Por Julio César Urbina
Los historiadores poseen
varios documentos que prueban y dan luz sobre la llegada a la zona de Mayarí,
que es el municipio donde se asentaba el central Preston, de los inmigrantes haitianos
traídos por la United
Fruit Sugar Company, (USFCo.)
Aunque siempre se cree lo
contrario, hubo hatianos que llegaron a los Valles de Preston que tenían alto
nivel cultural, como es el caso del mismísimo representante de la United ante el cónsul de
Haití, Antonio Urbina Fajardo, natural
de Port–au– Prince, nacido el día 17 de Enero
del año 1880, y con el Pasaporte No. 49-3587, expedido por el Gobierno
de Haití el 8 de Abril de 1909 entra a Preston en febrero del año 1915 y trabaja con la compañía hasta
septiembre de 1960, con un salario medio
de $554.54, y con el número de chapa en la UFSCo 1894.
El Censo de 1930 aportó
datos sobre los primeros lotes de familias haitianas asentadas en las áreas
cañeras del Preston.
Alimentación:
Estos haitianos, independientemente de la comida que le daba la compañía (que en honor a la verdad estaba cargada de proteínas para paliar el gran esfuerzo físico a que estaban sometidos durante la contienda azucarera), eran grandes productores de viandas (boniato, yuca, calabaza y ñame) que cosechaban alrededor de sus barracones en la zona de Guaro, además les gustaba el bacalao o pescado salado y asimismo otras especies de peces que ellos pescaban en las tardes y la noche en la costa cercana a sus bohíos. Igual gustaban de comer picadillo de carne con papas y eran grandes consumidores de grasa en cualquier forma.
Por ser una de las manos de
obra mas baratas entre todos los braseros contratados por la Compañía, los haitianos
vestían con ropa que le daba la
United confeccionada de sacos de azúcar. Dichos sacos eran de
tela blanca muy resistente y era comprada en
Inglaterra.
Documento de la Aduana en Antilla, Holguín |
Entre los que suscriben Antonio Urbina Fajardo encargado en Haití de los Negocios de la United Fruit Sugar Company, en representación de los propietarios de dicho Central, situado en la Provincia de Oriente, República de Cuba, estipulando por y en un nombre de la Compañía, en virtud de los poderes que han sido otorgados por la misma con fecha 18 de Noviembre de 1920, debidamente certificados y legalizados por el encargado de Negocios de Cuba en Haití y de la otra parte ___________________________ residente y domiciliado en ____________________________ de profesión agricultor, mayor de edad, estando ambos de acuerdo han conveniado lo siguiente .
1. La Compañía contrata los servicios personales del trabajador antes nombrado con el fin de utilizarlo en los trabajos manuales y agrícolas de los Centrales Preston y Boston o en los de cualquier otro lugar saludable a elección de la compañía durante la zafra 1920 a 1921.
2. La duración del presente contrato será el de la zafra de 1920 a 1921 o en un periodo de 8 meses mínimo.
3. El salario de todo trabajador proporcionado por el Sr. ________________________________________ será arreglado mediante acuerdo entre las partes, teniendo en cuenta los precios existentes. Por las operaciones de corte y alza de salario a percibir será como mínimo de $1.20, moneda oficial por cantidad de 100@ de caña cortada y cargada. Los pagos se efectuarán por quincena y en lugar de su residencia.
4. La Compañía se compromete a pagar el pasaje (sic) y los gastos de alimentación del trabajador: ___________________________ hasta su llegada al Central, hacer matricular y reclamar para el un certificado de matriculación al Consulado Haitiano del puerto de desembarco, y además a pagar el pasaje (sic) de vuelta hasta el lugar de embarque en Haití si al final de la zafra, dicho trabajador no ha abandonado por su propia voluntad el servicio del Central y si permanece allí y desea volver a su país.
5. La Compañía facilitará al trabajador alojamiento en los barracones construidos expresamente con ese objeto, que él deberá mantendrá en perfecto estado de limpieza y en condiciones sanitarias. Los Cónsules Haitianos tendrán siempre acceso a esos barracones, al fin de visitarlos e inspeccionar la salubridad de los lugares. El trabajador queda en libertad de preparar por si mismo su alimentación o de comprarla si le place pudiendo hacer uso de las plantaciones de caña.
