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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

10 de julio de 2010

Así es Gibara (Cuarta parte)



Y cosa curiosa en el gibareño, que no solo a su Villa y a sus cosas canta, sino que por el más insignificante de los acontecimientos rivalizan unos con otros en una inagotable vena humorística.

Así, Fermín Fernández Garrido, contemplando en el patio de su muy humilde, pero honrada casa, a un sorprendido cerdo ante el cantar de un sinsonte posado en las ramas de un granado, nos da:

EL SINSONTE Y EL CERDO

Un cerdo desde el corral
atentamente escuchaba
a un sinsonte que cantaba
desde un cercano rosal;
como a su juicio era mal
ejecutado aquel trino,
así le dijo, vecino,
su canto es de mal sabor;
y le contestó el cantor:
oiga, usted, señor cochino,
el que no le haya gustado
mi canto, no es de extrañar,
lo que pudiera asombrar
es que fuera de su agrado,
no es su gusto delicado
para saborear mí trino,
su paladar no es tan fino
para apreciar su valor,
pues la música, señor,
no es comida de cochino!
Que en otro día observaba como su Pavo Real orgullosamente le mostraba su vistoso traje al embelesado perico:

EL PERICO Y EL PAVO REAL

Un Pavo Real que notó
de su traje la elegancia,
con vanidosa arrogancia
así al Perico habló:
¿No es verdad que mi plumaje
es de lo más primoroso?
¿No debe estar orgulloso
quien se viste con tal traje?

Así dijo el Pavo Real
al Perico cierto día,
el que al punto respondía,
a fe que no viste mal,
pero escucha, he observado
( porque no estés engreído)
que si vas muy bien vestido,
también vas muy mal calzado.

Tal vez pensó el Pavo Real
que iba vestido correcto,
sin advertir el defecto
de su traje natural.

Siempre a la vista resalta
el defecto en el vestido
o bien por algún descuido
o bien por natural falta.

Que le sirva de escarmiento
al que crea ir bien vestido
no vaya a quedar lucido
como el Pavo Real del cuento.
Que don Graciano Daguerre adquiere para su Tenería un burro puertorriqueño, y que éste, ante el exceso de trabajo y la poca alimentación, enflaquece y muere, don Raimundo Sosa, nos deja su constancia:

LAMENTO DE UN MULO PUERTORRIQUEÑO

Desde que vine a esta tierra
estoy pasando un tormento,
y la alegría ni un momento
en mi corazón se encierra;
siendo mi suerte tan negra
¿a quién me voy a quejar?
si aliviar mi malestar
Granciano no lo ha querido,
y por hallarme aburrido
la vida me voy a quitar.

Estoy tan abochornado
que no me atrevo a salir,
pues sé que se han de reír
de mi desgraciado estado;
estoy flaco y jorobado
de darle vuelta al molino,
y según tengo entendido
me quedan muchas que dar
para acabar de penar
me ahorco o me pego un tiro.

Trabajo de noche y de día
y nunca tengo descanso,
ya de vivir estoy harto
y morirme desearía;
si suelto me veo algún día
ha de ser con el cencerro
que por doquier que llego
molesto con mí sonar
y me tratan de agolpear
si no, me “achujan” los perros.

En fin, Graciano, yo espero
tomes la resolución;
me mandes sin dilación
seis meses para un potrero
pues si sigo aquí me muero
trabajando noche y día
y yo mejor desearía
ir a morir a un lugar
donde no oyera mentar
la maldita tenería.
Que “Nano” Soler adquiere para el tejar un caballo, que como el mulo de Daguerre, por el exceso de trabajo y la poca alimentación se muere, “Paco” Garrido, otro de los versadores de la Villa, se inspira y nos da su:

LAMENTO DE UN CABALLO

Es triste mi desespero
solo me queda exclamar
¿cuándo me vas a soltar
cuatro meses a un potrero?
Pues si sigo aquí me muero
y sin poder comprender,
me dan poco que comer,
dando vueltas todo el día
y que desgracia la mía,
vendado para no ver.

Sé que estoy en un tejar,
es negra la suerte mía,
porque en una Tenería
hubo un caso singular;
cansado de trabajar
un mulo que era mi hermano
estaba gordo y lozano
y enclenque lo vi después
preguntando, qué hora es,
¿no me oyes, don Graciano?

Oye mi amigo “Nené”
de tu compasión yo espero
me mandes para un potrero
una semana o un mes;
tu alma bendeciré,
que no vayas al Purgatorio
porque es público y notorio
(grava esto en tu memoria)
que no vas a la Gloria
si te meto al Consultorio.

Anoche soñé “Nené”
que el mulo de Graciano,
me decía, buen hermano,
muy pronto te esperaré;
enseguida relinché
y desperté en el momento
y fue tal mi sentimiento
al ver que llegaba el día
y de nuevo empezaría
a dar de vueltas un ciento.

Virgen de la Caridad,
Caballo bueno, a ti acudo,
no me pase como al mulo
que nunca tuvo piedad;
yo tengo necesidad
que le digas a Soler,
porque se empeña en ver
a este caballo lozano
como el mulo de Graciano
que murió por no comer.
Que “Chano” Magariño choca con una niña, y a ésta se le cae al suelo el chorizo que había mercado; nos deja don “Chano” constancia en su:

A UN CHORIZO

Como salía la criatura
distraída de mercar,
y al tiempo de yo pasar
chocó con mi coyuntura,
ella, que apretar procura
entre sus manos el chorizo,
cayó al suelo, y lo que hizo
dijo llorando a don Chano:
cógemelo con su mano
con el mayor compromiso.

Yo enseguida me agaché
y el chorizo le he cogido,
más ella no lo ha querido
recibir, no sé por qué;
que está tirado en el suelo
yo no lo llevo a mi abuelo
lleno de tierra el chorizo,
y en este gran compromiso
se ha visto ayer el Cojuelo.

Al momento saqué un real
y se lo día a la chiquilla,
le dije, toma pepilla,
ve otro chorizo a mercar;
ella cesó de llorar,
porque recibió consuelo,
fija los ojos al cielo
y dice, válgame Dios,
tanta lástima me dio
que lo recogí del suelo.

Como era una inocente
esta niña y sin malicia,
tuve que hacerme justicia
sin ser yo el delincuente;
ella se quedó impaciente
y yo me agaché indeciso,
en esto llega Narciso,
¿qué estás haciendo, Cojuelo?
Recogiendo del suelo
a esta muchacha el chorizo.
Que don Antonio Ordoñez, “El Torero”, comprador de aves en la Villa, oficio que también lo era de don Francisco Rodríguez, “Pancho el Curita”, y que éste cierta mañana le da la mala a su compañero; don Mundo Sosa, en su fecunda imaginación, les dedica:

Estando Pancho “El Curita”
comprando una carga de pollo,
sin darse cuenta Antonio
por trasmano se la quita.
al verlo se escandaliza
y le dice sin pensar:
no me trates de engañar,
porque no te lo consiento,
pues soy un isleño, y siento
como cualquier animal.
Que Tomasito, “El Cochero” concurrente asiduo al café de Don Mundo Sosa, siempre hacía alarde de las cien gallinas finas que decía tenía en su patio; Mundo Sosa le dedica:

Las gallinas de Tomás
no son “jabá”, que son “prietas”,
y de pelear por la cerca
tienen cabeza “pelá”.
Que don Santiago Velázquez, “El Guapo”, al pasar por el frente del café suelta tremenda “mascá”; don Mundo Sosa a todos hace reír al dedicarle:

Soltó “El Guapo” una “mascá”
enfrente del paradero,
que si la halla un tabaquero
hace su felicidad.
De don Isidro Bacallao, carretonero de la Villa, con sus ochenta años de edad en el mismo oficio, don Mundo Sosa deja constancia:

La mula de “Bacallao”
come tierra, come fango,
come cáscara de mango
porque el tiempo está chivao.
Que “Candunga”, trata de mortificarlo, el mismo Mundo Sosa le dedica:

He de bajar a la tumba
aunque me coma el gusano,
por no hablar con un cubano
tan puerco como “Candunga”.
Que Pepe “Fiao” tiene una novia, y su compañero Nino “Cañón” se la quita, y éste solicita de Mundo Sosa una composición poética para reconquistarla:

Ningún trabajo me cuesta
dedicarle una poesía
a un amigo que hace días
le han quitado la galleta.
Pobre Pepe, se lamenta
de no conseguir su fin;
busca amigo otro jardín;
donde tú seas el jardinero
porque es triste ver a un cochero
en la calle y sin llavín.
Que este Pepe “Fiao” siendo cochero de Luis Corella, al que daba por la noche cuenta de la labor diaria rendida, trataba siempre de engañarlo, repitiéndose cada noche las mismas frases de mira, Luis, una peseta de la carrera que le di a Fulano; mira, Luis, otra peseta de la carrera que le día a Sutano; con la contestación de ¿y la que le diste a Fulano; y la que le diste a Sutano?, por parte de Luis: Cansado de su oficio de cochero, Pepe "Fiao" trata de irse de la Villa, a la que desde la Estación del Ferrocarril dedica en alta voz esta improvisación:

Adiós, Gibara la bella,
con sus murallas de guano,
ya se despide un cubano...
Y antes de poder decir el último verso:

“porque el hambre lo atropella”!
se escucha la voz de Mundo Sosa que lo termina diciendo:

“que acabó con Luis Corella”
Cuéntase en la Villa que este Raimundo Sosa tenía colocado en la pared de su café, situado frente a la Estación del Ferrocarril, un cartelón que decía:

Fiar es perder el amigo,
la paciencia y el dinero,
más vale decir no puedo
y así no tendré enemigos.
Si fío doy lo que es mío,
si presto, al cobrar me forman gesto,
y para evitar todo esto,
ni fío, ni doy, ni presto.
Que en la Villa vive “Traga Nickel”, a la que engañan con una moneda falsa; Juan Caballero le dedica unas décimas, parte de las cuales dicen:

Como a mi me cuentan todo
lo que pasa en Mayarí,
yo voy a contarle aquí
varias cosas a mi modo.
pero si a alguno incomodo,
entonces no es culpa mía,
porque en esta algarabía
que tal parece un ciclón,
se ve de noche un cordón
que sube por La Vigía.
Que Mayarí era uno de los barrios de la Villa, como también lo era el de La Loma, rivales ambos; y por ello los de La Loma no visitaban a los de Mayarí, ni éstos a aquéllos; llegando el odio a tal extremo entre ambos barrios, que Anita, vecina del de Mayarí hace colocar en el frente de la casa un cartelón en el que se leía:

Esta es la casa de Anita,
la Reina de Mayarí,
vengan, pues, a morir aquí,
los de la Loma maldita.
Que Paco Garrido, acompañado de Rafaelito Garrido, de Tavito Claro y de Toño González, en pos de trabajo, abandonan la Villa para dirigirse al lejano Central “Manatí”, procuran dejar constancia de esa aventura; y así “Paco” Garrido envía a sus amgios de la Villa los siguientes versos:

EXCURSION

Fuimos a buscar fortuna
de Gibara a Manatí,
y llegando luego aquí
caminando desde Tunas,
en noche oscura y sin luna;
yo dormí en un barracón,
se me afligió el corazón
y estuve al soltar el grito,
contemplando a Rafaelito
que tenía gran aflicción.

También contemplaba a Tano
y a mi amigo Primitivo,
hablaban de los nativos
diciendo que eran cubanos
y entonces les dije, hermanos,
diciéndoles con franqueza,
tenemos muchas traviesas
que vamos a atravesar,
está bueno de pensar,
que me duele la cabeza.

Seguimos nuestro camino
siempre fuertes y decididos,
con los pies adoloridos
y casi al perder el tino;
pero cosas del destino
nos pusimos a descansar
al pie de un cañaveral,
que la brisa lo menea
y vimos la chimenea
de este colosal Central.

Pasamos por el Fortín
y sin poder comprender
nos llevaron al Cuartel
y yo no sé porqué fin,
pensé en seguida en Delfín
que era nuestro paisano;
en eso llegó Mariano
y les habló de esta manera:
déjense de guanajera
que son obreros cubanos.

Con que suerte se navega
pensando en el embeleso,
pues Mariano nos dio queso
de su Colonia “La Vega”;
esto es una suerte ciega
que algún santo la ilumina
pensando en que se camina
en estas tierras cubanas
por los montes y sabanas,
por los prados y colinas.

En fin fuimos al Batey
y al cabo de poco rato
nos fuimos al Sindicato
más estropeados que un buey
y como era la Ley
el buscar algún sustento,
yo puse un plan al momento
y se me frustró enseguida,
pues no apareció comida
y todo se volvió un cuento.

Y yo no se con qué fin
nos fuimos al Paradero
y por el mismo sendero
fuimos a ver a Delfín;
ya yo estaba que era un güin
por la falta de alimento,
pero Delfín muy atento
nos dio un ajiaco criollo,
mejor que un arroz con pollo;
por mi madre, no miento.

Gracias te damos paisano,
Rafael, Tivo y Garrido,
quedamos agradecidos,
lo mismo te queda Tano,
así ha sido Ud., buen hermano,
un hombre puro, sincero,
y en estos versos yo quiero
brindarte mi estimación
con todo mi corazón,
junto con mis compañeros.
Juan Caballero también se inspira:

Quisiera ser Espronceda
para llegar a la meta
y hacer buena esta cuarteta
a mi amigo Castañeda;
pero tan solo me queda
ofrecerte esta poesía,
de esta pobre musa mía,
de un humilde pescador,
que a la vez es cazador
y le gusta la jutía.

El pargo está en veda,
no lo podemos pescar,
dónde iremos a parar,
apreciado Castañeda;
ya tan solo nos queda
ponernos a coger conquinas
o sentarnos en la esquina
para ver si desde el Cielo
nos quita Dios este velo
y pescamos la sardina.

Joaquín es un buen amigo;
me encargó unos camarones
y le traje tiburones,
está muy bravo conmigo;
voy a ver si le consigo
para llevarlo a pescar
aunque sé que en alta mar
y en un bote tan chiquito
no va a querer ni un poquito
que lo vuelva a convidar.

Y para ponerle fin
a este verso tan opaco,
yo pienso llevar un saco
para meter a Joaquín;
quizá si en Cacoyugüín
pueda coger un sábalo,
porque pescar un escualo
hace dar escalofrío,
y así llevándolo al río
tal vez no se ponga malo.
Hace su llegada “Patoto”, la sensación del día, y Ángel Bolito le dedica un bolero:

¡Ahí viene Patoto!

