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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

15 de septiembre de 2014

Juan Andrés Cue: Una generosidad pocas veces vista.


Por: José Abreu Cardet.

Andrés Cue Bada en la década de los sesenta y  setenta del siglo pasado se convirtió en toda una institución de la historiografía cubana.

Nació en Chaparra el treinta de noviembre de 1908. Maestro en ese poblado se interesó por la historia. Por su cuenta realizo numerosas indagaciones sobre el pasado en especial de las guerras de independencia. Entrevisto a numerosos testigos y participantes en aquellos acontecimientos, incluyendo en sus entrevistas desde mambises hasta antiguos bandidos que asolaron los campos de guerra. Y a la vez que  iba preguntando a todos, el historiador se encargó de reunir y coleccionar una gran cantidad de libros y fotos relacionados con el proceso independentista.


Pero Juan Andrés no solo escribió sino que también hizo la historia. El tomó parte en las luchas cubanas de su tiempo contras las dictaduras de Machado y de Batista. Y al triunfo de la revolución comenzó a laborar como profesor de la Universidad de Oriente, donde, sobre todo, realizó un estudio sistemático sobre  el general insurrecto tunero Vicente García, y a la vez, otros estudios sobre grandes y pequeñas figuras de la contienda independentista cubana.

Respecto a la historia de Holguín Cué Bada llevó a cabo dos investigaciones sobre asaltos a poblados en esta localidad realizados por las fuerzas de Belisario Grave de Peralta y publicó en la revista  que editaba la comisión de Historia del PCC un documento inédito de Calixto sobre los primeros días del alzamiento.  Hiram Pérez quien dirigió aquella comisión nos recuerda un aporte importante realizado por Cue Bada a la salvación del patrimonio documental: 
Cue nos señaló que los protocolos notariales de los notarios públicos estaban abandonados y en muy mal estado, te estoy hablando de la década de los sesenta del siglo XX. Para entonces  se habían intervenido las notarias publicas y parece que el que realizo esa tarea no comprendió la importancia que para la historia tienen estos documentos y los dejaron abandonados. Cue nos señalo los lugares donde estaban. Lo que nos hace pensar que realizó una verdadera investigación por diferentes lugares de la ciudad de Holguín para localizarlos. Esto nos permitió rescatar del abandono esa valiosa documentación. En esa época nosotros no teníamos experiencia ni sabíamos el valor de todos aquellos documentos”(1).

Cue no llevo a la letra imprenta sus investigaciones esenciales, de ahí que sus valiosos análisis, absolutamente objetivos, sobre el polémico Vicente García, aún continúan inéditos, pero quienes lo conocimos y le oímos hablar de la historia podemos afirmar que fue  Cue Bada el iniciador del rescate de la memoria de ese patriota tunero.

Felizmente del historiador algo apareció en revistas y periódicos, legándonos una obra dispersa y dormida en las hemerotecas del país. Cue falleció el 19  de agosto de  1979. En su honor, el museo municipal de Chaparra lleva su nombre.  Pero no es suficiente, la historia local del norte oriental de Cuba tiene una grande deuda con aquel anciano generoso, y se sabe que en este oficio de la historia, que tiene aristas tan individuales, la generosidad no es abundante.
Notas 
1- Entrevista realizada a Hiram Pérez Concepción por José Abreu Cardet el 4 de septiembre del 2009

1 de junio de 2014

LA VIRGEN CUBANA EN NIPE Y BARAJAGUA


 
(Para oir mientras lee: Plegaria a la Virgen de la Caridad, de José María Vitier)

La historia documentada, la tradición oral y otras fuentes de datos se complementan en el texto LA VIRGEN CUBANA EN NIPE Y BARAJAGUA, de los autores holguineros Ángela C. Peña Obregón, Roberto Valcárcel Rojas y Miguel Ángel Urbina Herrán, con el propósito (y lo consiguen), de acercarnos al hallazgo y la estancia de la Virgen de la Caridad en el espacio Nipe-Barajagua. 

Los hechos históricos peculiares que en ese espacio acontecieron antes del hallazgo de la imagen, la abundante población aborigen que por allí vivía y su rápido proceso de cristianización fue esencial para la historia posterior. 

