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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

15 de noviembre de 2017

Juanito Márquez



Guitarrista, compositor, arreglista y director de orquestas. (Holguín, 4 de julio de 1929). Realizó estudios con su padre. En 1948 comenzó a colaborar con la orquesta Hermanos Avilés y, poco después, la orquesta de Bebo Valdés difundió su primera composición “La feria de los siglos”. En la década del 50 agrupaciones muy populares como la Avilés, la Riverside, la Aragón popularizaron sus creaciones, principalmente boleros y cha cha chás como “Alma con alma”, “Dichas”, “Se fue mi ilusión” y “Naricita fría”. Por su cercanía con la orquesta Riverside, para la que hacía arreglos, le permitió promover valores de la región oriental por muchos años.
En 1958 fundó su orquesta “Alta Fidelidad” y, años después, un combo que fue  muy popular y con el que grabó varios discos. En los años 60 impuso el ritmo pacá y estrenó piezas como: “Esos tiernos ojos”, “Joropero” y “Arrímate pa´cá”. Realizó importantes grabaciones en la EGREM con figuras como Omara Portuondo y Elena Burke. En 1969 se estableció en España y luego en Estados Unidos, países en los que ha realizado una labor muy relevante como promotor de la música cubana. Entre sus trabajos más significativos de los últimos años sobresalen las piezas y los arreglos para el disco “Mi tierra”, de Gloria Estefan.



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JUANITO MÁRQUEZ: VERSATILIDAD Y CUBANÍA. 

Juanito Márquez (Juan Rafael Márquez Urbino), Holguín, Cuba, 1929. Compositor y guitarrista. Contribuyó significativamente a la evolución de los ritmos bailables cubanos.

En la historia de la música popular cubana de la segunda mitad del siglo XX, el nombre de Juanito Márquez Urbino ocupa un lugar destacado, y así es, entre otras razones, porque fue una de las figuras más versátiles y de aportes más sostenidos y trascendentes durante  casi todas las décadas de ese prolongado tiempo. Una sencilla mirada a su  faceta de compositor confirma esa afirmación: en la década de 1950 compuso piezas antológicas como el bolero Alma con alma, en los 60 crea el Pacá, que es un ritmo imprescindible en la historia musical de ese periodo, y aún en los años 90 continúa produciendo fecundamente en diversos géneros, como lo demuestra el disco de Gloria Estefan, Mi tierra, del que fue el colaborador más importante.
Compositor, guitarrista, director de orquesta y arreglista, nació en Holguín Cuba, el 4 de julio de 1929. Desde muy pequeño estuvo inmerso en una atmósfera propicia para la creación musical. Tanto su familia materna como paterna dio varios excelentes músicos, entre ellos el pianista René Urbino, el locutor Ibrahím Urbino y el trío Hermanas Márquez, entre otras. De forma especial su padre Juan Márquez Gómez fue director por más de 50 años de la Banda Municipal de la Ciudad. Precisamente de él su hijo recibió las primeras lecciones, pero su formación es esencialmente autodidacta. 


Dijo el mismo Juanito y también quienes le conocieron que de niño le gustaba oír discos de grandes jazzistas norteamericanos que tomaba como material de estudio el aprendizaje de la armonización y orquestación. Igualmente fue un gran estudioso de la orquestación de los clásicos, sobre todo, del tratado de Rimsky Korsakov, el que estudió íntegramente.

 En 1948, siendo todavía estudiante del Instituto de Segunda Enseñanza, comienza a colaborar con la legendaria Orquesta Hermanos Avilés, como mismo lo hacían numerosos familiares suyos. Fue esa orquesta la que estrena y populariza en la región oriental la gran mayoría de sus composiciones, pero la primera creación de Juanito en ser llevada al disco  fue La feria de los siglos,  por la orquesta de Bebo Valdés en 1950.  




                                     

Cuando en 1951 se funda la emisora Radio Holguín, Juanito integra el conjunto del prestigioso pianista César Morales; ello le da la posibilidad de alternar con  destacadas figuras y agrupaciones que recorrían el país. Una de ellas fue la cancionera María Luisa Chorens, quien dio a conocer en 1952 su bolero Dichas. Igual, a partir de ese histórico año Tito Gómez le graba la guaracha “Pituka la bella” y se convierte en uno de sus mejores y más fieles intérpretes del holguinero. 
A través de Tito y la Riverside, su música trasciende las fronteras nacionales, sobre todo a partir de1955, cuando se convierte en uno de los más relevantes orquestadores para el formato de jazz band del contagioso cha cha chá, modalidad en la que crea títulos como El barbero de Sevilla, Naricita fría y Un pellizquito. Antes de finalizar ese decenio le habían ganado intérpretes en otros países como Vitín Avilés y César Concepción.