¡Ahí viene Patoto!
cierra la puerta paisana que va a entrar.
Cuando Patoto llegó
a la Villa de Gibara
se formó una algabara
y un gran titingó.
Tráeme un jamón;
¿y la raspa del arroz...?
¡Alto el plato, se acabó
que ya Patoto llegó!
Y da motivo a innumerables chistes y composiciones poéticas, en la que todos intervienen, falta de ritmo, pero llevando al mérito de la actualidad:


                                             Todo el mundo se alborotó
Vicente Salermo                   y quiero que el pueblo vea
“El 20 de Mayo”                   que con los precios de Patoto
                                             Vicente se fue en diarrea.

                                             Nano Sánchez se recrea
Nano Sánchez                      mirando desde el balcón,
“La Popular”                        como Vicente no vende
                                             media libra de jamón.

Manuel Corrales                    Manuel Corrales comenta

 “Casa Corrales”                   con su primito Ramón
                                             como Patoto no deja
                                             “pa” un kilito de bombón.

                                             Ahora Asdrúbal se lamenta
Asdrúbal Corella                    y mira con atención
“Hotel Plaza”                         que si Patoto no se aleja
                                             se morirá del corazón.

 José Buere.                          José Buere con tristeza

 “Café El Suizo”                    le grita a Luis García,
 Luis García                          que si Patoto se queda
“Bar Caribe”                        se muere de pulmonía.

Juan Silva                             Dicen que Juan Silva
“Casa Silva”                          le decía a Martín Tejeda,

Martín Tejeda                       que se va a sacar boniato
Bodega “La Caridad”            si Patoto se nos queda.
                                             Lo que causa alboroto
Pepín Longoria                      y a Pepín causa espanto,
Banco “Núñez”                     es que Patoto dice
                                            que piensa poner un Banco.

                                            Ya Patoto tienen a Fino
F. Escalona                           todo lleno de agravio,
“La Miscelánea”                   ya no quiere oír su nombre
                                            ni aunque fuere por la radio.

                                            Domingo Salermo de haberse ido de Gibara,
                                           Ya que Patoto no deja
                                           ni pá un plato de ensalada.

                                          Dicen que Paco Labrada
Paco Labrada                     está triste comentando
Bodega                              que si Patoto se queda
                                          Se le verá serruchando.

                                          Toño muy acongojado
Toño Cardona                    se recuesta al mostrador;
Bar “La Mía”                     Patoto, si te quedas
                                         Me veré de pescador.

                                          Pobre Pedrito Salermo,
Pedro Salermo                   como llora y se lamenta,
“La Chiquita”                     desde que vino Patoto
                                         no vende ni una pimienta.

                                        Rubén Andrés rugía
Rubén Andrés                   que parecía un León;
Bar “La Gibarita”              y en un rugido decía
                                        Yo mato a ese Patatón.

                                        Un hombre se ha desmayado
                                         Los del Teatro en la esquina de la Unión,
                                         Unos dicen que es Panafón,
                                         Otros dicen Pepillón,
                                         Otros dicen Rugerón
                                         Y por fin fue Cenefón;
                                         Y al volver en sí Paquito
                                         Llamó enseguida a Magón,
                                         El Teatro no nos lo quita
                                         Ni Patoto y su escuadrón.
                                         Dicen que Patoto vende,
Juan Seva                         anillo, pulsa y reloj,
Platería “El Jordán”           y al enterarse Juan Seva
                                         de pura rabia lloró.

                                         Carlos no vende ni un jarro
Carlos Escalona                desde que llegó Patoto,
“El Bazar”                         su negocio se ha roto,
                                         y se le formó el titingó.

                                         Dicen que Mario Barciela
Mario Barciela                  se está muriendo de espanto,
“La Rancherita”                 después de gastarse tanto
                                         haciendo nueva su tienda.

                                         A Salermo el ferretero
Fulgencio Salermo             se le oxidan las puntillas,
“La Miscelánea”                no vende ni una cabilla,
                                         al cantar está el manisero.

                                         Lola “La China”, comenta
Lola Jiménez                     con Toñito Gavilán,
“Casa Lola”                      si Patoto pone fonda,
                                         yo quito mi restaurant.

                                         Gavilán le dice triste,
                                         Cabizbajo y perezoso,
Toño Gavilán                    yo vendo pan muy sabroso,
“La Moderna”                  pero si él se queda aquí
                                        y pone aquí panadería,
                                        que será Lola de mí,
                                        me voy para La Vigía.

                                        Chino Sampera se aflige
                                        Y llora sin compasión,
                                        Pues le han dicho que Patoto
                                        al vender los terminales,
                                        no anda mirando reales
                                        y dará más comisión.

                                         El buen Padre el otro día
Ángel Padre                      a Patoto maldecía,
Librería                             pues estaba comentando
                                         Que pondrá una librería.

                                        Un cartel ha puesto Enrique
                                         Diciendo que no fía más,
Enrique Herrera                 pues desde que llegó Patoto
Quincalla                           todo le ha ido pá tras;
                                         y mientras los comerciantes
                                         lloran y se lamentan,
                                         todo el pueblo de Gibara
                                         muy feliz se carcajea.

                                         Las cosas de Pepe “El Chino”
José Chi San                     no tienen comparación,
“Hotel Camagüey”            quiere comprar un avión
                                         para meter a Patoto
                                         y mandarlo pa Cantón.

                                        Bringa muy acongojado
                                         le decía a Guardito,
Carniceros Gerardo,          estamos perdidos,
                                         Patoto mató un puerquito.

                                        Monguito se ha vuelto loco
Ramón Hernández             y dice que va a cerrar,
Bodega                             pues lo ha hecho quebrar
                                        El maldito de Patoto.
                                         cts. cts. cts.

Así es Gibara (Tercera parte)


¿Ha estado usted en la Villa de Gibara?



Si ya la conoce me dará la razón; es la más encantadora y original de la Villas. Si no la conoce, visítela y quedará encantado; es única. Esta situada en la Costa Norte de la Provincia de Oriente, al occidente de la bahía de su nombre, y es la Capital del Municipio de Gibara.

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Irás con tu visita conociendo al gibareño, y te darás cuenta de que no hay quien quiera más a su pueblo que el gibareño; que no hay quien sea más regionalista que él; a su Villa y a sus cosas, van sus cantos.

Raimundo Sosa le canta:

Cuando la luna declina
su faz por “La Pelegrina”
en el tramo que ilumina
una palma se divisa;
bate del Este la brisa
y hace la palma temblar,
mientras la luna sin par
del horizonte se aleja,
y con la luz que refleja
besa las aguas del mar.
Luis G. Cabrera:

A LA SILLA DE GIBARA

Como un castillo amorfo se levanta
al franco sur del mar en un desierto,
su altivo continente está cubierto
por una vegetación, como un amanta.

Indica al marinero la garganta
cual promoción feliz de nuestro puerto;
es una evocación, testigo cierto,
que habla de Colón y de su planta.

Pues ella vio la flota al acercarse
a nuestras bellas playas balanceándose
sobre el manto tranquilo de sus aguas.

Y vio al mismo italiano bendiciendo
nuestra tierra feliz, mientras que huyendo
iban los indios sobre sus piraguas.

