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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

14 de abril de 2011

Velasco


Velasco, el Granero de Cuba, distintivo adquirido por su rica agricultura fundamentada principalmente en el cultivo de gramíneas (frijol). 
Lugar de nacimiento y actuación revolucionaria del General de la Guerra de Independencia Ricardo Sartorio Leal y del comandante mambí Manuel Bruno Balán Ramírez (Lico Balán), así como de decenas de oficiales, clases y soldados mambises. Enclave de la Casa de Cultura de Velasco monumento arquitectónico de la época revolucionaria cuya sui generis composicion arquitectónica es fuente de admiracion y asombro.


Numerosos barrio se ubican en los alrededores de Velasco: El Recreo, La Naza, La Gegira, Blanquizal, La Púa, Las Aguadas, Piedra del Indio, El Uso, Los Alfonsos, Calderón, Mayorquín, San Mateo, El Asiento, Tres Palmas, Los Güiros, Palmarito,La Mula, El Jiquí, San Cristóbal, entre otros, así como poblados de mayor importancia como Uñas, Bocas, Juan Sáez, Arroyo Seco, Cañada de Melones, que tradicionalmente estuvieron y están relacionados con su desenvolvimiento económico, social, cultural e histórico. 


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Casa de Cultura de Velasco (Centro Cultural Félix Varona Sicilia). 
Obra arquitectónica de Walter Betancourt Fernández, donde radica una institución cultural denominada Centro Cultural Félix Varona Sicilia, (conocida popularmente como Casa de Cultura de Velasco). En esta hermosa edificación funciona un complejo para el trabajo artístico y cultural. 
El edificio constituye el principal patrimonio visual de la comunidad de Velasco y es su símbolo cultural. 


La Casa de Cultura de Velasco, es uno de los monumentos más importantes de la arquitectura cubana, (sus valores son reconocidos a nivel nacional e internacional). Este edificio presenta un estilo arquitectónico de formas y volúmenes sui géneris, y concibe la belleza de los materiales en su estado original sin brillos ni pinturas excesivas. 


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En el siglo XIX Velasco se convierte en el centro de una encrucijada de caminos del que era  el más importante, el que conducía hacia la salina de Chaparra.











13 de abril de 2011

El legendario hotel Rif de Mir.

Con la llegada del ferrocarril al Oriente de Cuba a principios del siglo XX, aparecieron pequeños pueblos a ambos lados del camino de rieles, Mir entre ellos.


Un buen día llegaron a Mir: Vicente González, natural de León, España y su esposa Justa Doce, de Santander. Vicente comenzó a trabajar como capataz de una brigada de mantenimiento de la vía férrea recién inaugurada. Mientras su esposa cocinaba para los obreros. Pero había tal demanda de alimentos y hospedaje que el matrimonio decidió construir un hotel de dos plantas. 



 Entre 1921 y 1922 el hotel quedó concluido. Decidieron llamarlo El Rif, en honor a las montañas ubicadas en Marruecos, donde Vicente pasó su servicio militar.



Ubicado casi frente al apeadero del ferrocarril, El Rif estaba acompañado de otros edificios de igual tipo dedicados al comercio. Este tipo de arquitectura convirtió a Mir en un típico pueblo del Oeste norteamericano.

Hotel El Rif - Construido totalmente de maderas con tablas en la técnica del machihembrado. El edificio presenta puertas a dos hojas que imitan cuarterones. 
En la planta baja, el restaurante y el bar. 




En el segundo nivel, las habitaciones destinadas a los huéspedes.
A la planta superior se llega a través de una escalera interior de madera con dos descansos y  pasamano con balaustres en forma de crucetas simples rematados en moños. En esta planta encontramos, en la fachada del frente y la parte trasera, un balcón corrido que culmina en un pretil plano en el frente. La techumbre es sostenida por pilares de madera y en portales por pies derechos de madera. Se destaca que la construcción  no presenta en los portales ningún ventanal, sino puertas con pequeños postigos que permiten el paso de la luz y el aire.
Un letrero de metal ubicado en el segundo nivel anunciaba: 
Hotel El Rif de Vicente González.


Aledaña al hotel estaba la casa de familia, en la cual vivió parte de su infancia y juventud la destacada revolucionaria Lidia Doce Sánchez, quien años más tarde se uniría a las fuerzas rebeldes en la Sierra Maestra como mensajera del Che Guevara y Fidel Castro.