 

Y a la vez que crea piezas marcadamente rítmicas, Juanito componía boleros intimistas y cálidos que los interpretaban destacados vocalistas y todo tipo de agrupaciones que amenizaban bailes: Es tu ternura, Sublimidad y Alma con alma, estuvieron entre los más versionados, sobre todo Alma con alma, pieza esta que desde que la grabó la Riverside en 1956, se convirtió en una de las más preciadas  joyas de la bolerística cubana, ello gracias a su línea melódica, los recursos armónicos que emplea y su romántico texto, que como es característico en su bolerística, combina versos de rima consonante perfecta, con versos blancos o libres.




Todo lo que sueño es tan dulce,
tan dulce como tú,
sueño con cositas tan lindas,
tan lindas como tú,
todo lo que ansío es delicia,
delicia para mí
pienso en la más tierna caricia
que darte con amor.
Quiero tenerte cerca
y en una abrazo unirnos
y así decirte
que estemos toda la  vida
labio con labio,
alma con alma.
Todo lo que sueño es tan dulce,
tan dulce como tú,
sueño con cositas tan lindas,
tan lindas como tú,
quiero tenerte  cerca
y en un abrazo unirnos,
y alma con alma siempre vivir.
 
Alma con alma ha sido llevada al disco por Elena Burke, John Secada y Chucho Valdés, entre otras prestigiosas figuras y agrupaciones, y, sin dudas, marcó un hito en la carrera de Tito Gómez.




Desde sus inicios Juanito componía obras de concierto y realizaba versiones de piezas clásicas y populares que estrenaba el maestro González Mántici con la Orquesta Sinfónica de CMQ.
En 1955 funda un pequeño grupo, luego llamado orquesta Alta Fidelidad, y lo dirige hasta 1960, que es la fecha en que se establece en La Habana durante casi cuatro años. Durante ese periodo trabaja con varias agrupaciones, entre ellas las de otros dos grandes del bolero cubano: el Conjunto de Pepé Delgado y la orquesta de Julio Gutiérrez.

En el mismo año de su llegada a la capital cubana, graba para el sello Velvet el disco LP Cuba Sax cha cha chá, en que recoge piezas con su firma: Tu nada más, Dichas y Chiquita bonita


En 1956 viaja a Caracas con los Hermanos Avilés como drumista. Es entonces que incorpora al repertorio de esa orquesta varios joropos, entre ellos Esta es Venezuela. Posteriormente a su regreso fusionó el joropo con elementos del son y la música afrocubana y de ahí salió el ritmo Pa’cá que junto al pilón y el mozambique fue uno de los favoritos en la década del 60. Piezas como Joropero, Cuidado con la vela y Ven pacá, nutrieron el repertorio de casi todas las agrupaciones cubanas de entonces.


1964 es el año en que su ritmo Pacá invade a todo el país, preferentemente interpretado por la Orquesta Aragón. Sin embargo Juanito graba con su conjunto un disco con la Empresa de Grabaciones y ediciones Musicales (EGREM) en el que aparecen varios de sus más sonados éxitos del nuevo ritmo. 
Entre 1965 y 1966 Juanito centralizó tres espectáculos del cabaret Caribe con su guitarra eléctrica y sus composiciones, guiando también a jóvenes músicos que pedían asesoría, entre ellos un tocayo suyo que muy pronto alcanzó la categoría de gran maestro de la música popular cubana: Juan Formell.

Tomado del libro: Juan Formell y los Van Van. La Leyenda, de Rafael Lam

Juan estaba contra reloj, ya habían pasado los primeros años de su niñez y la adolescencia lo descubría tratando de ganar el tiempo perdido en los estudios de música. Siempre fue muy perseverante, quería que la música fuera su vida y también su medio de supervivencia.
“La necesidad de superarme era inevitable (…) Eso me hizo tomar cursos, en distintos momentos, ya profesional, con Félix Guerrero, Tony taño, Rey Díaz y otros músicos de la época.
“Antes te hablaba de las influencias, de haber trabajado con Rubalcaba, con Peruchín y con Juanito Márquez, que era un ben guitarrista”.
(…)
En 1965 Juan Formell va a trabajar al cabaret Caribe del Hotel Habana Libre. Formell conocía a Juanito Márquez desde la etapa en que trabajó por un corto tiempo en la orquesta Riverside, que era una de las más prestigiosas bandas de Cuba. Antes, en 1964 el pacá se había hecho famoso en un disco de Juanito Márquez titulado: Juanito y su combo. En ese mismo año la Aragón graba varios pacá y lo populariza. Ya estaba de moda el Mozambique de Pello el Afrokán “y a fajarse los dos ritmos”.
El 12 de mayo de 1965 en el cabaret Caribe se estrena el espectáculo “Madame Pacá” con Mercedes Fernández, Pacolo, Germán Piferrer, Pedro Gómez, Juanito Márquez, Maricusa Cabrera y la orquesta dirigida por Carlos Faxas. La dirección y el libreto fue de Silvano Suárez.
La coreógrafa Maricusa Cabrera pone de moda Pituka la bella.
Parte de ese espectáculo fue llevado en ese mismo 1965 a París con el titulo de Music Hall de Cuba, en el que actuaron la Aragón, Pello el Afrokán con su Mozambique, Los Papines, Los Zafiros, Elena Burke y otras muchas figuras.
Según dijo Juan Formell, la música de la revista “Madame pacá” le pertenece a Juanito Márquez.
En conversación con Juanito Márquez en Miami, en el año 2001, le pregunté sobre Juan Formell y me habló con mucha admiración del trabajo musical en el cabaret Caribe. “Formell venía ya con cierto entrenamiento, no era un soberano virtuoso, pero sabía lo que tenía que hacer, dijo Márquez. Como persona era muy correcto”.
Por su parte Carlos Faxas dijo:
“Cuando Juanito Formell empezó en la orquesta algunos músicos no estuvieron de acuerdo que se incluyera un instrumentista de poco oficio ante el rigor del cabaret. Juanito Márquez le hizo algunas indicaciones y yo le ofrecí los papales para que se entrenara en su casa”.