Juan A. Estrada:

A LAS GIBAREÑAS

¿Surgistes del mar? ¿Del cielo has descendido?
¿Qué ricos vergeles te han llamado dueña?
¿En la gloria nacen mujeres trigueñas
o en cuna solar tus glorias han nacido?

No sé si un arcángel me dijo al oído
que tú eras un lirio, una flor ribereña
que se convirtió en mujer gibareña
para dar más vida a su pensil garrido.

¡Espléndida mujer! Vive como las flores
y podrás pedir a Dios por tu ternura,
que azules tus días con sueños de amores.

Para ti que ostentas hermosa bondades
pido un despertar de infinitas venturas
o un florecimiento de felicidades.
Luisito Sánchez:

A GIBARA

Mirífica región, de entre las brumas
que ensombrecen el piélago profundo,
surgiste en el Edén del Nuevo Mundo,
coronada de algas y de espumas.

Hoy que a ese encanto otros encantos sumas,
al pié semejas de tu mar jocundo,
blanca gaviota ufana del rotundo
y nevado prestigio de sus plumas.

Magnificente y colosal proscenio
a un tiempo pasmo y júbilo del Genio,
visión arrobadora tras la cruda
gesta en que culminó el Descubrimiento,

Colón, desde los siglos, te saluda
en la luz, en las olas y en el viento.
Baldomero González Reyes:

AL PUEBLO DE GIBARA

Me gusta contemplar del pueblo mío
su inmenso litoral, su bella cueva,
el murmullante y caudaloso río,
el puente majestuoso que se eleva
del túnel a su entrada oscura y fría,
su artística Parroquia, la Estación,
gallarda por su aspecto y posición.

Me gusta contemplar del mar las olas
su loma gigantesca, “La Vigía”,
al encresparse, azuladas, avanzar,
y ver como se estrellan en las solas
y abandonadas orillas al llegar;
sentir la entonación de algo que encanta,
un póstumo chasquido, que al chocar
la ola que besa y en su beso canta
un Himno a la natura y al lugar.

Ver como en humo el agua convertida
en menudísimas gotas descender,
y verla entristecer en su partida
sin sus penas llegar a comprender;
me gusta contemplar como se extiende
su muelle kilométrico hacia el mar,
pareciéndome a veces que pretende
sus aguas en un paso conquistar.

De Gibara me gustan sus mujeres,
por virtuosas, por bellas y por puras,
tal parece que Dios, en estos seres,
ha puesto su bondad y su ternura;
hay en sus ojos rasgados, soñadores,
de pestañas negrísimas y arqueadas,
un mundo de atractivos seductores
y un haz de luz divina en sus miradas.

Cuántas bellezas naturales tiene
este pueblo tan digno de admirar!
todo el que, acaso, a conocerte viene
en un gesto sincero ha de exclamar:
“Gibara es la más bella de las Villas”.
“Gibara es un sueño, es un primor”.
“En Gibara se encuentran maravillas
capaces de incitarnos al amor”.

Todo el que como yo sepa sentirse
grandemente inspirado en lo que ella es
y note el corazón de dicha henchido
por inmensa emoción de placidez,
uniendo su recuerdo y su cariño,
agitando las palmas en loor,
el pueblo abandonado desde niño
saluda con afecto y con amor.

Cien años ha que despertó a la vida
y en medio de esa vida en el bregar,
se supo mantener tan distinguida
como gustamos de verla y conservar.
J. Zaldívar Ramírez:

¡ASI ES GIBARA...!

Prende el sol su esplendente luz de oro
sobre la Silla majestuosa y bella;
es su brisa salubre, un gran tesoro;
no hay mejor clima que el que tiene ella.

Siempre azul es su cielo inigualable;
hay blancura en sus calles bien trazadas;
para todos se hace inolvidable
y han sido sus bellezas muy cantadas.

Con milagros de cáusticas proezas,
una vez y otra vez fue señalada;
su historia está sujeta de grandezas,
y es por ello vilmente calumniada.

De ese mar que vinieron de otros mares
le trajera la gloria en el pasado,
hoy le llega el alivio a sus pesares
por ser su más leal enamorado.

Sus hijos que la quieren y veneran
y nostalgiosos moran muy lejanos,
los quisieran acunar y que volvieran
a vivir junto a ella y sus hermanos.

Con sus cuevas, su túnel, su blancura,
su añejo Cuartelón y su Portada,
su oculto colgadizo y su hermosura,
aquí está mi Gibara, tan amada.
Ángel Pérez. (Pombo)

LAS VISTAS DE GIBARA

Amigo, esta es Gibara,
la preciosa “Villa Blanca”,
donde el viajero se encanta
viendo sus playas tan claras,
el primer puerto que entrara
el Almirante Colón,
donde las mujeres son
Reinas de la Simpatía,
donde existe la Vigía
y el antiguo Cuartelón.

Tenemos el Parque García
frente al Ayuntamiento,
donde pasar un momento
de placer y de alegría,
contemplando esa bahía,
la brisa que corre aquí.
tenemos el parque Martí,
sus balnearios pintorescos
y conocerás con esto
la Avenida De Rabí.

Siguiendo ese litoral
llegarás al Boquerón,
verás que esos baños son
del público en general.
De allí se va al Hospital
y los Baños de Bolito,
y si caminas un poquito
has de llegar desde luego,
al barrio de Pueblo Nuevo,
que corre un aire exquisito.

Y así, mi amigo, yo quiero
que sin tener compromiso
conozcas Los Colgadizos
y También el Matadero;
un rato alegre, yo espero,
que usted ha de pasar aquí
y diga, yo conocí
todo el pueblo gibareño,
y también con gran empeño
el barrio de Mayarí.

Aunque solo sea un instante
y si el amigo desea,
quiero que también vea
a la Iglesia Protestante,
y como buen caminante
que en nada te va el reflejo,
allá en la playa a lo lejos
o en la Playa del Vallado,
te comas un enchilado
de las masas de cangrejo.

Y en fin, mi amigo, si quieres
pasar un rato sabroso
escucha un son melodioso
cantado por Ángel Pérez;
y si una rumba prefieres
o una canción cualquiera,
todo lo que usted prefieras
siendo al compás de un soncito
aquí tienes al Pombito
que te canta lo que quieras.
Juan Caballero se inspira y brotan los recuerdos de la Villa:

En mi Gibara muy bella
y linda como ninguna,
es para mí cual la luna,
no puedo vivir sin ella;
hermoso como una estrella
es mi pueblo idolatrado,
aquí he vivido, gozado,
he pasado mi niñez,
mi juventud, mi vejez,
mi presente y mi pasado.

Me siento muy orgulloso
si me dicen “gibareño”,
es para mí como un sueño
vivir en mi pueblo hermoso,
por eso lleno de gozo,
le dedico esta poesía,
con gozo y con alegría;
aquí nací y moriré,
y siempre recordaré
la linda Gibara mía.

Empiezo por Mayarí
y llego hasta Pueblo Nuevo,
a los Colgadizos llego,
cerca de donde nací;
me estoy un momento aquí
y sigo hasta la Vigía,
aquí con gran alegría
se me alegra el corazón,
he llegado al Cuartelón
donde conocí a Lucía.