En el año 400 del hallazgo de la imagen, retornar al espacio primero de la Virgen permite sentir que la historia de la Patrona de Cuba se completa, a la vez que se hace justicia con un universo apenas mencionado en la historiografía cubana. (La identificación de los sitios donde se dieron los acontecimientos iniciales de la historia de la Virgen de la Caridad aún sigue inconclusa). Buscar esa historia en la memoria de la gente es el mérito principal de este estudio que, en síntesis, presenta la Aldea.


La unión Nacional de Historiadores de Cuba en reunión efectuada en la provincia de Ciego de Ávila,dio a conocer el premio José Luciano Franco, 2013, este galardón se entrega a libros de historia publicados por editoriales provinciales cubanas en el año anterior al que se otorga. El libro que recibió el galardón fue "La Virgen cubana en Nipe y Barajagua" de Ángela Peña Obregón, Roberto Valcárcel Rojas y Miguel Ángel Urbina, con  edición de Fidel Fidalgo Moncada y el diseño y la composiciónde Rebeca Pantoja Álvarez, todos bajo la firma de la editorial "La Mezquita", de la Unión de Historiadores en Holguín. Año 2012.






 
Aceptando que fue a la actual Barajagua adonde llevaron la imagen de la Virgen inmediatamente después que la encontraron sobre las aguas de Nipe, ¿qué tiempo la tuvieronallí antes de llevarla al Real de Minas, (El Cobre)?, ¿cuál fue la ruta que siguieron los que transportaron la imagen?.
 


Además,













14 de mayo de 2014

Reguero de Caridades en Holguín

Por Luis Betancourt.

Así debió ser la primera ermita católica erigida en el Hato de Managuaco en el año 1689 bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. Esa fue la iglesia que posteriormente se trasladó a donde se construyó el pueblo de Holguín y que hoy es la Catedral de San Isidoro

Recién inaugurado el Primer Libro bautismal de San Isidoro, en 1730, ya se descubre que los niños Francisco y María uniesen a sus primeros nombres el de ‘Caridad’. Y asimismo ocurre con otros 102 nacidos entre 1740 y 1789. Y pasa exactamente igual con otros 94 niñas y niños holguineros, nacidos en la última década del siglo XVIII, a los que también les pusieron el nombre ‘Caridad’.
 
Entre 1730 y 1799, sumaron 198 los bautizados en la parroquia holguinera que lucieron el nombre ‘Caridad’. Asociado María, el nombre ‘Caridad’ fue llevado por 67 niñas bautizadas. Otras 80 lucieron igual nombre, principalmente unido a los de Juana, Josefa, Antonia, Rosa, Manuela y Francisca. ‘Caridad’ también acompañó los nombres de José, Francisco, Juan, Rafael, Antonio y otros, llevado por 51 varones. ¿Son muchos, o son pocos esos 198 bautizados? Son suficientes para no ignorar un hecho ocurrido en circunstancias especiales.

El asunto venía de más lejos. El año 1739  -nueve años después de iniciarse los Libros Parroquiales-  María Caridad Serrano Hechavarría  -nacida en Holguín- contrajo matrimonio en San Isidoro. Debemos presumir que la muchacha, al momento de casarse, tuviese más de nueve años. Quiere decir que alrededor de 1720 hay  -por lo menos- una ‘Caridad’ holguinera. ¿Aquella María Caridad fue una excepción? ¿Hubo más ‘Caridades’ sin que tengamos noticia por ahora?

Nada de eso sorprendería si la ciudad de Holguín hubiese estado más a mano en aquellos años del siglo XVIII. Pero Holguín distaba de todo. Más de 20 leguas apartaban la ciudad del Camino Real que, vertebrando la Isla, pasaba por Bayamo. ¡Y veinte leguas de entonces incomunicaban la vida!. Suponía crecer manteniéndose aislados. Aislamiento al que atribuyó el obispo Morell  -allá por el verano de 1756, cuando visitó la ciudad- el mínimo comercio y pobreza de Holguín.