En la década de 1960 Juanito Márquez demuestra su gran talento y maestría en la guitarra, asumiendo géneros diversos que van desde el jazz hasta incursiones en el bossa nova, pasando por el son, rock, cha cha chá y, por supuesto, el bolero.  Elena Burke, Pacho Alonso, Fernando Álvarez, Los Modernistas, Luis García, Los Bucaneros y Gina León, entre otros vocalistas y grupos, también popularizan boleros suyos como Es tu nombre, Qué desesperanza, Esos tiernos ojos, Será la soledad y Como un milagro,  este último dado a conocer en 1964, año de particular trascendencia para su obra.
 
 
Al decir de la  musicóloga Ana Luisa Tamayo en el libro “La cancionística en Holguín”, Como un Milagro presenta una melodía altamente inestable con cromatismos que incitan contactos tonales, lo cual provee a la obra de gran riqueza melódica, dramática y sobre todo armónica, expresión esta última en la  que el compositor siempre ha estado a la vanguardia.



En el disco Esta es Omara Portuondo, el álbum de 1967 que bajo la guía de Juanito Márquez lanza definitivamente a Omara como solista, apareció una de las mejores interpretaciones de esa bella composición, aunque la versión está en la modalidad de balada-rock, tan popular en esos años.




En 1967 Omara deja el famoso cuarteto D´Aida y como solista, representó a la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, EGREM, en el Festival Internacional de la Canción de Sopot (Polonia) gracias a la sugerencia de Giraldo Piloto. La pieza con que concursó fue "Como un milagro" de Juanito Márquez, la cual incluyó en su álbum Esta es Omara Portuondo.
Tomado de La Jiribilla



En 1969, ante  la acogida internacional de su obra, el holguinero parte a cumplir un contrato de trabajo con el sello discográfico Hispavox, lo que le permite trabajar de arreglista, guitarrista o director de orquesta con prestigiosas figuras y agrupaciones, entre ellos, desde Waldo de los Ríos a la Sinfónica de Madrid, pasando por artistas tan populares como Massiel, Julio Iglesias, Janette, Karina, Paloma San Basilio y Elsa Baeza. 

