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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

24 de mayo de 2018

Don Calixto García de Luna e Izquierdo, el abuelo paterno del General Calixto García



Fue durante la segunda década del siglo XIX, aproximadamente entre 1822 y 1826, cuando llega a Cuba la rama paterna del General Calixto García Iñiguez.
La afirmación anterior la basamos en el testamento que el abuelo don Calixto García de Luna Hernández Izquierdo dictó en Venezuela, donde vivían, y que él dictó, quizás, porque ya tenía la idea de viajar en busca de negocios que le propiciaran incrementos financieros.
Según las palabras manuscritas del General del Ejército Libertador y descendiente directo de esa rama, Carlos García Vélez, interesado en desentrañar información sobre sus antepasados su hermano Mario estableció comunicación con el Párroco de Cabrejas, lugar de la provincia de Soria, en Castilla la Vieja, en España, donde nació el abuelo don Calixto García de Luna Hernández Izquierdo y los demás de sus antepasados. El dicho Párroco, que era de apellido Carreteros, hizo gestiones y logró obtener alguna información, confirmando que los García de esa zona habían llegado a ella en algún momento del siglo XVIII[1].
Y asimismo que el abuelo era hijo de don Benito García de Luna y doña Narcisa Hernández Izquierdo, y que había nacido en los primeros días del mes de Octubre de 1773 y bautizado en la Iglesia de San Millán, en Cabrejas del Pinar, el 17 de dicho mes y año.
Aun siendo un joven, don Calixto se estableció en Maracaibo, Venezuela, sirviendo en el Ejército de la corona española y tomando parte en la Batalla de Carabobo de 1814. En esa batalla perdió una de sus manos, la derecha, por lo que tuvo que abandonar su carrera de militar y dedicarse a otras actividades.
En Venezuela se casó el abuelo don Calixto con la nativa de Valencia del Rey, María de los Ángeles González Velázquez. De la unión nacieron siete hijos: Josefa María (1803), Manuela (1806), José Agustín (1808), Santiago (1809), Ramón (1812), Rosa (1815) y Calixto Anselmo del que hasta el momento nada más se conoce su nombre y que según el historiador José A. García Castañeda, murió pequeño[2].
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Concluida la guerra de independencia venezolana, don Calixto abandonó aquellas tierras junto con los últimos soldados de la corona, pero en lugar de volver a su país decidió probar fortuna en Cuba.
Infructuosa ha sido la búsqueda de información que nos de la fecha exacta de su llegada y el lugar, pero casi se da por cierta la hipótesis de que entró por el puerto de Santiago de Cuba, debido a que aquel poseía gran auge comercial en el momento posible del arribo y también por la posición geográfica con relación al país de donde provenían don Calixto y sus hijos varones, José Agustín, Santiago y Ramón, quedando el resto de la familia en Venezuela.
El biógrafo del General Calixto García aseguró que muy pronto los García González dejaron Santiago para asentarse definitivamente en San Isidoro de Holguín y que traían con un capital de 24000.00 pesos[3].
En Holguín los García González se dedicaron fundamentalmente al comercio, abriendo en 1829 un establecimiento para la venta de baratijas que estaba valorado en 8 000.00 pesos y que administraban sus hijos[4].
Se considera que fue en la década de 1830 cuando la familia se afianzó económicamente en la jurisdicción holguinera.
En 1836 se produjo en España el nombrado por la historia como Motín de la Granja, un alzamiento militar que obligó a la Reina Regente doña María Cristina a proclamar la Constitución de 1812, dándole el poder al Partido Progresista.
