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La aldea a la mano (Holguín, Cuba)

4 de enero de 2017

Parque Calixto García: de las Romerías de Mayo al Nuevo Milenio




Las Romerías  de Mayo tienen su origen en la antigua fiesta cristiana que cada 3 de mayo celebraban los católicos en gran parte del mundo. En Holguín cobró auge después que el freile Bartolo Alegría, en 1790, colocó  una gigantesca cruz de madera en la cima del Cerro Bayado, la mayor elevación de la ciudad que a partir de entonces fue rebautizada como Loma de la Cruz.


…y el pueblo acudía, fervoroso, a la cima de la Loma cada día 3 de Mayo.

Con el surgimiento de nuevas tradiciones en el siglo XX, las Romerías fueron desapareciendo en la ciudad hasta que la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Holguín decidió rescatarla, conjugando cada año tradición y modernidad en un gran muestrario que tiene de protagonista a los jóvenes que desde los más diversos lugares del país traen a la ciudad lo más representativo de la cultura nacional e internacional.
Bajo el lema “Porque no hay hoy sin ayer”, en cada nueva edición las Romerías de Mayo encuentran mayor respaldo de delegaciones de otros países, por lo que está en vía de lograr su aspiración de convertirse en Festival Mundial de Juventudes Artísticas. Entre el 2 y el 8 de mayo de cada año, esta fiesta reúne a intelectuales en eventos teóricos y a cultores de todas las manifestaciones en un amplio programa que comienzan el día 2 con el hermoso desfile de coches tirados por caballos que sale desde el Parque  o zonas aledañas hasta el Bosque de los Héroes, en los alrededores de la Plaza de la Revolución Calixto García, en donde a las doce de la noche se realiza el concierto Pre-Romerías y al día siguiente, en la mañana, se celebra el desfile inaugural, que parte desde la zona moderna de la ciudad hasta el Parque, en donde se concentra el pueblo de Holguín para darle la bienvenida a los participantes y para disfrutar de una hermosa gala artística y, además y quizás lo más importante, para desde allí acompañar a los romeros en el traslado de El Hacha de Holguín, referencia insoslayable del pasado aborigen y actual símbolo de la provincia, hasta la cima de la Loma de la Cruz.
En la loma continúa la fiesta y el intercambio entre  todos los asistentes hasta el día 8 por la noche, cuando llevan El Hacha de Holguín nuevamente al Parque y de allí la trasladan al edificio más alto de la parte nueva de  la ciudad, donde siembran un árbol para que continúe creciendo esta tradición en la que el Parque y su entorno han ido ganando en protagonismo, sobre todo entre 1999 y el 2010 que fueron los años durante los que el Teatro Suñol estuvo cerrado por graves problemas constructivos.
El parque, además, tuvo el privilegio reunir a cientos de persona el 31 de diciembre del  2000 para celebrar la cena de fin de año, que además era del fin de siglo y hasta de milenio. Esa noche por primera vez se izó una gigantesca bandera cubana justo a la media noche, y así se ha seguido haciendo cada 31 de diciembre.
En estos primeros años del siglo XXI el centro urbanístico sigue recibiendo transformaciones, entre ellos un muy polémico boulevard construido en la calle Libertad, desde Luz y Caballero hasta Agramonte. Y en el parque se siguen celebrando nuevos eventos culturales, entre ellos la Feria Internacional del Libro que junto a otros ya tradicionales como la Semana de la Cultura, Cubadisco o la Fiesta de la Cultura Iberoamérica,  confirman el poder de convocatoria y el ímpetu de esta ciudad que se ha convertido en una de las plazas culturales más importantes de Cuba.
En  el empeño de seguir consolidando el desarrollo integral  de la llamada Ciudad de los Parques, de  convertirla en un foco de atracción para el turismo y preservar los valores patrimoniales e identitarios que atesora, los diferentes organismos del estado priorizan el entorno alrededor del parque. En el presente allí resaltan el Museo Provincial La Periquera,  Monumento Nacional; el teatro Comandante Eddy Suñol; el cine Martí; el Fondo Provincial de Bienes Culturales; el Teatro Guiñol; el Centro Provincial de Artes Plásticas y el de Artes Escénicas; la Casa de la Trova El Guayabero; la librería Pedro Rogena, y la Biblioteca Provincial Alex Urquiola, las sedes del Teatro Lírico Rodrigo Prats y la Compañía Codanza, por solo destacar algunas de las más importantes instituciones que tienen en ese espacio abierto que es el Parque Calixto García, un escenario natural.
Entre  las medidas para  conservar sus valores y enriquecer sus propuestas culturales se eliminaron las rutas de ómnibus y la circulación de vehículos que  puedan causar daños a esta zona, el fomento de espacios para peatones y turistas como el Boulevard de la calle Libertad y la cercana Plaza de la Marqueta; así como la realización  de actividades de restauración y conservación a los inmuebles.
A este hermoso parque- que forma parte del Sistema de Plazas, parques y plazuelas que en el 2015  fue declarado Zona de Protección por la Comisión Nacional de Monumentos, se le comenzó a realizar una profunda intervención ante el estado de degradación que presenta, se dice que esa le devolverá el esplendor que adquirió en la década de 1950, cuando fue transformado a la imagen que ha llegado a nuestros días. Al proyecto se le han añadido algunos elementos artísticos funcionales tomados del diseño colonial que tuvo a mediados del siglo XIX como un motivo de recrear su rica historia, como las columnas que sostenían las verjas antiguas y el diseño de la reja para proteger las jardineras de su contorno, así como las fuentes que antes poseyó para regar sus jardines.