6. En caso de enfermedad o accidente la Compañía se compromete a proporcionar gratis al trabajador la asistencia Médica, Quirúrgica y Farmacéutica que su caso requiera bajo la impección directa de un Médico autorizado del Hospital, cuando el caso lo requiera. En caso de la mortandad en sus trabajo o el Hospital, la dicha Compañía debe enseguida dar conocimiento al consulado Haitiano donde es matriculado el Sr________________________________________________
7. Las partes contratantes se someten a las leyes y tribunales de la República de Cuba y de la República de Haití, para la resolución o diferencia que pueda surgir entre ellas.
8. La Compañía se compromete de presentar en el momento de la matriculación de este contrato al Consulado Haitiano del puerto de desembarco del Sr_______________________________________
9. El Sr___________________________ declara que él está habituado a los trabajos agrícolas y manuales y que acepta el compromiso de ejecutar de todo las cláusulas del presente contrato y lo mismo declara en cuanto a su cumplimiento el Sr. Antonio Urbina Fajardo, representante de la United Fruit Sugar Company, en su calidad de propietario de dicho Central.
10. Este Contrato será anulado de derecho y baja las penas que correspondan si algunas de las partes contratantes faltase o dejase de observar algunas de las cláusulas del mismo.
En fe de los cual y después de leído lo suscriben las partes.
Hecho en duplicado y de buena fé en Preston el 8 de Noviembre de 1920.
Firmado por el Sr. Antonio Urbina Fajardo
(Firma del representante de la United Fruit Sugar Company)
Jurado ante mí: Sr. Celestino Bencomo
Cónsul de Haití.
Copia Fiel del Original.
…………………………….
"No vi jamás, en mi
mucho ver, tierras mas tristes ni desvastadas que este rincón Haitiano".
José Martí (carta a Gonzalo
de Quesada. 8 de Septiembre de 1892. Espitolario. t.3 p. 264)
Casa de Antonio Urbina Fajardo (foto actual) |
Este ciudadano, abuelo del
informante de la Aldea,
era especialista en Negocios y, primeramente atendía los contratos de la mano
de obra barata y luego fue el agente de Aduana y representante de la Pam American.
Urbina, como el resto de los
empleados, vivió en una casa que le dio la Compañía en el barrio del batey que se llamaba
New York. Aquella tenía todo el confort de la época: seis cuartos, tres baños,
sala, saleta, recibidor pequeño, comedor, cocina, portal a todo lo largo del
frente de la casa, doble forro, pisos pulimentados, cielo raso, toda sus
ventanales de cristal y con tela
metálica, techo de zinc y amplios patios donde había llamativos jardines que
atendía Matsumoto el jardinero Japonés,
además, la casa disponía de un pequeño saloncito donde había un gran librero
donde el empleado guardaba los textos propios para sus labores y sus libretas
de notas. (Esta casa queda a menos de sesenta metros de la llamada Oficina
Central, donde trabajaba dicho morador, y contaba con una acera por su parte
frontal que le daba acceso a dicha Oficina).
Antonio Urbina Fajardo se
casó con una Santiaguera y con la que
tuvo 6 hijos, 3 varones y 3 hembras, todos si hicieron profesionales.
A su muerte en el librero
quedó un documento que la familia Urbina tiene en su poder. Consiste aquel en
un documento en el consta que amparados en el Decreto No. 1539 del 11 de
Septiembre de 1928, emitido por la
Aduana de Antilla, en la Bahía de Nipe, entraron a Cuba por solicitud
de la United Fruit Sugar
Company, 1937 haitianos para trabajar en las Zafra de 1928 -1929.
Otro de los haitianos del
que tenemos formación fue el Sr. José Julian Fis, nacido en Haití el 7 de
Agosto de 1893. Fis entró a Cuba por el puerto de Preston y comenzó a trabajar
con la United
el 17 de Diciembre de 1919 como peón de la cuadrilla de Reparaciones
Ferroviarias con un salario de $1.05. Tenía el Pasaporte No. 109101 y era
soltero cuando les realizaron su contrato.
