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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

6 de julio de 2013

Los Ochoa de Holguín (La segunda generación)



Juan Antonio Ochoa Ávila (1757-1829, San Isidoro de Holguín).

Juan Antonio Ochoa Ávila fue el segundo hijo nacido en el matrimonio de Jo Antonio Ochoa y Rosalía de Ávila. Fue él quien heredó de su padre el oficio de Ministro Factor del Tabaco en la ciudad de Holguín ello a partir de 1801 (un año después de la muerte del padre).
El primer matrimonio de Juan Antonio duró, nada más, siete años. Se llamó ella María Teresa Calderón, era hija de Miguel Calderón y se casó con el Ochoa en 1780. a la muerte de María Teresa, al matrimonio le quedó una hija, María Micaela Ochoa Calderón.
En 1788, después de ocho años de viudez, Juan Antonio contrajo segundas nupcias con su prima Juana Antonia de la Torre. (Para que se produjera, el matrimonio  debió ser  dispensado por la consanguinidad de los contrayentes en tercer grado). Se realizó el casorio en la iglesia parroquial de San Isidoro y de él nacieron once hijos, de ellos tres varones.
1.  Tomás José Ramón Ochoa de la Torres (1789-1855, San Isidoro de Holguín).

2.  Luis Agustín Ochoa de la Torres (1792-1855, San Isidoro de Holguín).

3.  Maa Josefa Apolonia Ochoa de la Torres (1794-, San Isidoro de Holguín).

4.  Juan Antonio Anacleto Ochoa de la Torres (1798-, San Isidoro de Holguín).

  5.  Maa de la Concepción Martina Ochoa de la Torres (1798-, San Isidoro  de Holguín).

6.  Maa Gertrudis Ochoa de la Torres (1799-, San Isidoro de Holguín).

7.  Maa del Carmen Ochoa de la Torres (1801-, San Isidoro de Holguín).

8.  Maa Patrocinio Ochoa de la Torres.

9.  Maa Rosalía Ochoa de la Torres.

10. Ana Josefa Ochoa de la Torres.

Además, Juan Antonio tuvo un hijo natural (fuera del matrimonio), con Margarita Álvarez, que se llamó Diego Antonio Ochoa Álvarez (el niño fue criado por su tío paterno Manuel Trinidad).
Tal como antes se dijo, cuando falleció su padre Juan  Antonio asumió el cargo de Ministro Factor del Tabaco en Holguín y en 1804 ocupó el oficio de Alcalde Ordinario (de este modo se inició en el campo de la política  holguinera). En 1806 compró a Rodrigo González de Rivera el

oficio  de  Regidor  Alguacil  Mayor.  Según  refiere  Rodrigo  González  de  Rivera  en  su testamento: “(…) tengo vendido al Sor. Alcalde Ordinario Juan Antonio Ochoa el oficio de Regidor Alguacil Mayor que ejerzo en cantidad de mil pesos (…); Juan Antonio ocupó este oficio por espacio de casi 15 años, y al cabo de ellos, según su testamento, deja el cargo a su hijo, el Licenciado en Derecho Tomás Ramón, que en esa época era uno de los Veedores del Ilustrísimo Ayuntamiento y abogado de la Real Hacienda.  Cuando hizo testamento dice Juan Antonio que entonces el oficio debía valer dos mil pesos…)
Además en su testamento Juan Antonio refiere como propiedades que posee las siguientes:


“(…) las casas de corredor en la Plaza de la parroquia, en que habito con mi familia (…) un trapiche situado en el ejido de esta ciudad y paraje de Yareyal compuesto de los utensilios necesarios, con  dos casas, cañaverales, labranza necesarias para la asistencia de la familia y once esclavos (…) la Hacienda de Chaparra en que tengo cuatro sitios, llamados Santa Gertrudis, San Juan, San Antonio y las Llamaycas (…) en el mismo terreno de Chaparra, Las Casas Quemadas, con puercos y vacas y un negro (…) la Hacienda San Diego que compré vestida de ganado y bestias (…) dos solares uno en Cuba apreciado en 600 pesos y el otro en esta ciudad de San Isidoro, situado en la calle de Santiago (…) y nueve esclavos más ()


