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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

20 de febrero de 2020

Los mil y un lugares por donde Colón desembarcó en Cuba (III)



Por César Hidalgo Torres
Tarja eirigida por el Grupo Humbolt
En 1952, por iniciativa del Grupo Humboldt y el aporte de los dueños del central azucarero "Santa Lucía, S.A." se construyó en la costa Este de la bahía de Bariay, muy cercano a playa Blanca, un obelisco  que dice: "Bariay, 28 de octubre de 1492. Lugar del primer desembarco de Colón en Cuba. Este lugar señalado en virtud de los trabajos de investigación realizadas por los señores J. Van de Gucht, S.M. Pajarón. Acuerdo del Segundo Congreso Nacional de Historia, Samuel E. Morison y el Grupo Humboldt de la Sociedad de Geografía e Historia de Oriente. El monumento que se debe a la iniciativa de la marca indicada Santa Lucía Company, S.A. Año 1952."

Sin embargo, el lugar de ubicación del obelisco, que favorecía a los dueños del central por señalar las tierras de su propiedad como lugar del desembarco, estaba totalmente equivocado. El desembarco se produjo hacia la orilla opuesta, como ha quedado demostrado posteriormente.

Entre 1969 y 1979, el destacado geógrafo cubano Antonio Núñez Jiménez, realizó varias expediciones que le permitieron completar el bojeo a Cuba. Los resultados de sus investigaciones fueron publicados en el segundo volumen titulado Bojeo”, de su enciclopedia Cuba: “La Naturaleza y el Hombre” en 1984.

Fue exactamente en el mes de Octubre de 1974 cuando Núñez Jiménez recorrió el tramo costero de Gibara a Baracoa, continuando en Septiembre de 1976 por el tramo desde Baracoa hasta Punta de Maisí. Entonces el geógrafo prestó singular interés a la geografía colombina utilizando el método de la reconstrucción crítica para identificar los lugares descritos por el Almirante en su Diario. El uso de este método ya anteriormente se había usado para seguir los rumbos y las distancias dadas  en el diario. (Vander Gucht y Parajón, Morison, Álvarez Pedroso entre otros). Todos los que anterior a Nuñez usaron el dicho método habían usado el método habían llegado a la conclusión de Bariay era el lugar de arribo de Colón en Cuba.

El resultado de las investigaciones sobre el recorrido de Colón en Cuba, Núñez Jiménez las publica en su obra El Almirante en la Tierra Más Hermosa” de 1985 y reeditada en 1994 con el título Cristóbal Colón en Cuba”.

Si como todo hace creer fue Bariay el lugar de arribo todavía hay algo que no conocemos: el lugar exacto donde Colón fondeó sus naves adentro de la Bahía de Bariay y desde donde, posteriormente, llegó a tierra. Núñez Jiménez (1985, 1994a), consideró que al entrar a la bahía de Bariay, Colón se dirigió a la costa oriental, exactamente al lugar denominado como Playa Blanca, donde actualmente aun existe el monumento alegórico al desembarco erigido por el Grupo Humboldt en el año 1952. (Del tema abundaremos en este escrito, pero más adelante).

En 1973 el ruso B. Lukin  visita a la bahía de Bariay tomando varias fotos del lugar y luego publica un artículo en la revista América Latina titulado “Huella de Colón en Cuba”. En él dice que “En Cuba esta reconocido oficialmente que el 28 de octubre de 1492 Colón condujo sus naves a la bahía de Bariay.” Entre las fotos contenidas en su trabajo se destaca la tarja erigida por el Grupo Humboldt en 1952.  [Lukin.1973:1].[1]

El 23 de junio de 1978  el Dr. Antonio Núñez Jiménez viaja a España donde visita la Peña de los Enamorados y estudia su morfología. Después de su regreso Núñez Jiménez viaja a Holguín y visita a Bariay para comparar la Peña con la Mezquita de Colón, y entonces dijo que “no había dudas, que ambas montañas eran exactamente parecidas”. Acto seguido el científico voló por encima de todo el Grupo Orográfico de Maniabón desde Puerto Padre hasta Banes, siguiendo la  costa sin que encontrara ninguna otra elevación con morfología semejante a la Peña de los Enamorados.