Elsa Baeza. Actriz y conocida cantante, nacida el 2 de enero de 1947, en Bayamo, Cuba. Al igual que su mamá y su padre, el escritor y poeta chileno residente de Cuba, Alberto Baeza Flores, pronto se interesó en la música folklórica latinoamericana. Estudió ballet y piano desde pequeña, en 1961 emigra a París y allí entra en contacto con el mundo intelectual, estudió literatura en “La Sorbona” siendo modelo también del diseñador Jacques Esterel. A mediados de los 60 se traslada a España donde decide establecerse después de participar en la película “Nueve cartas de Berta” dirigida por Basilio Martín Patino, y protagonizar junto al actor Eusebio Poncela el musical “Los fantásticos”, entrándose de ese modo en el mundo teatral de la mano de Francisco Nieva y Antonio Malonda. En el año 1969 presentó en televisión española, durante un año el programa “Especial Pop”, junto al actor Manuel Galiana, dirigido y realizado por Valerio Lazarov con el que se va haciendo camino como cantante, consiguiéndolo en al año 1975 que es cuando llegan sus primeros éxitos como cantante con su bella voz que le hace tener éxitos como “Credo”, “Oye”, “El Cristo de Palacagüina”, “La luna enamorá”, “Una canción”, entre otras, después de cuyo éxito se concibió el montaje de “La misa campesina nicaragüense”, trabajando con los cantantes Miguel Bosé, Sergio y Estivaliz, el grupo Laredo el Guadalupango. Trabajaron con ella prestigiosos productores como Fernando Arbex, fundador del mítico grupo Los Brincos, Oscar Gómez y Juan Carlos Calderón con quien además realizó una serie de recitales de música brasileña en clubs de jazz, entre sus arreglistas se encuentran músicos de la talla de Waldo de los Ríos, el cubano Juanito Marquez, Agustín Serrano, Ivor Raymonde y otros. En el 90 comienza una nueva etapa en la búsqueda de una evolución hacia un nuevo repertorio con el músico, poeta e intérprete cubano Mike Porcel, creando el espectáculo poético musical “Que hablen los poetas” que presentaron en numerosos centros culturales como “Conde Duque” y “Centro Cultural de la Villa de Madrid”, así como en Francia y Bélgica. Después de unos años alejada de los escenarios y coincidiendo con la salida al mercado de su disco “Lo Mejor de Elsa Baeza”, en el 94 y principio del 95 realiza una gira por España, mágico 60, junto a Tony Ronald, Karina, Micky y Lorenzo Santamaría, a finales de 1995 viaja a Japón para presentar el recital “San Juan de la Cruz y Romances de Castilla” en el auditorio de la universidad de Naciones Unidas de Tokio. En los últimos años ha seguido ofreciendo recitales poético musicales así como actuaciones con su repertorio más conocido. El 12 de enero del 2004, participó en el concierto benéfico en el nuevo teatro Amaya de Madrid organizado por la rebotica, junto a Lolita, Alberto Cortez, Sergio Dalma, y otras estrellas actuaron ofreciendo todo lo mejor para una causa noble y justa, la integración de los niños y jóvenes discapacitados e interpretaron canciones relacionadas con el tema de la descapacidad, Elsa Baeza hizo la versión de un clásico de Víctor Manuel “Solo pienso en ti”.

Asimismo Juanito graba con esa casa discográfica dos discos LP: “La mejor guitarra de Cuba” (1969) y Márquez, en los que recoge creaciones propias y de otros autores.
A partir de 1976 Juanito continuó su multifacético quehacer en EE.UU. junto a importantes intérpretes, entre ellos los cubanos Luis García, Jon Secada, Lissette, Ñico Membiela, Cachao y Gloria Estefan; para  esta última compuso en 1983 Conga, uno de los primeros grandes éxitos en solitario de esa cantante, con la que participa, una década después, en el famoso disco Mi tierra, del que fue uno de sus principales colaboradores. En ese disco Juanito toca  todas las guitarras, crea varios arreglos e, incluso, dirige las cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Londres, además de aportar las piezas Ayer, Sí señor y Montuno.
Laureado con un Premio Grammy por su contribución a la música latina, además de otros importantes reconocimientos,  también ha sobresalido su participación, como músico, arreglista, compositor o director de orquesta en la discografía de nombres como Bebo Valdés, Cachao, Jon Secada, Lino Borges, Germán Piferrer, Pilar Moráguez, Rolando Laserie, la Orquesta Sensación, la Aragón, el Conjunto de Roberto Faz, el Cuarteto Voces Latinas, la Orquesta Cubana de Música Moderna, Pacho Alonso, César Concepción, Héctor Cabrera, Alfonso Larraín y Carlos Argentino, entre otros intérpretes de Cuba y otros países.
Hasta estos  albores del siglo XXI Juanito Márquez ha mantenido  una larga y fecunda carrera que ha prestigiado la música cubana por el mundo con el virtuosismo de su guitarra, la maestría de sus arreglos y ese contagioso sabor a Cuba que destila toda su labor musical, en la que siempre  ha  mantenido una óptica  renovadora y  actualizada.

"Chico y Rita" nominada al Oscar

 

El anuncio de la nominación como mejor película de animación de Chico & Rita a los premios Oscar 2012 ha llegado a Miami como un ventarrón de alegría. La letra de Lilí, el tema principal de la banda sonora del filme dirigido por el español Fernando Trueba, fue escrita por el compositor y arreglista Juanito Márquez y por el productor musical Nat Chediak, ambos residentes en esta ciudad, sobre la música de una pieza instrumental de Bebo Valdés, que vive en España.

“Márquez es un hombre de música, es uno de esos clásicos de la música cubana, que respira a través del pentagrama”, expresó Chediak, que se siente “honrado” de que Márquez haya compartido crédito con él como autor de la letra para un tema de un filme que es “casi un musical animado”.

“¡Sabes lo que significa para mí tener mi primer crédito como letrista de la mano de un maestro, y estar vinculado a través de la música a una película que ha obtenido este reconocimiento!”, expresó Chediak, productor musical de varios discos, entre ellos seis ganadores del Grammy, junto a Trueba en el sello Calle 54, y también fundador del Festival Internacional de Cine de Miami.

Cuando Trueba buscaba un compositor que pudiera reflejar la floreciente era de la música cubana en los años 40 y 50 en que trascurre Chico & Rita, Chediak le recomendó a Márquez, que ha sido protagonista y testigo de varias épocas del desarrollo de esta música, tanto dentro como fuera de la isla.

