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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

25 de enero de 2017

Calixto García. Biografía. 38

1874, Junio
La tropa de Calixto se envenena
El general decide tomar el poblado de Baire y ordena una concentración. Al pasar la tropa por el caserío de La Venta, se provee de yuca agria, que es el único alimento al alcance del ejército. La tropa se envenena. Todos postrados y debilitados, no están en condiciones de participar en función bélica alguna.
Masacre española en baire.
Mientras sus hombres se recuperaban en el campamento de “La Rinconada”, manda Calixto que el comandante Pablo Amábile marchara sobre la zona de Baire, a proveerse de viandas, reses, aves… Sale Amábile con los segundos batallones de Jiguaní y Holguín mandados por Andrés Fonseca y Cornelio Rojas. A la vanguardia va el capitán Rogelio Castillo. Una turbamulta de pacíficos, entre ellos infinidad de mujeres y niños en número aproximado de 700, habían terminado la obra de recolección y se disponían a regresar, la retaguardia es atacada súbitamente por un cuerpo de caballería mandado por el célebre Tizón. Los guerrilleros penetraron por entre la masa humana que iba a la retaguardia, haciendo un destrozo horrible. Amábile organizó la resistencia y pudo rechazar a los guerrilleros. Pero el resultado fue 120 bajas cubanas, casi todos niños, que no pudieron ganar el monte a tiempo.
Allí un niño que no había cumplido más de cinco años, herido de sable en la cabeza, y de otro sangriento tajo que casi le desprende la nariz, se sujeta la nariz a punto de caer al suelo con una manita, mientras con la otra se llevaba a la boca una guayaba.
El Comandante Amábile es sometido a Consejo de Guerra
El análisis posterior de los hechos dio por resultado que hubo demora sin razón alguna en la maniobra de retirada, y que fue esa la causa del espantoso desastre.
Amábile fue sometido a un Consejo de Guerra que falló acordando un voto de gracias al Coronel[1], por su heroica conducta en defensa de los suyos.
El General García recibe un pliego con propuestas de paz firmado por Esteban de Varona
Estando en su campamento de Dos Ríos, recibe el general García un pliego con propuestas de paz firmado por Esteban de Varona. ¿Quién era este personaje siniestro de la historia de Cuba?
Cuando Céspedes muere, el ejército español ocupó su valiosísimo archivo. Allí había una relación con los nombres de los confidentes que, en los pueblos y ciudades, ayudaban a la causa cubana.
Después de una laboriosa investigación, pues los nombres estaban en claves, el mando español logró descubrir que un tal Marqueta, de Manzanillo, era el camagueyano Esteban de Varona. (En el archivo había una carta en la que Marqueta se quejaba a Céspedes de que Calixto García no había seguido sus instrucciones cuando atacó Manzanillo y que por eso no alcanzó su objetivo).
Inmediatamente el Comandante General del Departamento, Sabas Marín, ordenó por telégrafo la prisión de Marqueta y envió al fiscal, Comandante Aznar, a dirigir la acusación contra el confidente peso.
Pero cuando Aznar y Marqueta se ponen en contacto, descubre el fiscal que Varona era un antiguo compañero suyo de calaveradas en Puerto Príncipe. Nadie sabe cómo consiguió Aznar cambiar la conducta que hasta ese momento había mantenido Varona, lo cierto es que el fiscal convenció al cubano para que aquel declarara que había mantenido correspondencia  con Céspedes tratando de conseguir una entrevista con el caudillo y darle solución al problema de la guerra y que una vez muerto el Presidente, había continuado sus relaciones con Calixto García, al extremo de ya tener concertada una entrevista y que él había preparado por su cuenta y riesgo, las proposiciones de paz.
Entonces Aznar comunicó a Sabas Marín la trama que él mismo había urdido y pidió facultades discrecionales sobre el preso. Sabas Marín aceptó y concedió lo que el fiscal le pedía.
Liberan a Varona, y toda vez que los mambises no sabían que había sido descubierto, aceptan una entrevista que Marqueta pedía al General José Miguel Barreto, venezolano al servicio de Cuba que mandaba las fuerzas de Bayamo y Manzanillo.
Una vez que Marqueta y el General Barreto se entrevistan, este último llama a Calixto, a quien eleva las proposiciones de paz y al mismo tiempo entra en negociaciones con Aznar quien se comprometía a enviar armas y municiones a los mambises a cambio de que estos paguen con productos naturales.
Es la comunicación de Barreto la que recibe el General Calixto García en su campamento de Dos Ríos.
Respuesta de Calixto a la propuesta de paz que le hacen
Entonces, inmediatamente escribe el General garcía a su segundo, el General Titá Calvar: “Estamos de enhorabuena: el enemigo, sin alcanzar yo los motivos [sin entender], se ha atrevido a solicitar formalmente, por medio de un comandante que ejerce en Manzanillo las funciones de fiscal y que dice representar al Comandante General, brigadier Sabas Marín, unas entrevistas con el General Barreto, de Bayamo. Según me participa dicho jefe, ya ha celebrado dos conferencias con el comandante, quien es acompañado de un conocido cubano llamado Esteban de Varona. La cosa parece que tiene carácter serio, porque han llegado a presentar al General Barreto las célebres proposiciones de paz, que en copia le adjunto, para que con su lectura disipe un poco el cansancio y el mal humor que le han de producir las lomas y la falta de recursos de este territorio. Yo he enviado al Coronel Céspedes al Gobierno con los documentos, aunque sólo sea para que tengan conocimiento del asunto y en cumplimiento de mi deber. De todos modos, algo hemos logrado, porque el venezolano (General Barreto), me participa que ha interesado al español en un negocio por el cual éste se compromete a enviarle desde Jamaica un bote con municiones de guerra, ofreciéndole Barreto, en cambio, mieles, cera, majaguas, etc. A pesar de ordenarle yo que corte inmediatamente las conferencias con los españoles, le aconsejo que trate de asegurar, por lo que nos importa, la negociación de Jamaica. Temeroso de que Barreto, desconociendo a los españoles, y aún la índole de nuestra guerra, vaya más allá de lo regular y se comprometa en un lance desgraciado, he resuelto marchar yo a Bayamo, para donde saldré pasado mañana”.
Según el historiador Armando Prats, en conversación de Calixto con el Comandante Rodríguez Romagosa, que fue quien le trajo los pliegos de Barreto, dijo el holguinero: “Los españoles me quieren engañar al venezolano; pero para allá parto yo inmediatamente”.