En ese momento era el Gobernador de la provincia oriental de Cuba el General Miguel Lorenzo, este cuando se entera que en la Península se había restablecido el régimen Constitucional puso en vigor la misma en los territorios bajo su mando. Inmediatamente se prepararon elecciones municipales y se formaron milicias. En lugares como Manzanillo, Jiguaní, Mayarí, Bayamo y Holguín hubo demostraciones de apoyo por parte de gente de ideas avanzadas y beneficiados.
En el caso de Holguín la Constitución se juró el 19 de Noviembre de 1836, disponiéndose tres días de festejos populares, se hicieron paradas militares y la música se escuchó por las calles, pensando la mayoría que había llegado a su fin el Despotismo.
Según el historiador García Castañeda los holguineros construyeron una Pirámide Constitucional con una lápida alegórica al hecho histórico, que se situó en la Plaza de Armas.
Alarmado por los acontecimientos que se sucedían el Capitán General y Gobernador de Cuba, General Tacón dictó medidas que frenaran los mismos. Primero obligó al General Lorenzo que abandonara la Isla y comenzó una represión que ajustara las cuentas a los más visibles constitucionalistas.
Muy diferente a la actitud de la familia materna del General Calixto García, quien nació precisamente en esos años, que se mantuvieron en absoluto apoyo a la Monarquía y se beneficiaron con cargos que le aumentaron sus arcas, la familia paterna, con don Calixto García de Luna Hernández Izquierdo fue de los más exaltados a favor de la Constitución. Se dice que iba por las calles de la ciudad dando vivas y diciéndoles a los negros esclavos que desde ese momento todos eran iguales.
Por eso fue sometido a un proceso judicial y enviado a la Fortaleza.Autores como Juan Casasús aseguraron que al ocurrir la encarcelación tenía don Calixto 70 años y que la misma se prolongó por largo tiempo, sin embargo esta autora discrepa de ello, primeramente porque en 1836 no tenía 70 años, sino 64 y segundo porque se sabe que solamente cumplió menos de diez meses de cárcel, teniendo cerca, como fiel compañía a su hijo Ramón, que para ese fin abandonó a la esposa con la que solamente hacía dieciséis meses que se había casado[5].
La Libertad la consiguió don Calixto gracias a las gestiones realizadas y a un documento a su favor confeccionadoy enviado al Capitán Generalpor los comerciantes de Santiago de Cuba y de Holguín. La máxima autoridad política y militar de la Isla firmó el acta de liberación el 28 de Agosto de 1837, bajo la condición de vigilancia por término de 2 años.
El regreso de don Calixto García a Holguín fue por mar, desde el Puerto de La Habana viajó hasta el de Gibara, llegando a su destino el 5 de Octubre de 1837. Después de presentar su documentación,se le permitió continuar hacia la ciudad de Holguín.
Paralelo a los sucesos narrados, don Calixto García vendió dos esclavos, cada uno por un valor de 50 pesos. Y momentos cercanos y anteriores a la proclamación de la Constitución, en remate público adquirió una pulpería que había pertenecido a don Pedro Zorrilla por un precio de 9038 pesos y 6 reales. A su regreso de la prisión dio carta de libertad a una esclava criolla de su propiedad de cinco años y en mayo del año siguiente compró un esclavo criollo.
Para 1842 don Calixto tenía un capital invertido en la Sociedad y Establecimiento de Bringas y Compañía ascendiente a 11477 pesos y 7 reales. Entre 1845 y 1847 realizó un préstamo de 1020 pesos y 4 reales.
En el mes de diciembre del año de 1845 don Calixto recibió una letra por valor de 4000 pesos sencillos librada contra su persona; acompañaba al documento una carta de aviso enviada por su esposa pidiéndole que sufragara esa cantidad que debía desde antes de salir de Venezuela. Don Calixto se negó a aceptar la dicha letra, manifestando para ello que no le constaba que la firma del documento fuera la de su esposa y porque no tenía fondos en su poder para solventarla. ¿Hasta qué punto desconoció la firma y cuanto era verdad que no poseía fondos? Se puede afirmar categóricamente que sí tenía dineros suficientes.