Chico & Rita fue dirigido por Trueba junto al dibujante Javier Mariscal, quien este año diseñó el afiche del Festival Internacional de cine de Miami. La cinta, la primera española en disputar esa categoría, competirá por el galardón con Rango, Kung Fu Panda 2, Puss in Boots y A Cat in Paris en la popular gala de premios que se celebra el próximo 26 de febrero en Los Ángeles.

Márquez (Holguín, 1929) es el creador el ritmo pa’ cá, que se convirtió en un éxito en la década de los 60 en Cuba, unos años antes de su salida para España en 1969. Allí continuó su carrera como arreglista para figuras como José Luis Perales, Paloma San Basilio y Massiel. A su llegada a Miami en 1976 continuó trabajando con figuras del latin jazz y de la música cubana como Cachao, Willy Chirino, Emilio y Gloria Estefan. Con esta última colaboró en su éxito Conga y en varios arreglos para los temas del disco Mi tierra. La composiciones de Márquez llegaron al cine con su famoso Alma con alma (1956), que se escuchó en el filme Carlitos’ Way (1993), protagonizado por Al Pacino.

“Márquez comenzó a trabajar en Lilí cuando solo estaba la historia”, contó Chediak, recordando que en el filme, “Chico”, el pianista que tiene el rol protagónico, empieza a componer el tema después de la primera noche de amor con “Rita”. Cuando ella se marcha a cantar en Estados Unidos, Rita escucha un día el tema ya terminado y cree que está dedicado a otra mujer.

“Lilí es la perrita de la amante francesa de Chico”, recuerda Chediak sobre la trama del filme, que el año pasado abrió el Festival Internacional de Cine de Miami y que en diciembre ganó mejor película animada en los premios de la Academia Europea.

“Fui el primero en felicitar a Fernando ayer, él estaba viendo las nominaciones en vivo”, contó Chediak, informando que la noche anterior Trueba había sido reconocido por su carrera de productor con la medalla de oro de la EGEDA (Entidad de Gestión de Derecho de los Productores).

El bolero Lilí es interpretado primero por Freddy Cole, hermano de Nat King Cole, y al final por la cantaora de flamenco Estrella Morente. “La grabación fue apoteósica porque tuvimos que hacer más de 30 tomas. Freddy no domina el español como su hermano Nat”, contó Chediak, recordando que Valdés fue el coach de los diálogos de los discos grabados por Nat King Cole en español.

En Lilí se escucha a Valdés tocando el piano para la grabación del tema A Mayra, que compuso para su hija, la cantante Mayra Caridad Valdés, y se incluyó en el disco Bebo de Cuba (2002).

“Márquez es de la estirpe de Bebo y de Cachao, es uno de los últimos maestros de la época de oro de nuestra música”, concluye Chediak, comentando que la banda sonora de Chico & Rita salió al mercado en Estados Unidos la semana pasada.


Juanito Márquez: “La música es mi trabajo y mi placer”
Tomado de: CUBAENCUENTRO. Una conversación con el conocido intérprete y compositor cubano, coautor de la letra del tema musical principal de Chico & Rita, nominada al Oscar este año
Mercedes Eleine González
Conversar con una importante figura del arte, o de cualquier ámbito reconocido socialmente, es un aporte personal por lo que deja en una. Pero conversar con una gloria de la música cubana y sentirnos que estamos ante una de las personas más sencilla y modesta del mundo es una lección de humildad, porque es algo que no se encuentra con frecuencia en nuestros días. Esto fue precisamente lo que experimenté la tarde en que tuve el placer y el honor de departir con Juanito Márquez, esa gloria de la música cubana, quien conversa con CUBAENCUENTRO y relata detalles de su vida y de lo que ha significado para él compartir créditos con destacadas personalidades de la música, de la producción artística y de la cinematografía actual.

