Delfín Prats parece ajeno a los acontecimientos. Sin embargo, este domingo llegó a La Habana para recoger el máximo premio que entrega la Asociación Hermanos Saíz (AHS): Maestro de juventudes, a propósito de la Jornada por el día de la Cultura Nacional que han preparado las distintas asociaciones de escritores y artistas, juntos al Ministerio de Cultura.
Dicen que Abel Prieto, Ministro de Cultura, se entusiasmó al ver el nombre del poeta en una nómina donde, también, se encuentran prestigiosos intelectuales como Luis Carbonell, Teresita Fernández, Rogelio Martínez Furé, Antonia Luisa Cabal y Fernando Pérez. El reconocimiento al holguinero es un acto de justicia con el autor de “Lenguaje de Mudos”, poemario ganador del David, en 1968.
Luis Morlote, presidente de la Asociación Hermanos Saíz entrega a Delfín Prats el título que lo designa Maestro de Juventudes
Prats (Holguín, 1945) es un hombre sencillo, tercamente metido en un mundo del que se encarga de volver constantemente. Vive en el reparto Pueblo Nuevo, labora en el Centro de Promoción Literaria Pedro Ortiz y. aunque es autor de unos cuatro libros de poesía, dos de cuento e igual número de antologías, su calidad poética ha merecido la atención de público y crítica.
Su carrera literaria comenzó después de licenciarse en Idioma Ruso por la Universidad de Moscú. Para entonces, laboraba como traductor en diferentes instituciones habaneras y, luego, de su ciudad natal.
Durante su estancia en la capital cubana publicó sus primeros poemas en la revista La Gaceta de Cuba, dirigida por Nicolás Guillén y comenzó a relacionarse con grupos de escritores y poetas que tenían su refugio en la noche habanera de los sesenta.
Al volver a Holguín comienzan sus relaciones con el movimiento cultural en ascenso de la ciudad oriental con nombres de valía como Pedro Ortiz, Carlos Jesús García, Alejandro Querejeta, Lourdes González y Lalita Curbelo, entre otros.
Entre los premios que ostenta por su obra se destacan el David, el Premio de la Ciudad de Holguín (1991) y el de la crítica (1987), sin contar homenajes y estudios que ha merecido su obra. El escritor Ronel González mantiene inédito su libro-ensayo: “Delfín Prats en su temida polisemia”.
El premio Maestro de Juventudes, también entregado a personalidades como Alfredo Guevara, es sin dudas un acto de justicia. No sólo por soporíferos días que le tocaron décadas atrás, sino porque él mismo necesita electrochoques de este tipo de vez en cuando.
Sin dudas, su fuerza poética y su propia sencillez le han convertido en una figura vital en el auge experimentado por la literatura en holguinera en los últimos tiempos.
Tan cardinal ha sido su influencia que se especula con la realización de un mural, en uno de los dos edificios más altos de la ciudad, para su poema “Humanidad”, el más conocido de todos los suyos, quizás, y el que revela del poeta la esencia más comprometida con su especie.
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