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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

3 de abril de 2019

El nombre de Cuba: sus vicisitudesy su primitivo significado.




(Discurso del sabio holguinero universal, José Juan Arrom, quien fuera profesor de la Universidad de Yale, por muchos años, al ingresar a la Academia Cubana de la Lengua, leído el 23 de abril de 1964, Día del Idioma y publicado por la Academia Cubana de la Lengua, La Habana, 1964, y como un capítulo de Estudios de lexicología antillana, Casa de las Américas, La Habana, 1980, y en la 2da.edición, corregida y aumentada de ese mismo libro, San Juan, Editorial de la Universidad dePuerto Rico, 2000, pp. 5-18). 


Señor director,
señores académicos,
señoras y señores:

Los que nos dedicamos al estudio de la literatura, tarde o temprano hemos de ocuparnos también de la materia con que se forja la literatura, es decir, de las palabras en que ésta cobra forma. Y por eso, al recibir la honrosa distinción, que profundamente agradezco, de haber sido elegido miembro correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua, he creído que mi deber —por académico y por cubano— es comenzar mi tarea en el seno de esta docta corporación poniendo en orden las notas que por largo tiempo he ido reuniendo sobre las vicisitudes y el primitivo significado de una palabra que a todos nos une: el nombre de nuestra patria. 

La palabra Cuba ha tenido, en verdad, una curiosísima historia en los casi cinco siglos de vida que lleva en nuestra lengua. Desde el principio fueron numerosos los intentos por eliminarla como nombre de la mayorde las Antillas, y no menos numerosos han sido luego los esfuerzos por descubrir su significado original. Pero todo ha resultado en vano. Cuba ha seguido llamándose Cuba, y su etimología sigue siendo el inviolado secreto de un pueblo desaparecido.




De la palabra al proceso mental con que los aborigenes taínos captaban, describían y ordenaban la flora y la fauna. (II PARTE)



Conferencia pronunciada por el sabio holguinero José Juan Arrom el día 7 de junio de 1973 en el Salón de Actos de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, con motivo de la inauguración de la Sala de Arte Prehispánico de la Fundación García Arévalo, Inc.
Destaquemos, para terminar, algunos ejemplos de zoonimia esto es, palabras con que se nombran animales, según la lógica de pensamiento de los aborigenes taínos de las Antillas.

Manjúas, Manjuarí.



Con el mismo morfema “man”, que significa “todo, totalidad” que vimos en la palabramaíz, se forman varias palabras taínas para nombrar animales.

Así están “manxua” y “manxúa-ken” que significa “mucho” y “muchísimo”. Pues bien, hay unos diminutos pececitos, que se congregan en bandadas muy numerosas, a los cuales en Cuba se les llama, con voz indígenamuy apropiada, “manjúas”.

Y de “manjúa” en el sentido de “mucho” y “arí” que es “diente”, se forma el nombre de otro pez que maravilla a los ictiólogos porque es un eslabón entre el pez y el reptil, que respira por branquias y también por pulmones. Pero no fue eso lo que impresionó especialmente al taíno, sino que el pez citado está dotado de una doble hilera de dientes agudos y fuertes, por consiguiente lo llamó “manjuarí”, esto es: “muchos-dientes”, o como diría nuestro pueblo, con expresivo neologismo, “dientuso”.

Tocororo




Pasando del pez al ave, hay un pájaro de preciososcolores al cual en Cuba se le llama tocororo o tocoloro.
Como se vio en otros textos, en las lenguas arauacas“flor” es “tocororo” o “totocolo”. De ahí que al nombrarlo se consigue una exquisita imagen poética: la de un ave que hiende el aire como unrelámpago multicolor, una flor, y se posa en una rama y florece en pétalos de unverde brillante, azul metálico, suaves grises y rojo bermellón.




De la palabra al proceso mental con que los aborigenes taínos captaban, describían y ordenaban la flora y la fauna.



Conferencia pronunciada por el sabio holguinero José Juan Arrom el día 7 de junio de 1973 en el Salón de Actos de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, con motivo de la inauguración de la Sala de Arte Prehispánico de la Fundación García Arévalo, Inc.

Para no dilatarnos demasiado, examinemos sólo algunos términos que nos sirvan para ir de la palabra al proceso mental con que los aborigenes taínos captaban, describían y ordenaban la flora y la fauna.

Maíz, mahizi, mahiz y mayz.

