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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

26 de diciembre de 2016

Entre 1937 y 1940 aumenta la cantidad de grandes concentraciones en el parque Calixto García de Holguín



El parque Calixto García ha sido siempre lugar de grandes concurrencias, pero mucho más entre 1937 y 1940. Durante esos La Periquera acogió el Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín y el parque devino prolongación de la escuela… cualquier día y a toda hora en el parque abundaban grupos que debatían sobre los más diversas materias, incluyendo la política. Varios de los estudiantes de entonces, comunes en el parque, alcanzaron celebridad, entre ellos Ibrahím Urbino, prestigioso revolucionario que dirigió la Mil Diez, emisora habanera del Partido Socialista y Rolando Masferrer, que se transformó en un tenebroso asesino que organizó el grupo paramilitar Tigres de Masferrer.

En aquellos años de la década de 1930, además, el Parque sufrió del abandono en que lo tenían las autoridades, no siendo atendido ni siquiera en ocasión de las actividades por el centenario de Calixto García. Pero sí se produjeron transformaciones en su entorno: una de las más significativas fue la inauguración de los servicios de ómnibus locales e intermunicipales, por lo que se incrementan las aglomeraciones de personas en portales y corredores.

 

También atraía mucho público el Café Venus, que el cronista social del famoso “Diario de la Marina”, Pablo Álvarez de la Caña calificó entre los mejores de Cuba. En El Venus, ubicado en uno de los laterales de la planta baja de La Periquera, se le rindió homenaje a Rita Montaner. 

El Café Venus ocupaba el ala izquierda (entrando) de La Periquera
 

Por su parte en 1939 el Liceo comenzó a lucir hermosos adornos para festejar el aniversario 50 de su fundación. En la foto directiva del Liceo en 1940. De pie de izquierda a derecha: Dr. Enrique Leal Torralbas, Mario Gutiérrez Rippe, Dr. Enrique Roca Tauler, vocales: Dr. Juan José García Benítez, vicesecretario: Nicasio Vidal Ramírez y Federico Darna Güira. Sentados: Dr. Rodolfo Antonio Ochoa, Presidente Angel Legrá Heredia y el vicepresidente Marcos Galbis Rubio.

 

Pero lo que en verdad acapara la atención de todos los transeúntes es la inmensa mole de acero y concreto de lo que será el Teatro Infante. Cada uno de sus progresos constructivos despertaba infinidad de  comentarios, sobre todo al concluirse su hermosa fachada art decó e iluminarse con luces de neón.

No faltaron en esos años masivos recibimientos a importantes personalidades y gigantescos actos culturales o políticos. Entre los totalmente musicales destacó la retreta  que en julio de 1936 realizó la Banda del Estado Mayor de la Marina bajo la dirección del maestro Armando Romeu, (esta Banda recientemente había sido laureada con el primer lugar en el concurso internacional de Filadelfia, Estados Unidos, donde se habían presentado más de cien bandas). Y meses después, justo el histórico día del 10 de octubre, los holguineros trajeron desde Manzanillo la Campana de La Demajagua, que fue exhibida frente a La Periquera. Para rendir homenaje al símbolo del grito de independencia de Cuba visita Holguín el Gobernador de Oriente Angel Pérez André y con él la banda militar de Santiago de Cuba. Mientras en el centro del parque tuvo lugar un gran Festival “Crusellas”, en el que participan artistas de la radioemisora CMQ, entre ellos Guillermo Portabales[1].

Connotadas personalidades políticas que recorrían el país durante la década de 1930 también son recibidas en el parque, Fulgencio Batista entre ellos. Después que encabezó el golpe militar del 4 de septiembre de 1933, Fulgencio Batista fue, tal vez, la figura política y gubernamental que más actos e inauguraciones presidió en el parque holguinero y en otros muchos de la región nororiental. Desde sus años juveniles, cuando se inició en Holguín en la vida militar, Batista conocía el parque y su importancia para la ciudad, por eso siempre se esforzó por ganar el apoyo de los holguineros que se reunían allí.

En su visita de 1936 Batista criticó la falta de flores y el estado de abandono en que estaba sumido el parque de Holguín. Y asimismo lo encuentra al año siguiente en que llega acompañando al Presidente de la República, Federico Laredo Brú[2].