El 28 de febrero de 1983, el Consejo de Ministros de la República de Cuba promulgó el decreto número 112[2], firmado por Fidel Castro Ruz, creando la Comisión Nacional Conmemorativa del medio Milenio del Descubrimiento Mutuo de las Culturas del Viejo y el Nuevo Mundo. Se nombra como presidente al Dr. Antonio Núñez Jiménez. En sus primeros por cuanto el Decreto reconoce a la Bahía de Bariay como el lugar de llegada de Cristóbal Colón a Cuba y determina que debe erigirse un monumento conmemorativo en dicho lugar que represente el acontecimiento histórico-universal. Para seleccionar la obra, dice, debe efectuarse un concurso nacional y, asimismo, deben celebrarse otras festividades y determinar definitivamente el lugar de la llegada de los españoles a América Latina, además de estudiar las consecuencias históricas de dicho suceso.

En 18 de marzo de 1983 la Comisión Nacional de Monumentos analizó y valoró la bahía de Bariay y su entorno geográfico como el sitio histórico y el paisaje natural que fue el escenario del arribo a nuestra isla del Almirante Cristóbal Colón y en Resolución No. 68 aprobó declarar Monumento Nacional a la Bahía de Bariay y su entorno natural en la provincia de Holguín.

Por su parte la Comisión Nacional Conmemorativa del Medio Milenio del Descubrimiento Mutuo de las Culturas del Viejo y Nuevo Mundo, encargo a la sección de investigaciones históricas del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Holguín la misión de crear un grupo multidisciplinario con especialista de instituciones científicas nacionales y del territorio para estudiar y presentar en 16 de enero de 1984 los proyectos del Parque Monumento Nacional Bariay.

Invitado a la región histórica, el profesor Alexei Serbarinov, doctor en ciencias geólogo-mineralógicas y geográficas, este público en 1988 en la revista de Historia de Holguín su trabajo investigativo Tres días en la vida de Colón”: “Los datos que hemos expuestos vienen a confirmar las conclusiones a las que arribo el Dr. Antonio Núñez Jiménez y el acta que aprobó el primer Congreso Nacional de Geógrafos acerca de aceptar la bahía de Bariay como el lugar adonde arribo por vez primera Cristóbal Colón en Cuba”. [Serbarinov, 1988:69].[3]

En mayo de 1991 el Dr. Francisco Pérez Guzmán, investigador del Instituto de Historia de Cuba, recorrió los lugares colombinos desde Puerto de Padre hasta Baracoa con el propósito de hacer una investigación que luego se convirtió en el libro “La Aventura Cubana de Cristóbal Colón”[4]. En él se confirma que por sus características Bariay cumple con la descripción dada en el  Diario de Colón al que él llamó puerto y río de San Salvador.

Asimismo próximos a la celebración del 500 Aniversario del Encuentro de las dos Culturas y luego de varios años de investigaciones, el  Departamento Centro Oriental de Arqueología bajo la dirección del Dr. José Manuel Guarch encontró en 1991 lo que el notable arqueólogo llamó “la última pieza del rompecabezas”. Luego de extensas excavaciones arqueológicas emergió la aldea aborigen de pescadores descrita por Colón en el Diario. Estaba aquella diametralmente opuesta a donde se encuentra el monumento en Playa Blanca, exactamente ubicada al SurOeste de la bahía, en el lugar conocido como Punta del Gato.

Además del monumento inaugurado en 1992, y toda vez que se conocía las profundidades y el ancho de la bahía, se determinó el lugar donde fondearon las naves, que en el presente está señalizado con una Boya amarilla coronada con las banderas que traía la Santa María, que era la nao capitana, y eran esas, las de Castilla y León, esto es, la de Fernando y la de Isabel y también la bandera del Almirante Cristóbal Colón.






[1] B. Lukin  “Huella de Colón en Cuba” revista América Latina revista América latina. No 2. 1973.



[2] Gaceta Oficial correspondiente al 30 de marzo de 1983.


[3] Serbarinov,  Alexei (1988). Tres días en la vida de Colón. Revista de Historia de Holguín. Enero-Marzo 1988. Editada por la sección de investigaciones históricas del Comité Provincial del PCC en Holguín.



[4] Este libro se publicó con motivo del Quinto Centenario del Encuentro entre las dos Culturas, por la Editorial de Ciencias Sociales, la Habana, 1992.

