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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

6 de marzo de 2017

Calixto García. Biografía. 60


La familia de Calixto en los Estados Unidos
En Estados Unidos, Isabel Vélez se crece en la adversidad: cose pago y recibe la módica ayuda de algunos emigrados. Carlos, el hijo de ambos, de unos trece años, tiene que trabajar en las tardes, después que termina las clases para ayudar al sostén del hogar. Ahora el muchacho es mensajero de la Western Unión Telegrap Company. En sus andazas entregando la correspondencia, conoce el mundo sórdido de los barrios marginales neoyorquinos. En su diario-memorias, redactado muchos años después, dice: “La policía no podía hacerse respetar. En esas calles me aterraba entregar telegramas habiendo sido conminado por un rufián a entregarle un telegrama que no iba a él dirigido. Escape con suerte”.
1881, Octubre 15
Los deportados cubanos en Madrid esperaban ansiosos que sustituyeran al General Blanco de su cargo de Capitán General en Cuba

Carta del general a Bavastro: “Mucho esperaban aquí (Madrid) los deportados del relevo de Blanco (como Capitán General de Cuba)”. Se daba por seguro que cuando cambiaran al Capitán General iban a poder volver a Cuba los que aquel había deportado. “Pero esas esperanzas, dice el general, eran ilusorias, porque el sucesor no piensa permitir la vuelta a Cuba a más que unos diez o doce. Se dice que hay una lista en la que se clasifica a los deportados.
“A mi me tiene sin cuidado, pues no pienso volver más a Cuba. Creo se tardará mucho que se nos permita salir de este país que es todo lo que necesito.
“Mucha culpa tienen esos (los cita en una relación que envía) en lo que está pasando, pues si nos hubieran ayudado no se encontrarían hoy en esa situación; pero hay que perdonarles su ignorancia pasada en gracia de sus sufrimientos presentes”.
Calixto no piensa volver a Cuba aunque lo autoricen
Completamente amargado por el desastre del pasado (su obligada derrota y rendición), le dice Calixto a su buen amigo  Bavastro: “le agradezco la noticia que me da y no deje siempre de hacer lo mismo, pues por más que yo tenga formada la idea de no ocuparme más de la política, no puedo olvidar a los que fueron mis compañeros, ni he dejado de pensar como siempre. Creo que mis paisanos no quieren ser libres, pero yo no puedo creer que mi país sea feliz con el gobierno tiránico que lo rige y si bien es sumamente difícil que yo vuelva a empuñar las armas por una causa que mis compatriotas no quieren que triunfe, no por eso dejaré de mirar como mi ideal único el que mi país conquiste su independencia”
1882, Enero 20
Para dentro de dos meses el General espera a su familia en Madrid
En otra carta de Calixto a Bavastro: “Espero, para dentro de dos meses, a mi familia. Ya me he decidido a plantar mi tienda en la capital de España, pues el gobierno no alza la orden privativa de libertad que sobre mi pesa” (Esperando a la familia alquila apartamento y se dedica a prepararlo)
Principales figuras de la independencia de Cuba visitan a la esposa y los hijos de Calixto en Nueva York.
Antonio Maceo.
Carlos García: “Si no hubiera ido a la guerra con mi padre, me hubiera puesto a las órdenes de Maceo”
Mientras el General espera a su familia en Madrid, su hijo Carlos cuenta que la familia, allá en Nueva York, era constantemente visitada por las principales figuras de la independencia cubana cuando algunos de estos llegaban a la ciudad.
“Aunque tenía poco más de once años, criado en la emigración, los iba a ver con frecuencia [a los patriotas emigrados], pude fijar en mi mente detalles correctos de sus personas.
