiones pueblerinas, el gran momento de don Paco, aquel que le dio el codazo para dar el gran salto al futuro fue la creación del puerto de Gibara.

Desde el  mundo de hoy, donde la comunicación lo es todo, no se puede apreciar la grandiosidad de la hazaña con toda claridad.  Intentémoslo.

Pocas costas cubanas tienen bahías tan a propósito para la navegación como las del norte de Oriente. Y tanto es así que el primer europeo que visitó estos territorios, Cristóbal Colón, se asombró y dejó constancia de las muchas entradas de mar que hay en el nororiente de la Isla. Sin embargo después del muy autorizado criterio del Gran Almirante se produjo un extraño silencio que duró tres siglos, y mientras tanto el único comercio que conocimos fue el de contrabando que realizaban corsarios y piratas.

Incluso los primeros holguineros  que desde 1720 comenzaron a escribir reiteradas cartas al Rey pintando este lugar como un verdadero paraíso terrenal que merecía que Su Majestad diera título y autorizara la Tenencia de Gobierno, guardaron un hermético y cómplice silencio en lo relacionado  con las extensas y desamparadas costas de la jurisdicción, seguramente que defendiendo la posibilidad de seguir practicando el comercio de contrabando.

Correspondía a los Tenientes Gobernadores hacer cumplir la voluntad real de que los vecinos de la Isla solamente comerciaran con España, pero no era don Paco un funcionario que gobernaba a base de amenazaba y que ganaba la buena voluntad de sus vecinos perdonándole las vidas. Su idea y cálculo eran otro. Perspicaz como era, era don Paco el primero en comprender que el  comercio de contrabando había tenido su momento; pero ahora ya era un simple intercambio de pacotillas. El comercio que cambiaría el estado calamitoso de la economía, (y las viejas y prohibidas costumbres de los habitantes de la comarca bajo su mando), tendría que ser de altura y la única forma de conseguirlo era teniendo un puerto propio por el que se intercambiaran las hojas de tabaco que se cosechaban en las vegas de Holguín y los azucares que se producían en los trapiches que ya alcanzaban dimensiones de ingenios. Solamente un puerto era lo que proporcionaría a la Jurisdicción un comercio seguro, mesurado, sin el sobresalto de tener que otear el horizonte ante la amenaza de la probable llegada de uno de los  guardacostas del rey mientras se hacia la transacción con los contrabandistas ingleses o franceses.


A todos les convenció el Teniente Gobernador y muy pronto el puerto devino en el proyecto de los terratenientes y vegueros criollos.

Don Paco escogió para hacer el puerto en Gibara, una bahía situada a poco más de 30 Kilómetros de la ciudad de Holguín. Pero para hacerlo era necesario la autorización real y el Teniente Gobernador utilizó una estrategia que lo llevó a jugar al seguro: hizo ver a las autoridades coloniales que era preciso levantar un fortín que sirviera de defensa contra los corsarios que las guerras de independencia de América habían lanzado al Caribe. Con gusto aceptaron las autoridades superiores, interesadas en defender su colonia. En torno al fortín no tardó en surgir el puerto.

De todas las que estaban en la jurisdicción de Holguín, era Gibara la bahía menos profunda y de menos condiciones para el atraque de buques, pero asimismo era esa la bahía de más fácil acceso desde Holguín, aunque fuera menos profunda y de menos condiciones para el atraque de buques.

En 8 de julio de 1816, a poco de que don Paco había sido nombrado Teniente  Gobernador de Holguín, éste remite el proyecto de construir un batería en la  bahía  de Gibara al Jefe del Departamento Oriental. A su vez éste lo eleva de inmediato al Capitán General, y aquel lo aprueba en 2 de septiembre de ese año. Apenas llega a oídos de Zayas la tan grata noticia, se entrega por entero a la nueva obra. No le cuesta mucho  convencer al Ayuntamiento, también interesado en el proyecto.  El  propietario de los terrenos donde se levantaría la futura fortaleza, convencido o presionado, donó sus derechos para la obra militar.

A falta de dinero el Teniente Gobernador promueve una colecta. Y por fin, el 16 de enero de 1817 se inicia la construcción de la fortaleza. Don Paco sabe que esta haciendo historia para los libros de texto, y por eso hace levantar acta de ceremonia previa al inicio de la  construcción  de la batería con misa, cohetes y banquetes y los buques anclados en la bahía disparan sus piezas. Precisamente la presencia de barcos mercantes en la bahía, desembarcando a remos sus  mercancías mientras los marinos y los comerciantes vivían la agonizante expectativa de la posible aparición de un barco corsario o pirata que los atacara y robara, demostraba la necesidad del puerto.