Sea el primero el vocablo “maíz”. Es sabido que el maíz se cultivaba en toda América antes de 1492. De lo que sí había dudas es de cuál fue el lugar de origen, la época en que fue domesticado y si la voz es o no taína.
Apartir de 1954 se han hecho descubrimientos que definitivamente esclarecen dos de estas cuestiones: hace unos 80 000 años que ya existía en México un tipo de maíz silvestre, antecesor del actual, y unos 5 600 añosque en el valle de Tehuacán ese primitivo maíz fue domesticado y paulatinamente mejorado por hibridación con otras gramíneas mexicanas[1].
Precisados el lugar de origen y la fecha de su inicial domesticación, es evidente que luego se extendió por todo el continente, desde el valle del San Lorenzo, en Canadá, hasta las tierras australes de Chile. Agreguemos que en el proceso de difusión, las otras culturas amerindias asimilaban las técnicas de su cultivo y aprovechamiento, pero solían designar al grano con voces procedentes de sus lenguas respectivas. Por ejemplo, en náhuatlse dice centli,  en quechua, chocllo, en guaraní, abatí, en caribe, anachi, en lokono (que es la lengua ancestral de los arauacos), marissi y en taíno, (que es la misma lengua lokono, pero evolucionada en el Caribe) según antiguas grafías, maíz se decía: “mahizi, mahiz y mayz”.
En apoyo de una de estas grafías, y sobre todo del origen taíno del término, citemos el categórico testimonio de Las Casas:
“Sembraban y cogían dos veces al año el grano que llamaban mahiz, no para hacer pan de él, sino para comer tierno por fruta, crudo, y asado cuando está en leche, y es muy sabroso, y también hacían de él cierto potaje, molido y con agua. Era menudo y de muchos colores, morado y blanco y colorado y amarillo, todo esto en una mazorca; llamábanlo: mahiz y de esta isla salió este nombre”[2].
Y páginas más adelante reitera Las Casas el origen de la voz y escribe entonces: “grano que nombraron en esta isla Española mayz (la última aguda)”[3].
Desechadas las dudas tanto del origen del grano como del nombre que le dio el taíno, tratemos de analizar estructuralmente dicho fitónimo. La base “isi”, conservada en las transcripciones del término en la lengua ancestral del arauaco, significa “semilla”. Y como esta aparece modificada por “má, mán” que significa “todo, totalidad, enteramente”. La imagen resultante viene a ser “totalmente de granos o semillas”.
Pero si “mah-isi” alude a todas las semillas de la mazorca, el hablante indígenase hallaría en la necesidad de formar otro término, o combinación de términos, para designar a un solo grano. Y en efecto así fue. Igual que en español hablamos de un diente de ajo, en las lenguas arauacas se dice, “marisi-arí”, con el significado de “diente de maíz”. Y es ese un tropo más afortunado que el nuestro: “diente de ajo”. Si a una chica se le dice:“Tienes dientes blancos y parejos como el maíz en leche”, es un piropo encantador; pero si por el contrario se le dice: “Tienes la dentadura como dientes de ajo”, ya no es piropo, sino improperio.
Y nada se diga del contraste entre el perfume del maíz tierno y el olor de un ajo recién pelado.

Güira.

Esta voz, contiene los morfemas “iwi”, que significa “‘fruta”, más “era, eda”, que es “cáscara”. De modo que “Iwira o iwera” describe al fruto cuyo elemento caracterizadores su recia corteza.
Recia cortea que además de elemento caracterizador del fruto, es, además, material aprovechable en la fabricación de instrumentos mágico-religiosos, como fueron originalmente las maracas[4], y sirve, también, para confeccionar vasijas de uso doméstico.
Porque ya deben haberse percatado que las palabras güira y jigüera, (que es la última lo que se confecciona con la primera), tienen el mismo origen etimológico, pero después adquieren forma y sentido diferentes. 
Veamos a continuación la siguiente curiosidad.
Jigüera o higüera con la grafía “hibuera” pasó a México con Hernán Cortés y su gente, y sirvió para designar al Golfo de las Hibueras y luego al sitio donde se libró el encuentro conocido por la Batalla de las Hibueras.
Los habitantes del actual México tenían una palabra en idioma náhuatl para lo mismo que significaba jigüera, y era esa xícali. Pero como jigüera llegó en la voz de los poderosos conquistadores, xícali desapareció momentáneamente. Solo que al paso de unos pocos años xícali se impuso nuevamente y a su vez penetró en el español general en la forma de “jícara” y así comenzamos a llamar a las antiguas jigüeras, que si lo son en verdad, están hechas de güiras.
La palabra higüera o jigüera hace pensar en otro fítónimo de igual raíz: “hicaco”, y pasemos a explicar su composición y significado. Ya hemos explicado el morfema “iwi”, que significa “fruta”, por tanto despejemos el  sentido del resto: caco. Creo que caco se compone del atributivo “ka” que significa “con”, y la base “ako”: “ojo”. En conjunto “hik(a)-ako” sería como decir “fruta-de-ojo”, o mejor traducido, “fruta en forma de ojo”. Y como así es la fruta, resulta otro ejemplo de fitónimo en que el indígena se desentiende de toda carga innecesaria para fijar el rasgo expresivo esencial. Por consiguiente, es esa otra palabra con que el taíno nos pinta la realidad nominada y a la vez su propia fisonomía mental.



[1]Richard S. MacNeish: “TheOrigins of New WorldCivilization”, Scientific American, vol. 211,
no. 5, November 1964, pp. 29-37.
[2]Apologética historia, lib. I, cap. 11; en la ed. de Madrid, 1909, pp. 31-32.
[3]Ibid., cap. 59, p. 152.
[4]Las maracas fueron los instrumentos que los behiques, igual que sus colegas del continente,
usaban para llamar a las divinidades. La palabra maraca, empero, es un préstamo que les llegó
a los taínos de sus lejanas relaciones con los guaraníes. En guaraní es voz compuesta, de maira
y aca ‘cabeza del ser sobrenatural’. Véase Marcos A. Morínigo: op. cit, sub voce.

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