Así están quedando los bancos del Calixto García
 
Se hace énfasis en reconstruir los bancos de acuerdo con sus características originales, es decir, de granito fundido in situ de unos 27 metros de largo, siendo los del Calixto unos de los más grandes del país.
Para impedir las afectaciones ocasionadas a los pisos por los árboles, se están sembrando ficus nevados, de raíces más profundas y de mayor belleza por sus hojas matizadas, y a las jardineras se le adiciona muros verticales de protección que evocan las rejas coloniales. En el 2016 se inició una segunda fase, que incluye la plazoleta central, con bancos circulares, piso también de granito y donde se encuentra la estatura del Mayor General Calixto García, símbolo de una ciudad que ama y defiende los valores más genuinos de la patria.

El parque Calixto García y con él Holguín: del quinquenio gris al periodo especial



Con la llegada del holguinero Luis Pavón Tamayo a la máxima dirección del Consejo Nacional de Cultura en 1971 se inicia el período difícil en este sector que algunos críticos y estudiosos han llamado “Quinquenio Gris”.

Este repercute en diversas esferas de la sociedad cubana, sin que la vida cotidiana del Parque lograra mantener ajena al fenómeno. En primer lugar por los momentos difíciles que vive la Banda Municipal, lo que repercute negativamente en la tradicional retreta.

Pero como al decir del ensayista Leonardo Acosta, todo comienza antes de lo que se cree, ya desde los años 60 el Parque sufrió considerables daños, fundamentalmente en sus bancos y jardines, como resultado de inadecuadas actitudes de los asistentes a los frecuentes actos multitudinarios, y también por decisiones nada felices de ciertos funcionarios. Una, de muy triste recordación, fue la que determinó que se colocaran cuatro lámparas inmensas en lo más alto del monumento a Calixto García.

Sobre este hecho el periódico ¡Ahora! comentó con disgusto que la que se encontraba en medio del parque era una estatua y no un poste de luz, a la vez que recomendaba que las cuatro bombillas de mercurio se pusieran en la base del monumento sin sus brazos, y no en la forma que estaban situadas[1].

Y para los asiduos a las tradicionales retretas, fue muy lamentable comprobar que las antes muestras de la maestría de los músicos holguineros, ahora estaban descendiendo en calidad y que durante la década de 1970 las presentaciones fueron muy inestables.

