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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

19 de enero de 2017

Calixto García. Biografía. 24


1872, Octubre
El Marqués de Santa Lucía, Presidente de la Cámara de Representantes y principal opositor de Céspedes, llega al campamento de Calixto.

“-Una hamaca sería la felicidad para mí…!”, dice Ignacio Mora dirigiéndose al Marqués de Santa Lucía. El Marqués, mientras, le cuenta a Pérez Trujillo sus incontables peripecias para incorporarse al Cuartel General del General Calixto García.
Están sentados en una tienda de campaña y cambian impresiones sobre las operaciones militares y la situación del gobierno. Son los representantes del pueblo de Cuba (Miembros de la Cámara).
Calixto lo prepara todo para atacar Guisa
Pero lo que en verdad los mantiene en vilo a los integrantes de la Cámara de Representantes es la gran noticia de que el General García va a atacar la plaza fortificada de Guisa. Todos esperan la victoria y, sobre todo, participar en el saqueo, donde están seguros que conseguirán provisiones de boca y guerra, vestuario, medicinas.
1872, Octubre 6
Los hombres de Calixto destruyen totalmente 16 leguas del telégrafo. Los españoles salen de sus campamentos a castigarlos. (Esa era una operación preliminar del ataque que Calixto había preparado).
1872, Octubre 10
En silencio los cubanos celebran el cuarto aniversario del inicio de la revolución. Están en las faldas de la loma del Jíbaro, a tres leguas de Guisa. Esperan la noche para caer sobre la plaza enemiga donde, está planificado, contarán con la cooperación de los voluntarios[1]. Pero el admirable plan se frustra por la intervención de un miserable delator.
Frustrado el ataque, Calixto regresa a su campamento
El General regresa al campamento donde había estado antes y manda a los suyos a forrajear, mientras él espera por informes.
Por carta de Céspedes es que hoy se sabe lo ocurrido en el pueblo: “ya habrás visto en los periódicos españoles la carnicería de cubanos que han hecho en Guisa. Jacinto Fonseca, el caudillo de los fusilados, condiscípulo mío, rico hacendado, abrazó la causa española”.

Los fusilamientos hechos en Guisa suscitaron una reacción tremenda contra las fuerzas colonialistas y a favor de los mambises que estaban en las inmediaciones: muchos voluntarios criollos y numerosas familias que estaban en el pueblo quisieron incorporarse a las fuerzas mambisas.
1872, Octubre 17
Ataque a Guisa
A las diez de la noche Calixto atacó a Guisa. Los españoles impidieron que los voluntarios entraran en los fuertes, donde se habían guarecido y de donde no salían. Ordenó Calixto a sus hombres que saquearan el pueblo libremente; luego lo quemó y se retiró a su campamento, llevando con él un gran número de voluntarios armados y municionados. Y allí esperó por si los españoles querían atacarlo, pero aquellos se limitaron a mirarle a lo lejos y hacer silencio.
1872, Octubre 24
Carta de Céspedes a Calixto: “Mucho me ha complacido el éxito de las operaciones sobre Guisa. El descubrimiento del plan y las sangrientas ejecuciones que le han seguido han sido una desgracia que solo se compensa con el terrible efecto que han de producir en el ánimo de los que aún prestan su apoyo al Gobierno español. Ahora es la ocasión de recibir nosotros con los brazos abiertos al que, arrepentido, venga a arrojarse en ellos, pero es la ocasión, también, de extremar el sigilo, desconfiando hasta el último grado de los que puedan ser espías o traidores para que no nos sorprendan nuestros planes”.
La familia del General García es expulsada de Cuba
Por otra parte y casi a la misma vez en que Calixto atacaba a Guisa, su esposa Isabel Vélez, los cuatro niños, la madre de ella, una hermana y otros familiares, fueron expulsados de Cuba. Se establecieron en Cayo Hueso, Estados Unidos.
En Cayo Hueso los tabaqueros cubanos reciben a la familia del General
La familia del General Calixto García contó con el apoyo de los tabaqueros desde  los primeros momentos. Ellos, dice el hijo de Calixto en su diario, "entregaban semanalmente a mi madre el producto de las colectas que hacían en los talleres de tabaco".
Vicente Martínez Ibor
También los ayudó el fabricante de tabacos con negoció en Cayo Hueso y Tampa, Vicente Martínez Ibor. Este valenciano, casado con la cubana Mercedes de la Revilla, simpatizaba con la revolución. Fueron él y su esposa quienes se encargaron de internar y sostener en el colegio  católico “El Sagrado Corazón" de Nueva York a Leonor, la hija mayor del matrimonio. (Al paso de muchos años, el entonces general Carlos García Vélez, hijo de Calixto e Isabel, se casó con una de las hijas del matrimonio Martínez Ibor).
La Junta Revolucionaria de Nueva Cork se encarga de la educación del hijo mayor de Calixto.
De la educación de Calixto, el mayor de los varones, se encargo la Junta Revolucionaria de Nueva York y, específicamente, los patriotas Hilario, Francisco, Javier y Juan Cisneros quienes fueron los que le costearon los estudios en la Mount Pleasant Military Academia y luego en la escuela OSSINING, ambas en Nueva York.
Mientras, como mismo en La Habana, Isabel cosía pago para el sostenimiento de ella y sus dos hijos más pequeños, Carlos y Justo que la acompañaron en Cayo Hueso.