Juan  Antonio  Ochoa,  como  parte  de  la aristocracia  de la  época,  mantuvo  el  mismo comportamiento generalizado en la sociedad con respecto a las estrategias matrimoniales que concertó para sus hijos. Ocho de las hembras cuando arribaron a la edad de casaderas se convirtieron en candidatas perfectas para que cualquier hijo de potentado en el pueblo invirtiera su fortuna casándose con ella. En algunos casos Juan Antonio llega a concertar  matrimonios entre primos hermanos con el fin de mantener y aumentar los patrimonios de la familia.  

En  el año 1824 Juan Antonio fue nominado como Regidor Honorario, título que mantuvo hasta su muerte en 1829 cuando había llegado a la edad de 72 años.

Los Ochoa de Holguín. (La segunda generación)




Diego Antonio Ochoa Ávila (1753-1777, San Isidoro de Holguín).

El mayor de los hijos del matrimonio entre Diego Ochoa y Rosalía de Avila nació en Holguín en 1753 y murió en esta misma ciudad con solo 24 años. Dice en el testamento del padre, que de “muerte repentina y violenta y no testó por ser pobre”. Cuatro años antes de su muerte, esto es, en 1773, (2 de abril), Diego Antonio contrajo matrimonio con María Nicolasa de Lozada Reyna. Nació ella en Santiago de Cuba y era hija de Felipe de Lozada y Antonia Reyna.

Descendencia de Diego Antonio Ochoa Ávila y María Nicolasa de Lozada Reyna:


1.   Maa Rosalía Ochoa Lozada (1771-1840, San Isidoro de Holguín).

2.   José Isidoro Ochoa Lozada (1777-1850, San Isidoro de Holguín).

3.     Josefa Ochoa Lozada (1774-1776, San Isidoro de Holguín).

A la muerte del hijo los abuelos paternos se hicieron cargo de dos de sus hijos, María Rosalía y José Isidoro. (Josefa murió dos años después de haber nacido).

9 de junio de 2013

La familia Ochoa en Holguín Cuba. (La primera generación)





Firma de José Antonio de Ochoa, el primero con ese apellido que vivió en Holguín, Cuba
            Tomado de Tesis de Grado, Carrera de Historia, Universidad Oscar Lucero Moya, Holguín, Cuba
Autora: Yulemis Sánchez Machado.



La familia Ochoa de Holguín, Cuba, surgió de la unión entre un peninsular y una criolla. El matrimonio se celebró el 4 de febrero de 1751 en la parroquia de San Isidoro de Holguín. Él se llamó José Antonio Ochoa Aizpurúa y Segura y era hijo legítimo de Juan Bautista Ochoa y Aizpurúa  y  Catarina Segura Arregui, ambos padres naturales del señorío de Oñate, reino de Vizcaya. José Antonio residía en Santiago de Cuba sin que sepamos la causa de su mudanza a Holguín, presumiblemente en 1750, (seguramente fue el haberse comprometido con una rica heredera de Holguín.  Ella se llamó Rosalía de Ávila y  González y era hija legítima de Diego de Ávila de la Torre y Juana  de  la  Cruz González  Norate.   

    El padre de Rosalía, que ocupó al surgimiento de la ciudad el oficio de Regidor Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad, era descendiente de una de las nietas de García Holguín –éste último fue el propietario del hato en el que se fundó la ciudad de Holguín, en Cuba. El Ávila suegro del primer Ochoa que vino a Holguín estaba emparentado con otras de las familias  fundadoras del pueblo. Su familia se dedicaba a las actividades agropecuarias, fundamentalmente en el cultivo del Tabaco y la sitiería desarrollada para estancias. (Diego de Ávila al igual que casi todos los fundadores de la ciudad, construyeron una red de relaciones que le permitió  a él y a  su familia mantenerse en la burocracia holguinera ocupando cargos de importancia en el cabildo, lo que, obviamente, les ayudaba en la solidificación de sus fortunas privadas. Una forma común para el fin anteriormente dicho fue concertar estrategias matrimoniales ventajosas).