Batey de haitianos, Preston |
Número de
Familias………………….…26
Hombres………………………………….1106
Mujeres……………………………………….22
Niños…………………………………………..56
Total………………………………………..1184
Hombres………………………………….1106
Mujeres……………………………………….22
Niños…………………………………………..56
Total………………………………………..1184
Alimentación:
Estos haitianos, independientemente de la comida que le daba la compañía (que en honor a la verdad estaba cargada de proteínas para paliar el gran esfuerzo físico a que estaban sometidos durante la contienda azucarera), eran grandes productores de viandas (boniato, yuca, calabaza y ñame) que cosechaban alrededor de sus barracones en la zona de Guaro, además les gustaba el bacalao o pescado salado y asimismo otras especies de peces que ellos pescaban en las tardes y la noche en la costa cercana a sus bohíos. Igual gustaban de comer picadillo de carne con papas y eran grandes consumidores de grasa en cualquier forma.
Bacalao a la Vizcaína. (Receta
conservada por la familia Urbina Mora)
· 2 libras de bacalao.
· 12 tomates.
· Media cebolla.
· 1 ají.
· 3 dientes de ajo.
· 1 lata de pimientos morones.
· Pan, aceite o manteca.
· 12 tomates.
· Media cebolla.
· 1 ají.
· 3 dientes de ajo.
· 1 lata de pimientos morones.
· Pan, aceite o manteca.
Limpie el bacalao y
desálelo. Póngalo a cocinar en tres vasos de agua, y cuando esté blando bájelo
del fuego y añádele una buena salsa de tomate, que se hace picando los tomates,
el ají y la cebolla en trocitos lo más pequeños posibles, añadale el ajo machacado
con la pimienta y el aceite, lo pone al fuego y cuando hierba y coja
consistencia añádale el bacalao y los pimientos morones.
En una fuente se colocan
ruedas de pan frito y encima se le pone el bacalao en salsa. Por último se
ponen los pimientos morones.
Viviendas.
Los haitianos habitaban en
viviendas construida por los norteamericanos que eran llamadas barracones, como
la que muestra la foto. Los barracones siempre se levantaban en las
inmediaciones de los campos de caña, para tener la fuerza de trabajo
directamente en la zona de trabajo y no tener que trasladarlos a largas
distancias.
Por otra parte cuando un
haitiano se juntaba con alguna haitiana o con una cubana, esta casi siempre
negra, y decidían hacer vida privada, si
había ganado tal privilegio y su colono lo autorizaba, construía su propio
bohío muy cercano a las grúas o campos de caña. O de lo contrario la construía
muy cerca de la línea ferroviaria para aprovechar las posibilidades del
ferrocarril.
En estos casos, la compañía
les permitía tomar una muy pequeña porción de tierra donde cultivaban varios
tipos de viandas. Asimismo los haitianos eran muy buenos criadores de
chivos, del que aprovechaban la leche y
la carne.
Los haitianos que se casaban
sabían que si tenían hijos, estos, al cumplir cierta edad tenían que servir
como mano de obra para el corte de caña,
limpia, fertilización, etc, y, eso lo sabían también, si incumplían dicho
compromiso, vendrían los Guarda Jurados, los desalojarían e incendiarían el
bohío para que no quedara ningún tipo de rastro.
Matrimonios.
Del grupo de Haitianos asentados en los Valle de Preston,
solo una minoría se ajuntaron con cubanas, todas ellas campesinas de la zona de
Guaro. Otros vinieron de Haití casados y otros varios se casaron en Cuba con mujeres
de su misma nacionalidad.
Curiosamente los haitianos
que se juntaban con hatianas no tenían más de dos hijos, pero los que se
juntaban con cubanas tenían seis y hasta más muchachos.
Muerte.
Las zonas de Guaro y
Herrera, en las inmediaciones de los pueblos de Mayarí y Cueto, fue donde
estuvo el mayor asentamiento poblacional de haitianos. Estos, al morir sus
seres mas queridos, realizaban unas danzas muy alegres a la que llamaban a los
demás con el toque de tambor, pues, decían que el difunto habían descansado de
los avatares del constante trabajo. Los muertos se velaban en el mismo barracón y luego eran
trasladados al Cementerio de la zona de Guaro o Herrera.
Vestimenta:
Corte de caña, (haitianos), fotografía de 1915 |
Consistía la vestimenta de
aquellos en una chaqueta sin botones que generalmente se amarraban a la
cintura, y de un pantalón largo. Como zapatos utilizaban botas de cuero y era
obligatorio que llevaran polainas para evitar accidentes con sus instrumentos
para el corte de la caña (mocha o machete). Además le daban guantes de cuero.
En la cabeza llevaban invariablemente sombrero de yarey o de gamuza.