“Antonio Maceo era un hombre de buena estatura, fornido y de aspecto grave, vestía de levita negra Prince Alberty y se alojaba en la casa de huéspedes de Madame Griffou, francesa creo que de la martinica. Allí también vivían algunos de nuestros caudillos.
“Julio Sanguily era todo un gentleman elegantemente vestido; él residía en el famoso hotel Windsor en la 5a Avenida. El marqués [Salvador Cisneros Betancourt], tenía un chinchalito con Cigar Store, donde había un indio de madera pintado en el espacio entre la pared y la acera, al lado de la puerta de la 8a Avenida. [Allí] trabajaba y vendía tabacos a los pocos parroquianos que entraba en tan pobre local. La vida de los tres era totalmente diferente. Maceo agitándose entre los abatidos emigrados en un esfuerzo de levantar fondos. Asistí con otros niños emigrados a un mitin que estuvo muy concurrido en el cual dieron los cubanos pequeñas cantidades y prendas de ropa para los mambises rendidos en Oriente. Yo me quité mi sobretodo y lo eché en la pila. Maceo me dio la mano y felicitó preguntándome cuando venía mi padre de la prisión en España. (...) Me invito luego a que fuera a visitarle a su alojamiento en la casa de Huéspedes de la calle 9. Fui a verle y Madame Griffau, la propietaria, me hizo pasar al salón de recibo atestado de patriotas emigrados y veteranos de la guerra. Atento y ceremonioso me dio consejo de obediencia filial y recados para mi madre. La impresión que me causo el general Antonio nunca la olvidé. Si no hubiera ido a la guerra con mi padre, me hubiera puesto a las órdenes de Maceo”.
Carta de Calixto a su amigo Bavastro de 20 de enero de 1882: “Por Félix Figueredo he sabido que Maceo está en Honduras con una buena colocación. Me alegro que así sea, pues aunque él no me desee mucho bien, yo no puedo menos que deseárselo a todos aquellos que se han sacrificado por nuestra desgraciada patria”.
La familia del General sigue en Nueva York, hasta que tengan economías para reunírsele
En Norteamérica Carlos García Vélez logra cambiar de trabajo, ahora es mensajero en el comercio de los comerciantes Zell y Po, y a la vez desarrolla una gran sensibilidad por la música.
“Desde muy niño manifesté afición a la música a tal  punto que una hija del Dr. Pablo Desmernine, Nena, gran pianista, me tomó de alumno cuando yo tenía unos diez años; pero como llegaba a la clase con las manos sucias de cargar los mandados de la tienda a sus parroquianos, tuvo Nena Desmernine que suspender mi enseñanza musical. Pero no dejé de asistir a conciertos con billetes que me regalaban los Sager Beer Saloon de Nueva York, en obsequio como anunciante de los carteles y programas de exhibición”.
1882, Marzo 15
Carta del general: “Debe embarcar en Nueva York para ésta, mi familia, que reside en 360 West, 45th Street. Al fin me he determinado a traerla para acá, pues Vd. sabe lo doloroso que es estar separado de las personas que se quieren y además, aquí, trabajando mucho, podré educar a mis hijos, a lo cual están reducidas hoy todas mis aspiraciones. Además de la colocación que tengo en el Banco de Castilla, en las horas que me deja libres, me dedico a dar lecciones de inglés y gano lo bastante para vivir”.
Faltaban entonces más de trece años para el estallido del 95. En esa fecha escribe el general, que espera la reunificación con su familia, estas palabras cargadas de amargura: “Nada nuevo puedo decirle respecto a la política. Ni ahora ni nunca podrá hacer España nada favorable a Cuba, pero aquí se oyen las amenazas de los autonomistas como quien oye llover.
“Yo no me ocupo de política y menos de la política bastarda que ahora está de moda en nuestro país.
(Pero) a pesar de los pesares y a pesar de los desengaños, late en mi pecho el mismo sentimiento que latía en 1868”



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Calixto García. Biografía. 59


