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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

2 de marzo de 2015

Los Auténticos Orientales proclaman la candidatura de Chibás a la presidencia de Cuba en Holguín.



Dijo la prensa de la época que en la noche del 14 de julio de 1946, después de su proclamación como Candidato a la Presidencia del país por la Asamblea Provincial del Autenticismo en Oriente y después de su hora radial por la CMQ, que esa vez se transmitió desde la CMKF holguinera en cadena, Chibás y sus acompañantes se dirigieron al parque Calixto García donde lo esperaban entre doce mil a dieciocho mil personas. (En verdad esas cifras representan un porciento muy elevado con respecto al total de la población de la ciudad según el censo de 1943: el 50,2 %).

La tarima la situaron en los bajos de La Periquera, a la misma entrada, cubriendo desde el portón hacia la calle[1]. Desde ella hablaron Millo Ochoa, Juan Alberto Iglesias, Orlando Castro, Manuel Braña, Conte Agüero y Chibás.

Conte Agüero en su libro casi desconocido, lamentablemente, dijo que él, frente a La Periquera, desarrolló la tesis: “Chibás, pensador, gladiador y poeta” y que lanzó el lema: “Una auténtica emoción auténtica, una auténtica emoción cubana”[2]

Lógicamente fue Chibás quien resumió la jornada. En medio de su discurso por unos momentos falló la corriente eléctrica y cuando  se restableció Chibás dijo al público reunido que “no le interesa que se apague la luz eléctrica si se mantiene encendida en el corazón de los cubanos presentes la luz de la revolución”[3]. Posteriormente volvió a faltar la corriente eléctrica, a lo que Chibás dijo: “Así es la vieja política, por un momento domina su oscuridad pero al cabo la verdad revolucionaria se abre paso y la luz retorna para el pueblo”[4] y concluyó rememorando la tesis de “Oriente: Hagamos de todo el poder para el Auténticismo la consigna nacional de la victoria”[5].

Desde Holguín, al día siguiente, viajarom hasta Báguano donde efectuaron un acto político. Mientras hablaba Bisbé, Chibás se percató de que había una bandera cubana amarrada a su asta. Y cuando le corresponde su turno en el podio Chibás llamó la atención a los reunidos considerando que la bandera debía permanecer sin ninguna atadura y, dijo, que hasta tanto aquella bandera no fuera desatada, él no hablaría. Alguien corrió a desatarla y la bandera tremoló a los caprichos del aire, entonces Chibás continuó su discurso. Al ser chiflado por los cesanteados del inciso K respondió que no es con chiflidos como se detiene a la revolución. Posteriormente, al referirse con jocosidad a lo dicho antes por Millo Ochoa, que de fracasar en el empeño de hacerlo presidente cogería su maletín de dentista, dijo que “le rogaba a Dios que le concediera el triunfo para evitarle a los pacientes tamaña desgracia”[6].
 
Dr. Millo Ochoa, médico dentista

De Báguano siguieron a Tacajó y luego a Deleite donde, dijo Chibás, deseaba deleitarse con las bellas muchachas de la zona. El siguiente punto de la parada fue Antilla donde había llovido intensamente y por lo tanto el mitin comenzó con poco público, pero cuando Chibás comenzó a hablar los vecinos fueron llegando. Al terminar era aquella una impresionante aglomeración humana.

De Antilla fueron a Santiago de Cuba, era el 16 de julio de 1946.

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Diez días después de la proclamación de su candidatura por los orientales en Holguín, Chibás escribió una carta a Guido García Inclán en la que dice: “ni Germán Pinelli ni los periodistas de Oriente te engañaron al contarte que jamás habían visto pueblo tan enardecido como el de Holguín cuando aplaudió delirantemente durante media hora la proclamación”[7]. Luego habla emocionado por el respaldo dado por la mayoría de la Asamblea Provincial de Oriente, a despecho de los que le negaban autenticidad a la proclamación y, seguidamente decía que no se consideraba él mismo un aspirante a la Presidencia sino “un líder revolucionario que, consciente de su rol histórico, ha aceptado, sin regocijo, pero también sin vacilaciones ni tibiezas, la enorme responsabilidad que las masas auténticas me han impuesto de encabezar el formidable movimiento de reafirmación revolucionaria que se extiende ya por el país entero”[8].

Esta carta Chibás la concluye reafirmando su oposición a la reelección y a su convicción de dejarse arrastrar por defender sus principios y recalcando su adhesión al mentor del Auténticismo, Ramón Grau San Martín, pero sin adulación y luchando junto a él contra los enemigos declarados o emboscados que tiene el Partido a los que Chibás llama machadistas y batistianos.



 


[1] Entrevista a Nicolás de la Peña Rubio realizada por Hernel Pérez Concepción. 23 de marzo de 2004. Holguín. 
[2] Conte Agüero, Luis. “Eduardo Chibás. El Adalid de Cuba”. 
[3] Ibídem 
[4] Ibídem 
[5] Ibídem 
[6] Ibídem. p. 446 
[7] Archivo Nacional de Cuba. Fondo Eduardo R. Chibás. Partido del Pueblo Cubano (O). Expediente 9. Legajo 3. 
[8] Ibídem.

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