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[1] El General García había seducido a los voluntarios de Guisa, incluyendo a sus oficiales, Capitán Fonseca y tenientes Garcés, José Antonio Barzaga y Pedro Quintana. Estaba acordado que los comprometidos atacarían a los españoles tan pronto como los cubanos se presentaran frente a la plaza. Sin embargo, cuando los cubanos se acercaron comprobaron que la guarnición había sido reforzada con cien hombres de la artillería. Calixto se abstuvo de iniciar el combate. Después supo lo que había ocurrido: Descubierta la trama, los jefes españoles procedieron con celeridad y energía ejecutando en el acto a los oficiales mencionados, a varias clases y a algunos soldados.

Calixto García. Biografía. 23


1872, Julio 8
Calixto Vs. Huerta y Sostre
En La Veguita de Banes chocan las fuerzas de Calixto y Huerta y Sostre. El combate es reñidísimo y dura seis horas.
Sorprendidos por el enemigo, los mambises se ven obligados a abandonar el convoy capturado en Samá, pero los españoles, lejos de emprender inmediatamente la persecución, “se cebaron en el convoy”, como dijo Céspedes, y cargados al doble de lo aconsejable, iniciaron una extraña retirada dejando abandonada hasta la cureña de un cañón.
Luego fue que los mambises supieron la causa de la súbita y extraña retirada del enemigo: El coronel Huerta estaba mortalmente herido. Pocas horas después de llegar a Samá, falleció[1]. Dicen que Huerta, momentos antes de expirar, exclamó: “muero, pero los he vencido”. Fue ese el último error de su vida.

Después de la acción de La Veguita, Calixto, enfermo, quedó en compañía del Dr. Bravo, aunque Céspedes dijo en su diario que estaba en la playa, disfrutando de sus queridas.
1872, Agosto 1ro
Carta de Céspedes a Calixto: “Mi estimado amigo y hermano: espero tener la dicha de saber pronto que ya está Vd., enteramente restablecido de sus males, al frente de su departamento y emprendiendo operaciones de importancia. (…) Como amigo y como general, encarezco a usted la necesidad de que haya orden, subordinación y justicia. Es tiempo de que desaparezcan los abusos y excesos con los hombres que los cometan”. (¿Es una crítica, una doble crítica: por su ausencia de la guerra y por los castigos a los que habían cometido indisciplinas?).
Ataque a Baire. Luego el General se pone rumbo a Holguín
En el mismo mes de la carta de Céspedes, el general García regresa al campo de operaciones: ataca el poblado de Baire y luego toma rumbo a la jurisdicción de Holguín.



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[1] Por más de un siglo buscaron los restos del Coronel Huerta y Sostre. Recientemente se encontraron enterrados en el cementerio de Gibara.