Si se realiza un análisis constatando los negocios financieros que realizaba, se podrá observar era persistente en él la compra y venta de esclavos y los préstamos de dinero, lo que le suponía grandes ganancias.
Entre enero de 1846 y diciembre de 1847 don Calixto dio recibo de conformidad por el pago de la suma de 16000.00 pesos que le debían y en julio de 1847 recibió otros 7000.00 pesos por concepto de pago hipotecario.
Pero pocos de esos negocios los habría podido llevar a cabo si no hubiera llegado a la ciudad con dineros suficiente. Él mismo declaro:
 “(…) haber dejado bienes en Costa Firme y pueblo de San Joaquín (Provincia de Caracas); que había dejado en poder de un señor de ese pueblo nombrado Manuel Fulgana 14506 pesetas que constaban en las escrituras del Señor Escribano de Valencia, Miguel Melián, de fecha 2 de abril de 1820; que había dejado hipotecado una legua de terreno en la jurisdicción de San Joaquín y que poseía por bienes en esa ciudad 24000.00pesos (en vales y documentos) y que nadie le adeudaba nada a él y él no debía nada a nadie”[6].
En esa misma ocasión aseguró don Calixto que su consorte había aportado al matrimonio una dote de 1000.00 pesos, una esclava y prendas, y que él no había aportado nada.
En 13mayo de 1836 redactó un testamento con el que echó por tierra el que había hecho en 1820. La diferencia entre ambos es que en el primero nombró como sus albaceas a sus tres hijos varones, José Agustín, Santiago y Ramón para que ellos arreglaran las divisiones de su fortuna entre ellos, su esposa María de los Ángeles González y los hijos que habían quedado en unión de la madre en Costa Firme y en el segundo decidió que su Albacea fuera don Francisco Frexes y que su fortuna, después de pagar los gastos del funeral y de entierro,  se dividiría en dos mitades, una debían entregarla a doña Joaquina Aguilera en recompensa por sus servicios, y la otra mitad se distribuiría entre Ramón, por haberlo acompañado y servido el tiempo que estuvo en prisión y entre su albacea, el Sr. Frexes.
En este testamento, que parece ser el último, también aparecen plasmados los últimos deseos de don Calixto García de Luna Hernández Izquierdo para cuando ocurriera su muerte; en relación a su entierro pedía se realizara en el Campo Santo de esta ciudad o en cualquier otro donde acaeciera su muerte, que sus funerales y entierro quedarían dispuestos por sus Albaceas y que su costo fuera suplido con sus propios bienes. Dijo, además, contradiciendo otras declaraciones al respecto, que había aportado a su matrimonio 20000.00 pesos y su consorte de 1000.00 pesos.
Así mismo declaró que lo que debía y a él le debían estaba registrado en un libro que guardaba también sus secretos y que llevaba el Sr. Frexes, no recordándose deberle o que le deban otras cantidades diferentes a las que estaban en el dicho libro, pero que en caso de probarse lo contrario se solventaría lo uno y se exigiría lo otro.
Es válido asegurar que pudo comprobarse que doña Joaquina Aguilera dedicó muchos años al cuidado y alimentación de don Calixto, pues al faltarle a él una de sus manos y por tener la otra casi inutilizada por lo temblorosa que estaba, no podía llevarse los alimentos a la boca, y eso lo hacía por él hasta el fin de sus días la mencionada señora.
Con relación a la fecha de la muerte de don Calixto existe gran confusión, ya que la bibliografía recoge que esa acaeció el 17 de Julio de 1848, pero en el registro asentado en el Libro 1, folio 182, No. 350 de la Catedral de San Isidoro de Holguín, dice que el Presbítero don Miguel Alonso ofició el entierro el 17 de Junio de ese año siendo ese de Cruz Alta con Misa y Clamores, tal como eran las ceremonias que se le hacían a los difuntos que poseían medios económicos. Y su albacea, Sr. Frexes, que se encontraba presente, aseguró que don Calixto dejó de existir cerca de las cinco de la tarde del día 16 de junio de 1848, producto de enfermedad natural.
 