    No se tiene información sobre los medios de subsistencia del Ochoa recién llegado a Holguín, pero la celebración de su boda con una miembro de la aristocracia hacendataria–ganadera  que  dominaba  como  grupo de  poder  en la  recién  constituida ciudad de Holguín, permite inferir que tenía una situación económica desahogada y un notable prestigio que le precedía, al que pudo haber contribuido su calidad de médico.

    La información de que se dispone en el Archivo Provincial de Historia de Holguín relativa a los primeros cuatro años después de constituido el matrimonio de José Antonio Ochoa y Rosalía de Ávila es muy escasa. Solo a partir de 1755 en lo adelante es posible saber del hombre por la información que de él dan las Actas de Cabildo disponibles en el Archivo Provincial de Historia de Holguín. Información esta que permite develar una red de interacciones que contribuyó para que la familia asegurara su predominio en la sociedad holguinera de 1751 a 1850.

    El testamento de José Antonio Ochoa de 1797 contribuye a esclarecer el modo a través del cual logró insertarse en la aristocracia de la ciudad:

    “(…) cuando contrajimos nuestro matrimonio aportamos a el por capital yo el testador como  trescientos  pesos en  dinero, medicina  y otros muebles que  me debían  y que después de casado me pagaron (…)”

    A partir de lo anterior podemos inferir que al momento de la celebración de su enlace con Rosalía, José Antonio tenía una situación económica desahogada y que era médico de profesión. Esto último se confirma en el acta del Cabildo de agosto de 1755, en el que se discute la solicitud hecha por José  Antonio Ochoa para que se le permitiera ejercer la plaza de médico de la ciudad. Allí se explica el fundamento de la solicitud y el modo en que se proponía el pago por los servicios médicos que prestaría:

    “(…) que en esta ciudad no hay médico alguno y a ser practico en la facultad y maestro de Cirugía convenido este vecindario en darle en cada familia un peso anual que  les  obligaría  a  asistirles  con  su  persona  y las medicinas necesarias a  sus curaciones (…)”

    Por  cierto, y porque la solicitud hecha al Cabildo no iba acompañada de las recomendaciones del Señor Gobernador Militar y Político de la villa de Santiago de Cuba, no fue sino a partir de 1757, esto es, después de dos años de larga espera desde su solicitud, que José Antonio Ochoa comienza su labor como médico en la ciudad de Holguín.

    Contrario a lo que inicialmente podría pensarse, el desempeño del oficio de médico no le fue económicamente rentable, seguramente debido a que por entonces los holguineros estaban acostumbrados a ponerse en manos de curanderos y a la auto-medicación. Esa situación unida a sus responsabilidades como padre de familia provocó que hacia finales de 1760 abandonara la práctica de la medicina.

    El  4  de  junio  de  1761,  José  Antonio  Ochoa  le  pide  a  Miguel  Calderón,  (Mayordomo Sargento Mayor del Cabildo de la ciudad), compadre espiritual y futuro suegro de uno de su hijos, que sea “(...) su fiador en la cantidad de 500 pesos para poder obtener el cargo y empleo de Ministro de la compra de Tabaco de cuenta de S.M en dicha ciudad (…)”

    El comercio en el ramo del Tabaco en Holguín se mantuvo por espacio de 32 años en manos  de  José  Antonio,  “(…)  en  cuyo  tiempo  no  hayo  en  mi conciencia  que  haya defraudado ni los intereses de S.M, ni los del público (…), según dice en su testamento. Precisamente la importancia de dicho negocio fue lo que le posibilitó organizar una nutrida red de relaciones que le fueron de gran provecho a él y a sus hijos.  Juana de Ávila González se casó con su primo Rodrigo  González  de  Rivera  quien fue nombrado  Regidor  Alguacil  Mayor  en  el  primer  cabildo holguinero; Agustina de Ávila González con Salvador de Jesús Barzaga y Perdomo, Primer Síndico Procurador General de la ciudad y que posteriormente llegó a ser Regidor Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad; Diego Ramón de Ávila González se casó con su prima Catalina Josefa González de Rivera y de la Cruz, hija de Juan González de Rivera y Ávila, Regidor en el primer cabildo y primo de Diego de Ávila y de la Torre…