La muy prolongada crisis sufrida por la banda comenzó cuando para garantizarles trabajo a todos los músicos, se decidió que ninguno de ellos podía actuar en más de una agrupación a la vez. Luego, en 1968 se evaluaron los músicos de la ciudad y eso agudizó la debacle porque se redujo al mínimo el salario de los de la Banda, mientras que los que actuaban en agrupaciones bailables recibían el triple de salario. Y entonces ocurrió lo que era fácilmente previsible, los músicos de la Banda comenzaron a irse a orquestas que hacían música bailable: Después de más de doscientos años ininterrumpidos, las retretas se perdieron y a la misma vez se tuvieron que hacer ingentes esfuerzos para mantener viva la Banda. Poco después se jubila el maestro Juan Márquez, quien por tantos años había hecho brillar esa agrupación holguinera.

La causa de que el ya octogenario maestro Márquez se jubilara fue la inestabilidad de la plantilla de la Banda, así como las carencias y limitaciones de todo tipo y además la avalancha de música moderna que vino sobre Cuba. Ido Márquez, los inexpertos músicos que asumieron la dirección de la Banda, se esforzaron en adiestrar el personal de bajo nivel artístico con que contaban, que a la misma vez tenían una muy escasa convicción de la hermosa y a la vez poca estimulada labor de la agrupación.

En ese primer lustro de los 70 en el entorno del Calixto García, mejor suerte tuvieron otras expresiones de la cultura. Se inauguran o consolidan su labor  instituciones como  la Escuela Integral de Arte, la casa de la trova y la Sala Víctor Jara, en la que se presentaban grupos de  teatro y una pléyade de artistas nacionales e internacionales: Teresita Fernández, Ramón Calzadilla, la soprano búlgara Guema Dimitrova y el violinista ruso Vladímir Spivakov, por sólo mencionar algunos. En 1971 el Teatro Lírico, que durante tres años se había visto obligado a replegar sus huestes artísticas a escenarios poco adecuados como  la biblioteca municipal y la Casa de los Combatientes, retorna al Teatro Infante, para iniciar una magistral temporada con operetas vienesas de Frank Lehar, demostrando con ellas su supremacía dentro del movimiento lírico cubano.

Algo similar al Lírico sucedía con  la trova, una modalidad que cobró fuerza en la radio y en la plazoleta de la cultura ubicada en la intersección de las calles Maceo y Martí, y desde 1975 en la recién inaugurada de la Casa de la Trova, con un anfitrión del poder de convocatoria de El Guayabero, y la compañía de Ramiro Gutiérrez, Fredy Laborí, “Chispa”, entre otros valores jóvenes que  no fueron ajenos a descargas hasta el amanecer en el Parque.

En 1976 se constituyen el Ministerio de Cultura, se proclama una nueva división político-administrativa para el país que crea la provincia de Holguín y se implantan una nueva forma de gobierno, el Poder Popular que tenía los altos de La Periquera como sede. Abre la Fábrica de Combinadas Cañeras y otras  obras que inician el despegue industrial de la comarca. Pero a la vez creció la población, llegando a superar los 153 mil habitantes, muchos de los  cuales iban al Parque y a sus alrededores a la búsqueda de ofrecimientos culturales y recreativos.

Asimismo en el lustro se inauguran importantes obras sociales, entre ellas el inmenso estadio beisbolero, el hotel Pernik y la Plaza de la Revolución en la que miles de holguineros le dieron la bienvenida a Daniel Ortega, líder de la triunfante Revolución Sandinista, en el acto por el 26 de Julio de 1979. Esa y otras fechas también fueron un estímulo para la transformación del centro histórico de la ciudad: surgen espacios con variados ofrecimientos culturales para todos los grupos etarios de la población. Se edifica la Sala Moncada, destinada a exposiciones, se repararon cines, teatros y el vetusto edificio de La Periquera, que en 1978 recibió la condición de Monumento Nacional, se convierte en Museo Provincial.

Desde su inauguración como museo, las noches del 25 de julio, víspera del Día de la Rebeldía Nacional, desde sus balcones los niños aficionados le rinden homenaje a los héroes y mártires de la patria; esa fue la génesis del Festival de la Canción Infantil, primero de su tipo en toda Cuba.