La sorpresa de los nombres ‘Caridad’ se traduce en tonga de preguntas: ¿Cómo llegó a la aislada ciudad la costumbre de poner nombre que implica reconocer la presencia de la Virgen en Cuba con la advocación de ‘Caridad’? ¿De dónde la devoción que eso supone, si San Isidoro estuvo siempre dedicada a otro nombre de María? ¿Cómo mantener la costumbre, si en esa iglesia no hubo imagen alguna de la Virgen del Cobre hasta años después? ¿Todo se debe interpretar como asunto privado y estrictamente familiar?

Para explicar los inicios, podemos suponer que la costumbre fue llevada por pobladores procedentes de Bayamo, donde la devoción a la Virgen del Cobre había calado profundo en 1687. ¿Y después del momento inicial?

Poner a los niños el nombre ‘Caridad’ no fue en Holguín un ‘asunto de esclavos’: su proporción era muy baja entonces y así se mantuvo después.

Tampoco se explica por la presunta costumbre de añadir ‘Caridad’ al nombre de los hijos nacidos fuera del matrimonio. Al menos en Holguín y en el caso que estamos, no puede atribuirse a esa costumbre. Hay varios de los llamados hijos naturales asentados en los Libros Bautismales, pero la mayoría no lleva asociado el nombre ‘Caridad’.

Lo de Holguín tampoco fue un ‘asunto de mulatos y negros’. Hay dos razones. La primera es que los pardos y mulatos no eran mayoría, ni lo fueron nunca. La segunda: entre los bautizados con nombre ‘Caridad’  abundan más los blancos. Para Holguín hay que encontrar otras explicaciones, o proponer hipótesis distintas a los tópicos de siempre.

El reguero de Caridades no se acabó con el siglo XVIII. Hay un ejemplo llamativo: durante los años de la guerra (1868-1878) se bautizaron en San Isidoro 522 niños y niñas con nombres asociados a ‘Caridad: 131 varones y 391 hembras.

A diferencia de lo ocurrido el siglo anterior, en la década 1868-78 abundaron los abuelos, padres y padrinos llamados ‘Caridad’. Y hermanos nacidos en años sucesivos, que unían ‘Caridad’ a sus primeros nombres: Ramón y Pedro; María, Nicolasa y Rafael; Juana y Rafaela. Y hasta gemelas, o mellizas, lucieron el  nombre ‘Caridad’  asociado a los de María Dorotea y Florentina.

¿Qué significó la creciente presencia del nombre ‘Caridad’ en las tierras de Holguín? Seguro que no existe una sola respuesta. Habrá tantas cuantas quieran buscarse. Pero una  -al menos- hablará de devoción; de reconocimiento; o de agradecimiento por algo sucedido. Y puede que otra esté relacionada con eso a lo que llaman señal de identidad, o también cubanía.

Tomado de www.virgendelacaridaddelcobre.org



Camino holguinero de la Virgen de la Caridad



Por José Novoa Betacourt

En el excelente prólogo al libro de la Dra. Olga Portuondo Zúñiga, “La virgen de le Caridad del Cobre: símbolo de cubanía”, el Dr. Jorge Ibarra llamó la atención sobre el proceso histórico de expansión de su culto.


“La extensión del culto de la virgen a otras regiones del país, ha dicho Ibarra, testimoniaría el lento proceso de insularización, así en 1717 se construía una ermita dedicada a su culto en Sancti Spíritus; en 1734 se levantaría otra en Puerto Príncipe; en 1747 se erigiría una en Quemado, y en 1831 una en la Iglesia de Guadalupe en la Habana”


Dentro de esta línea, cuándo tomó fuerza el culto a la virgen de la Caridad del Cobre en Holguín, y quiénes lo expresaban. Este breve artículo tiene el objetivo de llamar la atención sobre esta cuestión para la localidad.

De la organización y actividad de la Iglesia en el territorio no se tiene noticia directa hasta el año 1692. Por lo tanto de los años anteriores sólo podremos suponer.

Entre 1513 y 1540, período de las Encomiendas, la arqueología ha definido  hasta el momento restos de unas probables nueve dentro de los límites de la actual Provincia, ubicadas en Banes, Alcalá Holguín y Barajagua. Estas Encomiendas funcionaron como las primeras protocélulas integradoras y definidoras de la nueva cultura colonial, siendo posible suponer un importante sincretismo mágico religioso entorno a la imposición cristiana.