Los mil y un lugar por donde Colón desembarcó en Cuba (II)



Por César Hidalgo Torres
A pesar de que la teoría de Gibara como posible lugar del desembarco de Colón en Cuba había sido ampliamente aceptada desde el año 1922, en 1936 la Sociedad Colombista y el Lyceum de la Habana convocaron a un concursos para determinar la ruta exacta seguida por el Almirante a lo largo de la costa de Cuba durante su primer viaje.
En 1937 el Concurso declaró que no había “certidumbre histórica” para determinar con precisión el lugar exacto del desembarco, pero que existía una zona probable en la que se encontraban los puertos de Gibara, Jururú, Bariay, Vita, Naranjo y Samá, teniendo Bariay las mayores posibilidades.
Y premió al ex Capitán de la Marina Mercante José M. Van del Gucht y al Ingeniero Saturnino M. Parajón, por el trabajo titulado Bariay fue el primer puerto por donde Colón desembarcó en Cuba”, que apareció publicado ese mismo año en la Revista Selecta en la Habana, y en 1943 se reedita como libro bajo el título Ruta de Cristóbal Colón por la costa Norte de Cuba, en el viaje del descubrimiento de América, 28 de Octubre al 5 de diciembre de 1492” (Van de Gucht y Parajón, 1943).
Otro concursante, el Dr. Carlos Iñiguez, llegó a la misma conclusión de Van del Gucht y Parajón, mediante la filmación de una película cinematográfica de los lugares del litoral cubano descritos por Colón en el Diario.
Como resultado de su investigación el Dr. Iñiguez dejó escrito: “El puerto de Bariay. Desde la tercera década de este siglo ha sido visitado este puerto por varios geógrafos. Todos están de acuerdo en cuanto a que la descripción que el Almirante da con respecto a la anchura, fondo, aspecto, situación geográfica y exactitud de las medidas en relación con los otros lugares inmediatos mencionados por el descubridor, corresponden exactamente al puerto de Bariay. Allí las aguas  son tranquilas tal como describe el Almirante las de San Salvador: La mar parecía que nunca se había de alzar porque la yerba de la playa llegaba hasta cuasi al agua, la cual no suele llegar donde la mar es brava.


“En Bariay las aguas son tranquilas debido a que el puerto tiene un saliente, punta de Mulas, con algunas elevaciones que se oponen al libre paso de los vientos, dando por resultados una tranquilidad en las aguas de la bahía que se ajusta o coincide con la descripción del Almirante” [Iñiguez]. [Pichardo, 1978:69].[1]


Durante el verano de 1940, el profesor de Historia de la Universidad de Harvard Dr. Samuel Elliot Morison, en compañía de William O. Stevens, ambos a bordo de la nave Mary Otis, hicieron el recorrido desde San Salvador en las Bahamas hasta Cuba, y luego recorrieron toda la ruta colombina al norte de la antigua provincia de Oriente hasta Cabo Maisí, ello gracias a un proyecto auspiciado por la Universidad de Harvard.
Terminado el viaje de estudio y comprobación de la ruta de Colón, el 10 de julio de 1940 el Dr Morrison pronunció una conferencia por invitación de la Sociedad Geográfica de Cuba. En ella el estudioso corroboró las observaciones y deducciones de los señores Van der Gucht y Parajón, llegando también a la conclusión de que Bariay había sido el primer puerto de desembarco de Colón en Cuba. Dos años después, (1942) publica los resultados del recorrido en su obra Admiral of the Ocean Sea”, en la cual confirman la identificación de Bariay como el San Salvador de Colón.
En el libro el profesor norteamericano expone minuciosamente su recorrido a la vez que discute y aclara muchos de los puntos de controversia acerca de los viajes colombinos de los que dice que en el número de la Revista CARTELES de octubre 27 de 1940, Van der Gucht y  Parajón publicaron un admirable texto que es resumen de sus estudios y observaciones a la vez que acompañaron el texto  de varios gráficos y de una foto del "mogote en forma de mezquita que Colón describe en su Diario”.
En 1941 el Grupo Humboldt, de la Sociedad de Geografía e Historia de Oriente, organizó una expedición para recorrer la zona de la posible recalada de Colón. Por el análisis de las distancias recorridas, rumbos, sondeos de los puertos y señas del litoral se confirmó que se trataba sin dudas de Bariay.
Tres años después (1944) aparece uno de los trabajos analíticos más completos sobre este tema, realizado por Armando Álvarez Pedroso bajo el título: Cristóbal Colón. Biografía del Descubridor”. En él se expone el origen y fundamentos del plan que elaboró el Almirante para llegar a las Indias por la vía del Oeste, ofreciendo el esquema completo del sistema científico en que basó su viaje trasatlántico y, asimismo, hace un análisis exhaustivo de las distancias relativas entre los puertos de la costa norte oriental y los rumbos seguidos por el Almirante, para concluir que el San Salvador del que habla Colón tiene que corresponderse necesariamente con Bariay.
En ese mismo año, y según comentó Antonio Núñez Jiménez, durante el Primer Congreso de Geografía, y con la aprobación de Morales Coello, que era el Presidente de la Sociedad de Geografía de Cuba, Carlos García Robiou levantó un acta donde hacía constar que Luis C. Guillén exponía que un maestro de Banes de apellido Campañat hacía muchos años que señalaba a Bariay como el lugar del desembarco de Colón. En el acta dice que Pedro Cañas Abril aseguró que esta primera identificación de San Salvador con Bariay, la había hecho pública el maestro de escuela Campañat en el discurso de apertura de un curso escolar en Gibara, durante los primeros años del siglo XIX.