Al calor del fechario patriótico el Parque continuó cambiando su fisonomía y acogiendo numerosas actividades, entre ellas  la develación el día 4 de agosto de 1975 de una tarja  en bronce ubicada en el jardín de la intersección de las calles Maceo y Frexes, dedicada a la brigada Calixto García Iñiguez que en la zafra precedente impuso el récord de cortar once millones de arrobas de caña[2]. A fines de ese año se realizó una restauración de envergadura al monumento principal del Parque consistente en una limpieza profunda a las estatuas de Calixto y de la libertad, se remozaron las rajaduras y otras averías de menor importancia con cemento blanco y marmolina. Pero también se le hicieron varios agregados al conjunto monumentario, que varios años después se le eliminaron al considerarse incompatibles con el diseño original, entre ellos unos canteros construidos en mármol negro en los que se sembraron plantas áridas y florales, además de ubicar cuatro columnas metálicas con cadenas laterales[3].

Desde la inauguración del monumento en 1916 había nacido la iniciativa de colocar flores en el monumento en gesto de admiración a su patriotismo y valentía, pero tras la apertura en la Ciudad del Palacio de los matrimonios, la tradición cobró mayor fuerza: hasta la base de la estatua iban las parejas de recién casados a colocar sus ramos, y también lo hicieron muchas quinceañeras, y delegaciones que iban a representar a la naciente provincia en distintas misiones o eventos de cualquier índole. Pero las fechas en que se colocaba mayor cantidad de flores son el 4 de agosto y el 11 de diciembre, días del natalicio y muerte del General.

Por cierto, el 11 de diciembre de 1980, durante la conmemoración del aniversario 82 de su desaparición física, los restos de Calixto García fueron trasladados a Holguín. Ese día un avión de las Fuerzas Armadas transportó el osario hasta el aeropuerto de la Ciudad y allí fueron colocados en un armón de artillería cubierto por la bandera nacional. El cortejo fúnebre fue recibido por una compacta y silenciosa representación de pueblo ubicado a todo lo largo de su trayecto. Al llegar a la ciudad la comitiva tomó la calle Maceo hasta el Parque, doblando por la calle Frexes hasta la esquina de la de Miró, lugar donde se ubica su casa natal ya transformada en museo. Allí se le realizaron guardias de honor, incluyendo entre ellas a obreros, estudiantes, mujeres y altos dirigentes, entre ellos los Comandantes de la Revolución Juan Almeida, Ramiro Valdés y Raúl Castro.

Luego de realizarse la solemne ceremonia de inhumación en el mausoleo construido para esos fines en la Plaza de la Revolución, Raúl pronunció las palabras centrales ante más de cien mil holguineros[4].

La década de 1980 fue de especial significado en el desarrollo económico y sociocultural de Holguín. En esa etapa el centro histórico de la ciudad recibe atención especial, embelleciendo todas las edificaciones, algunas de  las cuales reciben un toque de modernidad con relojes digitales y otros signos de progreso, a veces en franca ruptura histórica con el área, como fue la construcción del edificio Pico Cristal. Por otra parte la puesta en práctica de proyectos como el de la creación de instituciones culturales básicas de la comunidad, favoreció al entorno citadino del que el Parque es centro aglutinador, perfeccionándose el trabajo de la red de instituciones culturales a la que se sumaron la sede del Orfeón Holguín, cercana al Teatro Guiñol en la calle Martí, casi esquina a Maceo, la Casa de  Cultura Manuel Dositeo Aguilera, en la antigua residencia de los Infante, antes propietarios del principal teatro de la ciudad, que también recibe remozamiento y cambia de nombre por el de Comandante Eddy Suñol.

El Suñol por entonces acoge presentaciones de la Antología de la Zarzuela de España, Alberto Cortés, Irakere, Joan Manuel Serrat, Luis Gardey, el grupo Neotón, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Teatro Musical de La Habana, entre otros artistas y agrupaciones  nacionales e internacionales, y también talentos naturales de la localidad como la Orquesta Hermanos Avilés, el Teatro Lírico Rodrigo Prats, El Guayabero, para sólo mencionar algunos de los que por esos años graban discos y realizan giras por el país y el extranjero.