1880, Septiembre 24
El Capitán General de Cuba envió un telegrama al Presidente del Consejo de Ministro y al Ministro de Ultramar donde “ruega deje en libertad a Calixto García bajo palabra de honor en el punto que elija”, porque él le había ofrecido obtener del gobierno esa concesión “de que lo cree digno por su  caballerosidad y condiciones de carácter”.
1880, Septiembre 25
El Ministro de Ultramar telegrafió al Capitán General de Cuba, pidiéndole “que aguarde carta y documentos que le remite por correo respecto libertad Calixto García y si con ellos y las reflexiones que se le hace, insiste en lo que manifiesta en su telegrama, se sirva decirlo también por telegrama”.
1880, Octubre 9
Al parecer para esa fecha ya había llegado a manos del Capitán General de Cuba el correo del Ministro de Ultramar, e igual, al parecer, las reflexiones que le hace no lo convencieron, por lo que ese mismo día la máxima autoridad española en Cuba pasó otro telegrama a sus superiores en el que dice “que se deje en libertad a Calixto García bajo palabra de honor”.
1880, Octubre 11
El Ministro de Ultramar cursó un telegrama al gobernador de Alicante para que “ponga de inmediato en libertad a Calixto, quien, dice el telegrama, debía de trasladarse a Madrid para una entrevista con él”[1].
1880, Octubre 12
Apenas Calixto se entera de la inesperada noticia solicita que Espinosa debía de recibir igual tratamiento y en esta fecha  marchó a Madrid. Al día siguiente se entrevistó con el Ministro de Ultramar, ocasión que aprovechó para solicitar la libertad de Espinosa, Modesto Fonseca, Juan Soto y Juan Moncada. Logra que el primero sea puesto en libertad inmediatamente, pero para decidir sobre los otros, el Ministro escribe al Capitán General de Cuba, pidiéndole su opinión. Ese mismo día, por telegrama, el Capitán General en Cuba, Ramón Blanco, se negó a que fueran liberados.
1880, Octubre (en fecha posterior a la liberación de Calixto)
Por carta explica el Capitán General de Cuba Ramón Blanco al Ministro de Ultramar que por el papel desempeñado en la guerra, Calixto podía ser un factor importante:
“Creo conveniente y político se deje en libertad a Calixto García bajo palabra de honor; hoy existe entre él y los Maceos una profunda división que conviene utilizar evitando vuelvan a unirse los elementos que aquí los representan. Los amigos  de Calixto, todos arrepentidos sinceramente, trabajan eficazmente por la pacificación y [para] facilitar al gobierno su misión en este punto. Carrillo ha ofrecido no volver a hacer armas jamás pidiendo se le permita volver en breve al país para dedicarse al trabajo.
“Conviene atraerse estos elementos con la magnanimidad y empleando el rigor con los aventureros, lo que no ofrecerá garantías para el porvenir. Ruego por tanto a V.E se sirva llamar a su presencia a Calixto y si en vista de su actitud y de las razones expuestas conceptúa convincente acceder a mis deseos se lo agradeceré por que creo comprometida mi palabra, pues contando con la confianza que siempre me ha dispensado el gobierno le aseguré que quedaría en libertad”[2].




Calixto queda obligado a residir en Madrid







Sin embargo el trato caballeroso que las autoridades españolas le brindaron a Calixto, eso no significa que lo dejaran de considerar como lo que realmente era: uno de los mayores peligros para el colonialismo español en Cuba. Cuando por real decreto se indultó a los deportados y prisioneros políticos cubanos en España, el trato hacia el veterano general mambí, también fue excepcional y completamente diferente al que dieron a todos los demás. A los demás se les deja libres de decidir su destino, pero Calixto está obligado a residir en Madrid.
Es que existen en Calixto García circunstancias especiales y excepcionales, entre ellas su condición de jefe principal de la guerra chiquita y por tal el Gobierno español trataba de evitar que su presencia en la isla pudiera constituir algún peligro. Calixto no puede acogerse a la gracia de indulto y las autoridades peninsulares le obligan, so pena de volver a ser apresado y llevado a prisión, a permanecer “por ahora en la península”. (Todos los meses el general se tiene que presentar en el Ministerio de Ultramar).
Calixto comienza a crear las condiciones para que su familia se le una
Ante la imposibilidad de abandonar España, al General cubano no le quedaba otro remedio que tratar de establecerse, trabajar y crear las condiciones para que su familia se le uniera. (Calixto vivió en España 15 años, desde septiembre de 1880 hasta octubre de 1895).
1880
(Meses finales)
Un amigo de la infancia, Pedro Sotolongo, quien era director del Banco Hispano Colonial le consigue colocación en el Banco de Castilla. Este hecho trae la censura de muchos patriotas, sus amigos, y también de sus enemigos que dicen que el general ha claudicado y que estaba en acuerdos con el Gobierno español[3].
El General enferma de gravedad
Solo, sin familiar ninguno a su lado, el general enferma de gravedad: “una pulmonía doble que lo puso a las puertas de la muerte”, dice posteriormente doña Lucía a Rojas Oria por carta.
1881, Abril 18
Enterada de lo que dicen los malos intencionados en relación con el empleo del general, doña Lucía escribe desde el Cerro, La Habana al buen amigo de tiempos de prisión de Calixto, Rojas Oria: “Aunque estoy segura que no habrás creído los rumores que se corrieron de que Calixto estaba colocado en el Banco de España, quiero que sepas que está colocado en el Banco de Castilla, y que en esa colocación no ha intervenido el Gobierno. El mandó los estatutos del Banco para desmentir esos rumores”[4].
En la misma carta dice doña Lucía: que el hijo había sufrido la puñalada del frío, “una pulmonía doble que le puso a las puertas de la muerte, y solo como estaba. Pero tanto los cubanos como los españoles se portaron admirablemente con él”, durante el periodo de su enfermedad.