    Por otra el ser un exitoso hombre de negocio y a la vez una persona confiable y de respeto, le permitió a José Antonio Ochoa ocupar el cargo  de  Alcalde  Ordinario  en  1778,  manteniendo  así  un  estrecho vínculo  con  la burocracia holguinera y por lo mismo, estructurar una amplia red de poder que fortalecía el negocio del tabaco en la ciudad y su interés propio. Como ejemplo de lo anterior en documentos de la época José Antonio aparece “(…) sirviendo como fiador de Dn. Miguel de  Aguilera  en  la cantidad  de  1000  pesos para obtener  interinamente el empleo de Administrador Particular de la Real Hacienda (…)”; también da “(…) de fianza una casa de madera y tejas de su propiedad que se usa en Factoría de Tabaco y que su valor es muy cuantioso (…)”. Con posterioridad, Don Miguel de Aguilera estrecha sus vínculos con la familia Ochoa sirviéndoles como fiador, testigo de bodas, padrino y dando su apoyo y consentimiento  para  el  desarrollo  del  negocio  comercial  del  tabaco  de  dicha  familia; incluso su hija María del Carmen  Aguilera contrajo matrimonio con uno de los hijos de José Antonio Ochoa.

    Entre las propiedades dejadas por José Antonio Ochoa en su testamento se encuentran siete sitios con un total de 1.521 pesos de posesión, un ingenio nombrado Santa Rosa de Mayabe, dos casas y catorce  esclavos que incluían a cinco mujeres. También llegó a poseer una goleta nombrada Santa Bárbara, “(…) anclada en el puerto real de Gibara de esta jurisdicción en estado navegable (…), dice en el testamento. Esta goleta era utilizada mayoritariamente para el transporte del tabaco que se acopiaba en la factoría de Holguín y en los almacenes de Mayarí y Jiguaní, para su posterior comercialización en la Real Hacienda  de  La Habana. No podemos dejar de mencionar que de vez en cuando el dueño de la embarcación concertaba con otros comerciantes algunos viajes a las islas del Caribe donde tenían una selecta clientela.

    Relacionado en el testamento de Ochoa se encuentra un listado de personas que le debían dinero, incluso, algunas eran figuras representativas de la sociedad holguinera de la época como Juan González de Rivera (Regidor Alguacil), Juan Antonio Bidopia, Silvestre de la Peña y hasta el cura de la iglesia de San Isidoro que le debía 300 pesos, entre otros.

    El floreciente negocio del tabaco le dio la posibilidad a José Antonio Ochoa, de en corto periodo de tiempo ser propietario de un fortuna, y también le aseguró un lugar en la aristocracia holguinera de la época y un espacio en ella para sus descendientes.

    José Antonio Ochoa Aizpurua y Segura falleció en San Isidoro de Holguín el miércoles 22 de enero de 1800; su esposa Rosalía de Ávila había fallecido diez años antes (en 1790) cuando había cumplido 65 años de su edad.

    Descendencia de José Antonio Ochoa Segura y María Rosalía de Ávila:

1.      Diego Antonio Ochoa Ávila (1753-1777, San Isidoro de Holguín).

2.      Juan Antonio Ochoa Ávila (1757-1829, San Isidoro de Holguín).

3.      Manuela de Jesús OchoaÁvila (1760-1819, San Isidoro de Holguín).

4.      Francisco Javier OchoaÁvila (1762-, San Isidoro de Holguín).

5.      Miguel Ignacio Ochoa Ávila(1771-1795, San Isidoro de Holguín).

6.      Manuel José de la Trinidad OchoaÁvila (1772-1845, San Isidoro de Holguín).

7.      José Antonio Ochoa Ávila(1777-1816, San Isidoro de Holguín).

   
  

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