Además de la labor evangélica formal de los encomenderos, fue posible la actividad de algún fraile o sacerdote ocasionalmente. Siguiendo al padre Las Casas, la Virgen María fue el principal centro de la iconografía propagada.

Esa expansión del nuevo culto no debió ser fácil por la resistencia aborigen a la explotación colonial de lo cual puede ser ejemplo la Encomienda de Alcalá en 1538, en la que los indios por el día trabajaban como pacíficos labradores y en la noche asaltaban a los estancieros españoles. 

De todas maneras para la población indígena sobreviviente el culto transculturizado debió contribuir activamente en el plano espiritual a la conformación de una nueva identidad.

En 1689, bajo los ecos del Concilio Diocesano del Obispo Tres Palacios, su continuador el obispo Compostela autorizó la creación de la primera Ermita en el Partido bayamés de Holguín, a partir de los intereses de la familia Ávila González de Rivera.

Han contado los historiadores Don Diego de Ávila y Delmonte y Juan Albanés que el 5 de octubre de 1692 se inauguró la ermita bajo la advocación de la Virgen del Rosario, una de las advocaciones marianas, en reconocimiento a María del Rosario de Ávila, esposa de Juan González de Rivera y Oveda, hateros promotores del acontecimiento.

En 1709 la ermita se trasladó del hato de Managuaco al de Las Cuevas, al paraje de Las Guásumas y se transformó en Iglesia en 1712, siendo su primer sacerdote Juan González de Herrera, quien mantuvo el culto a la Virgen del Rosario.

Entre 1716 y 1719 se mudó la Iglesia para el viejo bramadero del Hato fundado por García Holguín en 1545. Exactamente ese fue el lugar escogido para construir el Pueblo de Holguín, entonces en proceso de demarcación y construcción. La Iglesia se inauguró el 4 de abril de 1720 bajo las advocaciones de San Isidoro y la Virgen del Rosario.

En 1756 el Obispo Morell de Santa Cruz, que bien merece un monumento en Holguín, visitó la ciudad. La imagen de la Iglesia y el culto que nos dejó por escrito el Obispo fueron las de un local de “veinte varas de largo, siete de ancho y cinco de alto”, mientras el pueblo era: “poco instruido en las verdades eternas”.

Las imágenes de los altares los conocemos por un inventario adjunto al Libro de bautizos de 1775. Eran estas: San José, San Antonio, San Isidoro, Jesús de Nazareno, La Dolorosa, la Virgen del Rosario y San José de Nacianceno. ¿Y la Caridad del Cobre?. 

Nuestra Señora, la Virgen de la Caridad. Obra del pintor holguinero Cosme Proenza

De la imagen de la Virgen de la Caridad, a la que el propio Morell definiera como “la más milagrosa efigie” de las veneradas en el santuario de la Isla “más rico, frecuentado y devoto” (en El Cobre), en el Holguín de entonces, no se tienen noticias de una similar en su templo.

No obstante en sectores del pueblo ya se vislumbra el culto a la señora de la Caridad. En el año de 1775 uno de los nuevos Hatos ubicado en la zona de Cacocum se nombraba “La Caridad”, (Su propietario eran Gabriel Batista y Juana Corral).

En 1789 Juan José de Proenza, natural de Bayamo y uno de los propietarios de el hato de Almirante, declaró que debía una mula a “nuestra señora de la Caridad del Cobre” y una de sus hijas se nombraba María de la Caridad, hecho nada sorprendente si se tiene en cuenta que desde los finales del siglo XVII era presente “la participación de la población de Bayamo en la milagrería” alrededor de la imagen.

Debió ser Bayamo el lugar desde donde principalmente irradió el culto a la Caridad del Cobre a Holguín.

El 19 de marzo de 1791 el cabildo reportó la ausencia del Regidor Antonio de Peña “por hallarse de Romería en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.” En ese propio año el Notario hizo constar que Manuel Antonio Calderón declaraba deberle a nuestra Señora de la Caridad del Cobre ocho pesos y a la Merced seis.