Calixto García. Biografía. 22



1872, Junio 8



Nuevas contradicciones entre Céspedes y Máximo Gómez



El Gobierno de Cuba en Armas, buscando protección, se aproxima a las montañas orientales. Alguien del gobierno pensó en la conveniencia de que la dirección civil del país se trasladara al extranjero para que desde allí dirigiera la revolución. El general Máximo Gómez, que tuvo conocimiento de esa aspiración, dijo con brusquedad al secretario de la Guerra, oponiéndose al proyecto, “aquí muere Sansón con todos los filisteos”.
Entonces el Presidente Céspedes le pide a Gómez que le provea de asistentes para sus ayudantes y secretarios. Gómez le responde que “también él carecía de asistentes y que el ejecutivo los buscara si tanto los necesitaba”.
Céspedes depone a Máximo Gómez. En su lugar nombran a Antonio Maceo
Inmediatamente Céspedes dicta una orden general y mandó que se la leyeran a la fuerza[1]. En ella deponía a Máximo Gómez y nombraba jefe interino a Antonio Maceo.
Oído lo que oyó, Maceo titubeó, entonces, airado Céspedes le dijo: “vaya usted a cumplir la orden o yo sabré hacerla cumplimentar”.
El General Gómez se retira nada más acompañado por una pequeña escolta
El general Gómez, tan pronto entregó el mando, se presentó al Presidente con el sombrero en la mano, lo saludó militarmente, le dijo que su orden estaba cumplida, y se retiró nada más acompañado por una pequeña escolta.
1872, Junio 11
Carta de Céspedes: “El Gobierno se ha visto en la triste necesidad de separar de su mando al general Máximo Gómez. El Gobierno espera que este ligero castigo obrará sanamente en el ánimo del General, permitiendo al Gobierno volver a utilizar sus servicios”.
Finalmente Maceo se niega a sustituir a Gómez. Nombran a Calixto García.
En sustitución de Máximo Gómez y toda vez que Maceo se negó a ocupar el puesto de aquel al frente del Departamento Oriental, el Gobierno nombra a Calixto García. Calixto se niega, pero Céspedes lo convence[2]. Calixto toma el mando pero antes publica un suelto en el que dice que “es imposible que otros generales pudiesen llevar a feliz término un plan de campaña concebido y estudiado en sus más mínimos detalles por Gómez[3].
Isabel Vélez, esposa de Calixto, en La Habana
Del libro de notas de Carlos García Vélez: Isabel acostumbraba a rezar en una iglesia de la Habana pero dejó de ir el día que “en el confesionario el cura insistió en persuadirla de que escribiera a mi padre para que se rindiera a los españoles porque estaba pecando al combatir al gobierno español. Mi madre se puso de pie y apostrofó al confesor diciéndole que ella había venido a confesarse y no a recibir amenazas y consejos políticos”.
1872, Junio 29
Combate en Rejondones de Báguano.

Combate en Rejondones de Báguano.
Céspedes describe la acción en carta a su esposa: “El viernes 28 de junio acampamos al pie de un arroyuelo, en el camino entre dos lomas. Le hice observar al Brigadier Calvar que en aquella posición era inminente un encuentro, pero me contestó que había acampado allí con arreglo a instrucciones del General García… al día siguiente se mandó a la tropa a forrajear, quedando en los cuarteles apenas 200 hombres. No hacía más de dos horas que se habían ausentado cuando se oyó el fuego en nuestra avanzada… el Brigadier me suplicó que me retirara al campamento del Coronel Maceo. Cuando encontré a éste, que con los suyos acudía al fuego, estuve tentado a volver para atrás…
“Los españoles acometieron con ímpetu y arrollaron a los cubanos que todavía no habían acabado de formar… pero los cubanos se rehicieron a la subida de una cuesta. Cuando los españoles subieron encontraron a nuestra fuerza escalonada, que los recibió con descargas a boca de jarro. Entonces los españoles perdieron el ánimo y solo trataron de salir lo más pronto posible de aquel aprieto. Bajaron como pudieron, con los nuestros que le salían al paso en cada vuelta. Por último, los españoles se dispersaron y emprendieron la fuga a Camazán, seguidos de los nuestros”.
Esta acción, dice Céspedes finalmente, la mandó directamente el General Calvar, teniendo como segundo jefe a Maceo, pero ambos a las órdenes del General García, cuyas disposiciones para el combate a él se debían, y fundamentalmente, como dijera el propio Calvar, que había acampado allí con instrucciones del General García, que era quien había escogido el campamento y dispuestos los escalones admirables para la formidable resistencia que los cubanos ofrecieron.
1872, Julio 6
Ataque a Samá
Siete días después de Rejondones, y con el propósito de desorientar al enemigo, causarle daño y tomar provisiones, Calixto ataca al pueblo de Samá, fortificado y defendido por tropas de línea y voluntarios.
El periódico “El Periquero” de Holguín, a quien reprodujo “El Diario de la Marina”, describió el ataque así: “A las seis de la mañana del día seis el enemigo atacó el destacamento de Samá, durando el fuego hasta las cinco de la tarde, en que se retiró, dejando seis muertos y llevando más de cien heridos. Los voluntarios [al servicio del Ejército español] han tenido un oficial y once de tropa muertos, perdiéndose, además, ocho hombres del Ejército, entre ellos un Capitán”
El Coronel Huerta y Sostre sale a perseguir a Calixto
Sabido lo del ataque de Samá, el aguerrido, cruel e intrépido gobernador de Holguín, Coronel Juan Huerta y Sostre, decidido a acabar con el audaz guerrillero Calixto García, sale de Holguín con una fuerte columna provista de artillería.