Lidia Doce







En la actualidad, la casa que fuera Hotel Rif es habitada por Migdalia González Doce, descendientes de los constructores y prima hermana de Lidia. Las puertas de la casona hermosa están perennemente abiertas a todo el que busque en los poemas que presiden la escalera, en las fotos de Lidia con los guerrilleros de la Sierra Maestra y en los muebles de época, el aire antiguo y sereno de una casa habitada por el tiempo.





Mir

A unos 14 kilómetros de Buenaventura, cabecera del municipio holguinero de Calixto García está ubicado Mir, un pueblo creado influido por las trasnacionales norteamericanas asentadas en el norte oriental desde los años finales del siglo XIX. La vieja arquitectura de este lugar, la imprescindible línea férrea que lo atraviesa hicieron del pobladito algo muy parecido a los pueblos del Oeste que se ven en las viejas películas estadounidenses.

Según el investigador Idelmar Cordero, el poblado de Mir (en el actual municipio holguinero de Calixto García) se puede catalogar como un pueblo de influencia norteamericana en su arquitectura. El bungalow norteamericano tuvo una proliferación acelerada, testigo de ello es el propio Hotel El Rif construido totalmente de maderas con tablas en la técnica del machihembrado.


 Para leer la magnifica historia del hotel Rif de Mir, haga clic aquí


Marina y Marcelino tienen poco más de cien años cada uno. Dinámica y conversadora ella; presumido y circunspecto él. Los dos han vivido su larga vida en Mir.  Para leer más haga clic aq


 Leer además, "Amo de las aguas"











31 de marzo de 2011

Calixto García, el General de la frente abierta


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En el siguiente enlace puede oír un exhaustivo análisis de las consecuencias para el General de su intento de suicidio. Programa de radio que obtuvo el Gran Premio del Festival Nacional cubano 2009

Por José Abreu Cardet

El 5 de septiembre de 1874, cuando Calixto García  marchaba acompañado por una pe­queña escolta hacia la zona de Manzanillo, fue  sorprendido su campamento. Rodeado por el enemigo, se disparó un tiro debajo de la barbi­lla para no caer prisionero.
El proyectil penetró por la barbilla y le salió por la frente sin afectarle ningún órga­no vital. El general, inconsciente, fue trasladado a Veguitas, Manzanillo y luego a Santiago de Cuba. Allí lo inter­naron, en medio de una estrecha vigilancia, en el Hospital "Príncipe Alfonso".
La captura del general cubano era una indiscutible victoria para el ejército español. Si este hecho hubiera ocurrido unos años atrás el jefe capturado hubiera sido de inmediato juzgado, condenado a muerte y ejecutado como ocurrió con la mayoría de los líderes revolucionarios que caían en manos de las autoridades. Sin embargo, en los últimos meses de 1874 la situación era muy diferente y el mando español en la isla empezaba a pensar en otra solución que no fuera, el extermi­nio de las fuerzas cubanas, lo que además era de hecho, impo­sible. Dejemos que sean las autoridades españolas las que nos expliquen en los documentos cursados en esos días los verdaderos motivos por los que no ejecutaron a Calixto.
El 12 de septiembre, el capitán general  español envió un telegrama al Ministro de ultramar:

Doña Lucía Iñiguez, madre de Calixto García solicita del Presidente Poder Ejecutivo indulto de su hijo, que dice salva vida varios oficiales y soldados del ejército sírvase Ud informar se pue­de acceder a petición de una madre, (1)

El ministro español, con indudable extrañeza, telegrafió a La Habana indagando por el motivo de tan inusual petición. El gobernador español en una extensa carta da las verdaderas causas de su supuesta bondad.