Para inicios del siglo XIX en el Hato de Bariay otro paraje recibió la denominación de La Caridad.

Y finalmente en una de las primeras décadas del siglo XIX la imagen de La Caridad ocupó un sitial en los altares de la Parroquial Mayor holguinera. Ahora no sabemos la fecha. Sólo lo que informa el inventario de los años 1862 – 1868, que en la nave, a la derecha del altar mayor, existía un altar sencillo con una imagen “de mala escultura y propiedad de la familia Garayalde”. Se conoce por la misma fuente que en 1866 la Iglesia compró en 42 pesos y 50 reales una imagen de la Caridad en Santiago de Cuba, que, suponemos, reemplazó a la tenida hasta entonces.

¿Por qué razones el fervor popular entorno a esta imagen es tardío en la región holguinera? ¿Por qué la patrona demoró tanto en lograr un lugar en los altares locales?

La respuesta a estas preguntas merecen un estudio que desborda mis posibilidades aunque, sospecho, alberga razones profundas, vinculadas al proceso de formación de lo cubano en la localidad.


De Barajagua al Cobre. El posible trayecto


Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
             Roberto Valcárcel Rojas
             Miguel Angel Urbina Herrán


Aceptando que fue a la actual Barajagua adonde llevaron la imagen de la Virgen inmediatamente después que la encontraron sobre las aguas de Nipe, ¿qué tiempo la tuvieron allí antes de llevarla al Real de Minas, (El Cobre)?. 

Monseñor Martínez Dalmau en un trabajo suyo que apareció en el Semanario Católico planteó que debe haber estado alrededor de dos años, (1952:175) Este mismo autor en otro momento, siguiendo la relación y el tiempo de los primeros capellanes en el santuario de El Cobre, particularmente Diego Hoyos, que fue el primero de los ermitaños, y tomando en cuenta la fecha de aparición de la imagen, dice: Es probable que la permanencia de la imagen en el Hato de Barajagua La Vieja fuese de mayor duración de lo que generalmente se supone.

En la declaración de Juan Moreno dice que una vez que el Mayoral Miguel Galán supo del hallazgo de la imagen, mui contento y sin dilación embió luego a Antonio Angola con la noticia de dicha señora al Capitán Francisco Sánchez de Moya (sic) quien recibida la noticia envió la orden de que se construyese una casa y siempre tuviese luz. Y se hizo la casa cubiertta de guano zercada de tablas de palma (sic). Lo que no precisó Juan Moreno es el tiempo que demoró el corte y recogida de los materiales y la construcción de la casa de la Virgen, tampoco lo aclara y lamentablemente nadie de los que le interrogaban le preguntó que a los cuántos días de colocada la Virgen en su casa y altar fue que ocurrió que desapareció la imagen. 

Tampoco nada dice de los “milagros” que estaban sucediendo con relación a la Virgen y menos el tiempo trascurrido entre uno y el otro (o los otros). 

Hipotéticamente esos debieron ser los robos de la imagen. Ha de entenderse que la Virgen fue hallada por indios en una zona de vida indígena que está viviendo ajustes por imposición de  los europeos. La imagen está “autorizada” por los conquistadores y por eso los indios la asumen en lugar de sus antiguos semíes, pero no deja de ser ella para ellos otro semí y se sabe que era práctica común entre los aborígenes robar el semí de sus enemigos para evitar que los protegiera. ¿Será por ese motivo por lo que, según Fonseca y Bravo, se oyera decir a Diego de Hoyos que los blancos no se la habían de quitar, (Portuondo, 2008:300 y 307) (Sic) 

Onofre de Fonseca tampoco precisa el tiempo que demoró la imagen en el hato y sobre el tiempo que demoró en hacerse la casa solo dice que después que el administrador dio la orden, se puso inmediatamente en ejecución y que cuando ocurrieron “los milagros”, envió el administrador al padre Bonilla y al Comandante de Artillería, y, dice: “A pocos días de haber estado en el Hato dispuso el comandante se hiciese una Arca de cedro para pasear en hombros la Ymagen por el poblado”

En fin, que no es posible saber el tiempo que estuvo la imagen en Barajagua, pero lo que sí es fácil de descubrir es que no fue una estancia tan corta y sí suficientemente extensa como para que se le construyera casa y altar y obrara milagros y ganara la admiración de todos los habitantes del lugar. 
 