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[1] ¿Por qué aquel tratamiento especial respecto a Calixto? ¿Por qué se le puso en libertad mientras otros patriotas permanecían en prisión? Seguramente que fueron varios los factores que influyeron en tal actitud de los españoles, pero determinante debió ser la nueva política  que trató de llevar a cabo el Capitán General español en Cuba.

[2] Igualmente pudo influir en el General Ramón Blanco la personalidad dé Calixto y su vida legendaria. El capitán general en su correspondencia dejó entrever su admiración personal por el heroico General mambí. El hacendado de Jiguaní era capaz de sostener una conversación en inglés, francés o español sobre política internacional o la ciencia militar, y podía dirigir combates como el de Santa María de Ocujal o Melones y perdonarle caballerosamente la vida a soldados y oficiales enemigos, o dispararse un tiro antes de caer prisionero o venir en bote de remo para combatir en una guerra perdida. Todo eso pudo muy bien despertar cierto respeto personal en sus enemigos e incluso la secreta admiración del Capitán General.

[3] La prueba de que el empleo se lo aportó su viejo amigo, es que por la misma vía el General consiguió colocación para un hermano del cura Seperlana, preceptor de sus hijos Carlos y Justo en la “Trasatlántica Española”.

[4] Ambos, Calixto y su señora Madre, doña Lucía, dejaron escritos por carta que entonces apenas había esperanzas de alcanzar la redención de Cuba, por lo que no quedaba al General otra ocupación más importante que trabajar para tener a su familia cerca y a ellos darle el frente. Otros puestos ocupados por el General en Madrid fueron: una cátedra en la institución de libre enseñanza “La Asociación para la Enseñanza de la Mujer”, y asimismo dio clases en “El Fomento de las Artes”, en “El Centro Instructivo del Obrero” y en “La Academia de Valliciergas”.