Gobierno General de la Isla de Cuba 'Secretaria. Reservado. Exmo Sr.
Desde el momento que fue hecho prisio­nero Calixto García que con el carácter de Geral venía mandando a los insurrectos del Departamento Oriental, me pro­puse perdonarle la vida, y autorice a su madre para que pusiese un despacho al Presidente del Poder Ejecutivo pidiéndole indulto de la pena capital, sobre el cual Ud se sirvió pedirme infor­me por despacho telegráfico.
El hecho solo de no haber dispuesto pa­sar por las armas a Calixto García des­pués de su aprehensión, y la autoriza­ción concedida a su madre para trasmi­tir aquel despacho telegráfico, probará a Ud que en mi opinión no era conveniente de ninguna manera aquella disposición que podía tomar en arreglo a los bandos vigentes.                             
En el estado en que se encuentra la guerra y la insurrección, después de seis años, no he crehido de ninguna manera conveniente ensangrentar aquella, y he podido seguir mis propios sentimientos de humanidad evitando un fusilamiento que no deba producir otro resultado, es­citando las pasiones y haciendo más di­fícil la terminación de esta guerra.
Como he dicho a Ud, repetidas veces, es­ta guerra no ha de acabarse por el esterminio de los insurrectos: se le po­drá batir y reducirlos en número, pero esterminarlos, es muy difícil, sino im­posible.  Es preciso pues batirlos, es preciso perseguirlos activamente por to­das partes, y esto será mi primera aten­ción tan pronto como reciba y organice los esfuerzos con que he de emprender la campaña en el centro donde la insu­rrección tiene alguna, importancia mili­tar.  Pero para concluir con esta guerra se necesita que los insurrectos después de eso, crean en la posibilidad de un perdón y de un olvido, y en la seguridad de sus personas.  Esa confianza y esa seguridad contribuirá mucho a darla, el ver perdonada la vida de Calixto García, que por otra parte no se ha señalado por su inhumanidad con nuestros prisioneros, cuando ese perdón, ha podido ser concebi­do por la autoridad superior de la isla, sin que sobre ella haya ejercido presión alguna, la opinión de los muchos que tan equivocadamente creen, que la energía de una autoridad está en las ejecuciones de la pena capital, y que miran en todos los casos esa política que llaman enér­gica, como la única para acabar con es­ta insurrección..
Al verse prisionero Calixto García tra­to de suicidarse, pero su herida en la garganta y boca no ofrece ya cuidado.  (2)

El 13 de noviembre de 1874 las autoridades coloniales en Cu­ba recibieron respuesta de sus superiores en la península.

Enterado el Presidente del Poder Ejecuti­vo de la República de la carta oficial, reservada, de VE. de 15 de octubre últi­mo relativo a la captura del titulado general insurrecto Calixto García, ya la decisión de VE de perdonarle la vida, ha tenido a bien aprobar en todas sus partes la conducta de VE. en este asunto por los motivos que VE. expresa en su citada car­ta oficial.  (3)

Se iniciaba un largo calvario para Calixto. Fue enviado a prisiones españoles donde lo mantienen hasta el fin de la guerra. Por los acuerdos del Pacto del Zanjón lo dejan en libertad. Marcha a  New York el centro más importante de la inmigración revolucionaria. Allí se encuentra a su esposa Isabel y los niños. Ellos lo siguieron a la guerra en 1868. La esposa con los hijos y otros miembros de la familia fueron capturados en Holguín por una columna española. Trasladados a La Habana los deportan a Estados Unidos. 

Calixto junto a su familia restablece su precario hogar. Isabel embarazada parirá a Mario. Pero apenas tiene tiempo Calixto de disfrutar del hogar que han conformado en la inmigración. Al frente del Comité Revolucionario Cubano se entrega a la organización de la Guerra Chiquita. Ante el sorpresivo estallido de estas en agosto de 1879 sin recurso para organizar una expedición que lo lleve a Cuba. Luego de varios fracasos por fin en mayo de 1880 llega  a las costas cubanas. Pero ya la guerra fenece.
 El 3 de agosto de 1880 con 5 compañeros deponen las armas. Un informe de las autoridades expresaba:

Las causas que han inducido a Calixto solicitar del Comandante General de Holguín le admitiese su sumisión  al gobierno no reconocen otro móvil  que la completa convicción que tenía dicho cabecilla de que le era imposible tanto el reembarcarse, como intentó tan pronto tuvo conocimiento de la presentación  de casi todas las fuerzas insurrectas  en armas, como el de escapar a la tenaz persecución de nuestras fuerzas, hábilmente combinadas por el General Valera... desde el primer instante no pudieron conseguir un solo momento de reposo, ni les fue posible reunirse con ninguno de los partidos en armas, a pesar de los esfuerzos que hicieron para conseguirlo. Perseguidos de tal suerte, que aún no habían esquivado el encuentro con una de nuestras columnas cuando se veían acosados por otra, obligados á andar errantes, desnudos, descalzos, enfermos y sin recursos de ningún género, sin  esperanzas de conseguirlos y viéndose mermados de día en día por los muertos ó prisioneros  que les hacían nuestra columna. (4)