[1]Centro de Información Museo casa Natal de Calixto García. Fondo Carlos García Vélez. Apuntes y Diarios.
[2] Museo Provincial La Periquera, Holguín. Fondo García Castañeda. Carpeta 11. Documento 554
[3] Casasús, Juan. “Calixto García, el estratega”. Oficina del Historiador de la Ciudad. La Habana 1962
[4]Museo Provincial La Periquera, Holguín. Fondo García Castañeda. Carpeta 7, Documento 365
[5]Archivo Provincial de Historia de Holguín. Protocolos Notariales. Año 1848, Folios 97 y 98.
[6]Archivo Provincial de Historia de Holguín. Protocolos Notariales. Años 1834-1837, Folios 11 y 12.

16 de mayo de 2018

La obra científica de Pepito García Castañeda



Por Isaíris Rojas París

      Margarita París Johnson     
      (Esta monografía obtuvo el premio José Manuel Guarch Delmonte)
La formación académica alcanzada por José Agustín García Castañeda en la especialidad de Derecho le permitió desarrollar habilidades intelectuales que facilitaron su preparación para dar curso a sus inquietudes investigativas; ello, junto a la influenciafamiliar, fue su principal interés por diversas disciplinas, fundamentalmente Museología, Ciencias Naturales, Arqueología e Historia; e igual de importante, fue el científico de una perseverancia digna de elogio. Todo lo anterior le permitió desarrollar una actividad científica con el empleo de los métodos de investigación acordes al desarrollo de la ciencia en la época que le tocó vivir.
Palma Yuraguana, nombrada Coccothrinax garciana en honor a García Castañeda
Según estudiosos de la localidad, a García Castañeda se le debe ubicar entre los positivistas, en virtud de que su obra es básicamente descriptiva, o sea, que responde a cómo ocurrieron los hechos, sin embargo, en sus textos se descubre que trata el autor de responder el porqué, con el claro fin de encontrar las causas del ser holguinero. Esa intención reformadora en la que Pepito se empeña, dice David Gómez Iglesias que “[…] está implícita en su pensamiento museológico; es por ello que encontró en el museo una vía para su concreción, en virtud de que esta institución posee unavocación transformadora”[1].

La concepción del científico holguinero, que hace énfasis en la preferencia por la educación y la cultura como palancas motoras del desarrollo social en general, se aprecia en varios de sus textos, como los folletos dedicados al consumo de marihuana y al estudio de los periódicos en la ciudad de Holguín y, asimismo, en otros varios insiste en la responsabilidad del museo en contribuir a la preparación de la sociedad para elevar su nivel cultural.

No pretenden estas autoras hacer una periodización de su obra como científico, pero leyendo su biografía salta a la vista que el esplendor de su actividad científica se concentra entre los años 1936 al 1957, etapa en que predominaron sus relaciones epistolares de intercambio profesional con importantes personalidades de la ciencia en Cuba y el extranjero, la publicación de sus Notas y la mayoría de sus folletos y libros, la incorporación a actividades programadas por las diferentes sociedades científicas de las que fue miembro, así como la participación en eventos científicos.

Antes de 1936, específicamente desde fines de la década del 20, se dedicó a realizar excavaciones para que su padre clasificara y catalogara las piezas arqueológicas localizadas, así como a la búsqueda de ejemplares de plantas y animales propios de la región, siempre con el interés de incrementar la colección que organizaba la familia bajo la supervisión del padre.

Después del triunfo de la Revolución cubana, desarrolló actividades de colaboraciónpara fundar diferentes museos en el territorio y participó en las labores emprendidas por el Movimiento de Activistas de Historia, en las que destacó como un eficaz asesor.


[1]David Gómez Iglesias: José A. García Castañeda: pensar el museocubano. En Revista de Historia, No. 2.

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