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[1] Hay otra anécdota donde se describe qué clase de combatiente era el Coronel Amábile. Ocurrió el hecho poco después, exactamente cuando las fuerzas cubanas tienen que retirarse de Yabazón, Holguín, pueblo al que habían atacado sin resultados. Es precisamente durante esa retirada cuando una fuerza de civiles dispara sobre la fuerza cubana que iba cargada con botín riquísimo y una larga impedimenta. Entonces el brigadier Maceo le ordena: “Coronel Amábile, cargue con su regimiento a esos civiles, para que pueda retirarse la columna”. La respuesta de Amábile, sacando su machete y colocándose a la cabeza de sus hombres, fue: “Está bien, hasta la otra vida General”. Y envuelto entre el humo del combate y el polvo que levantaba el galopar de sus caballos, desapareció el Coronel Amábile, a través de las bayonetas enemigas, haciendo cesar el fuego de los enemigos, pero quedando entre aquellos, traspasado su cuerpo por tres bayonetazos.


Calixto García. Biografía. 36


1874, Abril 28

Calixto exige que le devuelvan el contingente de Orientales que había pasado al Camaguey para la invasión a Las Villas
Carta de Calixto al diputado Ramón Pérez Trujillo protestando de que no le devolviesen el contingente de orientales que había pasado al Camaguey para la invasión a Las Villas: “Si no puse obstáculo a la invasión de Las Villas fue porque la creí el golpe de gracia, pero, con gran sorpresa veo que teniendo allá lo más florido entre los soldados y oficiales, las mejores armas y gran cantidad de parque, no se ha intentado siquiera llevar a cabo la empresa, después de tener todos los elementos reunidos y se dice que no se realizará por falta de parque. Es imposible que se haya gastado todo el parque de Oriente. Además ¿fue para pelear en Camaguey para lo que se me pidió el contingente de hombres, armas y pertrechos? El Presidente me prometió y Máximo Gómez convino que si no se llevaba a cabo la expedición de Las Villas se me devolvería las fuerzas. Si no se puede realizar el proyecto, vuelva la columna a Oriente a incorporarse, pues es necesaria su presencia aquí”[1].
1874, Abril 29
Braguetudo, Mayarí
Las fuerzas de Calixto, al mando de Titá Calvar, atacaron el caserío de Braguetudo, Mayarí. Habiendo sorprendido a la guarnición consiguieron el éxito completo. Al marcharse incendiaron el poblado.
1874, Mayo 1ro
García ataca el campamento y caserío del Horno. En este encontronazo ambas partes tuvieron bajas. Ese es un hecho de poco relieve histórico que no constituyó ni victoria ni derrota, sin embargo los historiadores hispanos sostienen que los insurrectos fueron rechazados victoriosamente por sus tropas.
1874, Julio 4

Regresa el contingente de orientales que habían ido a invadir Las Villas
Suspendida la invasión de Las Villas, regresa el contingente de orientales. García los recibe con entusiasmo indescriptible.
Carta de Calixto al diputado Pérez Trujillo: “Han llegado los consabidos, y yo me congratulo de que mis amigos habrán de abundar en mis mismas ideas; pero, ¿se ha pensado en los perjuicios que se ha causado a la revolución con el fracaso de la expedición? Tanta sangre vertida, tanto parque gastado, ¿para qué? Haciendo tanta falta el parque que, gastado en la zona de Holguín hubiera dado mayores resultados”.
1874, Primeros seis meses
La victoria, que acompaña en todos los campos de batalla a Gómez en el Camaguey, se muestra esquiva con Calixto, quien en lo que va de año solo ha protagonizado algunas pequeñas escaramuzas.