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[1] Diario de Gómez: “Acampaba muy tranquilo en Peladeros y al día siguiente noté, con inexplicable sorpresa, que por orden de la Secretaría de la Guerra la tropa debe formar y se le lee la orden de mi deposición. Fundábase aquella en un acto de desobediencia de mi parte, por el hecho de no haber proveído un número de asistentes que se me había pedido para la comitiva del Gobierno, pero a mi no me era posible conseguirlos sino aprovechando una concentración para poderlos sacar de modo conveniente, pues en el estado de entusiasmo a que habían llegado nuestros hombres no era muy fácil encontrar ya, en las filas del ejército, soldados que quisieran prestar esta clase de servicios voluntariamente, y la gente de color, que habíamos arrancado a sangre y fuego de las garras de la esclavitud, era necesario que fueran libertos muy inútiles para que prefiriesen la servidumbre por encima del rifle. Yo quedé aturdido con aquel inesperado procedimiento y se me hacía difícil creer en la causa que se invocó para ejecutarla. El ayudante que leyó la orden la terminó con un ¡Viva cuba Libre! Y otro al gobierno, que las tropas inconscientes respondieron. Esto último, aunque por instantes, me impresionó tristemente”.

[2] Antonio Maceo pasa a dirigir la División de Santiago de Cuba.

[3] El plan de Gómez consistía en realizar una gran concentración de tropas holguineras, bayamesas y tuneras para atacar Holguín y luego continuar operando por el norte de la provincia, hasta trabar contacto con Agramonte en Camaguey, el cual debía concentrar la mayor parte de sus fuerzas, para unidos, presentar batalla a los españoles, unidos, orientales y camagüeyanos.

Calixto García. Biografía. 21


1872, Mayo 6
Banes
Calixto enfrenta y vence a los españoles en los Berros y Sabana de Punta Gorda,  Banes. En esta última acción ocasiona al enemigo 37 muertos. Los españoles dejan a sus muertos en el campo de batalla.
1872, Mayo 14
El Conde de Balmaceda ofrece el perdón a los cubanos sobre las armas, aunque hace algunas excepciones, Calixto García entre ellos
Mientras Calixto vence en Banes, el Conde de Balmaceda, principal Jefe militar español entonces, asola el resto de Oriente. En 14 de Mayo desde su cuartel general de Cauto Embarcadero, Balmaceda lanza una proclama llamando a los insurrectos al orden. En ella ofrece el perdón a los cubanos sobre las armas, pero exceptúa al Presidente de la República en armas Carlos Manuel de Céspedes, a los miembros de la Cámara y a algunos jefes militares que designa por sus nombres, entre ellos, Calixto García. Dice Balmaceda que no puede haber perdón para Calixto por haberse “convertido en el azote del país, porque causó las desgracias que todos deploramos y no debe ser acogido [por la madre ubérrima y generosa], de ningún modo, sin que la ley le exija cuenta de su criminal conducta”.
1872, Mayo 31
Informe de Balmaceda al Ministerio de Ultramar: “en Holguín hay varios jefes de poca importancia, fusilado uno y destituidos los otros, se ha confiado el mando a Calixto García Iñiguez, hechura de Máximo Gómez y hombre de escaso valor, se le calculan 200 hombres armados y 200 personas más, entre hombres, mujeres y niños”.



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