Lámina de 1850, el pueblo de El Cobre

Otro motivo, obvio por demás y de mucho peso, que influyó en que la imagen fuera llevada de Barajagua a las Minas de Cobre fue el interés de moverla hacia el principal espacio de poder económico de la región. 


¿Cuál fue la ruta que siguieron los que trasladaron la imagen?. 

La información exacta no se tiene, solamente lo que se conserva en la memoria de los pobladores de más edad de los sitios de Barajagua, Birán y Alto Cedro. Memoria que se divide en dos versiones.

Una de ellas asegura que desde Barajagua La Vieja tomaron el Camino de los Indios hasta Sojo para entroncar con el Camino de Cuba, (camino este que, aunque muy deprimido, aún existe). 

La segunda versión de la ruta dice que por Saíto llegaron a Alto del Cedro, que es el lugar que en la actualidad se nombra Alto Cedro y de ahí a Pontezuelo hasta salir a Cayo Rey. (De seguirse esta segunda ruta entonces el trayecto fue más directo y de más corta distancia).

Los autores del texto La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua rastrearon la primera versión acompañados de dos conocedores de la zona, Bladimir Lozano Pupo, Jefe de la Unidad de Áreas Protegidas del Sistema Nacional Parque Mesura Piloto y Antonio López Herrera, historiador y especialista del Museo Casa Natal de los Castro Ruz de Birán. A lo largo del trayecto hicieron entrevistas a los vecinos, pero ha de aclararse que la forma seguida no se corresponde con las técnicas de un estudio científico sino, solamente, un acercamiento a la visión popular del asunto.

En los poblados de Birán y Alto Cedro, ambos atravesados por los viejos caminos de Cuba (y se trata del que comunicaba desde la costa de Nipe con Santiago de Cuba), los vecinos conservan una valiosa información a ellos trasmitida por sus mayores. 

Antonio López Calderón dijo que se conoce “que la procesión llevando en andas a la Virgen de la Caridad, hallada en Nipe, pasó por aquí porque este era el camino que existía, llamado entonces Camino de la Isla.
“Siguiendo por él, explicó, se llega primero a Guenizal y de ahí a Panuzia. Siguiendo sin desvíos se llega a Sao Corona, Cayo Rey, el centro de Miranda, Palmarito. Durante esa ruta hay que atravesar el río El Jagua por el paso de Guaninicún” (8 de diciembre de 2010)
Sobre lo mismo habló Bladimir Lozano Pupo: El camino baja la Loma de Manuit y sale a Cayo Rey, atraviesa a Mella (antiguo Hato de Miranda) y de aquí en lo adelante todo el camino está perdido por la presa Protesta de Baraguá. (8 de diciembre de 2010).

En el trayecto dicho anteriormente se encuentra el caminante con el Farallón de Purialón en Sabanilla de Birán, que se conoce, además, como Farallón de los Pérez. En él se encontró una cueva con jeroglíficos hechos por aborígenes, sin embargo no es lo anterior lo que le hace célebre sino que en él existe la Virgen Pintada. Se refiere Lozano Pupo a las formas que ha tomado una de las rocas del farallón formando lo que pudiera considerarse una figura que los campesinos de la zona creen que es la Virgen.

El historiador de Palma Soriano Eddy Bolaños explicó que en Hatillo era donde el viejo camino se bifurcaba siguiendo uno a Santiago y el otro a Yarayabo, pasaba cerca de Santa Filomena y finalmente salía al Cobre (8 de diciembre de 2010)

También los autores visitaron los poblados de Alto Cedro y Hatillo, preguntando a los vecinos por la historia de la Virgen.