A diferencia de la fabricación de otras obras militares durante la colonia, que demoraban décadas, la batería en Gibara se concluyó en apenas un año y cuatro meses. El 2 de junio de 1818 ya estaba concluida la obra que se bautizó con el nombre de Fernando VII.

De inmediato Zayas se ocupa de gestionar que se estableciera allí una guarnición. A falta de cañones hace trasladar e instala algunas pequeñas piezas  capturadas a buques corsarios y piratas o simplemente rescatados de embarcaciones hispanas naufragadas.




Muy pronto en torno a la fortificación comenzó a surgir un pequeño poblado. Para mantener el orden interno el Teniente Gobernador promovió la designación de un oficial de la batería para que se encargara de tan embarazosa situación.

Antes de venir a Holguín, don Francisco de Zayas y Armijo había contraído matrimonio con Maria Josefa Cantero, con la que tuvo un hijo. Prácticamente no hay información sobre esta mujer que no acompañó al marido a su nuevo destino y que le entregó su único hijo. Lo cierto es que Zayas llegó a Holguín con su hijo, entonces un niño y aquí comenzó a sostener relaciones maritales con Josefa Cardet y Cruz, joven proveniente de una rica familia de la comarca. No hay que dudar que las comadres murmuraran, pero, extrañamente, la familia de ella aceptó la relación. Los cinco hijos naturales que Zayas tuvo con la Pepa Cardet, que así era como popularmente llamaban en Holguín a doña Josefa, recibieron por apellido el de sus tíos. Varios años después Zayas y la Pepa se pudieron casar. Hay historiadores que dicen que fue cuando en Santiago de Cuba falleció su legítima mujer y otros aseguran que la mismísima reina de España intervino ante el Papa para que divorciara a don Paco en agradecimiento por los tantos servicios prestados a la Corona.

En 1833 don Francisco de Zayas y Armijo solicitó que lo relevaran del cargo de Teniente Gobernador de Holguín alegando problemas de salud. Las autoridades españolas insistieron para que don Paco retirara su renuncia, pero este no lo hizo. Pocos meses después, exactamente el 11 de mayo de 1837, el brillante jefe militar y civil de Holguín falleció en esta ciudad. Sus restos descansan en el camposanto de la localidad.

La obra de don Francisco de Zayas y Armijo adquirió singular relieve en la historia del Oriente de Cuba. En poco tiempo Gibara se convirtió en uno de los puertos más importantes de la Isla y a la vez en torno a él creció una importante zona de cultivos poblada, en lo fundamental, por canarios  y criollos.

Quien al paso del tiempo juzga su obra obligatoriamente tiene que aceptar que fue básica para el desarrollo de esta apartada comarca cubana. Aunque es verdad que lo hecho por Zayas en Holguín lleva en su seno las contradicciones de la sociedad colonial en que fue llevada a cabo: don Paco fue un impulsor del incremento de la esclavitud,  pero igual lo fueron todos los burgueses criollos que consideraron la nefasta institución un factor vital para el progreso. Lógicamente que los esclavos que vinieron a Holguín por las gestiones del Teniente Gobernador tenían una visión de él muy diferente a la que tenían los terratenientes locales. Para los esclavos era don Paco un hombre malo, para los terratenientes era un benefactor y ambos grupos tienen razón. 

Simplemente don Paco fue un criollo que buscó las soluciones que le parecieron mejor a los problemas de su época dentro de los marcos del imperio español en América. Su éxito y su fracaso se resume en la historia del puerto de  Gibara: aquel fue puerta de entrada y salida de mercancías a nivel internacional, pero los mercaderes hispanos acabaron por  desplazar a los criollos y el pueblo se convirtió en centro del más acérrimo españolismo.

Treinta y cinco años después de la muerte de don Paco, unos de sus nietos, Julio Grave de  Peralta y Zayas, se convirtió en el líder máximo de la primera  guerra  independentista cubana en la jurisdicción holguinera. Y cuando los insurrectos pusieron sitio a la guarnición española de Holguín durante los primeros meses de la guerra del 68 (1868), Julio no dudó en  incendiar las propiedades de su abuela, la Pepa Cardet, que para entonces ya no era la viuda de don Paco porque se había casado con un joven soldado del ejército español.

Cuando desde el bando español la Pepa vio su casa arder murió de la rabia, dijeron entonces, aunque es de creer que fue por infarto. Pero ni siquiera su muerte detuvo la obra revolucionaria. Ya habían enterrado a la Pepa y todavía salía humo negro de las maderas de la que había sido casa de vivienda de don Paco. Un historiador de la comarca, quien por cierto es descendiente de la misma familia de la que nació la Pepa, dijo que era como si la obra y la memoria de Francisco se convertía en volutas de humo que desaparecieron en el cielo por tanto amó.