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[1] ¿Fue regionalista Calixto García durante la guerra grande?

Calixto García. Biografía. 35


1874, Marzo 3

Carta de Calixto informando de una conspiración



Carta de Calixto al representante Ramón Pérez Trujillo informándole de una conspiración: “para deponer a Salvador Cisneros y llevar a  Céspedes otra vez a la presidencia”, destituyéndole a él de jefe del Departamento de Oriente y colocando en su lugar a Vicente García, “aunque no creo que Vicente García esté metido en eso, pueden estar otros de allí que pueden causar mucho daño”. Acto seguido el general le relata sobre la muerte de Pedro Ignacio Castellanos[1] y ofrece abrigo al Gobierno, pues, dice, “es firme su propósito de sostener y guardar la Constitución cumpliendo con su deber”.
Pedro Ignacio Castellanos

Payito León
Nunca se investigó la muerte de Pedro Ignacio Castellanos, y en relación con Payito León, la Cámara dictó una ley de amnistía, que, junto a lo ocurrido en Bijagüal, fue la semilla más fértil de Lagunas de Varona y del Zanjón. Por eso Fernando Figueredo dijo que “Payito León significa la muerte de la Revolución de Cuba”.
1874, Marzo 15



Calixto tiene noticias de la muerte de Carlos Manuel de Céspedes








Poco era lo que el Jefe del Distrito de Oriente había avanzado sobre su territorio cuando un vecino de la zona por la que atravesaba se le acercó y le dijo: “Los españoles han muerto al presidente viejo”.
Calixto escribió ese día en su diario: “Acabo de saber que ha sido asesinado por los españoles Carlos Manuel Céspedes. Todavía no tengo pormenores de este funesto acontecimiento; pero se me asegura que es cierto. Espero la información oficial pues aun me anima la esperanza de que no resulte cierta. Sensible para todo cubano es la muerte del eminente patriota, del caudillo que por cinco años estuvo al frente de nuestra revolución y que con ánimo sereno sufrió las consecuencias y penalidades de una compaña tan cruel, como la que nos hacen los españoles. Yo, que como amigo lo quise sinceramente y lo veneraba como la encarnación del grito de Yara, he sufrido doblemente, pues habiéndolo tratado permanentemente tuve lugar de apreciar las buenas cualidades que lo distinguían, las que más hizo resaltar cuando al ser depuesto por la Cámara acató su decreto sin género alguno de vacilación. Quiera Dios no sea verdad la noticia y que conserve sus días para que cuando Cuba sea libre pueda premiar sus muchos servicios; más si su muerte fuera cierta habrá consumado el martirio derramando su sangre por la revolución que tan valientemente emprendió”.
Posteriormente el Secretario de la Guerra confirma la noticia.
Calixto pide información sobre la protección que debieron darle a Céspedes
Confirmada la triste noticia el Jefe Militar de Oriente, Mayor General Calixto García, se comunica con el coronel Benjamín Ramírez, que era el jefe de la zona donde estaba Céspedes, inquiriendo sobre la protección al ex presidente. Ramírez le transcribió la comunicación que el 13 de febrero había dirigido al prefecto de Guaninao, en cumplimiento de las instrucciones recibidas del Jefe del Departamento: “El Mayor General Calixto García Iñiguez me encarga encarecidamente que mientras permanezca en la zona de mi mando el ciudadano Carlos Manuel de Céspedes, le atienda y considere, pues no debe olvidarse que es el hombre que en diez de octubre rompió las cadenas que nos tenían ligados a España. En este concepto cuidará Vd., que esté socorrido en cuanto sea posible y que vele por su seguridad, alojándole en los lugares que la ofrezcan, durante su permanencia en esta prefectura. Procurará al mismo tiempo que cubran los cordones, se active la vigilancia, así para garantía de dicho ciudadano, como para la de los demás vecinos.- Patria y Libertad. San Lorenzo, 13 de febrero de 1874”.



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[1] El historiador español Pirala no cree en el relato que hizo Calixto sobre la muerte de Pedro Ignacio Castellanos y dice que “si existió alguna conjura la ahogó en sangre Calixto García. Otros consideran que la orden de la muerte de Pedro Ignacio la dio Titá Calvar.

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