La bonanza de los años 80 se hace sentir en el Parque. Este recibe beneficiosas transformaciones en su jardinería y en la iluminación, se le cambia el piso de sus cuatro entradas principales por granito blanco, que desde entonces combina con el de la rotonda, y se recupera la Banda que ahora comenzó a tener categoría de provincial y con ella la tradicional retreta. La agrupación comenzó a recibir una mejor atención y tras la llegada de un nuevo director,  Manuel de Jesús Leyva Barrera, "Koko", se consolida plenamente, con un repertorio que recoge casi todos los períodos estilísticos de la música universal, incluyendo diversos géneros de la música cubana y obras concebidas especialmente para ese formato por su director.

Con la celebración anual de  la Semana de la Cultura y las Jornadas de Música de Concierto, además del amplio plan de  actividades de la Casa de Cultura, los museos, librerías y otras instituciones, el Parque cobra un ritmo vertiginoso con mucha gente circulando por él, sentándose en sus bancos y participando en opciones diversas que van desde competencias de baile hasta  presentaciones de libros como Salida 19, de William Gálvez y Asalto al Moncada, de Mario Mencía, para nada más mencionar dos de los títulos que fueron presentados allí, a cielo abierto, que reunieron un público numeroso en torno a sus autores.

Al iniciarse la década de 1990 la provincia llega al millón de habitantes y, como toda Cuba, comienza una nueva y dura realidad. La desintegración de la URSS, la desaparición del campo socialista, la crisis económica mundial y el agravamiento del bloqueo imperialista, originaron la pérdida de gran parte del comercio exterior de la Isla y la más aguda crisis económica, por lo que se decreta el Período Especial en Tiempo de Paz.

Esta situación  trajo un reordenamiento de la economía y el sacrificio de numerosos programas sociales, entre otras adversidades que se reflejaron en ese entorno de la Ciudad: se abrieron las primeras tiendas y establecimientos para recaudar  divisas, deviniendo el Parque en escenario de delitos e indisciplinas sociales tan visibles como los revendedores y el asedio a los turistas por prostitutas (jineteras), y otras personas.

A la vez se desarrolla en las hermosas y hasta entonces vírgenes playas de la provincia el que hoy es el tercer polo turístico del país. Hasta allá se marchan las agrupaciones musicales y los otros colectivos de artistas que no tenían no tenían otras opciones de presentación, pues la vida cultural se deprimió ostensiblemente, incluso, llegando a desaparecer instituciones de prestigio y eventos culturales.

Poco a poco la población de la ciudad, que ya superaba los 285 mil habitantes, comenzó a beneficiarse de los nuevos planes económicos, alimentarios y culturales. Entre estos últimos estuvieron eventos de proyección internacional  como las Romerías de Mayo, encuentro que ha convertido a la ciudad desde su rescate  en 1994, en Capital del Arte Joven en Cuba. 






[1] La cámara señala. Periódico ¡Ahora!, p.2, Holguín ,10 de diciembre de 1963.

[2] En esta lucha por el desarrollo, como en la lucha por la libertad, ¡La tierra que vio nacer al Mayor General Calixto García, no fallará!. Periódico “¡Ahora!, p.1, Holguín, 5 de agosto de 1975.

[3] Restauran el monumento al Mayor General Calixto García en el parque que lleva su nombre, Periódico ¡Ahora!, p.4, Holguín, 19 de diciembre de 1975.

[4] Por siempre en su natal tierra holguinera. Periódico ¡Ahora!, p.8, Holguín, 12 de diciembre de 1980.

Se gestan nuevas instituciones alrededor del Parque Calixto garcía después del triunfo de la Revolución