[1] Pichardo. Hortensia. (1978): Capitulaciones de Santa Fe y Relación del Primer Viaje de Cristóbal Colón. Editorial de Ciencias Sociales. Colección Nuestra Historia. Ciudad de La Habana. Pág.87.

Los mil y un lugares por donde Colón desembarcó en Cuba.



Por César Hidalgo Torres
El debate sobre el lugar de desembarco de Colón en Cuba comenzó en 1825 con la aparición del Diario en la edición preparada por Martín Fernández de Navarrete, “Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV”. Este autor dice que el lugar del arribo fue la Bahía de Nipe y posteriormente su opinión es compartida por otros varios autores.
Por su parte Fray Bartolomé de Las Casas, a quien se le debe haber transcripto el Diario de Navegación del Gran Almirante,  al referirse al lugar en su obra “Historia de Las Indias” publicada entre 1552 y 1564, escribió: “Este puerto creo yo que fue el de Baracoa, al que puso nombre Diego Velázquez, el primero que fue con gente española a poblar la dicha isla de Cuba al puerto de la Asunción.”[Las Casas, 1827.vol.1].[1]
En 1936 el historiador local de Baracoa, Sr. Ernesto de las Cuevas Morillo, en su obra titulada “Baracoa fue el primer lugar de Cuba descubierto por Colón”, afirmó lo dicho por el padre Las Casas.
La investigadora norteamericana Irene A. Wright en 1921 encontró un documento en el Archivo general de Indias fechado de 1607, donde hay una faja que dice: “Indias General. Borrador con notas para la historia general, descubrimiento y conquista de las Indias por los españoles. Del Cosmógrafo García Céspedes: descubrieron la isla que llaman los indios guanahaní de la parte del Norte, esta es una de las que se disón de los lucayos y allí el Almirante y los que con él yvan huvierón noticia de la isla de Cuba, e como aparecieron luego muchas isletas que están en tornó de Guanahaní las llamaron las princesas y de allí fue a la isla de Cuba, al puerto de Baracoa que es de la vanda del Norte”.[2]
La tesis de Baracoa también fue aprobada por Herrera y por el pedagogo e historiador Miguel Jaume, pero con el tiempo esta se olvidó, sobre todo porque entonces existían argumentos geográficos que demostraban su invalidez. No obstante en 1995 el historiador baracoense Alejandro Hartmann en una obra suya que titula “Los días de Colón en Baracoa”, recuerda la tesis pero la desecha y luego pasa a recordar que los días de Colón en Baracoa comenzaron el 27 de noviembre de 1492 cuando arriban a la muy pronto Ciudad primada de Cuba dos de sus navíos, La Niña y la Santa María.[3]
José García de Arboleya, en su “Manual de la Isla de Cuba. Compendio de su historia, geografía, estadística y administración” de 1825, analiza el recorrido de Colón a lo largo de las costas de Cuba y asegura que el lugar de arribo fue la Bahía de Samá; mientras que el escritor Canario José Ignacio de Armas en 1889 se inclina por la Bahía de Naranjo.
En 1851 G.V. Fox aseguró que Colón pisó tierra cubana por  Puerto Padre. Su tesis fue seguida posteriormente por R. Cronau, José Silverio Jorrin y Francisco R. Pueyo. Hasta el presente, increíblemente, la dicha tesis la sostienen Arnaldo A, Rueda Quintana, Armando Martínez Rueda, Orlando Martínez Rueda, Tomás N Martínez Rueda, todos de la provincia Las Tunas. En 1992 los citados autores publicaron en la tunera Editorial San Lope el folleto: “Portus Patris: La llegada de Colón en Cuba”. En ese mismo año la revista cultural del periódico Ahora de Holguín publica una sonada respuesta por parte de los historiadores Víctor Orlando Bellido Aguilera y Alfredo Álvarez Almaguer titulada: “Acerca de San Salvador Patris”. (A este asunto dedicaremos una nueva entrada en el blog).