El coronel Laredo Brú fue el último de los miembros del Ejército Libertador que alcanzó la silla presidencial en sustitución del destituido Miguel Mariano Gómez. Laredo Brú, entre otras iniciativas populares, legalizó los partidos políticos, prohibidos desde la caída de Machado. De ahí que nuevamente en el parque Calixto García y su entorno volvieran a verse grandes mítines a favor de las corrientes políticas que entonces abrían paso[3].

Holguín es transformó en un pueblo eminentemente seguidor del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) como quedó demostrado el 10 de octubre de 1939 cuando una impresionante masa compacta desbordó el parque y las calles adyacentes para aplaudir y apoyar a Ramón Grau San Martín, líder indiscutible del ya pujante nuevo partido y candidato presidencial para el período 1940-1944. Lamentablemente la tribuna de madera cedió ante el excesivo peso de sus ocupantes y el candidato se fractura una pierna[4].

Finalmente Grau San Martín no ganó las elecciones presidenciales, sino el general Fulgencio Batista. El auténtico que sí ganó las elecciones fue el candidato a la alcaldía holguinera, Dr Juan José García Benítez.



[1] Periódico “¡Ahora!”, p.8; Holguín, 16 de julio de 1978.

[2] Periódico “Diario de Cuba”, p.10, Santiago de Cuba, 21 de  febrero de 1937.

[3] Para la fecha, definitivamente Holguín había dejado de ser el gran feudo Liberal de décadas precedentes.

[4] Grau  San Martín. Periódico “El Pueblo”, p.1.Banes, 11 de octubre de 1939.

El parque Calixto García de Holguín en la convulsa década de 1930



Tras su reelección como presidente del país, Gerardo Machado  recrudeció la persecución a los líderes revolucionarios, la explotación a los más humildes y  se agudizaron otros males. A ello se suman las consecuencias de una crisis económica internacional que repercutió terriblemente en Cuba. En Holguín se llegó a implantar en las calles “cocinas económicas” para ayudar a aminorar el hambre de los más necesitados.

No obstante las adversidades, en esta etapa también se hicieron sentir en la vida social holguinera la llegada de nuevas expresiones del progreso y del desarrollo científico-técnico.

Cada una de esas conquistas las celebraban con verbenas alrededor del parque o con desfiles que partían desde allí. Se recuerda la marcha multitudinaria en ocasión de la inauguración del aeropuerto Julio Grave de Peralta y las resonantes fiestas que se celebraron por el inicio de la pavimentación de las calles, por el comienzo del Instituto de Segunda Enseñanza, que entonces radicaba en La Periquera, por la construcción del Teatro Infante, por la llegada de la radio, el cine sonoro, por la eliminación de la Enmienda Platt y cuando la ciudad quedó enlazada con la Carretera Central[1].

Otro día de particular bullicio en la ciudad fue el 2 de septiembre de1930. Desde temprano se habían instalado altavoces en el parque Calixto García y también en los otros dos parques principales, (de Las Flores y San José), para amplificar el acto inaugural de la radio. El locutor Matías Vega, su propietario, ubicó el transmisor en el restaurante del hotel Telégrafo, y con el respaldo de destacadas figuras y agrupaciones desde allí realizó un excelente programa con el que entusiasmó a muchos holguineros por el nuevo medio de difusión[2].

Leer además: La radio en Holguín.

Entre los participantes en el primer programa radiofónico de Holguín no podían faltar la Avilés y el pianista Manuel de Jesús de Góngora. La primera, ya convertida en una de las mejores orquestas jazz band del oriente cubano, reafirmó su calidad posteriormente durante su primera gira nacional y se convirtió en una de las favoritas de la radio local, pues Góngora, uno de los ingenieros en la construcción de la Carreta Central, pero que  había sido alumno eminente de Ignacio Cervantes, compró la radioemisora de Matías Vega, (la CMKF), e incorporó a la orquesta a sus programas habituales.

Esta emisora y luego la CMKO, estimularon la difusión de diversas expresiones del arte y la cultura a la vez que fueron tribunas para muchas de las demandas de los holguineros, incluyendo entre ellas las elevadas tarifas del servicio eléctrico de la Compañía Chaparra Light Power. Esas huelgas de luz llevaron al propietario del Teatro Oriente a adquirir una planta eléctrica para las funciones que organizaron con artistas como Maruja González y el Trío Matamoros y para realizar las proyecciones fílmicas con el atractivo del vitaphone y el movietone.