Estudió música con su padre, Juan Márquez Gómez, gran guitarrista clásico y director de orquesta; creció en un entorno musical que influyó excelentemente en su vocación, ¿qué anécdotas recuerda de esa importante etapa de aprendizaje con su padre?
Juanito Márquez (JM): Recuerdo que estaba rodeado siempre de música, mi padre, mis hermanos y hermanas tocaban algún instrumento; una hermana mía tocaba guitarra clásica, otra tocaba de oído, casi todos mis hermanos estudiaron música; el mayor tocaba trompeta, otro saxofón, otro tocaba guitarra pero de oído, ese no la estudió. Una hermana mía tocaba el piano. Somos seis hermanos, tres y tres, muy balanceado todo. Había disciplina, mi papá me exigía disciplina pero tenía un carácter muy bueno, muy suave, por lo que la exigencia no era exagerada.
¿Algún otro instrumento además de la guitarra?
JM: No, solo guitarra, eso es lo único que aprendí. Me insistieron en que estudiara el piano y ahora me pesa no haberlo hecho, pero nunca me atrajo, preferí la guitarra. Mi papá tocaba varios, guitarra, violín, mandolina y era director de banda, dirigía la banda municipal de Holguín; esa bandita sonaba muy bien.
¿En qué año era eso?
JM: Bueno, imagínate, desde antes de yo nacer, vaya y no te digo, ja, ja, ja, yo me acojo a la Quinta Enmienda.
Usted comparte créditos con esa leyenda viva que es Bebo Valdés y el productor musical Nat Chediak en la banda sonora del filme de animación del español Fernando Trueba, Chico & Rita, nominado a los Premios Oscar 2012. ¿Cuál fue su participación? ¿Qué ha significado eso para usted?
JM: Bebo ya tenía ese instrumental y yo hice la letra porque había que acondicionarla para que se adaptara mejor al argumento, que estuviera más de acuerdo con el argumento de la película, y entonces Nat, que sí lo conocía, contribuyó de manera muy eficaz porque hizo los cambios necesarios, salió la primera estrofa y compusimos la letra.
Yo tengo una anécdota de la etapa de Bebo Valdés en mis inicios. Estando yo en Holguín no tenía contacto alguno con Bebo. Antes de tener contacto con la Orquesta Riverside y de hacer Alma con Alma, ya yo había compuesto un número cuyo género, pudiéramos decir era latín jazz aunque no existía todavía como tal. Bueno compuse esta pieza con las características de jazz y de cosa cubana y Bebo Valdés tenía una orquesta tremenda, buenísima, yo la escuchaba, creo que por la emisora RHC, Cadena Azul. Entonces hice ese número instrumental, La Feria de los Siglos, es el título de los carnavales de Holguín y se lo mandé. La orquesta de Bebo era tremenda, estaba compuesta por cuatro trompetas, cuatro trombones, cinco saxofones, tres trompas. El caso es que le mandé el número instrumental y le gustó, después el me llamó por teléfono a casa de un vecino porque nosotros no teníamos ni teléfono y habló conmigo y me dijo: “Óyeme, muy bueno, tienes que venir para acá” y eso me alentó muchísimo. Para mí, imagínate, fue algo tremendo, porque Bebo Valdés ya tenía una fama grandísima.
¿Qué significa? Muchísimo, realmente un honor, a Chediak lo admiro y lo aprecio como amigo. Compartir créditos con grandes figuras como Bebo Valdés después de tantos años y con el productor musical Nat Chediak, en la banda sonora del filme es algo realmente grande. Imagínate después de sesenta y pico de años volver a estar musicalmente al lado de Bebo Valdés, esto no se repite con facilidad, por eso digo que es un privilegio. Bebo fue el primer contacto que hice como músico siendo él ya quien era con la fama que tenía y a mi no me conocía nadie nada más que en mi casa. Bebo me alentó mucho en mis inicios porque se tomó la molestia de llamarme por teléfono para decirme que le había gustado mucho mi composición en aquella lejana etapa. Ahora al cabo de más de medio siglo, me toca a mí hacer la letra de este instrumental titulado Lili que hizo Bebo para un solo de trompeta, ¿no es una paradoja?
Ha obtenido premios internacionales, ha sido arreglista y compositor de grandes figuras, y piezas musicales suyas son antológicas, usted es una gloria de Cuba, pero su modestia y humildad asombran, ¿qué reflexiones o filosofía lo han hecho así?
JM: Yo pienso que uno nace con una facultad, con un don que Dios le da a la gente al nacer y eso no es motivo para que las personas se pongan orgullosas, vanidosas. No es una filosofía, es más bien una manera de ser, una reflexión que te lleva a actuar de una forma y la vida entonces te sale así.
Mi amigo y socio Luis González, testigo de esta entrevista, dice que hay varios dones que Dios da y usted lo sabe. Claro, el de la música, es un don inapreciable pero hay otros tan importantes también que todos tienen y no hay que vanagloriarse de ello. El don o la gracia con que nacemos es un medio que nos facilita la vida porque Dios en su inteligencia nos da hasta la manera de poder sostenernos. Lo que hay que reconocerlo y luego desarrollarlo.