Washington Irving, en su obra Life and voyages of Christopher Columbus” editada en 1858, considera que el verdadero lugar del desembarco de Colón en Cuba fue un hermoso río ubicado al Oeste de Nuevitas del Príncipe, nombrado Boca de Carabelas en la bahía de Sabinal. Esa tesis la sigue posteriormente Alejandro de Humboldt y con él numerosos geógrafos e historiadores cubanos, entre los que figuran Carlos de la Torre, José María de la Torre y Vidal Morales.
Por su parte fue el investigador chileno F.A.Vernhagen el que en su trabajo “Descripción de las rutas del descubridor Cristóbal Colón” publicada en 1864, dijo primero que todos los otros que lo repitieron, que el lugar al que Colón nombró San Salvador y que fue por donde arribó a Cuba fue Gibara. Luego el chileno reitera su tesis en el texto de 1889,  “Investigaciones históricas y geográficas. Rutas del Almirante Cristóbal Colón en costa de Cuba”.
Tres años después de las publicaciones de Vernhagen vieron la luz trabajos del investigador gibareño Herminio C. Leyva y Aguilera nombrados: “Derrotero de Cristóbal Colón por las Bahamas y costas de Cuba” y “Primer viaje de Colón. Estudio acercas del primer puerto visitado en la isla”. En ellos se incluye la obra del almirante español don Patricio Montojo, “Las primeras tierras descubiertas por Colón” escritas con motivo del IV Centenario del Descubrimiento en 1892. Estos dos autores también reafirman la tesis de que fue por Gibara. Y que Herminio Leyva volvió a argumentar en 1888, entonces apoyado por la Sociedad Geográfica de Cuba.
En 1922 la dicha Sociedad designó una Comisión especial para validar la tesis de Gibara como lugar del desembarco. Los notables pensadores que la integraron, que fueron Alberto de Carricarte, José Carlos Millás, Juan M. Lagomasino, José I. del Corral, Enrique J. Montoulieu, Francisco J. Dumois y Miguel Villa, se pronunciaron en favor de la tesis. A ellos se sumó el historiador Gerardo Castellanos, por lo la opinión nacida en la década del 60 del siglo XIX recibió un fuerte espaldarazo. A dicha tesis debe sumársele otra obra, la del canario Antonio Maria Manrique Santiago de 1890 que se titula: “Guahananí. Investigaciones históricas - geográficas sobre el derrotero de Cristóbal Colón por las Bahamas y costa de Cuba que comprenden la situación exacta de la primera tierra descubierta del Nuevo Mundo”.
A pesar de que la teoría de Gibara había sido ampliamente aceptada, en 1936 la Sociedad Colombista y el Lyceum de la Habana convocaron a un concursos para determinar la ruta exacta seguida por el Almirante a lo largo de la costa de Cuba durante su primer viaje.
En 1937 el Concurso declaró que no había “certidumbre histórica” para determinar con precisión el tal lugar exacto del desembarco, pero que existía una zona probable en la que se encontraban los puertos de Gibara, Jururú, Bariay, Vita, Naranjo y Samá, teniendo Bariay las mayores posibilidades y asimismo premió al ex Capitán de la Marina Mercante José M. Van del Gucht y al Ingeniero Saturnino M. Parajón, por el trabajo titulado Bariay fue el primer puerto por donde Colón desembarcó en Cuba”, dicho trabajo apareció publicado ese mismo año en la Revista Selecta en la Habana, y en 1943 sale como libro bajo el título Ruta de Cristóbal Colón por la costa Norte de Cuba, en el viaje del descubrimiento de América, 28 de Octubre al 5 de diciembre de 1492” (Van de Gucht y Parajón, 1943). Otro concursante, el Dr. Carlos Iñiguez, llegó a la misma conclusión de Van del Gucht y Parajón, mediante la filmación de una película cinematográfica de los lugares del litoral cubano descritos por Colón en el Diario.