A la vez las calles aledañas y el Parque comenzaron a ser escenario de protestas estudiantiles y mítines antimachadistas encabezados por jóvenes valientes, como Juan José García Benítez, quien durante una retreta se subió al pedestal del monumento a Calixto García y desde allí exhortó a la población a combatir los desmanes del gobierno de Machado[3].

De inmediato el Gobierno suspendió las retretas y toda clase de reuniones que pudiera utilizar la oposición.

En Holguín, Antonio Guiteras y otros líderes de izquierda fundaron “Unión Revolucionaria”, una organización en la que agruparon a los luchadores antimachadistas. Estos, cada noche hacían estallar petardos en las céntricas esquinas del parque, recaudaban fondos, armas y  explosivos. El 12 de agosto de 1933 Gerardo Machado huyó del país. Cuando se supo la noticia en Holguín, las calles y el parque se llenaron de gente radiante de felicidad. Las fuerzas revolucionarias que por breve tiempo controlaron el poder, lucharon intensamente por beneficiar al pueblo, lográndose la  rebaja del fluido eléctrico a 12 ½  centavos el kilowatt, además de otras medidas populares.

Muy convulsa fue aquella etapa de los años 30: Fulgencio Batista sublevó a los sargentos del Ejército y se hizo del mando militar; luego, en complicidad con el Gobierno norteamericano, puso y quitó los Presidentes de Cuba a su antojo. Uno de ellos, Carlos Mendieta, prometió en 1934 al alcalde García Portelles la pavimentación de las cuatro calles que rodeaban al parque. Poco después se iniciaron las labores[4]. Poco a poco la región comenzó a salir de la espantosa miseria que la asoló; muestra de ello era el nuevo paisaje urbanístico alrededor del parque, en el que sobresalían, además de las calles pavimentadas el incremento de la vida comercial: los viejos armarios de vidrio que ocupaban los corredores fueron sustituidos por modernas y lujosas vidrieras.

 

A la vez, Sociedades como el Liceo, ubicado en posición privilegiada frente al Calixto García, recobra el esplendor de sus salones a los que vienen prominentes personalidades de la cultura cubana e internacional, entre ellas el genial guitarrista oriundo de Gibara, Rey de la Torre y el violinista dominicano Gabriel del Orbe, y los poetas y recitadoras Nicolás Guillén, Emilio Ballagas, Eusebia Cosme y Dalia Iñiguez. 

 
Por su parte el Teatro Oriente, antes de cerrarse en 1937 para edificar el moderno Teatro Infante, acoge presentaciones de compañías y artistas de prestigio entre las que destacan Ernesto Vilches, Imperio Argentina y Ernesto Lecuona con su compañía. Estos últimos habían protagonizado una gran temporada en el capitalino teatro Martí, entre 1931 y 1936.

Para esos años las dos emisoras locales también contribuyen al  desarrollo cultural de la ciudad, especialmente de la música. De diversos pueblos vienen a ellas, sobre todo, cultores de la trova. Algunos de esos artistas luego alcanzarían gran prestigio: Luís Peña (El Albino) y Octavio Sánchez (Cotán). A ellos se les suman trovadores locales, Faustino Oramas (El  Guayabero), Ángel Alberto Caissés (el Cojo Caissés). Todos reunidos, generalmente remataban sus noches interminables en el parque, ese recodo holguinero para gente bohemia que disfruta a plenitud la trova del son y en especial la gracia y la picardía con evocaciones eróticas o de doble sentido. Por entonces el mítico Cojo Caissés se autoflajela en su famosa guaracha “La media naranja”.

No se puede olvidar que como dijera un escritor español, todo parque es una “noria pueblerina del colorete y de los chismes”, y en el Calixto  García de esos años pululaban todo tipo de comentarios y habladurías, del cojo Caissés, por ejemplo, se llegó a decir que iba al parque solo vestido de una capa que furtivamente abría ante algunas muchachas.