Calixto García. Biografía. 58


1880, Agosto 20
Desde los primeros momentos hubo una clara diferencia sobre el tratamiento que se le daría a Calixto en España respecto a los demás prisioneros. El 20 de  agosto el gobernador de Santander pasó un telegrama al Ministro de Ultramar donde preguntaba si cuando llegara el deportado Calixto García “debe tenerlo en la cárcel por no haber otro local seguro”. La respuesta del Ministro de Ultramar a través de un telegrama que está fechado ese mismo día es que por disposición del Ministro de Marina ya se dirigía al puerto de llegada (Santander), la goleta de guerra Concordia para trasladar a Calixto y sus compañeros hasta Mahon.
1880, Agosto 31
Este día el “Méndez Núñez” llegó a la hermosa  ciudad de Santander. El gobernador envió comunicación a sus superiores. De esa comunicación obtenemos los detalles del el hecho: “A las 10 de la mañana fondeo vapor correo Méndez Núñez conduciendo correspondencia y carga de frutas coloniales, 111 pasajeros, 32 individuos de tropas y 10 de la armada total, [para un total de] 153 [pasajeros]. Durante travesía hubo 2 defunciones por enfermedades no importables y con certificado de embarque han desembarcado la correspondencia y pasajeros, quedando el buque en cuarentena. Entre los pasajeros están inclusos los deportados D. Calixto García, Iñiguez y 4 mas que llegaron a cargo de un Sr. Teniente Coronel”.
En esa misma comunicación el Gobernador de la ciudad portuaria informa a sus superiores de un hecho imprevisto que lo llenó de sorpresa: en el vapor viajó el General español Cuenca, que “le manifiesta que el General Blanco contrajo compromiso con Calixto García de quedar en libertad al llegar a la Península y dirigirse a Madrid acompañado del jefe que lo ha conducido a conferenciar con el  Ministro y que ya recibirá mañana carta del General Blanco explicándole este compromiso, que el mismo general Cuenca trae otra cartas en la que dice que el general Blanco sufriría una contrariedad si sabe que se ha enviado a García a Mahon á pesar de haber dado su palabra en contrario”. Y pregunta cuál debe ser su actitud ante el caso.
1880, Septiembre 1ro
El Ministro de Ultramar telegrafía al gobernador de Santander. “No habiendo tenido tiempo para enterarme de las comunicaciones del general Blanco a que alude su telegrama suspenda la salida de la goleta Concordia con los prisioneros hasta nuevo aviso”.
1880, Septiembre 2
Después de leer las cartas del Capitán General de Cuba llegadas en el buque “Méndez Núñez”, el ministro de Ultramar telegrafió al gobernador de Santander:
“Las cartas y comunicación oficial del general Blanco nada dicen que haya contraído compromiso alguno con Calixto García ni de que le haya dado palabra de quedar en la Península. Dígalo V.E. al general Cuenca y pregúntele si le consta oficialmente que se haya contraído con Calixto García por el general Blanco el compromiso. Pregunte V.E. al general Cuenca si ha remitido las  cartas que trae del general Blanco para el gobierno. Contestación urgente”.
Pero el gobernador de Santander no tuvo tiempo de indagar lo que le pedía el Ministro porque ese mismo día el general Cuenca había salido en tren rumbo a Madrid.
1880, Septiembre 7
En esta fecha el Ministro de Ultramar le envió un telegrama al gobernador de Santander para que ordenara al Capitán de la goleta Concordia que se dirigiera hacia Cádiz con los cubanos. Al día siguiente el marino cumple la orden.
1880, Septiembre 9
Este día el Ministro de la Guerra cursó un telegrama al gobernador de Cádiz informándole el próximo arribo de la goleta Concordia y pidiendo encarecidamente que el gobernador le informara al Capitán de la goleta que debía de continuar viaje hacía Alicante con Calixto y Espinosa, porque ambos serían internados en el Castillo de Santa Bárbara, mientras que el resto de los prisioneros, Modesto Fonseca, Soto y Moncada irían a Barcelona, donde serían encerrados en el Castillo de Figuras.
1880, Septiembre 10
El Ministro de Guerra les envió sendos telegramas a los capitanes generales de Valencia, Cataluña e Islas Baleares, bajo cuya jurisdicción estaban, respectivamente, los castillos de Santa Bárbara, Figuras y la prisión de Mahon, en el que les dice que “no omitan medio alguno para que se ejerza sobre ellos (los prisioneros) la más rigurosa vigilancia a fin de evitar su evasión, debiendo de tener siempre fija su atención sobre este punto y dedicando a él, el mas exquisito celo y perseverancia”.
Por otra parte, en la misma fecha el Ministro de la Guerra mandó una comunicación al Capitán General de Valencia en la que aclara “respecto a la vigilancia y precaución que deben adoptarse para evitar la evasión de los Deportados Cubanos que han de ser custodiados en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante, (especialmente Calixto García), con el que se debe guardar todo genero de consideraciones y atenciones con tal que estas no le sirvan de motivo o le den medios para evadirse de aquella fortaleza”.
1880, Septiembre 23
Finalmente en esta fecha llegó la goleta a Alicante, conduciendo a Calixto García y a Espinosa, los que de inmediato fueron llevados al Castillo de Santa Bárbara



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