Más en muchas ocasiones la historia guarda sorpresas no siempre palpables  a la primera mirada. Después del 98, cuando el Ejército estadounidense malogró la independencia de Cuba, las  grandes compañías de ese país comenzaron a penetrar en Cuba, castrando toda posibilidad de desarrollo a largo plazo, entonces el pequeño puerto de Gibara, para entonces arruinado y empobrecido, y también sus zonas de cultivo, donde mal vivían agricultores pequeños descendientes de canarios, soportaron las  andanadas de los poderosos trust azucareros y se convirtieron en refugio seguro para la nacionalidad cubana amenazada de disolverse en la cultura anglosajona. De cierta forma esa fue la gran victoria de don Francisco de Zayas y Armijo.


27 de septiembre de 2016

Patronato Mil Amigos de Holguin: Semaforos en la Ciudad



La opinión pública de la ciudad consideraba que los Mil Amigos de Holguín desempeñaban una gran labor de beneficio público. Su gestión, igual que el Club de Leones y otras asociaciones cívicas, resultaba notable a favor del mejoramiento de la ciudad:

“Su labor es digna de todos los aplausos. A ellos se deben múltiples obras y conquistas de nuestro actual progreso humano. Y verdad que, acaso, los MIL han incurrido en algún error, quizás alguna que otra vez sus determinaciones no han sido las mas acertadas, pero esas pequeñeces no restan ninguna valor a su holguinerísima, entusiasta, honrada y eficiente actuación”[1].

Proyecto de modificación de los estatutos del Patronato Mil Amigos de Holguín. (Holguín, 27 de junio de 1949).