Transporte:
Los haitianos solo utilizaba
transporte cuando se enfermaban y para eso no todos, sino que solo algunos eran
transportados desde los campos hasta el Hospital de la UFSCo. Y si no al
hospital, entonces eran trasladados a otras fincas de la compañía. Más ha de
saberse que el transporte que se utilizaba en Preston, era propiedad de la Compañía y solo se usaba
para sus necesidades particulares, por lo que quien dejara de trabajar con ella
ya no tenía derecho a utilizarlo ni aunque se tratara de una emergencia.
Creencias.
Este grupo de inmigrantes
practicaba mucho el espiritismo y
festejaban u homenajeaban los días de San Lázaro y Santa Barbara según el
calendario católico, además algunos de ellos veneraban a la Virgen de la Caridad, realizándoles sus
toques de tambor y cantos alegóricos en su fecha. Adonde ellos acudían muchas
personas para santiguarse o para recibir lo que llamaban despojo, todo con el
permiso de sus colonos y jefes inmediatos (norteamericanos).
Incluso, algunos haitianos
de la zona, después de conocer sobre la aparición de la Virgen de la Caridad en la Bahía de Nipe, le rendían
culto en la orilla de las costas de la
Bahía, con bailes y ritos.
Para sus actividades
religiosas, los haitianos criaban chivos, por lo que la crianza de ese animal
fue intensa en las zonas de Guaro y Herrera. En otro casos los haitianos
practicaban otras religiones asentadas en la tradición del valle mayaricero; la
brujería y el vudú.
Vudú (en Dahomey vodun,
'espíritu'), creencia religiosa mayoritaria en Haití, que también se practica
en Cuba, Trinidad, Brasil y en el sur de Estados Unidos, sobre todo en
Louisiana. El vudú combina elementos del cristianismo primitivo, del
catolicismo y de religiones tribales de África occidental, particularmente
Benín. Los cultos vudú veneran un dios principal, el Bon Dieu y asimismo a los
ancestros o, mejor, a los muertos; también a los gemelos y a los espíritus
llamados loa.
Los loa, que pueden variar
de un culto a otro según los países en que se practique, son dioses tribales
africanos que se trasculturizan con santos del cristianismo. El dios serpiente,
por ejemplo, lo hace con san Patricio.
Otros elementos católicos en
el vudú incluyen el uso de velas, campanas, cruces y oraciones, así como la
práctica del bautismo y la señal de la cruz. Entre los elementos profundamente
africanos están la danza, los tambores y la veneración de ancestros y gemelos.
Los rituales del vudú están
dirigidos a menudo por un sacerdote o santón, llamado houngan, o una
sacerdotisa, llamada mambo. Durante la celebración del rito los adoradores
invocan los loa con tambores, bailes, cantos y banquetes, y el loa toma
posesión de los danzantes. Entonces cada danzante se comporta de una forma
característica respecto al espíritu que le posee y mientras permanece en trance
realiza curaciones y proporciona consejos.
Arte.
Los haitianos que fueron
traídos por la United
y que se asentaron en la zona central de la actual provincia de Holguín, sobre
todo en las noches, participaban casi masivamente de una danza, que le llamaban
el baile de las cintas. Acompañaban sus sensualísimos movimientos con los toques de un tambor, guitarras, bajo
de moño, claves, campana y la osamenta
de la quijada de un caballo, (esto último lo que daba un toque característico,
sonando como un gran vibrador sonoro).
Para la danza se agrupaban
barios grupos de hombres y mujeres, y en el centro de un grandioso circulo,
reposaba un palo con las cintas, cuando comenzaba la música, los bailadores que
llevaban la punta de una de las cintas en sus manos, iban entrelazando sus
carnes en una coreografía exquisita a la vez que con las cintas iban haciendo
un tejido digno de ser admirado. Luego de que todos los observadores hubieran
dicho todos sus halagos por las habilidades de los bailadores, la coreografía
era a la inversa y con el baile se destejía lo tejido.
Terminada la anteriormente
descrita danza, los negros se iban a sus barracones y allá, sin nadie que les
mirara, comenzaban a danzar con grandes movimientos eróticos entre ambas
parejas, todavía hoy en la zona de Guaro se promueven ritos semejantes y lo cultivan varios descendientes de aquellos humildes y
muy honrados antillanos.
Deportación de extranjeros, Preston |