Asimismo es esa una época de claros síntomas racistas: los jóvenes blancos de la burguesía paseaban alrededor de los bancos y jardines del lateral sur del parque que dan al frente del teatro y por los otros paseos iban los pobres y los negros. Sin embargo, muchos de esos jóvenes, de una u otra clase social que el poder trataba de segregar, continuaron gestando allí todo tipo de compromisos, amores, citas  y diversiones, incluyendo  el ancestral choteo criollo.

Seguidores del tango, tan en boga entonces, los que paseaban por el parque, sin mucha diferencia entre una y otra clase social, devotos de Carlos Gardel y otros ídolos de ese género, solían usar bufandas y vestuario a la usanza rioplatense en medio del agobiante calor del trópico. Y así vestidos, muchos de ellos patinaban ruidosa y peligrosamente, una diversión que aún perdura[5].





[1] Según reseña el periódico holguinero “La Justicia” del 8 de noviembre de 1930, días antes salió desde el Parque un desfile para inaugurar el primer aeropuerto de la ciudad. Y el periódico provincial “Diario de Cuba” del  25 de febrero de 1931 dijo que el 23 había quedó inaugurado el tramo de la Carretera Central con fiestas en el Parque. El 17 de junio de 1934 el mismo periódico informó que en Holguín se habían decretado tres días de verbenas alrededor del Parque por la eliminación de la Enmienda Platt.

[2] Zenovio Hernández y Joaquín Osorio. La novia del aire, Historia de la radio en Holguín, p.35, Holguín, Ediciones Holguín, 2004.

[3] Periódico “La Independencia”, p.3, Santiago de Cuba,13 de diciembre de 1931.

[4] Según el periódico santiaguero “Diario de Cuba”, edición del 21 de octubre de 1934 ya se estaba pavimentando la calle Maceo. El 10 de agosto de 1935 el mismo periódico afirmó que la calle Frexes estaba asfaltada casi en toda su extensión. A inicios de los años 40 las cuatro calles adyacentes al Parque estaban asfaltadas totalmente. (A finales de esa década, exactamente el 21 de octubre de 1949, “Diario de Cuba” dijo que todas las calles que rodeaban el parque y algunos pocos tramos de otras calles eran en Holguín las únicas pavimentadas).

[5] La prensa registra numerosos actos de indisciplinas en el parque. A partir de la década de 1930 son frecuentes las provocadas por los patinadores. El 5 de octubre de 1933 lo resalta el corresponsal de “Diario de Cuba” y el periódico local “Norte” en su sección Asteriscos del día 14 de junio de 1953 dice que un grupo de patinadores impidió la retreta de la Banda Militar de Holguín, agrupación esa que amenizó retretas en el parque entre 1948 y 1959.

En 1929 el Ayuntamiento de Holguín emprendió una de las más grandes restauraciones al parque Calixto García (la que le dio la imagen que hoy le conocemos)


Camino de entrada a Holguín antes de la construcción de la Carretera Central
 
La carretera Central llega a Holguín

 
En 1929 y por acuerdo del Ayuntamiento local se emprendió una de las más grandes restauraciones que se le han hecho al Calixto García. Para  dirigir la misma fue contratado el italiano Giuseppe Pecorelli, un maestro de obras asentado en la ciudad que, posteriormente continuó contribuyendo a darle al Calixto la imagen que ha llegado hasta las generaciones actuales. Tanto hizo este italiano por el parque que en alguna de sus esquinas debería levantársele una tarja de recordación.

Pecorelli y sus operarios construyeron hermosos bancos personales de granito sin respaldar, sustituyeron el pavimento de losas de barro por cemento prensado, colocaron lámparas redondas y jardines con plantas ornamentales. El nuevo parque fue inaugurado el 8 de diciembre de 1929 con la presencia del gobernador provincial José R. Barceló[1] y un programa de festejos[2].

 

Recién restaurado el parque, el Ayuntamiento, mediante la Comisión  de Fomento y Policía, exigió que los edificios de los alrededores fuesen pintados con colores uniformes, prohibiéndose colores subidos como el amarillo canario y el azul prusia con blanco, que se consideraba que afectaban el ornato. Posteriormente se exhortó a los dueños de comercios a que colocaran anuncios lumínicos de neón para dar la apariencia de gran ciudad.