Artículo 1: Esta asociación se denominará Patronato Mil Amigos de Holguín y se constituirá una persona jurídica susceptible de derechos y obligaciones.
Artículo 2: Su objeto será el fomento de los intereses morales, materiales y económicos de la ciudad de Holguín, creando cuantos medios propendan a la superación cultural del pueblo, haciendo y mejorando calles, así como otras obras publicas y sociales, reuniendo fondos para llevar a efecto esas obras, invirtiéndolos y administrándolos conforme a estos estatutos y a las leyes vigentes.
Artículo 3: El domicilio de esta asociación estará en la ciudad de Holguín, en el local que previamente acuerde la junta directiva.
De los Socios.
Articulo 4: Serán los socios del Patronato Mil Amigos de Holguín las sociedades, logias, clubes, colegios, sindicatos obreros y patronales y demás instituciones legalmente constituidas o que se constituyan en el futuro, los que se harán representar por sus delegados.
Artículo 5: Las personas que voluntariamente contribuyan con alguna  cuota mensual que fije la junta directiva serán miembros protectores del Patronato.
Artículo 6: Los socios estarán obligados a contribuir mensualmente al  Patronato con la cantidad que acuerde la junta directiva. Así mismo quedaran obligados a formar parte de las secciones y comisiones creadas y que se organicen y cumplir los deberes de las mismas.
De la Junta General:
Artículo 7: El gobierno, la dirección y administración de esta asociación corresponderá a la junta General de socios que se regirá por las disposiciones contenidas en estos estatutos.
Articulo 8: La junta general de socios se reunirá con carácter ordinario en los meses de enero, abril, junio y octubre de cada año, el  día que se señale el presidente, para conocer el estado general de la asociación hasta el día ultimo del mes inmediatamente precedente y tomar acuerdos generales.
Articulo 9: La junta general podrá reunirse con carácter extraordinario o cuando convoque el presidente o lo acuerde la junta directiva o lo soliciten no menos de tres asociados al corriente en el pago de sus cuotas.
Articulo 10: Las juntas generales, tanto ordinarias o extraordinarias debidamente convocadas, podrán tomar acuerdos con cualquier numero de asociados que concurra salvo en los casos en que otra cosa se disponga o no lo permitan las leyes o estos estatutos y previo el dictamen de la sección a que el asunto corresponda.
Articulo 11: Las juntas generales de cualquier naturaleza deberán de convocarse con tres días de anticipación a la fecha en que deben celebrarse bien por carta personal dirigidas a los socios, bien por cualquier otro medio que asegure la llegada del aviso al interesado y mediante la publicación del aviso en un periódico local. Cuando se trate de una junta general extraordinaria deberá hacerse constar en el aviso el motivo de la junta.
Artículo 12: Para tomar parte en las juntas generales tanto ordinarias como extraordinarias será necesario no adeudar más de tres cuotas mensuales consecutivas.
Articulo13: La junta general debidamente convocada tiene la plenitud de los derechos que correspondan a la asociación, como persona jurídica, perdiendo por consiguiente ejercitar todos los derechos y acciones que la asociación corresponde conforme a las leyes.
De la Junta Directiva.
Artículo 14: La junta directiva estará integrada por un presidente, un vicepresidente, un tesorero, un vicetesorero, un secretario,  un vicesecretario y doce vocales. Todos los miembros de la junta directiva serán elegidos por un periodo de un año, a contar desde el momento de su elección y hasta que sus sucesores debidamente elegidos tomen posesión de sus cargos.  El alcalde municipal de Holguín, que se encuentre en funciones será presidente de honor de la asociación y deberá ser citado para todas las juntas, tanto de la directiva como de las generales de socios y tendrá en ellas voz y voto.
Articulo 15: Corresponde a la junta directiva administrar y dirigir la asociación por delegación de la junta general de socios, fijar las cuotas de los socios y de los miembros protectores, las que por ahora no deberán ser inferior aun peso mensual, sin perjuicio de lo que, mas adelante determine dicha junta, acordar la baja de socios que adeuden mas de tres cuotas mensuales consecutivas. Así mismo es facultad de la junta directiva designar los presidentes de las secciones y comisiones que se establecerán mas adelante.
Artículo 16: La junta directiva se reunirá todos los lunes de cada semana y se podrá tomar acuerdos con la presencia de la tercera parte de sus miembros.
Del Presidente.
Articulo 17: Corresponde al presidente, ser representante legal de la asociación ante toda clase de personas, autoridades, funcionarios, oficinas, particulares, cumplir y hacer cumplir estos estatutos, ejecutar los acuerdos de la juntas generales y directivas, presidir las secciones y dirigir los debates, decidir los empates con voto de calidad, suscribir con el secretarios, las actas, certificaciones y correspondencia de la asociación y cualquiera  otra comisión que le sea encomendada por la junta general o por la directiva.
Articulo 18: Corresponde al vicepresidente sustituir al presidente en caso de ausencia temporal o definitiva con sus atribuciones.
Del Tesorero.
Articulo19: Corresponde al tesorero custodiar los fondos de la asociación depositándolos en instituciones bancarias o de créditos, girando contra las cuentas que así habrá, cheques que habrán de ser suscritos también por el presidente; llevar o supervisar la contabilidad de la asociación, firmar los recibos de las cuotas sociales, asistir a las juntas generales y directivas presentando los balances e informaciones que acrediten el movimiento económico de la sociedad; presentar a la junta directiva la relación de socios que adeuden tres cuotas mensuales consecutivas y cualquier otra misión que le sea encomendada por la junta general o directiva.
Articulo 20: Corresponderá al vicetesorero sustituir al tesorero en los casos de ausencia temporal o definitiva con sus atribuciones.
Del Secretario.
Articulo 21: Corresponderá al secretario, anunciar y convocar por orden  del presidente las secciones de la junta general o de directivas, levantar actas de las mismas en el libro correspondiente, certificar con el visto bueno del presidente los particulares que obren en dicho libro o  en los documentos a su cargo; firmar con el presidente la correspondencia de la  asociación y cualquier otro encargo que le sea encomendado por las juntas generales o directivas. Será sustituido por el vicesecretario.