Gran propulsora de la educación y la cultura, en años sucesivos al triunfo, la Revolución fue gestando nuevas instituciones en edificaciones aledañas al Parque, entre ellas la escuela de Ballet Ana Pavlova, y el espléndido edificio del Liceo se transformó en un Círculo Social en el que se presentaron Bola de Nieve, Esther Borja y Luis Carbonell; y posteriormente, desde 1964, el antiguo Liceo es sede de la biblioteca Alex Urquiola.
Por su parte en los altos de la antigua farmacia Pérez Zorrilla, se instaló la sede de la compañía lírica que nació en medio de la inolvidable Crisis de Octubre, y cuyas temporadas en el teatro  dejaban vacíos los asientos del Parque, como mismo ocurría durante otras presentaciones en el Cine Martí o en otros sitios de la ciudad, incluyendo los restantes parques que sistemáticamente acogían presentaciones artísticas.
Pero siempre fue el Calixto García el parque de mayores ofrecimientos culturales y de actos de todo tipo; incluyendo la tradicional retreta, y conciertos que se desarrollaron durante las primeras ediciones de la Semana de la Cultura, ferias de libros y exposiciones de temas muy diversos, que abarcaban desde el desarrollo industrial de Holguín a las modas en la Unión Soviética. Y cuando llegaban  los carnavales u otras celebraciones festivas, el Calixto se transformaba en una gigantesca pista de baile que acogía a los Órganos o a la Orquesta Riverside.
Generalmente durante los carnavales el parque era sede del “Teatro del Pueblo” en el que actuaron desde el español Pedrito Rico hasta el inigualable Sonero Mayor Benny Moré, sin olvidar las apoteósicas presentaciones del Cuarteto Los Zafiros, Elena Burke  o Tito Gómez, quienes alternan con holguineros de la talla de la  baladista Pilar Moráguez  o Juanito Márquez, ya convertido en prestigioso compositor que, en el carnaval de 1964, dio a conocer el único ritmo de la música popular cubana originario de Holguín, el Pa Cá.
Por cierto, durante el carnaval en que se estrenó el ritmo estaba invitada a Holguín la Orquesta Aragón. Sus músicos quedaron tan gratamente impresionados por el nuevo y contagioso ritmo que de inmediato lo adaptaron a su formato de charanga y lo incluyeron en su repertorio. A partir de entonces el ritmo Pa cá logró una extraordinaria popularidad nacional e internacional y junto al mozambique y el pilón, se ubicó entre los ritmos más populares de esa década.
Además de las fiestas del carnaval, en las emisoras de radio de la ciudad, en el Teatro Infante, en el Terraza Club y en otros sitios aledaños al Parque, se reunía numeroso público en las presentaciones de prestigiosos artistas: Barbarito Diez, Abelardo Barroso y la Orquesta Sensación, Ñico Membiela, Orlando Contreras, Luis Aguilé o El Indio Araucano.
En la segunda mitad de los 60  el Parque  acogió nuevos eventos, entre ellos el “Encuentro de grupos de música moderna” y el “Festival de Autores musicales”, además de continuar siendo sede de ferias de libros con presentaciones de textos de escritores locales, entre ellos Lalita Curbelo Barberán y Paco García Benítez.
Un evento de particular trascendencia cultural fue el “Festival de Autores Musicales de Oriente Norte”, cuya primera edición se realizó en 1967 y en el que junto a experimentados creadores como Kico Cruz y  el maestro Lilí Martínez, este último integrante  entonces del Conjunto Ases del Ritmo, se dieron a conocer jóvenes valores que con los años harían valiosos aportes a la cultura cubana, entre estos Jorge Rivero y Manuel de Jesús Leyva.
No faltaron en el parque actos de solidaridad con Viet Nam y otros pueblos víctimas de agresiones imperialistas, y tampoco grandes concentraciones y desfiles en fechas patrióticas durante las que el  bullicio de los niños llenaba de optimismo y alegría a las principales calles de la ciudad.
Significativas fue las partidas desde el “Calixto” de la multitud que participó en la inauguración del hospital Vladímir Ilich Lenin.

Acto de inauguración del Hospital Lenin, Holguín, Cuba

De grata recordación para algunos también son las interminables caravanas de camiones que partían desde el parque o que regresaban a él y que llevaban y traían a los participantes en las movilizaciones agrícolas. Especialmente las de la inolvidable zafra de los diez millones de toneladas de azúcar. En esa contienda tan señalada en la historia económica de Cuba, se destacaron holguineros como el posteriormente Héroe del Trabajo, Roberto Tamayo, jefe de la brigada insignia Calixto García a quien se le dedicó una tercera tarja colocada en el Parque.

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