Después de andar otro rato
me acuerdo de don Ramón,
que siempre vendía lechón
cerca del Número Cuatro;
también al viejo Don Castro,
amigo del corazón,
me acuerdo de su cañón
en tiempo de Menocal,
donde solía disparar
de bombazos un millón.

Cuando llego a Jijón,
Joaquín ya sé dónde estoy,
porque aquí vivió Potoy
con su viejo carretón;
también recuerdo a Turrón
que trabajaba de herrero,
y también al viejo Mero,
amigo de Bacallao,
carretero muy honrao,
que vivia cerca de Tero.

Cuando al Cementerio llego
me acuerdo del chino Nano,
y de mi amigo Graciano
y de Nemesio, “El Gallego”;
siguiendo mis pasos luego,
ya estoy en la Tenería,
pongo la memoria mía
en don Virgilio y Terán
y en don Matías Alemán
y de su buena herrería.

Cuando al muelle viejo llego
veo la estatua de Laurent,
me santiguo y digo amén,
pues me acuerdo de Vallejo,
aquí mis recuerdos dejo
gravados en “La Ferrolana”,
y así quizás, si mañana
llego hasta “El Cosmopolita”,
y si Bolito me invita,
yo le aceptaré con gana.

Llegué a “Puerto Escondido”
cerca de la Plaza Fuerte,
y aquí bendigo mi suerte,
porque ya estoy en lo mío;
llego al kiosko, está muy frío,
y tomar algo propongo;
Antonio Ramos y don Mongo
me vienen a la memoria
y gano por esta historia
la estrella de mondongo.

Siguiendo el itinerario
llego al parque de Las Madres,
y como es Día de los Padres,
lo celebro en el Balneario,
y como soy temerario
me pongo a bailar un son,
sigo luego al Boquerón
y de aquí al baño Bolito,
aquí me quedo en un mito,
porque doy el resbalón.
Antonio Quintana, residente en Miami, siente la nostalgia de la Villa amada, y a ella va su sentimental canción:

GIBARA, Mi Villa Blanca, rincón querido donde yo nací,
Aunque ausente, yo nunca te olvido,
Todo mi anhelo es volver a ti.
Tú guardas viejos amigos, a quien muy pronto yo quiero ver,
Pasar con ellos momentos felices
Recordando el pasado ayer.

Nunca pienses que tus hijos son ingratos,
El destino nos hizo partir,
Donde quiera que se encuentre un gibareño
Sus recuerdos serán siempre para ti.

Y continúa con su:

MONTUNO

Gibara mi Villa Blanca ___ Yo nunca podré olvidar,
La belleza de tus playas ___ de tu cielo y de tu mar,
No hay duda que te obsequió ___ la Madre Naturaleza,
Tu nombre Perla del Norte ___ también la Tierra de Dios.

Cuando la luna se asoma ___ sobre Punta Pelegrina,
Con su luz roja ilumina ___ el Cuartelón de la loma,
Los millones de cangrejos ___ cuando van a desovar,
Nos dejan su rico caro ___ antes de llegar al mar.

Ya tú no tienes las Balsas ___ sobre el río Cacoyugüín,
En cambio ya hay carretera __ que nos lleva pronto a Holguín,
Te queda el Puente de Hierro ___ los Colgadizos también,
El Fuerte de San Fernando ___ más ya no existe el Taller.

Desde la Plaza del Fuerte ___ se ven los restos del Faro;
También Santa Rosalía ___ y la Silla de Gibara;
Recuerdo también el Túnel ___ la Avenida de Rabí,
Las lomas de Cupeicillo ___ y la Punta del Barril.

Las Murallas españolas ___ tan solo un recuerdo son,
Pero te quedan los Fuertes ___ del tiempo de la opresión;
Pero fuiste la primera ___ en ver la bandera ondear,
Que trajeron los Mambises ___ junto con tu libertad.

Cuando Colón descubrió ___ el Nuevo Mundo hace tiempo,
Fue en aguas de tu bahía ___ que su Carabela ancló,
Y según cuenta la Historia ___ dicen que Cristóbal dijo
Ser la tierra más hermosa ____ que ojos humanos ha visto.

Ya vienen muchos turistas ___ la temporada a pasar
Pues todo el mundo conoce ____ el ser tu clima ideal,
No te preocupes Gibara ____ nadie te podrá olvidar,
Tus hijos ausentes sueñan ___ con muy pronto regresar.
Fernando Cuesta Mora, su sentimental e inspirado:

¡ADIOS A GIBARA!

Perla de mis amores
En cuyos brazos se meció mi cuna,
Ya no podré mirar tus lindas flores
Ni mis cruentos dolores
Por la noche cantarlos a la luna.

Turquesa del Oriente,
Gibara de mi amor, prenda querida,
¡adiós! te dice el corazón doliente
y un gemido del pecho brota ardiente
que me acaba la vida.

No te olvido un momento
en mis noches de pena y de martirio
y tengo trastornado el pensamiento,
y parece que alumbra mi aposento
la palidez de un cirio.

¡Qué triste es este día
El cielo está cubierto de negruras
y siento que la mente se extravía
y miro tu “Vigía”
a través del cristal de la amargura.

¿Por qué te quiero tanto?
Explicarlo no sé, pueblo adorado,
más ya no puedo más, y rompo en llanto
entre sombras al verme ensimismado.

Llevo enlutada el alma y un gran duelo
mi pobre corazón deja sentir,
yo no necesito contemplar tu cielo
para poder vivir.

Necesito también ¡oh, Villa Hermosa!
contemplar tu mar
antes que en negra y olvidada fosa
lleven mi pobre cuerpo a descansar...
_________________

Lejos suena una campana;
yo me asomo a la ventana,
es el toque de Oración.
¡Qué triste pasan las horas!

Corazón... es que tú lloras
¿porqué lloras, Corazón?

Suena otra vez la campana
y yo vuelvo a la ventana.

Es la hora de dormir.
¡De dormir! Cuánta tristeza
yo reclino la cabeza
tan sólo para sufrir.

Para sufrir y pensar
en el cielo y el mar
de mi Gibara hechicero.

Pensamiento, vuela en pos
de mi pueblo, dile adiós
y que sin él yo me muero.
El Dr. Antonio R. Díaz Fernández los visita y se nos vuele gibareños:

A GIBARA

Dormida, solitaria y silenciosa,
oculta bajo el velo de la bruma,
paréceme una aldea misteriosa,
fabricada con seda vaporosa,
con flores, con sonrisas, con espuma.

Contemplándote en la hora matutina,
inundada en las luces de la aurora,
he creído soñar con una ondina
que, formada de espumas matutinas,
surgiera ante el mar deslumbradora.

Su cielo del color de los zafiros
con claros horizontes matinales,
se diría que seres inmortales
lo hicieron con aliento de suspiros
y con dulces miradas virginales.
Su hermano, Pompeyo Díaz Fernández, sube sobre las múcuras de la costa, lleva la mano a la cabeza, procurando no dañar su raya al medio y nos obliga a escuchar su kilométrica composición al pueblo que ama y admira:

CANTO A GIBARA

Sobre el orgullo de sus aguas plenas
De un arrullar eterno de colores,
Aflora como un coágulo de perlas
La blanca Villa con Gibara el nombre.

Portal de las Américas; toda ella
Tuvo un nacer aquí, desde aquel día
Que tres frágiles naves, su inocencia
Violaron para siempre con sus quillas.