De los Vocales.
Articulo 22: Corresponderá a los vocales asistir puntualmente a las juntas generales o de directivas, desempeñar las comisiones que les sean encomendadas por estos estatutos.
Articulo23: Para el mejor cumplimiento de los fines de la asociación se establecerán, cuando se estimen necesarias, secciones compuestas por no menos de cuatros ni más de ocho asociados. Uno de los vocales de la junta directiva la presidirá, las cuales someterán a la asociación y por medio de ellas a las autoridades y organismos competentes las  proposiciones o acuerdos que adopten para el objeto a cada uno encomendado.
Estas secciones serán las siguientes:
a) De urbanismo: La que tendrá a su cargo los proyectos y labores para el ensanche y embellecimiento de la cuidad, arreglo de parques y calles y cuidado del ornato público.
b) De régimen municipal: Le incumbirá velar y proponer medidas para que el gobierno local llene los fines que le asigna la constitución de la república y satisfagan todas las necesidades colectivas del municipio específicamente el mantenimiento de una administración honesta y eficaz, creación y sostenimiento de escuelas, museos, bibliotecas, campos de educación física y juegos infantiles.
c) De progreso rural: Para la institución de granjas agrícolas, escuelas forestales, apertura, reparación y conservación de caminos vecinales, experimentación y crianza de cultivos y atención de los barrios rurales.
d) De asuntos sociales: Para la solución de los problemas entre el capital y el trabajo, cuestiones sindicales, avenencias entre trabajadores de los diversos sectores o grupos y dentro de cada uno y en la relación con las autoridades y con esta asociación.
e) De acueducto y alcantarillado: Para la construcción y conservación de los necesarios.
f) De sanidad y beneficencia: Para la creación y mantenimiento de hospitales, asilos, albergues, casa de asistencia social, talleres de trabajo y de reparación técnica y estudios hidrológicos con análisis de las aguas y sus condiciones en cuanto concierne a la salud publica.
g) De servicio publico: Para los transportes de todo genero suministro de electricidad, alumbrado, teléfono, telégrafo, fuerza motriz, etc, soterrado de líneas, concesiones, tarifas, realización de obras al efecto, costeadas de por mitad por el ayuntamiento y las empresas.
h) De asuntos económicos: Para levantar fondos, crear impuestos u otros ingentes municipales, contratar empréstitos, emitir obligaciones, acciones para el pago aplazado de obras públicas, distribuir gastos y amortizar deudas municipales.
i) De balnearios y casinos campestres: Para su creación y funcionamiento aprovechando playas o lugares adecuados, vías de comunicaciones y medios de transporte.
j) De vigilancia y educación cívica y patriótica: Para la preparación ciudadana y la protección de cuanto directa o indirectamente afecte al progreso y defensa de las instituciones, intereses, ideales y sentimiento locales y nacionales.
Artículo 24: Por la Junta Directiva por igual término que el de su  mandato y podrán a su vez designar comisiones de asociados para los estudios y proyectos de los asuntos a su cargo, determinarán los días en que deban unas y otras reunirse con citación previa de sus miembros y adoptarán sus acuerdos con el quórum de la mitad más uno y por la mayoría absoluta de sus concurrentes.
Elecciones.
Artículo 25: En la Junta General Ordinaria del mes de enero de cada año se elegirá la Junta Directiva que había de elegir la asociación durante ese año y hasta que sus sucesores debidamente elegidos tomen posesión.
Artículo 26: La elección se hará individualmente para cada cargo en  votación secreta, mediante boletas que serán depositadas por cada socio votante. Cuando dos o más candidatos almacenen un número de votos mayor que el de los otros candidatos, pero empatados entre sí, se repetirá la votación únicamente entre los empatados, excluyendo de la nueva votación a los que hayan obtenido menor número de votos.
Artículo 27: Los electos tomarán posesión de su cargo en la misma junta o en otra inmediatamente posterior especialmente convocada.
Vacantes.
Artículo 28: Las vacantes que ocurran en la Junta Directiva serán cubiertas por elección secreta que hará la directiva entre los vocales. La vacante de vocal que por cualquier causa se produzca se cubrirá por elección que hará la directiva entre los socios al corriente de sus cuotas. Los sustitutos así nombrados ejercerán sus funciones solamente por el tiempo que restaba al sustituido.
Artículo 29: Estos estatutos solo podrán ser modificados por acuerdos tomados en Junta General expresamente convocada con asistencia de la tercera parte de sus asociados.
Artículo 30: Si en la primera convocatoria no se reuniese el número de socios necesarios al artículo anterior, se citará para una nueva junta que se celebrará no ante de los diez días siguientes en la que se podrá tomar acuerdos que se estimen convenientes cualquiera que sea el número de socios que concurra.
Disolución.
Artículo 31: Esta Asociación podrá disolverse por acuerdo tomado en la Junta General de socios, especialmente convocados a la que asistirán por  lo menos la mitad de los socios. Si en la primera convocatoria no se reuniese el número de socios indicados, se convocará para una nueva junta que se celebrará no antes de los diez días siguientes, en la cual podrán tomarse los acuerdos que se estimen convenientes cualquiera que sea el número de socios que concurran.
Artículo 32: En caso de disolución de esta asociación sus bienes pasarán a una institución de beneficencia de la ciudad de Holguín cuya designación se hará en la Junta General de socios a que se refiere el artículo anterior.
Disposición transitoria.
En atención a la fecha en que se modifican los estatutos de esta asociación, la directiva que se encuentra en vigor hasta esa fecha seguirá  en su cargo hasta que se convoque a elecciones en la oportunidad que determina el artículo 25 de estos estatutos, y tomen posesión los sustitutos debidamente electos.
(Fuente: Archivo Histórico del Museo Provincial de  la Periquera. Fondo República, Expediente No. 12)

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