Vivió varios años en Madrid, España, donde fue director musical del sello discográfico Hispavox ¿por qué se radicó en Miami y cuándo lo hizo?
JM: Siempre fue una meta mía venir a Estados Unidos. Salí de Cuba directamente para España. Llegué a España en abril de 1969 y en cuestión de dos meses, no sé de dónde vino la recomendación, me empezaron a llamar. Viví unos seis o siete años en España. ¿Que cuándo me radiqué en Miami? Yo cogí la residencia en 1974, todavía estaba trabajando con Hispavox. Tenía dos años de contrato en Madrid, vinimos exclusivamente a coger la residencia. Estuve esos dos años allá y ya en 1976 vinimos definitivamente para Miami.
Lo primero que hice en España fue un ensayo para un concierto con Raphael, sí, sí, ese mismo, con Raphael, el cantante español. ¿Que cómo es? Muy agradable, muy atento con los músicos, muy profesional. Sí, trabajé con otros, bueno, los dos primeros discos de Paloma San Basilio los produje yo. El orden de las cosas para mí en España fue primero como guitarrista, realmente nadie me conocía como arreglista ni como compositor, después me empezaron a llamar para grabaciones. En esa época Madrid era un centro de grabaciones enorme, iban a grabar allí cantantes de Italia, de Francia, de Inglaterra, era la meca de la grabación. Había un cantante francés que ahora no recuerdo el nombre que siempre iba a grabar y mandaba una lista con el nombre de cada uno de los músicos que él quería, siempre éramos los mismos.
Hice los arreglos y dirigí la orquesta de los primeros discos de José Luis Perales, bueno porque había un Jefe de producción que era muy bueno. ¿Cómo? Sí, con Mocedades también trabajé, pero después cuando ya fue El Consorcio, ellos hicieron un disco muy interesante que, por cierto, la distribución estuvo muy mal planeada por Sony, el disco se llama Cuba. Después aquí mucha gente lo ha buscado pero no lo hay, es buenísimo, el trabajo vocal de esa gente es admirable. Sí, son los mismos, Amaya, la cantante principal de siempre y los demás, son los mismos pero ya con el otro nombre. Las bases del disco las grabamos aquí y luego las cuerdas se hicieron en Inglaterra, yo fui a dirigir las cuerdas en Inglaterra, sí, sonaba igual que el de antes, lo mismo. Siguen cantando todavía, lo que están viajando mucho. Ahora dan conciertos. Han estado aquí en Miami como dos veces.
Esa trayectoria suya se debe saber…
JM: Bueno, ya que me preguntas pues también trabajé con Moncho, el bolerista, con Massiel, con Karina, le hice arreglos a Karina, le dirigí a Rocío Jurado bueno y tú sabes a Gloria Estefan aquí. Esa es la historia vivida entre Cuba, España y Estados Unidos. En Cuba trabajé con Elena Burke, con Omara Portuondo, bueno, con todos y todas y en España igual. Me estás haciendo hablar.
Es mi tarea.
JM: Con Malena (Burke) hice unas cuantas cosas aquí. Y con el hijo de Eliseo Grenet, con Eduardo Grenet, trabajé haciéndole arreglos a un disco que cantó Albita, Malena, Carlos Manuel, Roberto Torres. ¿Mi último disco hasta ahora? Se llama Cubaneo, es todo instrumental. Hay números tradicionales cubanos, cosas de Matamoros, Son de la Loma, cosas de Ernesto Duarte, todo en guitarra ¿interpretado? Sí, por mí. Y programado por mí.
¿Programado?
JM: El sonido que tú quieres que se escuche de cada instrumento en específico se programa y luego se armoniza para que haya un balance, un nivel armónico, hay que escucharlo todo para escribirlo, se hace lo que es la partitura del director con cada instrumento, ahí está el arreglo completo. El copista hace las partes individuales de cada instrumento, para que cada músico vaya tocando lo que le corresponde, pero el arreglista tiene el trabajo de oírlo todo y lograr un arreglo tal que sea armonioso para que ningún instrumento sobresalga sobre otro, una buena mezcla. Hay unos módulos electrónicos que ya vienen con sonido pre-programado que ayuda mucho en esta tarea, hay sonidos de diferentes instrumentos que tú programas y aplicas, de acuerdo con lo que quieras hacer. Lo más importante de todo lo que está grabado ahí es la mezcla final, que es balancear los sonidos para que suene como uno quiere, bueno pero también está el ingeniero de sonido que trabaja de acuerdo con lo que uno desee, baja aquí, sube un poco más allá, y así, hasta lograr lo que se pretende. Sí, es algo trabajoso, hacer arreglos es un arte, independientemente de la tecnología actual.
¿Cómo fue esa primera etapa suya en Estados Unidos?