En silencio dormía, en paz, serena,
Sin odio ni rencor, siempre callada...
Solo el indio sutil irrumpe en ella.
Flores y espumas ciñen su piragua

Y medrosa la prosa abre la estela,
Y agota en el encanto de su seno,
El perfume gentil de la floresta
Y del añoso corazón del cedro.

Dos ríos dan en su fluir de sedas
Sus argentinas ondas a sus playas;
Cual gigantescas sierpes que tiñeran
En iris infinito sus escamas.

Allí Colón, al descender contempla
Lo bello del contorno, sus montañas,
Perfumadas, ni grandes ni pequeñas;
¡Hermosas, indolentes, solitarias!

Enmudecido de estupor se queda,
Y la presencia de una cruz reclama;
Junta sus manos, ora y se encomienda.
¡No sabe qué decir...! ¡Y todo calla!

Mas al cielo mirando se serena
Y se escucha su voz ronca de sal:
“Por esta cruz que mi destino vela,
al mundo quiero y a la historia hablar”.

“Esta es, ésta, la más fermosa tierra
Que ojos humanos vieron”. Luego calla,
Y es que es él, él, sí, que prendado queda
En el mudo sopor de ti, Gibara.

Y singular el caracol resuena;
Voz que al disperso siboney reclama,
Por orden del cacique, y todos sepan
De aquella insólita irrupción extraña.

Mi estro se inquieta, con ardor regresa
Al día culminante de la raza,
En que aromados de alquitrán y brea
Llegáronse los blancos a tus playas.

No más ya de natura, el candor sea
En la isla fiera; muere con el indio
Su virginal bondad, y la inocencia
De amores que se expresan no escondidos.

Arrancar la belleza que en sí lleva
Nunca nadie después, nadie ha podido;
Ni los hechos terribles de la guerra
Ni del hombre moderno el egoísmo.

Y la belleza a su quietud se aferra,
Como la piedra en el joyel se incrusta;
Implícita en su ser, y no la amengua
La técnica, el comercio, ni la industria.

Cuando la triste enfermedad aqueja
Y el cuerpo dobla y mústianse los ojos,
Tu sol los salva, el cuerpo se endereza,
Vuélvense de carmín, pálidos rostros.

Yo deseo que nunca se perdiera
De tu hijo el natural de los afectos,
Amplio su corazón el bien lo anega;
Fecúndase de amor al descubierto.

Y estos versos que cálidos resuenan,
Mérito alguno a mi favor otorgan;
Hondo el nidal de tu beldad los crea,
Libres, atisban cumbres... y remontan.

Alados ya perpetuarán doquiera
La mística dulzura de tu fama.
¡Aunque no ha menester, su gloria sea
el romance del cielo con sus aguas!

Hasta el Humón bendigo cuando llega;
Su manto de azul todo lo circunda;
Toma el cetro la paz; ella es quien vela...
La mente calla... y el dolor se acuna.

Del Cuartelón un día, vi a su vera
Las angélicas huestes y albos dioses,
Cual si un mudo certamen compitieran
Pletóricos de luz y de colores.

A darte ese reír que te alborea
Con su magia sutil de resplandores;
A darte ese donaire de princesa,
Y ese traje de luz hecho por dioses.

Regentes de lo bello, lucen reinas
De emociones ardidas, tus mujeres;
Nada a su gracia el hado regatea;
Las colma de pasión y de esbelteces.

En las orillas de sus aguas quedas,
Dolido muchas veces me asilaba,
Para vencer al mundo, en mi conciencia,
Y encontrar del espíritu la llama.

Para robar así desde una quiebra
Profundo meditando en los misterios,
Un trozo de esa paz que mi alma hoy lleva
Y prodigo a los hombres en silencio.

Miraba al pescador en su faena
De la tarde al caer; la algarabía
Del cerco de chicuelos que lo esperan
Y en besos darle su panal de vida.

Gibareño tenaz que no lo arredra
El furor de las aguas, no lo asusta
Si el temido huracán lo balancea
Cuando el sustento de sus hijos busca.

Allí donde el Señor para él lo crea
Pingue, en la onda voraz del océano;
Así él y sus pequeños se sustentan
Y en humilde estrechez, crecen honrados!

El afanar del mundo aquí no llega;
La ambición desmedida se desdobla;
Al mirar tanta, tanta gente buena
Que conviven tranquilos en sus costas.

El hijo de esta Villa que se ausenta
Por la vida forzado y el destino,
En el dolor y en el placer la sueña:

“NUNCA, JAMAS, GIBARA, YO TE OLVIDO
SIEMPRE, GIBARA, SIEMPRE TE RECUERDO”.

Así es Gibara (Segunda parte)


¿Ha estado usted en la Villa de Gibara?

Si ya la conoce me dará la razón; es la más encantadora y original de la Villas. Si no la conoce, visítela y quedará encantado; es única. Esta situada en la Costa Norte de la Provincia de Oriente, al occidente de la bahía de su nombre, y es la Capital del Municipio de Gibara.