[1] Casas, Fray Bartolomé de Las: Historia de la Indias. Madrid, 1827. 3 volúmenes.

[2] Fragmento citado por Castro Lores. José Ignacio, (1977): Baracoa, apuntes para su Historia. Editorial Arte y Literatura. La Habana.


[3] Hartmann Matos. Alejandro, (1995): Los días de Colón en Baracoa. Publicado por la Diputación Provincial Costa del Azahar. España.

Un lugar como nunca se ha visto otro más hermoso.



Por César Hidalgo Torres
Cayo Bariay, Holguín, Cuba
Bariay, que es vocablo de claras resonancias aruacas[1], es el primer nombre en la historia de Cuba (y de Iberoamérica).
Dice el Almirante que el sábado 27 de octubre, apenas hubo salido el Sol levantó anclas de aquellas islas en las que estaba y que él las llamó de Arenas por el poco fondo que tenían en su parte Sur (identificadas con las actuales Ragged Islands) y avanzó al Sudeste. Antes de caer la noche, que fue lluviosa, vieron tierra, pero quedaron a la espera de mañana para desembarcar.
Los más profundas investigaciones geográficas coinciden en asegurar que en la tarde del 27 de octubre el Almirante debió anclar a unas veinte millas náuticas de las costas de Cuba y que si, como dice en el Diario, al siguiente amanecer siguió rumbo al sursuroeste, entonces su faro más probable era el cerro amesetado de la Silla de Gibara y por tanto su triángulo visual debió encontrarse entre la bahía de Gibara y la de Naranjo. Quien esté en esa posición, quien se dirija a la tierra más cercana llega a la bahía de Bariay.
Dice en las notas del diario hechas por el célebre padre Las Casas, que dijo el Almirante que nunca tan hermosa cosa “vido”, cercado todo el río “hermoso” de árboles. (El Almirante recién llegado de Europa donde corren ríos enormes, consideró que era río la estrecha bahía de Bariay, y ríos les dice a las siguientes bahías que tuvo a su vista, llamándolas con el nombre de los días de la semana que transcurrían cuando las conoció: así la de Gibara fue Río de Martes, que fue un martes cuando llegó Colón a la dicha bahía. Pero otra vez la traducción nos jugó una mala pasada, y en la actualidad casi todo el mundo asegura que el Almirante llamó a aquel lugar: Río de Mares).
Toda vez que las pequeñas islas lucayas[2] visitadas por el Almirante antes de llegar a Bariay muy pronto pasaron a propiedad de Gran Bretaña, entonces debe considerarse el lugar de arribo a Cuba como el espacio donde nació Iberoamérica. 

Leer además: Los mil y un lugares por donde Cristobal Colón desembarcó en Cuba (dosier)


[1] Se supone que el primer humano llegó a la isla de Cuba hace ochenta siglos sin embargo nada más contamos con los documentos escritos que nos legaron los conquistadores europeos desde su llegada, hace quinientos años. En ellos nada más se da cuenta de los aborígenes que nos habitaban a la llegada ibérica, y más que de los otros, de los aruacos, a quienes los españoles llamaban Taínos por un error de traducción.   
[2] Islas lucayas o lugar donde vivían los lucayos, era como llamaban los aruacos a las pequeñas islas que hoy nombramos: Bahamas. En idioma aruaco existe la palabra  “lukku” que significa “persona, ser humano”. Por tanto, para los aruacos ellos mismos eran lukku, o sea, seres humanos de la familia Arauca. Y también eran lukku los aborígenes que vivían en las Bahamas, solo que lo hacían en islas tan pequeñas que no merecían otro nombre como no fuera cayos. Por tanto esos eran lukku de los cayos, o lucayos.

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