En el primero de esos pueblos un vecino, Víctor Maldonado Couso, dijo que le han dicho sus mayores que por allí pasó la procesión portando la imagen de la Virgen Santísima cuando la llevaban al Cobre, y en el segundo nadie supo decir nada, ni siquiera los que estaban en la Iglesia Católica del poblado. Sin embargo habla de Hatillo el ermitaño Onofre de Fonseca en su historia de la Virgen señalando que junto al poblado fue esperada la procesión que traía a la imagen de la Virgen por la población del Real de Minas a la que se sumó el Alcalde Mayor y la Artillería y dice que fue en Hatillo donde tanta gente que la esperaba le hizo reconocimientos y halagos antes de entrarla al Cobre. ¿Cómo es que hecho tan relevante se borró de la memoria de los que ahora habitan aquel lugar?.

Iglesia Católica de Hatillo

Actualmente Hatillo es un poblado con construcciones muy jóvenes, incluyendo en esa categoría a la Iglesia Católica, pero aún se conserva la torre el antiguo ingenio, habitada por una familia que, dijeron, tampoco oyó hablar nada del asunto del paso de la Virgen por allí. El historiador de Palma Soriano dijo que en el lugar se hacían procesiones a la Virgen de la Caridad y a la Virgen del Pino. 






La Virgen de la Caridad. Mayarí


Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
             Roberto Valcárcel Rojas
             Miguel Angel Urbina Herrán



En Mayarí, cabecera del Partido en que esta comprendido gran parte del paisaje de la Virgen, el reconocimiento a María viene de muy atrás en el tiempo. Para probarlo sirvan los dos ejemplos siguientes, los dos relacionados con propuestas de recoger a los primitivos vegueros y asentarlos en un pueblo que se ubique a la orilla de la gran bahía de Nipe; las dichas propuestas hechas, una a finales el siglo XVIII y otra a principios del XIX, coincidían en una misma propuesta de nombre, Caridad.

El 7 de julio de 1803 propuso el brigadier Francisco Sánchez Griñán que “siendo tradición generalm.te recivida, qe entra Nrae de la Caridad, que se venera en el Santuario del Cobre aposto al cayo de Juan Vizente, donde la encontraron, y condujeron a dcho Puelo, se elixa por Patrona del que se funde, y q.e p.r los piadosos objetos, constantes en la Real Orden de 14 de Julio próximo pasado co q.e se ha promovido por el Exmo Sor. Príncipe de la Paz, sea Caridad de Paz el nombre con que se titule, si se agradase a la Superioridad”.
(Archivo Nacional de Cuba, Realengos, Legajo 76, no. 13, Folio 228 vt)(Sic)

Por su parte Leyte Vidal dijo al Rey en la propuesta que le hizo de fundar una población a cambio de un título nobiliario, que tendría el dicho pueblo la “denominación de Caridad de Mayarí, (porque la que) hoy se venera en el Pueblo del Cobre fue encontrada en la Bahía de Nipe. (Archivo Nacional de Cuba, Gobierno Superior Civil, Legajo 630, no. 19886, Folio 51)

10 de mayo de 2014

La Virgen de la Caridad entró a Cuba por el cayo que desde entonces se llama Cayo de la Virgen


Síntesis hecha por César Hidalgo Torres con datos tomados de La Virgen Cubana en Nipe y Barajagua
Autores: Angela C. Peña Obregón
             Roberto Valcárcel Rojas
             Miguel Angel Urbina Herrán


Cuenta la leyenda que después de hallar la imagen de la Virgen María sobre las aguas de Nipe, los hermanos Hoyos y Juan Moreno se arrimaron a la costa por el lugar que luego se llamó Cayo de la Virgen, en las inmediaciones de Playa Morales, y que allí colocaron la imagen en una barbacoa. 

Según las viejas historias narradas por los ermitaños que velaban la imagen, desde muy temprano Cayo de la Virgen se convirtió en un sitio de religiosidad y de costumbres populares al que acudía la gente a pagar promesas o simplemente a conocer el lugar por donde la Virgen de la Caridad entró a Cuba. De allí los visitantes tomaban arena, conchas o piedrecillas que habían sido bañadas por las aguas de Nipe y las llevaban consigo como recuerdo.
Mis abuelos y mis otros antepasados iban hasta Morales en carretas y con ellos iban los Castro, los Zayas y los Pavones. Allí hacían pedimentos, rezaban y daban gracias por los enfermos que se habían curado. (Ruth Melania Zayas).
La novedad mayor de Cayo de la Virgen, además del oratorio que se construyó, era una piedra de la orilla que tenía lo que para muchos era la marca el pie de la Virgen y por eso a la piedra se le conoció como el Piececito de la Virgen. Hasta esa piedra acudían las personas y allí encendían velas y depositaban flores. 