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Se enterará Ud. que con fecha 16 de Enero de 1823 le fue creado su Primer Ayuntamiento, con el nombre de “Constitucional”, que lo fue con gusto y a costa del de Holguín, llegando su jurisdicción a las mismas puertas de la Ciudad de Holguín, que se le anuló al quedar anulada la Constitución de 1812, volviendo a ser territorio holguinero, con categoría de Capitanía, separada de la de Auras, por Arroyo Blanco; que tuvo su segundo ayuntamiento, también “Constitucional”, el 9 de Octubre de 1836, al jurar María Cristina de Borbón la Constitución del 12, acontecimiento que es celebrado por el pueblo gibareño “con diversiones honestas de regocijo”, alegría que sólo les duró por esta vez, dos meses y cuatro días; que el 30 de Diciembre de 1873, se le creó de nuevo con categoría a su población de “Villa” creación que esta vez le es anulada por gestiones de los holguineros, para tenerlo, ya en definitiva, a partir del 26 de Junio de 1875; que sus límites lo son en la actualidad, por el Norte, con el mar; por el Sur, con el Ayuntamiento de Holguín; por el Este, con el de Banes; y por el Oeste, con el de Puerto Padre, teniendo bajo su jurisdicción 1, 716 caballerías, repartidas para la buena marcha administrativa en Barrios, cuyos nombres lo son: Arroyo Blanco, Bariay, Blanquizal, Bocas, Candelaria, Cupeycillo, Fray Benito, Palmilla, Potrerillo, El Rabón, Yabazón y los dos de la Villa, el Norte y el Sur; y que su término, que en 1887 sólo tenía 26 343 habitantes, llegaban en 1899 a 31 594 habitantes; en 1919, 28 616 y en 1953, 39 799 habitantes; y su Villa, que en 1827 sólo tenía 337 moradores, en el 1841, ya tenía 899; en 1858, 1 252; en 1862, 1 754; en 1899, 6 841; en 1907, 6 738; en 1919, 6 868 y en 1953, 8 090 habitantes; aumento que le ha sido lento, y más en este siglo de libertad, en que el gibareño en busca de trabajo, ha tenido que emigrar, no habiendo pueblo en la Isla que no cuente con gibareños entre sus vecinos, núcleos importantes en Holguín, Tunas, Ranchuelos y en la Habana, así como en los Estados Unidos de Norte América; y que por ello su pueblo se salió de la Calle Real o de la Fortaleza, al tener 21 casas de 1820; en 1827, cuatro casas de mampostería y 60 de tabla, guano y embarrado; y en 1846, diez casas de mampostería, 94 de madera y 108 de embarrado y guano, a las que sus moradores van nombrando de “Buenavista”, del “Cementerio”, de “San Fulgencio”, de “Los Felices”, de “España”, de “La Vigía”, de “San Germán”, y con la obligatorias de “Concha”, “Valmaseda”, “Jovellar”, “Príncipe Alfonso”, que con la República se ven obligados a cambiar por los patrióticos nombres de “Martí”, “Luz Caballero”, “Máximo Gómez”, “Independencia”, “Cuba”, “J. de Aguiero”, “Donato Mármol”, “Maceo”, “Narciso López”, “Aguilera”, “Cavada”, “Calixto García”, “Sartorio”, “Peralta” y “Carlos Manuel de Céspedes”; pasando su Parque principal a ser el de “Calixto García”, y los restantes de “Colón” y de “Las Madres”; contemplándose desde el de “García” desprovisto de árboles por ser CRIADEROS DE BAGOS, la Iglesia Católica de la Villa, nombrada de San Fulgencio Patrón de la Villa, y que se escogió por ser hermano de San Isidoro, que lo era de Holguín, y de “San Florentina”, de Fray Benito, catalogada entre las mejores de la Isla por su belleza arquitectónica, la que fue consagrada el once de Junio de 1853 por el hoy Beato Antonio María Claret, y edificada como lo han sido los templos de esa religión, con las limosnas del vecindario, y ésta de Gibara en su mayor parte, por la altruista señora doña Victoriana de Ávila y González de Rivera, que a más de ello, contribuyó con los ornamentos, vasos sagrados y demás alhajas de su culto, y que su imagen y altar de San José, se debe a Juan Sampera y Sanjuán, la de “San Fulgencio” y las pilas de agua bendita, a María Gurri; el reloj y el “Jesús del Santo Entierro”, al vecindario; la de “Nuestra Señora del Rosario”, a Magdalena Leal; al Párroco holguinero, D. Antonio Santiesteban, “La Dolorosa”, La Resurrección y el San Juan Bautista, el altar de Nuestra Señora de los Dolores, a José Cubero, el de “La Benditas del Purgatorio”, a las hermanas de Ávila y González de Rivera; y la que está administrada en la actualidad por tres sacerdotes españoles de exóticos apellidos hasta para la exótica Villa, defensores de la Religión, del Hogar y de la Patria Cubana, amenazada en este año de 1956, según sus Hojitas Parroquiales, por los modernos comunistas cubanos, los Masones.

Verá que en ella existen, como en todas las poblaciones de importancia de la Isla, un Hospital Civil, que como todos los de la Isla, se encuentra en completa estado de abandono; Administración de Correos y Telégrafos, en la cual, créalo o no, está depositado el Archivo del Correo de Holguín; Matadero Municipal construido por el Cabildo con la ayuda del pueblo; Zona Fiscal; Cementerio, Aduana, Valla de Gallos; Jefatura de la Policía; Cuartel del Ejército y la Marina, Juzgado Municipal y Correccional; Juzgado de Primera Instancia y de Instrucción; Casa Cabildo alquilada; Casa de Socorros; Biblioteca Municipal; el “Unión Club”, como Sociedad de Recreo de los pudientes blancos; el Club “Maceo”, para los de color; La “Colonia Española”, para los de la Madre Patria; “Unión Fraternal”, como Logia Masónica y otra de la Orden “Caballeros de la Luz”; Cinematógrafo; Jefatura de Salubridad; Oficinas de la Cuban Telephone, de la Planta Eléctrica, de Acueducto, de la Aduana; Sucursal del Banco “Núñez”; Iglesia Protestante de “Los Amigos”, la primera establecida en Cuba, habiendo sido su fundación el once de Noviembre de 1900, con su correspondiente escuela, siendo su Pastor, Arsenio Catalá Cabrera; Peluquerías; Barberías; Zapaterías; Comercios, Farmacias; Hoteles; Bares; Periódicos Locales; Escuelas Incorporadas al Instituto de Holguín, Privadas y Públicas del Estado; de Kindergarten; Superior de Artes Manuales; Panaderías; Dulcerías, Fotografías; Talleres de radio y un Ingenio en el término, el Central “Santa Lucía”, y por estar situada la Villa a la orilla del mar, un Muelle y un Almacén y balnearios como el “Gibara Yacht Club”; el “Club Náutico”; “Casino del Mar” y “Maceo Yacht Club”; y le contarán, ya que estuvo en la “Villa de los Tubos”, (Villa de los tubos porque "tubo" aunque ya no tiene. Nota del Administrador del Blog) que llegaron a contar con cinco muelles debido a su enorme tráfico mercantil y con firmas como las de “Garrido y Compañía”; “Tamargo y Sobrino”; “Santiago Jimeno”; “Roca, Martínez y Compañía”; “Freyre e Hijos”, “Rey y Compañía”; “Manuel da Silva”; “Longoria y Compañía”; “Beola y Compañía”, de las que muchos de ellos fueron banqueros; con media docena de millonarios y con un Don Javier Longoria, de fama internacional, y con el no menos rico y famoso, don José Beola; con seis trapiches y con Ingenios como el “Santa Lucía”; “La Caridad”; “Santa María y Colombia”; “Victoria” y “Santo Tomás” y con sus ríos Cacoyugüín y Gibara, navegables hasta sus respectivos embarcaderos; y le enseñarán fortines y restos de murallas; la Fortaleza de Fernando VII; los Colgadizos; el Túnel; las Cuevas; el Cuartelón, la Silla de Gibara; la Pelegrina; el Chalet da Silva; la Casa de Ordoño; el patio de la casa de las Quintanas la casa en que Pepe Beola celebrada sus afamados bailes del Día de Reyes; y le demostrarán que no hay mejores plátanos que los de sus sierras; habas, como las de Caletones; papas, tomates y cebollas, como las de Potrerillo; pargos como los de su bahía; camarones, como los de su río; coquinas y almejas, como las de sus playas; quelonios, como los de sus costas; sardinas como las de Caletones; anguilas como las del río Gibara; nada más sabroso que sus enchilados de jaibas y de cangrejos blancos; que sus sopas de arroz con coquinas; que las frituras de caro; su arroz con ciguas; su chocolate de cañafístulas; su harina de maíz con jaibas, y si se descuida encontrará sabrosa su harina de maíz con sinsonte y su fricasé de guanabás; y al conocerlos sabrás de sus apodos, los apodos de Gibara, la esencia de Gibara, que todos los llevan y en todos resultan ser un apellido que se hereda con la muerte, bien colocados y que a nadie ofenden, y sabrá distinguir a Manuel “Chimenea”; a Jesús “Bibijagua”; a Pepe, “Maldición”; a Jesús “Puñalá”; a Emilio “El Guabino”; a Alberto “Guaraguao”; a Toñito “Guayabito”; a Alberto “Cañito”; a Roberto “Perro Muerto”; a Serafín “Bicicleta”; a Juan “Velorio” a Ramón “Garrapata”; a Ricardo “Pan con Z”; a Manuel “Siete Bocas”; a Mateo “Suavecito”; a Joseíto “La Cubera”; a Antonio “Caringa” a Paco “Chinche”; a Toño “Pellejo”; a Ramón “Pata de Vaca”; a Paco “Señita”; a Nicanor “4 kilos”; a Longino “Barba de Piojo”; a Gastón “Chimenea” y aprenderá a recitar la poesía de los apodos de Gibara, gracias a la inspiración poética de José Antonio Recio:

Allá en “La Perla del Oriente”
existe un humano todo,
en donde ha visto más gente
con singular apodo;
allí encontrará de todo
igual que en una Botica,
a Lucía “La Chancharica”,
al gran mulato “Bembeta”,
a Adolfo “La Cubereta
y otros que abajo se explica.