JM: Cuando llegamos encontramos la radio un poquito deficiente. En Madrid era mucho mejor, te estoy hablando de aquella época. Una cosa que nos llamaba la atención eran los anuncios, los comerciales, el escándalo, todo era a gritos, hasta que nos acostumbramos. No, en España, en Madrid no era así, no había tanta bulla. La vida allá en España era un poquitico más calmada. La gente de España quería que me quedara, pero ya yo me había puesto de acuerdo con amigos míos, guitarristas aquí, Pablo Can y Papito Hernández, que era bajista, que en paz descanse, y Armando Terrón, cantante lírico y también ingeniero e iniciamos un Estudio de Grabación que se llamaba Claimax y ahí estuvimos hasta que comenzó a complicarse la tecnología. Tu invertías una cantidad de dinero y comprabas los equipos y a los tres meses estaban obsoletos y siempre había que comprar los últimos, y dije: “Está bueno ya”. Bueno, la adaptación, imagínate, un día me preguntaron: “¿Usted toca bajo?” Y yo dije “sí”, nunca en mi vida había tocado bajo, y me dijeron: “Bueno, la grabación es a las tres de la tarde”. A las doce fui a una tienda y le dije al tipo: “Dame un bajo de esos” y como tiene la afinación de las cuerdas sexta, quinta, cuarta y tercera igual que la de la guitarra, dije: “Bueno, lo que tengo es que buscar las notas como si fuera una guitarra” y esa fue mi primera grabación tocando bajo sin haberlo estudiado. Sí, toqué bajo y sigo tocándolo. Eso es así, cuando uno está abriéndose paso le dice que sí a todo.
Un tema suyo, Alma con Alma, está dentro de las cien mejores canciones de todos los tiempos; Tito Gómez la grabó con la Orquesta Riverside en 1956 y numerosos intérpretes la han cantado desde entonces ¿a qué atribuye su perdurabilidad?
JM: ¿Ah, sí? ¡Mira eso! Bueno, lo que se me ocurre es que es un mensaje básico, espontáneo, natural, yo creo que todo el mundo tiene alguien a quien decirle esas cosas, yo imagino que esa es la atracción que hay del tema, porque es sencillo, sencillísimo, un tema muy simple.
El amor no es un tema simple pero usted lo expresa de una manera que parece que lo es; en la sencillez están las grandes virtudes; de ese tema “sencillo” que es su canción Alma con Alma emana mucha dulzura y firmeza ¿quién le inspiró esa canción tan “natural”?
JM: Mi esposa, claro.
Y todavía lo sigue inspirando…también ha compuesto otras piezas musicales muy conocidas…
JM: Sí, claro, como no, todavía me inspira mi esposa, todavía estamos casados. El tiempo no opaca ese sentimiento que es precisamente el que da aliento para componer las piezas, es algo que se siente, porque como dice mi amigo y socio, Luis González, aquí presente, hablando de Alma con Alma y de su perdurabilidad que me preguntaste anteriormente, la canción evoca la fusión de dos almas, lo que da el sentido de la espiritualidad, que es el amor verdadero. Mejor no lo podría explicar yo. Después que pasa ese primer deslumbramiento de la atracción física, después que pasa esa especie de ceguera inicial queda lo sólido, la fuerza del sentimiento, entonces se depura, se consolida. Eso es amor. Lo que queda es alma con alma. Y es muy lindo que después del tiempo, más allá del tiempo, quede la fuerza de ese sentimiento en uno.
¿Qué es la música para usted entonces?
JM: Lo es todo, ha sido mi vida, es mi vida, sigue siendo mi vida. Es el amor por la vida, por mi esposa, por mi trabajo. Es mi trabajo y es mi placer.
¿Ha rebasado sus propias expectativas?
JM: Yo siento que sí. He estado haciendo toda mi vida lo que a mí me gusta, ¿qué más se puede pedir? Desde muchacho me he dedicado a la música y sigo haciéndolo ahora, no se puede pedir más. Es muy bonito dedicarse a hacer lo que a uno le gusta, porque eso no es entonces trabajo sino algo placentero. Y yo he tenido esa suerte. La dicha más grande de un ser humano es hacer de su hobby una carrera, hacer lo que a uno le gusta, entonces trabajar no es un sacrificio.
¿Cómo se siente a la distancia del tiempo lejos del terruño holguinero?
JM: Eso siempre se le echa de menos. Y una cosa muy bonita es que creo que allí han hecho hasta un club que le han puesto Alma con Alma y cada vez que abren la sesión tocan la canción, yo no sé como no se han buscado un problema.
¿Ha vuelto a Cuba?
JM: Fui de visita en el 96, a ver a mi familia. Familiares muy pocos, ya no me queda casi nadie, solo un sobrino y una sobrina en Cuba.
¿En estos momentos qué hace y con quien está trabajando?
JM: Trabajamos en un proyecto que tenemos mi socio Luis González y yo, una Compañía de Producción Musical. Estamos produciendo un disco donde canta una intérprete holguinera llamada Raquel Zozaya, la pieza se titula Marabú, que es una hierba mala, es como un mensaje social con un enfoque que no suene ni político, ni religioso; no es mi línea pero como el mundo está al revés pues yo he querido dejar un mensaje positivo, es sencillamente el Mal y el Bien. Arrancar el Mal y sembrar el Bien. Y todo en un lenguaje muy cubano. Ya este disco lo tenemos terminado, ahora queremos ver si se hace un video y lo promocionamos. Ese es nuestro trabajo actual.
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Iglesia San José, Holguín, Cuba

 

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