Bahía de Nipe vista de Playa Morales
Cayo de la Virgen

Era los días 8 de septiembre cuando muchas más personas iban hasta el Cayo de la Virgen, sobre todo vecinos de los pueblos de Antilla, Mayarí, Cueto y de las áreas rurales cercanas. Todos rendían homenaje a la Patrona de Cuba y cuando terminaban las actividades religiosas casi siempre había baile con lar orquestas Brisas de Nipe o Taínos de Mayarí. Actualmente siguen acudiendo al Cayo personas, creyentes y devotos de la Caridad, con los mismos propósitos.
A partir de las primeras décadas del siglo XX en el poblado de la Playa Juan Vicente, a poco metros de Playa Morales, había una casa culto donde paraba cuando iba, el sacerdote de Mayarí, que a lo que iba por aquellos contornos era a dar la misa en el Cayo de la Virgen. (Rodríguez, Cosme Batey, entrevista hecha el 15 de septiembre de 2009).
En julio de 1951, para celebrar el cincuentenario de la independencia, la imagen de la Virgen Peregrina recorrió todo el país. Después de su llegada a Holguín la imagen fue trasladada a las ciudades de Banes, Antilla, Mayarí, Gibara y al pueblo de Cueto, y a algunos barrios rurales. El miércoles 25 la llevaron al Cayo de la Virgen. Al frente de la peregrinación se encontraba el Arzobispo de Santiago de Cuba y Primado de la Nación Dr. Enrique Pérez Serantes, quien ofició la misa y bendijo el lugar. Se habían reunido allí unas 300 personas.

El Semanario Católico al describir el acto dice que cuando el Arzobispo terminó la misa y abrió los ojos se sorprendió al ver que se acercaba al Cayo una ligera embarcación de velas y remos y en ella, tres pescadores. Al unísono exclamaron los presentes, ¡los tres Juanes!. Se trataba de tres pescadores de la Playa Juan Vicente, devotos de la Caridad del Cobre, que iban al Cayo para asistir a la misa. Entonces el Arzobispo y los que le acompañaban tomaron el acuerdo de construir un monumento-capilla y para hacerlo se abrieron las colectas en el acto.

Pero la idea no llegó a materializarse. Pero un año después de la visita de la Virgen Peregrina en lo alto de un promontorio del Cayo se logró construir un oratorio con una imagen esculpida en bronce y colocada sobre una base de unos cinco metros. El dicho promontorio se logró a un precio de dos mil pesos que donó Martha Fernández, esposa del entonces Presidente de la República Fulgencio Batista. El mismo Arzobispo lo bendijo el 26 de julio de 1952.

Oratorio de la Virgen en Cayo de la Virgen

Al lado del oratorio se construyó una casa para que en ella viviera la familia que cuidaba a la Virgen, pero en 1961, al paso del horrendo ciclón Flora, la casa fue destruida, quedando solamente el aljibe.

Cayo de la Virgen, estado actual

El ciclón Flora también afectó el paso hasta el Cayo, por eso tuvieron que construir un terraplén, porque el agua llegaba hasta la cintura del que se atrevía a cruzar. También el ciclón hizo que desapareciera el famosa piedra donde se veía “el Piececito de la Virgen”.

La imagen de la Virgen que estaba en el Cayo ahora está en el santuario de El Cobre

Actualmente el oratorio está en ruinas. Después del triunfo de la Revolución la Virgen fue desmontada de su pedestal por un señor de Cueto y llevada al santuario del Cobre, según aseguró el vecino de Cosme Batey, Perdomo Suárez, pero donde está esa escultura es en el Seminario San Basilio El Magno, en el poblado de El Cobre. Actualmente se planea erigir un nuevo oratorio a partir del proyecto de maestro de las artes plásticas Cosme Proenza. 

El 8 de septiembre de 2012 Cayo de la Virgen fue declarado Monumento Nacional. Ver album de fotos






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