También se establecieron regulaciones para el tránsito, aunque no se pudieron evitar indisciplinas y hasta accidentes insólitos, como el publicado por el Diario de Cuba, que fue uno de los más importantes periódicos de Oriente, el día 12 de octubre de 1930. Consistió el dicho accidente en la entrada en retroceso de un auto hasta el interior del parque, causando lesiones graves al industrial José Thompson y destrozando varios bancos.

Una de las grandes atracciones en el parque de entonces siguió siendo la tradicional retreta que solía realizar los jueves y domingo la Banda Municipal u otras de mucha calidad que existieron en esos años en la ciudad, entre ellas la de los Boys Scouts y la de los Caballeros de San Isidoro. Incluso, para tocar en las retretas del parque durante las fiestas del Santo Patrono (San Isidoro, 4 de abril), venían a Holguín bandas de otros pueblos y provincias[3].

Maestro Juan Márquez
Por los años 20 la Banda Municipal de Holguín vivió un período de particular esplendor bajo la dirección del maestro Juan Márquez Gómez[4]. Este hombre, que estuvo al frente de la Banda por más de 60 años, también deben los holguineros algún monumento de recordación. El maestro Márquez Gómez, con mucho esfuerzo y dedicación ubicó la Banda local entre las mejores de Cuba, gestionó relucientes instrumentos y uniformes, y consiguió que fuera laureada en certámenes provinciales y nacionales.

Cada retreta de la Banda Municipal era un suceso de gran impacto en la ciudad. Sus integrantes, con el tambor mayor al frente, salían en marcha militar desde La Periquera hasta el centro del parque y luego de interpretarse el Himno Nacional ejecutaban un programa de escogidas obras de diferentes épocas y estilos que eran arregladas por el propio director o por otros connotados maestros como José María Ochoa y Agustín Morales.

Muestra de la variedad y riqueza del repertorio que tuvo la Banda Municipal desde los primeros días del maestro Márquez al frente fue el interpretado el 8 de marzo de 1928, que apareció reseñado por el corresponsal del  periódico santiaguero Diario de Cuba. En esa ocasión interpretaron la obertura de la ópera Guillermo Tell, de Rossini; Selecciones de la ópera Lucía de Lammemoor, de Donizzeti; pasodoble El veterano, de J. Franco; popurrit De La Habana a Manzanillo, de F. Rojas; el danzón El Pajarillo;Polka de Concierto y Dúo de Cornetín.

La amplia gama de géneros y estilos de incuestionables valores artísticos y la calidad interpretativa de sus integrantes fueron elementos decisivos para el reconocimiento y prestigio de la Banda holguinera. Hasta el dictador Gerardo Machado reclamó la presencia de los músicos de Holguín en varias actividades y la invitó al concurso nacional de bandas que en  mayo de  1929, como parte de las actividades por la toma de posesión de su segundo mandato, se realizó en La Habana. En esa ocasión los holguineros ganaron el  cuarto premio entre las bandas de segunda categoría[5].

 


[1] Tan agradecidos estuvieron los holguineros de entonces a este Gobernador que la escalinata y rotonda de la Loma de la cruz lleva su nombre.

[2] Brillante inauguración de las obras del parque Calixto García. “Diario de Cuba” ,p.8, Santiago de Cuba,13 de diciembre de 1929.

[3] La década de 1920 fue una etapa de auge y esplendor para las bandas de música en Cuba. Por esos años en Holguín existieron varias de calidad, entre ellas la Banda Militar (1918-1922), la Banda de los Caballeros de San Isidoro(1922-1926),y a Banda de Exploradores o Boys Scouts, (1926-1933). En en ese decenio también se presentaron en el Parque otras procedentes de pueblos como Banes, Palma Soriano, Santiago de Cuba y San Andrés.

[4] Juan Márquez Gómez es el padre de quien posteriormente se ubicó en la sagrada lista de los grandes músicos de Cuba: Juanito Márquez. 

[5] Durante su estadía en la capital durante el Concurso Nacional de Bandas, la agrupación de Holguín realizó otras presentaciones en la redacción del Diario de la Marina y el Palacio Presidencial. Véase Diario de Cuba, Santiago de Cuba, 24 de  mayo de 1929.

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