Está Panchito “El Soplao”
y Gerónimo “Aguacate”,
está Eladio “Chocolate”
y también “El Guaraguao”;
está Don Rufo “El Gambao”
y Evaristo “El Charrán”,
tienen a Pedro “Quinlián”,
a un tal Agustín “Congrí”,
al bembú de Julio “Taití”
y al viejo Manuel “Tetuán”.

Está Arsenio “Ciruelita”
y Miguel “Cara de Caballo”,
Cándido “Paraguayo”
y Toñé “Guayabita”;
está Plácido “Chispita”,
también Andrés “Pellejito”,
también Ignacio “Chivita”
y luego Juan “El Dormío”
y también Paco “Cocío”
y hasta Alejandro “Pollito”.

Está Lalo “Mantecao”,
y hasta Ramón “El Careto”,
y un tal Paco Pureto
y también Pepe “Fiao”,
Mingolo “Pudín Quemao”
y Toñé “Pisa Bonito”,
“El Bocón”, Juan Agapito
y Valentín “El Yaguaso”,
está Felipa “Bandaso”
y también está “Matojito”.

Tenemos a Ricardo “El Grillo”
y a Manolo “Traga Cabo”,
tenemos al viejo “Chabo”
y también a “Don Guevillo”
al andaluz “Manuelillo”,
también a Pipe “Palito”,
está Armando “Gallito”,
está Paco “La Perrita”,
está Diego “Cutarita”
y luego Manuel “Mosquito”.

Está Pepe “Maldición”,
está Juan “Taburetico”,
Angelito “El Chancharico”,
y también Andrés “Follón”;
está Guzmán “El Casón”,
esta Nino “Platanito”,
también Caridad “Huesito”,
Paco Pérez “Vitillero”,
también Andrés “Saguero”
“Enriqueta” y “El Manquito”.

Está Manuel “Siete Bocas”,
está José “Costillita”,
está Pepe “La Chivita”
y la Vieja “Lola Coca”,
está Cecilia “La Loca”,
“Explosión” y “Don Ayuso”,
y aunque digan que es un abuso
miento a “Nariz de Chayote”
y hasta a Víctor “Garrote”
en mi décima yo verso.

Está Cholo “Chimenea”
y también Floro “El Caín”,
tenemos al loco “Casbín”
y Marcelino “Jachea”;
y ardiendo como una tea,
voy a morir muy gozoso,
pero yo a Ramón “El Oso”
le debo de mencionar
para luego rematar
con Salvador “El Coloso”.

Está Tomás “Ginebrita”
con su buen hijo “Capricho”,
también el negrito “Chicho”
y luego Toñe Curbita
también Luis “Cabrillita”,
también el duende “Maleco”
y aunque en mi verso yo peco,
menciono a Luisa “Jijón”,
también a María “Pichón”
y hasta a Alejandro “Tareco”.

Allí está Paco “Señita”,
también Mario “Matraca”,
también “Cabeza de Vaca”
igual que Pepe “Gorrita”;
está Neno “Cabesita”
y Ciriaco “Morrocollo”
que fácil baja a un hoyo
para tomarse un baso de agua;
está Joaquín “Bibijagua”
y el Carbonero “Goyo”.

Está Emiliano “El Guabino”
y doña Luisa “La Chinche”
que como sapo se hinche
peleando con el vecino,
y tenemos a Longino
que pasa el año pescando
y a Juan “Velorio” velando
por si se muere una hormiga,
para llenarse la barriga
y siempre vivir vagando.
Y oirá su opinión sobre las frutas cubanas por boca de Robustiano Verdecia, el que considera las frutas de Cuba, las mejores y más variadas del Mercado, mandadas por Dios para la plebe y no para la aristocracia; en su mayoría propias de mono, al nacer sus plantas sobre pedregales: la PINA, exquisita, pero si no tiene un cuchillo bien afilado no podrá disfrutar del placer de comerla; el COCO, necesitado de un machete, un punzón, una mandarria y de fuerte musculatura, requisitos indispensables para poder aplacar la sed o comer su masa, quedando manchada la ropa para toda la vida; el MARAÑON; aprieta los dientes y nos produce un estreñimiento que no hay laxante que lo elimine, y nos mancha la ropa; el CAIMITO, nos ennegrece los labios y los dientes, necesitándose de una botella de aceite, cepillo, jabón y toalla para quitarnos la pegazón y el embarro que el placer de probarlo nos ocasiona; la CIRUELA, la comemos con el temor de tragarnos su cuesco, ya que si lo tragamos viramos los ojos y echamos espuma por la boca, perdemos el habla y si por casualidad lo echamos, lo será envuelto en pelos como una pelota; el MANGO, nos produce el efecto de tomar la sopa con los dedos, nos recuerda a los muchachos chiquitos, y necesitamos jabón y agua para quitarnos el embarro; el GUINEO, nos es un laxante, y si comemos varios, en vez de comer una fruta estamos tomando un purgante terrible que ablanda al más pintado. ¡Con decir que los Médicos a veces lo recetan a los enfermos! LA NARANJA, hay que quitarle la corteza verde, después la blanca, exprimirla, colarla, y piense que su cáscara verde tiene una resina explosiva, usándose para encender la candela; la GUAYABA mete miedo si pensamos nos produce la apendicitis con sus millones de semillas; la GUANABANA si la tomamos de la planta, nos pinchamos, y para saborear su pulpa, necesitamos leche, azúcar y agua, y en resumen estamos llenándonos la boca de algodones; el COROJO, necesitamos la ayuda de un yunque y un martillo y suma agilidad, siendo la causa de tantos tuertos; la PAPAYA se usaba antes para amarillar los plátanos y ablandar la carne, sus semillas parecen municiones y dicen que ablandan los huesos; el ANONCILLO tiene escasa pulpa y si se traga el cuesco, juega con el dolor; el ANON, para disfrutar de su delicada pulpa hay que volverse regadera por la cantidad de semillas que tiene; y el NISPERO, es imán de los murciélagos y Ud. no lo es. Y si no pagas te dirán ERES MAS MALO QUE CACHO; si juras, no te creerán, ya que FELIX FALLO, y si Félix falló, FALLA DIOS; y si eres poco amante del trabajo, y vives bien, le recordarán a Floro Munilla, y le harás decir, EN CADA HOGAR HAY UN FLORO MUNILLA; si protestas, te dirán ¿YA TE BESO CHEPE? Y si vas por “El 20 de Mayo”, no le digas a Vicente Salermo qué tienda más surtida tiene, si en Holguín estuviese le llamarían Grocery; y sobre todo no menciones en su presencia a “Patoto”; sería peligroso para ti.

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