Calixto es deportado a España. Aunque lo dejan en libertad pero no puede abandonar la península. Rehace su vida. Trabaja en un banco e imparte clases. En 1882 se le une Isabel y los niños. Establecen hogar humilde, pero digno, en Madrid. Isabel tendrá dos niñas. Los hijos crecen y se educan en Madrid. Cada uno va formando su vida.
Al estallar la guerra de 1895 el veterano mambí no puede esperar mas, y apoyado por sus hijos  Carlos y Mario preparo su plan de fuga. Carlos los despidió en el andén de la estación norte de Madrid donde tomo junto a Mario el tren para la frontera francesa de Hendaya desde donde telegrafían de inmediato a Carlos que permanecía en Madrid:

La evasión de mi padre dejo estupefacto al gobierno y a los propios deportados cubanos como el General Pedro Martínez Freyre y el coronel Modesto Fonseca visitas diarias a casa de papá a quien consideraban imposibilitado de moverse. Estos patriotas casados, con españolas naturalmente debían ignorar que papá iría a la Revolución.  (5)

Calixto llegara a Cuba en marzo de 1896 al frente de una expedición. Como jefe del departamento oriental lleva a cabo una exitosa campaña. Su aporte será fundamental en el verano del 98  en la derrota de las fuerzas españolas por el entonces ejército aliado cubanoamericano.  Protestara enérgicamente ante la insolencia yanqui al negársele la entrada a Santiago de Cuba a los mambises. Trabajara arduamente por unir a los cubanos en la asamblea que sesiona en Santa Cruz del Sur. En esos momentos se ve abatido por la enfermedad de su hija más pequeña  Mercedes que esta junto a su madre en New York.
Recibe las cartas desoladoras de su esposa  Isabel que le pide su traslado a al frío New York  donde  Merceditas  muere lentamente  de tuberculosis. “Ella anhela verte, le escribe  Isabel,  y se pone triste cuando oye decir que no podías venir y hasta dice "Papá no hace caso, ya de mi, ni quiere verme... (6) 
Hoy nos podemos preguntar que amargura dejaría en el viejo general pero padre amoroso esas palabras terribles.  Pero Calixto no puede dejar su responsabilidad de miembro de la Asamblea de los revolucionarios cubanos que esta enfrascada en logar el reconocimiento de la independencia  de Cuba por el gobierno de los Estados Unidos. Es la última batalla del viejo mambí; renunciar a estar junto a su hija moribunda para intentar salvar la patria. Solo hará una breve visita a la pequeña que se encuentra en la fase terminal de la enfermedad y es  cuando marcha cumplir a Estados Unidos una misión asignada por la revolución para intentar lograr el reconocimiento de la independencia de Cuba. Poco tiempo estará con la pequeña pues se traslada a Washington para continuar adelante con la misión que lo llevado a ese país. Allí enferma de neumonía y muere cuando mas necesario era.  Pocos días después su pequeña Mercedes fallece.  Podríamos preguntarnos hoy Que mas podía entregar el veterano mambí a  la patria. 
En un gesto de verdadera humildad y desinterés Calixto en carta al coronel mambí  e historiador  Fernando Figueredo que escribía su libro “La Revolución de Yara” le dice lo que podemos considerar el epilogo de la decisión  por el sacrificio de aquella generación 

No tema V. acusarnos y pintarnos como fuimos, con nuestros grandes defectos y con nuestras pequeñas virtudes. La posteridad dispensará los primeros y sólo recordará las segundas, teniendo en cuenta que hemos sufrido bastante para merecer el perdón. (7)

Hoy los cubanos no le han otorgado  ni el perdón ni el olvido de los defectos y errores de estos hombres y mujeres del 68  sino sientan un  agradecimiento generoso a los que lanzaron al horno de la patria todo lo que tenían como el general Calixto García.

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